⚜️Mi compañero de pieza.⚜️
(Historia con 5224 palabras.)
Derek llegó de intercambio de Beacon Hill's a Marinnet, un lugar cercano de su antiguo hogar, donde se ubicaba la universidad con las mejores enseñanzas y las mejores carreras de todas las ciudades cercanas, el chico había recibido la beca completa que su antigua universidad le había ofrecido por su buena calificaciones y su determinación en sus clases.
Nunca había estado tan feliz en toda su vida que cuando tomó sus maletas y fue llevado al lugar donde habitaría, pero como siempre la felicidad que tenía fue quitada como un rayo de luz, porque tuvieron que meter la pata informándole que viviría o compartiría habitación con un chico, un compañero humano, cuando el había especificado que trabajaba mejor solo y con su soledad, pero a quejas entre dientes trató de relajarse. No podía causar problemas ni tener una pelea, así que a quejas como había estado haciéndolo todo el camino arrastró sus pertenencias a la habitación 244 donde estaba ubicado su habitación por todo su año de carrera y su nuevo compañero a quien ya odiaba antes de conocerle.
Golpeó la puerta un poco nervioso pensando que había vivido casi cinco años solo, no tenía familia, ya que estaban todos muertos y en su vida en el pueblo no se había esmerado a crear ningún tipo de lazo con amigos o personas cercanas, tampoco quería estar cerca de personas, solo él y su soledad tomados de la mano.
Cansado por el viaje abrió la puerta sin esperar el pase de quien sería su compañero, si este no era agradable tampoco el tenía porque serlo, el aroma a tabaco con mezcla de perfumes le dió la bienvenida picando su nariz y haciéndole estornudar, no le gustaba ese aroma, ya no estaba conforme desde el comienzo. En la primera cama un chico sentado con las piernas cruzadas, la cabeza un poco raspada y unas ojeras violetas estaba atento a su laptop sin querer levantar la vista, Derek lo miró un rato esperando recibir las patética bienvenida que siempre sabían decir cuando se veian por primera vez, pero no hubo ninguna, aunque mirándole atento le parecía conocido.
Con desinterés se movió hacia la segunda cama que estaba a lado de la ventana, tirando sus pertenencias en ella y mirando la habitación acogedora en la cual pasaría mucho tiempo, una mesa de luz separaba ambas camas donde un teléfono y una alarma estaban ubicadas, arriba de esta en la pared dos linternas con sus respectivos interruptor, un cuadro que parecía el único irradiar felicidad en aquella pieza, una isla y el mar, después todo lo demás de la habitación era opaco, gris y parecía llena de amargura, como la persona que le habitaba.
— ¿Así que quien eres tú?—preguntó Derek.
Si iba a tener un persona como adorno de una desilucionada vida con una laptop en sus manos, por lo menos quería saber el nombre, para reírse de él o acordarse de él cuando pensará que su vida era un asco y así ver qué su compañero estaba peor, pero no recibió respuesta, solo una mirada rápida y molesta, después de esos los botones del teclado volvieron a sonar como único ruido de aquella habitación. Derek se acercó a un escritorio que estaba cerca, uno lleno de papeles y el otro vacío, que significaba ser suyo, miró de reojo una prueba que estaba arriba del montón de a lado.
S. Stilinski.
Había un Alguacil en el pueblo con ese apellido, aunque solo debía ser coincidencia, caminó hasta sus bolsos de equipaje y abrió el primero de todo, donde sus libros estaban guardados protegidos por bolsas de plásticos, apilados para que no se moviera ninguno en el viaje, comenzó a sacar uno por uno, sacándoles la bolsa y dejándola ordenadas una arriba del otro en el escritorio hasta encontrarle un lugar digno a lado de su cama.
Pudo ver como el chico raro le miraba a veces para saber lo que hacía y el también a veces lo miraba porque nunca se había cruzado con alguien tan raro como el chico que estaba mirando y eso era extraño porque su pueblo estaba lleno de personas raras, estaba sorprendido que con la calor que estaba comenzando a hacer el chico se mantuviera tan sereno, tecleando aquel aparato con una vestimenta de invierno, unos pantalones largos, una remera y una camisa manga larga arriba de esta, mientras que él estaba comenzando a sudar y si no fuera que el chico le incomodaba se hubiese sacado la remera.
— Deberías bañarte, hueles muy mal.
Miró al chico, quien no había levantado su vista de la laptop y había pronunciando más de dos palabras, su voz era serena, casi en un susurró con una mezcla de tono agudo y grave, pero sonaba como si acabara de llegar de un funeral, ese chico no estaba bien del todo o solo pertenencia a un grupo de esos que se auto lastiman y creen que la vida no tiene sentido, llegando hasta el suicidio. Derek tomó uno de sus libros y se sentó en su escritorio no prestando atención al muchacho, aunque la impotencia de contestarle lo que había dicho le había inundado.
— Debe ser tu cerebro, se siente desde acá la putrefacción.
Sintió como la cama del chico hizo ruido, pero no se dió vuelta, lo que menos quería era tener una pelea con un chico raro, que podría acusarlo de ser un compañero abusivo y que el primer día le había golpeado, aún no estaba preparado para volver a su casa sin darse un poco de desafío con lo que esa universidad le tenía preparado. Quería tener la carrera en sus manos y no dejaría que su compañero viniera a pelear cuando el había comenzado todo, pero lo único que pudo oír fue la puerta abrirse y cerrarse para que el silencio comenzará a inundar el lugar, miró hacia atrás viendo que el chico ya no estaba, se debió haber enojado.
Alzó los hombros quitando importancia y cerró el libro para ordenar su ropa en el mueble que su cama tenía debajo y buscar un lugar para sus maletas y sus pertenencias higiénicas que esperaba no ser robada por el chico que tenía de compañero, abrió la ventana dejando entrar aire puro y el sol a aquel triste cuarto, por lo menos todo el tiempo lo que pudiera.
Ese día recibió una guía por una chica con cuál estuvieron más coqueteando que hablando, se había pasado el día recibiendo indicaciones de cada lugar que el debía conocer y memorizar, si no se acordaba entonces la chica se había ofrecido a ayudarle, y no es que Derek se sintiera un poco agobiado con la muchacha, solo que tenía ojos para sus estudios, una desconcentración y volvería inmediatamente a su casa, no quería eso.
Cuando volvió a su habitación cayó agotado en su cama, sacando sus zapatillas y mirando hacia la ventana para que la luz del laptop no llegara a su ojos, porque si ese aparato era el causante de no dejarle dormir juraba agarrarlo y tirarlo por la ventana al igual que el dueño, quien le incomodaba mucho con su rareza. En un momento cuando le estaba comenzando a atrapar el sueño, un aroma asqueroso inundó sus fosas nasales, se sentó y prendió su lámpara viendo como su compañero estaba fumando algo ilegal.
— ¡¿Qué mierda estás haciendo?!— susurró/gritó Derek.
Si alguien los descubrían estarían en muy grandes problemas, no solo con la escuela si no también con la policía, estaba prohibido eso y Derek era muy joven para ir a prisión, ser sentenciado por muchos años y ser la puta de algún preso, su culo es preciado para ser usado por algunos de esas personas, había evitado lo bastante para que su problemas fueran causado por el chico que tenía a su lado, quería cambiar compañero ahora mismo o en unos días se volvería loco.
— Es medicinal.
Derek suspiró volviendo a acostarse, apagando la lámpara y así darse vuelta viendo como la ventana estaba cerrada, se paró y la abrió de un empujón, no quería estar encerrado con ese olor y cuando fuera ya de mañana iría al director pidiendo, si hasta podía rogando, por un cambio de habitación donde su compañero no fuera raro, ni fumara marihuana, y si podía ser una habitación para el solo estaría más feliz, la noche y el sueño lo atacaron rápido, sintiendo como ruido de fondo las teclas moverse a movimientos torpes y la risa de un chico drogado, una risa de un chico raro que sabía que no dejaría escapar carcajadas sin tener ese cerebro de aquella sustancia contaminante.
Al día siguiente, como había dicho, entró al baño, que era muy pequeño como para que entrará más de dos personas y se dió una ducha, la ropa con la cual había dormido la dejó a un lado de su cama para después llevarla a un lavadero ya que iba a tener que sacar el olor a marihuana que se había pegado en su ropa, salió de la habitación buscando a alguien con quien quejarse y además para buscar sus horarios de clases que la secretaria había prometido darle, no la había visto el día anterior y perdería una día por culpa de ella.
Mientras caminaba por los pasillos de abajo para llegar hacia el otro edificio que se trataba de la universalidad, golpeando una puerta para que lo dejarán pasar hacia el establecimiento se dió cuenta que también necesitaba hacerse un pase de registro o no tendría permitido su acceso, también iba a quejarse de la mala atención e información de aquella mujer. Pero ese día se llevó una decepción grande, no le darían un cambio de habitación, ni menos cambiar a su compañero, tampoco le harían nada a la secretaria, recibiría sus papeles al atardecer y el día perdido sería puesto como una culpa suya, ya no le gustaba su comienzo en ese lugar.
Los días pasaron y la rutina era la de siempre, al amanecer mucho antes de que la alarma sonará, Derek despertaba unos segundo viendo al chico sentado en su escritorio y una linterna pequeña entre sus labios, se podía escuchar los lápices y resaltadores ser apretados en el proceso, pero entonces el volvía a dormirse, cuando sonaba la alarma el chico ni su laptop o sus papeles estaban.
En los horarios de clase que compartían podía verlo sentado en el último lugar con un lápiz entre sus dientes y una de sus manos en su frente tocándose con sus dedos como si de un ritmo se tratara, a la hora del almuerzo desaparecía y así seguía con las demás clases sentado en el fondo y su nerviosas manos moviéndose en su cabeza y el lápiz entre sus labios, hasta que llegaba la tarde y un receso antes de los entrenamientos de Lacrosse donde volvía a su habitación y lo encontraba en la misma posición que la primera vez lo había visto, en su cama con sus piernas cruzadas y su laptop tecleando sin parar a verle.
En los entrenamientos no sabía dar presencia, ni el profesor lo nombraba, aunque con ese profesor cualquiera trataría de huir antes de estar en sus clases, entonces se hacia la hora de terminar y cuando volvía a su habitación para bañarse y estudiar o hacer sus actividades para el día siguiente, el chico seguia ahí, tecleando ese aparato como si de algo importante se tratara, al anochecer ya pasada la media noche cuando Derek caía rendido ya a punto de dormirse podía ver que el chico aún no tenía indicio de dormir, mientras que el cerraba los ojos y descansaba para el otro día sintiendo como su compañero prendia su cigarrillo medicinal y su risa era lo último que escuchaba antes de caer en un sus sueños, y así eran todos los días.
Pero un día cambio, mientras caminaba por los pasillos sintiendo que no iría a almorzar porque no tenía suficiente hambre vió a su compañero de pieza caminar mucho más adelante que él, hasta que dos chicos lo derribaron y los papeles cayeron al piso, conocía lo bastante a esos dos gemelos y a los chicos que estaban cerca como para preguntar quienes eran, nada más que nada menos eran sus compañeros de Lacrosse, que se reían del stilinski y sus papeles en los suelos, Derek que no sabía que hacer, se acercó y levantó de un tirón de brazos al chico con un poco de molestia, no dejaría pasar una injusticia frente a sus ojos, el grupo riéndose y palmando su espalda se fueron de ahí dejándolos solos.
Derek se arrodilló a buscar las hojas mirando confundido como cada una de ella tenía fechas, coordenadas y símbolos raros, remarcado en tres colores rojo, verde y amarillo, sin darle importancia, con ayuda del chico raro recogieron las hojas y el chico tomó todas para salir casi corriendo de ahí, ni siquiera pronunció un gracias por aquel buen gesto, aunque la curiosidad de porque tenía aquello escrito en los papeles y era tan reservado estaba comenzando a presentarse, dándole pies a averiguar aunque no sentía muchas ganas de entrometerse en una vida privada.
Cuando se terminó el día y la rutina había por fin finalizado, volvió a la habitación derrotado viendo al chico fuera de su rutina, estaba sentado en el piso a lado de las barras de su cama, está vez le había tomado de sorpresa ya no estaba con su laptop si no estaba ahí, con un lápiz entre sus dientes y la mirada baja como si estuviera meditando, sin darle importancia porque sabía que le llevaría una evitación por parte del chico raro. Tomó su ropa y materiales para su higiene matutina y así meterse al baño, sabía que después de que saliera encontraría al chico con su laptop tecleando sin cesar como sabía hacer normalmente, pero no fue así, al salir el chico seguia en su misma posición, en el piso y sin su preciada laptop que parecía pegada a sus manos, alzando su hombros quitando importancia a ese suceso se tiró en su cama tomando entre sus manos el libro que había comenzado a releer en el viaje, sintiéndose tranquilo en ese momento, podría distraerse por un rato y no prestarle atención a lo que nada estaba haciendo su compañero.
— Gracias.
Derek miró hacia atrás viendo si solo había sido idea suya o había escuchado un susurró con la palabra "gracias" por parte de su compañero, aunque al voltear pudo verle mirándole, asi que eso respondió a su pregunta, mirándole pudo ver qué debajo de sus párpados habían dos bolsas con un tono más oscuro que su piel lechosa. Se veía como un psicópata a punto de entrar a la locura, pero el sabía que solo era un chico raro con un lápiz entre sus dientes dándole mordiscos nervioso. Derek asintió de una forma que aceptaba su gracias y volvió a su lectura, no estaba acostumbrado a la socialización asi que no sabía cómo responder a un gracias de un chico raro, además no sabía porque ese maldito gracias, por lo de los pasillos o porque esta vez al entrar y verlo en un distinto lugar no había dado un grito de espanto, pero tampoco quería saberlo.
— Me enteré que vienes de Beacon Hills, mi mejor amigo murió ahí al igual que su familia, su novio y la familia de este y mis padres.
— Como mi familia— interrumpió Derek— en la fiesta de los Argent.
Vió como el chico raro se levantaba del piso y se sentaba con las piernas cruzadas en su cama mirándole, Derek se sentó devolviendo la mirada. Si el chico quería hablar entonces le daría atención, además le había atrapado su atención a saber que el chico había estado en Beacon Hills, ya que desde el principio le había parecido conocido, y que sus padres habían muerto en esa fiesta como su familia. Según las pericias se había dicho que todo había sido un accidente, la estufa no había sido supervisada y el dióxido de carbono había hecho que todos murieran por intoxicación, aunque dentro de él siempre había sentido que un accidente no había sido, pero no viviría en el dolor, no podría recuperar a su familia y aunque encontrará a un supuesto causante no encontraría una satisfacción ni paz.
— Lo veo en tus ojos, ya no te duele ¿Por qué yo aún lo estoy sufriendo?¿Será por mi enfermedad o porque aún los extraño? Scott y Isaac estaban planeado ir a la universidad, y mi madre sería enfermera con Melissa, mientras que mi padre como buen alguacil que era trataría de hacer relajar al padre de Scott para que no trabajara tanto y así pasar mas tiempo con su esposa e hijo —dijo el chico con rapidez—, yo era feliz en esa vida, pero el maldito destino me los arrebato como si de un dulce fuera. Me quedé solo y ahora todos creen que estoy loco ¿Tú crees que estoy loco? ¿Acaso notas que no soy normal? ¡Es culpa de mi maldita enfermedad! ¡No me juzgues! ¡Soy un maldito TDAH! por lo cual me puede generar ansiedad, nerviosismo y ataques de pánico ¿Y sabes que me dan acá? Un medicamento para esto, un terapeuta y ¡Marihuana medicinal! En un año seré presidente ¿Puedes creerlo?
Derek se paró y se arrodilló frente al chico tomándolo de los brazos, hablaba tan rápido que no se entendía mucho de lo que decía, solo que no le agradaba nada de lo que sucedía y que estaba tan disconforme con la atención que le estaban dando a su enfermedad ¿A quien se le había ocurrido dar droga a un TDAH? Vio como el chico respiraba aceleradamente y buscaba su lápiz para meterlo entre sus dientes y así poder morder hasta poder calmarse, ahora se sentía tan mal por haber pensado que el chico solo era alguien raro y no haber notado que tenía una enfermedad tan difícil de tratar, sin tener una compañía a su lado para ayudarle a pasar esos malos ratos de esa enfermedad.
— Mira, escúchame, por alguna razón tú y yo nos hemos vuelto a encontrar aquí, capaz me han guiado a ayudarte con el progreso de tu enfermedad, te vez bien asco y se que conmigo volverás a ser un chico como los demás y sin esos ánimos raros que tienes— dijo Derek— empezando con decir no a la marihuana medicinal, ni se porque aún sigues vivo, no volverás a tocarlo.
El chico asintió a puras quejas mientras trataba de qué separará ya sus manos de sus brazos, Derek quien no pareció notarlo a ver ese movimiento se separó cayendo de trasero al piso, escuchando una risita por parte de su compañero que trato de tapar en una tos, como si no quisiera que lo escucharan reírse.
Pero desde ese momento todo cambiaría para los malos ratos del chico porque él se encargaría de hacer que de un ánimo malo pasará a uno divertido y feliz, además era una buena oportunidad para saber más sobre todas las escrituras raras que habían en el escritorio prohibido, que era el escritorio de su compañero. Levantó su mano hasta llegar cerca del chico, se sentó derecho en el proceso mientras que él otro le estrechaba su mano con la de el, sin saber que estaban haciendo.
— Hola soy Derek Hale— se presentó.
Notó una pequeña sonrisa del chico de lunares, sí ahora tenía nuevo apodo porque viendolo de cerca podía notar que tenía dispersos cantidades de lunares que ante no había visto a pesar de su piel lechosa, debía ser por la vestimenta que llevaba, que ocultaba tantas cosas que no podía ver y ahora estaba viendo.
— Soy Stiles Stilinski— se presentó el chico.
— Mi curiosidad mata ¿Por qué teniendo esa enfermedad no haces deportes?
— Porque tengo la prueba justa para tener al profesor en mis pies, si el me hace volver a entrenamiento su carrera de acostarse con los alumnos se acabará.
Los demás días el tenso aire que había en la habitación cuando se conocieron había cambiado mucho, ya Stiles no estaba pegado a su laptop todo el tiempo si no horas determinadas ya que había confesado que el ruido de las teclas era calma para él, aunque no veía el daño que estaba produciendo en sus ojos.
En la ropa fue costosa tener que exigirle que comenzará a ponerse remeras cortas para que más partes de su cuerpo tomara aire, pero lo logró, la marihuana medicinal fue dado de baja y podía ver que el chico descansaba más y las ojeras habían comenzado a desaparecer, se había abierto más, tanto que le había tenido que detener a veces porque sentía miedo de que se ahogara con sus propias palabras, ya que sabía hablar mucho y rápido, a veces era un poco irritable pero no quería sacarle esa confianza que había aparecido entre ellos, no era tan raro como lo pensaba, al contrario se veía agradable.
Hasta ahora sabían estar junto en el día, sentados cerca en las horas de clase de clases que coincidían, la hora del almuerzo en el patio para que Stiles no se sintiera sofocado con la cantidad de persona y una corta pero divertida charla en el receso ¿Quién iba a pensar que al haber actuado ese día en el pasillo iba a causar grandes cosas? hasta habían comenzado a estudiar junto y Stiles le había dejado husmear en el escritorio prohibido.
— ¿Por qué elijes esos colores para subrayar?—preguntó Derek.
Mirando como el chico de lunares llevaba ese lápiz todo mordido entre sus dientes y subrayaba con el resaltador rojo una parte de un libro, parecía concentrado tanto que no se daba cuenta que él estaba tratando de descifrar un acertijo que estaba escrito en uno de los papeles, pero al no adivinar y tener poca paciencia dejó donde estaba y se concentró en ver cómo Stiles subrayaba y miraba atento.
— Verde para lo que entiendo, amarillo para lo que entiendo sólo un poco y rojo para lo que en verdad no entiendo nada— respondió Stiles.
Dando vuelta a su libro apenado mostrando gran parte de la hoja subrayada de rojo y algunas que otras oraciones de los otros dos resaltadores, no pudo evitar reír parándose para buscar su libro y así explicarle a Stiles de lo que se trataba todo lo que había subrayado de lo que no entendía, el chico era de aprender muy fácil y casi tenían una buena retención de información, logrando así poder estudiar y no quedarse atrás por el otro, además la compañía del otro había comenzado a ser agradable.
Después de eso se quedaban hablando hasta que se separaban para ser sus actividades habituales, el leer y el chico de lunares usar su laptop hasta que tocaba la hora de dormir, pero ese día Derek no sacaba la vista de los papeles que había visto pero no por tanto tiempo como para descifrar que eran, y Stiles lo notó.
— ¿Sabes que significa todos esos papeles?— preguntó.
Mientras dejaba la laptop a un lado y se movía hasta el escritorio para tomar la mayoría de ellos, Derek dejó su libro al cual no estaba prestando atención para darle un espacio a su compañero y verlo desparramar aquellas hojas por la cama, otra vez más podía notar en los ojos de Stiles el dolor que sufría, como la primera vez que le vió.
—Me gustaría que me explicarás de que trata todo esto— susurró Derek.
Viendo en los ojos del chico una emoción por saber que podría contar lo que había estado investigando por mucho tiempo, capaz nunca había confiado en nadie para explicarle todo aquello que hacía entre sus hojas por el miedo a ser juzgado, pero ahí estaba mostrando lo que había escrito como si acabara de mostrar una parte de él y no se diera cuenta, en cambio Derek si lo hacía sintiéndose tan importante por aquel momento.
— Estuve investigando el caso por mi cuenta, el del supuesto accidente, antes de venir aquí robe muchas información del trabajo de mi padre como también recibí muchas más después de mi partida, tengo amigos que me ayudaron y pude descubrir lo que ninguno de esos estúpidos policías hizo, que solo etiquetaron como un accidente solo por ser tapado por dinero, yo sé que fue un homicidio y tengo mis pruebas, mirá.
Y esta vez pudo verlas mejor viendo que si era una investigación sobre el accidente, mientras veía podía escuchar sobre la que Stiles sabía, de como la familia Argent no era la familia que pensaban, explicándole el porque, también la marca que cada integrante tenía, pudiendo verlo en las fotos fotocopiadas. Los Argent tenían una espiral la cual Stiles explico como un símbolo de venganza hacia sus rivales, mientras que las demás familia, como la suya y la de su compañero tenían un triskelion, algo que el chico explicó como un orden de clasificaciones en personas, alpha, beta y Omega, eso se usaba como una clasificación de lo que eran pero que ellos. Los más adolescente de la familia, no tenían ni idea hasta ser mayores, la rivalidad era tan grande que los Argent se habían camuflado como buenas personas ofreciendo en la fiesta un acuerdo de paz. Vio como Stiles bajaba un poco sus pantalones para mostrar aquella marca que el tenía en la espalda baja, así que hasta lo que estaba contando su compañero era cierto.
— ¿Pero suicidarse ellos mismos?- preguntó Derek.
— Allison sigue viva hasta lo que se, bueno hace dos meses que no recibo noticias— respondió Stiles—así que el círculo de rivalidad sigue en pie. Antes de suicidarse ellos deben haberle informado a ella todo preparando para atacar otra vez, entonces al ver que no sabemos y nos hemos ido del pueblo puede quedarse con lo que nuestras familias han intentado ocultar de sus manos, aunque ninguno sabe dónde está oculto.
—¿Y qué piensas hacer?
— Nada, lo dejaré archivado, solo quería descubrir lo que ya sabía, no fue un accidente si no un homicidio, si no hay culpables vivos entonces no se puede hacer más— respondió Stiles.
— ¿Por lo menos sabes dónde está eso que han guardado nuestras familias?
Algo había aparecido dentro de él, como una necesidad de saber aquello que estaba hablando Stiles, ya no quería superar, quería terminar con todo, descubrir que era aquello que su compañero había dicho que ambas familia guardaban y el porque de la rivalidad esa que decía. Su compañero rebuscó entre el montón de hojas hasta encontrar la que buscaba para colocarla adelante de todas, era el acertijo que estaba leyendo antes, parecía uno que su madre podría hacer, trató de descifrar aquello pero no lo entendió.
— Yo pude descifrarlo hace meses, aún me lo acuerdo— susurró Stiles— pero es mejor dejarlo así, gracias a ti me he dado cuenta que no hay que vivir en el pasado y además este es el papel original de la ubicación así que Allison no lo encontrará nunca ni tampoco sabe que lo he agarrado y está en mi mano.
— ¿Pero no sientes curiosidad de saber que hay guardado?— preguntó otra vez Derek.
— Prometo que al terminar nuestra carrera y si seguimos siendo compañero iremos al pueblo para guiarte al lugar ¿Qué dices?
Vio como el chico de lunares, el que había conocido como un chico reservado y en ruinas ahora parecía ser otra persona, más alegre, sus sonrisas eran más a menudo y ya no andaba más tapado. Derek podía notar aquellos cambios mucho más de lo que las otras personas notaban y habían comenzado a murmurar, según la gente ellos dos estaban saliendo aunque no fuera verdad. Stiles estiró su mano y Derek la estrechó sonriendo.
— Esta bien, esperaré estos cinco años soportando tu presencia— bromeó Derek.
Recibiendo un apretón de mano y un risa por su compañero para seguir escuchando como hablaba de algunos detalles de la investigación.
CINCO AÑOS DESPUÉS.
Cómo lo había prometido Stiles volvían al pueblo de Beacon Hills después de terminar sus carreras, había cambiado muchas cosas con el pasar de los años, los dos eran muy unidos, tanto que pasaban la mayor parte del tiempo junto sin aburrirse de la compañía del otro.
Stiles había controlado su enfermedad y Derek pudo aprender a llevarse bien con otra persona que no fuera el mismo, con eso su tanta cercanía comenzó a jugarle hasta guiarlo a otro camino, uno donde los sentimientos de amistad que tenían los llevaba a unos más avanzados, donde se incluía el amor, ambos habían comenzado a tener ese sentimiento por el otro que los hacia confundir e intentar maneras de declararse sin decir algunas palabras, pero solo les había llevado a confesarse de la peor manera. En una borrachera estudiantil donde habían intentado toda la noche dar celos al otro hasta que no aguantaron más y terminaron confesándose al final de la noche, besándose.
Los siguientes años fueron fáciles para ambos, si alguien les molestaba Derek se preparaba para amenazar, si de manipular calificaciones por no haber estudiado entonces Stiles era quien se encargaba, y así estaban, estudiaban juntos, compartían cama y hacian algunas actividades con la compañía del otro. Las citas, las salidas y los regalos no faltaban, Derek siempre trataba de sorprender a su novio, con alguna rosa, comida o algo material pero entonces Stiles le sorprendía más con cualquier detalle, como la manera de vestir para provocar cuando llegaba, una cena en la habitación.
Y ahí estaban, ya cuatro años y medios de relación volviendo a Beacon Hills para compartir una casa y vivir juntos. Stiles se había decidido a hacer un curso para ser Alguacil como su padre mientras que Derek haría de su carrera un trabajo de línea y tomaría la cantidad de dinero que había heredado de la familia para mantenerse a el y su novio, hasta le pediría matrimonio cuando ya tuvieran meses de residencia, porque estaba seguro de pasar el tiempo a su lado.
Cuando llegaron a la casa de los Hale donde vivirían se dedicaron a desempacar y ser guiado por Stiles hacia donde estarían guardado, primero supervisando que Allison ya no estaba en el pueblo, enterándose la peor noticia de que la chica no pudo soportar la muerte de Scott, de quien estaba enamorada y terminó en un choque de auto, así que todo lo que encontrarían quedaría en su poder para poder esconderlo de futuras rivalidades.
Lo que encontraron en el lugar solo fue una interminable biblioteca con libros muy importante, al parecer archivos, cansados y aburridos decidieron dejar todo donde estaba para no volver a tocarlo más en años, solo cuando se tratará de algo importante. Asi que siguieron haciendo sus vidas, con los objetivos planteados para hacer y avanzando en su relación, recordando cada mes los momentos desde que empezó todo hasta donde estaban ahora, meses después Derek como había prometido le dió un anillo de compromiso a su novio, para prometer que estaría siempre a su lado junto a él.
— ¿Quién iba a pensar que terminaríamos justos? Es como si hubiesen planeado todo— comentó Stiles.
— Capaz lo han hecho, nuestros padres, con todos los secretos que tenían está no es la excepción— respondió Derek.
Ninguno había creído llegar a eso, pero ahí estaba ellos felices al lado del otro.
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