Valió la Pena
~~Valió la Pena~~ R+18
Otro día de trabajo en la comisaria que terminaba a la perfección. Desde que me transfirieron de Gran Bretaña para encontrar al mayor homicida del condado, mi vida se tornó del hermoso color verde de los ojos de mi compañero y novio actual, el policía Christian Thomas. He de admitir que al principio no nos llevabamos bien, nuestras personalidades chocaban, pero todo de él me enamoraba a medida que pasábamos tiempo juntos.
Para ser más claro, pasaron muchas cosas. El dichoso homicida sabía de nosotros y, sabiendo que él era mi debilidad, se centró en averiguar sobre su persona.
-FlashBack Omniscente-
El Policía Thomas, luego de un duro trabajo junto a su mejor amigo, Dylan, llegó feliz a su apartamento para almorzar. Todo iba bien en su pequeño hogar, todo en silencio y sin sospecha alguna; tranquilamente dejó en el fogón una olla de agua para el café, sonriendo orgulloso esta vez por hacer sonrojar al detective Blake, aunque debía admitir que no se hubiese molestado si sus labios terminaban de juntarse.
Desde que el dichoso Detective llegó de Gran Bretaña para hacer equipo con él para capturar al Homicida, su rivalidad se había vuelto algo más personal, ya no pensaba en otra cosa que no fuese aquel muchacho de ojos café, ese que siempre le retaba y siempre le regalaba una galante sonrisa, provocando algo raro en el pecho del joven policía.
Dejando el tema de lado, trató de calmarse un poco y se dispuso a cambiarse el uniforme, quitando su corbata mientras se encaminaba a su alcoba. En ese momento, sintió un escalofríos en su espalda, el ambiente había cambiado y, cuando estaba por salir del cuarto, alguien le tapó la boca con un pañuelo el cual tenía un somnifero que en pocos segundos hizo que Christian perdiera la consciencia.
Por otro lado, el Detective Blake iba camino a una cafetería para pensar un poco sobre su interesante día; iba pensando sobre las travesuras de uno de los Policías jóvenes de la comisaría, pensando en la posible venganza que le tendría, y es que ¿cómo se atreve a acorralarlo en su oficina y acercarse tanto a su rostro, casi rozando su nariz, para después irse como si nada? Eso no se le hacía al Detective Blake, menos un niño que sólo quería jugar con él.
Estaba por llegar a su destino, tenía hambre, pero algo llamó su atención. Al alzar un poco su mirada, se dio cuenta de la cantidad de humo que salía de la ventana de un edificio de cuatro pisos, se le hizo extraño ¿No era ahí donde vivía el policía? Agradecía saber eso en ese momento. Rápidamente llamó a los bomberos mientras corría hacia el edificio, guiándose por los pasillos en lo que subía las escaleras. En cuestión de segundos, Gianluca se hayaba frente a la puerta del apartamento que se incendiaba, sabía que alguien estaba adentro y se imaginaba que era su compañero.
-Maldición- Gruñó molesto. Instantáneamente se deshizo de su chaqueta y pateó la puerta, viendo como el fuego se estaba avivando.
Tapando su boca y nariz con su brazo, entró al apartamento en busca de algun muchacho de cabellos castaños; todo estaba lleno del olor a gasolina, todo había sido planeado, pero ahora sólo quería encontrar a su conpañero de trabajo. Sin saber muy bien por donde meterse, escuchó los insesantes ladridos de un perro en una de las habitaciones, cosa que lo guió a encontrar al inconsciente Christian.
-Si eres problemático- Murmuró aliviado. En segundos cargó al muchacho en su espalda, sintiendo la respiración de este en su cuello, cosa que decidió ignorar.
Tomó un par de bocanadas de aire y, antes de salir de la casa, abrió la puerta del closet la cual estaba trabada, topándose con un cachorro asustado que era el que había ladrado. Cargó al perrito con cuidado y salió corriendo del apartamento, sabía que en cualquier momento los vidrios colapsarían por el calor; estando por fin afuera, dejó al cachorro en el piso y con cuidado sentó al Policía Thomas apoyado de la pared, viendo como su ropa estaba sucia por el carbón.
-Niño, despierta- Ordenó con su semblante serio, dando pequeños golpes en la mejilla del chico para que abriera los ojos.
Pasaron unos segundos hasta que Christian tosió un poco y terminó por abrir los ojos, encontrándose con la atenta y ligeramente fría mirada del Detective Blake, quien tenía un poco de cenizas en una de sus mejillas. Blake suspiró aliviado y se recostó de la pared al lado del policía, deduciendo que el probable culpable del incendio fuese Máscara Blanca, el homicida de su caso.
-¿Qué... Qué pasó?- Preguntó con la voz cortada el muchacho, le dolía la garganta y aun no asimilaba lo que ocurría a su alrededor.
-Que casi mueres rostizado- Respondió sin interés el Detective, mirando de reojo al joven a su lado.
-¿Eh?- Christian parecía confundido, pero se mantuvo en silencio hasta que cayó en cuenta- Tengo que volver- Habló en un susurro, colocándose de pie para volver a entrar a su hogar.
-¡¿Estás loco?!- Exclamó el Detective, deteniendo el paso del castaño y, sin querer, haciéndole caer enfrente suyo.
-¡Hay algo importante ahí adentro!- Se oía exaltado, no sólo por querer buscar lo que fuese, sino por la cercanía con el rostro del rubio.
-¿Qué es más importante que tu vida?!- Regañó Blake, haciendo más fuerte el apretón a la muñeca del policía.
-Mirror...- Murmuró un poco cabizbajo. En ese momento, Gianluca entendió.
-¿Hablas del saco de pulgas?- Preguntó, calmando un poco su carácter. Entonces Christian le miró con ilusión.
Blake rió levemente y silvo hacia el final del pasillo, fue así como apareció un cachorro de golden corriendo alegre hacia ellos, directamente a los brazos de su dueño el cual lo recibió aliviado, sonrojándose por haber mostrado esa parte de él ante el Detective.
Luego de ello, y de haberse puesto de pie, los bomberos llegaron; un par de preguntas e hicieron su trabajo, mientras, Christian mimaba al cachorro y Gianluca le miraba de reojo con su chaqueta sobre el hombro.
-Mientras buscas otro sitio, pueden quedarse en mi casa- Comentó el Detective con tranquilidad, ya la adrenalina había pasado.
-Eh... No creo que a tu esposa le vaya a gustar- Murmuró Christian, tratando de dar una excusa para negarse.
-¿Has visto en mi dedo algún anillo?- Preguntó burlesco el galán Blake, mostrando una ligera sonrisa.
-Eh...- Dudó el castaño y, sin disimular, miró las manos de su compañero de trabajo- Pues... A Mirror le agradas- Afirmó indirectamente, desviando su vista para que Blake no le viese sonreír.
-Sin el pulgoso, no te hubiese encontrado tan rápido- Admitió el Detective y, con suavidad, acarició la cabeza del cachorro.
-Ya veo- Sonrió el menor, agradeciendo internamente a su mascota y a su buena suerte.
-Fin FlashBack-
Desde ese incendio, Chris y el pulgoso viven conmigo, añadiéndole a mi vida más chispa. Ahora, luego de tres meses de haber capturado a Máscara Blanca, vivo feliz con el Christian Thomas de 24 años recién cumplidos, día en el que nos quedamos en casa a pasarla juntos.
Justo ahora, volvíamos del trabajo gracias a que el jefe nos había dado el resto del día libre; según mi reloj, marcaba la 1:35 de la tarde, hora perfecta para almorzar. Chris fue el primero en cambiarse y cerrar la puerta de nuestro cuarto con seguro, evitando que entrara...
-Niñato... Déjame entrar!- Exclamé desde afuera, escuchando sólo una risita del travieso muchacho que tenía como pareja.
Desde hace poco tenemos una relación oficial, pero eso no evitaba que pudiese robarle besos o hacerle suspirar con mis toques. No era mi culpa, él era y sigue siendo muy erótico, pero desde la última vez que lo hicimos -hace cinco días-, no quiere que lo toque... Ese es mi castigo por violarlo mientras mi hermana dormía en la habitación de al lado; esa noche le reté a que no gimiera mi nombre o que hiciese algún sonido, por ello lo provoqué con mis toques y, como el erótico chico que es, hizo que callara todo sonido con los miles de besos que nos dimos.
Aun así mi hermana lo supo, dijo que la cama rechinaba y pegaba contra la pared, por ello Chris se enojó infantilmente.
-Pervertido!- Gritó desde el otro lado de la puerta.
Estaba por tumbar la condenada puerta, pero el sensual policía salió con una sonrisilla pícara de camino a la cocina, vistiendo única y exclusivamente sus boxers y una de mis camisas grises, la cual se le veía muy bien. Respiré profundo, sabía que me quería tentar. Luego de unos segundos, me cambié el uniforme por algo más cómodo: unas bermudas beige con una franela blanca sin mangas, hacía calor después de todo.
Me encaminé tranquilo a la cocina, viendo como Chris cocinaba sin saber de mi presencia detrás suyo y aproveché para rodear su cintura, apoyando mi barbilla en su hombro.
-¿Qué cocinarás hoy?- Pregunté cerca de su oído, provocando que soltara una pequeña risilla, disimulando el hecho de que se había estremecido.
-Carne- Respondió cómico mientras picaba algunas verduras.
Sonreí, adoro la carne y más cuando Chris la hace, pero tenía otro plan para comer. Después de unos segundos en silencio, me dispuse a dar pequeños besos en la nuca de mi policía, viendo como sus orejas agarraban color, y lentamente adentré mis manos por debajo de la camisa que llevaba, acariciando su piel y llegando hasta sus pezones, atento a toda expresión que Chris no podía evitar.
-Luca- Jadeó en voz baja mi policía y pude notar como sus músculos se tensaban.
Sonreí ante aquello y seguí besando su cuello, jugueteando con sus pezones hasta sentirlos erectos. Con sus leves suspiros y sabiendo que se estaba mordiendo el labio, deslicé mis manos por su abdomen hasta llegar al principio de sus boxers, sintiendo como mi ojiverde echaba sus caderas hacia atrás como reflejo inconsciente, pegando en mi pelvis suavemente, cosa que me hizo gruñir... Pero no era la idea hacerlo aquí, no aún.
-Pequeño, espero que la comida te quede muy rica- Susurré a su oído y me encaminé a la sala principal, escuchando a mis espaldas como mi dulce policía me insultaba tontamente.
Entonces, con una sonrisa triunfante, me senté frente a la laptop. No había nada nuevo en internet, fue así hasta que revisé mi bandeja de entrada -el correo-, y vi un email de mi hermana -la que estuvo aquí-, el cual se veía interesante... Daba miedo.
-Hermanito! Quiero que veas esre video junto a Chris, es muy bonito y los veo identificados. Un beso!- Leo encerrado voz alta con cierta desconfianza, pero me arriesgue a acerle caso a las palabras de Luciana-. Chris!- Le llamé.
-Dime- Se asomó por la puerta de la cocina, curioso.
-Quiero ver algo contigo- Sonreí inocente. Mi pareja dudó por unos segundos pero terminó por quitarse el delantal y acercarse a mí, obviamente apagando la cocina antes de venir hacia mí.
Me miró con curiosidad y luego a la laptop; le señalé que se sentara sobre mis piernas y, después de que se acomodara, hice que el video se recargara en lo que le prestabamos atención a lo que en cualquier momento veriamos.
Al principio se mostraba una caricatura japonesa, algo que a Luciana le gusta, y que se veía bastante atrayente. Christian me miró por un momento, alcé mis hombros en término de no saber sobre qué se trataba el video, y volvimos la vista a la pantalla.
Tranquilamente rodeé la cintura de Chris y él se recostó en mi hombro mientras el video avanzaba, mostrando algunos paisajes en lo que se alcanzaba a ver una -aparentemente- compañia de revistas o algo por el estilo. El video iba a durar un poco, era notable, pero Chris se veía entrenido con ello y eso no hacía más que darme paciencia para evitar cualquier movimiento... estremecedor.
Sin embargo, el video de a poco se tornaba más y más sexual, mostrando a la pareja protagonista los cuales eran dos chicos; sonreí al ver como a mi pareja se le coloraban las orejas y como trataba de mirar hacia otro lado, cosa que no le dejé hacer al morder con suavidad su cuello... Sabía que se estaba encendiendo con dicho video que cada vez se volvía más por*ográfico entre la pareja homosexual. A decir verdad, ahora si estaba dispuesto a aprovechar para toquetear a mi novio...
-¿Estás bien, Chris?- Pregunté burlon y cerca de su oído, susurrando. Provocativamente deslicé mis manos por dentro de la camisa que mi policía llevaba.
-Cá-Cállate- Tembló su voz y con una de sus manos detuvo una de las mías.
Reí leve sobre el oído de mi pareja, dispuesto a cobrar mi venganza, y a medida que el video avanzaba, más toqueteaba los pezones de Christian y este trataba de evitar cualquier sonido que yo quisiese escuchar de su parte.
-Eres un estúpido pervertido- Gruñó ligero mi pareja, doblando un poco la espalda y recostando su cabeza en mi hombro.
En ese instante, los gemidos provenientes del video invadieron la habitación, estremeciendo a Christian y calentándome un poco. Eso me había dado una buena idea, y con ello deslicé una de mis manos hacia el apretado boxers que mi policia llevaba puesto.
-No te atrevas, Lucas- Gruñó el policia y, tratando de quitar mi mano de su vientre, se afincó en mi entrepierna.
-Mira tan bien que se ven mientras el moreno penetra al peliazul- Susurré suavemente-. Si te disfrazo de conejito, te verías mucho mejor... Aunque ahora también estás comestible.
Luego de ello, proseguí a morder y marcar el cuello del policia Thomas; con una de mis manos jurungué su pezón y con la otra me dediqué a masturbarle, obligándole a mirar la pantalla de la laptop. El video estaba por acabarse, mostrando a la pareja principal haciendo nuevamente el amor, besándose y tocándose, cosas que yo le hacía en estos momentos a Christian pero de una manera más atrevida.
-Lu-Lucas...- El ligero llamado de mi novio, me hizo sonreír y morder con máa fuerza su hombro, cosa que le sacó un jadeo.
Noté como el cuerpo del ojiverde se tensaba y como apretaba mi brazo, avisándome que estaba por venirse, pero... el video terminó, dando a conocer el nombre de la serie "Sensitive Pornograph". Y con el final, igual detuve mis manos, dejándo a Chris claramente con ganas y jadeante...
-Gracias por ver el video conmigo, Policia Thomas- Murmuré cerca del nombrado con una pequeña sonrisa en mi rostro.
Deslicé mis dedos por la punta del miembro de Christian, sacándole un pequeño gemido, dejándo a su amigo erecto y saqué la otra mano de la camisa que llevaba, notando la acelerada respiración de mi pareja.
-Desgraciado- Me insultó Chris a medida que se volteaba, dejando sus piernas a cada lado de las mías y regalándome una de sus seductoras miradas.
Misión completada: Tentar a Chris.
-Detective Blake, es cruel de su parte dejarme así- Dijo sobre mis labios, rodeando mi cuello y afincándose sobre mi entrepierna, sintiendo lo duro que estaba.
-Explíquese, Oficial. ¿Qué es lo que quiere claramente?- Sonreí ladino. Era excitante el usar el lenguaje del trabajo en estos instantes.
-Detective, quiero que esta tarde me haga nuevamente suyo, ¿entendido?- Asentí, mordiendo mi labio-. Hágame gemir su nombre- Esta vez susurró en mi oído y con ello, acabó con mi juego de provocaciones.
Instintivamente agarré a mi Oficial de la nuca y besé por fin sus labios, saboreando el sabor a menta que tenían y jugando con su traviesa lengua; en menos de lo que me esperaba, ya me encontraba de pie con mis manos en las caderdas de Christian y este con sus piernas erroscadas en mi cintura, dándonos más fricción.
Caminé a nuestra habitación mientras Chris y yo nos comiamos a besos; terminé por tirarlo en la cama y montarme encima de él, quitándole rápidamente la camisa y los boxers que llevaba. Sus labios se sentían deseosos y sus manos rápidamente recorrieron mi espalda desnuda, estremeciéndome, provocando que le mordiera el labio.
-Creo que mañana no iremos al trabajo- Me burlé en voz baja y, antes de que mi pareja respondiera, ya sus piernas estaban sobre mis hombros.
Y entonces, con el pulso acelerado, me dediqué a saborear los labios de mi Oficial, sintiendo lo carnosos y sensibles que estaban. De a poco el aire se hizo rogar; Christian me miraba tímido, cosa rara y extravagante en él, y yo no hayaba como aguantar las ganas que tenía de destrozar la cama. Relamí mis labios, sabía que era un depredador y, aunque sonase extraño, admiré la sumisión de mi rubio en ese momento.
-Lucas- Me llamó suave e hizo que me acercara a su rostro, quedando a milímetros de su boca-. Será mejor que te apresures sino quieres que...cambie de idea- Advirtió sin borrar esa mirada de su rostro. Me encantaba su don de aparentar ser un angel cuando...es todo lo contrario.
-Interesante amenaza- Me burlé suave y afilé mi mirada, haciendo que alzara una de sus cejas-. Trataré de tener compasión contigo, te amo después de todo- Sonreí y me gané el color carmesí que se apoderaba de las mejillas de mi ojiverde.
Su sonrisa y carcajada traviesa rápidamente se volvieron nuevamente un beso húmedo y apasionado, dando ese ligero toque de ternura que hacía más especial la ocasión. Sus manos me acariciaron la espalda y yo aproveché para empezar con una breve dilatación, cosa que lo hizo estremecer pero no separarse del beso. De a poco su entrada se fue expandiendo con mis dedos y sentía como su espalda se arqueaba levemente contra mí, permitiéndome sentir los latidos de su corazón.
En cuanto el beso finalizó, mi Oficial mordió su labio inferior y se acercó a mi cuello, haciendo que gruñera al pegar sus labios a la piel para succionar; ya estando posicionado, dejando la cordura de lado, penetré a mi pareja de una sola estocada, arráncandole un sonoro gemido y un par de lágrimas. Sin embargo, siguió provocándome luego de haber recuperado el aire, siguió recorriendo mi espalda y mordiendo mi oreja, procurando mantener el suave vaiven de sus caderas apesar de aun no estar acostumbrado.
Lentamente pasé mi mano por su espalda y lo apegué a mí, su cuerpo se estremeció y Chris gimió involuntariamente en mi oído, cosa que me hizo saber lo adolorido que estaba. Proseguí con distraerlo y marcar su cuerpo, acariciar su espalda y decirle lo mucho que lo amaba, así pasaron los minutos hasta que me pude mover, comenzando con embeatidas profundas y tortuosas...
-¿No que ibas a ser malo conmigo?- Se burló Chris con cierta ternura mientras acariciaba mi mejilla.
-¿Quién es el que está deseoso?- Reí en su oído y, gracias a su amenaza, moví mis caderas con mayor rapidez.
Christian jadeó ligero y desvió su mirada, aún se sentía adolorido, su entrada estaba muy estrecha después de todo. Apesar de ir con cierta velocidad, traté de que mi novio se sintiera mejor y con ello, hice que me mirara y que me besara, que demostrara lo asustado que se sentía y que, aunque se quisiese hacer el travieso, supiese que no podía engañarme: un policía no muestra su debilidad ante cualquiera.
Esta vez, no sabía qué decirle en cuanto terminó el beso; sólo nos miramos. Él evitando algunos gemidos y yo hipnotizado por sus ojos, manteniendo la conexión mientras mi miembro pegaba en su próstata. En estos momentos no sabía qué pensar, esta vez Christian se me hacía tan lindo, esa travesura en él se veía tan única y realmente sólo me daban ganas de comermelo.
Sus gemidos llenaban la habitación, y yo no podía evitar el dejar un par de marcas en su cuello. Su espalda de a poco se arqueaba y de sus labios salía mi nombre tal cual música para mis oídos; sus caderas trataban de seguir mi ritmo, ya estaba acostumbrado y el que jadeara en mi oído con travesura me lo aseguraba.
Esta vez no se salvaría...
(...)
A decir verdad, no esperaba dormir tanto. Revisé el reloj y marcaban las 6:35 de la tarde, el cielo estaba oscuro y Chris dormía tal cual niño con pensadillas, acurrucado y con el ceño fruncido.
Rápidamente le atraje con mi brazo, su respiración quedó en mi cuello y yo pude apreciar mientras dormía. Recuerdo las noches en vela que pase cuando mi Oficial fue secuestrado por los complices de MB; me pregunté mil veces el por qué se metía con él, por qué le hacía las cosas a él en vez de a mi, por qué le habían hecho pasar un infierno en vez de a mi.
Luego de haber capturado a ese maldito, supe lo fuerte que había sido para Christian el estar encerrado, estuvo a punto de dispararme con un arma que había encontrado, noté la oscuridad en sus ojos apesar de que era la primera vez que disparaba. Sabía que la había pasado mal, ese momento fue decisivo; no olvido su mirada hacia mi, era como si por un instante se hubiese olvidado de mi, y en cuanto bajó su arma, siguió detallándome hasta por fin relajar sus músculos.
Esa noche, ese rescate a la 1:45 de la madrugada, Christian me besó. Fue la primera vez que se atrevió a decir lo asustado que estaba, y hasta ahora no ha vuelto a admitirlo. Esa noche no fue nuestro primer beso, pero que mi Oficial dejara su orgullo y me besara, fue realmente satisfactorio, algo que me da a entender que valieron la pena todas nuestras peleas, todas las veces que le robe un beso y termine regañado, todas esas veces que tuve que aguantar el verlo en boxers en la mañana y que tuve que aguantar sus provocaciones. Todo eso valió la pena.
Nuevamente miré el ceño fruncido de mi novio y, en busca de calmarlo, besé su frente, cosa que hizo que se apegara más a mi y que su ceño volviese a la normalidad; sereno. Igualmente le presté atención a un par de marcas que había hecho en la nuca de mi novio, de las cuales se iba a olvidar...
-Gracias por ser mi Oficial travieso- Se me ocurrió murmurar con una sonrisilla en mis labios.
De seguro se levantaría con ganas de golpearme, quizá no pueda caminar, pero eso sólo me darían ganas de besarlo, así que todo estaba bajo control...
Le tengo que agradecer a mi hermana por mandar ese video.
(...)
-Mira idiota- Llamó Christian, interrumpiendo mi sueño.
-Cállate y déjame dormir- Le ordené y con un ojo, vi como inflaba los cachetes y achinaba los ojos.
Imaginé que estaba a punto de discutir..., así que lo besé y disfrute de los leves golpes que me daba en el pecho a medida que lo subía sobre mi regazo, sintiendo el ligero temblor de sus piernas.
¿Podía pedir algo más? Ah claro, puedo comprarle un disfraz de conejo, con orejas y cola esponjosa... ¿Cómo se vería con ello?
---Fin---
Gente! He vuelto! He llegado del más allá con este fic un poco hard. Se supone que iba a ser una historia pero solo le había creado esta parte, así que espero que les guste!
Un beso y mil perdones por faltar! La Profesora de Biologia me la tiene montada y por primera vez en la vida, no entiendo a la Profesora de Matematicas 😡😡😡😡😡
En fin... Los amo!!! Besos!!!
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