Seguro? Sí
~~Seguro? Sí~~ R+18
*Ittoki Otoya: Un chico alegre y extrovertido con gran imaginación. Su pasión es la música pero su padre no lo apoya en ese gran sueño que tiene. Viene de una familia adinerada de donde es el hijo mayor por un par de meses con su hermano menor, Cecil, y este comparte su sueño por la música. A pesar de que es un joven muy atractivo, soñador y ligeramente seductor, tiene un toque de inocencia en su mirada y rostro, no sale mucho de las paredes de su mansión, todo lo que necesita está en su estudio y en una institución privada, lamentablemente, sin su fiel y tierno mayordomo que le hace más bonita la vida. Tiene 17 años, su cabellera es de un color rojo fuerte y alegre, sus ojos del mismo color que su cabello*
*Ichinose Tokiya: Mayordomo joven de la familia Otoya. Trabaja en la mansión gracias a que sus padres son buenos amigos de la familia, los cuales también sirven al hogar. Su actitud es seria y puede llegar a parecer frío pero, luego de tantos años al lado del joven Ittoki, empezó a sentir como su alma cobraba nuevamente un buen motivo por el cual estar ahí. Su personalidad no es lo único frío, sus cabellos son azules oscuros, similares a los días de invierno en la noche, y sus ojos son oscuros y brillantes, como si se hablara de un cielo estrellado; tiene 17 años, pero siendo así uno de los mejores "servicios". A parte de ser un gran mayordomo, es el mejor amigo del Joven Ittoki, pero tratando de no caer bajo sus encantos, no podría enamorarse de su jefe.*
Un nuevo día en la mansión, Tokiya se levantaba a primera hora de la mañana para comenzar con sus labores, ya sus padres estaban un poco viejos por lo que no le gustaba forzarlos mucho. Cerró las ventanas para que la luz del sol no molestara a sus padres y luego se dirigió a la ducha para tomar un rápido baño, después se vistió y termino de dirigirse hacia la cocina. Lavó sus manos tranquilamente, sus jefes no se despertaban tan temprano, y empezó a hacer el desayuno; Panquecas con mantequilla, tres para cada plato, un vaso de jugo de piña para cada quien, una taza de café, con leche para Ittoki y un pequeño plato hondo lleno de fruta picada como postre para los padres de su amo, un pedazo de pastel de chocolate para Ittoki y Cecil, los hijos de los mayores.
Primero hizo el desayuno de los señores, ellos se despertaban primero, luego haría el de los hijos, ya que estos se levantaban un poco más tarde.
Al finalizar todo aquello, lavó los utensilios que habían sobrado y los secó para luego guardarlos. Era un sábado por lo que la mayoría dormía tranquilamente en sus respectivas habitaciones.
Miró nuevamente la hora, ya los señores se estaban levantando a las 7:30am y faltaban unos 5 minutos por lo que decidió esperar un poco, tomando una taza de café mientras miraba un punto fijo de la cocina, todo estaba en total silencio, pero ya estaba acostumbrado a eso... Por lo que no se esperaba que alguien llegara...
-Eh? Ichinose... Buenos días- Saludo el alegre y somnoliento Ittoki mientras entraba a la cocina, ganándose una impresionada mirada del nombrado-
-Buenos días, Joven Ittoki- Saludó Ichinose al recobrar su postura derecha y firme, regalando una pequeña sonrisa a uno de sus amos- Durmió bien?- Preguntó tranquilo, pero sin mirar el rostro del joven de cabellos rojos-
-Si, gracias. Tú? -Preguntó el más alto, Ittoki, dando un par de pasos para acercarse al de piel clara, Tokiya-
-Bien, gracias- Respondió el de cabellos oscuros al sentir tan cerca al joven Ittoki, instantáneamente desvió su mirada-
-No te había dicho que no me trataras de usted?- Preguntó entre ligeras risas el pelirrojo, notando el nerviosismo de su mayordomo, alzando con sus dedos la quijada de este para que le mirara-
-Lo-Lo siento Jo... Ittoki- Se retractó mientras miraba los ojos rojizos del nombrado- Ahora le llevo su desayuno, no esperaba que se levantara temprano- Comentó el mayordomo, tratando de no perderse en los ojos del contrario-
-Así es mejor. No te preocupes, me imagine que estabas aquí a esta hora- Dijo alegre Ittoki, acariciando con suavidad la mejilla de su amigo-
-Eh... Ahora le llevo la comida a tus padres- Musitó rápido el de ojos oscuros, escabulléndose por un lado del pelirrojo, agarrando la bandeja de la comida de los aludidos- Nos vemos en un rato- Comentó antes de irse, dándole una ligera mirada a Ittoki. Luego siguió su camino por las escaleras, llegando a la habitación de sus jefes-
Ittoki nuevamente había quedado embobado por aquel chico de cabellos oscuros y ligeramente largos. Se sentó resignado en una de las sillas que habían al lado del mesón, miró a la nada y su cabeza empezó a trabajar, creando nuevas melodías; luego, con una ligera sonrisa, se dirigió a su estudio secreto: Un lugar que sus padres no conocen de la casa, solo él y Tokiya lo conocían, desde pequeños era su lugar favorito.
Al llegar, agarró su guitarra y empezó a tocar la melodía, entonces, a medida que tocaba, escribía en un papel las notas que salían y cuales servían para crear su canción completamente.
Ichinose, por otro lado, ya había entregado el desayuno de los padres de su amigo y ahora iba a hacer el desayuno de los jóvenes, Cecil e Ittoki. Nuevamente hizo el desayuno y le llevó en una bandeja al joven Cecil, quien ya iba a bajar pero se encontró con Ichinose por el camino...
-Joven Cecil, ya le iba a llevar el desayuno- Comentó el mayordomo de ojos oscuros, mirando a su uno de sus amos-
-Jaja no me trates de usted, dime Cecil. Te lo he dicho muchas veces- Rio alegre el chico de cabellos marrones- Gracias Ichinose, comeré aquí abajo entonces- Comentó el joven y despeinó los cabellos del nombrado-
-Me parece bien- Opinó Tokiya, llevando la comida al comedor, siendo seguido por el menor de los hermanos de la familia- Espero que le guste- Comentó sereno el mayordomo, viendo por el rabillo del ojo como llegaba el segundo hermano, saliendo de su escondite seguramente, pensó Ichinose- Ya te traigo tu desayuno, Ittoki- Dijo el mayordomo y se encamino a la cocina-
-Uh, vale. Buenos días Cecil- Saludo Ittoki a su hermano para luego despeinarlo-
-Buenos días hermano!- Saludó animado Cecil entre ligeras risas por el acto de su hermano mayor-
Ichinose nuevamente llegó al comedor y sirvió el desayuno de su amigo frente a él. El pelirrojo se sentó luego de darle un ligero beso a su mayordomo en la sien, viendo como este se sonrojaba ligeramente, notando también la mirada pervertida de su hermano Cecil.
El desayuno fue tranquilo, los hermanos reían e incluían a Ichinose en las conversaciones. Este, tratando de mantenerse firme, desviaba la mirada cuando Ittoki le veía, Cecil, por otro lado, se imaginaba todo lo que podría ocurrir entre ellos dos, hacían bonita pareja después de todo, bueno... Todos sus conocimientos sobre el tema eran gracias a su novia, Haruka, quien era también la mejor amiga de su hermano.
-Gracias Ichinose, estaba rica la comida- Agradeció Cecil tal cual niño, con una hermosa sonrisa en su rostro-
-Gracias Ichinose, estuvo delicioso- Agradeció luego Ittoki, igual de sonriente que su hermano. Este par solo se diferenciaba por el color de ojos y de cabello, sino serían iguales-
-No hay de que- Dijo el nombrado mayordomo con tranquilidad. Luego recogió los platos, pero fue ayudado rápidamente por Ittoki, y entre ambos fueron a la cocina-
-Bueno chicos, me tengo que ir. Haru me está esperando en la plaza- Comentó Cecil al seguir a su hermano para despedirse de ambos, a la vez queriendo dejarlos solos-
-Cuidese joven- Se despidió amistoso el pelicafe-
-Cuidate hermanito, le mandas saludos a mi cuñada- Pidió Ittoki con gracia y chocó las palmas con su hermano, luego los puños, y así este se fue del hogar, dejando al pelirrojo y al pelioscuro en la cocina...solos-
Tokiya empezó a lavar los platos tranquilamente, Ittoki le ayudaba a secarlos y a guardarlos, era algo que nadie podía impedirle a Ittoki, ayudar. Entonces, al terminar de lavar, Ichinose miró al alegre joven que estaba a su lado...
-A veces pareces un perrito moviendo la cola- Comparó el mayordomo al pelirrojo, luego pasó suavemente su pulgar por el costado del labio de su amo, quitando una pequeña mancha de chocolate que tenía-
-Eso quiere decir que estoy feliz... estando contigo- Comentó el pelirrojo con ternura y a la vez seducción, agarrando el dedo de Ichinose con cuidado, obteniendo el ligero sabor a chocolate de este y viendo las mejillas coloradas del pelioscuro-
Ichinose, dejó salir de su boca una pequeña risita, algo que impresiono a Ittoki. Las veces que el joven mayordomo sonreía o reía eran contables, es decir, pocas veces... Le alegraba a la vez ser el que las tiene contadas, siempre ha reído junto a él y lo sabe.
-Ya vengo. Iré por los platos de tus padres- Comentó Tokiya sereno, mirando atento a los ojos color carmesí de uno de sus jefes. Después se encamino hacia las escaleras, dirigiéndose a la habitación de los susodichos-
Tocó la puerta un par de veces hasta que escucho un "adelante" de parte del señor de la casa. Entró a la habitación en silencio y recogió las bandejas con los platos de sus jefes...
-Ichinose, te tengo que pedir un favor- Pidió el hombre de cabellos rojizos mientras su corbata era acomodada por su esposa-
-Dígame señor- Contestó Ichinose mientras miraba a la pareja-
-Hoy tendremos que salir junto a tus padres, los necesitamos- Comentó la señora de cabellos castaños, dejando ver su hermosa sonrisa-
-Y pensábamos dejar a Cecil y a Ittoki bajo tu supervisión- Terminó la frase el señor Otoya-
-Bueno... Por mí no hay problema pero... y mis padres? Aún no están listos...- Dijo impresionado el joven mayordomo, siendo interrumpido por la dama que yacía en la alcoba-
-Yo ya les avise, cariño. Ya deben estar listos- Sonrió la señora al echarse un poco de perfume en el pecho y agregar un broche a su cabellera lacia-
-Está bien- Concluyó Ichinose mientras sostenía las bandejas- Con permiso- Dedicó una ligera sonrisa a los mayores y dejó la habitación, dejando a la pareja un poco sorprendida, el chico había sonreído?-
Tokiya bajo las escaleras pensativo, con que se quería solo con el par de hermanos, eh?... Sonaba a una aventura, ese par era muy extrovertido aparte que Ittoki estaba enamorado de él, simplemente se notaba y cada día enamoraba más al de cabellos oscuros, siempre le robaba besos o lo abrazaba de la espalda... Pequeños detalles que sobresaltaban al mayordomo. Entonces Ichinose, mientras bajaba, sus pies se enredaron cuando iba a llegar al final de la escalera, claramente no logrando agarrarse del barandal.
Pero Ittoki, en un movimiento rápido, logró agarrar al ojioscuros entre sus brazos, evitando que él cayera al igual que los platos...
-Oh Ichinose, me diste un gran susto- Regañó ligero el pelirrojo al nombrado, quien estaba sorprendido y asustado a la vez-
-Dis-Disculpa...- Se disculpó el joven al bajar la mirada, se sentía apenado, algo así nunca le había ocurrido, que descuido-
-Quisiera saber que andaba pensando mi pequeño Tokiya- Comentó el pelirrojo en un tono suave de voz, agarrando parte de los platos que habían en las manos del más bajo, sin recibir respuesta de este- Estas bien?- Preguntó preocupado el de ojos carmesí, pensando que el aludido estaba lastimado, pero viendo como este asentía con la cabeza unos segundos después-
Ittoki suspiro aliviado pero un poco preocupado, que ocurría con Ichinose para que anduviera así de distraído? Ambos se encaminaron a la cocina en silencio, Tokiya lavó los platos y Otoya los secó para guardarlos. Luego, al terminar, Ittoki sentó en una silla al mayordomo, alzándole la mirada para evitar cualquier intento de salir corriendo.
-Que ocurrió? -Preguntó curioso el pelirrojo, captando la mirada oscura y brillante del joven que estaba sentado-
-Eh... Pues... Tus padres van a viajar junto con los míos, y me dejaron a cargo de ustedes dos- Dijo Ichinose de manera calmada, ya no estaba tan preocupado por el tema, agradecía que ningún plato se hubiera roto-
Ittoki se quedó callado. Lentamente una sonrisa llena de felicidad se fue asomando en sus labios, dejando ver su bella dentadura y cautivando al peliazulado que estaba frente a él, con el semblante serio pero viendo aquella expresión del pelirrojo que, internamente, lo emocionó...
-Eso te tenía tan pensativo?- Preguntó curiosa y seductoramente el pelirrojo, encorvando un poco su espalda, quedando cara a cara con Ichinose, este asintió lentamente- Y... Te molesta?- Preguntó nuevamente Ittoki mientras agarraba la mano del contrario, besándole sobre los nudillos con suavidad, viendo como el mayordomo negaba con sus mejillas rosadas-
-Yo... Tengo que hacer otras cosas, Joven Ittoki- Comentó el pelioscuro al desviar su mirada, notando por el rabillo del ojo como el nombrado sonreía y soltaba su mano lentamente. Inmediatamente, al sentir eso, salió de la cocina tranquilo pero con la cabeza gacha, luego fue al baño y vio como sus mejillas permanecían rojas y tibias-
El joven Otoya había visto una oportunidad nuevamente. Sabía que a Ichinose también le gustaba, sino no se dejaría besar por el pelirrojo, no se sonrojaría o no se pondría nervioso con su presencia... Eso cada vez motivaba más al de ojos carmesí, lo emocionaba y se le llegaban a ocurrir muchas ideas.
Inmediatamente se dirigió a su alcoba, ahí estaría tranquilo por el momento de alegría. Luego de un par de horas, fue a ver a sus padres, estos ya se iban a ir y a llevaban un par de maletas...
-Permiso- Dijo Ittoki al entrar a la habitación y ver a su madre vestida de manera formal, con un bonito vestido rosado-
-Hijo!- Saludó alegre la madre al joven- Ichinose ya te contó? Nos iremos de viaje- Comentó melancólica la señora, abrazando a su hijo-
-Si, ya lo se- Correspondió el abrazo el pelirrojo, oliendo el fuerte y dulce perfume de su madre- Cuanto tiempo será?- Preguntó curioso el chico, separándose un poco de su madre para verla a los ojos-
-Será esta semana. Es un viaje de negocios y tu padre necesita a esos accionistas- Informó la señora mientras ponía un dedo en su barbilla, pareciendo pensativa al respecto-
-Jeje ya veo- Se limitó a decir el de ojos rojos. Sonrió tranquilo ante aquello cuando en realidad la emoción no cabía en su cuerpo- Cuando se vas? -Preguntó nuevamente el joven-
-Ahora nos vamos, querido. Te vez muy curioso, vas a hacer algo?- Preguntó la madre mientras miraba a su hijo con sospecha-
-Jaja nada interesante. Tocar música y ya- Sonrió el pelirrojo, convenciendo a su madre de sus palabras- Solo quería saber ya que Ichinose no lo sabe, se lo dire luego- Comentó Ittoki con tranquilidad, aparte de buen músico, era buen actor-
La señora le sonrió a su hijo alegremente. Lograba notar la emoción que este tenía pero no le preocupaba, que cosas malas podría hacer su hijo? Entonces Ittoki, luego de aquella charla, salió de la habitación, recordando que en unos minutos sus padres se irían junto los de Ichinose, eso era acaso cosa del destino? Todo apuntaba a que algo pasaría entre él y el mayordomo, claro, solo él lo pensaba...
-Minutos Después-
-Chao mis amores! Los voy a extrañar!- Se despidió la madre de sus dos hijos, Cecil había llegado a tiempo para la despedida, Ichinose le había avisado-
-Mami, no es por mucho tiempo- Rio Cecil tranquilo mientras abrazaba a su madre, luego se separó para sonreírle-
-Pero aun así te extrañaremos- Terminó la frase el pelirrojo, abrazando a la señora con cariño-
-Y a mi nadie me va a extrañar? Está bien...- Preguntó dramático el padre de la familia, luego desvió su mirada, escuchando las risas de sus hijos quienes fueron a abrazarlo- Así si- Comentó cómico el hombre, abrazando a cada hijo con un brazo-
Mientras, Ichinose se despedía de sus padres...
-Se cuidan. Los llamaré cuando pueda. Cualquier cosa ustedes llaman- Decía el joven mayordomo, le preocupaba que sus padres fueran en ese estado, es decir, estaban mayores y le daba miedo que algo les pasara-
-Tranquilo hijo, estaremos viejos pero tenemos fuerza- Dijo su padre, mostrando una sonrisa-
-Mi niño, te cuidas. Recuerda comer bien- Dijo esta vez la madre del joven, acariciándole la mejilla y sonriéndole tiernamente-
-Bi-Bien...- Respondió más aliviado el joven, luego abrazo a sus padres para despedirse-
Todos se despidieron entre abrazos y ligeras risas. Los padres de Ichinose estaban felices de aún servirles a sus jefes y estos, felices de tener compañía, entre amabas parejas se llevaban bien. Entonces, el auto partió camino al aeropuerto, y ahí, luego de una mirada nostálgica, Ichinose cerró la puerta.
Los tres jóvenes quedaron como si nada hubiera ocurrido. Solo la ligera preocupación de quedarse solos, pero aparte, era normal. Los padres de la familia viajaban una vez al mes por negocios y se llevaban a los padres de Ichinose consigo, pero esta era la primera vez que se iban durante una semana entera...
-Ahora que hacemos?- Preguntó Cecil curioso, viendo a su hermano y al mayordomo-
-Voy a arreglar las habitaciones, con permiso jóvenes- Aviso Ichinose y se retiró hacia las habitaciones de los jefes-
-Fu...-Bufó bajito el pelirrojo al ver que Tokiya se había ido- Que quieres hacer Cecil?- Preguntó Ittoki a su hermano, sonriendo con alegría, sin preocupaciones-
-Videojuegos?-Preguntó con una ceja alzada el hermano menor-
-Videojuegos- Afirmó el contrario con risas- Pido el control de platino- Avisó acelerado y corrió hacia la sala de juegos lo más rápido que pudo-
-Ey!- Exclamó el menor y corrió tras su hermano, también quería el dichoso control de platino-
Ahora Ichinose tendría que convivir más con ese par de niños, no le molestaba pero, de alguna forma, se sentía nervioso por estar una semana con ellos...
El día paso tranquilo, todos comieron como si nada hubiera pasado y la tarde fue tranquila Ya Ittoki tenía lista su canción, la letra y la melodía, era una hermosa melodía que representaba todo lo que sentía por el mayordomo, era inspiración pura y ya quería tocarla completa, quería que Ichinose le aceptara ser su pareja oficialmente... Por lo menos para él.
Mientras, el joven mayordomo ya había arreglado toda la casa, no tenía mucho que hacer ahora. Los jóvenes que estaban bajo su cuidado no eran revoltosos a pesar que actuaban como niños. Entonces, ya marcando las 6:45pm, se dispuso a hacer la cena, algo sencillo pero delicioso... Quizá pollo asado con papas estaría bien, acompañado con un jugo o una merengada de lo que fuera que hubiera.
Entonces, mientras servía la comida en la mesa, un pelirrojo lo abrazó por la espalda sorpresivamente...
-Eh... Joven Ittoki-Dijo el joven mayordomo al sentir un par de manos alrededor de sus caderas-
-Huele bien, Ichinose- Musitó el nombrado cerca del oído del más bajo, notando como este se tensaba un poco y viendo sus orejas rojas- Tu también hueles bien...- Añadió en un tono de voz más bajo, rozando con su nariz la piel clara del mayordomo-
-Jo-Joven Ittoki... No es momento de jugar- Musitó nervioso el mayordomo, tratando de mantener su respiración calmada y sus ideas ordenadas, ahora estaba muy nervioso y no pensaba claramente en lo que hacía-
-Ichinose... Yo si quiero jugar un ratito- Comentó como un niño el pelirrojo y rozó sus labios por el cuello del nombrado, notando como este temblaba ligeramente bajo su agarre-
-Hola!- Llegó de repente Cecil, mirando con picardía a su hermano junto al sonrojado mayordomo, ambos que se acababan de alejar hacia un par de segundos- Que hacían...?- Preguntó con curiosidad y sentándose frente al par de adolescentes, los cuales estaban con las miradas desviadas-
Cecil contenía sus ganas de reír. Sabía que el pobre de Tokiya estaba siendo nuevamente acosado por su hermano pero, no se veía que le disgustara del todo, eso era una señal bastante clara. Podía ver el rostro sonrojado del pelioscuro a pesar de que tuviera la cara desviada y también lograba ver el ligero fastidio que reflejaba rostro de su hermano, debido a su intromisión...
-Eh... Joven Cecil, espero que le guste la comida. Joven Ittoki, sientese a comer y espero que también le guste- Comentó con la cabeza gacha el joven de cabellos oscuros, viendo como el hermano mayor se sentaba en la silla-
-Sientate con nosotros, Ichinose- Añadió feliz el pelicastaño, notando la mirada sorpresiva del recién invitado a comer y la mirada de súplica que le regalaba el pelirrojo a este-
Tokiya dudó por un par de segundos esa invitación, pero luego fue jalado a la mesa por ambos hermanos, siendo sentado en medio de los dos. Los hermanos se rieron ligeramente ya que el mayordomo se veía apenado, entonces, para calmar el ambiente, Ittoki agarró un plato sobrante y puso lo que había en su plato. Al tener el plato nuevamente preparado, se lo puso enfrente al joven mayordomo recibiendo una mirada sorpresiva de este...
-Buen provecho a todos- Deseó amablemente Ittoki mientras pasaba su ojos por Cecil y por Ichinose-
Entonces empezó a comer tranquilamente al igual que lo hacía Cecil pero, Ichinose, por otro lado, se sentía aún apenado y era una de las pocas veces que comía en la mesa. No se sentía tranquilo estando ahí, no era costumbre...
-Tokiya, sé que no es costumbre pero... podrías comer con nosotros? Somos amigos, no?- Preguntó casi en afirmación Cecil, notando lo intranquilo que se encontraba el mayordomo-
-Ichinose, recuerda que todos tenemos la misma edad. Nosotros no somos unos niños ricos y tu no eres un mayordomo, así que no te sientas raro estando aquí, si?- Pidió igual Ittoki, mirando detenidamente al joven de cabellos oscuros- Hagamos como cuando éramos niños, esos días en los que comíamos en la sala o en los cuartos, los tres juntos- Añadió junto a una sonrisa nostálgica, recordando que desde aquel entonces, su amigo era serio y tenía ese sentimiento por él que en ese momento desconocía-
-Jóvenes...-Iba a hablar el aludido y fue interrumpido por ambos hermanos-
-No nos trates de usted- Reclamaron al mismo tiempo el par de hermanos, luego se miraron entre si y rieron, siendo impresionados por las ligera risa del mayordomo, esa tímida risa que fue levemente tapada con una mano-
El pelirronjo quedó embobado con aquella tierna reacción de parte de su querido amigo. Este inmediatamente desvió nuevamente la mirada, dejando una pequeña sonrisa formada en sus labios...
-Gracias, chicos- Agradeció el pelioscuro, una simple frase que contentó al par de hermanos-
Finalmente los tres empezaron a comer tranquilamente, ya Ichinose no se sentía tan incómodo. Mientras, el par de hermanos hacían bromas o cosas graciosas para reírse, cumpliendo con el objetivo durante la cena.
Al terminar la cena, todos recogieron sus platos ya que los Otoya no dejaron a Ichinose hacer todo. Esa sería una semana distinta, la vida cotidiana de cada uno cambiaría un poco.
-Gracias Ichinose, estaba bueno!- Agradeció el castaño con alegría y luego subió corriendo a su habitación, aun sin recibir respuesta del nombrado quien quedó ligeramente impresionado-
-Estuvo rico Ichinose, muchas gracias- Agradeció igual el pelirrojo que acompañaba al mayordomo desde el mesón que había en la cocina, mirando atentamente al pelioscuro-
-No hay de que Jo...-Pausó sus palabras durante un pequeño momento- ...Ittoki- Finalizó, recordando que debía llamar a sus amigos como amigos, no como si fueran algo más a él-
-Jm... Ahora quiero hacer algo, no sé qué!- Se quejó como niño el pelirrojo, aproximándose al mayordomo y abrazándolo nuevamente por la espalda, viendo como este se sorprendía- Tokiya, quieres hacer algo?- Preguntó curioso el pelirrojo, mirando desde su perspectiva al nombrado-
-Cómo qué?- Preguntó el susodicho, tratando de disimular su acelerado corazón y sintiendo como sus mejillas se mantenían tibias-
-Hay tanto que podríamos hacer- Murmuró con inocencia, rozando nuevamente con su nariz el cuello del pelioscuro-
-Tokiya... Tú me quieres?- Preguntó de repente el pelirrojo, provocando que el pelioscuro se sorprendiera un poco más y se sonrojara-
-Jo-Joven Ittoki... Que pre-pregunta es esa...?- Preguntó con nervios Ichinose, bajando ligeramente la cabeza debido a que se sentía avergonzado por lo tibia que sentía la cara, sabía que estaba ruborizado y bastante-
-Yo siempre te digo que te quiero... -Murmuró bajito el pelirrojo, apretando un poco más la cintura de su mayordomo y provocando que este se preocupara un poco-
-Ittoki...- Le nombró el más bajo al pelirrojo, no recibió respuesta. Suspiró aun sonrojado y se volteó de manera que aún estuviera entre los brazos de su jefe, luego le miró a los ojos y vio la ligera tristeza que estos poseían- Esto... Esto puede ser algo imposible... pero te quiero mucho... no solo como mi amigo...- Empezó a frasear de manera baja, su garganta guardaba su sonido por lo que se le dificultaba un poco el hablar-
-Ichinose...- Nombró impresionado el más alto-
-A pesar de que no deberías estar enamorado de mi... Yo también estoy enamorado de ti... Y todo es tu culpa...-Continuó el pelioscuro, aferrando sus manos a la camisa del músico, evitando verle directamente- Tu hiciste que me enamorara de ti... Con tu ternura, tus besos, todo tú...- Tragó saliva el más bajo, sintiendo como sus mejillas le ardían y como ligeramente temblaba por el nerviosismo-
-Y después preguntas por qué te amo... Ichinoso, te amo- Dijo alegre el pelirrojo y alzó sorpresivamente la mirada del nombrado. Miró fijamente sus ojos con alegría y robó inmediatamente sus labios, juntándolos en un beso experimentado y tierno, lleno de sentimiento-
Ambos jóvenes estaban felices. Ichinose seguía nervioso, más por aquel beso que aún seguía, ese beso que lo embobó nuevamente y que le debilitó el cuerpo, le robó el alma. Ittoki, por su lado, desbordaba alegría de sus poros, todo lo que le había dicho el mayordomo le había emocionado bastante, gracias eso el besó nació entre los dos...
Entonces, cuando el aire ya faltaba en el pecho de ambos, Ichinose se aferró más a la camisa del pelirrojo para ver como este se separaba lentamente, dejando un casi invisible hilo de saliva entre sus bocas, ese típico hilo nacido de un beso apasionado pero a la vez tierno.
-No sabes lo feliz que me haces!- Comentó contento el músico antes de abrazar al mayordomo que seguía risueño-
-Ittoki...- Nombró, dejando escuchar una voz tranquila y ligeramente aliviada o sumisa. Seguía impresionado por aquel beso, nunca se habían besado con tan alta intensidad, fue uno de los besos que no solo sonrojo al más bajo, sino que lo dejó risueño y debilitado-
-Ichinose, te amo- Murmuró nuevamente el pelirrojo cerca del oído del mayordomo, notando como este aún tenía el rostro rojizo, haciéndolo ver más tierno-
-Y yo mucho más a ti... Ittoki- Respondió el de cabellos oscuros para luego desviar la mirada, ya estaba volviendo en sí y aun así dijo lo que sentía-
-Ahora no te voy a soltar en toda la semana- Comentó como niño el pelirrojo, abrazando tiernamente al más bajo y frotando su cabeza contra la cabeza de este-
-Ittoki, tengo que hacer más cosas...- Rio ligero el joven mayordomo y acarició suavemente la cabeza del músico-
-Pero...- Trató de quejarse el más alto, pasando ligeramente su boca por la coronilla del contrario, pero fue interrumpido-
-Aún tenemos toda la semana...-Comentó sonrojado el de cabellos oscuros, notando el pequeño sobresalto del contrario pero, a la vez, sintiendo la emoción canina que este emanaba; se imaginaba al pelirrojo con orejas y cola de cachorro-
El joven Otoya estaba feliz, ya nada le quitaría la sonrisa en la semana. Entonces, antes de irse, robó nuevamente los labios del más bajo y salió corriendo de la cocina, dejando a un Ichinose rojo como un tomate y con los ojos brillantes...
-Tenía que caer, verdad?- Se reclamó el mayordomo con una ligera sonrisa, luego se volteó para seguir acomodando lo que estaba mal en la cocina-
Por otro lado, Ittoki salió alegre de la cocina, iba tal cual niño cuando le acababan de comprar un peluche... Entonces vio como Cecil estaba cerca, tecleando rápidamente en su teléfono y con una sonrisa traviesa.
-Ittoki... Hermano bello. Ya conseguiste conquistarlo?- Preguntó el castaño al mirar a su hermano mayor y luego volver a su teléfono- Se ven bien juntos- Aduló, notando por el rabillo del ojo como su hermano se acercaba velozmente-
-Lo viste?- Preguntó un poco nervioso pero sin disimular su sonrisa aquel pelirrojo con camiseta negra-
-Todo, mira- Contestó Cecil para luego mostrar la pantalla del celular. Ahí, en un mensaje enviado a su novia, Haru, estaba Ittoki besando apasionadamente al mayordomo-
-Cecil...- Dijo ligeramente serio, notando como como su hermano cambiaba su expresión a una más nerviosa- Pásame la foto- Dijo con tranquilidad luego de unos segundos, entonces sacó su celular y prendió esperó a que su hermano le mandara la foto-
-Ah... *Que susto* -Pensó aliviado el castaño para luego mandarle, a través de un mensaje, la foto a Ittoki, quien esperaba animado-
Luego de que la foto llegara a la memoria del teléfono del pelirrojo, sonrió tiernamente mientras miraba la pantalla del celular. Era una imagen tan tierna y a la vez tan apasionada, Ichinose se veía muy adorable, según él...
-Ittoki- Sacó Cecil de sus pensamientos al nombrado- Que piensas hacer esta semana?- Preguntó insinuadoramente a su hermano, viendo el mensaje que su novia le acababa de mandar-
-Pues... Aún no lo sé...- Contestó pensativo Ittoki, se imaginaba muchas cosas, citas con Ichinose, aunque ya habían tenido muchas y muy especiales-
El pelirrojo se acordaba de cada cita, fueron muchas, muy especiales para él. La primera vez que cocinó con Ichinose, la primera vez que le vio un bigote de crema al mayordomo gracias a un café con leche, su primer beso... Momentos que, aunque fueron insignificantes para muchos, muy importantes para él.
Pasó la tarde tranquila, el joven Otoya se la pasó encerrado en su estudio terminando su canción hasta que le llegó el sueño, había escrito mucho y sus dedos estaban ligeramente entumecidos debido a sostener la púa durante un buen rato...
-Ay Ichinose... Quien diría que terminaríamos en estas situaciones- Rio alegre pero bajito, recostando suavemente su cabeza en la pared blanca de su estudio-
-Jm... Joven Ittoki?- Tocó la puerta el mayordomo, esperando alguna respuesta, la cual no recibió- Joven Ittoki, debe...- Entró rápido a la habitación, viendo al somnoliento pelirrojo con la guitarra sobre sus piernas-
-Um? Ichinose...?- Murmuró el músico al abrir un poco más sus ojos y dejar la guitarra a un lado, viendo como el mayordomo se acercaba-
-Joven, debe ir a dormir a su cama- Comentó el de cabellos oscuros al acercarse para ayudarle a levantar-
-S-Si... Disculpa- Sonrió inocente y cerró el cuaderno donde estaba escribiendo la canción que iría dedicada al mayordomo. Luego agarró la mano de este para levantarse y dirigirse con él a la habitación-
El mayordomo quedó un poco intrigado debido al veloz movimiento del pelirrojo por cerrar aquel cuaderno, pero trató de no tomarle importancia. Entonces, se encamino junto a su amo hacía su habitación, era tarde por lo que le preocupaba que el pelirrojo durmiera mal.
-Tokiya, te quedas conmigo?- Preguntó risueño el más alto, adentrándose a la habitación junto al nombrado-
-Joven Ittoki, yo...- Trató de hablar pero se vio interrumpido por unos labios que los atraparon inmediatamente-
Ittoki había pensado mucho en el tema de que podría hacer para enamorar más al mayordomo. Algo faltaba...
-Ittoki, cálmate- Suspiró Ichinose al separar un poco sus lenguas para tomar aire, sus mejillas estaban rojas y miraba a los ojos aun risueños del más alto, viendo como ese también poseía un ligero rubor en sus mejillas-
-Ichinose- Lo nombró el pelirrojo antes de volverle a besar apasionada mientras desabotonaba la camisa de Tokiya ágilmente. Entonces, separó lentamente aquel beso, mirando como el mayordomo quedaba con los ojos brillantes y perdidos en su mirada-
Ittoki no sabía exactamente lo que hacía pero sabía a la vez, estaba con sueño pero quería hacer lo que estaba empezando. Rápidamente empezó a besar el cuello del más bajo, succionarlo y chuparlo, dejando marcas en esta clara piel; así, siguió bajando hacia el pecho de este y notó como ligeramente su cuerpo se estremecía pero, algo lo detuvo... Una gota de agua se estaba derramando por aquel torso que estaba besando.
Inmediatamente subió su mirada y vio como Ichinose tapaba su boca con el puente de su mano y mantenía sus ojos cerrados con fuerza, dejando salir algunas lágrimas de ellos...
-Ichinose...- Se alejó rápidamente del joven, viendo como este seguía con sus ojos cerrados y temblando por querer aguantar las lágrimas vergonzosas que salían por segunda vez frente al pelirrojo-
Ittoki se quedó en blanco, que había ocurrido? Sin pensárselo dos veces, abrazó fuerte al mayordomo y sintió como este lo rodeaba con sus brazos y recostaba la cabeza sobre su hombro...
-Yo... Discúlpame- Murmuró el de cabellos oscuros, tratando de parar sus sollozos y explicar lo que había pasado... Miedo-
-Ichinose, no era mi intención asustarte...- Murmuró el pelirrojo abrazando fuertemente al más bajo, no sabía que pensar luego de ver esos ojos cristalizados y sentir que estaba lastimando al amor de su vida-
-Pue-Puedo dormir contigo...?- Susurró el mayordomo y detuvo un poco sus sollozos, luego se separó un poco del contrario para mirarle... Se sentía avergonzado y triste-
-Claro...- Murmuró Ittoki con una suave sonrisa y agarrando las mejillas del más bajo con sus manos delicadamente, quitando aquellos caminos de lágrimas y besando tiernamente esos finos labios-
El mayordomo correspondió lentamente aquel beso, sabiendo que no llegaría a más de eso, un beso. Luego, ambos se separaron para mirarse, la mirada del más bajo estaba brillante y con un toque de tristeza, mientras la mirada carmesí de Ittoki estaba iluminada pero culpable, no le era reconfortante ver esa mirada en su pelioscuro y era algo que no le iba a ayudar por los momentos, quizá el dormir juntos si pero lo demás no...
Ambos se acostaron en la cama, Ichinose con cierta pena ya que hacía años no dormía ahí junto a su superior. Entonces, cuando Ittoki se acostó y le hizo un espacio entre sus brazos, rápidamente se acostó y recostó su cabeza en el pecho de este, mientras sentía como los brazos del pelirrojo le acorralaban, brindándole un tierno abrazo...
*Al paso de unos pocos días...*
*Narra Ittoki*
Esa mirada, esa mirada que poseía temor y nervios, esa mirada que no se borra de mi cabeza desde estos últimos 4 días. Como es que pude ser tan idiota? Ichinose ha estado distraído, se le ve triste, no sé qué hacer, fui muy rápido y lo asuste... No era la idea. Y aun así sigue aceptando mis besos y mis abrazos, ¿¡cómo no iba a enamorarme de él?!
Estaba en la clase de matemática cuando sentí que algo me pegó en la cabeza, una bola de papel, me la había tirado mi amigo Natsuki ya que lo mire y él me estaba mirando...
"Que ha pasado Otoyan? Has estado muy apartado, ocurrió algo en tu casa? Nos tienes que contar! O... Paso algo con Ichinose?
PD: Mira hacia adelante para que no te saquen del aula."
Wow... Era tan obvio? Suspire irritado, tenía que hacer algo luego de clases.
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Pasó el día, le contó a mis amigos que había ocurrido y todos llegaron a la conclusión que "Había ido muy rápido y que ahora tenía que mimar a Ichinose para que no se sintiera mal, que tocara la canción que le dedique". Me pareció buena idea... Lo haría apenas llegara a casa, pero tengo que hacerle unos ajustes.
Llegue a casa acelerado y mire en la cocina, Ichinose estaba por servir la comida, se le veía aún apagado... Rayos.
-Ichinose, ya llegue- Comente al asomarme, acercándome a él-
-Bienvenido Joven Ittoki- Saludó mi pelioscuro y me dedicó una suave sonrisa- Ya le sirvo su almuerzo- Comentó tranquilo, bajando un poco su mirada-
-No te preocupes, recuerda que puedes tratar de tú- Reí leve y le bese la frente, notando como sus mejillas se sonrojaban- Iré al estudio, no tengo mucha hambre pero gracias- Sonreí sincero y esta vez le bese los labios rápidamente para luego irme-
Era hora de trabajar y la comida, por ahora, no estaba en mis planes...
*Narra Ichinose*
Que tendrá? Será que sigue molesto conmigo? Lo he notado alejado, me sigue demostrando su cariño pero su alegría está ligeramente disminuida... Eso me preocupa.
Realmente me asuste cuando estaba a punto de llegar a algo más que un beso, pero era el temor de que no le gustara... Lo sé, parezco una chica enamorada pero soy un chico, así que quítense la idea de la cabeza.
En fin, hoy había llegado rarísimo, no quiso comer, fue directo a su estudio, no sin antes darme un beso. Ahora yo estaba más nervioso cada vez que lo veía, cada vez que me besaba o que me abrazaba. Por lo que sé, mañana no tiene clases, tendrá cuatro días libres, pero su hermano si tiene.
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Pasó la hora del almuerzo y la de la cena Ittoki aún no salía de su estudio... Pasará algo?
Sin pensármelo mucho, tome aire y me encamine al lugar donde se la había pasado todo el día, todas esas horas sin verle...
*Narra Ittoki*
Que sueño! Pase toda la tarde modificando la canción, le agregué y quite acordes, cambie palabras y demás, me moría de hambre.
Estaba por quedarme dormido mientras escribía en mi cuaderno, no aguantaba los ojos, por lo que los masajee tranquilamente. Entonces, fue cuando escuche que alguien abría la puerta, agarrándome desprevenido...
-Joven Ittoki... Se encuentra bien?- Preguntó un preocupado Ichinose mientras se asomaba por la puerta-
-Ichinose- Le nombré sorprendido, viendo como entraba al estudio con sus manos en la espalda, inmediatamente cerré el cuaderno junto al lápiz y deje mi guitarra a un lado- Disculpa, estaba ocupado-
-Disculpe mi intromisión... Pero no ha comido nada en todo el día...- Comentó esto último mientras bajaba un poco la mirada, se veía preocupado y sus mejillas poseían un ligero rubor-
-Jaja no te preocupes, Tokiya- Dije al sonreír y bostezar rápidamente, entonces noté como Ichinose se acercaba a mí y me miraba desde su altura-
-Joven Ittoki...- Me nombró con pena mientras me miraba, captando mi atención enteramente ya que se veía muy tierno y de alguna manera... deseoso- Cierre los ojos, por favor...- Pidió al cerrar sus ojos y tragó saliva sonoramente-
Algo impresionado, hice caso a lo que me pidió y trague saliva para calmarme también. Luego, sentí como Ichinose se sentaba sobre mis piernas, las cuales estaban estiradas. Sus brazos se aferraron a mis hombros y terminó de acomodarse encima de mí...
Estaba en un momento de tensión, que estaba por pasar? Entonces, sentí como sus labios se pegaban a los míos con nervios. Inmediatamente abrí los ojos y correspondí el beso, viendo como él mantenía sus ojos cerrados pero... de a poco, se fue tranquilizando.
-Ichinose- Nombré al terminar aquel tierno y apasionado beso, mirando como mantenía sus piernas abierta hacia los lados, pegando su trasero directamente en mi entrepierna- Estás...- Trate de hablar, no quería que lo de la otra noche volviera a ocurrir-
-Ittoki...- Me nombró el pelioscuro con tranquilidad, dándome una cierta insinuación muy tentadora-
-Ichinose, seguro?- Pregunte, mirándolo con mis ojos rojos. No quería volver a cometer un error-
-Si- Se limitó a decir el contrario, afincándose en mi entrepierna, provocando que me tensara un poco más, debería caer bajo su encanto? Sí-
-Ichinose...- Nombre, no me encontraba seguro, según lo pasado, pensaba que haría algo mal nuevamente, no sabía cómo reaccionar-
-Por favor... Solo déjate llevar- Pidió le mayordomo, el chico que tanto me gustaba, dejando salir un pequeño suspiro de sus rosados labios, luego me besó nuevamente, sorprendiéndome por haber adentrado su lengua en mi cavidad boca-
*Narra la Narradora*
Nuevamente Ittoki había entrado en hipnosis por esos dulces labios. Ichinose se estaba dejando llevar por el momento, sabía que no debía tener miedo. Si, sería su primera vez pero iba a ser con el chico que quería, aquel pelirrojo que le animaba siempre y que nunca permitió que entristeciera...
-Ichinose...- Suspiró el músico al separar ese beso por falta de aire. Entonces vio el sonrojado rostro del mayordomo y terminó de rodear la cintura de este con sus brazos, apegándolo más a sí-
Ittoki abrazó con necesidad al contrario, apoyando su cabeza en el pecho de él. Ichinose sonrió ligeramente, estaba contento por lo que correspondió aquel abrazo; fue entonces que sintió como su corbata era zafada de su cuello, luego dejó escapar un suspiro de su boca debido a una mordida que sintió en su pecho, ¿En qué momento Ittoki le había desabrochado los primeros botones de la camisa? Entonces las mordidas pasaron a ser en su cuello, provocando que lanzara un poco su cabeza hacía atrás, tratando de mantener la calma.
El pelirrojo dejó múltiples marcas rojizas en la piel clara de su querido pelioscuro. Este trataba de ahogar sus gemidos y jadeos ¿Quién diría que su cuello fuera tan sensible, o cualquier lugar de su cuerpo, con el simple tacto de su amo? Ittoki, con su mano libre, fue desabrochando los botones sobrantes de la molesta camisa de su querido amigo, dejando ver sus duros y rosados pezones.
-Ichinose... Quiero que cantes para mí- Pidió seductor el pelirrojo antes de tocar un pezón, escuchando el jadeo del contrario y sonriendo por aquella reacción-
-I-Ittoki...- Le nombró sonrojado el mayordomo. Luego acomodó sus brazos alrededor del cuello del músico para, seguido, acercarse y besarlo tierna y apasionadamente, siendo inmediatamente correspondido-
El joven pelirrojo no controló más sus sentidos durante ese beso, entonces, su mano, la cual estaba alrededor de la cintura del mayordomo, fue bajando hasta el principio de los pantalones negros de este; lentamente fue introduciendo su mano por ahí mientras con la otra seguía jugando en el pecho del mayordomo indefenso...
Ittoki profundizó aquel beso, provocando que Ichinose se sobresaltara un poco pero aun así, tratara de seguir con aquello. Entonces el beso terminó, dejando a un muy sonrojado pelioscuro y a un seductor pelirrojo que se relamía los labios lentamente... Instintivamente Tokiya dejó salir un ligero jadeo al sentir como la fría mano del contrario, tocaba su trasero, no se había percatado hasta que sintió el apretón. Ese gesto, fue una de las cosas que animó más a Ittoki por lo que, en un abrir y cerrar de ojos, abrió el cierre del pantalón para quitárselo a su querido amigo junto con los boxer, de una forma bastante rápida, como si ya hubiera pensado en hacer eso momentos antes.
-Ichinose, estas bien?- Preguntó preocupado el pelirrojo, quería que todo estuviera bien ya que venía "la escena"-
-Si... Ittoki... S-Se gentil, si?- Pidió tierna y tímidamente el pelioscuro, sus ojos brillaban y dejaban ver una parte del mayordomo que el joven Ittoki nunca había visto, una parte que le gustó bastante y asintió sin dudar por un segundo-
El dominante, Ittoki, mantuvo su brazo derecho alrededor de la cintura del contrario y con su mano en una de sus nalgas, apretándola ligeramente, mientras con su mano libre, la que había hecho un buen trabajo al quitar la ropa del joven, fue hacia el miembro erecto de Tokiya; lo tocó levemente primero, viendo la reacción nerviosa y avergonzada de la cara de su amado pelioscuro, luego lo agarró entre su mano y lo empezó a estimular de arriba a abajo, un vaivén suave que provocaba que el sumiso, Ichinose, dejara salir varios suspiros y jadeos de su boca, provocando que la hombría del pelirrojo se apretara más contra su pantalón, aun, de colegio.
-Ichinose... Cantas hermoso- Se refirió a los jadeos del nombrado, Ittoki. Mientras masturbaba al pelioscuro, miraba fijamente su rostro y este le miraba igual, fijamente a los ojos-
-Ittoki...Ah...Ah... Yo...- Intentó hablar Tokiya entre ligeros jadeos, quería más rapidez y no sabía cómo pedirla. Entonces se dio cuenta que su dominante había entendido, por lo que empezó a acelerar el vaivén de su mano-
-Qué lindo te vez en estos momentos- Murmuró el músico sobre los labios del mayordomo, viendo como este se tapaba la boca con la mano para no sonar tan fuerte. Entonces, sin querer, Ichinose apoyó una de sus manos sobre el miembro atrapado del pelirrojo, lo que le hizo a este soltar un grave jadeo-
-Dis...Ah...Disculpa...Ah... Ah...I...Ittoki...-Quiso avisar el pelioscuro. El nombrado inmediatamente entendió y aceleró más aquel vaivén, viendo segundos después como Ichinose se venía en su mano y dejaba salir un gemido ahogado que favoreció sus oídos, luego recostó su cabeza en el hombro del pelirrojo, con la respiración agitada-
-Siguiente paso pequeño- Murmuró el músico al oído del contario, notando como este se estremecía. Luego se quitó la camisa de manera rápida y la tiró a un lado, acomodó a Ichinose sobre sus piernas e hizo que le mirara directo a los ojos-
El mayordomo asintió tranquilamente, sus mejillas permanecían rojas y sus ojos brillaban, más su expresión seguía siendo ligeramente seria, natural. Ittoki, por su parte, atrajo dos de sus dedos a la boca del pelioscuro, este entendió lo que tenía que hacer y lamió el par de dedos, dejándolos bien humedecidos y viendo como el pelirrojo se sonrojaba levemente. Entonces, lentamente introdujo uno de sus dedos en la entrada del sumiso, sintiendo como este se estremecía y se aferraba a sus hombros...
-Ah... Ngh...!- Gimió el pelioscuro, luego jadeó ligero, acostumbrándose a la sensación que sentía en su ser-
-Muy bien...- Murmuró el pelirrojo para luego introducir el siguiente dedo, escuchando el sonoro gemido de parte de Ichinose quien arqueó un poco su espalda. Instintivamente empezó a hacer movimientos circulares con sus dedos, también en forma de tijera-
Nuevamente se escucharon los gemidos del pelioscuro intentando ser callados, no consiguiendo ese objetivo. Ya estando acostumbrado, dejó salir sus gemidos de forma tranquila, sintiéndose penosamente bien y, mientras sentía como su garganta a veces se trababa, recostó su frene junto con la del pelirrojo, provocando en este más excitación...
-Ya estás listo- Comentó Ittoki mientras miraba al contrario con dulzura, le escena que estaba presenciando y viviendo se le hacía tierna y apasionada, la primera vez de ambos, algo que nunca olvidaría, algo que no se atrevería a olvidar ya que se estaba volviendo el momento más importante en su vida, bueno, en la vida de ambos-
Ichinose, con nervios, asintió, ya no era capaz de hablar, tenía pena. Entonces, sintió como su pelirrojo le levantó la mirada y lo besó, un beso tierno y largo que los dejaba respirar con alivio. Sintió los dedos del contrario salir de su interior y reprimió un jadeo debido al beso, luego sintió como su joven amo pasaba su manos por uno de sus muslos, eso le daba un pequeña idea de que venía... Lentamente fue apoyando sus rodillas en el frío piso del estudio, quedando un poco más alto, separando lentamente sus labios de los del joven de cabellos rojos.
Otoya sonrió ligero sin despegar la mirada de los ojos oscuros de su sumiso. Tokiya, por su parte, se había acordado de algo que había ocurrido; ese momento en que tocó el miembro de su amo por encima del pantalón. Se imaginaba que estaba sufriendo debido a la presión de la tela, entonces acercó su mano con timidez a aquella zona...
-Ichinose que...- Iba a terminar la pregunta el más alto cuando fue interrumpido por el toque sobre su pantalón, lo cual hizo que se mordiera el labio y desviara la mirada rápidamente, reprimiendo un jadeo ronco-
-Se...Se me olvidaba...- Murmuró el pelioscuro y deslizó su mano sobrante por el pecho desnudo de Ittoki, para llegar sus dos manos al comienzo del pantalón de este. Sonrojado y con las manos temblando, desabrochó el pantalón y bajo parte de la prenda junto con los boxers, estaban sentados y no podía quitárselos enteramente pero lo suficiente como para dejar salir a su "amigo"-
-Ah... Ichinose...-Jadeó el pelirrojo al sentir la mano del contrario alrededor de su miembro erecto, luego miró su rostro, estaba sonrojado hasta las orejas y, a pesar de ello, hacia un buen trabajo al masturbarle-
El mayordomo no hallaba palabras por lo que decidió no decir nada, solo seguir con aquel trabajo que era nuevo para él. Sin embargo, quiso hacer otra cosa mucho más... placentera. Suspiró nuevamente con el toque de las manos del pelirrojo sobre sus muslos, y le miró fijamente mientras se acercaba. Rozó sus labios mientras sentía como el miembro del dominante entraba en sí, gimiendo sobre los labios de este y cerrando los ojos con fuerza debido al dolor que sentía, era su primera vez después de todo...
-Ichinose... Ah...-Jadeó ronco el músico mientras sentía el interior del mayordomo, era caliente y angosto-
-It...Itto...Ittoki...- Gimió de dolor el de cabellos oscuros mientras se aferraba sus manos a los hombros del pelirrojo-
-Ey... Calma- Susurró el nombrado anteriormente mientras sostenía las caderas de su querido sumiso. No se imaginaba el dolor que estaba sintiendo por lo que robó sus labios, era lo menos que podía hacer para calmarle; lo beso tiernamente y lamió ligeramente su labio inferior-
-Ittoki...- Murmuró Ichinose luego de unos segundos, ya estaba más acostumbrado a sentir su interior lleno y ahora gemía suavemente sobre los labios del pelirrojo, tratando de tranquilizar su agitada respiración-
-Eres una buena melodía...- Sonrió el dominante y recostó su cabeza en el pecho, levemente sudado, del pelioscuro. Lograba oír su acelerado corazón y eso le animaba. Empezó con las embestidas lentas pero profundas, escuchando los gemidos ligeramente agudos del mayordomo-
Ichinose estaba ruborizado enteramente, su corazón acelerado, no controlaba sus gemidos y jadeos, y aferraba sus manos a los hombros del pelirrojo, aun así fuera placentero para ambos, al mayordomo aún le dolía un poco, pero ese dolor se esfumaba totalmente con el simple hecho de estar con Ittoki...
Sin embargo, no se sentía tan cómodo al igual que Ittoki...
-I...Itto...Ittoki- Jadeó el pelioscuro mientras miraba fijamente los ojos carmesí de su querido pelirrojo, quería que lo recostara en el piso, sabía que así sería mejor para los dos, pero no sabía exactamente que palabras usar- Yo... Tu qui-quisieras...- Gimoteó el pelioscuro, tratando de ahogar sus gemidos y de tapar su boca-
-Acostarte y darte más fuerte... Sí- Terminó la frase aquel músico un segundo antes de cumplir sus palabras. Acostó con cuidado y rapidez al pelioscuro sobre el piso, agarrando seguidamente sus manos para afincarlas contra el piso, así, teniendo mejor soporte para cada embestida que daba-
-Ah!...A-Ah... Itto...Ittoki...Ah...- Gemía el mayordomo al aire, desviando su mirada y cerrando sus ojos debido a la vergüenza que tenía- Ah...Ah!!- Gimió más fuerte el joven, arqueando más su espalda y dejando salir un par de lágrimas de sus ojos-
-Con que aquí...- Murmuró el pelirrojo quedando un momento quieto, viendo como el mayordomo aplanaba lentamente su espalda. Una sonrisa ladina apareció en sus labios, entonces fue que comenzó nuevamente con el movimiento de caderas de adelante hacia atrás, pegando en ese lugar que volvía loco al pelioscuro, Ichinose-
-Ittoki... Ittoki... Ittoki...-Era lo único que salía de los labios finos de Ichinose. Realmente ya no era capaz de controlar sus sentidos enteramente; Instintivamente estiró un poco sus brazos, soltando las manos del pelirrojo, y los acercó hasta los hombros de este. Al ya tenerlos asegurados, intentó alzarse un poco para esconder su rostro en aquel espacio entre el cuello y el hombro-
El pelirrojo, hipnotizado por aquella imagen tierna y excitante de parte de su amigo, instantáneamente lo abrazó con una de sus brazos, logrando así, apegarlo más a sí para que este se acomodara como quería. Aceleró a de a poco las embestidas, pegando en ese lugar que hacia gemir al pelioscuro de forma más aguda y temblorosa, esos jadeos que entraban en los tímpanos del dominante haciendo que fuera más rápido...
-Itto...Ittoki...Ah...!- Gimió el mayordomo mientras aruñaba ligeramente la espalda del nombrado-
-Ichinose...- Jadeó de manera ronca y grave el músico, apegando su boca en el cuello del pelioscuro, besando, chupando y luego lamiendo, dejando así una pequeña marca roja y notable. Así siguió, dejando más marquitas en la piel de porcelana del mayordomo, luego sintió como una corriente recorrió su cuerpo y, mordiendo un poco más fuerte al pelioscuro, se vino dentro de él-
Ichinose, pocos segundos después, también se vino entre sus vientres, dejando salir un sonoro gemido no solo por aquella excitante sensación sino también por el ligero dolor que le había causado la mordida del pelirrojo en su hombro...
-Ittoki... Eso... Eso dolió...- Se quejó mientras tranquilizaba su respiración y miraba con el ceño levemente fruncido al nombrado, sintiendo como este salía de su interior-
-Eres demasiado excitante, lo sabías? Solo tú me vuelves así de posesivo...- Rio ligero el músico mientras recostaba lentamente al pelioscuro en el piso-
-Eres muy infantil...- Murmuró bajito el mayordomo, aún con sus brazos alrededor del cuello del contrario y sintiendo como sus parpados se cerraban de a poco debido al cansancio- Y aun así... Te amo...- Dijo con cierta alegría y pesadez en los ojos-
-Descansa Ichinose, te agradezco bastante esta noche- Susurró sobre sus labios antes de besarlo dulcemente. Ichinose correspondió y luego le dedicó una ligera sonrisa que enamoró otra vez al pelirrojo. Entonces, este, vio como el pelioscuro se dormía, recostando su cabeza sobre su hombro- Yo te amo mucho más, te has encargado de enamorarme- Murmuró para sí mismo, sintiendo como la emoción le volvía al cuerpo-
Realmente solo tú me haces actuar de esta forma que desconocía de mí...
Un pensamiento muy profundo y filosófico de parte del músico, un pensamiento que quizá escribiera en la letra de la canción que componía
Ittoki, recuperando un poco de energías, cerró un poco la camisa que su, ahora amante, aún llevaba puesta. Se arrodillo con cuidado, subiendo el cierre de su pantalón con rapidez y una sola mano, mientras Ichinose no se separaba de su hombro; entrelazó sus manos por la espalda de este y por debajo de sus rodillas, para así cargarlo con delicadeza.
Realmente se sentía feliz, había imaginado muchas veces como sería hacer a Ichinose suyo, tantas maneras y formas, pero ninguna se acercó a lo que había ocurrido. Nunca imaginó que su sumiso fuera el que lo sedujera en cierta forma, o que lo hicieran en el estudio, su lugar especial. Mientras pensaba en ello, se colocó de pie, viendo el angelical rostro de su mayordomo; se veía tan tranquilo, tan inocente, tan adorable...
Dejando escapar una pequeña risita, salió del estudio. Era tarde, miró el reloj que marcaba la 1:45am; no se vio impresionado, todo había valido la pena. Se encamino hacía las escaleras y las subió con tranquilidad, la emoción quizás le hacía pensar que Ichinose no pesaba o realmente no pesaba como se lo imaginaba.
Silenciosamente se metió en su alcoba y se acostó en la cama aún sin soltar a su amado Ichinose; lo acomodó y lo arropó ya que hacía frío. Luego se acomodó a su lado para estar cómodo, lo abrazó y también se arropó con las suaves sabanas...
-Te amo Ichinose, nunca lo dudes- Murmuró el pelirrojo cerca del oído del nombrado junto a una sonrisa. Luego le besó la frente y pasó hacia atrás unos traviesos mechones de cabello que caían sobre su frente-
Pasaron un par de minutos e Ittoki quedó rendido, se durmió abrazado a su pelioscuro, ahora más feliz que de costumbre...
*A la mañana siguiente...*
El despertador sonó tan molesto como todas las mañanas, eran las 5:15am e Ittoki se despertó primero. Apagó el despertador y sintió como el joven entre sus brazos se empezaba a despertar...
-Ittoki...- Murmuró el sumiso entre los brazos del nombrado, se sentía muy cansado y sabía que se tenía que levantar, pero sus ojos pesaban mucho-
-Shuu...- Alargó el pelirrojo- Sigamos durmiendo- Susurró el músico mientras acariciaba la mejilla del más bajo con una de sus manos, delicada y tiernamente-
-Pero...- Trató de discutir el pelioscuro, frunciendo ligeramente su ceño y haciendo de su mano un puño sobre el pecho del contrario, pero fue callado por unos dulces labios, demandantes y tranquilizadores que lo embobaron más de lo que estaba-
-Nos quedaremos aquí y no se discute, bien?- Murmuró el pelirrojo al separarse de ese necesitado beso, notando las mejillas coloradas de su sumiso, viendo como este relajaba sus músculos y como asentía con sueño-
Ichinose nuevamente se acurrucó en brazos de su superior y este no dudo en abrazarlo para volver a quedarse dormido. El sueño vencía y ninguno de los jóvenes luchó contra él.
*Un par de horas después...*
-Haru, vamos a ver porqué Ittoki no baja, Ichinose tampoco está- Bufó en un puchero Cecil, invitando a su novia a subir las escaleras hacia la habitación del pelirrojo-
Cecil abrió la puerta de la habitación con cuidado y sigilo. Estaba a punto de nombrar a su hermano sino fuera por Haru, su novia, que inmediatamente le tapó la boca. En ese momento la mirada de la pareja quedó estable sobre la cama donde estaba Ittoki junto a Ichinose...
-Qué lindo!- Gritó en un susurro la chica, tan bajito para que solo su novio le escuchara-
-Por fin lo logras hermanito- Murmuró alegre Cecil. Una sonrisa juguetona apareció en sus labios y se adentró en la habitación para cerrar las cortinas, no quería que la pareja se despertara debido a la luz del día-
Al volver con su novia, ambos sacaron sus celulares y tomaron una foto sin sonido a la pareja que yacía sobre la cama, luego se miraron y cerraron la puerta con cuidado...
-Vamos al colegio, Haru- Invitó el castaño, sonriendo y recibiendo la afirmación de la joven a su lado-
La pareja salió alegre de la casa, comerían en el colegio, pero estaban felices por el pelirrojo... Por fin había terminado cumplido con su mayor deseo...
Tener el corazón de Ichinose para él solo...
---Fin---
Espero que les haya gustado, verán que está largo, no? -Le tiran una bebida en la cara- Ok... Yo también los quiero TuT Espero que comentes y voten!! Besos! Los quiero y extraño!!
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