¿Qué Pasaría Si...? -Part 2-
~~¿Qué Pasaría Si...? -Part 2~~
Y en ese pequeño momento, David alzó su mirada y así ambos jóvenes quedaron cara a cara, cada uno sentía la respiración del otro y las mejillas del menor empezaban a agarrar un suave pero notorio color rojizo, bastante tierno ante un chico malo como Alexis.
-Alexis...- La sumisa voz del castaño llegó hasta los oídos del mayor, el cual, inconscientemente, se acercaba de apoco a su rostro.
-A veces, excedes mis limites, renacuajo- Alexis estaba dispuesto a probar nuevamente los labios del de ojos lindos.
-Discúlpame- Y con eso, David fue acercándose también a los labios del contrario, perdiéndose en los ojos de este que aun mantenían esa pizca intimidante.
-Siempre te disculpo- Con ese ligero murmullo, el azabache acarició con cariño la mejilla del de piel clara hasta la quijada de este y juntó sus labios con los contrarios, besando y disfrutando del sabor de esos pequeños labios que en un pasado ya había probado.
Y así, David correspondió al beso de forma tímida, sintiendo como Alexis movía lentamente sus labios; cada joven empezaba a sentir algo extraño, algo que David nunca había experimentado, una rara sensación que lo relajaba y hacía que su pecho se sintiera más caliente; Alexis, aunque ya había besado antes, era la primera vez que besaba en totalidad a un chico, no pensó que se fuera a sentir tan inexplicablemente bien y algo extraño le hacía retumbar el corazón de una forma descomunal.
Lentamente, el pelinegro rodeó la delgada cintura del nerd, sintiendo como este suavemente movía sus brazos hasta dejarlos en su pecho, cosa que le erizó la piel instantáneamente. David sabía que podía salir lastimado, que quizá solo era su imaginación la que lo hacía sentir corazones en el aire, la que lo hacía sentir protegido en cuanto sintió los brazos de su brabucón alrededor de su cintura, la que hacía que disfrutara del tierno beso que de apoco se volvía más intenso; se sentía inseguro y, a la vez, quería que pasara lo que tuviera que pasar. En ese instante, Alexis había terminado de acostar el cuerpo de su nerd favorito sobre las sábanas y, en un movimiento lento y sensual, mordió el labio de su presa y aprovechó para jugar con la lengua del menor que simplemente se dejaba hacer.
El castaño empezó a sentir entonces como era despojado de su camisa y como unas traviesas manos empezaban a jugar en su pecho, deslizándose desde su cintura hasta sus pezones, terminando de llegar hasta su cuello solo para hacerlo temblar; Alexis disfrutó de cada toque que le hacía al cuerpo de su nerd y, cuando llegó al cuello de este, finalizó el beso y pegó su frente contra la contrario, tomándose un momento para ver el rostro de David a punto de volverse un tomate.
Sin embargo, ninguna palabra salía de sus bocas, el silencio no era incómodo y las miradas bastaban para expresar todo lo que callaban y, por ese momento, Alexis olvidó todas sus razones de ser tan frío y David dejó de dudar, de tener miedo. El mayor volvió a besar al castaño mientras se empezaba a quitar la camisa y el nerd se atrevía a acariciar el cabello azabache del dominante, deslizando sus manos hasta los hombros de este, sintiendo nuevamente como su cintura era tocada por las frías manos del brabucón, apegando su vientre al buen trabajado abdomen del de este. Nuevamente el beso terminó por falta de aire y Alexis ya sentía ganas de deborar al pequeño que tenía enfrente, no quería lastimarlo, esta vez se sentía feliz y querido, se podría decir que hasta amado; ¿Era posible que, sin darse cuenta, se haya enamorado de su nerd? Quizá las inexplicables ganas de protegerlo y que el pequeño cerebrito solo estuviese para él, para ningún otro imbécil, solo él, eran una clara afirmación.
Sin poder aguantar sus propios pensamientos, bajó su mirada ligeramente hasta el cuello de David y, como si fuera lo más necesario, mordió la piel con pocas pecas, escuchando un pequeño quejido por parte de su presa, luego lamió la herida y succionó, haciendo que resaltara más aquella marca rojiza. Luego siguió con el camino de chupetones hasta los botones del de gafas, sintiendo como este se estremecía y suspiraba de vez en cuando; jugó tranquilamente con los pezones del menor, masajeando uno y succionando el otro con ayuda de su lengua, disfrutando de todo lo que provocaba en el cuerpo del nerd.
-A-Alexis- Llamó en un suspiro el castaño. Sus ojos empezaban a aguarse y sentía una gran molestia entre sus pantalones.
El susodicho volvió a posicionarse sobre David, dejando sus pezones erectos y más rosados, y le miró fijamente con ese brillo cautivador en sus ojos ¿Estaba haciendo mal? No hallaba respuesta, pero algo en su pecho punzaba al ver los ojos cristalizados de su nerd.
-Co-Confío en ti- Ese murmullo hizo que Alexis mostrara una pequeña sonrisa, casi invisible, pero ahí estaba.
Ya siendo la tercera vez, el azabache besó los labios del contrario mientras despojaba al menor de sus prendas, escuchando un pequeño gemido entre el beso, empezando a imaginar lo que haría en unos minutos. Al separar el beso, Alexis se levantó, quedando de rodillas, admirando lo exquisito que se veía el castaño ante él: sus piernas estaban a cada lado de su cuerpo, sus mejillas estaban rojas, sus lentes estaban que se caían y su respiración estaba entrecortada, añadiendo que sus lisos cabellos estaban ligeramente despeinados y su mirada estaba desviada. Arte que solo el brabucón podía admirar.
Alexis, saliendo de su trance, se acercó nuevamente al rostro del nerd y besó dulce y cortamente los labios de este, luego prosiguió a besarle la mejilla, después el cuello y así hasta que llegó a su vientre; ahí miró de reojo el rostro de su presa, este le miraba con timifez, y con ello, adentró la hombría del menor en su boca, escuchando como este soltaba un gemido levemente agudo.
-A-Ah... N-No... Ah A-Alexis...!- Gimoteaba y jadeaba el castaño, sintiendo como su miembro era lamido y succionado por el brabucón con el que estaba a punto de perder su virginidad.
El pelinegro siguió con su trabajo, escuchando los jadeos y gemidos con su nombre de la persona que, en lo muy profundo, había querido tener en esa posición. Cada vez aumentaba el vaivén con su boca y se aferraba a los muslos del chico castaño, sintiendo la suave y levemente húmeda piel del nerd temblar ante su tacto; pasaron un par de minutos y Alexis sintió como el cuerpo de su presa temblaba y se tensaba.
-N-No...! A-Alexis, ale-aléjate!... Ah- Gimoteaba el menor; sus músculos se tensaban, sintió una corriente eléctrica en su espina dorsal y arqueó su espalda cuando sintió como un líquido salía de su miembro.
El azabache, sintiendo aquella escencia en su boca, tragó todo como si se tratara de un jugo de muy buen sabor; Alexis pensó que era un sabor salado pero con un toque dulce, típico en aquellas bebidas que tomaba después de lod deportes, como algo energizante y adictivo. En cuanto terminó de tragar, nuevamente se posicionó de rodillas, mirando al exhausto David que apenas regularizaba su respiración.
-Dis... Disculpa- Apenas logró formular el menor; tenía vergüenza de lo que acababa de suceder.
Pero aun así, volteó a ver al brabucón con timidez y, en ese momento, este pasó su pulgar por la comisura de sus labios, quitando los restos de líquido que hubieran, y lamió rápidamente su dedo, cosa que avergonzó más al menor el cual desvió su mirada. El pelinegro, luego de aquello, se acomodó entre las piernas del castaño y se apoyó en sus brazos a cada lado de la cabeza de su presa.
El nerd se sentía cansado, y aun así sintió nuevamente como su cuerpo se erizaba con la cercanía del aliento de su brabucón sobre sus labios, sus ojos penetrantes lo miraban con dulzura y, ante eso, no pudo evitar sonreir tiernamente.
-David- Llamó la atención del de gafas-, voy a entrar- Avisó más como una petición. No quería obligar al menor y, aunque no lo pareciera, también estaba nervioso.
-Trata de no ser tan...brusco- Rió ligero el castaño, haciendo que el más alto se sonrojara un poco, cosa que lo enterneció.
-Tienes que avisarme si quieres que me detenga- Murmuró Alexis con cierta preocupación que hasta para él era desconocida. Pero no pudo evitar su voz ronca y terriblemente sensual.
David asintió con inocencia y acarició la mejilla del mayor, notando como este se frotaba contra ella. Este, en un movimiento cuidadoso, le quitó las gafas al nerd y las puso sobre la mesa de noche, al lado de la cama, y apreció con más detalle los grisáceos ojos del castaño, agrandando sus ganas de hacerle el amor.
Y así, Alexis, mientras se concentraba en los ojos del menor, aprovechó a masajear la hombría del castaño y mojar sus dedos con el pre-semen que empezaba a salir, luego de haber escuchado los suspiros del menor que salían directamente en su oído, volviéndolo loco. Discretamente pasó su brazo por debajo de la cintura de David, queriendo simular un abrazo, y rápidamente introdujo uno de sus dedos en la entrada de este, sintiendo lo estrecho de ese lugar. El castaño emitió un pequeño suspiro, se sentía incómodo y, sin poder evitarlo, escondió su rostro en el espacio entre el hombro y el cuello del contrario en busca de acostumbrarse a aquel instruso; Alexis introdujo rápidamente un segundo dedo y empezó a hacer un movimiento como el de las tijetas en aquel virgen orificio para dilatarlo, escucuchando un quejido de dolor por parte del nerd.
-Alexis... Ah... Duele- Murmuró con incomodidad. Sin embargo, el contrario no detuvo su movimiento, en cualquier momento cambiaría aquella sensación.
Luego de algunos segundos, los quejidos se volvieron gemidos y jadeos; David ya se había acostumbrado a aquellos intrusos y Alexis cada vez perdía la paciencia, necesitaba penetrar al menor. Aun así, el azabacje optó por seguir con la dilatación al adentrar un tercer dedo en la cavidad del nerd, simulando embestidas con sus largos dedos y haciendo que el castaño temblara mientras gemía su nombre.
-Ya estás listo...- Murmuró el mayor y, con cuidado, sacó sus dedos de la entrada del contrario.
David se quejó al sentirse vacio, pero ya sabía lo que seguía; Alexis nuevamente se acomodó entre las piernas de su nerd y sacó su miembro de la incomodidad de los boxers, ganándose una mirada ligeramente sorpresiva de David, el cual mantenía sus piernas flexionadas y abiertas. El ojipardo agarró las piernas del sumiso y las acomodó en su cintura; posicionó su hombría en la entrada rosada del castaño y, mientras este se aferraba a las sábanas, fue adentrándose al interior de este con lentitud y cuidado...
-Ah!... A-Alexis ah!...- Gimoteaba con dolor el nerd. Sentía como su cuerpo ardía, sobretodo su entrada trasera, y como su interior se sentía presionado, cada vez más amplio.
El mayor se detuvo por un momento, era nuevo en el tema de tener sexo con un chico, apenas sabía lo que había leído en un página web. Sin embargo, en cuanto vio como el rostro de su presa se relajaba, siguió adentrándose mientras escuchaba los gemidos y suspiros de David, algo que lo volvía loco aunque no quisiese ¿En qué momento David se había vuelto una droga para él?
David, aprovechando que su brabucón se había detenido, trató de regularizar su respiración y miró atento al contrario: se veía tan deseoso y a la vez se aguantaba el poder lastimarlo. ¿Por qué ese chico era la excepción? ¿Que clase de brabucón no golpea a un nerd? Alexis, esa era la respuesta.
Casi al instante, el castaño estiró sus brazos débilmente hacia el ojipardos en busca de alguna seguridad, dando aceptación a lo que pasaría. Alexis, impresionado con dicho gesto, desvió un poco su mirada, dejando ver un leve sonrojo en sus mejillas y, sin poder aguantarlo, rodeó la cintura de su nerd para abrazarlo, adentrando, de una sola estocada, toda su hombría en este y sintiendo como el sumiso temblaba entre sus brazos, clavando sus uñas en su espalda...
-Ah...!- Gimoteó el menor; había dolido mucho.- A-Alexis... Es-Espera...- Jadeó silenciosamente el nerd.
-David...- Murmuró el azabache en un tono de voz grave. Sentía como el interior de su nerd le apretaba y como este temblaba mientras empezaba a jadear más calmado.
Pasaron unos segundos hasta que David movió sus caderas y dejó que un par de gemidos salieran de su boca directamente al oído de su dominante. Alexis, luego de haber soltado un gruñido, acomodó al menor contra las almohadas y se apoyó sus brazos a los costados de la cabeza del castaño, así podría escuchale claramente mientras le embestía y podría besarle con facilidad en cualqueir momento; el mayor respiró profundo para empezar a mover sus caderas lentamente, algo suave pero profundo para que la entrada de su nerd se acostumbrara.
El ojigris mantuvo sus brazos alrededor del contrario en lo que sentía como su interior se estiraba de poco; las estocadas lo hacían jadear y gemir el nombre de su brabucón, y con ello, algunas lágriamas se escapan de sus hermosos ojos debido al dolor que aún sentía, pero que era reemplazado con placer, una rara sensación que le recorría el cuerpo como su fuese una ola de calor.
Alexis ya se empezaba a desesperar, no aguantaba los dulces y malditamente tiernos gemidos y jadeos de su presa, el chico sabía ocmo volverle sólo.
-David... Creéme que... no quiero lastimarte- Murmuró ronco el mayor sobre los labios del nombrado, sintiendo las suaves respiraciones de este al gemir en sus labios; ¿El nerd lo estaba haciendo adrede?
El castaño no entendía bien a lo que se refería el mayor, ya no sentía dolor. Estaba por nombrarle nuevamente, pero el ojipardo rápidamente lo calló con un beso intenso y apasionado para empezar con embestidas más aceleradas y profundas, cosa que David no se esperaba pero que tampoco le molestaba.
El más alto, saciando su hambre del cuerpo del pequeño David, disfrutó mientras escuchaba los gemidos que este soltaba con su nombre durante el beso, apreciando el tierno rostro del sumiso el cual estaba de un color rojizo y resaltaba sus hermosos ojos; Alexis estaba feliz de tener a David así, nunca se había imaginado en una situación así, pero estaba feliz, sobretodo porque el nerd no se mostraba asustado ni obligado a estar haciendo el amor con él.
-A-Alex... xis...Ah!- Gimoteó el castaño más alto que las veces anteriores, eso solo significaba una cosa; Alexis había encontrado su punto.
-No sabes... lo feliz que estoy- Gruñió el nombrado. Rápidamente alzó las piernas del menor sobre sus hombros y se acercó a este para besarlo nuevamente, sin detener sus embestidas fuertes y certeras en el punto dulce del menor.
-Y-Yo... Ah!- Apenas el castaño lograba formular alguna palabra; un delgado hilo de saliva escurría desde la comisura de sus labios y echaba levemente la cabeza hacia atrás debido a la sensación placentera-. Y-Yo... ah... también, Alexis- Pequeña frase que logró decir el menor cerca de los labios de su dominante.
El azabache pudo admirar la sonrisa que su nerd le dedicaba, algo que lo enterneció e hizo que acelerara un poco más las estocadas. David se abrazó más al grueso cuerpo de su brabucón y aruñó un poco su espalda, acción que excitaba al ojipardo.
-Al... Ah... Alexis... Yo...- Trataba de avisar el menor, estaba por correrse por segunda vez. No se imaginaba que con simples actos, sacara a la bestia interiir del brabucón que conocía mejor que nadie.
-Aún no, pequeño- Gruñó con cierta sensualidad el mayor y agarró con una de sua manos el miembro del castaño para tapar la punta, haciendo gemir un poco más fuerte a David.
Las embestidas siguieron en aquel punto especial; David ahora sentía también como su dominante empezaba a marcar su cuello, a besarle y a moder de vez en cuando, volviéndolo loco con tan solo sentir sus labios sobre su piel. Alexis degustaba el sabor de la piel ajena y se mostraba feliz al marcar el cuerpo del menor con sus besos, eran marcas que sólo él podría hacerle, el único que podría tocar aquel hermoso cuerpo y el único dueño de aquel pequeño y dulce corazón.
Cuando el azabache ya hubo termino su obra de arte, se aproximó a los finos labios de David y, antes de unirse en un beso, murmuró nuevamente lo feliz que lo hacía su presencia, ganándose una lágrima de alegría del menor y un profundo beso cariñoso y apasionado. Segundos después, Alexis apretó el agarre a las piernas del menor y este se separó del beso, sintiendo de nuevo esa corriente en su espalda. David, aruñó un poco más fuerte la espalda de su brabucón en el momento en que se vino entre sus vientres, arqueando su columna y este, dejando salir un gruñido, se corrió dentro del nerd, haciendo que este gimiera en forma más aguda su nombre.
David dejó salir al final un suave suspiro, estaba cansado, ni en gimnasia había hecho tanto ejercicio. Inmediatamente sintió como sus piernas eran devueltas a la superficie de la cama y como Alexis se dejaba caer suavemente sobre su pecho; el castaño mantuvo a su ojipardo abrazado, podía sentir las palpitaciones de este y eso le animaba sin poder evitarlo.
Pasaron unos minutos quizás, David se empezaba a quedar dormido pero Alexis se apoyó en sus antebrazos, acercándose a besar al castaño el cual aceptó gustoso. El ojipardo rápidamente sacó su miembro del interior del nerd, escuchando como este soltaba un pequeño jadeo entre el beso y, antes de cualquier otro movimiento, Alexis cambió de posiciones para quedar bajo su sumiso, elcual volvía a teñir sus mejillas de color rosa.
-¿Sabes que te ves lindo de rosa?- Aduló Alexis a escasos centímetros de los labios ajenos.
-Cá...Cállate- Murmuró apenado el castaño, sintiendo como las manos del mayor se paseaban por su espalda.
Alexis no sabía porqué se sentía tan feliz y animado al lado de David, sólo sabía que no lo perdería, y David no podía evitar su timidez ante los ojos pardos del chico al que le dio su virginidad. Por un momento ambas moradas se conectaron, pardos y grisáceos que decían todo lo que no se podía explicar con palabras, de alguna firma aclaraba las dudas que cada joven tenía.
Alexis volvió a besar a su nerd y este se apoyó suavemente en el pecho contrario para ocultar los desenfrenados latidos de su corazón; el azabache recorría libremente la boca contraria, memorizando cada espacio y haciendo jadear levemente al ojigris, cosa que no le molestaba en lo más mínimo. Lentamente pasó sus manos por la espalda del menor, llegandi hasta su trasero para apretarlo y volver a subir por su columna; un juego divertido para el azabache.
-Eres mi persona especial- Murmuró suavemente el ojipardo ante la atente mirada del más bajo.
Y así, una ronda de caricias, marcas rojizas, besos y gemidos llenaron la habitación...
(...)
A la mañana siguiente...
Los jóvenes dormían placidamente en aquella cama con abrigadoras sábanas, la luz apenas y entraba a la habitación pero lo suficiente como para molestar los parpados del joven azabache que dormía abrazado a un cómodo peluche, es decir, David. Sus ojos se abrieron lentamente y miró lo lindo que se veía su nerd a su lado, este poseía un rubor en cada mejilla y las diversas marcas hechas por el brabucón, las cuales no desaparecerían en un par de días como mínimo; Alexis admiró a esa hermosa personita, se sentía enérgico y animado, su mano empezaba un nuevo recorrido en la espalda del menor hasta que llegó a su espalda baja donde apenas presionó un poco, logrando sacarle un suspiro templado al castaño que fue directamente en su oído.
El ojipardo mordió su labio inferior y volvió a cerrar su ojos, aparentando perfectamente que estaba dormido... David había despertado debido a ese toque y lo sabía.
Por lado del menor, sintió como sus mejillas se calentaban, realmente pensaba que Alexis estaba dormido y no quería despertarle; pensaba en todo lo que había ocurrido ¿Y si todo era un juego? Le asustaba la posibilidad de que todo fuese un juego para el brabucón que nunca lo ha lastimado, ni siquiera haciendo el amor fue tan doloroso como lo esperaba.
-Alexis...-Le llamó para asegurarse de que estuviera durmiendo-. ¿Qué pasaría si... si te digo que estoy enamorado de ti?- Preguntó en un murmuro el pequeño nerd, dejando ver una nostálgica sonrisa en su carita de niño.
Pasaron unos segundos silenciosos...
-Te comería a besos- Resonó la grave voz del azabache muchacho, dejando helado al pobre castaño al que casi le da un infarto del susto.
-De-Deberías estar... durmiendo- Titubeó el menor e hizo de su mano un puño mientras bajaba la cabeza, estaba apenado y sonrojado por la respuesta del brabucón.
-¿Qué pasaría si... te pido que seas mi novio?- Susurró el azabache con confianza en el oído ajeno. Estaba seguro de lo que decía.
-¡¿E-Eh?!- La impresión de David era adorable y hacía sonreír al ojipardo con cariño-. Pu-Pues yo... Eh... yo te... te aceptaría- Titubeó nervioso el menor, sintiendo como la piel se le erizaba debido a la sonrisa que su chico malo le daba.
-Sería muy pronto para decirte que te amo- Comenzó el azabache al alzar la mirada del menor, viendo sus ojitos cristalizados-, por eso te lo voy a demostrar hasta el momento que ya no tenga fuerzas.
David se hayaba congelado ante aquella declaración.
-Las palabras se las lleva el viento- Murmuró nuevamente en lo que se acercaba a su sumiso-, y yo no soy un chico de palabras.
Y así juntó sus labios con los de David, un beso tierno y cariñoso que cada muchacho anhelaba inconscientemente. David se sentía protegido y amado, Alexis se sentía con un verdadero motivo para disfrutar de la vida, encontrando por fin al amor de su juventud y quizá el de su vida.
-Eres lindo- Sonrió feliz el castaño al finalizar aquel beso. Suavemente acarició la mejilla del mayor y vio como este se frotaba en ella, dejando ver un leve sonrojo en sus mejillas.
-Eres especial- Aduló esta vez Alexis, notando como se intensificaba el color de lss mejillas del menor.
---Fin---
Lo terminé!! Espero que les haya gustado mis personitas bellas! Disculpen oor haber tardado tanto pero espero que les guste!
Los amo! Besos!!
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