Plan Maestro
~~Plan Maestro~~
Por fin el invierno llegaba, las lluvias se volvían seguidas y las clases iban a terminar en unas semanas. Y con todas las buenas noticias, Dipper era feliz con su novia Wendy quien era de las chicas populares de su Universidad, ni él mismo sabía cómo era posible tener aquella suerte. La chica era pelirroja, sus facciones hermosas y su cuerpo espectacular, aunque Dipper se fijabs más en su personalidad, la cual era dulce y de vez en cuando
-Buenos días, Pino- y su mejor amigo también contribuia a su buen día. Bill, con su rubio cabello y coqueta sonrisa, era quizá el chico más sarcástico y mala conducta de su salón, pero era un genio.
-Dorito- saludó animado Dipper, saliendo de la casa con pasos firmes y con Mabel a su lado, ésta peinándose aún.
-¡Mi cabello es un desastre!- La castaña, interrumpiendo el saludo, hizo un puchero por no conseguir que su cabello se viese bien en una trenza. Luego se percató de la mala mirada que le dedicaba su hermano y la risa que el rubio escondía.
-Mabel, siempre tan linda- y la nombrada sonrió avergonzada, saludando al rubio y empezando a caminar adelante de los chicos, discutiendo aún con su cabello.
-Veo que hoy estas más feliz de lo usual, Pino- Bill sabía la razón, y aun así se arrisgaba en comentar aquello.
-Ya casi terminan las clases y Wendy me pidió que saliesemos hoy al cine- el menor, porque seguía siendo un crío ante los ojos del rubio, evitó dar un salto de alegría.
-Me contenta- mintió.
Y es que a Bill le gustaba Dipper, pero sabía que éste no era gay y menos se enamoraría de un desastre como lo era Bill. La caminata a la universidad fue usual, como cada día, y de vez en cuando Mabel hacía alguna locura para hacer reír a los varones, o para avergonzar a Dipper, ese era su trabajo como hermana.
Sin embargo, a pesar de todas las risas que la muchacha provocó, notó a simple vista lo desanimado que Bill estaba. Mabel era la única que sabía que al rubio le gustaba Dipper y asimilaba que el muy idiota no se había dado cuenta, porque el castaño sólo tenía ojos para Wendy.
-FlashBack-
Era viernes en la noche y Dipper había ido a pasear con Wendy. Mabel aprovechó para salir con Pacifica, su novia, e invitó a Bill y a la novia de éste para tener una cita doble en el bar donde Grenda, una de sus mejores amigas, trabajaba.
La noche arremetía con frío en el animado lugar; todos se tomaron unas cuantas copas, sobretodo Bill, y eso llevó a una mayot diversión cuando lo pusieron a cantar en el karaoke del lugar. Fue una noche divertida, Pacifica se había divertido y eso era lo que le importaba a Mabel, pero sabía que algo andaba mal entre la pareja ajena... Por lo menos, por parte de Bill.
A la hora de separarse, Mabel acompañó a Bill al verle en tal grado de ebriedad, con las mejillas rojas y más feliz de lo normal.
-Ah Mabel- el rubio canturreaba a cada paso-, estoy tan feliz. Esta noche fue buena- el chico sonreía de sobremanera.
-Me alegra, Bill- pero la castaña esperaba que su amigo le dijese algo, porque ella sabía que no todo era alegría en aquel muchacho.
Estaban cerca del parque cuando el rubio se sentó en una banca, echando la cabeza hacia atrás sin borrar la gran sonrisa de su rostro.
-Yo sé que no estás tan feliz, Bill.
Entonces el mayor la miró, ella decidida a sacarle la verdad y con una comprensiva mirada que le ponía nervioso. Y es que Mabel esperaba escuchar que su relación con su amiga de lentes, Candy, iba mal, y tal vez podría hacer algo para solucionar eso.
-Oh Mabel...- el muchacho bajó su mirada-, no sabes cuan mal estoy- y soltó una ligera carcajada.
Hasta ebrio, Bill escondía todo lo que le molestaba tras una sonrisa.
-Dime.
-Me gusta tu hermano, Mabel- soltó con la mirada al suelo-. Ese nerd me encanta, me fascina. Me gusta Dipper y no hallo la forma de sacarmelo de la cabeza- rio bajo.
-Oh... Bill- Mabel debió molestarse, el rubio salía con su mejor amiga por despecho, pero a la vez sentía lástima por el muchacho alegre que ahora daba una sonrisa en medio del dolor.
-Necesito sacarlo de mi cabeza. Pero cada día, cada mañana que lo veo, me enamora su sonrisa, o cuando está molesto. Me encanta cuando me ayuda en las tareas, cuando le dejo pensar que soy un idiota sólo para que esté conmigo- y una lágrima cayó al suelo.
Bill volvió a echar su cabeza hacia atrás, esta vez tapó sus ojos con su ante brazo y aún mantenía esa sonrisa de hace rato. El olor a alcohol llegaba hasta Mabel, esa bebida había afectado a Bill y, por algun lado, ella sospechaba y quería saber la verdad.
-Mañana no recordaré que te dije esto. Estoy bastante ebrio, tenía años de no beber como lo hice hoy.- El muchacho trató de salirse del tema- Creéme qur no quiero lastimar a Candy, ella es una chica muy linda y me trata bien, pero no la amo, Mabel; y sigo teniendo la esperanza de que ella me haga olvidar a Dipper, pero no funciona.
-Bill, déjame llevarte a tu casa.
-Mabel, necesito que me digas algo, lo que sea. Por favor. Estoy desesperado.
Y Mabel, con los ojos ligeramente aguados, atrajó al rubio hacia si misma para abrazarlo. Ella no estaba segura de qué decirle; cuando se le declaró a Pacifica, lo hizo porque sabía que la Noroeste correspondía sus sentimientos, pero no sabía si su hermano haría lo mismo.
-Bill, no sé cómo lo haré, pero te prometo que todo saldrá bien.- Mabel no esperaba tal confesión, era algo grande y que de seguro sería difícil de asimilar.
-No Mabel, yo me olvidaré de él. No le vayas a decir ni una sola palabra de todo esto- Bill empezaba a sentirse cansado-. Dipper no será feliz conmigo, lo sé, sólo tienes ojos para Wendy y sus engaños.- Y el rubio se puso en pie
-¿De qué hablas?- Eso había llamado la atención de la castaña.
-Te dejo en tu casa.
Tras ello, Bill no habló el resto del camino y Mabel no fue capaz de hacer preguntas al respecto. En cuanto llegó a su casa y hubo entrado, Bill siguió su camino; tal y como había dicho, al día siguiente, no recordaba nada y Mabel no era quién para decirselo.
-Fin FlashBack-
Y ya ha pasado un mes desde ese acontecimiento, Mabel no había podido hacer nada, Bill seguía con Candy y Dipper con Wendy.
Llegando por fin a la Universidad, Mabel se despidió de su hermano y del rubio, y con una sonrisa corrió a saludar a Pacifica, quién la recibió apenada y con un beso en la mejilla.
-¿Comemos juntos hoy?- Bill preguntaba eso cada mañana, ya que Dipper a veces se iba a comer con su novia.
-Si- afirmó contento-. Nos vemos en el salón, Dorito- fue abrupta, pero la despedida de Dipper era así.
El castaño se encaminó hacia la pelirroja de camisa de cuadros que lo esperaba en su casillero; Bill vio cuando estos se besaron y notó el color que adornó las mejillas del gemelo, todo ello antes de que Candy, la dulce chica de lentes, le abrazara por detrás.
-Hola, pequeña- saludó con cariño a la azabache en lo que se volvía a ella.
Candy era un pan de Dios a decir verdad, era tierna y penosa, inteligente y un poco morbosa, y todo aquello le caía bien a Bill, pero no podía verla con otros ojos que no fuesen de amistad. Con cariño la abrazo y se adelantaron a clases, el rubio abrazando por el hombro a la más baja y ésta contándole de la heladería que abrirían pronto en la siguiente calle.
(...)
Tal vez Dipper era el más inteligente de su grado, pero era un gran idiota en el amor. Salía con la chica más popular de la Universidad, sí, pero no se imaginaba que todo aquello era un vil engaño por parte de la pelirroja sólo y únicamente para recuperar a Roby, su ex-novio, quien la había dejado por una de sus amigas.
-A la salida para ir al cine, okey Dip- la seductora voz de la muchacha, enrojecía las mejillas del nombrado.
-Lo que tu digas, Wendy- respondió con una sonrisa, sintiendo como la pelirroja le acariciaba la mandíbula con uno de sus dedos.
-Así me gusta, Dip- le sonrió entonces-, nos vemos, bebé- y tras besarle pasionalmente, la muchacha se encaminó a su salón mientras movía sus caderas.
Si, Dipper era un idiota, Wendy lo sabía, y sabía perfectamente cómo usarlo a su favor. El castaño, con la mirada enamorada, se encaminó rápidamente a su salón y se sentó en su respectivo puesto, siendo visto por su mejor amigo.
(...)
-Bill, la amo demasiado- el chico no podía dejar de hablar sobre la pelirroja-. Le gusto en serio, no sabes cómo me mira. Es tan linda.
Bill nuevamente se tenía que aguantar los comentarios de su amigo, todas esas cursilerias que le decía a diario sobre Wendy y asentir con aparente felicidad para que el castaño no le hiciera preguntas.
-Dipper, ya sabemos todo eso. No hace falta que nos lo repitas todos los santos días.- Mabel había salvado el momento.
Todos comían en grupo; Mabel recostada bajo un árbol, Pacífica acostada en su regazo con sueño -como usualmente se le veía-, Grenda haciendo tareas a última hora, Candy leyendo sentada a un lado de Bill, éste con una manzana en mano y Dipper acostado sobre su mochila.
-Disculpen chicos, pero esa pelirroja me trae loco. Es mi amor platónico desde hace años.- Y un suspiro risueño salió de sus labios.
-Hasta ella lo sabe- murmuró Grenda para sí misma, quien estaba al lado de Mabel con la vista en una gran enciclopedia.
-¿Qué dijiste, Grenda?- Dipper se mostró curioso ante las palabras inaudibles de la castaña.
-Que en un rato tengo exámen- levantó la mirada.
Bill bufó y siguió con su manzana.
-En un momento vengo, chicos. Tengo que buscar algo en la biblioteca.- El rubio, luego de darle un beso a Candy en la mejilla, se levantó.
Fue de camino al salón cuando se detuvo al escuchar el nombre de su mejor amigo.
-Wendy, basta. Ya te lo he dicho antes- era Roby.
-No, Roby. No me rendiré- la chica sonaba molesta-. Soy mil veces mejor que ella; yo te amo.
Bill sonrió al ver que sus sosprchas eran ciertas.
-Wendy, tienes a Dipper. Yo soy feliz con Tambry- Roby sonaba cansado, molesto y, desde la perspectiva de Bill, estaba protegiendo a alguien.
Y era verdad. Tambry, quien había ido a buscar su mochila, fue emboscada por Wendy y sus crueles palabras; la pelirroja no superaba el hecho de ser terminada por Roby, éste la habia dejado al ver que ella no le daría el cariño que él quería, y tras ver que compartía algunod gustos con Tambry, no dudo en terminar con Wendy.
La discusión etaba interesante, Bill sabía que Wendy estaba loca, era una ventaja de ser amigo de Roby. Sin embargo, la campana sonó y Wendy salió hecha una furia, sobretodo cuando le vio de pie al lado de la puerta.
-Oh pero que curioso el amigo de mi novio- la falsa sonrisa de la pelirroja se notaba a kilometros.
-Eres una bruja. No creas que por este patético berrinche, Roby volverá corriendo; él ama a Tambry. Creéme que Dipper también te dejará.
-¡Ja!- La pelirroja se puso las manos en la cintura-. Ese niño está locamente enamorado de mi, y ni tu, ni nadie podrá hacer nada.
Bill sabía que la chica tenía razón, mostró una burlona sonrisa y adentró sud manos en los bolsillos.
-No eres la última coca-cola de la Tierra, no eres tan bonita. Por eso Roby te dejó- el rubio estaba arriesgándose.
Wendy intentó entonces darle una cachetada, Bill le agarró la mano y le apretó la muñeca.
-Ve a pegarle a gente como tu. Conmigo, no te metas.
Y el chico le soltó, dejándola con la palabra en la boca y el rostro rojo por la rabia. Serenamente, Cipher caminó a su salón y se sentó en su lugar, recibiendo una mirada curiosa de Dipper al que no se atrevió a mirar. Tendría que hablar con Mabel y buscar la forma deque el castaño no saliese lastimado de esa relación.
(...)
Quizá había tardado, pero había decidido decírselo a Dipper directamente, por mensajes a decir verdad.
Dorito😎: Dipper, ¿volviste de tu cita?
Pino🌲: Si... Necesito hablar contigo, Bill.
Dorito😎: Yo también tengo que decirte algo muy importante, Dipper. Es sobre Wendy.
Pino🌲: Lo mío igual... Bill, ¿Por qué insultaste a Wendy?
Si las manos ya le temblaban al gran Bill Cipher, ahora más.
Dorito😎: Según ella, qué tanto la insulté.
Pino🌲: Mucho. Sabes que es mi novia y la voy a defender, Bill.
Dorito😎: Dipper, ella no es lo que tu crees. Ella sigue amando a Roby.
Pino🌲: Ella me dijo que de seguro me dirías esto. No me interesa lo que hayas visto o escuchado, Bill; Wendy me ama, me escogió.
Dorito😎: ¿Le crees por que te lo dijo o por que ya te hizo una paja? Dipper, no seas cabezota.
Pino🌲: Te pasas, Bill.
Dorito😎: ¿En serio le vas a creer a ella en vez de a mi?
Bill tenía miedo de la respuesta.
Pino🌲: Si. No entiendo por qué haces este berrinche. Yo acepté a Candy para ti, ¿por qué no haces lo mismo por mi?
Dorito😎: Ja... Desde hace años conocemos a Candy. ¿Desde hace cuanto conoces a Wendy? Ah cierto, no la conoces, porque es sólo tu amor platónico.
Pino🌲: No todos son perfectos, Bill.
Dorito😎: No todos se dejan engañar Dipper. Ella juega contigo.
Pino🌲: Basta, Bill. No quiero discutir contigo.
Dorito😎: Ya lo estás haciendo, idiota. Es más, aquí termina la conversación; quiero lo mejor para ti Dipper, pero sólo tu puedes quitarte la estúpida venda de los ojos.
Pino🌲: Bill...
Dorito😎: Olvidalo, ¿esta bien? Simplemente olvidalo.
Pino🌲: Eres un inmaduro.
Dorito😎: Lo dice quien prefiere a una recién conocida en vez de a un amigo.
Dorito😎 se ha desconectado...
Dipper, quien pensaba tener un buen argumento para defender a su novia, no supo qué responder al chantaje de su mejor amigo. Con rabia tiró el celular al otro lado de la habitación y se quitó los zapatos. Eran aproximadamente las 9:30p.m. cuando se terminó la conversación.
(...)
Dipper, por más que quisiese ignorar el hecho de que quizá su novia sólo jugaba con su inexperto amor, no podía. Un rato después de haber discutido con Bill, fue a cenar y lo único que hizo fue jugar con la comida; Mabel sabía que algo andaba mal, raras veces Dipper estaba tan desanimado como para dejar un par de pedazos de pizza en el plato.
-Muy bien, hermanito...
-Te he dicho que no me gusta que me llames así- respondió tranquilo, otra extraña actitud ante el apodo que más odiaba.
-Ajam... ¿Qué pasó?- Mabel agarró una patata frita del gran empaque que acompañaba las dod cajas de pizza.
El castaño titubeó, dudó en contarle a su hermana lo que había ocurrido, pero debía admitir que la chica tenía un gran don como consejera. Terminó por contarle todo; por un momento, un pequeño instante, Mabel notó que Dipper estaba triste porque quizá no hablaría con Bill en unos días. Ese fue un pequeño rayo de esperanza para comenzar su plan maestro.
-¿Por qué no le creíste?- Mabel fue sutil, usó un tono de voz que no alteraría a su hermano.
-No sé... Wendy me dijo que él me diría eso, no pensé que en verdad lo haría.- Y el chico se achicopaló más de lo que estaba sobre la mesa.
-Dip, no te preocupes. Está bien que creas en Wendy, pero también tienes que considerar las palabras de Bill. No sé qué haya pasado, tu tampoco lo sabes; será mejor que dejes el tema un lado- Mabel se acercó a abrazar a su gemelo-, todo saldrá bien. Dile que intente llevarse bien con ella y así no te sientes tan mal.
El castaño asintió como niño pequeño y se dejó abrazar, un poco de cariño maternal como el que le daba su hermana, no estaba mal.
Cada gemelo se fue a su habitación; a las 11, como cada noche, Stan y Ford llegaron a la casa y, segun el sonido de los platos, se sentaron a comer lo que hubiese por su camino. Mabel sonrió aliviada al escuchar a sus tíos llegar, y se dispuso a hablar con Bill por Whatsapp.
Bill está conectado...
Mabel✌: ¡Bill!
Bill: Dime...
Mabel✌: Hablame con cariño, idiota. Quiero ayudarte ono
Bill: Qué quiete ls princesita del castillo de almohadas que está a falta del amor de Pacifica :D
Mabel✌: Muerete...
Bill: Dime, niña. Sabes que te quiero.
Mabel✌: En fin... ¿Qué pasó hoy como para que discutieras con mi hermanito?
Visto a las 11:05 p.m.
Mabel✌: No me ignores... QnQ
Pasaron 3 minutos cuando Bill empezó a escribir...
Bill: A Wendy le gusta Roby aún y está usando a Dipper para darle celos pero eso no funciona y pronto le romperá el corazón porque es una bruja maldita :( Los escuche en el salón de clases y la tipa esa me amenazó y le dije bruja :D pero ahora Dipper cree en ella en vez de creer en mi y estoy molesto con él por eso.
Mabel✌: ... Procesando infomación...
Bill: Espero...
Mabel✌: Mira, vas a hacer esto.
La sonrisa malevola de Mabel era única e inigualable. La muchacha ya estaba preparada para lo que pasaría en los proximos días; haría que su hermano y su mejor amigo sufriesen lo tanto que se lo merecen, bueno, no tanto, pero lo suficiente como para que terminaran juntos.
(...)
A la mañana siguiente...
Pino🌲: Bill... No quiero que nos dejemos de hablar...
Dorito😎 ha visto el mensaje a las 6:38 a.m.
Pino🌲: Mira orgulloso de mierda, no me importa que no te agrade mi novia. Quiero que sigamos siendo mejores amigos, idiota, no me dejes en visto ÒnÓ
Dorito😎: Bájale a la agresividad, Pino. Agradece que aún no salgo de mi casa, sino no voy por ustedes.
Dipper sonrió alegre y con mayor rapidez se terminó su desayuno, con la atenta mirada de Mabel sobre sí, ésta sabiendo perfectamente lo que pasaba e imaginando cada situación que pasaría en tan solo una semana.
(...)
El día apenas iniciaba, Dipper estaba más feliz por su amistad con Bill que por su novia Wendy. Y es que Mabel se había percatado de que a su hermano le afectaban las discusiones con el Dorito, le entristecía el no poder hablarle o cuando le tenía que tratar con indiferencia, sabiendo que Bill le correspondería aquel trato por ser orgulloso.
Wendy, con clara molestia al ver a su novio con el rubio, fue en busca de la jugada que haría del plan de Mabel, incoscientemente, algo más serio.
-Dip, ¿me acompañas a la cafetería?- Llegó moviendo sus caderas y guindándose tal cual fiera al cuello del castaño-. Oh, Cipher, ¿qué tal?
-Eh, claro Wendy- respondió nervioso el menor, notando las miradas asesinas que el rubio y la pelirroja se lanzaban.
-Muy bien- el rubio contestó a la chica, sin ponerle emoción a sus palabras que siempre eran alegres-. Oh, Roby me invitó a una fiesta, ¿a ti no?
La pelirroja borró por completo la sonrisa de su rostro. Era cierto, Roby haría una fiesta con su banda e invitó a muchos de los estudiantes, pero a la ex-novia no.
-No, ¿para qué quisiera ir yo a esa fiesta?- Wendy intentó sonreír.
-Claro- esa simple reacción había sido suficiente-, nos vemos luego, Pino- y tras un guiño, Bill se dio la vuelta para seguir al patio donde estaban todos sus amigos.
Wendy mordía molesta su mejilla interior, Dipper notó la molestía de la chica y evitó hacer alguna pregunta, pues ésta había empezado a caminar hacia la cafetería. Allí, apenas entrando, Tambry iba de salida con los audífonos puestos y la vista en su celular, confiando en que nadie la chocaría, pero Wendy la empujó con su hombro.
-Ten cuidado por donde caminas- la pelirroja reaccionó de mala manera, impresionando a Dipper y llamando un poco la atención.
Y aun así, la chica siguió su camino, viendo por el rabillo del ojo como Roby llegaba a ayudar a la muchacha.
Por otro lado, Mabel vigilaba desde las sombras como su plan cada vez mejoraba y como Wendy, quien aparentaba ser cool, no disimulaba con facilidad la gran furia que le tenía a su antigua amiga. La castaña, sin embargo, no dudaba en que su hermano iba a salir lastimado.
(...)
-Dip, ¿quieres ir a la fiesta de Roby con nosotros?- Bill, con gran ilusión, invitó a su amigo en presencia de todo el grupo.
-N-No creo que sea buena idea, Bill- el Dipper nervioso era quizá lo más lindo que el rubio veía de vez en cuando. Hacía inconscientemente un mohín con sus labios y bajaba la mirada.
-¿Es por Wendy?- Los ánimos del ojiámbar bajaron lentamente.
Dipper asintió apenado y desvió la mirada; ese día había visto una reacción de Wendy que nunca esperó y eso le tenía un poco asustado.
-Tranquilo- Bill, con una suave sonrisa, esa que siempre le daba para tranquilizarlo, le despeinó el cabello.
Había sido un gesto infantil, pero a Pino le gustaba que le animaran de esa forma.
(...)
Al día siguiente, con una rara opresión en el pecho, Mabel fue invadida por la ansiedad mientras iba camino a la Universidad. Al llegar, se fijó que su novia no había llegado y frunció su ceño ya que, si Pacífica no estaba a esa hora allí, quería decir que no iría a la Universidad.
Ese día Mabel no tuvo planes contra Wendy, Bill pasó la tarde con Candy y Dipper, bueno, él seguía ciegamente enamorado de la pelirroja.
Sin embargo, a la hora de receso, el rubio no pudo soportar uno de sus impulsos de idiotez y, en el armario del conseje, acorraló a un nervioso Dipper que le llevaba un jugo a Wendy.
-B-Bill, estoy ocupado- el castaño se veía preocupado.
-Será un minuto, Pino- el mayor sonrió, acercándose de a poco al rostro del castaño.
-Wendy necesita esto...- Señaló el vaso en su mano.
-Yo necesito probar algo.- Habló con seriedad.
Dipper se quedó callado, mirando fijamente los ojos de Bill y esperando una pregunta o lo que fuese que su amigo necesitase. Sin embargo, el rubio le rodeo la cintura con uno de sus brazos y con su otra mano le agarró la quijada; el castaño se imaginó lo que sucedería, intentó alejar a Bill, pero fue en vano. Sus miradas no se separaron, Dipper estaba mas nervioso, y fue como el rubio terminó de hacer lo que tanto deseaba.
Bill besó a Dipper.

Este último se vio sorprendido, cerró con fuerza sus ojos y espero sentirse mal ante aquel toque entre bocas. Pero no fue así. Inconscientemente, Pino correspondió al beso y el Dorito le apegó a la pared, disfrutando del beso con Dipper, el cual se dejaba llevar de a poco entre los brazos de su mejor amigo.
Un momento... Bill era su mejor amigo.
Dipper, tras aquel pensamiento, mordió sin querer el labio inferior de Bill, separando el tacto entre bocas, y salió corriendo del armario con un gran color rojo en las mejillas, dejando al rubio con una coqueta sonrisa en el rostro. Bill comprobó que tal vez, y sólo tal vez, tendría una oportunidad con Dipper.
Un rato después, se encontró con Mabel...
-Bill, mañana ya es viernes y tengo algo planeado contra la charlatana- la sonrisa malévola de Mabel había vuelto y eso hacía reír al rubio. Tal vez estar sin Pacífica, le daba más genio de chica mala.
-Cuéntame- Bill caminaba a su lado con una manzana en la mano, la cual había sacado de su bolsillo. El muchacho iba risueño, de vez en cuando mirando a su alrededor, pero nada que le importara.
-Mañana ya es viernes, y todo va a comenzar a la hora de la salida...- Y así la chica relató su gran plan maestro, o una parte de él.
Cipher le escuchaba con atención, una sonrisa traviesa en el rostro y una mirada llena de admiración hacia Mabel, quien era una genia en crear planes de ruptura. Sin embargo, Wendy, quien estaba cerca de ellos, escuchó el tan bien elaborado plan que tenían los contrarios, sonrió dichosa pues ya sabía que NO hacer mañana.
(...)
Por muy raro que sonase, Dipper se sentía extraño al acostarse y no recibir mensajes de Bill, quien por lo general le deseaba las buenas noches. Últimamente muchas cosas habían cambiado, y la distante actitud de Bill no hacía más que bajarle los ánimos al castaño, exceptuando que ahora le veía más cariñoso con Candy y eso le incomodaba.
Por fin el viernes llegaba y su alivio también, aunque le pareció extraño que Wendy le citara en el gimnasio justamente al final del día. Su hermana, por otro lado, se veía más feliz de lo habitual y Bill, quien le saludo como cada mañana, se notaba pensativo y él, aunque quisiese preguntar, tenía la sensación de que no debía hacerlo.
Las clases transcurrieron con tranquilidad, el día se hizo largo y Mabel, tras quedar con Pacifica en que la hiría a buscar al día siguiente, se despidió de ella para luego ir al gimnasio y tomar video de la futura conversación.
-Oh Cipher, que agradable sorpresa- Wendy, con una gran sonrisa, se acercó al rubio.
-Wendy, que raro verte por aquí- Bill acababa de salir de su práctica de futbol.
-Haría lo que fuese por Dipper, ¿necesitas algo?- Bill frunció su ceño al ver la reacción tan amable de la pelirroja.
-No hace falta que finjas conmigo, Wendy. Yo sé que sólo juegas com Dipper.
-¿Cómo supones eso?- La chica, sabiendo que Dipper estaba escondido y atentamente escuchando, se hizo la indignada-. Yo amo a Dipper; no entiendo cómo puedes creer eso de mi.
-Por dios Wendy, ¿me ves cara de imbécil? No quiero que juegues con mi mejor amigo sólo porque él está enamorado de ti- Bill empezaba a perder la paciencia.
-No puedo creer que me digas esto- la pelirroja bajó la mirada-, yo sabía que te caía mal, pero no para que me trates así.
-Eres una...
-Ya basta, Bill- Dipper, con las manos hechas puños y la mirada llena de rabia, se interpuso entre su novia y su mejor amigo.
Mabel abrió los ojos como platos y tapo su boca al ver el gran problema que se armaría. Dipper estaba realmente molesto, Wendy lloraba como cocodrilo y Bill mordía su mejilla interna, lo que quería decir que estaba igual o más molesto que el castaño.
-¿Cómo estas Wendy?- Dipper, preocupado por la pelirroja, la abrazó por los hombros mientras esta lloraba y le correspondía el abrazo, sin decir palabra alguna-. Bill, no puedo creer que de verdad sigas creyendo que con hacer estos escándalos, yo voy a dejar a Wendy por algo que es falso. Ya te lo dije una vez, ella es mi novia y la voy a defender.
-Pero Dipper...
-No quiero escucharte Bill. Confíe en que las cosas mejorarían, que cambiarias de parecer, pero eres un egoista que sólo quiere tener la atención de todos sobre sí- Dipper se estaba dejando llevar por la rabia que sentía y Wendy, segura de que nadie la vería, disimuló una sonrisa ante la situación-. Creí que eramos amigos, Bill.
-Qué mierda quieres decir, Pines- ahora el rubio no podía con su propia molestia-. Quiero hacer lo mejor para ti, te conozco mejor que nadie, Pines. Aquí el maldito egoísta eres tu, creyendo en alguien que apenas conoces.- El rubio sabía a la perfección que a su amigo le enfurecía que le hablaran con groserías.
-Hoy has llegado a mi límite Bill...- Dipper estaba por seguir.
-Ten cuidado con tus palabras, Dipper- Bill dio un paso adelante, con la frente en alto y la mirada fija en los ojos cafés de su amigo.
-No te quiero volver a ver, Cipher- y con ello, Dipper sintió como su furia se esfumaba y la culpabilidad se colaba en su espina, haciéndole tagar en seco.
-Tus deseos son órdenes, Pines.
Y Bill salió del gimnasio sin mirar atrás, agarrando su morral e ignorando la mirada de Mabel, quien apenas se atrevía a salir mientras guardaba el video de la discusión en su celular. Muiró con seriedad a Dipper, notó la sonrisa oculta de Wendy y siguió los pasos del rubio, sabiendo que tendría que hablar seriamente con su hermano.
-Gracias, Dip- Wendy le abrazó. Pero fue incapaz de responder con el nudo que se formaba en su garganta.
(...)
Sábado, día de la Fiesta de Roby. Bill no había ido, Mabel fue junto a su novia y sus amigas, y Dipper fue cancelado por Wendy quien halló la forma de colarse en la gran fiesta.
Pino se quedó el sábado sólo, entre las sábanas y sin poder hablar con nadie, porque Mabel no le había dirigido la palabra en la mañana. Como distracción, leyó la conversación que había tenido con Bill, se sintió peor y apagó el celular.
(...)
Finalmente llegó el lunes y Bill no había ido por ellos, ni siquiera pasó por enfrentr de la casa. Mabel no aguantó ser tan cruel con Dip y, luego de un gran regaño y sermón, volvieron a hablar como usualmente hacían, pero eso no animaba del todo al castaño, mucho menos al recordar el beso que Bill le había robado y al cual había correspondido.
Wendy estuvo más cariñosa de lo normal, pero Dipper sólo recordaba el beso con Bill y lo triste que se sentía sin las risas del rubio. El castaño era un bipolar, pero él no lo sabía.
-Eres un idiota- a la salida, Mabel iba a su lado. Bill no había ido a clases.
-Lo sé- Dipper no tenía ánimos de hablar, de nada a decir verdad.
(...)
Los días sin Bill eran quizá los más lentos para Pino, hasta ahora se daba cuenta de ello. Mabel no había tocado el tema, pero de algún modo se alegraba de que todo eso estuviese pasando ya que demostraba que Dipper estaba mejor con Bill que con Wendy, su estado de ánimo lo decía todo.
Esa mañana Bill tampoco fue a la Universidad y, aparentemente, había terminado con Candy, quien estaba devastada pero se imaginaba que eso le pasaría. Dipper no reaccionó ante esa noticia y siguió comiendo su emparedado.
Al llegar a casa, prendió su celular y revisó el Whatsapp; no habían mensajes.
Entonces se decidió; escribió un mensaje para Bill y volvió a apagar el celular para ver su serie con tranquilidad. Tal vez eso le suba los ánimos.
(...)
El miércoles era el día en qie todo cambiaría. Mabel se levantó con ese pensamiento en su cabeza, una sonrisa victoriosa en el rostro y con una segura mirada de que su plan estaría por fin completo.
Dip supo que Bill no iría por ellos, y tampoco fue a la Universidad, así que salió un poco más tarde de casa, así evitaría ver a Wendy, quien estaba más cariñosa de lo normal y dejaba de ser la chica de sus sueños. Dipper cada vez sentía que estaba de mal en peor.
-Dipper, necesito que me acompañes- lo que faltaba, que Mabel le llevara al salón sin afirmar nada.
El castaño se dejó llevar luego de cerrar su casillero. Al llegar al salón, Mabel le obligó a esconderse y quedarse callado; fue entonces que unos apresurados pasos se hicieron escuchar y la voz de Wendy fue la primera en ser identificada.
-Roby, por favor, dame otra oportunidad.
-Ya no quiero nada contigo. Tienes a Dipper, él es un buen chico- Roby sonaba cansado, estresado a decir verdad.
-Pero yo no lo quiero a él- Wendy sonaba ya desesperada-. Es un niño apenas, es muy bueno para mi gusto. Roby, tu fuiste mi primer amor, ¿no lo recuerdas?
-Ya no creo en ti luego de haberme dicho todo esto. Nadie merece lo que tu le estás haciendo a Pines.
Y Dipper, evitando la mirada de Mabel, salió de su escondite.
-Yo tampoco le creo ahora- Dipper, con las manos en los bolsillos, miró a Wendy.
-Dipper...- A la chica se le bajaron los colores del rostro.
-Será mejor que dejemos las cosas hasta aquí- el castaño sonrió-. Ya entiendo por qué Roby te dejo.
Entonces Mabel salió igual del escondite, sacudió su falda y siguió a su gemelo, quien se veía raramente tranquilo. El castaño palmeó el hombro de Roby, quien no se esperaba ver a Pines ahí, y se puso a pasos de Wendy.
-Terminamos- dijo con cierta victoria, porque había terminado con la chica más popular de la Universidad antes de que ésta terminara con él.
Wendy se estremeció de la rabia, Dipper ignoró sus insultos y, junto a Mabel, terminaron por ir a casa, porque ya era la hora de la salida.
(...)
Bill despertaba de una larga siesta, sentía los párpados pesados al igual que cuerpo y su estómago rugía por comida.
Lentamente se levantó de la cama, todo estaba hecho un desastre, como era normal, y se dispuso a darse una relajante ducha. Al terminar de vestirse, puso a cargar su celular y lo prendió.
Un mensaje de Dipper del día anterior.
Pino🌲: Te extraño, idiota... Perdón.
Bill mordió su labio y rascó su nuca; ese chico era su mundo. Vio entonces que estaba conectado, tenía que aguantar y no responderle.
Pino🌲 está conectado...
Mierda. Por qué tan clara tentación. ¿Por qué ese niño era tan caprichoso y bipolar?
---Continuará---
5mentarios. Tenia ganas de un Billdip owo. Disculpen las faltas ono
¡Besos! ¡Los amo!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro