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Au 2012 "Diferente"

Un Au nuevo de esta versión de las tortugas XD.

2_Strawberry_9 creo que te gustará :3 no aparece Kenji peeeeeeeeeeeerooooooo >:3

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Las tortugas ninjas ser encontraban patrullando por las calles de la ciudad, Mikey soltando sus disparates, Rafa gruñendo de vez en cuando por esto mismo mientras cubría la retaguardia, Donnie estando alerta y mirando a su alrededor, y Leo al frente, igual que su hermano de morado, pero suspirando al oir como Mikey se caia al suelo por hacer una de sus tantas payasadas.

Mikey, comportate, no estamos en la guarida– corrijio el líder, suspirando al oir al menor reirse.

–Sí, sí. Perdón– sonrió mientras daba un salto y caía de pie, volviendo a caminar antes de que Rafael le diera un golpe en la cabeza –¡Ay!– el de rojo se rió por lo bajo, empujándolo un poco para que acelerará el paso.

Mikey hizo un puchero, cruzándose de brazos mientras emitía un bajo “malo”.

Donatello y Leonardo por otro lado ignoraron aquello, estaban bastante acostumbrados al comportamiento de ellos en un patrullaje, a demás, aunque no lo admitiera, ellos también de vez en cuando se comportaban así.

De pronto, mientras estaban por saltar al próximo tejado, un rayo se dirijo justo al cráneo de Leonardo, quien apenas vio el destello dió un salto hacia atrás, el rayo desintegrándose al no darle a su objetivo.

Inmediatamnete los cuatro sacaron sus armas, mirando con sorpresa y confución al grupo de robots que los miraban con sus cañones en alto, muestra de que estaban listos para atacar. Las maquinas tenían una constectura simple pero grande y robusta, con una apariencia similar a un juguete de exhibición, pero también se veían resistentes y fuertes.

Rafael gruño, apretando los dientes.

–¿De dónde salieron esas cosas?– preguntó enarcando una ceja.

–Ni idea Pero parecen los juguetitos de las tiendas– señaló Mikey con una sonrisa divertida, pero inmediatamente se borro al tener que esquivar un rayo –Aunque son menos lindos–

–Vamos, hermanos– dijo Leo –Rafael, tú a los de la hizquierda, Donatello a los contrarios, Miguel a los de atrás. ¡A trabajar!– ordenó antes de lanzarse, sus hermanos haciendo una mueca pero obedeciendo.

Miguel Ángel saltó hacia adelante, su nunchaku girando con velocidad y golpeando a un robot en la cabeza, haciéndolo tambalear. Pero el robot se recuperó rápidamente y devolvió el golpe, obligandolo a esquivar y contraatacar, al mismo tiempo haciendo que tuviera que defenderse de los siguientes que se asercaron.

Leonardo se lanzó hacia otro robot, sus katanas cortando el aire con precisión, pero el robot era demasiado rápido y logró esquivar los golpes. El líder se vio obligado a retroceder cuando el robot contraatacó con un puño metálico y un cañón lacer.

Donatello usó su bō para golpear a un robot en la pierna, haciéndolo caer al suelo. Pero cuando se acercó para rematarlo, el robot explotó en una lluvia de chispas y metal, haciendo que se cubriera con un gruñido debido al ligero dolor de las quemaduras.

Rafael fue el más salvaje, enfrentandoce a tres robots, su sai golpeando con fuerza y precisión, pero los robots no se inmutaron mucho, logrando devolver los golpes casi de la misma manera. El de rojo se vio obligado a usar toda su fuerza para evitar ser aplastado por ellos.

Las maquinas no parecían tener fin, y los tortugas ninjas comenzaban a cansarse y ser medio acorralados unos con otros, encerrarndolos en un circulo.

Miguel Ángel intentó golpear a uno con su nunchaku, pero el robot intercepto el ataque y provocó que el arma se desviará, haciendo que le golpeara a Donatello en el brazo, justo sobre una quemadura.

–¡Ah! ¡Mikey!– se quejó con una mueca de dolor, el mencionado mirándolo con preocupación y arrepentimiento.

–¡Perdón!– ante ambas distracciones, los hermanos de naranja y morado fueron capturados rápidamente.

Miguel siendo apretado entre las manos de un robot y Donnie colgando de cabeza, gruñendo al ver que su bō caía al suelo y era tomado por el mismo robot.

Leonardo intentó usar sus katanas para cortar las piernas de un robot y así liberarse de él para ayudar a sus hermanos, pero la máquina dió un salto y piso el suelo con fuerza, haciendo que el líder tambaleara un poco, apenas recuperando su equilibrio. Pero ante su ajitacion de brazos el robot lo sujeto de su muñeca y lo levantó, arrebatándole ambas katanas de un rápido y feroz movimiento.

Leonardo intento moverse, pero para su desgracia el robot también sostuvo sus piernas, haciéndolo gruñir.

Rafael vio esto, pero por desvíar la mirada los tres robots con los que estaban peleando se le arrojaron encima, logrando acorrarlarlo contra el suelo boca a bajo, y por alguna razón lo amordazaron con un trapo sacado de quien sabe dónde, solo haciendo que los gruñidos y quejas sonoras de la tortuga fueran lo único que se entendiera.

Los tortugas ninjas estaban en aprietos, inmovilizados o aturdidos por los robots. La pelea parecía perdida, y eso no le agrado a ninguno.

A pesar de su obvia carcel, intentaron safase, pero Mikey estaba firmemente apretado y solo podía patalear, Donnie estaba colgado de cabeza y contra más esfuerzo hacía más se mareaba, Leo no podía hacer mucho más que mover el torso, la cabeza y uno de sus brazos, pero por mas que intentara no lograba golpearlo adecuadamente. Y Rafa... Pues... Solo podía soltar gruñidos y sacudirse como perro con rabia.

Entre todos esos forsejeos, gruñidos y reclamos para ser soltados, un robot se aserco a los cuatro hermanos, imcliandose un poco hacia ellos y haciendo que se detuvieran para examinarlo mejor, notando que tenía un logo en su pecho a diferencia de los demás, quienes lo tenían en su hombro.

El logo era simple.

(Está pal culo Pero bueno)

Donatello intento memorizarlo lo mejor posible, pero sus pensamientos quedaron interrumpidos así como los de los demás al oír las palabras del Robot.

–𝙼𝚒𝚜𝚒𝚘𝚗 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚕𝚎𝚝𝚊𝚍𝚊. 𝙻𝚊𝚜 𝚝𝚘𝚛𝚝𝚞𝚐𝚊𝚜 𝚗𝚒𝚗𝚓𝚊𝚜 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚗𝚎𝚞𝚝𝚛𝚊𝚕𝚒𝚣𝚊𝚍𝚊𝚜–

Ante aquellas palabras más tortugas se miraron entre sí, ¿Había Sido una misión? ¡¿Ahora había otro villano más?!.

Gruñeron frustrados ante aquella posibilidad, mirando con desprecio cada uno de los robots, en especial Rafael, quien parecía estar a punto de estallar en ira.

Pero de pronto, el mismo robot quedó decapitado por un fuerte golpe, su cabeza volando por los aires antes de rebotar en el suelo. La máquina tuvo un cortosircuito, pero los demás parecían tener un protocolo para ataques sorpresas como esos.

Inmediatamnete se pusieron en posición, los robots con los hermanos en mano se amontonaron entre sí, los demás acomodándose a su alrededor.

Se prepararon para atacar, mientras que los que sostenían a las tortugas las ataron espalda con espalda, dejándolos inmovilizados mientras quedaban sentados y rodeados por dos grandes círculos de robots.

De repente, la cabeza de uno de los robots voló por los aires, golpeada por una fuerza invisible. Los robots se detuvieron, confundidos y buscando al atacante.

Las cuatro tortugas estaban muy confundidas, sin lograr entender o ver que sucedía, solo podían ver cómo algunos robots caían repentinamente decapitados.

–¿Qué pasa?– preguntó Mikey, paraodeando y mirando como un robot caía a su lado, decapitado y retorciéndose antes de terminar de desactivarse.

No lo sé– negó Leonardo, intentando ver al igual que todos.

–Pues que deje de jugar y que nos ayude a desatarnos, esto es umillante– gruñó Rafael, ah, parece que el chihuahua por fin logro escupir la tela de su boca.

Donatello miraba su alrededor desesperado, intentando saber dónde se encontraba o encontrar un patrón en sus ataques, pero simplemente era casi imposible.

–Pero... ¿Cómo hace eso?– Murmuró para si mismo, parapdenado ante la siguiente calesa que voló por los aires.

Pero justo en ese momento un robot se movió y tomo del pie a quien parecía haber alcanzado a derribar un gran número de ellos de unos simples golpes.

El ser misterioso pareció quedarse estático por unos segundos, vestido con un buzo negro, pantalones del mismo color y decalzo, con unos pies similares a los de las tortugas ninjas pero más escamosos y con garras, a demás de que se alcanzaba a ver una ligera elevación en la planta de los pies, como si fuera alguna clase de almohadilla.

Los hermanos miran impresionados al nuevo sujeto, examiando cada uno de sus detalles, al menos los que se lograba ver.

Sus manos estaban cubiertas por guantes negros y ajustados, pero la punta de sus dedos estaban al descubierto debido a que necesitaba que las garras también lo estuvieran.

Al principio se quedó quieto, pero tan pronto otro robot se aserco él se curvo hacia atrás y tomo la cabeza de la máquina, balanceandose con mucha fierza hacia abajo para tomar inpulso y arrancarsela, usandola luego como si fuera una especie de pelota y lansarla hacia la cabeza del que lo sostenía, logrando decapitarlo.

Así, quedó libre y siguió su pelea, logrando desmantelar a varios y hacer que todos cayeran inservibles al suelo, y solo uno quedo en pue, dejando muy sorprendidos a los hermanos.

Las tortugas se miraron entre sí, sorprendidas y agradecidas por la intervención del misterioso ser.

Mikey se estiró, intentando liberarse de las cuerdas que los atan. Leonardo miró al ser, que seguía luchando contra los robots con habilidad y ferocidad.

Rafael gruñó, intentando liberarse también.

–¿Quién es este tipo? ¡Es un animal!– soltó sin querer verse sorprendido, intentando ocultar sus ansías por saber de quién se trataba.

Donatello miró al ser con curiosidad y admiración

Parece tener habilidades similares a las nuestras... pero también es muy diferente.– empezó a divagar entre murmiros, observándolo detenidamente.

El robot se aserco a un paso muy rápido antes de comenzar a correr hacia él, los demás mirando atentos lo que podría llegar a pasar. Y para su sorpresa, el sujeto se posicionó, levantando la pierna en el último momento y lanzando una última patada hacia su cuerpo.

Lo que sucedió a continuación dejo atonitos a las tortugas.

El cuerpo metálico emitió un fuerte sonido, producto del pie ajeno chocando contra el material, pero el cuerpo en vez de salir volando se compacto y obtuvo un agujero en la parte en que había recibido el golpe, el resto del material que había recibido la patada salió disparado, pareciendo casi desintegrarse en la trallectoria.

El cuerpo del robot ahora inservible cayó al suelo con un sonido que emitió eco, mientras que el sujeto permaneció con su pie en alto y en una posición específica, muestra de que había utilizado una tecnica de algún arte marcial.

Las tortugas siguen atadas por la cuerda, espalda con espalda, y miran al ser misterioso con una mezcla de sorpresa, curiosidad y agradecimiento. A demás de estar casi en shock.

Miguel Ángel intenta moverse cuando logró reaccionar, pero la cuerda lo limita. Hizo un puchero, mirando al sujeto que ahora estaba bien parsdo y parecía mirar en su dirección a jugar por como la capucha se veía dese el frente.

Hey, amigo, ¿Podrías ayudarnos con esto?– preguntó con una media sonrisa, esperando poder salir de ese aprieto.

Leonardo asiente, logrando reaccionar.

Sí, estamos un poco atados en este momento– bromeó apenas, intentando moverse, pero las cuerdas estaban bien atadas.

Rafael solo gruñe, sintiendose un poco avergonzado ante el hecho de que debía ser ayudado por un desconocido que no había necesitado armas para defenderse, mientras que el tenía dos sais que ahora estaban fuera de su alcance.

El sujeto se mantiene unos segundos parado hasta que su postura se acomoda, pero en vez de asercarse, una cola sale de entre sus ropas y corta las cuerdas a una velocidad impresionante antes de que quede onduleando ligeramente detrás de él, es algo gruesa al principio pero termina en una punta puntiaguda y áspera, con escamas brillosas y afiladas.

Los hermanos quedan sorprnedidos, Donnie parece asombrado y maravillado por lo que acaba de ver, notando que esa cola parece ser de un reptil, apenas puede contenerse para no correr hacía él y examianrlo de todos los lados posibles.

Leonardo decide asercarse, mostrando una sonrisa agradecida pero también muy curiosa, realmente ninguno de ellos esperaba ver algo como eso, mucho menos presenciar un golpe tan preciso como ese.

Es impresionante. Gracias. Pero si me permites preguntar ¿De dónde vienes?– realmente tenía mucha curiosidad.

–¿Y qué eres?– agregó Rafael, levantándose y masajenadose el cuello.

Donatello apenas se contiene, casi tropesnadose en su apuro de asercarse junto con Mikey, quien al ver la emoción de su hermano no pudo evitar sentirla él también.

–¡Es como una cola de reptil!– dijo Donnie con emoción, examiando la mencionada mientras intentaba dar el espacio personal adecuado.

Pero no pareces un reptil del todo– Mikey lo imitó, el sujeto sin parecer muy incómodo ante el hecho de que lo examinan de esa forma.

Leonardo intento disculparse por el comportamiento de sus hermanos, pero es interrumpido ante la suabe y firme voz del sujeto frente a él.

Ay más robots por aquí– ignoró cada una de sus preguntas y el comportamiento entuciasta de los otros dos, pareciendo mirar hacía un costado.

Tenía en claro que lo único que veían eran sus patas, sus manos y la cola, su rostro seguía oculto, le era suficiente con eso.

Les aconsejo que me sigan– los volteo a ver, su voz suave y calmada pero firme, esta vez, los otros dos deteniendose pata observarlo –Estos robots estan diceñados para seguir luchando hasta que den la orden de abordar la misión, no se detendran hasta que salga el sol–

Sabía que eso podría ser un problema para las tortugas, puesto que las había visto antes y sabía que nunca salían de día.

Los hermanos se miraron entre ellos, Donnie incorporándose y parándose frente a él.

–¿Tienes información sobre estos robots? ¿Podrías darnosla por favor? ¡Nos serviría mucho de verd-...!– sus palabras fueron cortadas ante la mano que se elevó frente a él, pidiendo cilencio mientras mostraba que parecida tener almohadillas ásperas y apenas visibles.

–Esta bien, daré la información que decean. Pero los robots se asercan– recordó una vez más, mirando a su costado al oír un sonido metálico. –Por favor, les pido que me sigan– dijo mientras empezaba a caminar con un paso rápido.

Las tortugas se miraron entre sí, y Leo tuvo que pensar en un rápido tiempo debido a que podía oir como los robots se asercaban. Los había ayudado, si es posible les daría información de estos robots, y hasta ahora habían visto que era un gran luchador, incluso apenas había hecho algunos movimientos, y ya con eso bastó.

Esperaba que no fuese una trampa.

Lo siguió luego de agarrar sus armas y las de sus hermanos y dárselas, con el mismo paso apresurado, sus hermanos lo imitaron, Rafael con una mueca mientras que Mikey y Donnie intentaban ver algo más en quien ahora estaba siendo su gia.

El chico es rápido para subirse a diferentes cosas y llegar a uno de los tejados del edificio, no es una gran sorpresa para las tortugas, pero lo que llama su atención es el hecho de que también usa su cola y parece que casi ni hace ruido a comparación de ellos.

Eso los avergüenza un poco, debido a que están muy entrenados para ser ninjas y “maestros del sigilo”, si bien él quizás tenía un mejor entrenamiento seguía siendo algo... Vergonzoso.

El ser misterioso se detiene en el centro del tejado, mirando alrededor para asegurarse de que no hay robots cerca. Las tortugas se asercan a él, esperando instrucciones o algo más.

–¿Todo en orden?– pregunta el líder, el sujeto asintiendo.

Pero antes de que pueda hacer algo, Rafael interrumpe con un bufido y un gruñido.

No me gusta esto. Quiero acción– se cruzó de brazos con molestia, casi pareciendo hacer un puchero.

–Rafa, ya hablamos de esto. No todo el tiempo patearemos traceros como tú dices– espeto Leonardo, viendo como su hermano menor rodaba los ojos fastidiado, sin decir nada más.

El chico parece ladeal la cabeza un tanto curioso ante la manera de actuar de ese sujeto, Pero regreso su atención hacia la tortuga de antifaz morada, quien se había hacercado con una sonrisa curiosa y esperanzada.

–Disculpa mi insistencia, pero, ¿Qué sabes sobre estos robots? ¿Por qué nos atacan?– preguntó algo ansioso, esperando su respuesta para poder memprisarla y luego escribirla en alguna parte.

El individuo parece mirarlo por unos segundos, su cola ajitandose un poco.

No tengo idea de porque los atacan, pero cada que los buscan destruyen muchas cosas, me he encargado de mantenerlos a ralla... Ahora entiendo el porque de su aparición– hizo una mueca interna, caminando hacia él siguiente tejado. –Vamos, conosco una zona donde los robots no se asercarian– ante aquellas palabras los hermanos lo siguieron, Donatello revobinando su respuesta e intentando sacar teorias o concluciones de lo que podria significar eso.

Saltan de un tejado a otro, mientras él los guía hacia un lugar seguro. Miguel Ángel se mantiene cerca, curioso sobre el plan del ser misterioso.

Leonardo se coloca al lado de Donatello, mirando al sujeto con interés.

¿Qué zona es esa? ¿Por qué los robots no se acercarían?– preguntó con curiosidad, quería tener la mayor información posible antes de llegar, para evitar conflictos o mal entendidos, o incluso trampas.

Rafael sigue detrás, entre cerrando los ojos ante esa pregunta y esperando su respuesta, atento y desconfiado.

Donatello muestra un poco de interes también, mientras que Mikey aun se mantiene casi al lado del sujeto, intentando discretamente haberiguar que habia bajo su capucha.

No se acercan... Porque yo vivo ahí– dijo acelerando el paso tan pronto escuchó un sonido metálico, intentando no reír ante el tropiezo del menor serca de él ante su repentino movimiento. –Vamos, están por aquí– dijo ayudando al chico a estavilidarse, corriendo por el tejado y saltando al siguiente.

–Gracias– dijo Mikey con una sonrisa algo apenada, corriendo está vez justo al lado de él mientras sus hermanos se mantienen atrás, atentos a lo que podría llegar a hacerle aquel sujeto, no podían confiar al sien por siento en él.

No hay de que– respondió con lo que pareció ser un tono amistoso, su sonrisa siendo palpable incluso debajo de la capucha.

Mikey sonrió, si tuviera una colita, se estaría moviendo con ánimos de seguro.

–Oye, amigo. Gracia por ayudarnos allá atrás, sin ti probablemente estaríamos en un lugar raro y oscuro, o quisas colgados de cabeza en un laboratorio como pasó una vez– los hermanos hicieron una mueca ante ese recurso, un pequeño escalofrío recorriendo sus espaldas, que suerte que lograron liberarse justo a tiempo.

Oh... Bueno, no fue nada. Sé que esas cosas y sus intenciones son malas, se nota desde lejos realmente– ahora se sentia un tanto preocupado por los cuatro, los habia visto luchar un par de veces, pero no había esperado algo así.

En algún momento, logran alejarse al punto de que ya no se escuchan más los sonidos metálicos, dejando más tranquilas a las cuatro tortugas mutantes.

Lo siguen en silencio, saltando de un edificio a otro mientras él los guía hacia aquel destino desconocido. Miguel Ángel se mantiene cerca, mirando alrededor con curiosidad mientras Donnie le hace algunas preguntas sobre aquellos robots, pero él tampoco parece saber mucho, incluso no tiene nada sobre aquel logo extraño. Mientras que Mikey le hace preguntas más simples, como que cosas le gustaban, cuál era su hobbit y todo eso. Aunque esas preguntas no eran siempre respondidas.

Leonardo se coloca al lado del él de repente.

Disculpame, ¿Estamos cerca?– preguntó con cortesía, si bien podrían simplemente volver a la alcantarilla quería saber más sobre ese chico y aquellos robots, quería saber el porque no se atrevian a ir a aquel lugar donde él los estaba llevando, estaba manteniéndose alerta para no meter en demaciados riesgos a sus hermanos, lo menos que quería es que se lastimaran por su culpa.

Rafael sigue detrás, asercandose unos pasos para escuchar mejor.

–No, ya casi llegamos– señaló hacia el frente, mostrando que estaban empezado a adentrarse a una zona abandonada y casi al límite de la ciudad.

Donatello mira alrededor, fascinado por el paisaje urbano.

Este lugar es increíble. Nunca había visto algo así– había visto imágenes y videos de lugares como estos, incluso había visto con sus propios ojos lugares así, pero este era muy diferente.

La vejetacion estaba mucho más avanzada que de costumbre, llenando casi todas las esquinas de las cuadras y cada centímetro de los edificios y casas, estaba lleno de flores y escombros, enredaderas y malesa, a demas de muchos arboles y plantas, un lugar así se veía magnifico.

Mikey apenas podía dicimular su asombro y encanto, mirando cada planta y flor que se encontraba y teniendo cuidado de no pisar ninguna vegetación, Rafa también estaba sorprendido, realmente no había esperado ver alguna vez algo así. Leo simplemente observaba, era un lindo lugar en su opinión, muy facil de querer visitarlo cada tanto.

Miguel Ángel soltó algunos elogios al lugar, completamente feliz de ver algo tan lindo como eso, Donnie saco una que otra foto con su T-Phone.

Okey, ya basta de distracciónes. ¿Dónde estamos?– Rafael se detuvo y se cruzó de brazos, sus hermanos mirándose entre ellos antes de mirar al sujeto parado en el límite del edificio.

Ya, ahí está– señaló el edificio delante de ellos, mostrando que las ventanas estaban un poco rotas y el revoque se caía un poco.

La vegetación inundaba muchas partes del edificio, muestra de los años que estuvo abandonado, Pero había algo que le decía que las enrredaderas y las plantas son removidas de vez en cuando, muestra de que también alguien vive ahí, y claro, era él.

–Wow, se cae a pedazos– Rafa recibió un codazo en su costado, gruñendo por lo bajo y evitando devolverle el golpe a su hermano de azul, notando que la cola del desconocido se agüita ligeramente, mirándolos. –...Perdón...– hizo una mueca, pasandose una mano por el costado de su cuerpo.

–No importa, es la verdad. Se cae a pedazos, pero al menos pude reforzarla y por dentro está bastante estable– pareció encogerse de hombros, sin importarle mucho aquello.

Dió un largo y fuerte salto, logrando engancharse en el marco de la ventana abierta y entrando rápidamente, la luz de adentro haciéndose cada vez más fuerte, algo que confundió un poco a las tortugas, quienes se miraron entre ellos entre parpadeos.

Bueno, supongo que eso es una invitación– opinó Mikey, encogiéndose un poco de hombros.

Leonardo asiente. Saltando de igual forma y entrando, haciéndole señas a sus hermanos.

Rafael gruñe, pero lo sigue, no muy cómodo.

Donatello es el siguiente y por último su hermano menor.

Se ven terribles...– aquello los hizo detenerse, mirandose entre sí y ahora que eran iluminados de una mejor manera podían ver los moregones y rasguños que tenían todos, en especial donnie, quien por un momento había olvidado sus quemaduras.

–Ah, no es nada, hemos tenido peores– Rafael se rasco la nuca, recordando aquellas veces que llegaron a romperse un hueso.

La cola del chico sé sacudió ligeramnete, observando a cada uno de ellos de pies a cabeza, a pesar de que los hermanos no podían ver su rostro incluso a pesar de la iluminación de las velas repartidas por todos lados.

Su mirada se detuvo en Donatello, quien observaba sus quemaduras con una ligera mueca, al parecer empezando a prestar más atención en el dolor que le provocaba. Se acercó a él, los demás mirandolo atentos a sus movimientos.

Donnie no lo noto hasta que sintió una de sus manos en su hombro, haciendo que volteara de inmediato y notará la capucha y el rostro enegrecido del sujeto.

–Permiteme, por favor– pidió mientras tomaba una de sus manos y la levantaba para poder examianr su brazo, el cual tenía ronchas y manchas por culpa de las heridas.

Es entonces que los hermanos notan las quemaduras del morado, empezando a sudar al notarlas e intentando recordar en qué momento pudo haberselas hecho. Mientras que el de antifaz morado solo observaba lo que hacia el sujeto frente a él, quien parecía ser ligeramente más alto y tenía manos ásperas incluso con guantes, pero al mismo tiempo blandas por las almohadillas, las cuales parecían ligeramnete pegajosas.

–No es muy grabe, pero supongo que te arden ¿Verdad?– levantó un poco la cabeza, y Donatello puede jurar haber visto un destello rojiso en el lugar donde deberían estar sus ojos.

–Un poco, sí– se rascó la nuca, haciendo una pequeña mueca, en realidad, el dolor había empezado a aumentar.

El chico lo soltó con cuidado, caminando hacia la alacena a centímetros del mesón y abriéndola, sacando de esta un kit de primeros auxilios.

–Ustedes también deberían de curarse– dijo mientras lo abría, dejando las cosas a disposición de ellos.

Se miraron entre sí, pero asintieron, agradecidos de poder curarse y cubrir sus heridas para evitar posibles infecciones. Donatello estaba por curarse sus quemaduras, pero fue ayudado cilenciosamente por el chico, quien casi ni había preguntado para comenzar a ayudarlo con sus brazos.

Fue un gesto lindo y que lo hizo sonreír de lado, a demás de que Mikey los veía y sonreía enormemente, ayudándole a Donnie con su segundo brazo, algo que lo había tomado por sorpresa.

–Eeeeh... Sí saben que puedo hacerlo solo, ¿No?– dijo el de morado, mirando a ambos con ligera sorpresa y con un poco de rubor en sus mejillas, sintiéndose repentinamente como un niñito.

–Sip~ Pero no está de más ayudar– sonrió el de naranja, mirando como el contrario asentia y Donnie suspiraba, resignandose a sentirse más pequeño de lo que ya era.

Leonardo y Rafael observaban mientras se curaba solos, Rafa con una ceja enarcada y Leo con curiosidad, ambos sin atreverse a decie nada.

Mientras se curaban (y eran curados, en el caso de Donnie), examinaban du alrededor con ojos atentos, entendiendo entonces que se encontraban en una cocina bien cuidada y mantenida, con un poco de vegetacion en las esquinas.

Tenía un toque ogareño, pero incluso con toda la luz que parecía artificial cuando era en realidad de las velas, su rostro seguía cubierta por la capucha.

Las tortugas por fin terminan de curarse, admirando de una mejor manera las cosas del edificio. Miguel Ángel se acerca a una de las velas, fascinado por la luz cálida y el acojedor aire que les otorga.

Es hermoso aquí, ¡Haz hecho un grandioso trabajo!– no se puede ver, pero el chico sonríe bajo su capucha.

Leonardo mira alrededor, notando los detalles.

Sí, has creado un refugio muy agradable– le recordaba un poco a su propia guardia.

Rafael se cruza de brazos, aún desconfiado pero sintiéndose un poco acogedor este lugar.

–Sí, pero ¿Quién eres tú?– aquello hizo que el sujeto termina de guardar las cosas y se guirara, recordando entonces que nunca se había presentado.

No pudo evitar que su cola se moviera con ligera divercion ante su propio descuido, girandose y notando como los demás se guiran hacia él, esperando su respuesta.

–Es verdad, no me he presentado, lamento mi descuido– se rascó la nuca. –Soy Anzar– se inclino apenas, su sonrisa por primera vez siendo palpable para todos incluso si no se veía.

Los demás sonrien, escepto Rafa, quien solo se hacerca junto con los demás. Mikey es el primero en llegar frente a él, sonriendo enormemente.

–¡No hay problema! Yo soy Miguel Ángel, pero puedes decirme Mikey, amigo– sonrió mientras extendía su mano, sintiéndose feliz y emocionado al ver que Anzar estrechaba su mano.

–Soy Leonardo, es un gusto– se aserco mientras extendía la mano, sonriendo al ver que también era estrechada.

–Donatello, y gracias por la ayuda– el de morado se aserco sonriendo, estrechando su mano.

–No hay de que– dijo rápidamente, mirando al de rojo, aunque creía haber escuchado que su apodo era “Rafa”.

–Rafael– se presentó cruzándose de brazos, extendiendo su mano a regañadientes al ver la mirada que le mandaban sus hermanos.

Anzar se rió apenas, sin ser notado por los hermanos y estrecho la mano ajena.

Bueno, me gustaría hablar algo breve con ustedes– dijo de repente, observando a los cuatro, quines lo miraron expectantes y atentos.

–Seguro, ¿De que es lo que quieres hablar?– preguntó Leonardo, cruzandose de brazos.

–Para empezar, debo aclarar nuevamente que esto robots no se detendran hasta unos minutos antes del amanecer debido a que su único objetivo es encontrarlos a ustedes. Hasta donde sé, buscan en cada rincón de la ciudad... Escepto está– señaló antes de olvidar.

–Disculpa, pero, ¿Por qué no en esta? Sé que dijiste antes que era porque vivías aquí pero... ¿Hay una explicación más específica? ¿Hiciste algo o...?– Donatello se veía curioso.

–¡Sí! ¡Es una gran ventaja! ¡Estoy seguro que pateaste sus traceros metálicos de una forma epica! ¡Cómo antes!– Mikey sonrió, ahí estaba su actitud juguetona y alegre.

–Sí, algo así, no es por presumir, pero algo me dice que el dueño de esos robots sabe de lo que soy capaz– sonrió bajo su capucha, viendo como Mikey sonreía emocionado –Volviendo al tema inicial, sé que ustedes viven en las alcantarillas, los he visto salir de ellas y entrar también– Rafael frunce el ceño ante esas palabras, pareciendo tenzarse, mientras que los otros parapdean sorprendidos.

–Espera, espera, espera– Rafa interrumpe con brutalidad, sacudiendo una de sus manos –¿Estás diciendo que nos has estado espiando?– enarcó una ceja, señalando de una manera acusatoria.

–No, dije que los he visto, no que los seguí o algo por el estilo, solo me he topado con ustedes un par de veces pero eso es todo, no conozco nada más– levanto las manos de forma inocente, los hermanos compartiendo mieadas. –¿Puedo continuar?– dudaron, pero asintieron –Bien, yendo al grano, hay una tapa de alcantarilla algo alejada de aquí, prácticamente volviendo a la zona habitada de la ciudad. Pero el problema, es que hay una gran cantidad de robots en esa zona, créanme, yo que vivo aquí serca los he visto demasiadas veces para mí gusto– las tortugas hacen una mueca, algo preocupadas –Por esta razon no los acompañe hacia alli, tenia el miedo de que fueran atacados otra vez– explicó pensativo –Así que tienen dos opciones, o se quedan aqui y regresan minutos antes del amanecer, donde los robots ya desaparecieron, o regresan ahora a la alcantarilla mientras aun estan rondando– los hermanos volvieron a mirarse entre sí, haciendo muecas.

–Suena mejor la primera– opinó Mikey, la verdad quería quedarse ahí y conocer más a Anzar.

–Sí, la verdad estoy de acuerdo– coincidió Donnie, rascándose la nuca. También quería conocer más al chico, en especial por su misterio de no mostrar su rostro y no poder desifrar que clase de reptil era.

–Pero le prometimos al Maestro Splinter que regresariamos temprano está vez– dijo Leonardo, haciendo que Rafael cerrará la boca con un ligero chasquido,

Habían olvidado eso por un momento.

–Sí es así, creo que pueden arriesgarse un poco– hablo Anzar, entendiendo la situación. –Realmente la tapa no está muy lejos de esta zona incluso si está fuera de la misma, puedo acompañarlos hasta ella, en todo caso, estoy seguro que podemos enfrentarnos a algunos robots más–

Los chicos nuevamente compartieron miradas. Y está vez, todos asintieron al mismo tiempo, detestaba no poder cumplirle una promesa a si maestro, a demas de que por esto solían preocuparlo de más.

Anzar asintió para sí, caminando hacia la ventana.

–En ese caso, en camino– dijo antes de saltar, cayendo en el edificio de enfrente con gran equilibrio.

Las tortugas lo imitaron, empezando a caminar tan pronto los sinco estuvieron reunidos.

El camino fue silencioso, y para su alivio, al ver a algún robots lograron burlarlos de manera sigilosa y rápida.

Llegaron a aquella tapa occidada de una manera rápida y segura, algo que permitió relajar a los hermanos mutantes.

–Gracias por ayudarnos, Anzar– dijo Mikey, dándole una sonrisa agradecida.

–No es nada– sonrió de igual manera, pero otra vez su sonrisa no fue visita.

–Antes que nada– Donnie se aserco, sacando su T-Phone –¿Tienes número? Para poder estar en contacto y estar al tanto de los robots, también... Nos ayudaría mucho si pudieras contactarnos si algo pasa en la ciudad– miró a Leo, quien asintio en muestra de que le agradaba la idea y estaba de acuerdo.

–¿Número?– ladeó la cabeza, entendiendo después –Ah, te refieres al celular– agradeció que su capucha lo cubría, porque sino, verían su cara roja –Sí, sí, deja que lo recuerde. Eeeh...– quedó pensativo unos segundos antes de chasquear los dedos y empezar a duchar, Donnie siendo rápido en escribir el número ajeno.

–Listo, gracias– sonrió, Anzar asintiendo.

–Bueno, fue un placer conocerte Anzar, gracias por tu ayuda– dijo Leonardo, destapando la alcantarilla.

–Fue un placer– asintió. –Y antes de que se vallan, déjenme decirles que pueden contar conmigo en lo que necesiten, estoy disponible en cualquier momento– las tortuhas asintieron ante sus palabras, sonriendo apenas, pero sus sonrisas se borraron al notar que Anzar se bajaba la capucha –Y gracias por mantener esta ciudad a salvo–  agradecio con una sonrisa.

Ante esto, las tortugas ni lograron reaccionar lo suficientemente rápido para responder las palabras ajenas antes de que se despidiera y desapareciera con un salto.

–Donnie...– Leonardo logró hablar después de unos segundos.

–No tengo idea de que reptil era– respondió, dándose la vuelta para entrar a las alcantarillas –Despues se lo preguntaré–

–Por favor– Pidió Rafael, dando un salto y entrando después de su hermano de morado.

–¡Chicos! ¡Anzar se ve genial!– grito Mikey mientras los seguía, siendo seguidos por Leo.

Este último quedó pensativo, creía haber visto un rostro similar antes.

←•→

Anzar caminaba por los tejados, su cuerpo haciéndose ligeramente más pequeño mientras su cola se achicaba al punto de ser una lo suficientemente pequeña para ocultarse entre la ropa. Sus manos tomaron una apariencia más humanoide, teniendo que quitarse los guantes para poder dejar que su quinto dedo tuviera espacio, y sus pies comenzaron a ser más chatos y finos.

Su rostro comenzó a tener una nariz más normal, y sus escamas se afinaron y suabisaron, pasando desapercibidas a simple vista.

Empezó a adentrarse en la ciudad, ocultándose con su capucha puesta y corriendo sigilosamente por entre los tejados hasta que bajo en un callejón, agarrándose de la escalera de emergencia y tocando una ventana, esperando impasinete mientras veía la luz encenderse. Su pequeña cola se movió de un lado a otro, sonriendo tan pronto la cortina se movió y saludo con entusiasmo, adoptando una actitud más animada y sonriente.

–Ya me preguntaba dónde estabas– una voz suave y divertida se escuchó una vez que la ventana fue abierta, una tortuga mutante de ojos bicolor dándole una sonrisa.

–Perdón, me tope con unas tortugas particulares– sonrió ampliamnete, viendo con divercion su exprecion sorprendida.

–¿Ah, sí? ¿Los lograste conocer?– sonrió, permitiéndole entrar y viendo como el se deslizaba como un reptil, parandoce en el suelo en cuatro patas antes de levantarse correctamente.

–¡Sip! Rafael es tan gruñon como dijiste– La tortuga se rió, ahora pudiendo se ver correctamente, vestía con pantalones bordos oscuros, descalza y con vendas en sus codos, unas sorcunferencias gruesas bajo sus ojos y hombros, a demás de cejas oscuras y unos pequeños sorculos negros sobre ellas.

–Te lo dije, a puesto que te cayó bien el chico naranja–

–Miguel Ángel, aunque prefiere que le digan Mikey– se sento en la silla de la cocina, sonriendo ampliamente.

–Ah, sí, recuerdo que siempre hacia payasadas en medio de las batallas– rodó los ojos con divercion, sonriendo ante el recurdo.

–Sí... ¿Realmente crees estar a salvó aquí?– miró su alrededor, haciendo una lijera mueca –Digo, sé que gracias a la mescla rara que te robaste del clan del pie puedes ser un humano, pero en algún momento se acabara, ¿No?– se vió algo preocupado, sus ojos rojos mostrándose ligeramnete brillosos.

La tortuga suspiró, apoyándose en el costado de la mesa.

–Ya te lo dije, Anzi. Estoy trabajando en descubrir cuales son sus químicos y preparación, creo tener parte de su receta, a demás, me estoy guiando por el papel roto que logré llevarme consigo– sonrió, el reptil haciendo uan ligera mueca.

–Esta bien, solo... Sabes que puedes venir conmigo– sonrió –A demás, el clan del pie sigue tras de tí después de tu “traicion”– hizo comillas en el aire, el contrario asintiendo.

–Sí, por algo uso esa cosa– se miraron por unos segundos antes de comenzar a reír, ambos recordando la primera vez que el sujeto lo uso y casi se ahoga.

–¿Realmente sabe tan mal?– ladeó la cabeza, enarcando una ceja inexistente.

–¿Recuerdas como olía el laboratorio?– Anzar arrugó la nariz –Ahora conviertelo en olor–

–¡Oh no, viejo! ¡Que asco!– ambos se rieron otra vez, sin poder evitarlo. –Te compadesco, Kenji– ambos rieron otra vez.

Menos mal que los vecinos tenían el sueño pesado.

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AL FIN, CASI TRES DIAS PARA ESCRIBIR ESTA MADRE, AL FIN LA TERMINE >:D

NO PODIA DARLE UN FINAL QUE ME GUSTARA PERO AQUI TA, AQUI TA WE.

Te dije berry XD Kenji no está de relleno sjsjjsjs.

Espero les allá gustadooooooo

Tuve que pedirle ayuda a la IA de WhatsApp porque me atranque en un lugar así que créditos a esa máquina XD.

Y bueno, para el que le interesa :D

Así se ve anzar de cuerpo completo :3. Bueno, casi sjsjjs

Ahí tan sus manitas y patitas.

Y no tengo nada de Kenji :"D pero se ve como Rafa, más alto que Anzar y tiene musculatura leve.

Y creo que ya es todo, gracias por leer.

Ah sí.

6.246 PALABRAS.

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