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Tempt You (Evocatio).

N.A; Antes que nada feliz mes del orgullo LGBTTTI+. Se que como comunidad hemos tenido que pasar por un montón de cosas pero yo comprendo perfectamente que algunos no estén listos para mostrarse tal como son, así que escribi este One Shot viendo todo las relaciones como algo normal, porque así es como debe ser, normal... Ahora no suelo decir estas cosas, pero estoy orgullosa de ser parte de esta comunidad, hay personas que me trataron realmente bien cuando más miedo tenía y otras no tanto así que, gracias por leer esto.

Y gracias por leer mi One Shot, disfrútenlo.

(...)

"Cariño, te voy a construir algo, linda necesitas algo mejor; Déjame construirte algo mejor..."

Un suspiro salió de entre los labios de Annie, su frente pegada al libro sobre la pequeña mesa de noche con los cabellos rubios callendo tal cual cascada sobre el mismo. Estaba cansada con los exámenes finales, con despertar todos los malditos días temprano para ver el mundo girar eclipsando su razonamiento haciéndolo monotomo; estaba harta de verlo todo igual, de sentirlo todo de la misma manera, pero no había salida, nunca había salida.

Así que ella se recogió el cabello en una coleta desordenada y se dispuso a continuar con su lectura o eso planeaba antes de que la ventana alado de ella fuera abierta de sorpresa, no se molestó en mirar sabía quién estaba al otro lado con una sonrisa de lado atravesando su labios finos, la princesa de la casa soltó un gruñido molesta.

—Vete.— Ella refunfuño, siguiendo los acontecimientos en el cómic de la segunda guerra mundial.— ¿Cuántas veces tengo que decirte que no entres a mi habitación de ese modo?

Una sombra un poco más alta que ella se escabullo hasta su cama, pasando su mano por las finas sábanas soltó una pequeña risa que hizo eco en la habitación de la rubia.

—Lo siento.— Sus disculpas estaban cargadas de sinceridad como de vergüenza.— Me preocupe por las últimas veces que no fuiste a clases, vine a verte.—Una pausa que tomo toda una eternidad.— A saber si te encuentras  bien.

Annie tocó el puente de su nariz fastidiada, era como un mosquito sumbando en sus oídos; castrante y molesto.

—Estoy bien, ahora vete.

Las palabras siempre eran duras cuando se trataban de ella.

La invitada no deseada hizo una mueca un poco triste, entendiendo que nunca sería bienvenida en el hogar de la reina, de la chica que movía la cadena alimenticia de la escuela; estaba fascinada por alguien que nunca iba a tener.

—Solo por favor.— La mujer de rasgos asiáticos dijo, antes de asomarse por la ventana.— Cuídate mucho ¿De acuerdo? Nos vemos en las escuela.

Annie no contesto, la chica que cruzó su ventana desaparición como pólvora.

Ella odiaba con su vida a aquella mujer, aunque nunca lograba desaherce de ella, y es que el problema no era que fuera una hija de puta, todo lo contrario  la chica de ojos grises era bastante dulce a pesar de su aspecto malote que llenaba su aura en cada rincón que ella visitaba y entonces la rubia noto que parte de su cama estaba sumida aún la huella de la huésped odiosa, aún la imaginen en su mente de la primera vez que la vio.

No podía creer que terminó gustandole a la chica más dulce del salon y a la más inmadura e estúpida. Annie estaba asqueada con esa idea, en definitiva Mikasa Ackerman nunca sería su estilo de persona.

....

—Entonces pensé que sería más fácil grabar en el terreno baldido alado del hospital. ...— Annie miro a su mejor amiga del otro lado de la mesa, la idea cruzando su mente dándole ideas alocadas, sencillamente la grabación en un lugar así, quedaría exquisito.

—Me parece perfecto.— Ella apoyo y abrazo los hombros de la mujer con pecas.

—Necesitamos permiso para esas cosas.— Un joven de cabellos rubios comento, el mantenía su vista en algún cómic clásico por encima de la mesa de la cafetería.— No quieren ir a  la cárcel por allanamiento, ¿O si?

—Buscaremos una forma de hacerlo.— Otro joven de ojos verdes está vez.— Vamos Armin, ¿Solo imagina las posibilidades?

El chico de ojos azules Observo el gesto alegre de su novio, no podía negarse a tanto brillo.

—De acuerdo.—Cambio de página antes de disponerse a continuar.— La idea ciertamente me parece fantástica, si logran conseguir el lugar. Ayudaré a conseguir quien nos lleve.

—Historia me comentó en una ocasión que ella sabía de alguien que nos ayudaría a entrar.— Ymir comento pensativa, una de sus manos tocando la mejilla de Annie para concentrarse.— Le llamaré para que nos ayude.

—No lo sé.— Annie contesto un poco indecisa.— No quisiera meterme con ese grupito.

Ymir hizo una mueca.— Suenas como si fueran unos vándalos.

La mujer rubia se recargo en el hombro de la castaña.— Mikasa a entrando por mi ventana tres veces esta semana, es una acosadora de mierda, solo no quiero saber nada de ella.

—Por favor.— Eren se metió con la boca llena de papas.— Mi hermana podrá ser una idiota, pero se que nunca te haría nada malo.

Annie soltó un resoplido.— Dile que me deje en paz, por favor.

Eren hizo una mueca que demostró su confusión, entendía que a las mujeres no les gustaba sentirse acosadas aunque él perfectamente sabía que su hermana no hacía las cosas si no hubiera un motivó, todo este tiempo estando con ella solo le enseño a conocerla lentamente.

—De acuerdo, le pediré que te deje de molestar.— Armin fue el que dijo eso sus ojos aun leyendo el cómic.—, Pero permite que Ymir pida ayuda, tenemos menos de una mes para terminar las grabaciones y nos falta esa tremenda escena.

— De acuerdo, ¿Que puede salir mal?— La rubia se encogió de hombros, en acuerdo.

Y todos sabemos que cuando uno dice eso, todo sale mal.

"El cielo, es solitario en tu cielo. Cariño deberíamos juntarnos; Podría adorarte por siempre."

Los momentos en la vida son extremadamente efímeros, como una mirada en la oscuridad, un suspiro disparándose por diferentes direcciones cuando estás triste, alegre o enojado. Hay tantas situaciones que pasan como un parpadeo que cuando puedes tocarlo levemente tienes que aferrarte a ello.

Ese fue el caso de Mikasa, no es una obsesión en ningún sentido, Annie era como un bote en medio del triángulo de las bermudas la ayudaba a suspirar a sentir de una forma pura y tierna ¿El problema? Es que ella nunca sabía cómo acercarse. Pero en un indicio todo era tan confuso la joven rubia era considerada para mucho para la reina del colegio ya que efectivamente de cierta forma lo era, como presidenta del consejo estudiantil ella rompióad cualquier estereotipo que se pudo marcar a lo largo de las decadas:

Ya no había grupos en dónde todos eran del mismo rebaño, podrías ver a un artista con un jugador de americano a un cineastas grabando junto al club de fotografía o a los emos, a los jóvenes de la comunidad LGBTTTIQA (de la cual ella era parte) siendo ellos mismos sin temor a ser juzgados, Annie había creado un ambiente (Junto a sus compañeros) tranquilo y un respiro para todos en donde se sintieran cómodos y sin ataduras.

¿Pero como termino queriéndola?

Bueno eso fue más profundo aunque más estúpido. Fue una tarde en donde se supone que debería estar en su clase de Historia pero en cambio vagaba por la escuela en busca de golosinas (gusto culposo que no le permitían comer) la máquina que las despachaba estaba hasta el otro lado de su salón, así que ella solo tuvo que caminar, y bien dicen que las palabras mueven fronteras.

Justo dando la vuelta, ella se topo con Annie, leyendo en voz levemente alta algo escrito en su libreta, borrando, tachando una y otra vez en un desesperado intento porque las palabras hubieran coherencia entre si.

Mikasa solo tuvo que escuchar a Annie leer para que se sintiera atraída... Las frases en su mente de un libro no escrito por un poeta reconocido o un maestro en las palabras titulado, la azabache supo que las palabras que salían de entre sus labios eran realizadas por el dolor en su corazón palpitante debajo de la piel y sudaderas enormes que llegaban puestas;

'Asi que pregunte una vez al vacío, si todo esto tenía sentido. Cada gota de mi alma surge en diferentes direcciones agrietandosé, confundíendome de sobremanera, estoy perdiendo eso que me hacía humana y no se cómo hacer que regrese, que yo regrese; necesito regresar, encontrarme y llenarme de pétalos de rosas para sentir que aún respiró, para sentir que aún sigo con vida...'

Mikasa sabía que tenía que dejarla con sus dilemas, en cambio de sentó en la esquina y siguió escuchando, llenando su alma de las palabras rotas de la niña, conociéndola en silencio.

Así fue como empezó todo.

Las demás veces que la visitaba de noche, no era más que nada que para saber cómo estaba, supo dónde estaba su habitación por un pequeño mal entendido la última vez que todo el grupo fue invitado a dicha casa (que ahora que lo piensa no puede entender porque ya no fue así) en donde ella por estar medio ebria y en busca de un baño se topo con la habitación de la mujer de ojos azules cielo, ese día fue como si el infierno tocará sus pies. Ya que Annie se había enojado tanto que la llamo de todas las formas posibles.

Y fue donde noto una cosa de la pequeña rubia; aunque creo toda esa igualdad en el ambiente escolar, aún suele ser algo temeraria con las personas que se visten como ella, y más le gustó la chica por eso. No era perfecta, y eso la hacia humana, aquella humanidad que intentaba desesperadamente obtener de vuelta.

De ese modo, Mikasa la visitaba de vez en cuando, en momentos no tan oportunos a veces pero se aseguraba que no fueran momentos en dónde no debería estar, normalmente siempre era los mío, Annie diciéndole que deje de hacerlo, ella poniendo un gesto triste y disculpándose, tal vez cada visita era menos frialdad de parte de la chica que aún mantenía ese semblante serio cuando la veía y aunque la verdad encontraba una pizca de esperanzas, Mikasa se mantenía fiel a sus principios.

Tal vez si no fuera por la forma en como Annie le pidió una noche que se quedará cuando estaba bastante ebria y hablo con ella, le contó hasta cosas que no debería de hacerle contado, Mikasa no se sentiría con derecho de considerarse su amiga o de siquiera visitarla de vez en cuando, al final de cuentas, para Annie solo era un recuerdo borroso de una noche que olvidó.

La azabache quería ser parte de su cielo, ya que siempre se veía tan solitario.

No fue hasta que Historia entro a su habitación una noche que supo que tal vez podría tener esperanza si sabía cómo mover sus piezas, si dejaba de actuar como una acosadora que desesperadamente quería atención de la chica; si solo era Mikasa Ackerman siendo ella misma.

(...)

El encuentro entre ambos grupos fue una cosas super extraña, los únicos de los presentes que tenían lazos eran Ymir e Historia, Eren, Armin y Mikasa, Annie y Bertholdt pero no se podía decir mucho, de Levi, Hange, Zeke y Pieck, pero estos últimos más que nada por ser dos años mayores y porque estaban presentes para ayudar con los preparativos de dicha ocasión, cuestión que aún Mikasa, Levi y Pieck no sabían.

—¿Por qué estamos aquí?— Levi cuestióno confundido, el amor prohibido de las adolecentes cachondas hablando con elegancia.

—Me preguntaba lo mismo.—Pieck mostró una pequeña sonrisa, como amiga de Historia Claramente tenía una vaga idea de lo que se trataba.

—Son muchas personas para sacar unos simples papeles.— Annie le Susurro a Ymir que estaba a su costado.

Ymir frunció el seño.

—¿Papeles? ¿Que? No, ellos nos ayudarán a llevar las cosas y ha entrar al lugar.— Sonrió orgullosa por su azaña.

—Claro que no.— Annie se nego cabreada.— Nos meteremos en problemas si nos cachan.

—Nunca te diviertes.— Zeke le comento desde un lado del lugar, sus ojos en un pequeño libro de gramática.— Deja de ser tan aburrida.

—Mira baboso...— Annie lo encarro confundida.— ¿Tú qué haces aquí?

—Eren me invitó.— Se encogió de hombros.— Dijo que tenía un plan para poder entrar a terreno y ya que soy mayor que ustedes, tengo que asegurarme que no hagan estupideces.

—Eso contradice por completo el hecho de que me llamaras aburrida.— Se quejo de nuevo Annie.

—Ya basta.— Mikasa se metió un tanto arta de la situación, aunque le encantaba ver enojada a Annie ya que hacía muecas muy hermosas, tenía un examen importante en quince minutos, así que no tenía tiempo para esto.—¿Pueden por  favor decirnos porque estamos aquí?

—No vamos a hacer nada ilegal.— Annie se acerco a Mikasa mirándola de pies a cabeza, sus ojos azules siguiendo las líneas del tatuaje en su brazo.— Tú presencia y la de tus amigos no es importante, ya pueden irse...

—De acuerdo, estás llevando esto muy lejos.— Eren la detuvo antes de que siquiera dijera algo más.— Se que mi hermana no te agrada, y la idea de allanar un lugar tampoco pero no puedes hablarle de ese modo, cálmate.

Mikasa ignoro por completo el mal sabor de boca en el momento que mencionaron allanar, u ella siempre quiso allanar una propiedad, normalmente eso era asunto de Levi y Pieck, pues como sus hermanos no la dejaban hacer aquello.

—¿Dónde vamos a allanar?— Sonrió la chica de ojos grises, sus ojos brillaron como estrellas en medio de la oscuridad, Annie la volteo a ver analizando su rostro un extraño pensamiento surgiendo en su mente; La idiota se ve adorable.

Se alejo frunciendo el seño, maldita azabache.

Eren le sonríe a su hermano, explicando alegremente lo que tenían en mente, claramente Annie se negó rotundamente y salió del lugar enojada, confundida y mareada muchas emociones y un solo lugar la hacia sentir extraña.

"¿Cómo te tiento a salir de la ciuda? De la ciudad está noche; Cariño, déjame gastar mi dinero."

Su hermano Reiner una vez le dijo que no tenía que tomarse todo tan apecho, que dejara de pensar que el mundo estaba en su espalda, cuando su mundo es el que importaba realmente, que exhalara lo suficiente para mantener los pies sobre la tierra y dejara de pensar que después de esos logros en la escuela lo demás no importaba, que vivir fuera de ella no importaba.

Annie nunca le hacía caso, estaba tan empeñada en ser perfecta que sus grietas cada segundo se rompian más, dejando ver sus inseguridades el horrible miedo de perderlo todo por una aventura como esa, que fingiera que le molestará no quiere decir que no quiera de cierta a forma intentarlo, sabía que era joven que tenía que hacer estupideces aprender de ella, su madurez solo es intelectual pero la vida pasa por sus ojos siendo tan compleja no puede entenderla y le da miedo entenderla ya que la realidad puede ser lo que tanto tiempo ella ha internado escapar.

—¿Cómo te tiento a hacerlo?— Una voz sonó en el fondo de su mente, en el vacío de los recuerdo, de los recuerdos surgiendo lentamente atraves de ella, se vio así misma en su cama mirando hacia la ventana, parte de si pensaba que era un sueño que veía a Mikasa en sus sueños. Annie estaba despierta y podía ver a la azabache entre sus párpados cerrados, como casi todas las noches sentada en el borde de su ventana, una bufanda negra cruzando su cuello con el aire golpeando su rostro. Annie no sabía cómo podía verla, le daba miedo averiguarlo.— Se que no es fácil, se que tienes miedo, lo supe desde el momento que leíste es escrito en aquel pasillo vacío, lo supe en tu mirada azulada vacia... No eres como yo pero quieres entender que es lo que está pasando, sobre la vida que los libros no pueden responder.

—Suenas como si me conocieras.— Se burló Annie, dejándose caer boca arriba aún con los ojos cerrados, ella realmente no se siente amenazara por la presencia de Mikasa y por primera vez, no siente que sea una molestia.— Casi se me olvida que eres una acosadora.

Una pequeña risa surgió entre los labios de la mujer.

—Tal vez lo haga o tal vez no aún no puedo averiguarlo pero Annie...—Su voz sonó tímida, lo que le dio un poco de cosquilleo en el estomago a la nombrada, cada parte de ella se cuestiono el suspiro que surgió de entre sus labios.— Sea como sea, quiero conocerte más haya de la Annie perfecta que finjes ser ¿No lo ves? Deja de pensar que el mundo está sobre tus hombros.

Las palabras de su hermano se unieron con las de ella.

—Vete...— Annie se tapo los ojos con el dorso de la mano.— Nadie pidió tu opinión.

—Tengo noticias...— Por primera vez, Mikasa sonó decidida, Annie sintió sus pasos vagar por la habitacion.— Ya no me interesa si pediste mi opinión, si te afecta que esté aquí. Estoy segura que si te molestara hubieras levantado una acta en mi contra y aún no lo haces.— Se hundió la cama a su lado, Mikasa se había acostado, Annie se movió incómoda, nisiquiera la miro.— Solo escuchame, esto no es solo por hacer una estupidez es porque no has vivido una verdades locura, llámame acosadora si quieres pero está estúpida ahora mismo está aquí evitando que te derrumbes.

Annie se río.

—¿Cómo estás segura que está funcionando?

Silencio, pero no incómodo.

—Ya me hubieras tirado de la cama y gritado.

Annie le dio la razón con un pequeño asentimiénto.

—¿Soy tan predecible?—Cuestiono apenada.

—Es tan difícil saber que pasa por tu cabeza.— Mikasa se sincero.— Me tomo mucho tiempo entenderlo de cierta forma entenderte.

—¿Todo eso, solo viéndome?

—Me gusta admirarte, eres una clase de pintura que nunca tocaré pero se que es sensible, delicada y llena de tantos significados que algún día algún idiota vendrá la romperá y se quedará en el olvido, menos para mí... Yo grave cada parte de ti en mi mente y aunque fueras lo último que pudiera ver, no me arrepentiría de repetir mis actos. Podría adorarte para siempre.

Mikasa no sonó nerviosa cuando soltó todo eso, supongo que pensaba que le hablaba a la pared, parte de ella no queriendo recordar que Annie estaba a su lado y que su corazón estaba entre sus manos.

Annie se movió en su dirección atreviéndose a abrir los ojos, Mikasa no le regreso la mirada enseguida lo que le dio tiempo en detallarla, cabello negro hasta hasta los hombros, vestimenta del mismo tono, con un anillo en su dedo gordo que brillaba bajo la luz de la luna dejando ver números romanos en el, ambas manos se posaban cómodamente  en su estómago se apreciaba levemente los músculos y la forma en como bajaba y subía en cada respiración. Annie regreso la vista a su rostro para toparse con ojos grises llenos de brillo de sueños.

—¿Por qué haces todo esto?— Annie Susurro, conciente de la forma en como trata a la chica.—No merezco tú bondad.

Mikasa le regaló una sonrisa de lado.

—Nunca digas que no mereces algo, eso suena muy fuera de lugar. Ya te lo dije quiero conocerte, parte de mi quiere ser parte de tí.

—Eres muy cursi ¿Te lo han dicho?— Annie sonrió un poco, la azabache sufrió un pequeño colapso nervioso sus mejillas se tiñieron de rojo y no ayudaba mucho lo hermosa que la mujer se veía.

—No, nunca me lo ha dicho.— La azabache miro para otro lado avergonzada. Leonhardt pensó que se veía adorable de ese modo.— Permíteme llevarte a un lado.

—¿Ha esta hora?— Annie miro sobre su hombro al pequeño reloj sobre su mesa.—Son casi las doce.

—Es un momento perfecto para dejar un recuerdo.

—¿Estás usando mis tristeza para salir conmigo?— Annie por alguna razón se sintió ofendida.

—No, quiero mostrarte algo, esto no tiene que ver con qué me gustes...—Santa cachucha, dijo la frase. Ambas ya lo sabían pero daba más peso una vez que era dicho en voz alta, lo extraño es que hace cuatro semana Annie hubiera gruñido y rechazado el sentimiento, ahora solo siente un cosquilleo molesto en su vientre.— Quiero decir.— Mikasa se aclaro la garganta.— Las noches no solo son para tener sexo como la gente ventila, las noches son para tantas cosas, quiero mostrarte una de ellas.

Annie lo dudo por unos minutos, ir con la chica que la acosa algunas noches pero que es una dulzura cuando está con ella que no parece tener malas intenciones con ella, ciertamente las apariencias siempre engañan pero en sus ojos no había más que bondad, tristes y alegría a la vez, no confiaba del todo en Mikasa pero si en su criterio.

—De acuerdo, vamos.

Y la sonrisa que la joven asiática le otorgó la hizo sonreír de regreso.

...

Mikasa se acomodo en el pasto dejando un espacio apropiado para que Annie hiciera lo mismo, ella sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón observando de reojo lo cómoda que Annie se veía, ella entonces comparo las estrellas sobre su cabeza con la imagen de su compañera, Leonhardt era más linda de lo que imaginaba, fuera de su capa enojona en el núcleo estaba una chica sencilla, alegre, divertida y muy habladora (no le molesto eso de ella, amo eso de ella) todo el trayendo en coche le ayudo a averiguar eso aunque fue difícil pues Annie no quería soltarse del todo, Mikasa solo tuvo que esperar y actuar como ella misma para que la rubia se sintiera cómoda con ella.

Y se volvió el mejor viaje de su corta vida.

—¿Que haces?— Annie susurro asustada, la azabache había colocado algo en su oido derecho sacando la mierda fuera de ella, Mikasa le dió una sonrisa dulce.

—Nada malo.— Enseño su celular, el fondo de pantalla eran unos perritos jugando entre ellos, Annie soltó una carcajada que apenó a Mikasa.

—Perdon.—Annie se disculpo.— No quise burlarme me pareció muy lindo.

Mikasa se dejó caer de nuevo en la manta, un poco cerca de Annie para que los audífonos no se jalaran.

—Esta bien.— Ella susurro aún avergonzada. Y miro las estrellas sobre ambas.— Observa como las estrellas brillan por ti.

Y las música surguio entre el ambiente dándole un toque mágico.

Annie sintió sus hombros más ligeros, parte de sus grietas cerrandose lentamente, sintió el cosquilleo surgir por sus venas y respiro cerrando los ojos, la música de coldplay, el aire acariciando su rostro, el sonido de las hojas de los árboles en su oído derecho y Mikasa respirando lentamente alado de ella.

Y por fin sintió parte de la humanidad que pensaba perdida.

"Diosa, podríamos hacerlo simple, quiero construir un templo nuevo; El cielo, hay un lugar para nosotros en el cielo."

—Estoy tan emocionada por todo esto.— Ymir abrazo con fuerza a Annie, la rubia se rió levemente con una sonrisa.— No se que o quien te hizo cambiar de opinión pero gracias la cielo.

Annie suspiro levemente, sus mejillas se llenaron de un color rojo observó de reojo a Mikasa que ayudaba a bajar las cámaras y materiales de la camioneta, tan absorda en lo suyo que no sintió que no dejaba siendo espiada.

—Reiner me aconsejó que tenía que comenzar a salir más...— Era una verdad a medias, ya que una vez que volvió a casa, su hermano mayor estaba tan feliz con ella que en vez de regañarla por salirse de la casa felicito a Mikasa y le perdió que la llevara más seguido a la calle, cosa que Hizo que ambas se pudieran coloradas.— ¿Dónde estás lo chicos?

—Fueron a prepararse para la escena.— Ymir suspiro levemente triste.— Aún no estoy lista para dejar ir este proyecto que nos tomo tanto tiempo.

Annie la abrazo con delicadeza, la castaños recargo su mentón en su cabeza le reconfortaba por completo sus abrazos.

—Lo se.— Susurro sobre su pecho.— También es duro para mí, es la primera vez que terminó un cortometraje, soñé con esto por años y gracias a ustedes por fin lo logré este es tanto mi proyecto como el de ustedes...—La miro con ojos alegre y tristes.— Espero nunca olvidar este momento.

Ymir beso su frente con una pequeña sonrisa. Solo pocas veces uno puede decir que pudo conseguir hacer sus sueños realidad, todos los presentes hasta los que no eran parte de esto desde sus comienzos tendrán algo que recordar en el futuro, algo de que hablar una vez que cada uno de ellas tenga una familia, niños, perros o tal vez gatos... Una vez que todos sean mayores y se rían de las locuras que hicieron en su adolescencia.

Annie miro de reojo a su alrededor y supo que no quería estar en otro lugar ahora mismo, que dónde estaba parada viendo lo que había construido junto a las personas que permitió entrar a su vida era feliz, esto la hacia feliz.

—Mucho sentimentalismo.— Ymir se soltó riendo, Annie rodó los ojos cruzándose de brazos.

—Eres buena arruinando el momento.— La rubia golpeó su estómago con la palma de su mano.— Como sea, debemos apurarnos es más difícil grabar de noche.

—Tú haces magia con las escenas de noche.

Annie recordó lo que pasó hace una semana, ese instante jamás podrá ser asemejadó por ella, ella sintió algo especial algo que no quiere compartir.

—Me das mucho crédito.— Le contesto alejandose con las manos en los bolsillos.

Ymir se alejo riendo y comenzando a dar órdenes a diestra y siniestra.

...

—¿Tu escribiste esa escena?¿No es así?— Mikasa le pregunto a Annie, ambas mirando el rostro de sufrimiento en los ojos de Pieck (Que su personaje era Mikaela en este caso) Annie estaba tan metida en lo que quería lograr gravando que apenas y captó la pregunta de Mikasa.

—Si.— Susurro más como auto-refrejo que realmente haber escuchado la pregunta, la azabache soltó una carcajada, solo entonces Annie la miro una vez que se sintió conforme con el resultado.— ¿De que te ríes?

—Me encanta la pasión con la que haces tú trabajo.— Aún tenía esa sonrisa en su rostro.— Te pierdes en tu mundo y es maravilloso ver una perspectiva diferente de lo que escribe a lo que llevas a pantalla.—Señalo la pantalla alado de ella, la escena a medio terminar en dónde Mikaela (Pieck) se desmaya a causa de la magia arrancando los recuerdos de su amada, las luces, el acercamiento y las dimensiones llenaban todo el ambiente de una forma iluminada y triste, dándole más peso a la escena, dejando ver el talento de Pieck.— Es un trabajo bien hecho.

Annie hizo una mueca, todo esto la estaba molestando un poco, no la mal entienda que Mikasa alabe su trabajo la hace sentir asquerosamente feliz y eso es lo que le enoja, lo que la confunde, tal vez pasar demasiado tiempo con la chica la estaba afectando de sobremanera, de esa clase de manera que solo quería tomarla entre sus brazos y besarla, morder sus labios y escuchar pequeños suspiros dispararse fuera de ella.

Y esos pensamientos la asustaban ya que sabía cómo grabar una escena de esa magnitud pues todo estaba en su mente pero nunca había tenido la necesidad de sentirlo con una persona que todo lo que grababa o escribiera se hiciera realidad y deseara en presencia de una persona. Eso era lo que le molestaba.

Así que suspiro lentamente e ignoro el sentimiento, ya no quería explotar con Mikasa, la chica que solo la ve y la trata con tanta dulzura. Pero uno no puede alejar los pensamiento que han estado ahí desde un principio, ocultos y en negación.

—Fue gracioso como surgió toda esta idea.— Annie por fin pudo hablar con normalidad, Mikasa tomo asiento a su lado.— Estaba aburrida en mi habitación escuchando música, y pensé ¿Por qué no haces una pequeña historia de hombres lobos y vampiros? Supe desde ese momento que sería buena para dar un paisaje mental pero no para poder desarrollar a mis personajes, así que yo me encargue de escribir los paisajes uno que otro sentimiento, Armin se encargó de desarrollar sus personalidades, Eren escribió las vestimentas y el género de cada personaje (Ya que realmente era muy mala para darle a cada uno de ellos una descripción física) y por último Ymir se encargó de realizar los diálogos y entre los cuatro construimos la historia.

—Eso es sorprende.— Mikasa estaba maravillada.— De una idea vaga partieron para algo más grande ¿Quien adapto el guión?

Annie señaló con la mirada en dirección a Historia, que saldría siendo la novia de Pieck en el cortometraje.

—Ella lo desarollo por su cuenta, Ymir le había comentado que queríamos hacer el cortometraje para ganar unos puntos extras. Historia se emociono tanto que me pidió leer el escrito original...—Annie soltó una carcajada recordando lo que pasó después.— Ella llegó al otro día con unos papeles en la mano y comenzó a actuar como Amanda, el rol le quedó tan bien que nos gustó y se quedó.

—Eso explica porque me arrastró con ella para mostrarme su actuación, realmente no me había dicho que ella escribió el guion.— Mikasa se cruzó de brazos pensativa.— Tengo amigos tan talentosos.— Sonrió orgullosa.

—¿Que hay de ti?— Era tan descortés preguntar aquello a estas alturas pero antes Annie no le importaba lo que tuviera que ver con Mikasa, ahora es diferente, quiere saber un poco más de ella.— ¿Que te gusta hacer?

Mikasa lo pensó por unos momentos.

—No tengo muchos talentos que digamos, todo lo que hago es simple. Dibujo, toco la guitarra, Mhgg...— Pensó en lo más profundo de su alma que más podía hacer.— Se cocinar, ya puedo vivir sola.— Se burló, Annie le sonrió.—Me encanta jugar videojuegos molestarme con cuando me matan festejas cuando yo mato o algo en relación con las estrategias y amo el misterio, soy amante de las novelas de misterio.— sus ojos grises se dirigieron a otro lado.— Pero no tengo talento como el de ustedes.

—¿Cantas?— Annie sintió la tristeza en sus palabras, Mikasa negó levemente.— Bien pero puedo sentir que eres buena con la música.

—Creo, ¿De que hablas?— Cuestiono Confundida.

—Ese día, en donde me llevaste a aquel lugar. Suspiré que canción poner para que no pensara que me intentabas coquetear pero al mismo tiempo me sintiera cómoda. Aún nos falta eso en el cortometraje, tenemos las escenas pero nos falta la chispa musical. ¿Te animas?

A Mikasa le brillaron los ojos, ser parte de algo como esto la hizo emocionarse.

—Puedo intentarlo.

"Podríamos quedarnos así para siempre, mientras tú gente reza junta ¿Cómo te tiento a salir de la ciudad?

Mikasa se recargo en la puerta de la pequeña habitación desde su distancia podía ver cómo el reproductor pasaba a la pantalla grande las imágenes del trabajo de Annie y a la misma rubia intentando mantener sus manos en la computadora para controlar los nervios, el miedo, sus ganas de vomitar, bisiqrtia se había dado cuenta que la chica estaba con ella. La sala estaba llena (que sería el teatro de la escuela) sus orbes azules notaban las cabezas de cada una de las personas, Annie sabía que tenía una reputación la veian como una reina y pese que confiaba en su criterio como el de sus amigos, eso no quitaba el miedo que sentía de que su trabajo de años no saliera de la mejor forma.

Mikasa pensó que ya era suficiente así que se acercó a la chica y tomo sus manos con delicadeza, la espalda de Annie choco contra su espalda en cuando hizo eso, la pequeña rubia se asusto calmandose enseguida a notar el perfume de la más alta.

—Tranquila.—Mikasa Susurro en su oído.— No estás sola en esto, recuerda que si confías en él resultado la opinión de la gente no importa mucho. Mira la mirada en los ojos de tus amigos...— Señaló a los chicos que presentaban el proyecto, Annie no fue capaz de pararse enfrente de todos ellos a causa del pánico, así que se decidió que ella pondría la grabación.— Respira conmigo y relájate o pondrás el vídeo equivocado.

Annie se permitió reír levemente, su cuerpo relajándose el momento, suspiro una y otra vez hasta que dejó de temblar, Mikasa a sentir eso intento apartarse pero Annie se negó con delicadeza se dejó caer en el pecho de la más alta y uso las manos de la azabache para abrazar su cintura.

—Solo por favor, quedate así junto a mi.— Annie la miro desde abajo, el corazón de Mikasa pálpito horriblemente en su pecho, intentando controlar el deseo de besarla y ese era otro problema el tiempo que pasó con ella, viéndola en todas su fasetas solo hizo que la quisiera más, y no sabía en qué punto estaba ellas. Mikasa es paciente esperaría por ella el tiempo que fuera sufiente solo no sabía si podía controlar las reacciones de su cuerpo. Así que sonrió admirando lentamente el rostro de la mujer, suspirando por la cercanía.

—Me quedaría así por siempre.— Asintió en su dirección y una vez que Annie dejo de verla, recargo su barbilla en su cabeza.

Annie no estaba muy segura que sentía por la chica, pero ese momento en donde su cuerpo encajaba tan bién con el de ella, la conmovió de una manera sub real y viva, su corazón hacia sincronía con el corazón latiente en el pecho de su compañera, y creo la mejor armonia en el ambiente y ella ya no tuvo miedo de lo que las personas dijeran una vez que el proyecto sea visto.

Su seguridad no debería depender de una persona pero ese no era el caso, Mikasa solo eres su bote para que no nadara sola, no la consideraba una salvadora si no más bien, un apoyo.

Annie miro la forma en como sus amigos la miraban y sonrió feliz, Ymir e Historia alzando los pulgares en su dirección, y el espectáculo comenzó.

Y ambas chicas se quedaron en el lugar viendo la reacción de los demás y disfrutando de su compañía.

...

—!!Maldita sea¡¡.— Eren grito eufórico abrazando lo más que pudo a su grupo de amigos, todos quedaron tan justos que el olor de los perfumes combinados viajaron atraves de ellos, el estaba más que eufórico.— Eso estuvo de puta madre.

—Amor tranquilo, matarás a los chicos.— Armin le Palmeó la espalda con delicadeza, dándole un pequeño beso en el cuello, ya que fue al primero que tomo en el abrazo.— Y de paso a mi.

—Disculpa.— El joven de orbes verdes se apenó, tomando a Armin de los hombros.— ¿Iremos a celebrar?

— No estoy segura.—Pieck contesto señalando la forma tan melosa que Ymir e Historia festejaban.— Parece que ya hay personas que tienen otros planes.

—¿Por qué hablas en plural?— Levi cuestión curioso metiendo una palomita en su boca, se le podía ver felicidad atraves de sus ojos azules.

—¿Ves por algún lado a Zeke, Anna, Mikasa y Hange?— Cuestiono divertida.

Levi soltó una leve risa.

—Hange y Zeke estan detrás de ti.— Pieck miro a sus espaldas, ambos estaban dando autógrafos y tomando fotos, la mujer de ojos grises no pudo evitar rodar los ojos.— Y la pareja no pareja, no se, tal vez deben de estar intentando quitarse toda esa tensión sexual.

—¿También lo notaste?— Armin se metió en la conversión y la risa se escuchó de parte de todos los amigos.

—Era tan obvias, la escritora solo quiso escribir los momentos decentes entre ellas, pero le faltó aquellos en donde Annie quería besar a Mikasa.— Levi aclaró con una pequeña sonrisa. Algunos juntaron las cejas por la mención de un supuesto escritor pero lo dejaron pasar.

—Bueno, si el supuesto escritor no se atreve a escribir por lo menos un beso, me retiro de está ficción...— Se quejo Historia que igualmente había prestado atención a la conversación.—Vamos, que hasta yo he tenido ganas de besar a Mikasa.

Ymir, Pieck, Hange y Armin asintieron en acuerdo. La primera no sintiéndose molesta por el comentario, todos sabían que Mikasa estaba tan colada por Annie como para que se fije en alguien más, eso y que confiaba plenamente en su novia.

—Es mi hermana.— Eren se sintió ofendido.

Armin le regalo un dulce beso en los labios.

—Lo se amor, pero sigue siendo hermosa.

Y los demás se rieron del gesto de Eren.

(...)

—¿Cómo me convenciste de venir aquí?— Annie se quejo cruzada de brazos, el lugar era hermoso eso no lo negaba, lo que pasaba es que hacia un chingo de frío y ella no llevaba suéter.— ¿Podrías prestarme tu chamarra?

Mikasa miro a esa prenda sobre si entendiendo el porque lo enojada que estaba.

—Lo siento, es que a veces se me olvida que el lugar es frío.— Le acomodo con delicadeza la chamarra, dándole un apretón en el hombro, Annie miro su mano sintiendo el calor surgir del gesto.—Bien vamos.

—¿Crees que se enojen los chicos?— Annie siguió a Mikasa de cerca intentando no caerse a causa de las rocas gruesas en el suelo.

—Nop.— Sonrió Mikasa jalando un poco su brazo.— Le envié un mensaje a Eren cuando no mirabas, dijo que me tomara mi tiempo.

Annie alzo una ceja confusa.

—¿Tu tiempo? Déjame decirte que eso suena tan mal.— Contesto curiosa.

—Se como suena, pero te juro que no es nada malo.— La tomo de las manos mirándola fijamente a los ojos.— Jamás te lastimaría, o haría algo que tú no quisieras.

—Te recuerdo que fuiste una acosadora por casi un mes.— Las mejillas de Mikasa se llenaron de colores, Annie se río de ella.— Pero acepto que no fuiste tan odiosa, solo me acosabas mágicamente cuando sentía que iba a explotar ¿Cómo sabías cuando estaba mal?

—No lo sabía.— Mikasa regreso a su caminata.— Cuando sentía que algo no estaba bien contigo, te iba a visitar para intentar hacerte sentir mejor... Me lo cuestione varias veces, pero al final decidí visitarte, una de las cosas más estúpidas que he hecho en mi vida y arriesgadas. Agradezco que no pusieras una orden de restricción en mi contra.

Annie negó con la cabeza, una cosa así nunca paso por su cabeza, al fin de cuántas Mikasa nunca le hizo nada malo, tampoco estaba en momentos inoportunos o fuera de lugar, y cada vez que visitaba no era más dulzura y buenas intenciones, como ahora, ambas estaban solas y ella no dejaba de actuar de ese modo.

—Seria muy exagerado de mi parte.— Acepto la más baja.— ¿Ya casi llegamos?

—Si, estamos a nada.— Parecía emocionada de lo que sea que le fuera a mostrar.— Necesito que cierres los ojos.

—Voy a darme un putazo si hago aquello.

Mikasa soltó una carcajada.

—Para nada.— Mikasa tomó ambas manos y llevo su cuerpo por adelante de ella.— ¿Ves? A partir de aquí es todo plano. Por favor cierra los ojos.

Annie le hizo caso, confiado (literal) ciegamente en ella, y se dejó llevar por el lugar en donde podía escuchar a Mikasa tararear una canción cualquiera y evitando que se caiga uno que otro momento, ¿Que pasaba con ella ahora? Porque lo único que su cuerpo pedía era estar más cerca del de ella, deseaba abrazar a la azabache con fuerza y mantenerla entre sus brazos por siempre y está vez sonrió levemente amando la sensación en su vientre, la sensación de aceptación, le gustaba la chica de orbes grises y mirada dulce.

Le gustaba Mikasa Ackerman.

En el momento qué ella abrió los ojos, su mundo se puso de cabeza y todo se se sentimiento que ha estado aguantando lleno su organismo, el lugar era hermoso en todos los sentidos, un pequeño santuario hecho a mano con diferentes cosas, con diferentes objetos, había una cámara de vídeo en una esquina con la vista en el horizonte justo en dónde la luz del día se consumía lentamente y a ella le dió ganas prenderla y grabar el momento, en la esquina un escritorio con tres diferentes libretas de colores azules, rojo y negro, sus colores favoritos, en el suelo un colchón de color púrpura junto a una pequeña televisión portátil, lo único que iluminaba el lugar era una lámpara de fuego dándole un aire aún más rústico.

Annie se dejó caer sobre el colchón maravillada por el lugar, con paredes llena de dibujos de diferentes cosas, música y ¿Eso eran caricaturistas?

—¿Te gusta?— Mikasa no se atrevió a acercarse por lo tímida que se sentía.

—¿Que es esto?— Cuestióno la menor mirándola desde el suelo.

—Te construí un templo.— Se sentó en la esquina del colchón con un poco más de confianza, Annie sintió la sombra del recuerdo de ambas en su habitación.— Pensé que necesitabas un lugar en donde poner tus ideas o solo dejar de pensar por unos momentos, uno en donde no se escuche nada de puedas verlo todo...— Miro a todos lados.— Encontré este lugar en uno de mis tantos imnsonios y enseguida pensé en ti. No quiero que pienses que tiene que significar algo, quiero decir significa algo para mí pues siento muchas cosas por ti, pero no quiere decir que...

—Callate.— Annie la tomo del cuello con delicadeza, Mikasa apenas tuvo tiempo de poner sus manos sobre el colchón, ambas chicas en una posición un poco comprometedora.— Es lindo, muy lindo.— Una sonrisa en los labios de Annie.— Es lo más hermoso que alguien ha hecho por mi, siento que es un poco irreal.

Mikasa trago saliva nerviosa por su cercanía, cerrando los ojos para quitarse la tentación de besarla. Annie debajo de ella no pudo evitar ver el gesto con dulzura, la azabache estaba siendo un amor con ella. Ambas por inercia se mordieron el labio inferior.

—¿Puedo besarte?— Susurro la mayor aún con los ojos cerrados, temerario de cualquier acción, no sintiendo la clara tensión entre ambas.

—Eres tan estúpida.— Se burló Annie antes de besarla, besar aquellos labios que tanto deseaba.

Un beso lento que lleno el espacio frío del lugar, llenandolo de fuego, de cenizas y de jadeos, un beso que consumo la sed que tenía la una por la otra. Annie pegó su cuerpo a la de la chica con las manos entre sus cabello, Mikasa con algo de pena la abrazo de la cintura fundiéndose lentamente entre ellas. La azabache soltó un pequeño gemido cuando Annie mordió su labio inferior, sonriendo ante el gesto y regresandolo por igual.

—Quiero que este sea nuestro lugar.— Susurro Annie besando su cuello lentamente, saboreando el sabor de su piel, lamentando todo el tiempo perdido entre ambas.

Mikasa arrastró su manos bajo la camisa de Annie.

—"Podríamos quedarnos así para siempre."— Mikasa contesto besando los labios de Annie, está vez de forma más lenta y llena de cariño.

"¿Cómo te tiento a salir de la ciudad? Fuera de la ciudad está noche."



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