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She Wolf (Falling To Pieces) Parte Cuatro.

Nota uno; Buenas noches (acá en México son noches), Espero esten bien. Puede que sea extraño, el hecho de que me tarde tanto en actualizar esta historia (si se puede decir de ese modo) ya que está terminada, pero lo gracioso es que, tengo que revisar para saber hasta qué punto subire, para de ese modo no hacerlo tan pesado. Sin embargo, en mi proceso de revisión, suele pasar que aparte de tener cositas gramaticales, algunas cosas no tienen mucho sentido. Y como dice mi profe de la Universidad; Que nos les gane la pasión y a mí justamente me paso eso. Así que inconscientemente cambio cosas, ya sea que agrego o que quito. Y odio tanto esa parte de mí. Siendo sincera a veces mi ideas originales son bien caca y cuando reviso me doy cuenta y me averguenzo de mi misma.

Detalles.

Entonces aclarando eso, debo agregar que no sé cuando estaré lista para retomar Run y Warrios, como Caníbales. Así de desgraciada soy, supongo. 

Muchas Gracias por leer mis cosas raras, que tengan un buen viernes (se que es jueves, pero aja) y vivan los homosexuales, gente.  Lamento la ortografía, por si acaso a veces mi dislecia me da una mala pasada. 

(..)


Me acomode suavemente en el suelo y cerré los ojos, el aire de la noche golpeó mi rostro y los rastros de la lluvia que había cesado hace unos minutos se imprimieron en mi ropa. Era reconfortante el aroma del bosque jugando en mi nariz, haciendo mi piel de gallina y acordándome de lo maravilloso que es cuando el agua golpea el suelo de este mundo autodestructivo y también a mi madre cuando llegaba después de una cosecha o alguna investigación lejana, empapada de pies a cabeza y oliendo a flores silvestres que se combinaban con su aroma natural a chocolate, no se de donde provenía pero es lo que nunca olvide de ella, a pesar de lo esfumado que está su rostro en mi mente.

Abrí los ojos y miré el cielo estrellado sobre mi cabeza. Me siento como sí apenas esté consciente de lo pintoresco que son las nubes después de una tormenta o de alguna manera como sí este sea el único respiro que he tomado en siglos.

Trague saliva y disperse mis sentidos para poder escuchar a los demás hacer lo suyo, no muy lejos de mí. Ymir me aconsejó que estuviera cerca de los lobos para poder regresar a mis orígenes, aunque aun no estoy muy segura de a que se refiere y genuinamente me cuestiono el porque le hago caso. Sí casi hace que la saque la mierda y recibí detención de parte de Linda por hacer un alboroto en las instalaciones.

Vida de humanos, supongo.

Escuché un ruido a mi izquierda y supe quien era mucho antes de que abriera la boca.

—- ¿Cómo va el entrenamiento? —- Le cuestione a Historia que intentó derribarme de lado, sobre la hierba. Por suerte me puse de pie y ella terminó con la cara dentro del pasto. Le sonreí y ella me miró con un poco de odio.

—- Mal, ellos realmente son muy malos en esto. —- Comentó sentándose donde yo estaba.

Me arrodille y pase mi mano por su rostro y cabello suavemente para limpiarlo.

—-- ¿Es por su falta de conexión con su parte licantropo? —- Me deje caer a su lado y ella se recargo en mí hombro.

—- No estoy segura. Puedo ver los signos de que está dentro de ellos y que en cualquier momento se pueden transformar, no optaste parece ser que se están limitando.

—- Puede que les de miedo, lo que pasaría si se dejan llevar. ¿No hablaste con ellos de eso?

—- Lo hice. Les dije lo normal que era. Sin embargo, quizás simplemente no tengan mucha confianza en mí. —- Historia me miró y la luna iluminó su rostro, las suaves pecas se reflejaron con mayor nitidez y sus ojos oscuros brillaron un poco. —- Habla con ellos.

—- Ya lo hice. —- Le sonreí confundida y ella rodó los ojos.

—-Me refiero a que, puedo sentirlo ¿Sabes?

—-¿Sentirlo?

Historia me golpeó la frente con suavidad.

—- Te respetan. —- Bajo un poco su tono de voz. —-- Das una orden y ellos no lo piensan dos veces antes de seguirla. Cuando hablas, están atentos a tus palabras ¿No te has dado cuenta?

Negué con la cabeza y ella se rio.

—-- Se relajan simplemente cuando sienten tu presencia. Y eso lo confirme hace unos días, cuando llegaste de imprevisto y estaban cansados, sin embargo, se animaron solo al verte atravesar los árboles. Estabas tan enfocada en discutir con Ymir, que no notaste el cambio en el ambiente. Y la verdad fue un poco adorable.

—- Creo que estas loca. —- Me puse de pie y me sacudí el pantalón. —- Pero si ayuda de algo, iré ahora mismo.

Historia se dejó caer sobre el pasto y suspiro dándome dos pulgares arriba.

—- Bien, eso me dara tiempo de descansar. —- Arrugó la nariz y olió a su alrededor. —- ¿Dónde está Ymir?

Comencé a caminar en dirección de donde ella venía y me encogí de hombros.

—- Fue por un café, me dijo que meditara. Se pondrá contenta cuando te vea.

Historia soltó una pequeña risa de enamorada y yo sonreí. Es muy lindo.

A medida que me iba acercando, los escuchaba discutir entre ellos. Cuando atravesé el campo de magia todas sus emociones me golpearon con fuerza y me hizo gruñir, lo que llamó su atención hacia mí.

—- ¿Qué pasa? — Les cuestioné mirando a cada uno de ellos. —- ¿Saben que el campo no impide que sus voces se escuchen?

—- Pasa que ya nos cansamos de lo mismo. —- Eren se quejó cruzando los brazos. —- Historia solo manda que hagamos ejercicio, no hay pelea, no hay nada de nada.

Chasque la lengua y me acerque rápidamente a su lado. Eren salto de su lugar y fue tan brusco el movimiento que golpeo a Sasha que estaba a su lado.

—- El ejercicio no solo les sirve para estar en forma, les crea reflejos. Eso ya deberían de saberlo. Ustedes mismos presumieron sus dones de pelea. — Golpee a Eren en la cabeza y este se quejo. —- ¿Qué es lo que han hecho hasta el momento?

—- Pesas, sentadillas, trepar árboles, jugar americano. Cosas como si estuviéramos en un campamento. —- Hitch se quitó el cabello sudado en la cara y me miró mal. —- ¿Para qué sirve todo esto?

—- Para muchas cosas. —- Puse mis manos sobre mi espalda y caminé enfrente de ellos. —- Todos tienen sus ventajas y debilidades, pero en conjunto son mucho más fuertes ¿No es así? ¿En que son buenos? fuera de lo intelectual o en lo académico

Ellos se quedaron callados unos segundos pensando.

—- Soy buena en el chisme. —- Hitch hizo una mueca y sus amigos se rieron.

—- Eres buena en pasar desapercibida. — Cambie la analogía y ella parecía interesada. —- Hasta en el arte de ser chismoso tiene su chiste. La gente sabe que eres metiche y sin embargo, sigues recolectando información sin que ellos lo sepan.

—- Armin recopila información. —- Pieck aportó mirándome desde su lugar sentada.

—-- Claro, pero mientras que Hitch puede usar su don en el campo. Armin se limitaría a estar en el escritorio ¿No se, sí me doy a entender?

—- Lo haces. —- Armin jugó con sus manos. —- Entonces, nuestro fuerte puede que sea nuestra debilidad a ojos incorrectos.

Ladee la cabeza.

—- Exacto ¿Que es lo que les gusta hacer, que se puede considerar raro?

—- Me gusta recolectar cosas raras. —- Jean se rasco la cabeza avergonzado.

—- Entonces tu eres bueno buscando cosas, eso ayudaría mucho. —- Le sonreí y él se sonrojo. —- ¿Qué más?

—- A veces Connie y yo, salimos a dar una vuelta por el lugar. Nos gusta buscar restaurantes. —- Sasha alzó las manos y Connie pasó su brazo por su cintura en un abrazo, dándole la razón.

—- Conocen toda la zona. Perfecto. —- Choque los cinco con ambos y ellos festejaron.

.---- Bueno, este... —- Eren se sonrojo hasta las orejas, tanto Armin como Mikasa le dieron pulgares arriba. —- Me gusta construir cosas.

—- ¿Tipo Fred? — Cuestione interesada.

Eren se emocionó esta vez.

— Él ha sido mi inspiración desde que era pequeño.

Se me removió el estómago en reconocimiento.

—- No debería avergonzarte. —- Palmé su hombro suavemente. —- Que te guste eso, sirve de muchas maneras.

Eren tomó mi mano suavemente y yo me tense.

—- Gracias.

Miré a Armin y Mikasa que parecían confundidos por su actitud.

—- ¿Por qué?

Eren se encogió de hombros y soltó mi mano.

—- De acuerdo. — Me aclaré la garganta y di un paso atrás. —- Mikasa, Pieck y Armin ¿Que hay con ustedes?

—- No estoy seguro. —- Armin miró a Mikasa y esta le sonrió. —- Sé un poco de Latin, Griego y Romano.

—- Eres el paquete entero. Muy bien, es bueno tener a alguien más que entienda esos idiomas. —- Le acaricie el cabello y mire a Pieck.

Ella alzó una ceja.

—- Pues, creo que solo soy buena con la cocaína.

Solté una carcajada y ella se relajo.

—- Sirve, conoces distribuidores, por ende, conoces a la gente de las zonas marginadas.

—- Conozco a unos chicos de la zona norte. —- Comento más orgullosa esta vez. —- Y toda la parte sur.

—- Te pondré a ti, a cargo de los movimientos que haga el cazador, junto a Hitch. —- Le quite el cabello del rostro y la mire con cariño. —- Pero eventualmente necesitamos que aprendan a defenderse. —- Me aparte y voltee hacia la azabache. —- ¿Mikasa?

La chica miró el cielo unos segundos y después sus suaves ojos grises me observaron. Se veía como una diosa debajo de la luz de la luna, el uniforme semi militar de entrenamiento que lleva puesto y que hace juego con el el bosque a su espalda.

—-- Soy muy buena en química. Me gustan las fórmulas químicas.

Salté sobre mi lugar y sonreí.

—- Eso es malditamente bueno. —- Me picaron las manos con la idea de cargarla a causa de la emoción, sin embargo, en vez de avanzar hacia ella, di varios pasos atrás. —- Tú y yo, podremos crear unas cuantas ventajas contra el cazador. Sé que él sabe nuestras debilidades por separado, pero yo también conozco las suyas. —- Metí mi manos dentro de mis bolsillos y Mikasa se acercó a mí. —- ¿Estás de acuerdo? —- Alce la mirada para poder verla mejor y ella sonrió.

—- Así que. Me pides permiso y a los demás les ordenas —- Bromeo.

—- Eres el Alfa, yo puedo decir algo, pero la decisión final está en ti. Yo respetaré eso.

El rostro de Mikasa bajó a mi altura, sus ojos brillaron en ambas tonalidades y fue maravilloso de ver. Su acercamiento, junto a su olor, me desconcertaron un poco. Me alejé suavemente, tomando distancia y mire a los demás. antes de regresar a ella.

—- Entonces ¿Cuál es el siguiente paso? —- Sonrió mostrando sus hoyuelos.

Es adorable. Mi corazón se aceleró en mí pecho y ella miró hacia abajo confundida. Dio un paso atrás y parecía como si una descarga eléctrica pasara por su espalda, ella se tenso e hizo una mueca como si se sintiera mal por algo.

—- Supongo que ahora, tendremos que sacar su parte lobo. —- Aclare mi garganta y ambas nos fuimos a otra parte del bosque al mismo tiempo a una velocidad ridículas.

Sus amigos nos voltearon a ver raro y soltaron una pequeña risa.

—- Son un desastre. —- Hitch comento y Pieck le chocó los cinco.

Ignore su comentario, mientras Mikasa le lanzaba a ambas un pequeño pedazo de rama que encontró en el pasto.

—-- Historia ya lo intento. —- Hablo Armin mirándose las manos.---- Es tan molesto no poder experimentar lo que ella ha estado ventilando desde que comenzamos con esto. —- Se tronó los dedos, y procedió a cerrar y abrir los puños.

—- Bueno, yo nunca supe cómo es que se dispara el gen licántropo, pero lo que sí sé es que al igual que la magia, y el vampirismo ambos están de la mano con las emociones. Así que ustedes están comprimiendo dichas emociones.

—- Tiene razón. —- Historia se dejó caer a mi lado y pasó su mano por mi cintura. —- Hablando con Ymir. —- Besuqueandose con su novia, yo diría. —- Llegamos a la conclusión de que ustedes chicos están en negación.

Arrugue la nariz y mire a ambas mujeres.

—- Si, son tan infantiles que simplemente dan pena. —- Ymir agregó y yo le solté un suave gruñido.

—- ¿Qué hacen?

—- Hablar. —- Ymir alzó las manos y miró a los demás. —- ¿Sí se dan cuenta que podrían morir? que quizás el día de mañana les arranquen el corazón o les corten la cabeza. Es asqueroso lo tranquilos que parecen.

—- Entrar en pánico no es nuestro estilo. —- Mikasa dio un paso al frente y se cruzó de brazos, una actitud claramente a la defensiva.

Sus amigos le dieron la razón.

—- Si bueno,es una pendejada de su parte. ¿Saben por qué la imbécil aquí presente no podía sacar su lado vampiro? —- Me señaló y los chicos negaron con la cabeza. —- Se escondio de sí misma por siglos, sintiendo todo a medias, escapando de las verdades y luchando con su enamoramiento...

—- Basta. — La corte antes de que continuara. —- Ve al grano Zoquete.

Ymir me sonrió divertida e Historia la reprendió.

—- Acepten esa emoción como un beneficio y verán como su parte lobo saldrá por su cuenta.---- Historia terminó, mirándolos con ojos suaves. —- ¿Cómo se sienten con todo esto?

Es una pregunta que no me atrevía a cuestionar.

Los chicos se removieron incómodos. Suspire y me dejé caer de espaldas contra el pasto.

—- Está bien tener miedo. —- Alce la mano y deje que parte de las estrellas la iluminara. —- Sentir vergüenza, ser un cobarde...—- Hice una pausa y movió los dedos de mi mano, tapando una estrella y luego otra. — Y está bien si quieres esto de alguna manera o si simplemente no te importa lo suficiente. Es válido todo lo que venga. Al final de cuentas nosotros no somos monstruos, que la sociedad nos pintara de ese modo, porque nuestros genes son distintos, no, lo hace cierto. Somos humanos y la humanidad viene con su debilidad. Y ser débil es parte del crecimiento para la grandeza. Nadie aquí juzgará la emoción que no se permite abrazar. —- Los mire a cada uno de ellos, notando lo jóvenes que son, al igual que lo temerario que parecen o los desconectados que actúan. Mire un poco más de tiempo a Mikasa, ya que es la única que podía sentir con exactitud las emociones de todos sus amigos. —- Dejen que salga.

Le aconsejé y mis palabras se quedaron colgadas en el aire por unos segundos, tan eternos que sentí el escozor de la suave lluvia por llegar, antes de que tocara mi piel.

Y paso de todo al mismo tiempo. Fue como ver a una jauría de perros sufriendo. Ellos empezaron a llorar, se acurrucaron entre la persona más cercana, susurraron cosas y podría ver un claro inicio de ataque de pánico.

—- Perfecto, los rompiste. —- Mikasa se dejó caer a mi lado y observó a los chicos con lástima. —- ¿Es necesario?

Ymir e Historia se movieron para evitar que se lastimaran entre ellos. Historia separo a los chillones y los puso en un rincon. Era un poco adorable ver a Armin, Sasha, Hitch y Pieck soltando las lágrimas, por otro lado Ymir se encargó de la reacción menos pasiva, la violenta. Eren comenzo a desprotijar junto a Jean y Connie, sobre lo injusta que era la vida y no voy a mentir, su reaccion esta haciendo que Ymir tenga cara de asesinato y es hilarante.

— Solo espera. —- Susurre, girando mi cuerpo para mirarla. —- ¿Qué hay de tí?

Mikasa sonrió suavemente y señaló su cicatriz.

—- Casi muero Annie. Conozco al pie de la letra el sentimiento de duda e incertidumbre, miedo y dolor, pánico, desesperación, angustia, tristeza y vergüenza. Ahora puedo vivir con ellos.

—- Te falta el amor, la felicidad. El lado contrario de la moneda. —- Le comente y ella se removió incómoda. —- Escucha, amar a alguien no implica del todo la cuestión romántica. —- Señale con la cabeza a los zoquetes que estaban comenzando a relajarse y jugar entre ellos. Cosas de lobos, supongo. —- Amar implica, querer protegerlos, verlos con esos ojos grises tuyos que demuestran lo importante que son para ti y que quieres que estén bien. Amar se siente como el latido de tu corazón se acelera con la simple idea de volver a hacer lo mismo con las personas especiales a tu alrededor. En este momento, Mika...—- Trague saliva al darme cuenta que se me resbaló el apodo. —- puedes presenciar lo que pasa cuando te dejas llevar y aceptas todas las emociones, las buenas junto a las malas.

El aullido en el aire se mezcló junto a la lluvia que regresó a cántaros sobre nosotros, el aire se sintió muy distinto a cuando yo estaba alejado de ellos, el ambiente se tensó junto a todas sus emociones y los ojos de diferente color de cada uno de ellos, jugó con las sombras de las pocas luces naturales en su rostro. Se veían tan mitológicos y al mismo tiempo tan reales que no pude evitar sonreír, ante el reconocimiento de volver a ver esto en otras personas, con otros idiomas y otros sentimientos. Pero la representación de siglos de evolución en sus venas era por lo que tanto lucharon mis padres en el pasado. Conservar esto, vivir esto de nuevo, me hizo suspirar y relajarme.

Ellos dejaron el dolor a un lado junto a las lágrimas, el miedo y todo lo demás para disfrutar de la lluvia y de sus sentidos no siendo indiferentes entre sí, ahora están entrelazados y necesitan el clip que los una a todos. Me acerque a Mikasa y deje caer mi mano en su hombro, las gotas mojaron su cabello oscuro haciendo que se pegara un poco a su cuello y empapo parte del uniforme militar que lleva puesto. Sus ojos amarillos brillaron al ver a sus amigos y la sonrisa que se plasmaba en su rostro fue más que suficiente para montrarme lo feliz que esta siendo ahora mismo. Es una guerrera, eso lo sé, pero también; Es la persona más buena que he conocido en mi miserable vida.

—-- Vive. —- Palme su hombro y ella me miró de reojo. —- Tú destino está enfrente de ti y puedes sentirlo en el latido de tú corazón. —- Pose un dedo en su pecho. —- Y sabes que puedes escucharlo, junto al mío.

Y por primera vez, ambos estaban en sintonía. Esos ojos amarillos, ahora eran una combinación entre gris y amarrillo, como hace unos minutos atras, pero perduro esta vez y se almodo a ella, a su felicidad, o a cualquier emoción que este aceptando ahora. Le sonreí abiertamente y ella se quedó unos segundos pasando su mirada por todo mi rostro.

Mis ojos no se apartaron de ella, a pesar de que ladeo la cabeza, juntó las cejas y dejó de mirarme para ponerse de pie de un salto. Note sus venas resaltando en su piel, mucho más obvias que casi siempre y ella miró a la luna, cerró los ojos y el aullido que soltó, resonó por todo el maldito bosque. Sus amigos soltaron una carcajada y se lanzaron encima de ella, en un abrazo enorme de Oso.

— Excelente trabajo. —- Historia soltó parándose a mi lado y dejando caer su mano en mi cabeza. La mire. —-- Te lo dije.

Mire a los amigos que festejaron e hicieron cosas raras con el pasto y la lluvia.

—- Hey, no, aquí no. —- Señale cuando comenzaron a quitarse la ropa. —-- No los quiero en pelotas al aire libre

—- Nos vamos a enfermar, si nos dejamos la ropa puesta. —- Señaló Armin con un puchero. —- Aparte, tenemos mucho calor.

Ymir se rio, cuando yo me sonroje.

—- Hagan lo que quieran entonces, yo me voy. —- Señale a Ymir e Historia con el pulgar. —- Cuiden de ellos ¿Si? y no dejen que los mundanos los miren.

—- Quedate. —- Mikasa me tomó del brazo suavemente, una vez que me puse de pie.. —- Es un poco de piel, no es gran cosa.

Lo es para mí, cuando me muero por tí. Me hubiera gustado decir, pero en cambio solte;

—-- Quiero respetarte, no me importa ver el cuerpo de los demás pero el tuyo. —- Negué con la cabeza. —- Hay cosas que un vampiro simplemente no puede ver.

Mikasa se mordió el labio inferior y observó a Historia de reojo.

—- ¿Es alguna clase de regla? —- Cuestionó a la semi pelirroja.

Historia iba a negar con la cabeza cuando yo la golpee suavemente con el pie.

—- Es cosa de mis padres. —- Aclare, tomando su mano para que me soltara. —- No tenemos permitido ver a un alfa tan vulnerable. Y en su desnudes, ustedes lo son.

Que maldita gran mentira. Alce la mano en despedida y comencé a caminar de regreso a la facultad. Me lleve la mano a la cabeza por el creciente dolor y supe que la migraña estaría molestando toda la noche, la falta de sangre me está haciendo pagar factura.

"Me amabas y me congelé en el tiempo, hambriento de esa carne mía, pero no puedo competir con la loba que me ha puesto de rodillas..."

—- No lo sé. —- Comunique dudosa.

Había pasado una semana desde que los chicos por fin se conectaron con sus lobos y hemos estado en una lucha constante de entrenamiento, pero el tiempo se estaba acabando a medida que nosotros nos fortalecemos, el cazador ha estado sospechosamente silencioso. No hay matanzas, no hay robo de bancos de sangre, no hay nada. Como si hubiera desaparecido, así que a Mikasa, se le ocurrió buscarlo, saber sobre él, antes de que él sepa de nosotros.

—- Vamos, ya reconoces su olor, sí movemos las piezas...

—- Si hacemos eso, sería como mostrar una bandera roja hacia nosotros. —- Aconseje escribiendo en mi libreta, porque por más que haya un cazador persiguiendo a la morocha, aún tenemos materias que pasar. —- Además si llega a reconocerme, unirá las piezas más rápido que nosotros intentando saber su nombre. —- Tome un trago de mí café y escuche a Mikasa suspirar a mi derecha, la silla se removió y se dejó caer con suavidad en ella.

—- Mencionaste que harías lo que yo dijera ¿No es así? —- Se recargo en la mesa y me miro, aun no me acostumbro a esa combinacion entre gris y amarillo de sus ojos. Son muy hermosos, si soy sincera. Me quedé callada y ella sonrió, estiró su mano tomando la taza de café sobre la mesa. —- ¿Puedo?

—- Seguro.

Mikasa tomó un trago y suspiro, se veía cansada con las crecientes ojeras debajo de sus ojos y su cabello estaba algo alborotado.

—- Se lo que dije. —- Me aclaré la garganta y continúe escribiendo. —- Y ahora me arrepiento de eso.

—- Venga. —- Recargó la cabeza en sus manos y cerró los ojos. Su cabello se movió con el suave viento y ella arrugó la nariz cuando sintió que se estaba quedando dormida. —- Ciertamente es algo que quiero quitar de la lista.---- Arrastró las palabras y bostezo.

—- Está bien. —- Cedi y ella abrió un ojo para mirarme. —- Iré a investigar junto a Historia en la noche.

—- No. —- Ella gruño. —- Iremos tú y yo. —- Alce una ceja y ella se aclaró la garganta. —- No quiero que te distraigas con tu amorcito o algo así.

Hice una mueca de asco, que ella claramente no vio, ya que volvió a cerrar los ojos.

—- Bueno, me llevaré a Ymir ¿Feliz?

Mikasa nego.

—- Iremos juntas y punto.

—- Por dios Mika, él va a detectar tú aroma.

—- Me gusta que me llames así. — Murmuró y yo dejé caer mi mano en su frente, no tenía fiebre. En definitiva solo estaba cansada.

Ignore su comentario y en cambio cuestione.

—-- ¿Hace cuanto no duermes?

La azabache pasó la punta de la lengua por sus labios y trague saliva, enfocándome de nuevo en mis apuntes.

—- Creo que...—- Alzó sus dedos y se puso a contar. —- Desde hace semana y media.

—-¿Estás loca? Casi diez días, sin dormir... —- Hice una pausa. —- ¿Cómo no me di cuenta?

—- Yo me cuestiono lo mismo, cómo es que aun no te das cuenta. —- La chica resopló y yo ladee la cabeza sin entender. —- Eres desesperante ¿Lo sabías?

—- Eso no importa, ahora mismo te irás a dormir. —- Cerré mi libreta y guarde mis cosas en la mochila.

—- No puedo, me atrasé con mis trabajos por estar con ustedes y ahora estoy hasta el cuello de ellos. Tengo que acabarlos o no podré graduarme.

—- Entiendo el interés que tienes en tus estudios, Kasa. —- Hable suavemente.---- Pero si no descansas, eso afectará a la larga tú salud, por más gen lobo que tengas, sigues siendo solo una niña.

Colgué mi mochila en mí hombro junto a la mía y posé mi mano en su cintura con suavidad, cargándola estilo nupcial. Ella jadeó sorprendida y abrió los ojos pasando sus manos por mis hombros para no caerse, miro a todos lados notando que uno que otro estudiante nos daba una mirada de pasada y seguían con lo suyo.

—- ¿Qué haces?

—-- No es obvio, llevó a una niña terca a irse a dormir.

—- No soy una niña. —- Ella hizo puchero y me reí.

—- Te comportas como tal.

Mikasa acentúo su agarre sobre mis hombros y cerró los ojos, acurrucándose en mi cuello. Hice como si no pasara nada, mientras recorría los pasillos en silencio. Se escuchaba alguno que otro ruido del mundo a nuestro alrededor, junto a las palabras de los profesores cuando pase enfrente de sus clases.

—- ¿Cual es tú habitación?

Mire a mi alrededor en el piso de la chica, para buscar su puerta, se que comparte habitación con Pieck, pero siendo sincera todo el maldito pasillo huele a marihuana. Lo que me complicaba un poco, detectar su olor, sin sentirme mareada. La observe cuando ella no respondió, solo para encontrarla profundamente dormida. Analice su rostro dormido, lo más rápido que pude y me dispuse a caminar a mí dormitorio.

Una vez que entré por la puerta, la habitación estaba en penumbras y supuse que Hitch estaría con su novio. Deje a Mikasa suavemente en mi cama, le quite los zapatos y puse una cobija suavemente encima de ella. No pude evitar depositar un beso en su cien y quedarme más tiempo de lo debido. Me alejé buscando su mochila (que bote por la habitación) y me dispuse a sacar sus cuadernos para revisar su tarea. Eran dos ensayos, cinco investigaciones y cincuenta fotos, con diferente ángulo de iluminación, barrido y estático. Yo no puedo hacer nada con esa última porque su estilo es muy diferente al mío, pero en definitiva puedo hacer algo con las otras siete.

Le puse seguro a la puerta, para que nadie la molestara y procedí a dejarme caer enfrente de mí escritorio, saqué mis audífonos y los conecté a la computadora. La música de Shawn James se dispersó por ellos y me enfoqué en los temas de los ensayos. Uno era sobre la importancia del cine en diferentes generaciones y la otra sobre un director que admiremos. Mire el techo intentando recordar si en algún momento ella mencionó algo sobre eso y mi mente se fue a hace unos días, cuando estábamos entrenando y yo hice una broma estúpida.

—- Me siento como un zombie. —- Jadee y escuche a los demás reírse, pero no me importo.

—- Serías un espécimen de estudio perfecto para la ideología sobre los zombies de Romero. —- Mikasa soltó un poco alejada de mí, estaba tomando agua y me miró fijamente. —- Ya que le gusta, darle matices a las personas muertas.

—- Auchs. —- Eren se burló y los otros corearon un "Uuuu" en el fondo. Rodé los ojos.

—- Buena esa. —- Ymir e Historia chocaron los cinco con Mikasa y esta se sonrojo.

—- Ese hombre es un grande. —- Alce el pulgar y los ojos semi heterocromáticos de Mikasa brillaron debajo de la luz del sol.

—- Es uno de mis directores favoritos.

Y la chica procedió a exponer el motivo de su pasión por esas criaturas y el porque le gusta tanto la ideología y las películas del director. Fueron las tres horas, mejor invertidas de mí vida, Los chicos se habían retirado mucho antes de que llegara la media hora y solo estaba yo escuchando lo que ella contaba.

Con ese recuerdo fresco, me dispuse a escribir el ensayo, mientras ella dormía a mis espaldas.

Pase las próximas horas embelesada entre las palabras, intentando transcribir el como ella hablaba ese día, investigando un poco y poniendo referencias aquí y allá. Una vez que el ensayo sobre Romero, estaba terminado, proseguí a escribir el otro y de vez en cuando me tomaba una pausa y salía por café a la máquina expendedora del pasillo, para no dejar a Mikasa tanto tiempo sola. Le envié un mensaje a los chicos sobre que Mikasa estaba conmigo y le advertí a Hitch que no se apareciera hasta que ella esté despierta, Hitch ni siquiera se quejó

Puede que perdiéramos un día de entrenamiento, pero no me importo.

Fue lindo para mi, escuchar música, escribir (que es una de las cosas que más me gusta hacer) y escuchar la respiración suave de Mikasa al dormir. No es de acosador, creo.

Para cuando ya estaba a la mitad de la primera investigación, con las nalgas acalambras y los ojos secos, al igual que la noche se apropiaba de la vista de la ventana. Escuché un ruido a mis espaldas indicando que Mikasa se estaba despertando. Seguí escribiendo hasta que mi cama sonó y la mire sobre mi hombro.

—- Hey. —- Sus ojos se fueron a mí y la vi relajarse. —- Deje un café americano, con dos de azúcar, sobre la mesita de noche. —-- Señale con la cabeza y ella se volvió a sentar, tomando el vaso y dándole un trago, se apartó el cabello de la cara y miró hacia la ventana. —- ¿Dormiste bien?

Mikasa no contestó, en cambio dejó el vaso en la mesa de nuevo y se estiró, escuche sus huesos temblar desde mi lugar sentada y sonreí. Deje de mirarla para continuar con lo que estaba haciendo.

—- Dormí como un bebe, Gracias. —- Escuche sus pasos perezosos acercándose y acto seguido sus brazos rodearon mis hombros en un suave abrazo. —- Ahora que dormí, podré terminar mis trabajos. Espero que los chicos no estén enojados por no ir.

—- No hay de qué, lo necesitabas. —- Me concentré en escribir, y no en el hecho de que ella está recargando su barbilla en mi cabeza y está atenta a las palabras sobre la pantalla y la música que sale a través de mis audífonos. —- Y sobre los chicos, les avise, ellos dijeron que te veías de la mierda y que estaba bien. Sobre tus trabajos, hice dos de siete y estoy terminando el tercero. —- Señale la computadora.

Mikasa se rio confundida.

—- ¿Hiciste eso por mi? — La azabache hizo girar mi silla y se sostuvo de mi hombros. — Es un montón ¿No estás cansada?

—-No hay nada que mucha cafeína no pueda arreglar y los vampiros no solemos dormir mucho. —- Le sonreí. —- Aparte me gusta escribir, fue divertido para mí.

Ella me miró fijamente y me percate que con cara de recién levantada, también se ve muy bonita.

—-- ¿Me dejas abrazarte?

Alce una ceja, sin esperarme eso.

—- ¿Quieres abrazarme? —- Ella asintió. —- ¿Por qué? Cualquiera haría esto por ti.

—- Cualquiera, no es una enana enojona que tiene cambios de humor horribles. Venga, ya nos hemos abrazado antes.

—- ¿No querías ir a buscar al cazador? —- Desvíe la atención y enseguida de mis palabras, en sus ojos se hizo ver una determinación admirable.

—- Claro. —- Se alejó y tomó su mochila para sacar su celular y checar la hora. En definitiva, la niña necesita un reloj de muñeca. —- ¿Cuál es el plan?

—-Para empezar, ya que eres terca, necesitamos cubrir tu olor. —- Me puse de pie y llevé mi dedo por debajo de su labio inferior. —- Así que ve a bañarte y quítate la baba de la cara.

Ella se sonrojo y me golpeó en la mano, mientras yo soltaba una carcajada.

—- A veces eres tan imbécil.

—- Lo sé. —- Le quite importancia y la encamine al baño. —- Usa mi shampoo y el jabón que tanto te gusta. Ambos tienen mi nombre, será fácil reconocerlos. —- Hice una pausa y antes de que me cerrara la puerta en la cara, la detuve. —- Iré por más café ¿Quieres algo?

Mikasa negó y sonrió.

—- No, muchas gracias.

Ella cerró la puerta suavemente y yo me dispuse a irme.

Será una larga noche.

...

Hice una suave mueca, una vez que mi olfato nos llevó a un restaurante de comida china tan asquerosamente brillante que casi me quemo los ojos viendo el letrero de led colgando sobre nuestras cabezas, con el nombre del restaurante en tipografía Chisene un poco tosca. Mikasa a mi lado comenzó a tararear la canción que se escuchaba dentro del lugar y desde ya supe que el lugar era un karaoke también.

—- ¿Segura que es aquí? —- Mikasa cuestionó con una sonrisa burlona.

Suspire y le abrí la puerta para que ingresara.

—-- Me gustaría decir que no, pero el olor es asquerosamente intenso estando parada aquí.

—- ¿Por qué el malote estaría en un lugar tan alegre? —- La azabache sonrió ampliamente cuando otra pareja subió al escenario y se sentó en un taburete enfrente de la barra donde hacen la comida.

Me acomode a su lado y observe discretamente a mí alrededor.

—- No lo sé, pero no te distraigas. —- Susurre. —- Esto no es un paseo por el parque.

—-- Se me olvida lo amargada que eres. —- Mikasa gruñó y agarró el menú de la barra. —- ¿Puedo pedir algo de comer?

Asentí un poco distraída, mientras enfoco mi olfato. El olor era un poco difuso con todas las especies y el perfume que estaban usando los comensales.

—-- No has comido nada en todo el día. —- Le comente. —- Va por mí cuenta.

Mikasa tocó mi hombro para que la observara, sus ojos brillaron debajo de la iluminación del lugar y la sonrisa de dientes enteros junto a esos hoyuelos, hicieron que se me cortara la respiración y no ayudaba mucho que toda su presencia esté mezclada con mi olor, y agreguemos que mi ropa le quedaba pegada a causa de la diferencia de estatura y hacía resaltar su bien definido cuerpo. Que claramente no note mientras íbamos caminando por la ciudad.

La azabache entrecerró los ojos y se movió el cabello en un gesto nervioso.

—-- Tengo curiosidad.

Alce una ceja y ella se aclaró la garganta.

—-- Acabo de darme cuenta que no sé mucho sobre tí.... —- Y es verdad, ni yo de ella. Aunque yo tengo una razón para no querer acercarme a ese nivel de reconocimiento. Hice un gesto para que ella continuara. —-- ¿Te molestaría si hiciera preguntas?

—- Puedes hacerlas, pero no esperes que las conteste todas. —-- Le aclaré y ella dejó caer su mano de mí hombro a la mesa, suavemente.

Nos quedamos en un tenue silencio, mientras nos tomaban la orden y yo buscaba al cazador lo mejor que podía. Una vez que el karaoke hizo una pausa, ella se volteo en mí dirección y las preguntas salieron de sus labios, como un examen profesional.

—-- ¿Cómo eran tus padres?

Me sorprendió un poco su pregunta. así que me tomé un momento para pensar en la respuesta. Ella recargó su codo sobre la mesa, su mejilla en la palma y me miró pacientemente.

—- Amables...—- Solté una suave risa y miré al escenario vacío. —- Amorosos, alegres, divertidos y en general eran los mejores padres que cualquiera pudiera tener. —- Mire mis manos, buscando dentro de mí ese hilo que me conecta a ellos, a pesar de que llevan tanto tiempo muertos. —- Me inspiraban a ser mejor, ser una buena persona y luchar contra la corriente. Mi madre me enseñó a respetar a todos por igual, mi padre me enseñó a defenderme y cuando nos convertimos en vampiros; ambos me enseñaron a detenerme. —- Voltee a verla justo cuando la comida llegó y en su mirada pude ver un poco de cariño. —-¿Qué hay de los tuyos?

Mikasa se estiró para alcanzar la salsa de soya y yo la detuve antes de que la pusiera a su plato. Oli las especies disimuladamente pero no detecte ningún tipo de veneno en el. A pesar de la conversación, no se me olvida el motivo por el que estamos aquí.

—-- Eran algo similares a los tuyos. —- La azabache agarró un rollo con los palillos y se lo llevó a la boca, masticó un poco y se puso la mano en la boca cuando hablo de nuevo. —- Les gustaba ir de caza todos los domingos, sin embargo no era una caza normal. Era más bien de exploración. Nos metimos en el coche e íbamos al campo, cuando recorríamos los pastizales y encontrábamos a animales, no los matábamos, los estudiamos. Aprendí todo lo que se de Quimica y Biologia gracias a ellos.

—- ¿Y cuando supiste de tú gen licano? —- Esa pregunta la susurre, para que solo ella pudiera escucharla.

—- Dos años después de que murieron. —- Tomó un trago de su té y volvió a comer otro rollo. —- Aunque no estoy segura de que línea de sangre venga. Solo me dí cuenta cuando me enoje en una ocasión, y casi lastimó a mí tio.

Me acomode en mí lugar cuando escuche un sonido extraño a mi derecha, Mikasa hizo lo mismo, lo note en su mirada breve detrás de mí.

—-- Un té verde Por favor. —- La voz sonó ronca a mis espaldas y por la expresión en el rostro de Mikasa, supe que era de alguien mayor. Pulcro diría yo.

Tiene sentido, ese día solo ví su cabello y el traje que llevaba puesto. El olor molesto mí nariz cuando el hombre se sentó a mí lado.

—- Es de muy mala educación espiar. —- El comento. —- Leonhard.

Sabe quien soy, por supuesto.

Voltee a mirarlo y por fin puedo darle rostro al cazador. Es apuesto, pero no guapo en el sentido de un modelo delgado, más bien tiene una apariencia heterogénea que jugaba bien con sus ojos color azul y el cabello negro peinado perfectamene hacia un lado, una peca azomaba en su barbilla resaltando por su piel semi morena, barbilla fuerte, labios delgados y una suave sonrisa casí divertida que me provoco un escalofrio de desconfianza. LLeva puesto un traje perfectamente inmaculado de color negro, y en su cuello se percibe un collar de siglos que parece que nunca se ha quitado.

—-- ¿Y tú, eres? —- Cuestione y retrocedí un poco en dirección a Mikasa, un gesto suave que me permitió cubrir pero no para que el se percatara del movimiento.

—- Sabes quien soy, solo no sabes mi nombre. —- El pelinegro sonrió cuando le entregaron su té y alzó su vaso para que brindara con él. Lo hice lentamente y sentí a Mikasa tocar mí espalda baja con suavidad, el temblor en su mano me indico lo nerviosa que estaba.

Sí yo podía sentirlo, el cazador también.

—-- Sabía que tarde o temprano, vendrías a mí. —- Echó una mirada a Mikasa. —- Señorita Azumabito.

Mikasa se tenso.

—-- Es de muy mala educación no presentarse. —- Hable con voz calmada.

El me miro.

—- Tiene toda la razón. Que grosería de mí parte. —- Dejó el vaso, ahora ya vacío, sobre la barra y me tendió la mano. —- Me llamo Elijah Ackerman. Es un gusto por fin conocerlas.

Bueno, eso no me lo esperaba. Deje mis manos sobre mi regazo, porque en definitiva no voy a tocar a un cazador, que es una mezcla de un montón de especies.

—- ¿De parte de mi padre? —- Mikasa le cuestiono.

Elijah se puso de pie y yo hice lo mismo.

—-- Tranquila, no es propio de mí hacer una masacre en un lugar lleno de gente. —- El dejo unos billetes sobre la barra y se acomodó el traje y el reloj que lleva puesto en su mano derecha. —- Aparte, ustedes dos, me enternecieron un poco. —- Luego miró a Mikasa. —- De ninguno de los dos. Tengo más conexión con Levi.

—- ¿Entonces qué quieres de mí? —-- Mikasa fue directo al grano.

Elijah dio un paso al frente y yo me interpuse en su camino.

—- No lo creo amigo.

—- Cometes un gran error al provocarme. —- Él amenazó con voz tranquila y sin dejar de mirarme le contestó a Mikasa. —- Hay cientos de años de evolución en tú sangre que aún no florecen. Cuando lo haga, quiero estar presente.

—- ¿Vas a matarla? —- Pregunté, sintiendo un miedo por su respuesta, aunque mí cara demostró otra cosa.

Él sonrió.

—- Ella va a querer morir cuando la profecía se cumpla. Yo solo tengo que esperar.

Apreté la mandíbula y sentí la ira atravesar mis venas. Mikasa dejó caer sus manos sobre mis hombros y pegó mí espalda a su pecho. Sentada ella quedaba casi a mi altura.

—-- No lo haré. —- Ella le juró al hombre. —- Y morirás esperando.

—- Ya lo veremos. —- Él hizo un gesto de despedida. —- Que tengan una buena noche señoritas.

Ambas lo observamos desaparecer entre la gente y el enojo, poco a poco iba disminuyendo.

—-- Es un idiota. —- Murmure y Mikasa comenzó a reír de una forma, poco natural. La miré sobre mí hombro y se me olvidó que estábamos tan cerca porque mi cara quedó a pocos centímetros de la suya. Ella seguía riendo y sus ojos poco a poco comenzaron a lagrimear. Volteé mi cuerpo de su agarre y abrí los brazos. —- Ven acá.

Mikasa dejó caer su cara entre mi cuello y hombros. Rodeo sus brazos sobre mi cintura, abrió las piernas y me envolvió en un abrazo apretado. Sus sollozos no se hicieron esperar. Su miedo se intensificó y lo sentí fluyendo por mi cuerpo, como sí fuéramos una sola persona. Acaricie su cabello lentamente e ignore las miradas curiosas que los demás nos dieron, fueron breves pero molestas.

—- Esto se está poniendo cada vez peor. —- Murmuró entre hipos. —- Tenemos que hacer algo al respecto.

—- ¿Qué tienes en mente?

—- No tengo nada en mente. —- Su voz sonó plana, dolida. —- No me conozco lo suficiente para saber de lo que está hablando. —- Ella gruño. —- Es desesperante que no podamos avanzar.

—- Esto fue tú idea. —- Empecé suavemente. —- Y ahora sabemos que camino seguir, gracias a tí. —- Me miró y limpió sus lágrimas con el pulgar. —- Tuvimos suerte de que su narcisismo, nos guiará hacia una dirección. —- Deje mi mano en su mejilla y la acaricie, pude notar que ella estaba relajándose y eso me relajo a mí, por igual. —-- ¿Qué es lo que quieres hacer con eso?

—- Siento que pones el mundo en mis hombros. —- Mikasa acarició mi cintura sin darse cuenta. —- Dándome el poder de decidir por todos ustedes.

—- Ciertamente pensé que ya te habías retribuido eso...—- Le sonreí. —- Pero hablando en serio, no estoy haciendo que decidas por los demás. Esto se trata solo de tí. Se egoísta por una vez en tú vida. ¿Qué es lo que quieres?

Mikasa apretó su agarre sobre mí cintura y sentí una extraña posesión fruir en sus emociones. Eso de alguna manera me hizo sentir con vida. Como sí hubiera una remota posibilidad de que Mikasa me quiera solo para ella, aunque no tenga nada que ver con esto. Mi mente se apartó un poco del presente y las emociones que he estado conteniendo se dispersaron. Un suspiro de su parte hizo que regresara y me relaje con solo mirarla a los ojos.

—- Lo que quiero. —- Pasó la lengua por sus labios y se apartó torpemente.. —- Nunca será mío... —- Hizo una pausa en sus palabras, dudosa. —- Y lo peor es que una parte de mí, solo quiere tomarlo y está mal. Porque yo no soy así. —- Se llevó las manos al rostro y gruñó. — No puedo hacer esto, me está matando. La manera en cómo me siento y lo que está pasando, me sobrepasa.

Ella se recargó en el poste y cruzándose de brazos llevó su mirada hacia el callejón semi vacío. Me moví más cerca y observé lo que ella apreciaba. La vida en sí pasando, la gente caminando hablando entre ellos, una que otra persona paseando a su perro, disfrutando de esta maravillosa noche, la frescura en el aire se apreciaba con cada caricia en mí piel. El mundo se veía como una fotografía que se retrataba por su cuenta. Nosotras ahora mismo no éramos más que el paisaje a la vista de alguien más, unas chicas perdidas debajo de las luces cegadoras y eso estaba bien. Porque es así como ambas nos sentimos.

No dije nada por un largo tiempo, no necesitaba decir palabras para que ella organice sus pensamientos. A veces una chica simplemente quiere sentirse acompañada, no un sermón que menciona las cosas buenas que hizo. Escuche atentamente el latido de su corazón que hacía juego con el movimiento de las manecillas de mi reloj, y justo cuando este se detuvo a la media noche, mire hacia ella.

—- ¿Mejor? —- Cuestione con voz suave, ganando un asentimiento de su parte. —- Vamos, debemos irnos.

—- Solo una cosa, antes de partir. —- Mikasa volvió a verme y se inclinó un poco. —- Y quiero que seas completamente sincera conmigo.

Me crucé de brazos y le presté toda mi atención.

—-- ¿Cuantas posibilidades hay de que ninguno de nosotros cambie, después de esto?

—-Ninguna. —- Hice una mueca y ella repitió mi gesto. —- Y va a ser jodido.

—- Demasiada sinceridad. —- Empujo su cuerpo fuera del poste y comenzó a caminar, yo la seguí.

—- Es lo que es...

Iba a decir algo más cuando el olor a sangre me interrumpió, ambas miramos hacia el callejón oscuro por el que estábamos pasando y el goteo de la sangre derramándose se escuchó con nitidez. Me acerque a paso lento y prendí la linterna del celular, el callejon se ilumino dejandome ver el inicio de un asesinato por el rastro de sangre, a medida que me acercaba, el aroma hizo revolver mi estomago, era muy fuerte. Era demasiado tentador para una "Vegetariana" como yo. Trague saliva y me quite los pensamientos de la mente. Esto no me pasaba cuando mantuve a raya mis habilidades, maldita sea. Mikasa pegó un salto a mí lado cuando se escuchó un crujido y la cabeza de alguien salió rodando hacia nuestra dirección.

Un destripador.

—- Presas nuevas. —- Se escuchó la voz del vampiro que hizo tremendo desastre. Salio de entre las sombras con el rostro convertido en los de mi raza y sus ojo semi negro y rojos, nos recorreiron de pies a cabeza. —- Quizás pueda hacer algo más divertido con ustedes. ¿Qué dices muñeca? —- Se dirigió hacia Mikasa, que se estremeció a causa del asco.

—- Paso. —- La azabache se cruzó de brazos y me reí de la expresión de sorpresa del vampiro.

Me sorprende que aún no capte nuestro olor. Un destripador es una bestia muy similar a un alfa sin su mate.

—- Eres una perra.

Se aventó en su dirección y yo solo tuve que dar un paso para detenerlo, mi mano se sintió viscosa cuando atreverse su pecho con ella y el latido de su corazón bombeo en mis dedos al tocarlo.

—- No son formas de tratar a una dama.

El se sorprendió de mis palabras, su rostro confundido fue lo único que hizo, antes de que mí mano le arrancara el órgano vital. Me quedé con esa cosa cuando su cuerpo se cayó a mis pies, haciendo un ruido sordo y salpicando su sangre en mis zapatos. Hice una mueca y me volteé hacia Mikasa.

—- Tendrás que hacer algo como esto, si quieres sobrevivir. —- Alce el corazón que por reflejo seguía latiendo y la expresión de asco en su cara me divirtió un poco.

Acto seguido, Mikasa vómito en la esquina más oscura.

—- Eres una maldita. — Se quejó limpiando su boca con la maga de mi sudadera.

¿Y yo soy que?

—- Debemos limpiar esto e informarle a los demás para que tengan cuidado.

—- No parecía tan peligroso. —- Señaló Mikasa, mientras se arrodilló a su lado. — Se ve demasiado joven.

—- Ese es uno de los efectos de que toda tú dieta se reduzca a la sangre. —- Tome la cabeza de la víctima y me alegré de haber matado al bastardo pero si hubiera sabido antes, hubiera hecho que sufriera. Le di el pésame silencioso a la chica antes de poner su cabeza junto a su cuerpo mutilado.—- Los destripadores, no solo son sanguinarios, les gusta burlarse de sus presas. El no solo iba a quitarte la cabeza, sino las demás extremidades. El iba a obligarte a tener relaciones sexuales y ser su banco de sangre, y no se cuanto más. hasta que se aburriera de tí. —- Le expliqué lo mejor que pude mientras reunía las demás partes de la pobre chica.

Mikasa se acercó a mí y observo con sorpresa todo el panorama, no era una cosa bonita. Él realmente se excedió y ciertamente me preocupa que no pudiéramos escucharla. Sin embargo, mientras encontraba las partes de su cuerpo, note que algunas ya estaban podridas. El bastardo se las llevaba consigo a todos lados. iba a hacer algo macabro con ellas, una vez que la cabeza estuviera fuera. Hijo de perra.

—- LLamare a mí Tio. —- Mikasa busco su celular y cuando pasó por el cuerpo del tipo, lo pateó fuertemente. —- Es policía, puede ayudarnos.

— Oye, pudiste decirme antes de mancharme toda de sangre. —- Le gruñi y de alguna manera, eso la hizo reírse.

— Lo siento. —- Me gritó antes de salir del callejón.

Mire el cuerpo en mis pies y sentí el revoltijo de la hambre dentro de mi estómago. La sangre de ambos pintaron mis manos y parte de mis pantalones y la sudadera negra que llevo puesta. El antojo era demasiado, pero entonces mire el cuerpo, recordando que yo hice eso muchas veces en el pasado, una y otra vez cuando no podía controlarme. Realmente era un monstruo en ese entonces, la culpa me hizo retroceder, mantuve a flote mi hambre y controlé mis impulsos. No volvería a ser lo que una vez fui, nunca más.

—- Dice que viene en quince. —- Mikasa me informó, una vez que volvió a entrar al callejón y me miró preocupada. —- ¿Estás bien?

—- Es la sangre. —- Comunique limpiando mis manos en la sudadera con algo de fuerza. — No he comido y la familiaridad del acto, me trajo recuerdos, no tan gratos.

Mikasa sostuvo mis manos para que me detuviera.

—- ¿Tengo que patearte a ti también? —- Ella fue bastante buena deduciendo.

—- En 1800 quizás, pero ahora lo controlo lo mejor que puedo.

Mikasa me aparto un mechón de la cara y limpio mi mejilla con su otra mano.

—- Annie ¿Hace cuanto no bebes sangre de la vena?

Parpadee.

—- Desde 1945, ¿Por qué?

—- ¿Y dejaste de hacerlo de golpe? —-- Asentí y ella suspiro. —- No lo estas controlando, solo lo estas ignorando.

—- Historia me dijo lo mismo.

—- Pues ella tiene razón. —- Mikasa se apartó. —- ¿Qué harás cuando despiertes de la mentira? —- Ella me cuestiono. —- ¿O sentirás cuando ignores el dolor que vendrá con eso?

Miré hacia el cielo y la luna me regaló su esplendor.

—- Lo veremos cuando pase.

(...)

Toqué la puerta suavemente y me sentí particularmente nerviosa. El lugar por fuera se veía muy hogareño, bien pintado y puedo decir que la mansión (porque en definitiva esta no es una casa) es mucho más grande que mi propio lugar, de fondo los encargados de arreglar el césped me saludaron con una sonrisa que yo regresé un poco incómoda. Mire mi atuendo, sintiendome particularmente fuera de lugar, con mis pantalones sueltos negros, mi sudadera de gran tamaño y la gorra negra puesta sobre mi cabeza. Los minutos parecían eternos mientras esperaba y genuinamente quería irme de aquí.

—- No lo creo. —- Ymir intentó darme un golpe en la cabeza pero lo esquivé, golpeando su estómago en lugar. Ella sonrió y detrás de ella Historia saludó con una gran sonrisa. Ambas estaban vestidas de forma elegante y eso me molesto.

— ¿En serio? ¿Se pusieron de acuerdo o algo así?

—- Es sentido común, nena. — Historia pasó su brazo por mis hombros y me dio un beso juguetón en la mejilla. —-No todos los días, somos invitadas a cenar con el Sheriff.

—- Estamos aquí a investigar. Eso es todo.

—- Seguro que si...

La puerta se abrió, cortando las palabras de mi amiga. Mikasa se asomo y sonrió al vernos. Ella también estaba vestida de manera presentable con un conjunto blanco de dos piezas que consistia en un Bustier Corset Bralette que hace destacar su cintura, abdomen y para mi desgracia pechos y no quiero mencionar sus brazos musculosos, no, claro que no o ese cuello que está para morder. Maldición.

También lleva puesto unos pantalones caqui del mismo color, tacones a juego, y el cabello suelto en ondas, se puso un poco de maquillaje en sus párpados y labios, acentuando su color de piel, junto a los lunares y unos lindos pendientes dorados. Se ve impresionante. Me sorprende lo hermosa que es, todos los días.

—- Me voy. —- Me di la vuelta para escapar de mi hormonas, porque no hay forma en el infierno que pueda estar toda una tarde con Mikasa cuando luce de ese modo.

Digo, ya era un poco difícil cuando se vestía de forma mundana. Me niego a pasar por esta vergüenza.

—- ¿Por qué pareces vagabundo? —- La voz de Eren me detuvo de mi huida. —- ¿Nadie te avisó que era una cena formal?

— Por dios, solo vinimos a leer un montón de libros. —- Alce la manos molesta y ellos se rieron. —- Y no, nadie se tomó la puta molestia. Regreso cuando quieran investigar.

—- No te pongas en ese plan. —- Historia me tomó de la cintura y me volteo hacia ella, su rostro quedó cerca del mío y yo le gruñí. —- Puede que se me pasara decirte.

—- Podemos arreglar eso. —- Mikasa habló y se acercó a nosotras, puso su mano en mi brazo y me aparto de Historia con algo de brusquedad. Su agarre es ligero pero su movimiento fue bastante rápido. —- Ven te prestaré algo de ropa.

—- No tienes que molestarte. —- Historia le dijo con una sonrisa. —- La llevaré a mí casa y la pondré más bonita de lo que ya es, ¿No te parece amor? — Me guiño un ojo y me quedé sin saber que decirle. —- Así nos divertimos un rato de paso.

Esa fue la cereza del pastel. Antes de darme cuenta de lo que estaba pasando, fui arrastrada dentro de la casa y mis pies se tropezaron con la alfombra roja de gran tamaño que adornaba el suelo. Mikasa prácticamente saltó de una escalera a otras y caminó rápidamente por el pasillo cuando llegamos a la tercera planta. Abrió una puerta y nos metió a ambas dentro de la habitación. Su pulso estaba disparado podía escucharlo y respiro tres veces antes de voltear a verme.

—- Ustedes...—- Se detuvo por unos instantes y parecía querer golpear a alguien. — No me gusta su relación.

—- ¿Por qué? —- Cuestione curiosa.

—- Ella mira a Ymir con amor y en cambio a ti, te mira con cariño. Como si fueras una hermana, no una maldita novia.

—- ¿Es por eso que estas enojada? —- Hice una mueca de decepción que ella no vio, al meterse dentro de un armario enorme.

—- No me gusta que jueguen con la gente. Eres mi amiga, quiero protegerte.

Suspire y la palabra amiga, me hizo querer llorar.

—- Ella y yo, no estamos juntas. —- Aclare de una buena vez por todas. —- No tienes que preocuparte por mí. Estoy bien.

Mikasa salió del armario con un traje muy bonito de color negro mate.

—- ¿Que? —- Alzó una ceja y yo hice lo mismo por reflejo. —- Ustedes, pero ella te beso.

—- Es algo que suele hacer, cuando quiere generar un efecto en las personas. Pasó algo similar cuando se enamoró de Ymir. Me usó para darle celos y mira, ahora llevan mucho tiempo juntas. —- Me encogí de hombros, quitándole importancia.

—- ¿No te importa ser utilizada de ese modo? —- Mikasa dejó el traje a mi lado en la cama y volvió a entrar al armario.

—- Me importaba en un inicio, no mentire. Sin embargo con el paso del tiempo, me di cuenta que Historia lo hacía para saber qué clase de persona era la gente.

—- ¿A qué te refieres? —- Ella salió del armario con una Camisa blanca muy bonita y me la paso.

—- Yo me di cuenta de mi sexualidad mucho antes que ella...—- Empecé a explicar mientras me quitaba la gorra y la sudadera. —- Estamos hablando de una epoca en donde ser homosexual, solo implicaba ser torturado y usado de las peores formas, imaginatelo. —- Le di la espalda a Mikasa y solté mí cabello para hacerlo a un lado, y me desabroche los botones del pantalón. —- Entonces para saber en que personas podíamos confiar, ella pretende en ocasiones que salimos. La ventaja de ser seres sobrenaturales es que no nos podían lastimar y eso ayudaba a que la gente con las mismas preferencias, se animaran a estar con nosotras. Salvamos a mucha gente en esos días.

Me quité los zapatos, y deje que el pantalón se deslizara por mis piernas. Mire sobre mi hombro a Mikasa para preguntarle si tenía un desodorante, solo para encontrarla mirando hacia la puerta con los hombros tensos.

—-¿Por qué no me dijiste que te incomoda que se vistan enfrente de ti?

—- Porque no lo hace. —- Mikasa sacudió la cabeza y me miró. —- Entonces, ¿Solo estaban midiendo nuestro nivel de tolerancia o algo así?

Ella se dejó caer en una de las sillas de la habitación y señaló con el dedo el mueble donde estaba el desodorante. Deje mi pantalón doblado sobre la cama, y me encamine en esa dirección.

—- Neh, ella solo lo hizo por joderme a mí, le encanta ponerme un poco incómoda. —- Dije la verdad a medias. —- Pero antes de que pienses cosas que no son. Ella nunca cruza los límites y me respeta por completo.

Mikasa se quedó en silencio mientras yo me quitaba la camisa y la doblaba.

—- ¿Alguna vez te gustó?

Dejé la prenda sobre la cama y tomé la camisa perfectamente planchada.

—- Hubo un instante en donde...—- Lo pensé detenidamente mientras abrochaba los botones de la camisa. Mikasa se movió de su lugar y se acercó a mi, ella apartó mis manos con delicadeza y comenzó a ayudarme con los botones, la miré confundida.

—- ¿En dónde? —- Su voz sonaba pausada y el latido frenético de su corazón me distrajo.

—- Pensé que me gustaba. —- Me aclaré la garganta y sus dedos rozaron mi estómago cuando abrochó el último botón, mi pulso se disparó y ella dejó caer suavemente sus manos en mi cadera.

—- ¿Y ahora? — Mikasa dio unos pasos y nos llevó a ambas hacia la pared más cercana, recosto mi espalda suavemente contra la superficie y me encerró con su cuerpo. La tensión entre ambas me dejó sin respiración. —- ¿Hay alguien que te guste?

—- Estás muy interesada, para ser alguien que activamente dijo que no le gustaban las chaparras. — La mire y ella estaba tranquila.

Claro mientras yo me derrito en su agarre.

Mikasa chasqueó la lengua y acercó más su cuerpo al mío.

—- No me gustan. —- Susurro cerca de mi oído. —- Pero quiero saberlo, por si llega a pasarme.

—- Entonces preguntale a alguien más. —- La empuje suavemente pero ella no cedió. —- Mika, por favor.

Ella tiene tanto control sobre mí.

—- Es un sí o no. Annie. Solo eso.

—-Sí, me gusta alguien y estoy hasta el infierno por ella ¿Feliz? — Me enoje y me aparte bruscamente. Demonios, pude respirar mejor una vez que su cuerpo estuvo fuera del mío y eso me ayudó a controlar mis impulsos. —- ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué quieres que muestre mis emociones?

—- Porque haces lo mismo conmigo... —- Mikasa se quedó unos segundos a espaldas de mí antes de rodearme y tomó el pomo de la puerta. —- Me llevas al límite, una y otra vez, empujando emociones dentro de mí que antes no había sentido... —- Me miró sobre su hombro de una manera que no puedo describir. —- Y es tan malditamente injusto que ni siquiera notas lo mal que me hace. —- Continuo con un tono de frustración.

—- Lo hago porque es la única forma que sé, para que estés en síntoma con tu parte lobo. —- Le aclaré, pensando que estoy haciendo algo mal. —- Lamento si te incomode. No sabía que te molestaba tanto.

—- No se trata de eso. —- Ella hizo una mueca y abrió la puerta de golpe. —- Termina de vestirte, nos vemos abajo.

Y sin más azotó la puerta cuando la cerró detrás de su espalda.

Siendo sincera, no tengo idea de lo que acaba de pasar.




(..)

Nota dos; Annie eres una idiota. 

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