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Saudade (Parte 2)

LEAN LA NOTA.

N

ota; Hola gente linda y hermosa, ya no me voy a emocionar al escribir, está segunda parte estaba planeada para darle un cierre a mi primera parte, pero resulta que cuando di el punto de vista de cómo se conocieron Annie, Ymir, Historia, Reiner y Eren... Se alargó bastante a decir verdad y pensé creo que sería mucho texto para darle la continuación de lo que pasó con Mika, así que disfruten esto, que una vez que se publique comenzaré oficialmente con la parte tres.

Dígame si les gusto por favor y como siempre aclaro cualquier cosa al final del capítulo.

Sin más no está editado, así que, ya saben.

(...)

24 horas antes Raccoon city.

Hay un velo enorme cubriendo sus recuerdos en suspenso, esperando ser tomados entre tanta angustia, miedo y culpa, esta tratando de tomarlos entre su palma abierta mientras busca una forma de dejar las ultimas veinticuatro horas atrás mas no puede pues aunque no recuerde como lo provoco, recuerda el caos que llego después, la sangre que la palma de su mano toco en el momento que escapo, los gritos de sufrimiento, la masacre en el laboratorio, los científicos corriendo en todas direcciones pensando que la salvación estaba fuera de aquellas paredes de metal y tecnología , sin embargo en las sombras del crepúsculo un corto circuito ilumino y lo apago todo y cuando Historia Ress la científica a cargo de esta investigación salió a la superficie la ciudad de Raccon City estaba envuelta en llamas, la sangre pisaba los escalones del lugar, las sombras de la gente siendo devoradas en callejones oscuros con luces de autos chocados o abandonados, los gritos de ayuda, pánico y desconcierto era la sinfonía de la noche comenzando.

Es todo lo que podía ver antes de que la sostuvieran entre brazos y la alejaran de ese infierno, el perfume de su esposa llegando como retrospectiva  de los acontecimientos  borrando por unos segundos todo a su alrededor, después la suave voz de su chica resonó en sus odios en una promesa de que todo saldría bien, cuidando de ella como ella la cuidaba.

y la pregunta de a donde iría fue mas importante que cuestionar que había pasado, Historia lo sabia a medias, Ymir estaba consiente de eso así que callo y siguió escapando con su esposa en brazos, luchando con la carrera contra los huéspedes malditos que ahora eran parte de la ciudad y su propio miedo recorriendo sus venas: Porque no había nada mas importante en esta vida que su esposa.

...

El aviso llego en medio de haber recorrido la mitad de la desolada mansión que estaba en las afueras de Racoon City pero el humo pudo divisarlo una vez que salió del lugar con la mitad de sus hombres muertos, otra cantidad no definida desaparecida pero si lo que paso en la mansión es equivalente a lo que esta pasando en la ciudad. Annie Leonhardt tendría que esconder su culpa en su estomago y manejar junto  a los que sobraban de su escuadrón para salvar a los residentes de ese pequeño lugar.

--- Mientras mas nos acercamos mas amolado se ve.---Eren comento su uniforme lleno de sangre y viseras.--- Es raro que la mansión y la ciudad estén pasando por lo mismo.

---Nuestro trabajo es salvar vidas, no cuestionar los desastres que ocurren. Mantén la boca cerrada y los demás atentos a cualquier cosa que casi llegamos.--- Annie era de pocas palabras pero era mejor no hacerla enojar.

Los movimientos de su camioneta Oshkosh L-ATV color magenta eran rápidos y casi caóticos, destruyendo uno que otro zombi que atravesaba el lugar pero Annie no pensaba detenerse hasta llegar. Los colores vividos del rojo y el amarillo fueron lo primero que recibió a los chicos, lo segundo fue la gente que corría en todas direcciones, no había forma de saber quien estaba no muerto de los vivos, estaciono el vehículo en una esquina y salto fuera del mismo, hizo una seña por encima del hombro al chico que manejaba el otro vehículo para que cuidara esa área y llamo a su equipo para buscar sobrevivientes en los locales del lugar.

---¿Capitana? --- Uno de los hombres llamo por medio de la radio.---Hay mucho caos no podemos distinguirlos bien.

---Intenten llamar su atención...---Reiner contesto tomando la radio de su hombro.---Llamen a los civiles por el megáfono, indiquen la posición que les enviare. 

----De acuerdo sub-Capitán.--- Y la comunicación se corto, dejando solo una estática como ruido de fondo.

los lugares callados, nunca le dieron buena espina a Berthold que de los cuatro  se encontraba mas nervioso, Annie que iba a su lado lo tomo de la muñeca con delicadez en un acto para tranquilizarlo, detrás se podía escuchar a Reiner tecleando en su celular y a Eren cuidando su espalda. En cada paso el humo llenaban su vista y ahora el silencio era remplazado por gruñidos de diferentes direcciones el efímero sonido de piel siendo arrancada acompañándolos, los militares se cubrieron la boca con la palma de su mano el olor era aun mas intenso al aire libre como si todos los componentes se unieran para darle mas peso, Berthold tuvo ganas de vomitar en el momento que doblaron una esquina viendo la nítida sangre de la presa del infectado en su boca la carne en rojo vivo siendo consumida con mucha benevolencia, una escena que no se puede superar con facililidad, Reiner saco su cuchillo del bolsillo permitiendo matar al infectado a Berthold se le salieron unas lagrimas en el momento que diviso el cadáver.

El estomago de la mujer embarazada estaba hueco, sin una pizca de bebe en ella, los ojos de la mujer los miraban desde el suelo gruñendo por carne que se le ha sido arrebatada, rojos con tintes opacos como si fuera ciega. Annie apretó la mandíbula y disparo en el centro de su cabeza el silenciador acallando el ruido pero no pudo acallar las sensaciones que se apoderaron de su cuerpo, el mundo estaba girando en dirección errónea a la que debería de girar perdiendo su pequeño fragmento de esperanza.

Berthold vomito a su lado los ojos del moreno se volvieron llorosos, sensibilidad en sus venas en su humanidad.

---Es muy tarde para detener todo esto.---Murmuro en voz baja, su mano recargada en el estomago de su amigo fornido.---Todas estas personas  estarán muertas al amanecer.

Annie se quedo callada observando a su alrededor, buscando cualquier cosa que indique lo contrario, sus militares estaban a distancia de ella gritando por orden y disparando, los ruidos eran un eco en su mente una y otra vez.

---No, se que hay personas vivas, podemos salvarlas... Tenemos que salvarlas.---Su voz sonó tan cortada que se sintió en su garganta una lija raspando con fuerza, trago saliva y se dio media vuelta comenzando a caminar.

Pero o era una heroína o era una asesina... Nunca puedes ser ambas.

...

Ymir se quito el sudor de la frente mientras se adentraba con sumo cuidado a la tienda de Kendo, Historia detrás de ella colgada de su brazo con delicadeza permitiendo cuidar su espalda, su bata antes blanca machada de sangre junto a su rostro  era lo que le daba algo de luz al lugar eso y su cabello.

---La gente estúpida no sobrevive por tanto tiempo.---Ymir comento señalando con la cabeza las estanterías que estaban llenas, Historia hizo una mueca notando que había vidrios rotos.

---Quizás alguien o algo los detuvo...---Se alejo un poco para tomar entre sus manos un arma de calibre bajo, suficiente para lastimar no para matar.--- Pues hasta yo se que estas cosas salvan vidas.

---Eres una científica amor, no una ignorante...---Ymir tomo una pistola Shadow 9mm con montura azulada la alzo como si fuera un trofeo, curiosamente el anillo en su dedo del mismo color se reflejaba con el arma dándole un aire mas vivo.--- De todas formas, Kendo es el dueño del local, el es tan...

---Bueno.---Historia se acerco a su esposa pasándole unas balas.---Me pregunto si su hija estará bien-

Ymir le dio un abrazo de lado, la rubia se relajo en su costado.

---Esperemos que este bien pero ¿Quieres dejarle una nota?

La castaña sabia que quizás el nunca la Leiria pero conocía a su esposa, no dejaría de darle vueltas en la cabeza y su preocupación por otras personas era tan compasivo tal cual peligroso, estaba conciente de la mentira más no se le interesaba si podía ver los brillantes ojos de su esposa en azul vivo dirigidos a ella.

—Me encantaría, le pediré que me llame cuando todo esto termine.

Y así Historia se fue detrás de la caja registradora en busca de un papel y una pluma, Ymir vio en dirección a la puerta del fondo en dónde la huella de una mano con sangre se asomaba alrededor del metal del pomo de la puerta, el sonido de gruñido pequeños saliendo de ella disimulados por el tarareo que la misma Ymir hacía, entonces vio a Historia dejar la nota en la mesilla alejándose con cuidado para salir de la tienda, Ymir se acercó a leerla.

"Hola señor Kendo, pase por su tienda tras los eventos de esta tarde, la ciudad está hecha un desastre, hay muerte por todos lados y la mínima esperanza que ahora tengo es por mi esposa a mi lado y una pequeña arma en mi bolsillo, me cuidarán y harán que salga de todo esto, sin embargo las armas son de usted. Llámeme cuando todo esto termine para poder depositarle el dinero y también me saluda a su hija.

Con cariño su vecina;

Historia Reiss."

Pero leer la nota, la hizo plantearse de nuevo si era buena idea darle esperanzas a Historia, es lo último que muere ¿No? Aún así ese conjunto de palabras junto a su letra solo le golpeó en la mente como si fuera una mala persona, así que tomo la nota y la dejo debajo de la puerta del señor Kendo, esperando a que se equivocada en pensar que no la leiria.

—Debemos de buscar un vehículo.— La lluvia golpeó el cabello de Ymir cuando está salió del local, su esposa la tomo de la mano y la arrastró callejón abajo.— Maldita lluvia.

—Mejor, la sangre se estaba coagulando en mí rostro.— La científica se acomodo el cabello en un chongo y dejo que las gotas la mojaran.— ¿Por qué tardaste tanto?

—Checaba si podía llevarme algo más.— Ymir beso su cabello.— Debemos seguir andando.

—Tanta calma me pone de nervios.— Historia estubo de acuerdo, amarrado con fuerza su bata para no tener frío.—, Vamos a casa.

Ymir hizo una pequeña mueca.

—Me parece que no es un lugar seguro.— Objeto mirando a todos lados, ojos de búho viajando en espera de cualquier cosa.

—Estaremos seguras donde sea Mir. Si estamos juntas.

De eso se basaba el amor ¿No? La fortaleza de una siempre será la otra, aún así el amor en tiempos de guerra era tan cruel como lindo.

...

—Hola...— Annie se movió entre los escalones del edificio, su respiración desigual en su garganta, las voces lejanas de personas pidiendo por ayuda llegando a su dirección, ella dió un respiro y llamo con más fuerza.— Venimos a ayudar, solo necesitamos su ubicación.

¿Ubicación de que?

Todo ese edificio estaba quemado de la cabeza a los pies, todo ese lugar parecía caer en pedazos como naipes mal equilibrados. La capitana se estaba comenzando a desesperar una maldita hora recorriendo la ciudad en busca de alguien o algo que les diera una pista de que estar aquí valía la pena, mientras las intentaba encontrar las cosas parecían traspasar sus dedos.

—Detecto energía de calor.— Eren señaló en su mano un pequeño aparato, con dos puntos que significaban a ellos y otros tres puntos en una de la habitación.— Ellos no pueden tener esa tipo de temperatura pues ya están muertos, lo más lógico es que sean humanos.

Annie arrugó la frente, quitando el cabello de su cara.

—Ve por la primera puerta, yo iré por la segunda, solo esperemos encontrar a alguien. O la muerte de esos soldados no valdrá la pena.

—No fue tu culpa.

—Yo los deje atrás en medio del puto caos...— Annie se acomodo el arma en las manos miro el color de la misma negra como la sangre de los infectados.— Acepte que Reiner les diera la orden y luego solo avance como si el ruido de las balas detrás de mi no fueran malditamente preocupante, algo normal.— Un suspiro salió de entre sus labios.— Lo normal era no escuchar tantos gritos y las balas como una sinfonía de Mozart.

Eren se mantuvo callado y bajo la cabeza, no es fácil ver cómo alguien a quien admiras cae de una forma tan dura, cruel, así que dió una última vista y se aseguró del seguro de su arma, camino en dirección a la primera puerta, tres golpes con los nudillos, está se abrió despacio.

El joven castaño se adentro con arma en mano de forma lenta y calculadoramente, el ruido de una voces en el fondo lo distrajo del sonido de su espalda.

—¿Hola?— Silenció, Eren lo intento de nuevo.— Hola, soy el militar Eren Jager, vine a ayudarlos.

—¿Militar?— Una anciana se escuchó de fondo, luego pasos acercándose, Eren pudo divisar las manos desgastadas de la señora que sostenía un cuchillo grueso de carnicero.— Me alegro tanto que este aquí, mi cuñado, mi hermano, ellos solo se comieron entre si...— Sus ojos cafés se llenaron de lágrimas.— y tuve que hacerlo, tuve que moverme rápido para evitar que se expandiera, hijo ¿Me sacarás de aquí, verdad?

Eren se acercó un poco más, la luz dió lo suficiente como para dejar ver a lo que se refería la anciana, allí en medio de la sala estaba la mitad de una pierna, la misma que dos infectados devoraban.

Eren dió un paso atrás, escuchando la segunda puerta abrirse detrás de el, Annie se poso en su espalda mirando de reojo lo mismo que asusto tanto al chico.

—Señora tiene que apartarse de ellos.— Annie fue delicada a decirlo, entrecerró los ojos y el fantasma de una presencia la hizo mirar en otra dirección.— La sacaremos de aquí, pero tiene que venir con nosotros.

—Pero ¿Por qué no vienen? Tienen armas, muchas armas... Puede cuidarme, se que pueden.— La anciana estiro su mano con la arma blanca, la sangre goteo en el suelo.— Si no quieren, está bien.

Y ella dejo caer el arma haciendo el suficiente ruido para que los infectados los vean, Annie fue la primaria en disparar la bala se debió del camino gracias a una cuarta persona, un tipo con barba que golpeó su rostro con algo de fuerza, Eren esquivó al infectado golpeado con su culata su rostro este se dejó caer de espalda justo a tiempo para que Annie golpeara al hombre en el rostro y con los pies lo dejara caer en dirección al Zombi, este lo agarro entre sus manos y despedazó la primera fibra de piel que encontró, el hombre grito y Eren le disparó a la anciana que quería ayudarlo, el segundo zombie se dirigió a Annie antes de que está pudiera detenerlo, su mejilla golpeo el suelo frío y puso sus manos para evitar la mordida, Eren llegó justo a tiempo para patearlo de costado clavando su cuchillo en su cien.

Annie se recargo sobre sus codos mirando a la mujer mayor intentando apartar al zombie del barbudo. No había pasado ni 20 horas del inició del brote y ya hay carroñeros en la ciudad.

—¿Está bien capitana?— Eren la ayudo a ponerse de pie.

—Tan bien, como se puede estar.— Annie se limpio la sangre del rostro.— Gracias Eren.

La rubia hizo una mueca y salió del departamento con un dolor de cabeza.

—Berthol tiene razón.— Ella dijo después de bajar las escaleras en silencio.— La mayoría de esta gente está muerta, y mañana no abra nadie.

—¿Nos iremos?— Eren suspiro la pregunta, pensando que aún puede encontrar a una persona buena en medio de todo este desastre que valga la pena salvar.— Aún no pierdo la fé.

Annie miro por encima de su hombro en su dirección, los ojos verde esmeralda del hombre brillaron bajo la luz del edificio.

—Estoy a punto de hacerlo, ya no puedo evitarlo...— Tomo su comunicador del bolsillo, checando la frecuencia para poder hacer una llamada.— Llamaré a Levi, para que venga por nosotros.

—¿Eso es todo?

—Esto es todo Eren.

Rendirse no estaba entre su vocabulario, sabía que no podía tomarlo como dar la espalda porque ahora estaría viva, su vida la de sus compañeros valdría la pena una vez que la verdad se revele, para evitar que esto se repita de nuevo.

Mientras salían del edificio un pequeño cuerpo choco contra Eren que apenas tuvo tiempo de evitar alejado de su persona antes de que intentará moderlo más no fue de ese modo, el sonido de disparos vino unos segundos después al igual que pasos apresurados.

—Por favor, tienen que ayudarnos, mi esposa, ella se quedo para salvarme... Por favor.— Eren miro abajo y se quedó maravillado por los ojos azulados de la mujer, parpadeo por su dolor y miro en dirección a Annie.

—Quedate con ella, iré a ver.— Salió corriendo guiandóse por el sonido de los disparos.

Eren tomo su comunicador y llamo a Reiner, este contesto en el segundo tono.

—Tenemos a una sobreviviente, traigan el vehículo aquí y avísale a Berthold que prepare el equipo medico.

—¿Dónde está Annie?— El último nombrado pregunto, parece que el había contestado la radio de Reiner.—¿Eren?

—Fue a checar si hay más sobrevivientes, hagan lo que les pido.

—Si, de acuerdo.— Reiner está vez hablo, cortando la comunicación.

Los minutos pasaron sin vista de las otras dos chicas, Eren e Historia perdían la poca paciencia que tenían eso y que parece que los infectados no querían dejarlos en paz, era tan palpable el bullicio en los callejones y aún a pesar de que las horas pasaban volando aún se podía escuchar uno que otro grito en las calles de Racoon City como si la calma nunca llegaría, nunca podrían tocarla con la palma de su mano.

Sin embargo el denso silencio no era suficiente para hacer hablar a las personas que esperaban, en sus propios asuntos, en su mente en alguien más.

Se escuchó un vehículo a lo lejos y más ruedas chillaron bajo el resbalón del coche que casi se descontrola a atropellar a uno de los zombies que salía por el ruido, Eren suspiro densamente para darle una pequeña palmada a Historia que aún miraba en dirección de dónde vino hace media hora ¿Por qué mierda se tardaban tanto?

—¿Que está pasando?— Reiner alzo los brazos.— Tenemos que ir por Annie.

—¿Que? ¿Por qué?

—No lo sé, nos pidió que los recoguieramos, también estaba con una tal Ymir.

Historia suspiro en el fondo más aliviada.

—¿Donde está?

—En la comisaría de Racoon City.— Bertolt comento con una mueca.

Eren soltó un resoplido irónico.

—¿Recorrió media ciudad para salvar a una desconocida?

—No creo que fuera por ese ángulo.— Reiner comento en voz baja, ayudando a subir a Historia en el asiento trasero.— Conociendolá de sacrificó para evitar que les pasará algo a ustedes.

—Sera idiota.— Eren recargo su mano en la ventana para no salir disparado cuando Berthol aceleró el carro.— Ahora debemos pensar en un plan, creo que llegar o vamos a ser comida de zombie.

...

Ymir sostuvo la puerta blanca con fuerza mientras Annie se adentraba por el pequeño espació, ambas jadearon en busca de aire, los gruñidos en sus espaldas a la espera de obtener un poco de su carne, la militar se quitó el cabello de la cara dejándose caer en el pasto del panteón improvisado, la pecosa que la acompañaba la observó desde su posición aún con la guardia en alto.

—Para ser militar tienes muy mala condición física.— Ymir se sentó a su lado con los brazos en forma de jara.

—Para ser reportera eres bastante estúpida.— Annie se defendió con hastío.— ¿De que sirvió ir a tu maldito departamento, si no tenías nada importante?

—Eso es lo que crees...— Chasqueo la lengua dejando la duda al aire.— Aunque no fue inteligente de tu parte acompañarme.

Annie miro a otro lado rodando los ojos, luego miro el cielo, tan azul oscuro y estrellado que podía contar cada estrella que la saludaba desde la altura, su mano se alzo son darse cuenta y por sintió que podía tocar el cielo con solo ese gesto, sintió el mundo regresar a su orden natural en respiro, luego Ymir abrió la boca y el paraíso desapareció.

—De todas formas, gracias por ayudar a mi esposa.— Fueron sinceras sus palabras.— Te debo una grande.

—Haras lo que tengas que hacer, una vez que nos largemos de aquí.— Annie se puso de pie, limpiando el pasto de su uniforme.— Debemos ver si es seguro.

—¿Nos quedaremos?— La castaña cuestiono un poco sorprendida, la siguió de cerca con su pequeña arma que solo tenía cinco balas.

—Creo que por el momento es el lugar más obvio.— Annie miro atravéz de las tablas de madera puestas en una de las entradas, antes de acercarse a la puerta grande de color café.— Vendrán por nosotros y la comisaría tiene un helipuerto, nos verán de ese modo.

Ymir alzo la mirada en busca del lugar pero la oscuridad se lo impedía.

—Si tu los dices.

Annie señaló sus labios para que se quedara callada y abrió la puerta con una mano, en la otra traía su pistola tradicional sin seguro, las luces del interior se encontraban encendidas sin ninguna pista de alguien que estuviera presente.

Ymir junto las cejas analizando rápidamente los pasillos, todo parecía tan calmado como si solo fuera una inspección noturna, metió el arma en su mochila y camino con delicadeza por los pasillos de la comisaría, se acercó a la computadora de escritorio acomodada perfectamente alado de un baúl, Annie abrió el baúl con un mano para mirar el interior, nada lo suficientemente útil, solo una pequeña bolsa con hierba verde y roja, lo que suposo que era marihuana.

—Interesante.— Annie tomo la bolsa dejándola en uno de sus tangas bolsas, se puso alado de Ymir para ver lo que veía.— Mira esto...—Hizo Zoom en una habitación, más abajo se encontraban más pero parecian cerradas.— Son celdas y la mayoría nisiquiera están abiertas.

—Pero otras si.— Tomo el mouse para checar los demás lugares.— Observa aquí, parece ser una biblioteca y ¿Por qué hay una sala de Arte?— Movió de nuevo, esta vez para darle a una habitación que estaba por encima de las celdas.— Ese lugar está cerrado.

—¿Crees que signifique algo?— Ymir se cruzó de brazos sentándose en la mesa con cuidado.

Annie Chasqueo la lengua, lamiendo su labio inferior.

—Mas bien, algo quieren esconder.

—No tiene nada que ver con eso.— Alguien detrás de una sobrepuesta carpa de hospital las  interrumpió, ambas lo miraron fijamente.— Solo está cerrado para evitar que esa cosa entre.

—¿Usted quien es?— Annie no fue dulce con sus palabras.

—Me llamo Marvin.— El hombre afroamericana se puso de pie, con una mano en su estómago, Annie pudo notar la sangre salir de ello.— Soy oficial de aquí.

—¿Que le paso?— Ymir se cruzó de brazos analizandolo.

Marvin regaló una sonrisa triste.

—Un amigo me mordió.— Se dejó caer en la pequeña camilla.— Y ahora solo espero mi muerte.

—Mi esposa puede curarlo.— La castaña se acercó a su lado, viéndolo de cerca, Marvin era un hombre apuesto de cabello y ojos oscuros, su piel de un tono chocolatoso un poco más vivo que el de ella misma.— Solo espere y lo arreglará.

—Esta bien niña.— Marvin comenzó a toser, se cubrió la boca con la mano que no ocupaba y miro a otro lado.— ¿Dónde está su esposa ahora?

—Viene en camino.— La castaña miro a la rubia, está le asintio en respuesta.— Ella fue parte del experimento apuesto a que sabe cómo curarlo, solo tiene que resistir.

—Suena tan sencillo...— Sus ojos viajaron de los castaños de la pecosa a los azules de la rubia.— ¿Acaso alguien más se salvó de esto?

Annie trago saliva lentamente, el recuerdo de la mujer embarazada de los experimentos absurdos en la mansión, la viejita que intento matarlos, sus militares que murieron a manos de los infectados, ¿Que podía decirle? La muerte es tan impredecible pero parece que esta noche era más certera como el crecimiento de los dientes en tu mandíbula.

—Su silenció me responde todo.— El hombre de color puso una mano en su frente, checando la temperatura.— Me alegro de cierta forma no estar solo, morir ya es bastante malo cuando lo único que ves son recuerdo de tu vida pasando por esta habitación.— Soltó una risa que pareció más como gruñido.— Mañana una nueva compañera se integraría al grupo, pensé que vendría el lunes pero mi jefe quería ser un buen ciudadano y hacerle una fiesta de bienvenida, así que le marco y le dijo que viniera hasta el jueves. Y nos pusimos a preparar globos, un pequeño pastel, confeti y entre todos compramos una arma especial para ella con las iniciales de la academia, la misma que todos lo que estuvimos aquí, estudiamos. Era tan hermoso pero se volvió una pesadilla en un abrir y cerrar de ojos.

Marvin parecía tan perdido en su relato, las dos chicas solo lo escucharon una con un gesto triste, la otra con uno indescifrable.

—¿Cómo terminó aquí solo?— Annie se atrevió a preguntar, Marvin ya se había desmayado antes de terminar la pregunta, la rubia se llevó una mano a la cara.— Vaya bienvenida que la chica tendrá mañana.

—Suponiendo que puede atravesar la ciudad o que quiera hacerlo siquiera.— Ymir tapo con su chaqueta al hombre antes de ponerse de pie, se dejó caer el cabello de la coleta para acomodarlo de nuevo.— Iré a ver las habitaciones, gritaré si algo pasa.

Annie asintio concentrada en su comunicador, podía ver la camioneta avanzar en dónde ella estaba, suspiro aliviada y comenzó a marcar para llamar a su jefe, el pitido resonó por el lugar en silencio dando eco en las paredes, regresando con más fuerza en sus oidos.

—¿Hola?— La voz grave del hombre al otro lado la hizo saltar un poco.

—Señor Ackerman.— Annie contesto con voz plana.

—Sargento Leonhardt, pensé que ya estaba muerta.— La rubia se encogió de hombros.— ¿Hay sobrevivientes?

—Si señor, seis contando con dos civiles y los que quedan de mi escuadrón.

—Deme informes.— El sargento Ackerman sonó preocupado pero también serio.

Annie se dispuso a darle cualquier información que sea necesaria.

...

—Este lugar parece más una escuela que una comisaría.— Reiner comento una vez que cruzaron la reja blanca, mirando a todos lados con arma en mano.— Casi me recuerda a mi época de universitario.

Eren juntó las cejas moviéndose en otra dirección, las luces del lugar alumbraron su rostro.

—¿Fuiste a la Universidad?— Cuestión el castaño de ojos verdes.

Reiner lo miro de reojo.

—No seas estúpido, claro que fui... Soy orgullosamente un militar con diploma y si salgo de está, posgrado también.

—¿En qué se especialista?— Historia pregunto en voz baja, apenada, Reiner le regalo una sonrisa de lado.

—Soy...

Un ruido a su izquierdo los hizo saltar de su lugar, Berthold dirigió su cañón hacia el ruido, una pequeña rata salio disparada de las escaleras, el chico alto y flaco se acercó para alumbrar el camino que daba, notando que había una puerta llamo a sus compañeros que se acercaron las cuatro personas presentes notaron el cuarto y las escaleras que subían más adelante.

—Cara va Eren, Cruz va Berthold...— Reiner saco de su bolsillo una pequeña moneda de plata.

—Deja tus ridiculeces...— Eren rodó los ojos inflando el pecho, le regalo una sonrisa de lado a Historia que solo se quitó de su ángulo de visión con incomodidad.

Los pies del muchacho trotaron escaleras abajo, golpeó dos veces con los nudillos y espera antes de abrir una vez que confirmo que no había nadie, su seño se frunció a notar lo pequeño que era, dentro una máquina empolvada de escribir fue lo primero que se alumbró bajo la luz de su lámpara, lo segundo un poste extraño con el juego de Street Fighter con los personajes femeninos, una silla manchada de sangre que hizo a una lado para acercarse a los lockers.

—¿Encontraste algo?— Berthold llamo desde afuera, fue casi un Susurro que el pudo perfectamente escuchar.

—Aun busco...— Eren le medio grito.— El espacio es muy angosto a decir verdad.

—Me lo imagino, no parece muy grande por fuera.— Le pelinegra se recargo en la puerta, tan concentrado en ver atraves de la pequeña ventana.

—Puedo ver un uniforme azul de chica.— Eren enseño el uniforme con la palma de su mano, este se desdobló con pereza— Me lo llevaré.

Berthold se río un poco.

—¿Hay alguna razón de eso?— Cuestiono separándose de la puerta cuando está se abrió de golpe, chocó contra un pecho dándole un salto de muerte, miro su hombro para reprender a Reiner pero una cara desconocida y llena de sangre lo recibió en cambio, el no pudo evitar gritar cuando el cuerpo lo tomo de los brazos intentando morder su cuello Berthold apenas tuvo tiempo de golpear su cabeza contra el del zombie, a este se le desprendió un poco la piel del cuello logrando ver el cartílago.

Eren jadeo sorprendido y disparó su arma en el centro del craneo del infectado.

Y el infierno vino segundos después, en menos de unos segundos los dos chicos de veo rodeados desde una de las escaleras, Berthold tomo a Eren del brazo y lo apartó a tiempo para evitar que uno de ellos les cayera encima.

—Las armas hacen mucho ruido.— Reiner ya tenía apuntando con la metralladora en diferente rostros.— ¿Dónde quedó el sigilo?

—En tu culo.— Eren gruño y disparó justo en el pie de uno de ellos por los nervios.

—Tengo un plan pero no les gustará.— Historia comento quedándose detrás de Reiner, el fortachón la miro de reojo.— Desde aquí veo un helicóptero estrellado y unas escaleras de incendios debe de haber una puerta para salir...

—Una reja.— Berthold estuvo de acuerdo a ser más alto podía ver por las plantas del lugar, otro disparó salió de su arma dando justo en el ojo de uno de los infectados.— ¿Cuántas mierdas de estás hay?

Eren gruño golpeado con el puño cerrado el rostro de uno de ellos, los dientes del zombie salieron disparados.

—Reiner Carga a Historia y corramos.— Gruño con dificultad mientras esquivaba y los pateaba lejos de su cuerpo, la escena podría ser graciosa si no fuera por la situación.

Reiner los hizo sin rechistar, los tres chicos salieron corriendo como Titanes para destruir una muralla, los gruñidos y tenerlos tan cerca solo provocaron que sus nerviosismos aumentarán en sus venas.

Cruzaron la cantidad de zombies del pequeño corredor y Eren empujó la reja para dejarlos entrar, cerrando detrás de si justo a tiempo de ver cómo uno se golpeaba contra ella, Berthold le pasó un tablón que había en el suelo y el primero lo acomodo sin problemas.

Se dejó caer en el suelo mirando a las personas que antes eran humanas con sueños, vidas tan mundanas y uno que otro con ganas de morir, pero claramente no de ese modo, porque cuando uno piensa morir nunca espera ser devorado por su misma especie.

—Tenemos que salir de esta maldita ciudad.— Sentenció Eren con voz dura.— Oh moriremos igual que ellos.

—Busquemos a Annie.— Berthold lo tomo del brazo para ayudarlo a ponerse de pie.— ¿Todos están bien?— Se dirigió a los otros dos rubios que estaba en silencio.

—Solo...— Historia miro a otro lado, ojos azules nerviosos.— Me asusta todo esto, se siente como estar en una película de terror.

—El terror del cine sería una burla comparado con esto...— Reiner dejo en el suelo a Historia, está le regalo una pequeña sonrisa.— Puedo ver el paso del tiempo con las sombras del cielo eso da más miedo que nada. No sabremos si será la última vez que veamos algo tan lindo.

—Vamos.— Eren se aclaró la garganta y miro a dos posibles rutas para poder entrar.— Al final de todo esto, Annie me deberá una maldita cena de lujo.

El silencio vino después y con ella un desición silenciosa del lugar donde pasarían sus últimas horas.

...

Ymir se sentó alado del cuerpo sin vida del oficial Marvin, el reflejo de la luz de la computadora golpeando su piel oscura, la castaña por un momento pensó que realmente se podía salvar pero parece que el virus era demasiado despiadado para ser verdad.

Pero había otra cosa, aún con sus ojos oscuros detrás de esa capa de piel, Ymir podía sentir la fuerte mirada del hombre y es que no era para menos, el policía veterano le había comentado como podían salir de la ciudad, un tanto escéptica por las palabras del hombre, se puso de pie y se acercó a la enorme escultura cubierta con una manta que antes era de un color blanco puro, ahora parecía más bien un mantel de pintor con tinta roja en sangre, con la punta de sus dedos lo tomo jalandólo fuera de lo que sea que cubría.

Ymir jadeo en sorpresa a ver la enorme escultura de la justicia solo que sin la pequeña balanza que la caracterizaba, se acercó para detallar los tres círculos en el medio, vacíos en la espera de que algo se colocarán en ellos, se sintió como en una extraña película de juegos en donde los Puzzles eran lo único que te salvan, supongo que aquí es igual.

—Bonito adornó.— La castaña olvidó por completo que Annie estaba con ella, la chica era tan silenciosa.— No tienes pinta de que te guste el arte.

—Me gusta...— Ymir se cruzó de brazos.— Pero este no es el caso, Marvin me dijo algo sumamente interesante.

Annie se acercó para pasar su mano por los huecos vacíos, la castaña se río un poco dándose cuenta que eran más grande que su palma abierta, la rubia rodó los ojos.

—¿Me dirás?— Ahora no parecía tanto una militar, si no, un civil queriendo vivir.

Ymir hizo una mueca.

—Marvin dice que hay un pasadizo secreto debajo de esta figura, dice que podremos salir de la comisaría.

—¿Por qué lo haríamos? Este lugar es el más seguro hasta el momento...— Annie chasqueo la lengua.— Afuera es un infierno del cual no quiero regresar.

—Suenas a una cobarde.

—Cobardia hubiera sido dejarlas morir, dejarte morir.

—Te lo agradezco pero no será así a menos que mi esposa este a mi lado.

Annie arrugó la frente.

—Tu decidiste avanzar sin ella, si muere, si mi grupo muere será tú culpa, yo ya estoy cargando con perdidas en mis hombros. Estás no serán mi culpa.

—Dios, eres una hija de puta.

—Acostumbrate a eso.

Las dos se miraron con un deje de molestia, no eran directamente hacia ellas más bien su enojo es equivalente a la culpa que sienten por todas las decisiones que tomaron, aún en medio del caos se sentía como si nunca terminarán de meter la pata.

—Queria que estuviera a salvo...— Ymir se recargo en la escultura.— Pensé ciegamente que ustedes podían cuidarla.

—¿Por qué no quedarte entonces?

—El amor que le tengo a Historia es casi equivalente al amor que le tengo a la justicia, sabía que si iba por los archivos en nuestro departamento esto, todo lo que pasó aquí saldría a la luz. Historia no quiso ir conmigo y tome la decisión apresuradamente ahora intento no pensar en que quizás yo la lleve a su muerte.

Annie parecía empatizar un poco con la chica, solo lo sufiente para darle una palmada en el hombro, abrió la boca para comentar algo pero unos fuertes disparos sonaron a su derecha ella adivino que no estaban dentro del recinto pero si afuera por la diferencia notable entre el sonido de los fusiles.

¿Fusiles?

—Son ellos.— Comento alejándose siguiendo el ruido, entonces las puertas que estaba a su alrededor comenzaron a ser golpeadas con fuerza y los gruñidos se escucharon atraves de ellas. Annie miro a Ymir levemente.— No, que lo habías cubierto.

—Juro que no había ningún infectado cuando revise.— Ymir comentó poniéndose espaldas con ella.

—¿Y en el suelo?— Annie se estaba comenzando a poner nerviosa. Ymir solo se quedó callada.— Lo que faltaba, nos vinimos a meter a un panteón con un puto pase VIP.

—¿Como se despertaron?— El ruido de las puertas era cada vez más incesante.

—La lógica de R.E.— La militar ironizo levemente, dirigió el cañón de su arma a la pequeña puerta de color café que se abrió de un golpe, la respiración de ambas se atoraron en sus gargantas lentamente.

Annie fue la primera en notarlo, un hombre alto con un sombrero negro, frunció el seño confundida antes de tomar de la muñeca a Ymir y arrastrarla detrás de la pequeña recepción del lugar, entonces escucharon las pisadas más nitidamente una vez que los disparos se dejaron de escuchar y los infectados detuvieron sus golpes en las puertas cerradas.

Annie sostuvo la boca de Ymir con la palma de su mano para que no gritara cuando esa cosa paso justo enfrente de ellas, mirando las rejas que cerraban el otro lado de la comisaría, la militar hizo un gesto con su cabeza y se arrastró fuera de su escondite, Ymir siguiéndola en silencio, los paso parecían más pesados a medida que el extraño hombre caminaba por los alrededores en busca de alguna vida, algo que su chip le indicaba que hiciera.

Ambas chicas podían sentir la bilis en su estómago cuando el hombre con gabardina pasaba por dónde ellas estaban, nunca mirando hacia ella, como si se guiará por datos o algo más, un parpadeo de una de las puertas metálicas las distrajo del hombre el mismo que avanzó a paso rápido hacia el sonido, está se abrió completamente revelando una sombra saliendo con el arma en sus manos.

Se podía sentir el parpadeo de lo que ocurrió después, como una sombra cubriendo los ojos de la castaña y de la rubia, las respiración irregular el grito saliendo de los labios de la militar para evitar que avanzarán pero era demasiado tarde, el hombre ya tenía un objetivo el mismo que tomo entre su mano y observó deliberadamente, Berthold intento escaparse, Annie se movió de su lugar y disparó en la cabeza de aquella cosa, está se movió sin daño alguno.

Annie diviso a Reiner, Eren y Historia detrás del cuerpo enorme de aquella cosa, Reiner tenía un gesto preocupado y disparaba con molestia el cuerpo de eso, este no se movía, nisiquiera reaccionaba, Berthold ya estaba tan rojo que en cualquier momento podía morir.

Reiner hizo una de las cosas más estúpidas que se puede hacer, intentar ser un héroe, dejo su arma en su espalda y corrió para intentar derribar el cuerpo enorme de esa cosa, no funcionó su hombro se disloco por el impactó y jadeo con fuerza por el golpe que le propinó en el estomago, enojado por sus actos la gran mano de esa cosa se apretó con fuerza en la garganta de Berthold.

Eren no tuvo tiempo de detener el agarre cuando la cabeza de Berthold salió volando fuera de su cuerpo, cayendo en las manos de una completamente asustada Historia apretó con fuerza los labios para no gritar del terror.

Annie miro la sangre resbalando por el brazo extendido de esa cosa, la sangre de su amigo de años salpicando el suelo junto a su cuerpo, la militar se puso en defensa y disparó en el ojo de aquella cosa, un disparo certero que lo dejo confundido, la rubia sonrió y saco de su bolsillo una granada. Ymir que estaba a su lado noto las intenciones de atacarlo, evitando que hiciera una estupidez por esa.

—Los matarás.— Fue todo lo que dijo antes de quitarla la granada.—Tenemos que correr.— Le grito a los otros tres que estaba más cerca de la cosa que tocaba su rostro con molestia intentando quitarse la bala.— Ahora.

Y eso hicieron, salieron corriendo escaleras arriba, buscando la puerta por dónde Ymir fue a inspeccionar, la encontraron escondida detrás de muebles.

—¿Pusiste muebles?— Reiner Cuestiono dejando caer los muebles sobre esa cosa que ya comenzaba a avanzar hacia ellos.

—Pénse que era lo más seguro.— Se justifico abrazando a su esposa que temblaba junto a ella.

—¿De dónde mierda los sacaste?

—De la puerta que está a su izquierda.— Señaló la que estaba entreabierta y se movió por el aire de la habitación que albergaba.

Historia se cruzó de brazos.

—Amor a veces tu inteligencia me sorprende.

Ymir le sonrió con dulzura antes de notar que la estaba ofendiendo.

— Vamos, esa cosa está subiendo las escaleras.— Annie ordenó golpeando con su culata la puerta para abrirla por completo, el lugar era una pequeña habitación para descansar.— Eren, Reiner y Ymir intenten mantenerla cerrada, tú...— Señaló a Historia que la miro de regreso.— Me ayudarás a buscar la llave.

Los pasos se acercaron con más fuerza, cada vez más cerca, esa cosa estaba buscándolos atravesando una que otra puerta que estaba abierta, no tardaría en darse cuenta de está e intentar entrar.

Historia se acercó a los sillones para buscarla, Annie se movió entre el pequeño mostrador y la caja fuerte, reviso si estaba abierta pero el click le indico que está cerrada, se agachó para revisar las pequeñas estanterías y entre ellas encontró una llave de color azul, se la lanzo a Reiner que enseguida cerro con seguro y los tres dieron un paso atrás, Annie indico que mantuviéran silencio con uno de sus dedos y señaló la puerta detrás de ellos, miro por debajo de ella sin rastro de Luz que le indicará la presencia de algún infectado, prendió su lámpara y jalo la manija la puerta estaba abierta, suspiro levemente y con su hombro la empujó con delicadeza, señaló su cañón por el pequeño camino y la luz de su linterna alumbró el pasillo con ventanas.

Eren que estaba detrás de todos ellos, miro como la Manilla de la puerta giraba, solo un intento y esa cosa dejo de intentarlo, al joven informático le pareció bastante raro aquello.

—Annie.— Reiner tocó el hombro de su amiga, está de safo de su agarre mientras abría otra puerta y revisaba adentro.— ¿Estás bien?

—Si, perfectamente.— La rubia hizo un gesto con la mano para quitarle importancia, diviso un pequeña reja en el interior de la habitación y de acercó, Eren que fue el último en entrar cerró la puerta detrás de el, lentamente.— Hay armas aquí, me sorprende que no se las llevarán todas.

—Una hierba medicinal.— Historia señaló la hierba roja recargada en una de las mesas de empleados.— Puede servir para algo.

—La droga no sirve para nada.— Eren comento recargado en la puerta con delicadeza, sintiéndose más a salvó.

—No es una droga.— Se apresuro a decir la científica.— Sirve para evitar que se te infecte una herida, es bastante útiles cuando estás en misión de campo.

—¿En qué dijiste que trabajas?— Annie se acercó a ella con curiosidad.

Eren paso a su lado para ayudar a Reiner que intentaba miserablemente averiguar la contraseña de la computadora.

—Soy científica, Sargento.— Historia fue respetuosa con ella.

—¿Sabes que pasó aquí?— Annie la miro desde arriba, era la primera vez que conocía a alguien más enana que su pequeño cuerpo, se sentía bien.

Historia se puso nerviosa.

—Lo se, pero no lo sé.

—¿Lo sabes, si o no? Así de sencillo.— Annie se cruzó de brazos cohibida.

—Hablaremos después de eso.— Ymir se metió para proteger a su esposa, con una mueca.— Todos nosotros estábamos cansados, este día a Sido todo un fiasco.

Annie relajo más manos, ellos tenían razón.

—Sargentos descansen.— Le informo a Reiner y Eren, que dejaron a un lado sus armas para relajar los músculos.— Cuiden a los civiles, iré a revisar el lugar.

—Es peligro que vayas sola.— Reiner le informo preocupado.— Necesitas descansar, mañana te ayudaremos.

—Necesito una mierda.

De ese modo ella sola se encargó de buscar una segunda llave y de abrir las puertas que sean necesarias para usar, pero el cansancio estaba asiendo estragos en sus sistema porque cuando regreso de nuevo a la sala el cuerpo de Marvin ya no estaba y en la cámara de seguridad que daba al pasillo de la segunda salía encontró un cuerpo botado en el suelo, Annie se acercó para hacer zoom en la imagen, notando que los infectados golpeaban la reja para intentar atrapar a lo que sea que fuera eso, su dedo se acercó a la tecla para quitar la imágen pero cuando el cuerpo se callo boca arriba noto que el pecho de la persona subía levemente al compás del ritmo del tic tac del reloj.

Annie saco el cartucho de su arma poniendo una nueva, se quiero el casco que no la dejaba respirar y salió por la puerta principal.

De ese modo, sentenció su propio destino cuando salvo a la chica debajo de la lluvia y el frío del lugar, sentenció su unión cuando la sostuvo entre sus brazos y su rostro lleno de sangre golpeó su pecho, la respiración golpeando en su cuello dándole una sensación incomoda pues era una completa desconocida para ella. Así que con esfuerzo camino debajo de la lluvia y ingreso al lugar, a tiempo de ver a Marvin dirigirse a ella con fuerza, el hombre intento morderla pero ella se quitó de su camino y lo pateo en el estómago, Marvin se callo al suelo en un ruido sordo y todas sus emociones se esparcieron por su mente, así que aplastó su rostro, una y otra vez hasta que el peso de la chica entre sus brazos y el dolor en su pie le indico que lo había dislocado la hizo detenerse y bajo la luz del lugar camino con un pie lastimado a las celdas.

...

Una vez que Annie Leonhardt dejo a la chica en aquella celda que apestaba a un cuerpo en descomposición, se dirigió a las duchas, y solo entonces se miro en uno de los espejos rotos adornando el lugar, su uniforme estaba manchado de tanta sangre que perdió por completo el color verde que lo caracterizaba, se perdió por completo el color de sus manos en el momento de rasgar con fuerza su rostro para despegar cualquier rastro de sangre de el y miro lo miserable que se veía a si misma en su reflejo y lloro, dejo que las lágrimas derramarán por sus ojos azules, una por una resbalando por sus mejillas y acomodándose levemente en su barbilla, está era una parte de ella que nunca le gustó mostrar, la parte menos fuerte, la que solo causaba vergüenza.

Está parte que la hacía humana, ahora mismo la estaba destruyendo en mil pedazos y se disculpó con Berthold con cada uno de sus soldados mientas lloraba en silencio, mientras se dejaba caer alcanzando a tomar a veces una rama para evitar perderse, pero no era suficiente.

Nada de eso lo era Realmente.

(...)

Aclaración, las letras R.E, significan Resident Evil, me pareció gracioso jugar con esa lógica del videojuego, no se porque.

Gracias por leer.


























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