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Saudade (Epílogo.)

SORPRESA HIJOS DE SU MADRE.

Quién dijo que no podía combinarse Resident Evil con Mikannie estaba muy equivocado, o más bien creo que es la primera vez que se intenta y me alegro profundamente haber sido la primera en poner incampie a qué los demás escritores intentaran hacerlo.

Así que regrese con este Epílogo sobre Saudade donde de cierta forma también le daré incampie a contar Resident Evil 4 pero en otro One shot y con otra canción, si quieren si no, no me importa lo haré de todas formas.

Lo siento pero no hay zombies aquí, solo un poco de sequías y amor, amor que me encantó escribir.

Estoy temblando de la emoción joder.

Les dejo la rola de Saudade para que la escuchen.

Y disfruten de un poco de pastel de Mikannie.

Quiero dedicar este One Shot a;

Valesca0420 @MildredSantiago9 Capitan-Heichou

Gracias, en serio.

(...)

20 de mayo del 2000 (Dos años después de los acontecimientos de Raccoon City).

En una ocasión un gran padre le dijo a su hija en medio de las montañas que ella era la que controlaría su mundo o dejaría que los demás lo hicieran por ella, en la mente de la niña de apenas ocho años era casi imposible llegar a pensar que ahora a sus 20 años, todo lo que su padre le dijo tenía una lógica palpable, quería entender el dolor, proteger la perdida, quería salvar al mundo después de tocar con sus manos enguantadas la enfermedad que arrasó con Raccoon City.

Pero había una cosa que su padre nunca le dijo, o que su madre nunca le susurro en las noches cuando más tenía miedo.

¿Cómo continuar después de despertar de una pesadilla?

Siempre había un consuelo, un inflable en el océano más profundo, aunque con el tiempo se daría cuenta que uno mismo tiene que construir su propio dominio, su propio bote.

Ella lo sabía, ahora sabía viendo los nombres de sus padres en la lapida de color gris ante sus piernas, de forma chicle la lluvia golpeaba su cabello largo amarrado en una coleta y su uniforme ahora negro de investigadora se ajustaba a su cuerpo con las cicatrices de guerra apenas asomándose, sintió el tirón en el cuello de la mordida que nunca desapareció, que se volvió parte de lo que ella era ahora.

Una sobreviviente del pasado, la chica que consiguió la cura, que enamoro a la mujer más hermosa de la existencia pero que aún no logra acabar con el mal que ella prometió eliminar, que ella casi muere por eliminar.

Mikasa Ackerman, se ajusto la placa del uniforme y les sonrió a sus padres, con una sonrisa cansada pero feliz, feliz porque puede sentir después de tanto sufrimiento, triste porque sabe que Annie, Historia, Ymir, Eren,Reiner y Armin no serián suficiente para pelear.

Porque ellos empezaron con el cambio, pero el mundo decidió dejarlo pasar.

Su celular sonó en su bolsillo despejandola de sus pensamientos, ella ajusto sus audífonos en su oído antes de escuchar la suave voz de Annie al otro lado. Sus músculos se relajaron a escuchar la voz de su novia que tanto extrañaba.

Tenemos un Trabajo.— Se cruzó de brazos escuchando con atención, parecía más sería de lo normal.— Secuestraron a la hija del presidente y parece que los grandes mandos leyeron nuestro expediente.— Mikasa hizo una mueca, hincandosé para despedirse de sus padres, tomo sus cosas y camino fuera del panteón.— Iremos a España.

La azabache parpadeo.

—A la lejana España.— Comento quitando un poco de agua de su cabello, la lluvia ahora solo llenaba su rostro de una forma más suave, la intensidad de la tormenta bajando.—¿No consiguieron a alguien mejor que nosotras para el trabajo? Quiero decir, es la hija del presidente, un régimen debe de estarla buscando.

Es una muy buena pregunta, tanto como suposición...— Annie suspiró del otro lado con burla.— Aún sigues siendo una policía novata, que se orina en los pantalones"

—Soy investigadora.

No veo la diferencia.— La rubia se mofo de su novia.

—Te tomas muy literal lo de sin bullyng no hay amor.— La azabache sonrió a escuchar la risa de Annie, era tan dulce como el café que sabía que se tomaba todas las mañanas.— Pero te enojas cuando te llamo enana.

No me enojo.— Mikasa alzo una ceja aunque sabía que no la podía ver, diviso su auto color rojo zafiro y prácticamente aventó sus cosas al asiento del pasajero, antes de subirse y encender la calefacción.— Solo te grito palabras sarcásticas dónde realmente te digo que eres hermosa.

Mikasa soltó una carcajada, Annie suspiro por el ruido ronco y delicado a la vez.

—Si tu lo dices.— Miro atravéz de los vidrios para asegurarse de que podía salirse y dio un pequeño volantazo.— Voy de camino a casa ¿Aún sigues en servicio?

Annie chasqueo la lengua del otro lado.

No, bueno si, pero me mantuvieron cerca de la ciudad, estoy como a dos horas de mi departamento.— hubo una pequeña explosión del otro lado y se escuchó unos cuantos gritos de los soldados, pudo escuchar la voz de Eren llamando a Annie.— Tengo que irme, solo quería llamar para saber si estabas bien, te extraño.

—Vuelve pronto Ans, te amo.— Se escuchó un susurro raro del otro lado y como le regresaba el gesto antes de que colgará.

Así es la vida de una militar y una investigadora, a veces tan lejos, otras a dos horas de distancia pero siempre se sentía del mismo modo, pues sus vidas estaban en un hilo que en cualquier momento se podía romper, la preocupación está como el palpitar de sus corazones, concientes de que quizás una de las dos no vuelvan a verse nunca.

Sin embargo, amaban sus trabajos, amaban ayudar a la gente pero por encima de todo, se amaban entre ellas.

(...)

—Nunca fui muy romántica.— Mikasa se sonrojo violentamente cuando Annie abrió la puerta de su departamento, mañana ambas irían a España, el lugar en dónde todo puede suceder.— Pero, pensé que seria un buen momento para serlo.

—Pensé que nos veríamos hasta mañana...— Annie alzo su teléfono con una leve mueca.— Fue lo que me escribiste.

Mikasa sonrió un poco, sus manos sudaron en la sudadera que llevaba puesta.

—Quería sorprende un poco.—Annie la hizo pasar con un movimiento de cabeza lento, sus ojos se entre-cerraron.— ¿No puedo ser linda por una vez?

—Es que ya lo eres.— Annie beso su mejilla antes de cerrar la puerta.— ¿Quieres café?

—Con mucha azúcar si es posible.

—Nunca hay suficiente dulzura en mis venas.— Annie la apoyo y saco dos tazas de la estantería de abajo, colocando la cafetera, Mikasa la abrazo con suma delicadeza, sus brazos fuertes se almoldaron a la cintura de la menor.

—Juro que nunca en mi vida había extrañado tanto a alguien.— La azabache enterró su nariz en su cuello suspirando su aroma a chocolate.— Es igual cada vez que te vas ¿Sabes? Porque eres lo más importante para mí.

—Me estás asustando.— Annie se dió la vuelta para verla, poso su manos en su cuello en un abrazo dulce.— Suena a despedida.

Mikasa no dijo nada, en cambio la beso con tanta dulzura como un día de verano o un frío que cala tus huesos pero te hace disfrutar, la lleno de besos dulces, mientras cantaba una canción en su oído y le hacía el amor sin desnudarla, disfrutando de sus labios que se convidaba con el olor a café casi hecho de la cafetera y la sostuvo en sus manos para besar su cuello, saborear su piel un poco salada con aroma a vida, aroma a amor y placer, exploró sus sentidos, tocó la palma de sus manos y las unió a a las suyas en un agarre firme dónde le prometía que la sostendría por siempre, dónde todo era posible cuando estaban juntas, y tomo a Annie Leonhardt sin la necesidad de quitarle la ropa, porque su conexión estaba más haya del sexo, su amor eran las caricias que mutuamente se daban a su alma, el amor entre ellas era a veces físico y otras veces como está en dónde solo se necesitaba sus labios en un fuego vivo para sentirse en éxtasis.

Sus almas se unieron de una forma tan pura que no hay manera de que se separen.

—Woow.— Annie Susurro entre sus labios, ambas sonrieron enmedio de un beso corto.— Es la primera vez que me haces el amor de una forma tan civilizada.

Mikasa recargo su frente en su cuello.

I wanted to love you like my mother's mother's mother did...—Susurro la azabache abrazando a Annie con fuera.— Civilian.

El corazón de Annie palpito con tanta violencia en su pecho, no había duda en que sus destinos estaban unidos, no hay manera de que ella deje ir lo que tiene con Mikasa... Porque.

—Te amo, te amo más que las estrellas en la noche o el café que me tomo en las mañanas.— Los ojos de la azabache brillaron de un gris intenso, Annie soltó una respiración profunda antes de continuar.— Amo tus cicatrices...— Acarició su cuello en donde la mordida aún se podía ver, paso la palma de su mano por su estómago en donde la otra mordida se sentía.— Es lo que me recuerda, lo fuerte, valiente y buena que puedes llegar a ser, sin importar si tienes miedo o si morirás porque eres un héroe y amo eso de ti.

—Tambien lo eres, no lo olvides.— Mikasa beso su mejilla.— Me salvaste la vida en más de una ocasión, solo que tú pequeño cuerpo no lo admite.

Annie le sonrío, una sonrisa que iluminaria el pasillo más oscuro, alzó las manos, se estaba rindiendo ante ella, como lo hizo desde que la vio atravesar aquellas rejas blancas y caer al suelo desmayada.

—Ganaste está partida.— Mikasa dio un paso atrás cuando Annie la apartó con delicadeza.— Prefiero pasar esto al sofá, si no te molesta, hace mucho frío.

Mikasa sonrió de lado con ternura.

—Ve, yo te serviré.— Annie salto del mostrador, no sin antes darle un casto beso, Mikasa la vio alejarse a paso rápido y casi metiéndose debajo de la colcha que estaba en el sofá, eso fue demasiado dulce.

Reviso el refrigerador en busca de leche para su café, pudo divisar la pequeña caja de Coffe Mate en una esquina y la tomo tarareando, de fondo escucho como Annie prendía la televisión, se divirtió un poco cuando la intro de un juego de peleas sonó, tan friki su novia que le encantaba.

Sirvió ambas tazas con suma concentración y se dispuso a sentarse alado de su novia, Annie le puso pausa al videojuego para ayudarla a acomodarse, se dejó caer en su pecho con delicadeza tomando un sorbo de café que lleno su estómago frío.

—Gracias.— Annie le dio las gracias cuando Mikasa sostuvo su taza para que ella siguiera jugando. Mikasa solo la miraba divertirse con el juego, el brillo en sus ojos, su sonrisa relajada y no había ningún rastro se sangre en su cara o de pesar en su gesto, dolor o algo más.

Y ella se aseguraría que permaneciera de ese modo. Beso su cabeza antes de prestarle atención a la partida de su novia, apoyándola para que no perdiera.

(...)

—Adoro mi trabajo.— Ymir dejo caer unos papeles sobre la mesa de Mikasa, la azabache alzó una ceja en su dirección.— Me siento como un espía.

—Que pueden matar, si no tienes precauciones. Gracias por ayudar.— Annie tomo los papeles entre sus manos para leerlo, el vuelo a España saldría al medio día, los que le daba sufiente tiempo para poder saber más sobre la hija del presidente.—Su nombre es Ashley Graham...— Junto las cejas curiosa, había una foto en el archivo.— Que ciertamente no se parece nada a su papá.

Ymir se río un poco con eso.

—Si, es bastante guapa.— La mujer casada se encogió de hombros.— Pero no más que mi Historia.

—Seguro.— Mikasa le sonrió sosteniendo la foto que Annie había dejado en la mesa.— mgg ya la eh visto antes, creo que en la universidad o algo así.— Su novia la miro enseguida.— Creo que estudiaba comunicaciones, tenía 17 según los chismes de los reclutas.

—Si, algo asi. Tiene 20 ahora, y parece que la secuestraron en la universidad.— Annie rodó los ojos.— La verdad tiene mucho sentido que solo nos mandaran a nosotras.

—Para evitar escándalo.— Ymir concluyó, Annie le dio la razón.— El país entero entraría en rebeldía, pues si no puede cuidar a su propia hija, tampoco podrá proteger a toda una civilización.

Mikasa se recargó en la mesa.

—Bueno, supieron cubrir bien lo que pasó en Raccoon City. El gobierno no son más que mentiras. Y antes de que contestes ¿Por qué haces esto?— La azabache miro a su novia que escribía algo en su computadora portátil.— Quiero salvar vidas, eso es todo.

—No pienses en eso.— Ymir acarició su hombro.— Se hizo lo que se pudo hacer, tal vez ha estás alturas eso no se volverá a repetir.

—Deseo con todas mis fuerzas, que tengas razón.

—Aun así ¿Historia no creo una cura?— Annie se metió dejando a un lado la computadora, mirando de su novia a Ymir.— Fue lo que me dijo la última vez que hablé con ella.

—Lo hizo, solo tenemos que saber si funciona y realmente prefiero no arriesgar a todo un país para averiguarlo.— Ymir se puso de pie mirando su reloj.— Se hace tarde, tienen que irse. Las llevaré.

—Tan amable.— Annie cerró la computadora divertida, miro a Mikasa que observaba atraves de su ventana.— Amor...— La azabache apenas y la miro.— Se que aún te enoja lo que pasó, pero podemos ayudar de otro modo, ahora estamos preparadas por si algo así se vuelve a repetir. Somos más fuertes ¿Lo olvidaste?

—Solo...— Hizo una pequeña mueca.— Aún no puedo creer que mis marcas no fueran sufiente para creerlo, un ser humano normal no puede arrancarme la carne con tanta facilidad.— Miro a Annie con ojos tristes.— Siento que no vengamos esas muertes, que no les dimos un entierro digno.

Annie puso su mano en la de Mikasa.

—Todas las noches pienso lo mismo pero mientras más lo analizo, me doy cuenta que este mundo no está preparado para la verdad, ¿Que hubiera pasado si le decía a la familia de Carlos, que si hijo murió a manos de gente que comía gente?— Carlos era el nombre de uno de sus soldados.— Dirían que estoy loca, pensarían que deje morir a su hijo, a su hermano, su novio quizás, esposo uno de un montón de adjetivos. Y esas personas solo harían revuelo por nada. Lo que tenemos que hacer realmente es evitarlo. Luchar para que el mundo no sea destruido aunque solo seamos nosotros siete. Porque la historia aún no ha terminado, te juro que aún no hemos terminado.— Los ojos azules de Annie brillaron cuando dijo las últimas palabras.— Apenas estamos empezando.

"Oscuro, amanecer; No vale la pena el dolor. Se ha ido, se ha ido,No vale la pena el dolor; El dolor de recordar."

(..)

Nota.

"Quiero amarte como la madre, de la madre de mi madre lo hizo; Civilizadamente..."

Joder Mikasa me Susurra algo así, con su voz sexy y me desmayo, lo juro.

Iba a poner otra rola, pero quedó perfecto con el diálogo, así que.

Muchas gracias por leer a mi bebé, por leer lo que escribo y por acompañarme en este viaje atraves de Raccoon City.

Quizás podamos partir a España con Annie y Mikasa, si me da la gana. Quizás sea divertido ver cómo Ashley coquetea con alguna de las dos, no se.

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