Let Yourself Down.
N.a; Este One Shot iba a ser más largo, pero la canción junto a los recuerdos me golpearon con fuerza, ahora se que después de dos años por fin pude dejarla ir.
Este es un Shot dirigiendo a aquellos que aún no han dejado ir a aquella persona que fue su primera vez en todo, que les sonrió en la noche y los días más llenos de sol, dónde lo oscuro ya no tenía mucho sentido.
No creo que pueda leer esto de nuevo, así que a diferencia de mis demás One Shot que corregiré este se quedará así.
Tal vez el sentimiento no sea el más profundo pero algunas palabras escritas fueron dichas mil veces en mi mente, esto tiene más de mi corazon de lo que piensan.
Gracias por leer, y no tengo idea si lograre que lloren o que sientan lastima por mi.
Se que dije que lo publicaría hoy en la noche, pero tengo una pintura pequeña de Mikasa que tengo que terminar antes de que salga el último episodio.
(...)
"Llega a la verdad y las cosas que esperas; No juegues Y espero que cuando lo encuentres nunca mires atrás..."
Suspire entre sueños sintiendo mi cuerpo pesado, aún no entendía como eso regresaba a mi mente ahora, después de tanto tiempo, pero estaba tal cual una frama en medio de la oscuridad me guiaba hacía la verdad, solo tuve que abrir los ojos para darme cuenta que mi despertar no fue tan hermoso como esperaba con la cabeza apoyada cómodamente sobre el pecho de mi novio lo noté suspirar debajo de mi, las palpitaciones de su corazón acelerado me dieron un poco de paz pero duró tan poco en el momento que llamo mi nombre y susurro que me apartará.
Así lo hice, lo ví ponerse de pie y acomodarse la camisa, sus cabellos castaños bailando bajo el respramdecerte rayo de sol que se escabuyia por las ventanas, desde mi ángulo me recordaba lo guapo que llegaba a ser pero aún no podía dejar de sentirme tan vacía.
Me volví a acostar sobre la cama mirando el techo el recuerdo más presente cada vez que cerraba los ojos, a veces quería maldecir otras solo quería llorar, al final solo era un cuerpo en movimiento buscando la forma de salir de mi miseria, buscando la verdad atravéz de mis ojos envueltos aquellos que no quería desatar por el miedo, el miedo a lo inevitable.
Me puse una vieja sudadera negra que tenía en mi ropero que vagamente me recuerda a alguien, salí de mi habitación con los pies descansos el cansancio viéndose en mis ojos, note a mi novio preparando un Sándwich en la cocina con una sonrisa en su rostro algo plano, pase detrás de el y se me removió el estómago cuando golpeó su mano contra mi trasero, ignore el sentimiento de incomodidad preparando un poco de café.
Pero de nuevo los malditos recuerdos vinieron llegaron golpeando mi rostro en ráfagas de viento impredecibles, lo odiaba la veía en todos lados aunque no lo quisiera y me daba risa como su presenciar fantasmal llenaba mi alma más que la presencia física de mi novio, solté un largo suspiro antes de darle un sorbo a la taza caliente de café negro como me gustaba.
—Armin nos invitó a su casa de cabaña, este fin de semana.— Eren dijo desde el sofá, me acerque con la taza en las manos sentándose a su lado, acaricié un poco su cabello antes de acomodarme.— Iremos.
No pude evitar rodar los ojos por la demanda.
—¿Quien irá?— Cuestione apretando el control de las bocinas para ambientar el lugar.
Note las arrugas de la frente de Eren en concentración.
—No estoy muy seguro, Armin me informo que estarían Ymir, Historia, Sasha, Connie, Reiner, Bertholdt, Jean y Marco, si embargo no te sorprenda que alguien más se cole.
Es más probable que ella no vaya, nunca fue muy social que digamos.
—Me parece bien.— Acepte, el sabía que aunque su tono de voz fuera demandante, no sería fácil convencerme de hacer algo.
Toda la mañana la pasamos arreglando lo necesario para el pequeño viaje. la casa de cabaña de Armin estaba en las afueras de la ciudad con una vegetación exquisita y un arrollo que solo te dejaba con la vista en las nubes y los sueños volando por tu mente, adoraba ir ahí aún así desde lo que pasó no se ha tenido una convivencia muy buena que digamos, No es como su me importara mucho, pero Armin es especial para mí casi como un hermano... No podía solo dar media vuelta he irme por miedo a lo que dirán.
—De acuerdo.— Eren gruño una vez que terminó de cerrar la cajuela del coche.— ¿Manejas o manejo?— Alzo las llaves en alto con una sonrisa ladina, me rei un poco de su gesto.
—Nos turnaremos.— Fue lo único que dije antes de sentarme en el asiento del copiloto, el atardecer me maravillo la vista y sentí el impulso de salir corriendo por mi cuaderno de dibujos un pensamiento tardiro ya que Eren dió un volantazo pisando el acelerador dejándome ver el reflejo de mi casa por la venta del auto.
Me quedé dormida a medio viaje quejándome un poco en cuanto me tocó la pierna sin mi permiso.
A veces quería golpearlo.
"Pero lo sé, las cosas cambian tan a menudo; Es más fácil decepcionarse pero no lo sabes;No dejes que juegue..."
Gruñi fastidiada en cuanto estacione el coche y el hombre-Niño salto de la camioneta para ir a abrazar a Armin con un balón de americano en las manos, tenía que bajar el equipaje del coche y no era cosa sencilla ya que a causa de qué a Eren se le ocurrió traer un par de sillas para sentarse en el lago mis manos no me permitía más de cuatro cosas a la vez y lo sé, se que sencillamente pudiera regresar por ellas aunque el tic en mi vena del cuello salía cada vez que no había cierto orden en mi vida, odiaba la idea de hacer doble vuelta para conseguir algo, estúpido lo sé pero necesario a veces.
Con vago esfuerzo tome las cosas entre mis manos y no avance ni cinco pasos en cuanto se me cayeron al suelo, mire el cielo quiero matar a alguien. Sentí la presencia de una persona a mi lado y mi corazón se congelo a escuchar su voz calmada... No parecía burlarse de mí en el momento que me ayudó a recoger mis cosas.
—¿Te ayudo?— Ella pregunto con una pequeña sonrisa, sus ojos se reflejaban bajo el sol como dos esferas infinitas y llenas de vida.
Mi orgullo me dijo que soltará un "No" pero mi corazón está vez tomo la palabra.
—Tan amable como siempre.— Bueno aún se mantiene el orgullo, ella soltó una pequeña risa y sostuvo con más fuerza mis cosas, su cabello se removió por el viento y tuve el impulso de agitarlo sobre mi palma, aleje esos pensamientos con pesadez.— ¿Cómo te ha ido?— Después de lo que pasó, no la había visto así que de cierta forma quiero saber cómo ha estado todo este tiempo; Ella es importante para mí.
—Bien...— Ella pensó en su siguientes palabras, ambas ya habíamos dado nuestros pasos, escuchando el revuelo a nuestro alrededor.— Un poco presionada con la carrera tengo ganas de aventarme de un puente.— Note su rostro normalmente estoico con arruga de frustración y me dió ternura, normalmente era así su estatura me daba un revoltijo de ternura.
Solté una carcajada por su dramatismo.
—No te rías.— Ella jugo con el pelo en mi cabello con la mano libre que tenía.— Creeme cuando te digo que es pesado.
—Estamos en el mismo grado.— Le recalqué con una sonrisa, extrañaba eso de ella.— Pero estamos aquí para descansar no.
Ella soltó una sonrisa de lado y mis piernas se sintieron temblar justo como la primera vez que sus ojos se toparon con los míos tormentosos.
—Si, Armin fue brillante con esto.— Dejo caer la cosas en la habitación que compartereria con Eren, mire a mi alrededor confundía nisiquiera note que habíamos llegado, ella se movió para salir de la habitación soltando con comodidad.— Debo confesar que no esperaba que vinieras.— Se detuvo en la puerta para volterar a verme.— Pero me alegro volver a verte.
Quería decirle que de igual manera, las palabras no salieron de mis labios y ella se fue sin mirar atrás; ¿Así se siente la indiferencia de alguien que quisiste mucho? ¿Es esa la forma en la cual te rencuentras con alguien que amaste tanto? ¿Al final, todo lo vivido se esfuma tal cual magia? No quería aceptar ese hecho, sabía que en el fondo me negaba a volver a ver a Mikasa por el miedo que tenía a darme cuenta que me había superado.
La cuchilla que atravezo mi corazón me hizo sentarme en la cama con lágrimas contenidas, todo por mi maldita culpa. ¿Así se siente un corazón roto? ¿Por qué parece que la consecuencia viene después de que uno se quitó la venda? Tal vez no puedo lídear con esto o solo no quiero hacerlo... La risas del primer piso me hacían sentir más sola.
Me adentre al baño necesitaba llenar mi cuerpo de pequeñas lágrimas para no derramar las mías. se sintió como llorar bajo la lluvia una vez que mi cuerpo se dejó llevar por el movimiento de las gotas del agua, lentamente me fui llenando de su calor, de la forma en la cual abrazaba mi dolor y la decepción que pasó por mi cuerpo al darme cuenta de lo que había hecho.
"Es Más fácil aferrarse a las cosas que te atan al suelo, dejalo ir, déjalo ir... Y ahora está llorando lobo; Diciendo que te quiere de vuelta, No cuentes a la chica, no eres una tonta. No es para ti..."
Alce la mirada confundida, jamás había visto a esa chica, un poco más alta que yo de cabello pelirrojo con una piel fina blanca como la nieve, hablaba cómodamente con Eren mientras que Ymir, Sasha, Mikasa y yo preparabamos la comida.
—¿Quien es?— Cuestione curiosa a Mikasa, que se encontraba a mi lado, parecía algo distraída.
—¿Quien?— Ella miro en dirección a donde disimuladamente señalaba.—Oh, es una amiga de la facultad, la invite ya que no tenía nada que hacer.— Se encogió de hombros dándome una pequeña sonrisa.—Guapa ¿No?
Entrecerró los ojos, ¿Que carajos planeaba?
—Supongo.— Me hice la desentendida, aún no me agradaba la forma en la cual Eren hablaba con ella pero era aún más pedante la sonrisa que Mikasa me daba, quería borrarle esa estúpida sonrisa del rostro. Me enfoque en la comida ignorando la sonrisa triste que ella me dió unos segundos después.
No estaba entendiendo nada.
—Mira esto.— Sasha me mostró una mezcla extraña en un platón.— Prueba— Me hizo lame la cuchara con euforia que casi me ahogó por la intensidad, me rei un poco disgustando el amargo y dulce sabor de la salsa.— Delicioso ¿A qué no?
—Dejame probar.— Mikasa roso su hombro con el mío al acercarse, la sentí tensarse un poco relajándose al instante, se lamió los labios una vez que Sasha le dió de esa mágica Salsa, me quedé viendo esa parte de su cuerpo más tiempo del que quisiera aceptar.— Esto realmente sabe muy bien.
—Lo sabía, seré la mejor cocinera que pueda existir.— Alzo las manos y desapareció de nuestras vistas.
—Encontre un paquete de Uno.— Historia Golpeó con delicadeza el abdomen de Mikasa, la mayor le regaló una pequeña sonrisa.— ¿Juegas con nosotras Ans?— ¿Ans? ¿Hace cuánto que no escucha ese apodo?
—Realmente no se jugar.— Mis mejillas se pusieron de color camersí escuchando la risa histérica de Ymir.
—Oh te gustará, rubia.— Ella paso un brazo sobre sus hombros, su olor era un poco extraño pero no malo, como a madera mojada lo que me refrescaba un poco.
—Te explicaré con el transcurso del juego.— Mikasa me regaló una de sus sonrisas marca registrada y no pude evitar temblar por su gesto, ella seguía teniendo la sonrisa más hermosa de la vida.
¿Dónde quedaron mis palabras? ¿Acaso se evaporaron en el aire? Ahora mismo un cigarrillo me caeria de maravilla.
—Entonces vamos.— Historia me arrastró con su pequeña mano hasta una mesa de madera que había en el centro, algunos platos ya estaban acomodados meticulosamente para la comida.
El orden estaba de esta forma, Claramente la parejita en el centro dando las cartas, yo me senté alado de Historia, Mikasa a unos centímetros de mi, Armin a la derecha de la azabache y así sucesivamente todos hasta que un perfecto círculo se creo a nuestro alrededor, note que Sasha no estaba por ningún lado, no tuve que decir mucho antes de que Connie me aclarada que terminaba de cocinar la carne que había cazado antes de llegar aquí.
Mikasa me explico meticulosamente y con paciencia en que consistía el juego, resulta que era lago sencillo, cada jugador tiene siete cartas de color, de cuatro colores específicos, los comodines eran de otro color y están la que valían por dos colores, ella me explico que no el primero en quedarse sin cartas el que gana. Me sentí un poco estúpida en pesar que se parecía al poker pero este era menos complejo, aqui si aprendías a hacer traiciones sin darte cuenta lo que resultó divertido a los ojos de los demás en una ocasión que sin querer voltee mi turno para que Mikasa no tirará una carta, ya que quería hacerle eso a Ymir que había cambiado de lugar con Historia, la cara de Mikasa fue una de las cosas más épicas y no pude evitar reír.
Pero la calma no siempre dura para siempre.
Nadie esperaba ese comentario por parte de mi novio, nisiquiera yo que llevaba un poco más de tiempo conociendolo.
—Ya se te hizo costumbre engañar a mi hermana.— El intento reírse de su propio chiste, Armin se lo festejo divertido, los demás miraron para otro lado incómodos, note la forma en como la azabache apretaba la mandíbula con enojo contenido.— Venga, quiten esas caras, no es la gran cosa Mika ya lo superó ¿No es así?
Está vez la que apretó la mandíbula fui yo. Realmente no es algo que yo quisiera saber.
Mikasa no contesto en cambio se puso de pie alejandose indiferente. Eren suspiró tomando un poco de su bebida y como si nada continúo con el juego, intenté con todas mis ganas no alegrarme por la falta de respuesta de su parte, pero no quita que sintiera un nudo en el estómago antes los acontecimientos paseando por mis ojos lentamente, la película en blanco y negro me hizo sentir mareada.
Mikasa y yo en la playa jugando, corriendo alcanzado la mano del otro en medio del mar infinito que teníamos a un costado, las sombras de sus luces golpeando nuestros cuerpos, eran blancas y grises pero aún así se notaba el calor que de ellas desprendían, los corazones palpitantes por los besos en medio de una ola rompiéndose en la arena.
Otra en dónde estaba recostada en el bosque mirando el cielo, el cielo que sin aquellas luces se veía como una tinieblas negras llenas de compasión, Mikasa diciéndome a un lado que la forma en como vemos el mundo, es como nos sentimos realmente, sus palabras ahora mismo tienen sentido. Las manchas grises y blancas se aferraron a mis ojos con benevolencia, su mano tomando la mía dándome un abrazo reconfortante susurrando una y otra ves que me amaba y el bosque a nuestro alrededor fue testigo de eso.
Y regreso a la realidad en el momento que cerré los ojos para no llorar, el mundo volviéndose de colores de nuevo una vez que los abrí, pero ¿Saben que era lo más curioso? Que a pesar de todo ese color, yo seguía viendo su brillo como algo que me lastimaba, como si los colores no fueran más que paisajes para evitar que uno se mate, lo ví con mis propios ojos, lo ví en las calles oscuras de mi ciudad, las cartas suicidas de todas esa personas, ella siempre decía los mismo; "Los colores no son más que un producto de nuestra mente para opacar las sombras que nos rodean, pero estamos equivocados, en la luz también hay sombras, en la oscuridad también hay luz... Pero en los colores no hay más que sufrimiento disfrazado.
Y nunca pensé que este paisaje me parecía de lo más deprimente.
Me puse de pie tomando del brazo de Eren, el me reclamo por lo bajó pero no podía importarme menos, ¿Cómo no lo ví? Todo este tiempo estaba rodeada de sus colores que no note que eran una maldita fachada, que el realmente no tiene nada de Luz, que no tiene una maldita pisca de sombras de las cuales tiene que lídear porque las confundió con luces en su oscuridad.
—Eres una maldito idiota.— Le grite molesta conmigo con el tiempo que perdí pensando que él era la persona correcta.— Es tu hermana pedaso de mierdas, ¿Se pude saber por qué le dijiste eso?
El se hecho a reír en mi cara.— ¿Ahora tienes la desencia de reclamarme algo? Te recuerdo que me escogiste por encima de ella, te recuerdo que fuiste tú la que se metió entre mis sábanas en primer lugar. No puedes venir y fingir que te interesa lo que piensa Mikasa una vez que cogiste conmigo y me entregaste lo que a ella nunca pudiste darle...—Aprete los puños con ganas de golperlo.— Todo este tiempo con ella, no hizo más que confirmar que estabas interesada en los penes y no en las vaginas, no intentes arreglar las cosas que no tienen arreglo.
"Es más fácil decepcionarse pero no lo sabes, Es fácil aferrarse a las cosas que te atan al suelo, déjalo ir; Es más fácil defraudarte a ti mismo,No dejes que juegue..."
—Enredarme contigo fue una de las cosas más estudias que pude haber hecho.— Gruñi golpeando su rostro con fuerza. Escuché los jadeos de sorpresa de los demas.— ¿Ya sabes una cosa? El tiempo que pase contigo solo me hizo darme cuenta que Mikasa valía mil veces más de lo que tú lo haces.
El escupió un poco de la sangre que le quedó en los labios y me miro antojado, yo solo atiné a sonreir pará alejarme del lugar, tenía que buscar a Mikasa, sabía que era un maldito descaro de mi parte acercarme a ella como si necesitara a alguien más para ser feliz, independientemente de las cosas que hablamos cuando termine con ella, aún no podía irme sin antes haberle dicho que la amaba con toda mi alma, que mis dudas me jugaron una mala pasada, que sentí mi corazón romperse junto al de ella una vez que salieron esas palabras de mis labios, que esperaba que ella tomara mis brazo y me detuvieron que no diera vuelta a la página que me evitara cometer un error.
Quería ser egoísta y dejar que ella luchara por ambas, ahora en medio del silencio del bosque en dónde estoy caminando en su búsqueda no puedo evitar pensar en que ¿Hubiera pasado si en vez de irme con su hermano, me hubiera quedado con ella?
Tenía que encontrarla para mí último grito desesperado, tenía que saber dónde fue la mujer que beso, rompió y cuido mi corazón lleno de cicatrices.
No podía irme de aquella cabaña sin antes decirle todo lo que nunca le dije, todo lo que me arrepiento del fondo de mi corazón, quería gritarle al viento, al cielo, a las nubes que me dieran otro momento con ella, porque era la única que movía mi mundo, que hacia que los colores no se veían tan deprimente y que los colores opacos con ella eran las palabras que no necesitaba decir. Quería que supiera que el la poesía de Neruda no era nada comparado con ella, ni las descripciones precisas de Carmen Laforet eran tan sublimes como cuando ella me besaba y recorría cada fragmento de mi ser con su amor, con el amor que perdí y que egoístamente quiero de regreso.
El olor a cigarrillo me saco de mis pensamientos, encontré lo que más necesitaba en estos momentos, ella no me noto pero mi torpeza me jugó una mala jugada rompiendo una pequeña rama bajo mis pies, ella pegó un salto sin embargo en cuanto me vio se puso de pie del tronco en dónde estás sentada paga irse, la detuve del brazo con algo de fuerza.
—Por favor no hagas esto.— tragué saliva ante sus palabras.— No vengas a disculparte porque yo ya lo hice, lo juro.
No quería su perdón, la quería de regreso.
—Sabes a lo que vine.— Sus ojos me analizaron lentamente.— Escucharme Mika, se que fue difícil para ambas pasar por todo eso, no debí dar media vuelta cuando estabamos en malos términos... Pensé erróneamente que alejándome de ti, te sentirías mejor porque casi siempre te sentía distante conmigo, no justifico que te engañara eso fue algo que no planee...
—¿Así que planeabas romperme el corazón?— Su capa de tranquilidad desapareció por completo.— No se pude ser tan cinica.
—Solo quería darte algo mejor.— Me derrumbe lentamente.— Quería que conocieras a alguien mejor que yo, sabía que la única forma en la cual me dejaría serías si me verás feliz con alguien más fue contemporáneo que pasará con tu hermano pero te lo juro Mika...—Tome sus manos entre las mías.— Cada segundo desde que tome esa decisión fue la más dolorosa para.
—¿Y no se te ocurrió preguntar por qué estaba tan distante?— Se alejo con brusquedad.— Pensaba que ya no estabas enamorada de mi, lo veía en tus ojos ya no brillaban como antes, pero no quería dejarte ir, nunca quise hacerlo... Porque yo si te amaba con locura.— Hizo una pausa y suspiro entre dientes.— y a pesar de todo lo que pasó no puedo arrancarte de mi corazon. Así que pensé que si me alejaba poco a poco no sentiría el dolor una vez que rompiéras conmigo, ya ves... Fue una gran estupidez de mi parte y tú terminaste de romperme al salir con mi hermano a besar los labios de alguien más como si lo nuestro no hubiera existido nunca, y lo único que me hiciste pensar fue que era un chiste para ti un experimento que decidiste tomar notando que los resultados no te gustarían, al final solo decechaste eso y con ello mis sentimientos... No permitiré desechar más lágrimas en ti.
Y sus palabras golpearon tal cual dagas en mi corazón, ella tenía razón, toda la maldita razón desde su perspectiva todo se veía más claro. Suspire retirando mi mano de la suya lentamente.
—Dejame ir.— Susurro al pasar por mi lado aguantando las lágrimas, déjame ir, déjame ir, dejame ir, su voz resonaba por cada parte de mi cuerpo.
—Espera.— La tome del brazo para que me mirada, y junte sus labios con los míos en un beso de despedida la llama en mi interior reconstruyéndose lentamente como si ella fuera el fósforo que siempre supo cómo prender esa parte congelada, el beso duro lo suficientemente para que supiera que la amaría aunque no estuviéramos juntas.— Eres la canción desesperada de Neruda.
Me aleje viéndola llorar, mis lágrimas borrando la vista de su rostro... Déjame ir, déjala ir. Y en medio del bosque observé como Mikasa Ackerman se alejaba de mí, de los recuerdos, terminando con nuestra historia.
Así deje ir a la chica que amaba profundamente.
"Es más fácil decepcionarse, es más fácil aferrarse a las cosas que te atan al suelo
Déjala ir."
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