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Existencia.

N.a; Holaaaaa, ¿Como están? Espero que bien, porque yo estoy de la chingada, escribi esto pensando en una idea y luego se fue a otra y bueno, este fue el resultado final. Todo lo que escribí alguna vez paso por mente y todavía hay más cosas que no puedo recordar.

Como siempre repito no corregí nada, me disculpo por las faltas ortograficas, y gracias por leer este One Shot.

(...)

Me deje caer sobre mi estómago como peso muerto, a mi alrededor los demás aun continuaban corriendo tal cual lechugas frescas, suspiré escondiendo mi rostro entre mis brazos cruzados, odiaba educación física, en general odiaba cualquier cosa que tenga que ver con "Hacerme pasar por una persona decente y social" como si aquella mierda sirviera para la realidad de la vida.

Nada de esto importaba una vez que estaba detrás de un gabinete con un gesto vacío y sirviéndote café para no quedarte dormido, nada de esto servía una vez que la vida deja de detenerse para que la veas pasar a través de los ojos de alguien más.

¿A dónde vamos? ¿De dónde vinimos? ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué nosotros somos distintos, parecidos? ¿Por qué respiro cuando no quiero hacer? ¿Acaso todas mis vidas son tan aburridas? Siento que nadie más se pregunta de su propia existencia, solo la viven automáticamente, maldita sea esto era como estar encerrado en la mente de alguien, ¿Fui creada para divertir a alguien más? ¿Por qué se cosas que se supone que no debo saber? Aquella persona de alado se mueve con maestría y optimismo moviendo sus pompones sobre su cabeza, sonriendo tal cual mil soles y aún así parece solo una imagen de algo que no es real, una persona de papel escrita para ser representación de algo, quien sea que nos creo, no quiere que salgamos más haya de nuestra propia idea de lo que somos capaces de hacer, tener más inteligencia, tener más dones; Nos hace una amenaza.

Pero ¿Cómo sabía que aquella chica de cabellos rubios estaba tristes cuando la tristeza es diferente en cada uno? O tal vez porque es la misma cosa pero es disfrazada por diferentes expresiones, porque el mundo en donde vivimos no es más tiempo y espacio, humo, cenizas, fuego y Aire, nosotros somos una micro parte de todo ello, tal vez no somos nada, nunca fuimos algo.

Debería de dejar de pensar en todo eso, no creó que tenga las respuestas a esos dilemas, nunca tengo la respuesta a nada. Ciertamente odio está parte de mi vida, aquella que no tiene sentido o explicación que a decir verdad era toda.

—Señorita Ackerman, por favor póngase de pie.— Mire a mi profesora desde el suelo con una mueca.— Vamos, no tenemos todo el día.

Suspiré poniéndome de pie, a esto me refería, hacer ejercicio estaba bien, te mantiene en forma lo que a mí me fastidiaba es que una vez que me puse de pie la risa de mis compañeros resonó atravéz de mis oídos, como si esto fuera un chiste gracioso, porque la gente es tan estúpida que me estresan de sobremanera. Todos pueden irse a la mierda una vez que terminen de reírse.

—De acuerdo.— La mujer volvió a hablar.— Para este ejercicio, necesito que se junten en parejas.—Como no, no pude evitar rodar los ojos.— Se pasarán el balón entre si, no tienen que dejar que se les caiga de las manos ni una vez.

El balón de americano, pude ver el rostro sonriente de mis compañeros de salón, algunas mujeres hicieron los mismo, aquellas que eran unidas y detergentes, no, pues no eran únicas, al final todo los te hacemos suele ser muy común ante los ojos adecuados, aquellos ojos que no están cargados de estereotipos.

Por supuesto que me tocó sola, tuve que conseguirme un balón de basquetbol y botarlo contra la reja color gris justo enfrente de mi. Y aquí están yo, siendo apartada por unos idiotas, solo porque no podía entender sus ideologías, aceptar sería la respuesta correcta.

...

Cerré la puerta de mi casillero, las demás chicas a mi alrededor semidesnudas no dejaban de parlotear, podía sentir sus olores como imán de basura, algunas llevaban perfume de más, otras nisiquiera se molestaban en disfrazar su olor a sudor con desodorante, sí,  supongo que yo huelo del mismo modo, el baño de agua con poco jabón me dejaba pocas posibilidades de que mi olor fuera pasable, pero adoro quejarme.

Escuché algunas conversaciones detrás de mi mientras me acomodaba la camiseta, la voz de Hitch resonó por todo el baño de mujeres, el tema del que siempre hablaba con sus amigas; Eren Jeager, el chico guapetón de quinto grado, un idiota a mi parecer, pero atractivo a la visita de las chicas.

—¿Por qué no lo invitas a salir?— Una voz dulce sonó a mi izquierda, Historia le comento a Hitch.— Se ve que te interesa.

Hitch resopro, diciendo algo en voz bajar que no escuché.

—No pierdes nada.— Historia la alentó con euforia.— De igual manera ya si no acepta es un idiota.

— Claro, ambas sabemos que tú eres su tipo de chica.— Hitch refunfuño y decidí que era momento de irme.

Siempre parecía que sus conversaciones cada vez eran más vacías. Me acomode el bolso sobre el hombro y amarre mi cabello en una coleta alta dejando caer mis manos dentro de los bolsillos de mis pantalones, lista para irme pase detrás de Historia su pequeño cuerpo choco contra el mío al momento que se hizo para atrás.

—Lo siendo Mikasa.— Ella me sonrió, sus ojos azules brillaron baja sus pestañas de color negro.

—No te preocupes.— Conteste sin mucho interesas elejandome de ella, la escuche despedirse de Hitch antes de alcanzarme.

— Nunca eres amable conmigo.— Ella se quejo con un pequeño puchero.— Soy tu mejor amiga, deberías tratarme con cariño.

Hice una media sonrisa, pasando mi brazo sobre sus hombros.

—Lo siento, Ya sabes cómo soy.— Ella acarició mi estómago con la palma de su mano.— De igual manera parecías muy cómoda hablando con ella.— Historia era aquella persona de papel, y me daba tristeza que no lo supiera, por lo menos yo estaba consciente de eso.— Nos veremos en la siguente clase ¿De acuerdo?

Ella me miro desde abajo con un pequeño ceño fruncido.

—¿No me llevaras a clase?— Hizo puchero, le acaricie el cachete con mi mano libre.

—Tengo unos libros que recoger, y si no llegaré tarde.— Le sonríe.— Y tu también llegarás tarde.

Ella beso mi cachete en despedía antes de alejarse a dirección contraria, acomode de nuevo mis manos dentro de los bolsillos dejando que mis pies actuarán de la forma que saben hacer.

(...)

But who's laughing now
That I'm leaving your town again
well I'm over the ground that you've been spinning...— Cante en voz baja mientras hacia sonar mi guitarra las cuerdas sonaron al ritmo de mi voz, el mundo llenando parte de mi alma, este momento podía sentirlo, real, está canción podía sentirla real.— And I'm up in the air so baby hell yeah
Well I can see your house from me
An if the plane goes down, damn
I'll remember where the love was found
If the plane goes down, damn.

Continúe tocando hasta que las luz en el cielo se extinguió sobre mi cabeza, podía ver algunas personas caminando en la acera viviendo sus vidas macabras y efímeras juntos igual que la mía, saque una cajetilla de cigarros de mi chaqueta, el fósforo prendió un poco la oscura habitación, de reojo note que mi celular estaba encendió en una llamada entrante, lo cogí entre mis manos dejando que el humo se evaporada entre mis labios.

—Hey.— Contesté sin mucho intereses, la voz eufórica de Ymir atravezo mis oídos, me rei un poco, dándole otra calada al cigarrillo.— ¿Que pasa?

—¿Puedes venir por nosotros? Historia No está en sus cinco sentidos.

Gruñi con molestia.— Te dije que no quería que bebiera mucho...

—Lo se.— Ymir suspiró.— Pero desde lo que pasó con su padre, ahora quiere actuar como una niña mayor.

Hice una mueca de tristeza.

—Ninguna de nosotras somos lo suficiente mayores.— Deje la guitarra en la funda,antes de tomar la llaves de mi madre.— Ni creas que entraré a ese bar, sabes que odio esos lugares, las espero afuera en diez.

—Te amamos.— Ambas gritaron al mismo tiempo, lo que me causa un poco de risa.

—Como sea.

El viaje fue bastante corto, a esta hora de la madrugada las calles estaba vacías, las luces en las avenidas y en los locales abiertos eran lo único que iluminaba los alrededores, le mundo se veía como un universo de noche, las estrellas eran las luces, nosotros los meteoritos que flotabamos en medio de ellas, de pronto la lágrimas flotaron por mis ojos, lo hermoso de este mundo no tenía explicación y sin Embargo era lo que más amaba de aún estar con vida.

Cuando llegue, divisé a Ymir junto a dos rubias alado de ella, una parecía más cuerda que la otra, hice sonar el claxon esperando a que me reconocieran, Eventualmente con lo borracha que Historia estaba apenas de supo pronunciar mi nombre. Me siento como una retorcida versión de la mamá de los pollitos.

Las pecas de Ymir me saludaron en el momento que asomo la cabeza en mi ventana.

—¿Te importa si llevamos a alguien más? — Alce una ceja en su dirección.— Ella nisiquiera está ebria, solo no quiere estar cerca de su novio.

—No tienes que decirle eso.— Una voz, tenue sonó a sus espaldas, Ymir de quitó un poco para que la viera.— Si no quieres está bien.

La chica llevaba un hermoso vestido azul que combinaban con sus ojos azules llenos de molestia,

—Suban, antes de que algo malo pase.

—Por favor Annie, no es lo que parece.— Un chico de ojos verdes salió de entre la multitud, mire al frente intentando no golpear mi frente contra el volante.— Te juro que el fue el que me besó.

La escuché gruñir y después una cachetada que hizo eco por el espacio tiempo.

—Vete a la mierda Eren, No me importa si eres Gay, no debiste de haber jugado conmigo de ese modo.

Y ellos comenzaron a discutir a gritos cada vez los dos sonaban más molestos, simplemente no podía soportarlo, esto me estaba comenzando a dar migraña. Note que Ymir babeaba en el hombro de Historia en los asientos de atrás, así que tenía que tomar una decisión, dios odio toda esta mierda.

—Ya basta.— Me puse enfrente de la chica rubia.— No me importa quienes sean, y si se quieren matar hágalo, pero en otro momento porque ahora tengo que llevarla a su casa.

—No te metas maldita zorra.— Me grito en la cara, me cruce de brazos sin mucho interés.— Soy su novio, yo tengo que llevarla a casa.

Alce el rostro con poca paciencia que fastidio.

—Por favor solo sube al coche.— Le di la espalda al niño bonito para hablar con ¿Annie? Si creo que ese era su nombre.— Te ves cansada.

La chica asintio antes de alejarse.

—¿A dónde vas? Vuelve aquí maldita sea, te estoy hablando, Annie.— El comenzó a gritar furico, lo sostuve de la cintura para que no avanzará.— Suéltame Puta.

Suspire antes de soltarle un golpe en la cara, nunca había Golpeado a nadie en mi vida, sacudí mi mano por el dolor viendo como caía al suelo, ¿Que mierda? El maldito tenía un rostro duro, su sangre se quedó en mis nudillos lo que me causa náuseas.

—Me las pagarás Maldita Zorra.— Gruño alejandose con la mano en la nariz.

Y como si fuera poco, ahora el chico más malditamente castrante de la escuela me hará la vida más tétrica de lo que ya es. Genial, tomemos un vaso de leche para celebrar.

—Gracias por eso.— La niña rubia dijo a mi lado una vez que entre al auto, su cabello antes amarrado ahora se movía en ondas por la falta de coleta, no sé pero esa imagen se me hizo hermosa, sus ojos azul zafiro brillaron bajo la luz de la luna.— Soy Annie, Annie Leonhardt, un gusto.

Encendí el coche, acomodando los vidrios, dando un volantazo antes de contestar.

—Mikasa, Mikasa Ackerman y no tienes que agradecerme.

La mire de reojo una vez que bajo el vidrio del coche, para notar que parecía un hermoso ángel que decendio del cielo, ella parecía la mítica figura de un mito hecho realidad.

(...)

Acomode el Cd en el reproductor de música, divice las bocinas colocadas extrategicamente por el departamento, tome mi delantal negro y prepare mis manos para lavar los trastes, hoy era el día de recoger todo mi hermoso y cochino hogar, me moví al ritmo de Warriors con una pequeña sonrisa en mi rostro, si puedo ser la persona más deprimente dal mundo sin Embargo las canciones siempre tendrán poder en mi partículas. Algunos vecinos ya se han quejado varias veces de eso, y es que parece que mis gustos son bastante infantiles.

Así que los mando a la mierda y sigo cantando a todo pulmón que para eso me dieron voz.

— Tom bajate de mi cama.— Regañe a mi gato que estaba cómodamente sobre mi espacio de relajación, me miro con ojos de tristeza.— Nel cabrón, quita esa cara, ahora bajate, llenarás mi cama de pelos.

El maujo con enojo antes de estirarse y alejarse como toda una diva, rodé los ojos quitando las cobijas y sábanas para ponerlas a lavar. Vivir solo está de la chingada, aunque es bastante cómodo cuando solo quieres ser tú en el espacio de miseria que te rodea.

Puse todo en un canasto de ropa sucia, bajando el sonido de la música salí de mi departamento directo al cuarto de lavado, algunos vecinos me saludaron con una sonrisa, otros me dieron un gesto de asco era sábado por la tarde y yo aún estaba en fachas me da la impresión de que piensan que desperdicio mi vida en la mediocridad... Peor igualmente no me conocen, yo tampoco a ellos.

Dejé caer el canasto a un lado, programé la lavadora y me dispuse a espera en silencio los minutos que indicaba ahí, lleve las manos detrás de mi cabeza y me recosté en el suelo mirando el techo gris, ese gris me recordaba al de mis ojos cuando le despertaba cada mañana, opaco y sin brillo, siempre me sentía de esta manera como si parte de mi no encajara aquí, entonces ¿Dónde encajo si no es entre los vivos?

—¿Mikasa?— Alguien llamo mi nombre con sorpresa, mire de reojo la puerta del lugar, una pequeña figura me saludo de entre las sombras de luz de la puerta abierta.

—¿Annie?— Cuestione confundida, ¿Que hace ella aquí? Se supone que vive hasta el otro lado de la ciudad. Me puse de pie acercándome un poco, ella me sonrió lentamente y sentí que mis mejillas se llenaron de rosa.

—Es una sorpresa verte aquí.— Ella paso alado de mi, las lavadoras hicieron el doble de ruido una vez que ella prendió la segunda, se recargo sobre el lavabo mirándome.— ¿Vives aquí?

Me cruce de brazos recargada sobre la puerta (Ahora cerrada) y sonríe confundida.

—Creo que si ese no fuera el caso, lo estaría aquí... Que hay de ti.

—Un amigo vive aquí.— Se encongio de hombros, y solo ahora note que llevaba puesta una sudadera y Jeans.— Lo ayudo con la limpieza.

Asentí lentamente.

—De acuerdo.

Ambas nos quedamos en silenció, ¿Que podíamos decir? Yo nunca fui buena hablando con la gente, con suerte  Historia se volvió mi mejor amiga Ymir estaba de paquete con ella, esas dos casi nunca se separan.

—Me enteré de lo que pasó en tu escuela...— Ella se acercó a mi con delicadeza, hice una mueca.— No pensé que actuaría de ese modo, lo siento.

—Es estúpido que te disculpes por lo actos de tu novio.— Me aleje incomoda, la chica estaba muy cerca de mi.— Nunca pidas disculpas por algo así.

—Ya no es mi novio.— Ella se cruzó de brazos, parecía más audaz, lo que le daba un toque a su aparecía como algo mágico, negué con la cabeza quitando esas ideas locas.

—Te felicito por eso.— Asentí en su dirección.— Pero ¿Por qué me lo dices?

— Creo que si no hubiera Sido por la forma tan indiferente con la que le hablaste, no me hubiera dado cuenta de lo idiota que es.— Se rió un poco, una risa casi caótica y por algún motivo mi corazón latio violentamente sobre mi pecho.

—Eso no tiene sentido.— Solté sin entender.

—Lo tiene para mí, estabas tan tranquila con la clara Violencia hacia ti que es como si te importará una mierda lo que pasará contigo.— Me examinó de cerca.— Aún ahora, tienes esa mirada en tus ojos esa mirada que grita que te diste por vencida.

Me rei lentamente.— ¿Así que soy tan transparente?

—Eres como un libro de portada casi perfecta.— Sus ojos azules atravesaron mi alma como mil golpeas destruyendo a Galactus.— Y quiero leer ese libro.

—¿Que te hace pensar que dejaré que lo hagas?

Ella sonrió de una forma que jamás en mi vida había visto en alguien, y supe desde ese momento que rompería todos mis esquemas.

—Ya lo hiciste.

Y justo fue el momento para que la lavadora que estaba usando sonara, me aleje de ella no podía creer que una chica tan pequeña me acorralada sin darme cuenta, ella era un extraño ser de magnitud y odiaba esa tipo de cosas.

(...)

Ymir se dejó caer a mi lado con una sonrisa en el rostro una sonrisa que gritaba peligro, deje mi libro de trigonometría a un lado y le preste atención.

—¿Que?— Ella alzo las manos con chulería.— Tú sonrisa comienza a molestarme.

—A ti todo te molesta.— Le di la razón.— Solo quería hablar contigo.

—¿Sobre qué?— Me acomode mejor en mi asiento, algunos chicos gritaban a nuestro alrededor, a veces las clases libres eran bastante molestas.

—Annie me preguntó por ti, el otro día.—¿Que?— Dijo que te vio el sábado de la semana pasada y me pidió tú número.

—Eso es extraño.— Me recargue en el respaldo de mi asiento.— Por favor dime qué no se lo diste.

—Claro que no se lo di.— Suspire quitando el cabello de mi cara.— Le dije que viniera hoy y que tú se lo darías.

¿Sabes cómo se siente cuendo está a punto de matar a alguien? Les explicaré, es como una sensación de calor en el pecho que se llama rabia de esa rabia se desarrolla a instinto lo que lleva a qué tú mente se quede en blanco y veas todo de rojo, o de un objetivo potencial a la persona que tienes enfrente, después una parte de tí la cuerda te grita que no lo hagas la loca la que tiene control a causa de la rabia se apodera y baila en la cara de la razón mientras que le dispara a la cuerda.

No había motivos macabros para hacerlo pero quedé arriba de Ymir casi queriendo golpear la mierda fuera de si, ella se rió en mi cara lo que más me hizo enojar.

—Eres una maldita.

—No. Te estoy asiendo un favor...— Se removió debajo de mi, dejando mi espalda contra en suelo.— Necesitas amor amiga, o todas esas preguntas que albergas en tu mente te consumirán para siempre y no serás más que una pensadora sin alguna pizca mundana que recordar.

— ¿Y por qué ella?— Le grite molesta.

—Porque es la primera persona que se interesa en ti a pesar de que le diste una pequeña dosis de amargura.

Mire a otro lado con fastidio, no puedo jugar a este juego macabro llamado amor de nuevo. Siempre terminaba muerta cuando lo hacía; Porque me gustaba amar en silencio sin que la gente lo supiera.

—Quitate de mi.— Advertí lentamente, Ymir se tenso sobre mi cuerpo, sus ojos cafés a analizaron mi rostro.— Ahora.

Ella se quitó, y yo me fuí.

...

¿Que es el amor? ¿De dónde viene ese término? ¿Por qué a alguien se le ocurrió crearla como una palabra a un impulsó hecho por el cuerpo en éxtasis? Es tan difícil entender toda esa mierda. Veo a las parejas a mi alrededor, felices, enojados, y casi a medio desnudarse en el campus y yo aún no puedo entenderle, tal vez porque no lo he vivido, no de forma física pero si espiritual. Me siento como el peón defectuoso en este asqueroso juego de Ajedrez que es la vida.

La reina y el rey Eventualmente mueren sean "Buenos" o "Malos" así que mucho sentido no tiene la forma en como manejamos el tablero; Nadie es fiel asi mismo, somos los peones de alguien mayor de alguien que le gusta vernos morir.

—Fue bastante difícil entrar aquí.— Me aleje un poco de su voz, la sentí reírse con fuerza.— Me alegro encontrarte.

—No te daré mi número.— Me negué escondiendo mi cabeza entre mis brazos, justo como comenzó esto, solo que ahora podía vez mis Banz blancas ahora grises.

—No lo necesito.— Ella se acomodo en su lugar.— Sencillamente puedo venir todos los días y verte, porque no parece que te incomode, solo que confunde.

—¿A qué estás jugando?— Cuestiones.

Ella me miro apartando el cabello de su cara.

—Quiero romperte el corazón Mikasa.— Se acercó más a mi, de una forma lenta y sutil.— Quiero darte esa parte humana que te falta. Lo supe desde que te Vi parada enfrente de mi, los ojos llenos de nada, no había algo a qué aferrarse algo real que demuestre que eres real, no eres nada... Y me encanta que estes conciente de eso, porque sabes que significado tiene. Así que quiero probarte arrebatarte esos suspiros que nadie más hizo, quiero darte el sufrimiento que mereces, los celos, el amor, las palabras que no tienen sentido en tu mente, quiero que mueras teniendo algo mandando que recordar.

Apreté la mandíbula con enojo.

—Ymir te dijo que dijeras esa mierda.

Ella me sonrió con arrogancia.

—No, claro que no, nisiquiera he hablado con ella, más que aquella ocasión...— Tomo mis manos entre las suyas.— Deja que te de esa parte humana y regálame tu sufrimiento.

—Estas loca.

—Lo estoy.— Ella no dudo en pasar el dorso de su mano por mi mejilla, la electricidad recorrió todo mi cuerpo.— ¿Lo sientes?— Susurro en mi oído regalandole una leve mordida.— A eso se le llama tensión, tenemos una pequeña tensión sexual.— Suspiro lentamente, dejando que mi boca se secara.— Ahora deseas besarme.— Cerré los ojos con violencia, mi cuerpo no podía moverse por las pequeñas vibraciones— Eres tan susceptible en esto que cualquiera hubiera venido aquí y te hubiera cogido, y lo hubieras aceptado ya que éstas tan sola, y eres una pensadora que no ha sentido nada. Así que lo diré de nuevo, déjame ser la persona que pruebe tu cuerpo lentamente hasta consumirte por completó porque la atracción sexual es una de las primeras cosas que uno experimenta y disfruta.

—¿Que ganas con esto?— Susurre en su oído, la idea golpeado en mi mente una y otra vez, una y otra vez.— Te llevarías parte de mi y lo sabes, la quieres como la enferma que eres.

—Lo hace, hay una parte de mi que no dejo de pensar en ti en la forma de tenerte...

—Eres vulnerable a mi.— ronroné en su oído, tal vez ella tenía razón, un poco de sexo no me vendría mal, un poco de corazón roto tampoco, seguiría siendo parte de este juego absurdo, pero sería una pensadora con humanidad.— ¿Quieres tenerme?— No se de donde deje mi timidez, pero sin darme cuenta ya la tenía acomodada en mis piernas, sus brazos me rodearon con delicadeza, sus ojos azules brillaron fuertemente al verme ojos azules llenos de locura, deseo y algo más que no podría describir.— Ven por mi.

Y bese a la chica de mirada salvaje que romperá mi corazón, robara cada parte de mi en los lugares correctos, me hara cuestionar entre las sábanas la muerte lenta, la existencia de dios. Me besó como si la persona que no creo no, nos quiera muertas.



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