"Todo el mundo habla solo para llenar un espacio y no significa nada hasta que rompen tu corazón."

Mikasa Ackerman siempre pasaba por los pasillos de la escuela con una capucha verde cubriendo su corto cabello negro, el mundo la miraba pero aunque a ella le gustaría que fuera por admiración, no a Mikasa la miraban por como era; Tímida, una chica de rasgos orientales en una escuela demasiado estereotipada, ella no podía tomar un respira en la escuela llena de estúpidos que tenía, pero lo que más le afectaba era cuando comenzaban a especular sobre porque tiene aquella cicatriz en su mejilla derecha o porque tiene el cabello y el cuerpo de hombre, lo primero, claramente era cierto, aunque ella intentaba cubrí su cicatriz con aquella capucha de gran tamaño, a veces se veía cuando práctica deportes, misma razón por la que decían que su cuerpo parecía de hombre.

A Mikasa le gustaba su figura con Six, porque hacer ejercicio la mantenía con calma, la hacia pensar que después de este infierno, había algo mejor.

Ella tenía dos mejores amigos, Armin y Eren, chicos dulces, pero problemáticos, mientras Armin era el tranquilo del grupo, Eren intentaba defender siempre a su pequeña hermana, eso causaba problemas con la familia Jeager que a su vez incomodaban a Mikasa, solo quería pasar un día en la escuela sin Escuchar todas esas charlas.

"Las palabras sin poder solo se evaporan, no quiero escucharlo más hoy..."

Annie Leonhardt era diferente a Mikasa, ella no permitía que nadie se metiera con ella, así que de cierta a forma se ganó el miedo de los estudiantes idiotas, ella no quería escuchar la charla que tenían sobre porque podía partirle el trasero a sus compañeros o porque siempre usaba esa sudadera más enorme que su pequeño cuerpo.

Ella no escuchaba cuando abiertamente la llamaron lesbiana, solo por evitar que un idiota la besara a la fuerza, Annie era diferente a Mikasa, pero ambas niñas tenían algo en común.

Sus amigos, Reiner y Bertholdt, siempre defendiendola cuando ella no se encontraba presente, metiéndose en problemas por cosas que a Annie no le importan. También Ymir Leonhardt, su hermana mayor, Ymir era lista para contestar la mala palabrería de la pasillos, nadie se atrevian a decirle nada cuando la más alta estaba presente o sabían que recibirían una cucharada de su propia medicina.

"Aquí hay una cuerda floja,muy por encima del largo camino. ¿Cuál es el punto de desear? Cuando nadie te escucha."

Mikasa salió fuera de los vestidores de chicas con lágrimas en los ojos, apretó la mandíbula con fuerza y golpeo su cuerpo contra uno de los baños vacíos, estaba tan enojada consigo misma por ser tan débil, y deseaba perder lidiar con todo esto, las niñas dentro de los vestidores fueron crueles, señalando su cuerpo semidesnuda por sus marcados abdominales o burlándose de su familia, aquella que murió hace tiempo y que toda la escuela especuló que ella los mato, la niña de ocho años apuñalando a sus padres a sangre fría.

Era una mentira pero nadie escucha la verdad, nadie escucha el dolor detrás de sus palabras, cuando Mikasa miro a las luces parpadeando, las lagrimas bajaron por sus ojos, aquellos ojos grises ahora casi negros, y lloro por sus padres, por el mundo en el cual vive y porque parece que nadie puede aceptar lo bella que es, aunque no sea tan femenina.

Ella estaba en un punto en el cual pensaba que sus problemas no eran nada, que era pura palabrería de su parte, ¿Cómo entender que cualquier problema por más pequeño que parezca siempre va a ser un problema?

Entonces grito, grito porque ella pensaba que nadie estaría escuchándola.

"Estoy escuchando, hola, esta es mi voz atravez del ruido blanco, las palabras duelen cuando les das importancias."

Annie se escabulló entre una de las puertas abiertas del baño, saco una cajetilla de su bolsillo, un encender y se sentó peresosamente sobre la tapa del retrete, suspiro antes de poner el cigarrillo entre sus dedos y prender el fósforo, el humo salió entre sus labios, nublando vagamente su vista, sus ojos claros siguieron elegantemente la elevación del mismos, saco su celular con una mano y reviso la hora, haciendo una mueca y manobreando lo mejor que pudo, saco sus audífonos del bolso del pantalón, pero se detuvo a medio camino cuando escucho un fuerte grito viniendo del baño contrario, se asunto por un segundo, pero su máscara de frialdad volvió cuando reconoció sollozos, la chica alado de ella pensaba que nadie podía escucharla.

Bueno ella lo hacía ahora.

Pensando si era buena idea o no, pregúntale a la joven si se encontraba bien, su cigarrillo se apagó, dejando que el tabaco cayera lentamente al suelo, entonces lo vio, la niña alado de ella tomó su mochila del suelo y salió del cubículo, Annie se puso de pie, dejando sus cosas en el lugar.

Alcanzo a la niña antes de que cruzará la puerta, Mikasa la miro por encima del hombro sintiendo sus dedos temblar por el tacto de la más baja, hubo una química, una química incómoda pero aún estaba ahí.

-Hola.- Annie saludo levemente, reconociendo a la niña en segundos.-Mikasa ¿No?

Mikasa trago saliva nerviosa, personas no dijo nada, Annie continuo.

-Pude escucharte ¿Sabes? Creo que las palabras solo duelen cuando le das importancia, No les des importancia solo son palabrería.- Soltó a la niña y regreso a la conformidad del cubículo.

"Es como si el mundo estuviera mintiendo, Solo para hacerte pequeño, Susurros ensordecedores en un pasillo vacío, Sintiendote que te estás volviendo invisible"

Mikasa nunca entendió porque un lugar tan vacío podía ser tan intimidante, pero pasando por el pasillo a su siguiente clase descubrió, que fue reconfortante escuchar las palabras de aquella pequeña rubia, nunca la había visto en la escuela, pues Mikasa siempre intentaba pasar desaparecida, pero había momentos en los cuales, con su familia o a veces amigos, se sentía invisible, el ruido de la multitud le molestaba demasiado, pero a su hermano Eren no, y ella siempre tenía que estar cerca del joven castaño.

-No lo veas, como una sobreprotección.- Le había dicho una vez su hermano, cuando Mikasa lo cuestionó.- Tienes que aprender a enfrentar con la mirada en alto a los demás.

Ese era el problema, Mikasa no podía hacerlo, pero había algo dentro de ella que intentaba entender las palabras de su hermano, porque de todas formas aunque apareciera en el lugar con la frente en alto, sabía que solo podía hacerlo, porque tenía la seguridad de las personas que la rodeaban, ella nunca lo intento por su cuenta.

Pero tal vez, después de un vistazo rápido sobre la ventanilla de la puerta, deba aceptar que la vida es dura, y no las personas a su lado, no estarán para ella toda la vida, ahora Mikasa Ackerman está sola en medio del pasillo, como siempre se a sentido y como debe afrontar sus miedos.

"No quiero escucharlo en absoluto, en absoluto;
Es más fuerte que las bromas.¿Está todo tácito?
No necesitas temerme, No necesitas estar cerca de mi, Para escucharme. Hola."

Annie sabía que era mala idea ingresar a la cafetería cuando estaba completamente llena, per su estómago gruñía a causa del hambre, y no dejaría que unos idiotas arruinaran su comida favorita del día, así que sin mucho que hacer, empujó la puerta de la cafetería y casi alza las cejas en confusión cuando noto que todos se había quedado callados.

-Miren que tenemos aquí, a las dos raritas de la escuela.- Un chico cualquiera había dicho, Annie solo rodo los ojos formándose en la fila para tomar su comida. No podía creer que ya estando en preparatoria aún eran unos malditos inmaduros de mierda.

Annie espero paciente en la fila, cuando sintió una mano tocar su hombro con brusquedad, ella estaba más que dispuesta a partirle la cara al idiota que se atrevió a tocarla, pero se distrajo levemente a notar que Mikasa detrás de ella estaba en el suelo, después de que su hermanastro Levi la pateara con fuerza con los botines que traía puesto, su cuerpo calló tan duro que se acemejo por poco al golpe que Annie recibió tras su distracción, está rechino los dientes mirando al chico de ojos claros frente a ella.

Sin poder evitarlo, Annie Leonhardt fue mandada a detención por dejar en mal estado a uno de sus compañeros.

Pero supongo que eso sirvió para que supieran que la niña no se andaba sin rodeos.

"Sabes que no importa, Todo ese ruido, Palabras que no favorecen, solo nos entristecen, Tal vez tu mundo se rompa, te apuñale como una daga, Dejándote hecho jirones
Solo me enoja mas... No quiero escucharlo hoy."

Mikasa se sintio mal cuando supo que la chica rubí había sido llevada a detención, 'Annie' es como se llama la colegiada de mirada fría y fuerte voluntad, tal vez no fue del todo su culpa, pero ella vio claramente cuando la chica más baja le prestó toda su atención al momento de caer, dándole esa mirada fría pero con una chispa de simpatía, entonces noto el golpe y como sus claros iris se llenaban de irá.

Nunca aceptaría esto en voz alta, pero Mikasa se sintió morir cuando la niña se aventó contra el chico, fuerte, inalcanzable y se veía estúpidamente hermosa intentando por todo los medios no perder del todo los estribos.

Cómo una luz en medio de tanta oscuridad, como si Annie fuera el camine de regreso a casa.

Mirando su boleta de detención en la mano, Mikasa aún se preguntaba porque se metía en problemas por una chica con la cual solo hablo una vez, entonces recuerda lo que Eren le había preguntado cuando recibio la noticia;

-No lo entiendo Mika, tu nunca te metes en problemas, me sorprende siquiera que pudieras lograrlo.- Armin había asintió a su lado en acuerdo, ambos jóvenes rodeando levemente a la azabache.- En parte no conoces a la chica ¿Por qué te metes en problemas por ella?

Mikasa los había mirado tan fijamente que por un momento los dos chicos se sintieron intimidados.

-Porque me escucho.- Recuerda que les había dicho.- Pudo haberse ido cuando me escucho gritar, o simplemente ignorado cuando me sintió salir del cubículo, pero no lo hizo, me alcanzó, y simplemente me dijo que tenía que dejar de darle importancia a las palabras, tal vez sea poco, pero en ese momento sentí como si fuera sufiente para mí.- Su mejillas se habían llenado de un tono rojo oscuro.- Hay algo en ella que me hizo querer conocerla.

Armin fue el primero en captar el brillo en los ojos de su mejor amiga, y golpeo levemente a Eren para que mirara mejor, entonces el joven castaño suspiro y Palmeó el hombro de su hermana.

-Te entiendo Mika, solo ten cuidado.

-Lo haré.- Y ambos jóvenes desaparecieron por la puerta principal.

Mikasa dio un paso al frente, tomando la manija redonda con un poco de nerviosismo ¿Que tal malo debe ser? Es parte de la vida sentirse invisible, es parte de vivir sentir esa pequeña esperanza, como también es parte de la vida ponerse nervioso cuando se quiere ver a alguien. Como muchas cosas más, inseguridad, soledad, ganas de llorar todo el tiempo, etc.

Es así como siempre debe ser, y todas esas cosas se superan un paso a la vez.

-Hola.- Está vez la primera en saludad fue Mikasa, al ver a la chica rubia sentada cómodamente con los pies sobre el pupitre, sus ojos azules le regresaron la mirada brillando mágicamente bajo la tenue luz del salón vacío.

-Hola.- Annie alzó la mano en su dirección.

"Hola, esta es mi voz a través del ruido blanco, las palabras solo duelen cuando les das importancia, no les des importancia son solo pura palabrería."