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Rock-love



Escritora: PoshM7

Género: Romance

Tocaba con fuerza su guitarra mientras cantaba una de sus muchas canciones en el Water Color. Un bar muy conocido en la ciudad por la buena música y bebidas embriagantes pero exclusivas.

Justo en cuanto terminó de tocar, todos le aplaudieron y gritaron encantados. Jungkook siempre ha tenido una voz impresionante y desde pequeño se esforzó por pulir bien ese talento que según sus padres,no lo llevaría a ningún lado; pero ahí estaba, siendo una estrella entre miles de borrachos y chicos hormonales.

-Los has hecho increíble, como siempre JK -le felicitó su jefe, quién tenía una sonrisa en la cara. Jungkook siempre sería su mayor orgullo, ya que gracias a Jeon el bar había comenzado a prosperar.

-¿Ya tienen mi bebida lista? -preguntó agotado,al pasar su mano por su cabello notó que este estaba empapado en sudor y más largo que hace unos meses.

Tendría que cortarlo algún día.

-Por supuesto -le entregó un vaso de cristal con whisky, no es que le gustara beber, pufff claro que no -Aún no entiendo como sigues vivo. Pareces una chimenea.

Oh si, hace un año que había desarrollado cierta adicción a la nicotina. Al principio sólo lo hacía después de las presentaciones, luego en las tardes luego del gym y ya después, a cualquier hora del día. Según él, sólo era un pasatiempo, pero sabía perfectamente que estaba tomando caminos más serios.

Dió una profunda calada a su cigarrillo para luego soltar el humo lentamente. Y aunque se sentía jodidamente bien, debía de parar de hacer eso si no quería morir por algo en sus pulmones que de por si, ya eran débiles.

-Mañana quiero que vayas con la psicóloga, no puedo permitir que te sigas volviendo más adicto Jeon -regañó su jefe. Kook volteó los ojos.

-Estoy bien.

-No, no lo estás. Deberías mirarte en un espejo y verte de la misma forma que yo -metió la mano en su saco negro, tardó unos segundos hasta que dejó sobre la mesa un papel con un número telefónico, un nombre y una dirección -. Es de una psicóloga. Irás a su clínica mañana, hace sesiones para los que sufren de alguna adicción.

Jungkook bufó sin poder creérselo. ¡No era un niño para que lo estuvieran mandando joder!

-No iré.

-Oh, pues lo vas a hacer.

-¿O qué? -retó.

Su jefe tomó una gran bocanada de aire para luego soltarlo- Estarás despedido, y aunque me duela. No puedo ver como te destruyes y sigues diciendo que estás bien.

-Estás haciendo un drama sin necesidad -rascó su frente, perdiendo la paciencia -. Voy a ir, pero sólo porque no quiero perder mi empleo -aclaró, haciendo sonreír al otro hombre.

-Es lo mejor Kook. Me lo agradecerás después. -sin más que decir, se marchó a quién sabe dónde.

Jungkook tomó el papel y leyó el nombre de la doctora:

-"Lee Crista"... Interesante.

Volvió a calar su cigarro unas dos veces para botarlo al suelo y apagarlo con sus botas. Exhaló el humo hacia arriba para guardar la tarjeta en sus pantalones. Se dirigió al baño, y luego de un buen lavado en su rostro, se preparó. Aún faltaban dos canciones para terminar su jornada de trabajo.

『••✎••』

Si hubo algo que no esperó ver en la clínica fueron la cantidad de niños de quince y dieciocho años que allí se encontraban. Algunos solos, otros acompañados de un adulto. Habían dos hombres de edad avanzada y una mujer de unos treinta años. Él fue el último en entrar a la sala, por lo que tomó asiento en una de las sillas más apartadas. Lo menos que quería era estar allí.

Pasados unos dos minutos, entró una mujer de entre veinte y veintiocho años. Llevaba una bata blanco sobre un vestido de flores. Su cabello era café y largo, y su estatura bastante común. Suponía que ella fuera la doctora.

La mujer sonrió antes de hablar -Hola a todos, soy la doctora Lee Crista y tengo veinticinco años -su voz era delicada, con un toque de dulzura, cosa que le encantó a Jeon -, sé que muchos no quisieran estar aquí, y no les prohibo que se vayan, pero creo que si se quedan podríamos sanarlos y ayudarlos con sus problemas. El estrés no es algo que se deba de llevar a la ligera y menos como están las cosas hoy en día. Quisiera, por favor, que dijeran sus nombres y se presentaran.

Todos se quedaron en sus asientos, en silencio, esperando que alguien diera el primer paso. La primera en levantarse fue una de las chicas jóvenes.

-Soy K-Kang MiHyun, t-tengo diecisiete recién cumplidos...

Y luego de ella, le siguieron otros más. La sonrisa de Crista se mostró en su lindo rostro cuando sólo faltaba Kook. Este dijo su nombre de forma desinteresada, haciendo reaccionar a dos de las chicas. Tal vez eran fans.

-Gracias. Espero que podamos solucionar esto entre todos y que pongamos de nuestra parte...

La sesión-que había comenzado a las ocho con cuarenta- finalizó a las diez con cinco minutos debido a una extensa charla sobre el estrés y sus consecuencias, causas, etcétera. Kook ni siquiera había notado el paso del tiempo, no prestó atención a otra cosa que no fuera la doctora Lee y lo bien que le quedaba esa bata con esos tacones negros que la hacían ver un poco más alta.

Sexy.

Así le describió en su cabeza.

-Señor Jeon, ¿le molestaría firmar acá? -preguntó la joven señalando un papel donde se encontraban las firmas de los demás pacientes.

-Si quiere un autógrafo puede pedirlo sin miedo, señorita Crista. -dijo con burla a la doctora, quien no pudo evitar reír. Jungkook si que era muy atrevido.

Y en cuanto Kook terminó de firmar, ella aclaró:

-Doctora Lee para usted, Jungkook.

Y eso le hizo sonreír más.

『••✎••』

(Unos días después)

-Te dije que no te arrepentirías de haber asistido -dijo entusiasmado su jefe. Kook suspiró luego de pagar el helado de caramelo que se había comprado.

-Si si, lo que digas. ¿Dónde conociste a esa doctora? -quiso saber.

-Es mi vecina desde hace unos meses, se mudó por problemas económicos. ¿Por qué la pregunta?

-Simple curiosidad. Te dejo.

Aquel hombre no había terminado de hablar cuando Kook ya le había colgado la llamada.

Jeon se sentó en uno de los tantos bancos del parque para comerse su helado. Mientras, revisaba su celular como todos. La verdad es que tenía ganas de escribirle a la "sexy doctora", sin embargo, no quiso ser muy intenso. No podía parar de pensar en ella y en la sensual forma en que ella movía sus caderas al caminar.

-Oh, ¿señor Jeon? Que casualidad verlo por acá.

Y hablando de la reina de Roma...

-Pues si, que sorpresa -le regaló una sonrisa coqueta -¿Cómo está doctora?

-Pues muy bien -dijo riendo y se sentó junto a él. Esta vez no llevaba la bata blanca, ni el vestido de flores; sino, un pantalón de tela color negro, junto a una blusa blanca a juego con sus tacones. Su cabello iba recogido en una coleta. Aún así, para él se seguía viendo sexy -Y... ¿qué hace?

-Bueno, estaba muy cómodo comiendo helado hasta que llegó usted, y debo aclarar que me hace muy buena compañía -ambos volvieron a reír. A pesar de que estaba siendo un descarado, ella le siguió el juego -¿Quieres dar un paseo conmigo, doctora Lee?

-Mmh... -miró su reloj y luego volvió a sonreír-soy toda tuya hasta las siete.

Y así pasaron la tarde, entre caminatas por el parque y parte de la ciudad. Era una cita no planeada, sin embargo, la pasaron de lo mejor. Como ai volvieran a los tiempos de secundaria.

-Esta noche haré una presentación de nuevo, ¿quieres venir?

Le había preguntado a Crista al llegar al departamento de esta. Quería que lo viera tocando por alguna extraña razón y no pararía hasta lograrlo.

-Ahí estaré...

Por suerte ya ella sabía que trabajaba en el Water Color y que sus shows iniciaban hasta después de las ocho con treinta.

Esa noche se arregló más que nunca: llevaba una camisa y cazadora negra junto a unos pantalones y botas del mismo color. Todo esto resaltando su lechosa piel. Su pelo mostraba unos pocos rizos naturales y el maquillaje resaltaba aún más su belleza.

-Por primera vez en años, estoy nervioso -admitió frente al espejo. La chica que lo maquillaba sonrió.

-Lo harás bien.

Cuando tuvo que salir al escenario la vió entrando al club, se veía preciosa vistiendo un vestido verde oscuro, le llegaba a las rodillas y le quedaba suelto en la cintura. Su cabello se encontraba suelto y mojado, y el gloss hacía que sus labios se vieran aún más apetecibles. Kook tuvo que contar hasta cien para poder relajarse y no besarla allí mismo.

Ella lo saludó desde el público con una sonrisa y fue lo único que necesitó para comenzar su presentación.

Mientras cantaba la letra de una de sus mejores canciones -Stay Alive -no paraba de mirar los ojos de aquella doctora que lo había capturado por completo. Y esta tampoco alejó su mirada, como si tuvieran miedo a "soltarse".

-¿Te ha gustado?

Luego de casi tres horas cantando y bailando se sentía agotado, pero eso no evitó querer tener su segunda cita con aquella mujer que tanto le había llamado la atención.

-Eres increíble Kook -ella le regaló una sonrisa-creo que me acabo de convertir en tu fan número uno.

Ambos rieron por lo -sólo un poco- exagerada que se escuchó.

-Bailemos un poco doctora Lee -le agarró de la mano y la llevó hasta la pista de baile. Y entre risas y movimientos de caderas llegó su primer beso, y a ese le siguieron unos cuantos más...

Continuará?...

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