Incorrecto
Escritora: Senioritarmdejeon
Género: Romance +18
—¿Qué planeas TukSaen?
—Primero voy a divertirme un poco hermanita, luego llegará la acción.
—En serio ese es tu plan? Y luego que harás? Cogerte en el baño a un idol tan famoso cómo él!? Esto es descabelladamente.... genial. Espero que me apoyes cuando sea mi turno de follar con un famos. —miré al frente y sonreí. Esto estará bueno.
°°°
Las voces de aquellos cantantes retumban a en mis oídos y yo raptada a su compás, amaba rapear y esto era el cielo para mi. Jhope, R.M. y YoonGi estaban dando lo mejor de sí al igual que yo.
Allí parada, a unos pocos metros de mi objetivo no hizo falta fingir diversión, pues me estaba metiendo de a lleno en mi papel. Mi hermana también estaba vuelta loca con el Kim NamJoon, amaba a ese tipo, y yo, pero no tanto como al maknae.
Caminé al menos siete pasos a mi derecha fingiendo bailar para llegar junto a él; pero no tan cerca no y agradecía que la baranda estuviera casi vacía, pues existían personas que parecieran leerme la mente... o tal vez mi aspecto gótico y un tanto Wednesday (Merlina) las hacía saber que debían darme espacio.
Entonces comenzó mi parte favorita de aquella canción pero lo que más sorpresa me causó fue el dueto que formamos él y yo, quizás sin darnos cuenta.
(Él las negritas y ella la corridas)
kaeseo kesan suri ddaeng
eoril jok johiham eoleum ddaeng
nan dingdong, nan ddaeng
nan 7kkut (chil-kkut), nan ddaeng
Ramion meokgo jan eolgul ddaeng
ddeol geojideul duiol ddaeng
nal bua nan ni errthang
Niga jjolo? Meotjeo? Kaeeoltaeng..
neomu eo-eoltaeng-iga eopseo mareul deo-deo-deodeumeodo
yanghaereu jo-jom baralge naega maljubyeo-byeoni jom bujokae
geuraedo-do mareun baro-ro-ro haryeoneunde
ibi jakku bittureo-eo-eojine
neomu jo-jo-jo-joaseo-seo neomu joaseo-seo
heireodo eomneun raep-peodeureun jom dakchyeo
neoui heireoga eodisseo
nunssitgo sesuhan dwi geoureul bwa
geogi sumswineun baro neoui heireo
urin selleopbodan celebrate
ojik eksel no break
niga mwonde nal injeonghae
ireumgap haneun gaegurideul
umul ane jukgireul
ganjeolhi gidohalge
땡.
Ddaeng.
Sonreí.
Sonreí cuando de la nada alguna fuerza bruta, sobrenatural o cierta estúpida me empujó haciendo que derramada mi bebida sobre el chico y él sobre la mía. Genial.
Pero no genial de que estoy molesta; sino genial de que Dios está de mi lado y mi plan va más que perfecto.
Joder, ¿¡qué perfecto!?
Va magnífico.
Es como si el plan tuviera patas y fuera caminando tranquilamente por la línea temporal haciendo que cada cosa vaya en su lugar específico y en el momento específico.
Señor, ahorita saco a pasear al pollo.
—Oh. Está bien señorita? —lo miré desde abajo.
A pesar de que llevaba una mascarilla cubriendo sus labios y hasta la mitad de su nariz, por sus ojos podía notar la preocupación. Pero entonces parece que el plan tuvo un pequeño desliz y volví a sentir una fuerza mayor a la mía pero no empujarme, si no pisoterame a si que chillé y me boltee para enfrentarlo a esa persona a si que me separé de mi hermoso objetivo para enfrentar a quien fuere y resultó ser una chica que reía como foca epiléptica, ya verá, le daré su buena tunda de hostias y le arrancare los dientes de tiburon que tien....
Un suave toque en mi mano me detuvo, no podía creerlo cuando miré allí: Jeon JungKook me sostenía. Tal parece que vio mis intenciones. Negó, bajé la mirada a su mano sobre la mía y cuando creí que se iba a hablar salió una voz extraña, para nada la de él:
—Señor Jeon, debe ir a casa a cambiar su ropa. —dijo el que identifiqué como su acompañante de seguridad.
Él me miró y soltó mi mano lentamente y cuando lo hacía, sentí como la vida se me iba tal y como agua entre los dedos. Entonces, cuando pasó por mi lado sostuve su brazo con mis dos manos y le pedí:
—No te vayas, fue solo un poco de soda.
Y casi como automático se volvió al frente y dijo:
—Lo limpiaré en el baño señor Lee, no se preocupe. —el señor Lee asintió un poco inseguro y me miró por el lado izquierdo de JungKook y luego al agarre, me vi obligada a pasar desapercibida, por lo que solté el agarre del brazo de JungKook.
—La señorita, ¿nos acompañará también? —JungKook se quedó en silencio unos segundos y luego asintió— Bien. Vayamos entonces.
Nos dirigimos a los baños y me comenzaba a sentir incómoda por el guarda espaldas de él tras nosotros, bueno, tras él.
JungKook entró al baño masculino y yo al femenino sin más opciones, pues el "siñir Lii" me miraba severo. Llamé a mi hermana para que se encargará del hombre y unos minutos después me infiltré con éxito al baño de caballeros. Cerré la puerta con cuidado pensando en lo que haría, pero pegué un pequeño brinco al escuchar su potente voz con un deje de desconcierto y me imaginé su bonita cara con el seño fruncido sin entender. Me volteé aun pegada a la puerta mientras sostenía aun el pomo de esra de tras mío y levanté la mirada para observarlo detalladamente otra vez.
Al verlo tan grande frente a mi, pero a la vez tan inocente; mi alma se retracto. Y entonces, me volteé decidida a irme pero él habló.
—¿Quiere decirme algo señorita? —me miró con esos ojos suyos que me hacen enloquecer y negué.
—Nada. —y me volteé para irme. ¿En qué estaba pensando cuando vine aquí?
—Si está aquí es por algo. —me volteé un poco enojada, porqué me lo pone difícil.
—Ya te dije que no quiero nada. ¿Algún problema con eso? Y ahora si me permites concentrarme en abrir la maldita puerta cerrando tu bonita boca. —sostuve la respiración al terminar mi oración. ¿Porqué coño dije eso? Lo miré. Se veía tan bonito sonrojado.
—No te concentras porque no quieres. —murmuró volviéndose al lavamanos para terminar de quitar la mancha de mi soda, pero lo escuché así que lo miré insultada.
—Ja! Esto es increíble. Me estoy esforzando y no sabes cuanto, porque no quiero que por mi culpa más de medio fandom sea mal mirado por ti, pero no... me la tiendes que poner difícil.
—Pero no entiendo. ¿Qué te pongo difícil?
—Salir de aquí!
—¿Porqué?
—Por que eres demasiado mi tipo y me gustas mucho. —grité cerrando los ojos y los puños—. Por que cada vez que te veo hacer pucheros tengo ganas de besarte, —comencé a decir bajando la mirada— cada vez que mueves las manos quiero que me toques, —mi corazón latio muy rápido al verlo acercarse— cada vez que.... hablas quiero que me hables a mi y.... cada —llegó junto a mi— vez que... veo tus ojos.... quiero... —mi respiración dejo de ser normal.
—¿Sí?
—....que me mires a mi. Y todo eso me da ganas de hacer cosas indebidas contigo pero nunca pasará y me duele saberlo. —traté sostenerle la mirada pero no pude.
Lo sorprendente fue cuando sentí sus dedos en mi mentón ejerciendo una pequeña fuerza hacia arriba. Sus ojos conectando con los míos me hizo sentir una chispa que terminó en un punto muy comprometedor, pero hasta ahora él no leía mentes asi que el secreto estaba a salvo.
—Hhmm... —fingió pensar sin dejar de mirarme—... ahora te estoy .... haciendo pucheros —hizo uno con sus labios y sentí que moriría—, te estoy tocando, te estoy hablando y te estoy mirando; dónde están tus ganas? Acaso ya se fuer....
—No —respondí su pregunta, interrumpida por mi persona y lo miré quitando su mano de mi mejilla— No se han ido, solo las contengo porque esto es inc...
—Contente menos.
Abrí mucho mis ojos cuando es se acercó más y casi sin quererlo mi cuerpo se movió como respuesta. Pegué mis labios a los suelos y Dios, estos eran más que nueves de esponjosos y más dulces que la puta miel, que aunque no me guste puedo asegurar que si son más dulces que ella.
Nuestros ojos estaban abiertos mientras nuestras bocas se ajustaban en un beso torpe y raro, pero no acababa, él seguía pegado a mi y yo a él negándome a romper con lo que alguna vez soñé (o sea, todos los días de mi perra vida desde que conozco al grupo masculino, más o menos 5 años)
Aparté mi mano de la suya en mi mejilla y la conduje a su pecho que subia y bajaba un poco rápido para luego deslizarla hasta su hombro al igual que mi otra mano y me puse de muntitas cuando mis mando se entrelazaron tras su cuello. Cerré los ojos y traté darle un mejor beso, pues yo nunca había dado uno.
Sentí sus manos en mi cintura y luego como alzaba mi cuerpo del suelo; para finalizar el beso cuando nos estábamos separando mordí su labio con cuidado de no dejar marca indeseadas.
Bajé la cabeza, su aliento mentolado con un deje de sabor y olor a cerveza me estaba volviendo loca.
—¿Qué.... qué fue eso?
—Un... beso.
—M‐me.... me mordiste.
—Ah. Eso yo.... lo siento. Creí que te podría gustar y y...
—Hazlo otra vez.
—¿Qué?
Y sin tiempo a nada ya me estaba besando otra vez; y si antes estábamos siendo torpes ahora era una tormenta agresiva y desesperada.
JungKook me elevó tanto esta vez que tuve que enrollar mis piernas tras su cintura, me pegó contra la puerta y sostuvo mis muslos para evitar que me resbale de la posición.
En la primera oportunidad: introduje mi lengua dentro de su boca y cuando se encontró con la suya casi muero. Al separarme deje un pequeño mordisco en su labio bajo. Y cuando pensé que todo se detendría ahí, me sorprendió sentir sus besos, lamidas y fuertes absorciones en mi cuello que me hicieron gemir, lo senti detenerse y tuve que abrir los puntos ojos porque creí que la había cargado, mas no fue así porque sentí otro gran chupón en el mismo lado y mordi mi labio, luego otro más arriba y otro.
—Vuelve a hacer eso.... —su voz salia agitada y jadeante de su garganta— V..vuelve....
Gemi.
Gemi para él porque acabo de descubrir que le gusta y también a su extencion baja, porque me la estaba poniendo difícil ahí abajo.
Volvemos a besarnos, pero quería bajarme para ayudarlo con su tensión en la zona de la entrepiernas. Me removí sobre él y luego de unos largos minutillos si entenderme me soltó.
—¿Qué pasa?.
—Voy a... —señalé su zona, él miró allí y luego a mi con el seño fruncido, luego señalé mi boca un poco avergonzada y segundos después cuando calló en cuenta se sonrojo más que yo.
—Vas a....? —señaló su entrepierna—. En tu...? —señaló su boca y asentí un poco conmovida por su inocencia.
—No sé... pero estoy segura de que te va a gustar. —dije con la mirada en el suelo y mis manos detrás de mi.
—¿En serio quieres eso?
Lo miré más avergonzada de que preguntara eso— Si JungKook, si quiero. Solo debo preguntar si quieres que hagamos algo más.
—Sí, si quiero.
—Eres virgen aún no? —dije mirándolo a los ojos y aunque no podía contener la vergüenza en la cara asintió— Yo también. —admití— Estás seguro de que quieres hacer algo aquí? En el baño de un estadio? —pregunté seria.
—Tú, ¿estás segura?
Asentí.
—JungKook, para mi cualquier luego en el que pueda estar junto a ti será especial para mi, y te aseguro de que me arrepentiría de hacer esto aquí con otra persona que no seas tú; y entenderé que no quieras hacerlo porque soy una completa descon....
—Tú nombre... —me cortó y auto seguido murmure una pregunta con los labios cerrados que provenía de mi garganta "¿mmhh?"—. Dime: ¿cuál es tú nombre?
—TukSaen.... Ra TukSaen. —bajé la mirada al recordar mi proveniencia. Los North Coreanos no somos muy bien mirados.
—Saen-ah.... —sentí sus manos en mis hombros, ni siquiera me había fijado el momento exacto en el que llegó hasta mí. Lo miré—. Lindo nombre, casi tanto como la dueña.
Me sonroje.
Gija en sus ojos, perdida en su presencia y metida en lo más profundo de su mirada, así estaba; hasta que sentí su mano sobre la mía guiándola a algún sit....
No puede ser.
—Tienes algo pendientes con.... —miró abajo y yo igual, nuestras manos juntas en su rigidez era algo con lo que ni en los sueños pude lograr creer y ahora: increíblemente, estaba pasando.—....migo.
Mordí mi labio y mi estúpida vista se nubló de repente un poco.
No podía creer esto.
No podía creer que al fin le había dicho a mi idol que en verdad tenia sentimientos por él, que en verdad lo quería más que una fan a su idol, más que como a una familia, amigo, novio o cualquier otra cosa en el mundo.
Yo lo quería en verdad.
Lo amaba.
Coloqué mis manos en sus hombros y lo empujé a un cubículo lentamente mientras él se sostenía de mis muñecas y sin apartar su mirada de la mía. Cuando sus piernas rozaron con el retrete se sentó y yo a horcajadas sobre él.
Volví a besarlo mientras me movía sobre su miembro cubierto por la tela de su pantalón negro. Sentí sus manos apretar despacio mis muslos desnudos y las quité para colocarlas en mis nalgas. Su lengua y la mía se batían dentro de su boca con violencia y con el rosamiento de nuestras zonas pude escuchar algunos gemidos escapar de su boca pero acabar en la mía.
Cuando creí que ya no podía estar más duro, me deslicé despacio hasta que mis rodillas tocaron el suelo; nunca dejaré de mirar sus preciosos ojos, esos que tanto me encantan.
Con su ayuda bajé su pantalón y su bóxer, y wow, parecerá descabellado pero: que bonita erección.
Volví la vista a sus ojos y con el reflejo de estos vi perfectamente mi mano, dirigirse directamente a su entrepierna y tocarla piel a piel.
JungKook gimió.
Su piel era más suave y calentita allí. Aparté mis ojos de los suyos cuando lo vi morderse el labio y sin esperar más dejé un besito sobre la punta llena de sus fluidos, lamí mis labios, y para mojar mi mano un poco la deslicé desde donde estaba (la mitad del tronco) hacia su hinchada punta y de ahí bajé y volví a hacer lo mismo hasta que estuvo más fácil acariciar toda la extensión con fluidez.
Luego de unos minutos, sus gemidos eran más fuerte y descontrolados, su labio menor estaba muy hinchado por culpa de su dientes, y sus ojos se cerraban pero luego se abrían para mirarme y me gustaba.
Detuve mis movimientos y el soltó un gran jadeo, como si hubiera trancado toda su respiración durante horas y lo miré fatigado, como si estuviera en medio de un océano tratando de buscar oxígeno y cuando creí que lo había conseguido; toqué con mi lengua su punta, haciendo que se agitada más rápido que antes solo con ese pequeño roce.
Sonreí.
Él, mordió su labio y cerró sus ojos. Reí.
Me estaba invitado a que acabara ya de meterlo a mi boca; directamente, sin descaro, jamás pensé esto de JungKook pero, es hombre y cualquiera en su situación haría eso y más el que ahora era que sentía esta nueva sensación sexual tan, seguramente, placentera.
Lo metí a mi boca despacio y deslicé sue extencion hasta no poder más, la saqué y luego la volví a meter. Y seguí así hasta crear un ritmo seguido y placentero para él.
Una de mis manos estaba posada sobre su muslo fuerte y la otra acariciaba sus testículos haciendo que iniciaran contracciones.
Cuando sentí que ya estaba al punto me puse sobre mis rodillas para profundizar más las embestidas y en momento pasó algo que tampoco esperaba.
—...S‐Saen-a..ah.... m..más rá..rápido mmhh!...
Hacia lo mejor que podía, pues mi pequeña boca no podía aguantar más, ya me dolía la mandíbula y ya no lo miraba a él, si no a un punto fijo: su bonito ombligo. Y cuando sentí sus piernas temblar sabia que se acercaba su orgasmo y me esforcé vor complacerlo hasta el final pero: hundió mi cabeza hasta más no poder, y sentí su líquido caliente en mi garganta y salir por la comisura de mis labios, me dolió sí, pero todo por él.
Duró mucho y cuando sentí su mano destensarse en mi cabeza, saqué despacio su extencion y volví a meterla por última vez.
Me senté sobre mis tobillos y me dediqué a mirarlo: completamente recostado sobre el tanquecito de agua del báter y con la cabeza en la pared respirando como podía, tratando de calmarse, su brazo derecho estaba sobre su cabeza y su otra mano en su muslo.
Miré su camisa manchada, que a pesar de ser negra se le veía una mancha rojiza muy grande en el centro. Mire su pene, se notaba más tranquilo: ya las venas no se le marcaban, su punta no parecía querer explotar bueno, en realidad, la extencion completa ya no parecía querer explotar.
Miré sus potentes muslos y sus lunares. Joder. Todo él me encantaba y me vo....
—Siéntate sobre mí —lo miré asustada, no me había dado cuenta de que ya estaba más relajado.
—Y‐yo ya debo irme JungKook. —dije sin quer decirlo realmente—. Ya he cumplido mi objetivo contigo y....
—¿Qué objetivo?
—Complacerte —respondí hipnotizada con su mirada dominante.
—Pues tu objetivo no esta completo, —fruncí el seño— no me siento complacido.
Me puse de pie casi temblando y él me siguió en todo lo que hacía. —¿Qué quieres?
Su mirada, que estaba perdida en la mancha de mi polo ancho y negro como el de él fue directa a mis ojos cuando huce esa pregunta. Y sin responder se puso de pie y alzo mi cuerpo para llegar a mis labios.
Coloqué mis manos en sus hombros fuertes y le seguí el beso. Su mano izquierda en mi espalda baja sosteniéndome con fuerza y su mano derecha toqueteando mis nalgas. —Quiero ter...minar —besos, lamida, mordida: joder, mis labios eran su juguete— ...lo que ini...ciamos.
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