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Pesadillas

~¡Perdedora! ¿Nunca te diste cuenta que Shinobu siempre me prefirió a mi? ~ dijo Kanao en una risa sádica

~Ni siquiera puedes hacer mi postura o la de mi hermana mayor... Eres una vergüenza Aoi - dijo casi en un grito la Pilar del insecto

~Si tan solo te hubieras dado cuenta de que mi esposa ingería veneno tal vez hubieses sido de más ayuda... - dijo totalmente desanimado el Pilar del agua

~Lo siento Sansaki... A mi me gusta tu hermana... Ella es... Tu sabes... Mejor... - dijo por último el chico con cabeza de jabalí

-¡Noooo! - gritó la chica oji azul despertando a su esposo quién dormía plácidamente a su lado

-¡¿Que pasó?! ¡¿Aoi, estás bien?! - dijo Inosuke a punto de desenvainar sus katanas que tenía muy cerca de la cama que compartía con su esposa

La chica enfermera estaba llorando desconsoladamente y no podía regularizar su respiración.

-Y-y-yo...

-Calma por favor... - Inosuke se levantó y en un instante estaba a su lado sosteniendo un vaso con agua - Ten...

Aoi no trataba desesperadamente por secar sus lágrimas pero parecía hasta imposible.

Claramente estaba sufriendo un ataque de pánico.

-¿En serio soy tan inútil Inosuke? - dijo la chica totalmente cohibida

-¡¿De que hablas mujer?!

-Tu sabes... No pude proteger a nuestra hija... Ella...

-Aoi basta por favor... Fue mi error ¿Sí? Yo debí regresar temprano y no debí distraerme por hablar con el Kamaboko... Además Yuko está bien... Solo tuvo un corte en el brazo izquierdo

Aoi solo lloraba desconsoladamente.

~

Cuando acabó la batalla contra Muzan todo el mundo pensó que los demonios iban a desaparecer.

Su creador murió y no había sentido de que ellos sigan existiendo, sin embargo eso no pasó.

Los demonios sobrevivientes escaparon y se refugiaron en lugares remotos donde pensaron que no iban a ser encontrados.

Pero el hambre los llamaba y de vez en cuando asaltaban algunos viajeros o pequeños pueblos cercanos donde ellos habitaban.

La organización de cazadores de demonios dio la orden de que sean exterminados de inmediato pero algunos solían esconderse demasiado bien.

Pasaron los años y los Pilares ya retirados formaron sus propias familias, incluso sus discípulos siguieron sus pasos y dieron origen a una nueva generación.

Por ejemplo el Pilar del agua pudo desposar a la Pilar del insecto. Y casi al mismo tiempo el Pilar de la flama desposó a la Pilar del amor. El usuario de la respiración solar se casó con la heredera de la respiración de la flor y el último usuario de la respiración del rayo se casó con la única mujer sobre la tierra que pudo ser un demonio y luego ser una humana de nuevo. Incluso aunque algunos le pareció super extraño, Inosuke se puso de novio con la mejor enfermera de la organización y un año después de que sus amigos se casaron, él le dio su apellido a Aoi.

Cuando la pareja formada por la oji azul y con el chico de jabalí contrajeron nupcias. Inosuke le dijo que para nada del mundo quería vivir en la finca donde Aoi vivió toda su vida.

A Aoi jamás le pareció una mala idea y con toda la ilusión del mundo fue hacia las montañas cerca de un pueblo y de la casa de sus amigos y construyó una pequeña finca junto con su esposo, donde viviría la vida tan tranquila que siempre quiso desde niña.

Luego de unos meses de haberse casado el usuario de la respiración de la bestia le dio la sorpresa a todos sus seres queridos que iba a tener un heredero. Eso a Kanao, Nezuki y a su propia hermana mayor les dio una envidia difícil de explicar.

Sí bien Aoi se veía super enamorada de Inosuke, sus amigas tenían ciertos celos de saber que ella iba a ser madre antes que ellas.

Al cumplir casi sus nueve meses de embarazo Aoi dio a luz a una niña preciosa. Niña que cuando fue vista por Inosuke, casi se queda sorda al escuchar a su papá gritar un juramento.

-¡JAMÁS DEJARÉ QUE TE PASE NADA Y JAMÁS DEJARÉ QUE ALGO LE SUCEDA A NUESTRA HIJA YAYOI TE AMO!!!

Aoi a pesar que estaba totalmente exhausta por el parto no pudo evitar sentirse muy afortunada al saber que su esposo morirá por ella si fuese necesario.

Pasaron 9 años exactos desde ese juramento. Seis años en los que jamás Aoi se sintió amenazada por alguna cosa. Sin embargo cuando Inosuke fue al pueblo a traer algo de arroz y verduras, la oji azul fue atacada cuando lavaba su ropa junto con su hija.

Ellas estaban totalmente contentas lavando las sábanas que usaban, cuando de pronto Aoi sintió que había un olor extremadamente horrendo. Un olor que no había sentido desde hace años.

Y cuando sujetó del brazo a su risueña para ver de dónde venía aquel olor se encontró que un demonio de estaba devorando a una de sus ovejas.

-¡Maldito! - gritó la oji azul agarrando una de las muchas katanas que tenía Inosuke por su casa y fue directo hacia el demonio

El demonio, que tenía aspecto de hombre muy mayor, se asustó y en un intento de no morir, disparó unas pequeñas agujas que Aoi pudo esquivar fácilmente, sin embargo la que no pudo hacerlo fue su hija que recibió de lleno una de las agujas en el brazo izquierdo, haciéndole un corte profundo que llevó a que sangrara de inmediato y que Aoi pierda la concentración y que el demonio escape.

-¡Mi amor!... Aquí estoy... Estás bien... Tranquila ¿Sí?

La niña era una copia de ella misma, solo que tenía los ojos verdosos de su padre y además que tenía su actitud totalmente enérgica de él.

-¡Esto no es nada mamá! ¡Estoy bien! - dijo la niña y luego vio como su brazo sangraba y se desmayó preocupando a su mamá

~

Desde que pasó aquel incidente, Aoi tenía un miedo terrible que no podía dejar pasar.

Cada vez que salía de casa, solía apretar a su hija entre sus brazos y agarrar muy fuerte a su esposo.

También obligaba a llevar a Inosuke sus katanas por si algún demonio tentaba su suerte cuando ellos salían a cualquier lugar.

Y sobre todo eran esas pesadillas que no podía pararlas en lo absoluto.

Ella siempre tuvo ese complejo de que no podía pelear y que era una total inútil.

Y a pesar de que Inosuke le explicó que de no ser por ella, muchos de sus compañeros hubieran muerto, ella no lo aceptaba.

Porque a pesar que ese demonio se veía totalmente débil, ella no pudo proteger la razón por la cual respira.

-Aoi amor... ¿Debo ir por alguna medicina a la finca mariposa para que pueda dormir bien? - preguntó el oji esmeralda

Sí bien Inosuke pensó que sería una buena idea consultarlo con su cuñada, esto no lo vio bien su esposa.

-¡¿Qué?! ¡¿Acaso crees que no soy lo suficientemente buena en la medicina como para crear algo que me pueda quitar estás pesadillas?! - dijo casi en un grito la oji azul

Inosuke tragó saliva en seco.

-No Aoi... ¿Como crees? - dijo Inosuke algo asustado

-¡Soy suficientemente hábil como para hacer algo así! - Aoi estaba gritando muy furiosa

-Oye mujer cálmate...

-¡¿Qué me calme?!...

-¿Mamá?... - la oji azul estaba tan furiosa que no se dio cuenta que sin querer había despertado a su hija.

-Oh mi amor... ¿Estás bien? ¿Pasó algo? - dijo Aoi muy asustada

-Me despertaste mamá... - dijo la niña en un bostezo

Aoi se avergonzó y sin querer sus mejillas se pintaron levemente.

-¿No quieres dormir con nosotros Yuko? - preguntó Inosuke algo ofuscado por la reacción de su esposa

-¡Sí! - gritó la niña y saltó al medio de sus papás

Inosuke sonrió y alejó un poco las katanas que tenía cerca.

-¡A dormir entonces mocosa! - dijo el usuario de la respiración de la bestia

Aoi lo vio algo molesto pero sabía que si le tocaba el tema, Inosuke simplemente la iba a ignorar.

Sabía que su reacción estaba mal, pero aún tenía el miedo arraigado a ella y no podía evitar sentirse abrumada cada vez que tenía una pesadilla.

~

El día pasó de lo más normal.

Inosuke practicó casi todo el día junto con su hija el uso de la espada junto con el uso de su respiración y Aoi se entretuvo haciendo los remedios que tanto le apasionaban.

Un día casi normal en la familia de los Hashibira.

Sin embargo llegando la noche Inosuke decidió que para terminar el día iba a visitar a sus antiguos camaradas.

Tanjiro le había dicho que le había llegado un licor proveniente de un país lejano por parte del viaje de Tomioka y su esposa.

Así que se alistó y aseguró bien su casa y partió a la casa de su amigo.

Sí bien no era muy lejos, decidió relajarse un poco porque aún seguía algo molesto con su esposa por su reacción.

Sí bien Aoi era una orgullosa y casi nunca daba su brazo a torcer. Esta vez ni idea siquiera se quejó o dio opinión alguna porque sabía que Inosuke simplemente la iba a ignorar.

Aoi sabiendo que su esposo tal vez iba a llegar algo tarde aseguró su casa y además aseguró a sus animales que criaba. Incluso echó un poco de veneno de glicina cerca de su propiedad para evitar alguna visita inesperada.

Pasaron las horas y ya casi terminando de cenar junto con su hija, Aoi escuchó a uno de sus perros ladrar.

Al instante pensó que tal vez se trataba de un ladrón, pero de pronto recordó que el ladrido venía de su granero y el miedo la invadió.

-¿Mamá?... - dijo Yuko algo asustada

-No pasa nada mi amor... Tranquila ¿Sí? - dijo la señora Hashibira agarrando un par de katanas que tenía en su pared

Caminaba silenciosamente y cuando llegó a su granero vio un charco de sangre.

Su perro estaba llorando de miedo y cuando quiso escapar algo le impidió el paso.

-Vine por más carne... - dijo el demonio golpeando a Aoi en el estómago mandándola a volar

Aoi escupió sangre al instante y se arrepintió un millón de veces no haber acompañado a su esposo.

Se maldijo así misma por ser una completa idiota y sintió una ira terrible porque posiblemente era el final para ella.

-¡Yuko corre! - dijo Aoi recibiendo de nuevo otro golpe en el estómago

Aquel golpe posiblemente la dejó fuera de combate y lo último que vio fue a su hija corriendo.

Era el fin y al menos pudo hacer tiempo para que su hija huya.

Iba a morir de una manera muy patética pero ya no había vuelta atrás.

-¡No! ¡Yo protegeré a mamá! - dijo su hija sujetando las katanas que habían quedado tendidas en el piso cuando Aoi fue golpeada

En un abrir y cerrar de ojos el demonio se encontraba sin brazos quejándose de dolor.

Aoi quien ya esperaba su muerte escuchó el grito de su hija y abrió los ojos al instante.

Vio a su hija delante de ella con dos katanas y el recuerdo de su esposo vino hacía ella en un instante.

-¿Yuko? - dijo con dolor Aoi

-Yo te protegeré mamá... - fue lo único que dijo Yuko

El demonio se regeneró al instante sus brazos y se veía que ahora sí iba ir en serio.

-Están muertas... - dijo el demonio y al instante saltó sobre ellas

Aoi recordó una ocasión que estuvo junto con su esposo y se le vino a la mente cuando el le dijo que a pesar que ella no salía a pelear como él, ella simplemente salvaba a la gente a su manera.

Tal vez no peleando, pero si ayudando como solo ella podía hacerlo.

Se le salió una lágrima y entendió que jamás dejaría que alguien toque a la representación de amor que tenía a su lado, su hija.

-Respiración del agua, tercera postura, danza de las corrientes! - dijo Aoi levemente

El demonio pensó que Aoi no había hecho nada, sin embargo cuando iba a atacarla su cabeza cayó a su lado.

-Patético... - dijo Aoi viendo cómo se desintegraba el demonio que la tenía con esas malditas pesadillas desde hace un mes

Su hija no podía salir del asombro al ver a su mamá así de imponente.

-¡Mamá! ¿Como sabes eso? - preguntó Yuko al ver a su mamá como si fuese una persona diferente

-Quizá no lo sepas, pero yo soy usuaria de la respiración del agua... - dijo Aoi algo nerviosa

-Como el tío Tomioka... - dijo Yuko muy sorprendida

Ambas sonrieron y comenzaron a tratar de calmar a su mascota.

~

-¡Yo debo llegar! Estoy seguro... Ellas corren peligro - dijo Inosuke mientras corría de regreso a su casa

El usuario de la respiración de la bestia mientras bebía con Tanjiro y Zenitzu, sintió un cambio en la tierra y al instante intuyó que se trataba del demonio que una vez había intentando matar a su esposa y a su hija.

Así que sin decir nada, solo salió de la casa de los Kamado y corrió hacia su casa.

Cuando llegó vio su granero medio destruido y pensó lo peor.

Corrió hacia dentro y lo único que vio fue una oveja vendada y a su hija acariciando a su perro y a su oveja herida.

-¿Q-qué pasó aquí? - dijo Inosuke algo nervioso viendo a su hija y a su esposa de lo más tranquilas

Su hija se acercó a él muy emocionada y comenzó a contar lo que su mamá había hecho.

Inosuke no lo creía pero su esposa solo se acercó a él y lo abrazó.

-Por fin ya todo acabó mi amor... Ahora ya no habrán más pesadillas...

Inosuke solo sonrió y la abrazó con más fuerza.

Siempre supo que su esposa era fuerte en extremo, así que esto para nada lo sorprendió.

El la amaba así y nada de eso iba a cambiar.

Fin.
















Se viene la época de Kimetsu.
Es hora de revivir.

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