Malos tratos
2_Strawberry_9 disfrutaaaaaaaa :3
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Ethan es un vijilante, atento y tímido pero capaz de defender lo que cree correcto y lo que ES correcto. Puede que se vea como alguien devilucho debido a sus tartamudeos o falta de habla, pero tiene una gran voluntad.
Aunque sea capaz de defenderse, siempre va por el camino de la paz y el habla a pesar de su falta de esta misma... Y las personas se aprovechan de eso.
Puede que allá aprendido a no juntarse con aquellas personas y mantener la compostura, pero hay alguien que sabe demaciado y eso es malo, muy malo.
Es un chico que solo va al arroyo a molestarlo, sabe que viene solo para hacer su día un infierno y dejarlo con malos recuerdos.
Por esa razón cuando escucha su voz suspira, sin siquiera voltearse y manteniéndose derecho, ya sabiendo lo que se viene.
–¿No sabes hacer algo más que estar parado ahí? ¿No te aburres, mudo?– como odiaba esa palabra, siempre retumbaba en su cabeza, como si fuera un eco infernal, pero no se inmutó y mantubo la postura, ignorandolo todo lo posible.
El pelirrojo de tes oscura frunció el ceño, sin lucir contento al verlo sin reacción.
–Hey, te estoy hablando, ¿O a caso eres sordo a parte de mudo?– Ethan estaba luchando por no golpearlo, no solía tener esos pensamientos o nesesidades pero ese chico siempre lograba pisar la línea y de alguna forma salvarse.
–Solo vete– Murmuró Ethan, escuchando su bufido lleno de burla.
–Pffft, ¿Y que harás si no lo hago? ¿Me darás un largo sermón sobre comportamiento o algo así? ¿Cómo arias eso si ni hablas?– su tono burlon y lleno de arrogancia ponía sus pelos de punta, pero estaba manteniendo la compostura y la calma, era un vijilante, un protector, no podía perder el quisio con alguien tan idiota como él.
–Yo puedo dártelo– ambos se voltearon, notando a un chico con vitíligo y ojos heterocromaticos, estaba cruzado de brazos, mirando con algo frío y molesto al pelirrojo.
–¿Y tú qué? ¿Que clase de vaca eres?– se burlo con arrogancia, el ceño ajeno frunciendose más, Seiseki no era de hablar, de hecho casi ni hablaba con su familia, pero si devia hacerlo lo hacía.
–La clase de vaca que ara que tus palabras no valgan nada al igual que tú...– se adelantó unos pasos, el pelirrojo frunciendo el ceño pero retrocediendo al ver el brillo frío y ateradro en los ojos ajenos –La clase de vaca que es capas de patear tu estúpido y triste tracero arrogante...– el pelirrojo quedó algo apricionado contra el borde del puente, alzando las manos pero sin tocarlo, podía ser un arrogante y engreído, pero también era un cobarde –La clase que es capas de arrancarte cada mechón asqueroso de color rojo y hacértelo tragar hasta que te ahoges...– lo dijo con tanta seguridad y ceriedad que hasta Ethan pudo sentir el miedo ajeno –Y la clase que puede lograr hacerte sentir miserable el resto de tu vida, así que ve pensándolo mejor para la próxima, y ve grabandote estás palabras en tu estúpido cerebro. Si crees valer algo, lo suficiente para creerte mejor que alguien, entonses no vales nada. Piensa tus acciones, medita las consecuencias, y entonses quisas valgas algo, entonses quisas puedas jusgar las acciones ajenas, pero nunca serás mejor que alguien si sigues siendo la porqueria que eres– Ethan estaba sorprendido, mirando con asombro como el de chaleco blanco y camiseta negra temblaba bajo la mirada del más alto, quién apretaba los puños con tanta fuerza que sus brazos parecían fornidos. –Ahora vete, antes de que decida dejar las palabras y recurrir a los puños– el pelirrojo corrió en cuanto dejo de estar acorralado, empezando a llorar tan pronto se alejo lo suficiente.
Seiseki suspiro, su cuerpo tensados logrando calmarse con algo de lentitud pero efectivo. Sacudió los brazos, esperando que esa sensación de fuera por fin.
Se volteo, mirando a Ethan con una expresión más calmada y amable, logrando relajar al azabache que antes se habia sentido asustado ante su fría mirada a pesar de no haber sido dirigida hacia él.
–¿Estás bien?– su anterior voz clara y firme cambio a una más calmada y relajada, teniendo un toque de preocupacion y suabidad.
–Y-yo... S-sí– Murmuró sorprendido, viendo la sonrisa ajena, luciendo aliviado y relajado ante esas palabras. Seiseki solo se aserco para darle una caricia en la cabeza antes de empezar a alejarse, dejando desconsertado al más bajo –¡E-espera!– el heterocromatico se detuvo, mirándolo con curiosidad a espera de que siguiera.
Ethan se puso lijeramente rojo, no estaba muy seguro si preguntar o no, no solía ser muy social y pocas veces hablaba, incluso era malicimo recordando nombres y eso lo avergonzaba un poco más.
–Mu...Muchas gracias– sus mejillas se enrojecieron más, pero su corazón latio con más calma al ver a su contrario sonreír y asentir, viendose cariñoso y alegre de poder ayudar. –disculpa... ¿Cuál es tu nombre?– sabía que se olvidaría, pero no quería verse descortés.
–...– lo pensó unos momentos, no quería verse mal pero tampoco solia dar mucha información, aún así dar su nombre no sería malo –Seiseki– no sabía si irse en ese momento o esperar.
–Huuum... El... El mío es Ethan– sentía que estaba metiendo la pata y eso lo incomodaba mucho.
–Nos vemos Ethan– sonrió suave, saludando antes de terminar de pasar el puente y poder llegar a dónde quería, relajado y feliz de haber ayudado, no solía usar su lado firme y frío pero ese chico realmente nesesitaba un merecido.
Ethan se quedó allí debido a su trabajo, pensando en lo que había pasado y aún algo curioso por aquel chico, nunca lo había visto antes, se veía vastante nuevo y dudaba mucho haberlo pasado por alto antes debido a su apariencia... Vistosa.
Pasaron unos días y Ethan no había vuelto a ver a Seiseki, mucho menos al pelirrojo, se ve que el heterocromatico d verdad le había dado un susto.
Ethan se encontraba sentado en el borde del puente, jugeteando con una bolsa con contenido, luciendo pensativo y perdimos en sus pensamientos, no atento como solía estar.
–Buenos días– la voz fue suabe, calmada y gentil, pero a pesar de su bajo volumen logro llamar su atención, sacándolo de su ensimisamiento y logrando que volteara, mirando sorprendidos los ojos amables y de dos colores que le devolvía la mirada. –¿El chico volvió?– Ethan pestaneo un par de veces antes de comprender.
–¡Ah! ¡N-no! No ha vuelto– Seiseki se vio más feliz y calmado, enderezandose ya que antes había estado inclinado para poder hablarle mejor.
–¿Estás bien?– Ethan tardó pero asintió enérgicamente, algo nervioso.
Pero el de vitíligo sonrió con dulzura, dándole una caricia en la cabeza antes de empezar a moverse y alejarse, se había asegurado de que estaba bien y ese chico ya no volvía, no tenía mucho más que hacer ahí...
–E-espera p-por favor– Ethan se bajó del lugar, logrando que Seiseki se detuviera y lo mirara con curiosidad –E-es p-para... ¡Para ti!– Seiseki parpadeo, sorprendido de la bolsa algo grande que de pronto fue extendida con ambas manos hacia él.
La agarro con algo de sorpresa, mirando su contenido con curiosidad antes de sonreír extrañado pero agradecido; el contenido eran varios tipos de caramelos de todos los sabores.
Levantó la mirada, sonriendo con dulzura y agradecimiento, pero tan pronto miro hacia adelante parpadeo confundido al no ver al chico, miro hacia todos lados pero Ethan había desaparecido.
Era algo confuso y extraño para Seiseki, pero suponía que tenía sus razones, así que decidió sonreír y terminar de pasar el puente, divertido y algo feliz del pequeño regalo ajeno.
Ethan al verlo alejarse animado por fin suspiro, la tencion de su cuero que antes no había notado desapareciendo con rapidez, no había metido la pata, había tenidos miedo de que a él no le gustarán los dulces pero gracias a Dios sí.
Ninguno de los dos habla mucho realmente, pero quisas logren una amistad fuerte e inquebrantable.
¿Que creen ustedes?
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WUUUUUUUUUUUUUUUU!!! TERMINADO EN DOS HORAS >:3
Espero que allan disfrutado, más tú Berry, Ethan me encanta, es uno de mis favoritos >w<
Ethan y el pelirrojo es propiedad de Berry, solo Seiseki me pertenece.
Sin más, espero se encuentren bien, los quiero mucho y nos vemos~💗
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