trolls, tierra y mar.
Esta cosita se me ocurrió luego de leer un poco de la historia de fanityjael, así que parte del crédito a ella por favor.
Ustedes solo disfruten :3
Por sierto, se las recomiendo.
•°•°•°•
Ramón realmente no quería ser un rey, no quería ser líder de un reino que no lo quería solo por ser gris, no quería que su madre no fuera aceptada solo por ser mujer.
No quería nada de lo que había obtenido, pero vivía con eso, y a pesar de tener muchas cosas en su vida que jamás pidió, intenta vivirlo lo mejor posible.
Una semana antes de su coronación tenía una fiesta, una en la que debía comportarse como el príncipe que era, y una en la que tenía que cantar.
Le gustaba cantar, lo amaba y se sentía liberador, pero cantar para trolls que no lo querían se sentía injusto, pero tenía que hacerlo.
Suspiro, su amigo Gary sin despegarse de él durante toda la fiesta, su hermana Val estaba en el salón junto a su madre y los demás habitantes. Él aún estaba en el balcon, solo quería aire antes de que el show tuviera que empezar.
Pero de pronto escuchó una burla, seguida de risas y comentarios en susurros que pusieron sus pelos de punta, se volteo apenas, logrando ver de reojo a tres trolls distintos, pero solo uno llamo su atención, de piel brillante y violeta, ojos vibrantes y claros acompañados de una cabellera bicolor, de alguna forma, se veía algo distinto a los demás.
–Buen día, no los había visto antes, ¿Llegaron hace poco?– pregunto enarcando una ceja, intentando ser amable a pesar de la clara intención ajena.
–Oh no, te estábamos buscando, queríamos hablars sobre tu padre– la sonrisa maliciosa y colmilluda lo hizo desconfiar y dudar, desviando la mirada antes de volver a verlo.
–Disculpame, ¿Cuál es tu nombre?– pregunto con duda, ocultando sus manos tras su espalda.
–No hace falta saberlo, ¿Por qué querrias esa información? No te sirve de nada– se cruzó de brazos, luciendo burlon y engreído.
–Solo estoy siendo amable, después de todo, es bueno ponerle un nombre al rostro– Ramón estaba intentando mantener el control, no toleraba a ese tipo de trolls, pero tenía que convivir con ellos por lo menos hoy.
–Uuff sí, igual que tú padre, me preguntó si lo fracasado también viene de él, seguro que sí– eso lo molesto demaciado, probocando que apretara los labios y los puños, intentado no perder el control.
–Disculpame otra vez, tengo cosas que hacer en estos momentos, gracias– camino hacia ellos solo para pasar a su lado y entrar al salón, intentando ignorar sus risas y burlas entre dintes.
–Oh, ¿Ya te vas? Que lastima, aún así no sería un onor hablar contigo, de hecho, ahora que lo pienso, acabo de perder el tiempo– sus compañeros se rieron, pero Ramón dejo salir un gruñido profundo, se estaba burlando de él, y a pesar de sus largas y arduas horas de clases de modales y vocabulario estaba teniendo problemas para mantener la compostura.
–Por favor, les agradecería que se retiraran o dejarán de comportarse de esa forma, de verdad– Gary estaba removiendose dentro de su cabello, estando nervioso de lo que podría llegara a suseder.
–¿Y si no quiero qué?– enarco una ceja burlón y engreído, los demás soltando la carcajada.
Ramón estaba por hablar, quisas lanzarse sobre él y callarlo a golpes, pero se le adelantaron.
–¡Arroyin!– alguien apareció tras las puertas del balcón, luciendo enojado y tenso.
Era grande, de piel bermellón brillante y con un aura más clara a su alrededor, como si fuera brillo. Sus ojos eran intensamente anaranjados, con su cabello amarillo y ondulente como si fuera fuego.
Pero lo más sorprendete de todo, eran sus rasgos tan distintos. Tenía orejas de tres puntas, con aletas en vez de piernas, bibrantes y con algunos pequeños cuadrados de diferentes tonalidades de rojo, como si fuera un degradado cuadriculado.
Sus puños están firmemente apretados mientras parece levitar, robando las miradas de todos, pero los tres arrogantes se miran entre ellos, empezando a respirar con dificultad ante el pánico que los inunda.
–El rey le dejo en claro a todos cuáles son las reglas, ¿Recuerdas?– otro más aparece, está vez extrañamente desde el techo, igual al de color rojo solo que está vez con tonalidades verdes y ojos azules.
Ramón retrocede, mirnado sorprendidos y emocionado a los dos nuevos trolls, son ellos, son los trolls marinos, los reconose, por supuesto que lo hace, los veía en las ilustraciones del libro que tanto leyó con su padre. Son iguales, coinciden a la perfección.
Está tan emocionado que ni siquiera nota que Arroyin lo empuja en un intento de salir corriendo, siendo seguido por los demás. Su mente solo trabaja en un intento de entender que hacen allí, que hacía ese tal Arroyin en el reino terrestre, y el por que se veía ma aparecido a los trolls Pop que a los Techno, así era como los llamaba su padre.
Volvió a mirar a los otros dos cuando escucho un alarido, viendo cómo uno de ellos había sido atrapado por el Techno de color verde, este gruñendo mientras forsejeaba antes de decidir noquearlo y dejarlo atado, desplazandose por el aire para poder atrapar al segundo.
Ramón vuelve a mirar al trolls rojo, notando como ahora Arroyin de algún modo volvía a ser un Techno, volando con desesperación por todo el salón en un intento de encontrar una salida y escapar.
Todos los presentes están asustados, viendo cómo los otros dos se persiguen por todos lados y se chocan algunos, el rojo disculpándose cada vez mientras que el violeta soltando insultos desesperados.
En algún punto, el Techno troll más grande se cansa y agarra una silla, dando vueltas al punto de parecer un remolino y solo soltabdo lo que tenía en mano cuando Arroyin estubo en su punto de vista, logrando que el mueble le diera y prlbocara un desmayo en el más chico, este cayendo en picada antes de que el verde logrará atraparlo.
–¡Al fin!– suspiro el rojo, permitiéndose sentar en una de las mesas y rascarse la cabeza, luciendo cansado y lijeramente menos tenso al ver que los tres fugitivos y rompe reglas estaban atrapados.
–Estos tres están en cerios problemas– suspiro el verde, dejando al violeta con los otros dos y levitando hacia su amigo.
–Sí, pero el rey no se lo tomara como nosotros, ellos probablemente solo estarán una semanas haciendo servicio comunitario y todo eso– se pasó una mano por la cara, decidiendo moverse y volver al palacio con los tres.
–Quisas la princesa logrará hacer que entre en razón– opino el contrario, ambos ignorantes de los estados de shok que dejaron en todos los presentes.
El rojo soltó una carcajada corta y sonora, mirándolo con ceriedad luego de eso.
–Si tan solo pensará como debería– gruño en voz baja, haciendo una mueca exagerada que provocó la risa de su amigo.
–Sabes que lo hará– rio divertido antes de agarrar a dos de los tres inconscientes.
–Sí, pero si fuera la de antes– hizo un sonido extraño pero que se podía interpretar como desepcion y negación, el verde soltando la carcajada.
El segundo Techno miro a su alrededor, apenas logrando divisar a la reina y levitabdo hacia ella con rapides, apartandola un poco de la multitud más chismosa.
Comenzaron a hablar, Ana apenas pudiendo reaccionar y encontrar las palabras para responder, pero luchando contra el impulso de correr hacia su hijo y disculparse de todas las maneras posibles. Se había equivocado, los Techno troll si existían, había sinco en su salon, los estaba viendo, estaba hablando con uno.
Le debía muchas disculpas a su hijo.
Y todo el reino también.
Ramón apenas se podía contener, por fin, por fin podía ver que su padre tenía razón, por fin él tenía razón. Corrió hacia el Techno verde, luchando por no tropesara en su apuro de estar serca y presentarse para poder obtener toda la información posible, Gary volando a su lado con la misma emoción.
–¡Hola! ¡Hola!– repitió logrando llamar su atención, el verde mirándolo con curiosidad y sorpresa –Mucho gusto, soy Ramón, ¿Cuál es tu nombre si se puede saber?– estaba tan emocionado que apenas podía contenerse para no saltar.
–Tambien es un gusto, mi nombre es Azur– el verde abrió los ojos sorprendida ante la corona, dejando caer los cuerpos inconsientes de los otros trolls apenas reaccionando –Lamento mucho la intervención su altesa, estos tres fugitivos debían ser sí o sí capturados antes de los dos días, realmente no esperábamos que se metieran a un lugar tan importante como este– se veía un poco nervioso, pero Ramón nego, logrando calmarlo un poco.
–No te preocupes, este es su trabajo, pero realmente se vieron geniales ¿Acaso son guardias reales o alguna especie de casarecompensas?– pregunto con emocion apenas contenida, mirándolo a la espera de una alentadora respuesta.
–Oh, bueno, técnicamente somos los guardias reales, pero mayormente estamos haciendo patrullaje por las cayes del reino o nos dan la tarea de capturar fujitivos, ladrones, embaucadores y todo aquel que rompa alguna regla o ley– a diferencia del menor, él parecía un tanto más tranquilo, manteniendo la postura y los modales adecuados que la verdad en esos momentos Ramón estaba ignorando.
–Nosotros tenemos algo parecido, solo que tenemos un troll por puesto– dijo sorprendido, si un troll techno era capas de hacer eso por si solo era realmente sorprendente, al menos para él.
–Probablemente no debería de decir esto, pero la verdad sería muy aliviante poder tener solo un trabajo en vez de cinco– Ramón rio divertido, Gary riendo con él. –Oh... No lo había notado, disculpa– miro al ser alado sentado en el hombro del principe.
–No importa, suele pasar– sonrió –Soy Gary, un gusto–
–Igualmente– el verdoso sonrió un poco, mirando de reojo a su compañero, notando que parecía tener algunos problemas para que la reina reaccionara, estarían unos cuantos minutos ahí.
–¿Cómo es el mar? Vienen de ahí ¿no?– pregunto el príncipe, más emocionado ahora que su amigo se había presentado.
–Bueno, no podría describirte lo hermoso que es el mar, tendrías que verlo con tus propios ojos, arruinaría la sorpresa si fuera que hablara– la emoción de Ramón solo aumentaba, intentando no saltar.
–Azur– ambos se jiraron, notando al troll rojo levitar hacía ellos –Ya logré hablar con la reían, podemos irnos antes de que el rey entre en pánico– dijo en un suspiro, agarrando a Arroyin y colgandolo al hombro como un saco de papas.
–Rambo...– el mencionado se volteo, mirando a su compañero con una ceja levantada antes de notar la presencia del menor, quien lo miraba espectantes y curioso.
–Mucho gusto, soy Ramón, usted es Rambo ¿No?– pregunto con curiosidad, él era más imponente que su amigo, un tanto más serio y con una constectura ficica más notable.
–Asi es, un gusto-...– se interrumpió al notar la corona, tragando en seco –Disculpe las interrpciones, ya nos vamos– se vio un poco nervioso, Azur agarrando a los otros dos trolls y haciendo una mueca.
–No, no, no, está bien, tu amigo ya me lo explico, no hay de que preocuparse– resto importancia con una sonrisa, desepsionandose un poco al saber que se estaban por ir. –Oigan, ¿Cómo es que él pudo hacerse pasar por un troll pop?–
–Las pulceras– señaló Azur con la cabeza, Ramón recién notando que Arroyin tenía joyería al rededor de sus muñecas.
–Yyyyyy ¿Existe alguna pulsera que... Pueda convertir a un troll pop en un troll techno?– pregunto algo nervioso, mirando su alrededor a espera de que los chismosos se mantubieran alejados, mientras que Gary lo miraba con los ojos bien abiertos.
Los Techno de miraron entre ellos, sorprendidos ante la pregunta y algo confundidos.
–Usted... ¿Quiere ver el mar?– pregunto Rambo, Ramón desviando la mirada antes de asentir. –Eso... No estoy muy seguro, el rey sigue firmemente arraigado a la idea de que ustedes pueden ser peligrosos– Azul hizo una mueca ante las palabras de su amigo, sabiendo que era verdad.
–¿Es por el conflicto de hace años?– ante las muecas de ambos pudo saber que había asertado –Pero... No todos somos malos, las cosas cambian– no quería verse desesperado, pero estaba teniendo la oportunidad frente a él y se le estaba yendo, tenía que tomarla antes de que fuera demaciado tarde.
–Lo sabemos, lo hemos visto, pero...– Azur miro a Rambo, este pareciendo pensativo.
–Quisas podamos convencerlo– Murmuró en voz baja, el verdoso asercandose a él.
–Rambo, ya hablamos de esto–
–Lo sé, pero tenemos pruebas, podemos hacer que el rey venga hasta aquí y vea por si mismo todo lo que cambio, más si la princesa y el príncipe está de nuestro lado– Azur suspiro entre dientes, intentando no gruñir.
–No lo sé, aún así dudo de que deje entrar y salir a cualquiera–
–Es mejor que nada– sonrió el rojo, el verde haciendo una mueca y mirando a Ramón. –Veremos que podemos hacer, no queremos ilucionarlo, pero hay posibilidades de que vea el mar– Ramón sonrió, la emoción apoderándose de él por completo y comenzando a festejar.
Por fin vería el mar, por fin lo conoseria, por fin vería todas sus maravillas y quisas descubrió un poco más, estaba tan feliz que no cabía en sí, aria lo que tanto deseo por fin.
Soltó una carcajada, abrazando a Rambo al ser el que más serca tenia, soltando agradecimientos y festejos mientras evitaba saltar para no sacudirlo.
El troll rojo pestaneo sorprendido, algo confundido mientras miraba a su amigo de reojo, ambos luciendo bastante perdidos. Pero en algún momento correspondió el abrazo, sonriendo un poco con divercion y sorpresa.
De algún modo los colores del troll gris comenzaron a aparecer, lento y constante pero lograndose ver qué eran hermosos y con un intenso brillo que demostraba su felicidad.
Los presentes quedaron más boquiabiertos de lo que ya estaban, mirando el radiante brillo que desprendía el príncipe, los guardias se miraron otra vez entre ellos, habían ignorado la falta de color ajena porque así debía ser, pero ahora estaban maravillados por lo que veían.
Las cosas estaban cambiando más rápido de lo esperado, quisas mejoraría.
O quisas empeorarían.
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Terminé ^^ perdón si se vio aburrido o algo por el estilo, aún así, espero lo hallan disfrutado.
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