Nimona: no estás sola
Ignoren el título, no sabía que ponerXD.
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A pesar de que ahora es una heroína, amada por todos y unida en personas que quieren una foto o un autógrafo, sigue teniendo solo a Ballister y Ambrosio, los tres conforman una familia extraña pero fantástica.
Y sinseramente, ninguno pide algo más.
Es en un momento donde sigue haciendo sus fechorías es dónde la encuentra, corriendo por las cayes y riendo a carcajadas mientras resibia un montón de insultos y varios reclamos de las personas que chocaba y llegaba a robar.
Fue justo ahí que la encontro, no pensó poder ver a alguien de soslayo y quererla en su vida.
Pero justo ahí estaba, su mejor amiga, su hermana, su compañera, ahí estaba.
La siguió, viendo desde las alturas como creaba varios destrozos y demás locuras, riendo a carcajadas cuando veía el desastre que hacía. En un momento comenzó a bailar mientras golpeaba basureros y tiendas, desarmando algunos guardias y logrando crear pasos divertidos.
Nimona quedó imprecionado y maravillada de la gran avilidad y agilidad ajena, notando que tenían casi el mismo corte de cabello, solo que el suyo era azul y asemejaba más al de una rokera.
Parecía vestir “normal”, con una capa oscura y azul, de remera blanca y pantalones negros hasta la rodilla, los pies vendados junto con parte de los brazos. Sus hombros estaban a la vista, ligera musculatura y vastante alta, quizás más que ella.
Su rostro era muy parecido al suyo, pero habia algo muy distinto, sus cejas eran finas pero llenas de expresión, con una sonrisa maliciosa y divertida aunque con dientes normales y no puntiagudos.
Nimona la siguio por un rato, viendo sus acrobacias y bailes mesclsdos con caos y locura, llenos de alguna carcajadas y otros gritos.
–¡¿Que onda amigo!?– grito de pronto hacia un guardia, este saltando y soltando un grito de pánico antes de apuntarle –Oh, relájate viejo, quisas te venga bien un masaje. No te preocupes, soy eeeeeexperta– hizo manos de jazz antes de ponerse detras del guardia y golpear su espalda con un rodillazo, probocando que gritara adolorido.
Ella se agachó para no recibir un disparo, mirando al segundo guardia con una sonrisa de malicia.
–¿También quieres un masaje? No te preocupes, tengo tiempo de sobra– dió un salto y una voltereta, cayendo detrás de él y haciendo lo mismo que con el anterior, luego agarro las armas y golpeando a ambos, dejandolos inconscientes. –Eso fue rápido– esquivo otro disparo, mirando hacia su costado y notando a más guardias –Ojojojojo, ¡Esto será ge-nial!– dió saltos para llegar a ellos, comenzando a bailar y dar golpes con preciosion y divercion.
Nimona rio a carcajadas, viendo cómo ellos terminaban por salir corriendo despavoridos y buscando refugio.
–¡JA! ¡COBARDES!– grito la peliazul, soltando una carcajada cuando uno de ellos dejo salir un grito poco masculino cuando le arrojó algo. –Jaja, mañana serán los mismos, son divertidos– la pelirosa dió un salto, cayendo delante de ella de una manera un tanto exagerada solo para imprecionarla.
–¡Amiga! ¡Eso fue geni-!...– al levantar la mirada se dió cuenta que ya no estaba, mirando su alrededor en busca de ella pero sin lograrlo, se había esfumado –...al...– completo haciendo una mueca, algo desepcionada al ver que había perdido su oportunidad.
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–¡JEFE!– Nimona entro con una patada a la casa de Ballister, sobresaltandolo y logrando que cayera al suelo del susto –¡Hoy fue genial! ¡Vi a una chica que hacía desastres y destrucción por todos lados! ¡Era súper metal!– hablo emocionada sobre ella, detallando a la perfección lo que vio e imito algunas cosas, destruyendo un poco en el proseso.
El caballero solo suspiro, escuchando las locuras que soltaba su amiga con toda la emoción del mundo. Había sido extraño al principio oírla divagar sobre violencia y demás cosas sangrientas, pero se había acostumbrado y lograba llegar a verle lo divertido en los disparates que salían de su boca.
Resulta que esa tal peliazul usaba una violencia moderada, los golpes hacían un poco de daño pero nada grave como para provocar que fueran al hospital, no como la de ella. Pero podía entender su emoción, mezclaba golpes con baile, eso era difícil, él lo habia intentado pero había fallado y se dió cuenta que no estaba hecho para bailar y al mismo tiempo luchar.
Pero era sorprendente de que alguien había logrado eso.
Al día siguiente paso lo mismo, Nimona llegó parloteando sobre ella, contando lo increíble que le pareció lo que pasó, probablemente exagerando momentos pero se veía tan imprecionado y divertida que Ballister se pregunto si no serían buenas amigas.
La semana paso igual, con ella sin dejar de hablar sobre la nueva chica.
–¿Y por qué no le hablas?– pregunto en un momento, interrumpiendo a la mayor, quien lo miro sin expresión alguna luego de unos minutos.
–Lo intento... Pero se va antes de que logré decir algo– eso llamo la atención de Ballister, ella era increíble y escalofriantemente rápida, ¿Cómo era que no pudiera hablar con ella antes de que se valla?.
–Intenta ser más rápida o interrumpela, será más fácil– opino enarcando una ceja, notando con algo de sorpresa como ella parecía pensarlo. ¿No lo había notado antes?.
–Esa... ¡Es una exelente idea!– sonrió, pero su sonrisa se fue –Pero no estoy segura que se lo tome a bien que la interrumpa– hizo una mueca.
–Ustedes dos son muy parecidas, estoy seguro de que te irá bien– eso la motivo un poco, y al día siguiente hizo exactamente lo que le dijo.
Salto delante de ella cuando estaba corriendo, haciéndola frenar y que la mirara con una ceja levantada.
–Lo siento niña, tengo prisa– dijo con un tono algo animado y ligeramente juguetón, algo que la hizo sonreír con dientes afilados –¿Cómo es que-...?–
–¡Hola! ¡Soy Nimona! ¿Quien eres?– pregunto cruzada de brazos con una sonrisa, intentando imitar ese tono.
–Mucho gusto Nimona, soy Azure, pero podemos hablar otro día o en otro momento, estoy algo ocupada– la pelirosa se sorprendió del tono ajeno, no parecía apurada pero a jusgar como miraba para atrás cada dos por tres estaba nerviosa.
–Puedo ayudarte, ¿Que nesesitas jefa?– sonrió con malicia, esperando poder patear algunos traceros.
–Wow, heemm, ¿Podrías distraer a los guardias para poder esconderme?– Nimona se desinfló, mirándola sin entender su comportamiento –...¿Estás bien?– Azure ladeó la cabeza, mirándola con ligera preocupacion.
–¿Por qué estás escapando? ¡Eso no es divertido! ¿Por qué te volviste así de amargada?– hizo una especie de puchero, la peliazul mirando una vez más hacia atrás.
–En realidad es un poco más complicado de lo nor-...– Azure se enderezó de pronto, mirando a Nimona con ligera preocupación de si misma –¿Me has estado espiando?– enarco una ceja, viéndose un poco incómoda.
–Oh, no, yo preferiría decir que te estuve estudiando, eres rápida, ágil, muy buena en el baile y la pelea, ¡Me encanta cuando los combinas! ¡Deberías enceñarme! Ya le pedí a Ball pero él no sabe cómo hacerlo– Azure trago un poco, nunca había perdido de vista una sola persona y ahora resultaba que una se le había escapado, siempre detrás de ella y estudiandola, solo esperaba que ese estudio fuera superficial.
Miro una vez más para atrás, tensandose al ver a los veinte guardias gritando y corriendo hacia ellas.
–Nimona, encerio, en estos momentos me tengo que ir, así que un gusto y cuídate– sonó igual que antes, pero ahora ligeramente preocupada y nerviosa.
–¡Se supone que te iba a ayudar!– Azure se quedó quieta, volteandose mientras se ponía la capucha.
–¿Cómo puedes ayudarme?– pregunto ligeramente más nerviosa, mirando los guardias que se asercaban con demaciada rapidez para su gusto.
–Solo observa– sonrió con malicia, desapareciendo de los ojos de Azure en cuanto se movió, eso fue sorprendente y escalofriante al mismo tiempo.
La peliazul se removio en su lugar, retrocediendo un poco mientras que no despegaba la vista de los guardias que se asercaban. Estaba por correr cuando se dió cuenta que estaba siendo rodeada, se había quedado demaciado tiempo quieta.
Gruño por lo bajo con algo de frustración, poniéndose en posición para quisas poder sacarle divercion a ese momento, solo esperaba que no alcanzarán a ver su rostro.
Pero de pronto empezaron a caer como lluvia al suelo, recibiendo golpes y bofetadas de quién parecía ser ella pero con un pequeño mechón rosado.
–¿Pero... Que?– Azure ladeó la cabeza, mirando sorprendida como era imitada con casi total perfección, solo que soltaba disparates al pelear.
Se rió casi con una carcajada, viendo que su camino se había despejado, así que mientras corría miraba hacia atrás con divercion, no era tan mala haciendo eso.
Corrió algunas cuadras hasta bajar a un callejón. Mirando hacia atrás en un intento de ver si lograron seguirla, pero sonrió al ver que eso no sucedió.
Bajo algunas escaleras, pero justo antes de tocar la pared Nimona apareció frente a ella con una gran sonrisa, o al menos se supone que era ella, ya que aún mantenía la imagen de Azure.
–¿Que tal? Nada mal ¿Eh?– se cruzó de brazos con orgullo, notando entonses el estado en blanco de la contraria –Oh no– volvió a su estado normal, mirándola con el ceño fruncido de preocupación, esperaba que no fuera como los demás.
Azure recién notaba que transformarse en otras personas no era normal, antes no lo había hecho debido a que tenía otros problemas, pero ahora que lo analizaba mejor podía entenderlo y darse cuenta de la clara diferencia.
–Tú... No eres humana– Nimona hizo una mueca.
–Bueno, eso es obvio, ¿No me viste en la tele? Osea, sali en televisión esa vez que me convertí en un monstruo gigante y negro, y luego en el fénix rosado que se paró delante del rayo y ¡POOM!– hizo gestos exajerados, pero al notar lo perdida que se veía la contraria tuvo una suposición. –¿De dónde eres?–
–Del reiano vecino, de la punta más alejada– enarco una ceja, sin lograr entender del todo, ¿Se había perdido de tanto?
–Oh cielos, que desconectados que están allá, ven conmigo, te contaré toooooda la historia– agarro su brazo y dió un salto, comenzando a volar con sus alas de dragón, algo que sorprendió mucho a Azure.
Aterrizaron en un tejado, con Nimona comenzando a contar desde donde sabía, puesto que no conocía completamente la historia de Ballister pero conocía lo suficiente para entender todo.
Contaba con emoción, hablando y parloteando sin parar, agregando algunas opiniones de los momentos en los que estuvieron y emocionandose en algunos, contando con sumo detalle todo lo sucedido.
Mientras que Azure hacia nota en su celular, escuchando atenta cada palabra e intentando escribirlo lo más rápido y entendible posible, era sorprendente aquella historia y estaba pensando en quisas contarsela a su jefe, despues de todo habian llegado para investigar, aunque ella obviamente no estaba haciendo exactente eso.
Y fue aún más sorprendente oír la historia de Nimona, aunque sentía que faltaba algo, que en realidad no había sido eso lo que pasó.
Sin darse cuenta el tiempo había pasado volando, con Nimona terminando de contar y Azure decidiendo soltando algunos pensamientos que mantuvo en la cabeza, logrando de alguna forma crear una conversación divertida y animada. Pasaron mucho tiempo así, compartiendo ideas, momentos y algunas que otra cosa, pero Azure se encargaba de no soltar ningún secreto al igual que Nimona, las dos eran inteligentes y sabían que no podían confiar del todo el uno a la otra.
En algún momento un teléfono sonó, la pelirosa sacandolo y mirando los mensajes, notando que Ballister y Ambrosio le decían que volviera a casa debido a que se estaba haciendo tarde.
–Oh, me tengo que ir– dijo algo desanimada, pero no quería asustar a su jefe y al novio de su jefe.
–Esta bien, ¿Quieres que te acompañe? No tengo nada más que hacer– se levanto, ayudándola a levantarse también, sonriendo con diversión ante la emocion notable.
–¡Claro! ¡Aaandando!– salto hacia el siguiente tejado, siendo seguida no mucho después, volviendo a charlar con ánimos.
–Aun no entiendo porque me espiabas–
–No te espiaba, solo me llamaste la atención y decidí seguirte hasta que pude hablarte– corrijio sin mucha vergüenza, mirándola con diversión.
–Sigo pensando lo contrario, pero si tú lo dices– se encogió de hombros, caminando con tranquilidad mientras disfrutaba el pequeño silencio.
–¿Por qué corrias?– había esperado que no preguntara eso.
–Es complicado, hay un guardia en específico que me conose y podría meterme en un estúpido... Eehh... A algún lugar que no recuerdo cómo se llama pero que no es la prisión, y por eso decidi que era mejor no pelear... Pero justo usaste mi apariencia así que ya sabe que estoy aquí– se encogió un poco de hombros, Nimona haciendo una mueca.
–Lo siento, no quería meterme en más problemas–
–Nah, está bien– le resto importancia, sonriendo a los pocos segundos –Lo hiciste más divertido– guiño el ojo, la peliarosa sonriendo.
–¿Y por qué te mudaste? ¿No estabas bien en tu reino o algo así?–
–Oh bueno, esa fue decisión de mi... Jefe, necesitaba terminar algunos asuntos pendientes en este reino, nos iremos cuando termine– eso desánimo a Nimona, puesto que realmente veía muy interesante a su nueva amiga y no quería que se fuera tan pronto.
–¿Tu jefe es tu padre?– Azure pestaneo ante la pregunta, negando con una ceja enarcada.
–No, es mi tutor– Nimona frunció el ceño.
–¿Por qué vives con tu tutor?–
–Mis padres están demaciado ocupados todo el tiempo, así que él es el único que me cuida– hizo una mueca, desviando la mirada.
–Bueno, al menos tienes a alguien– Azure rio, asintiendo. Pero había algo en sus ojos que no convencía a Nimona.
De todas formas decidió cambiar de tema, haciendo la conversación más divertida y animada hasta que llegaron a la torre, la pelirosa patenado la puerta para entrar con total normalidad, dejando ligeramente sorprendida y divertida a Azure.
–¡JEFE! ¡MIRA QUIEN VINO!– llamo con emoción, Ballister apenas moviéndose en su aciendo para verla junto con su pareja, logrando ver el peinado azul pero nada mas que eso, esepto los ojos brillantes y celestes.
Un escalofrío recorrido a los caballeros, notando algo extraño en ella.
–Buenas noches– saludo con las manos en los bolsillos del pantalón, su capa cubriendo uno de sus hombros.
–Ella es Azure, Azure, ellos son Ballister y Ambrosio– presento con emoción antes de agarrar el gancho colgante y subirse, tomando impulso para llegar hasta el sillón, arrojando la cadena para asercarla nuevamente a la peliazul –¡Ven! ¡Pasa!– Azure enarco una ceja, decidiendo imitarla y llegando hasta ella sin mucho problema, saltando y cayendo de sentin en el sillón. –Nada mal–
–Ya lo sabes– se encogió de hombros, Nimona riendo antes de acomodarse y comenzar a parlotear, ambas logrando undirse otra vez en una conversación.
Ambrosio y Ballister se miraron entre ellos, sorprendidos de lo rápido que la pelirosa logró hacer amigos, o quizás solo Azure no sabía lo que era.
Aún así, era un gran inicio.
Y una puerta habierta para más caos y locura.
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Creo que tiene potencial para una historia a parte, porque tengo muchas ideas y todas están relacionadas.
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