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"¿Enemigo?"

Serie/Película: Valiente y Como Entrenar A Tu Dragón 3

Ship: Mericup (Mérida×Hipo)

* Hagan como si Hipo y Astrid nunca fueron pareja, solo buenos amigos

* Estoico no murió, lo hizo Bocón.

Narra Mérida:

Han pasado varios años desde el incidente que tube con mi madre, pero ya lo solucionamos. Actualmente ella me esta preparando para que pueda ser Reina a mí manera, mientras le enseño un poco de arco a mis hermanos.

Un día los cuatro clanes llegaron por sorpresa pidiendo ayuda al Reino, diciendo que habían salido a explorar tierras nuevas y se toparon con aldeas vikingas que montaban dragones. Eso me pareció interesante. Loco e imposible, pero interesante.

Semanas después estábamos en medio de una guerra por territorios, mi madre nunca me dejaba salir del Castillo por temor a que algo me pasara pero puedo ayudar.

Me encontraba en mi alcoba cuando derrepente llega mi madre con mis tres hermanos y los mete a la fuerza a mi habitación.

Mérida: ¡Mamá! ¡¿Qué estás haciendo?! -ella se veía seria pero preocupada asique cerró la puerta de mi alcoba y le puso llave- ¡Mamá!

Mamá: Los guardias vieron a lo lejos un ataque de dragones acercándose y es bastante grande. Tú te quedas aquí por seguridad. No dejaré que tomen a la futura reina de rehén. -dijo seria y se fué.

Miré a mis hermanos y uno de ellos traía un juego de cartas, otro un arco y otro las flechas.

Mérida: A pesar de todo los amo chicos.

Luego de un rato de jugar cartas, el sol se había puesto y explosiones empezaron a escucharse asique me asome por la ventana y ví a dragones rojos y azules lanzar algo de fuego. En realidad no ví mucho, porque los dragones pasaban volando rápido y no podía detallarlos, pero en una de esas ví como los dragones llevaban gente encima.

(Nota: Imagínense que la ventana esa era más grande plis :D)

Narra Hipo:

No puedo creer que mi padre me obligue a participar en esta absurda guerra y a mis amigos también. Pero bueno, estos romanos no sabrán ni quién los atacó.

Mientras volaba con Chimuelo sobre el gran castillo, ví movimiento en una de las ventanas y algo dentro de mí me decía que tenía que entrar, y mi instinto nunca falla.

Hipo: Astrid voy a ver que pasa adentro del Castillo. -le grité cuando nos reunimos sobre las nubes

Astrid: Pero nos ordenaron no acercarnos al castillo. No deben saber cuales son los puntos débiles de nuestros dragones o que dragones tenemos.

Hipo: ¡Lo sé! Por eso le puse su cola automática a Chimuelo, voy a ir con el traje volador. -en eso escucho un quejido de Chimuelo mostrando preocupación- Estaré bien amigo. Hazle caso a todo lo que diga Astrid o Patapez. Pero NUNCA a Patán o los Gemelos. -el gruñó en aprobación y simplemente salté.

Astrid: ¡Suerte Hipo! -fue lo último que escuché de ella.

Narrador Omnisciente:

Luego de un rato de ver todo el caos que había afuera por la ventana, Mérida vió una figura negra lanzándose hacia donde estaba ella.

Y notó enseguida que no era bueno.

Mérida: ¡Escondanse! ¡Ahora! -le gritó a sus hermanos.

Ellos sabían que ella solo se ponía así de autoritaria y seria cuando era necesario asique le hicieron caso y dos se metieron en el armario y otro bajo la cama. Ella se quedó en una esquina del cuarto apuntando a donde creía que esa cosa iba a caer si entraba por la ventana.

Segundos después pasó lo que calculó, un hombre de armadura completamente negra cayó por la ventana sin ningún rasguño y se paró lentamente de espaldas a Mérida. Ella notó que si disparaba sería en vano pues se notaba que era una armadura resistente. Luego vió al hombre quitarse el casco y vió su cabello castaño y como se lo revolvía con una mano, oportunidad perfecta.

Mérida: Un movimiento fuera de lugar y te atravieso la cara. -dijo seria y el hombre quedó estático- Date la vuelta, lento. -Hipo se mueve algo rápido- ¡Más lento! -hizo caso.

Cuando se vieron a los ojos ninguno creía lo que veía. Hipo no podía creer ver a una chica sosteniendo un arco de tal manera, eran muy pocos los arqueros en Berk, y eso, de alguna manera, le pareció atractivo. Y Mérida no podía creer que su madre tenía razón y que venían a llevársela.

Hipo: No hay manera de que sepas usar eso correctamente. -dijo retador y Mérida solo se movió medio centímetro y le dió al centro de una mini diana que había justo detrás de Hipo y en un movimiento rápido volvió a cargar el arco.

Mérida: ¿Quieres apostar? -dijo retadora.

Hipo: Bueno.. -suspiro y en un movimiento rápido sacó su espada de fuego y la encendió- ¿Qué va a pasar ahora?

Mérida: Esto. -asintió levemente y uno de sus hermanos le dió un golpe a Hipo en la cabeza con una sartén noqueandolo- Bien hecho.

Mérida lo ató de manos y pies, le puso una tela en la boca, escondió su espada, y lo ató a una silla para poder interrogarlo.

Le sorprendió el mecanismo de la espada ya que guardada es solo un tubo que podía ponerse en el bolsillo pero abierta hasta tenía fuego. Pero claro, no era momento de fijarse en eso.

En otra parte estaban Astrid y los demás quienes ya debían retirarse pero había un dragón que no retrocedía.

Astrid: ¡Chimuelo! ¡Vamonos!

El dragón miraba preocupado el castillo, esperando que su jinete este bien.

Astrid: ¡Si saben quién es no van a dañarlo! ¡Lo necesitan con vida! -esto sacó del transe al dragón- ¡Ahora vámonos! -el dragón rugió rendido y los siguió para retirarse.

Cuando Hipo despertó vió que estaba amarrado a una silla de la cual no podía escapar asique buscó con la vista por toda la sala algo que le pueda ayudar.

Mérida, quién veía todas las acciones del joven desde atrás de este en la misma esquina de antes, no le tenía miedo. Sabía que venían por ella pero también sabía que tenerlo aquí le daba ventaja. Antes de que el joven despertara, había enviado a sus hermanos (quienes siempre pudieron salir) a buscar a su madre y que decida que hacer con él.

Al ver que no podía hacer nada, Hipo empezó a forcejear las cuerdas que lo ataban hasta que pudo quitarse la que tenía en su boca pero esto alertó a la princesa.

Mérida: Luchar no te servirá. -dice segura sorprendiendo a Hipo- No sé quién eres, pero no me das miedo. ¿Oiste? -dijo muy seria.

Con su arco cargado, dió la vuelta por el costado de Hipo y quedó viéndolo cara a cara.

Mérida: ¿Quién eres? ¿Y quién te envió a encontrarme? -Hipo se quedó en shock unos segundos recordando lo que había pasado y Mérida volvió a preguntar- ¿Quién eres? ¿Y quién te envió a encontrarme? -le preguntó algo cansada de la situación apuntándole.

Hipo: Acabemos con esto, ¿ok? Me llamo Hipo Ab.... -se dió cuenta que si decía su nombre sabrían que era el hijo del jefe- Hofferson. Hipo Hofferson.

Mérida: Bién, señor Hofferson. ¿Qué hace aquí?

Hipo: El jefe de mi aldea me ordenó venir a luchar junto con mi dragón y al ver movimiento en el castillo solo quería ver como andaba todo por aquí. -no era del todo mentira.

Mérida: ¿Dragón? Tu llegaste aquí solo.

Hipo: Si... Chimuelo debe estar preocupado. -esto calmó un poco a la princesa.

Mérida: ¿Es tu mascota?

Hipo: Es mi amigo... Daría cualquier cosa por él. -notó a la chica nostálgica- ¿Tú tuviste alguna mascota?

Mérida: Angus, es mi caballo. Bueno, era. Murió por edad hace un año.

Hipo: ¿Sabes? Montar un dragón no es tan diferente a montar un caballo. Puedo mostrarte, si me dejas.

La princesa se quedó unos minutos pensando. No había vuelto a montar un caballo desde Angus, ¿pero montar un dragón? Eso sería una locura.

No. Locura sería escucharlo.

Mérida: En cualquier momento mi madre vendrá a buscarme y en cuanto te vea te pondrá en el calabozo.

Hipo: Y, ¿tú quieres ponerme en el calabozo?

Volvió a pensar. No podía dejar que un vikingo se le meta en la cabeza. Era guapo, no lo negaba, pero la idea de volar en dragón o de montar algo la convenció. Aunque claro, no iba a notar que lo notara.

Mérida: Algo te trajo aquí. ¿Suerte? ¿Destino?

Hipo: Un Dragón. -dijo serio y cansado.

Mérida: Pero cree en mí cuando te digo esto. -dijo sería para luego inclinar la silla donde estaba Hipo- Si quieres haz que tu dragón vuele el castillo entero. Pero si es una trampa no saldrás vivo de esta.

Hipo: ¿Para qué le haría una trampa a alguien que ni conozco su nombre? -esto sorprendió a la princesa asique lo dejó donde estaba- De donde vengo los arqueros son pocos, pero tu pareces manejarlo muy bien. Hagamos un trato. Yo te enseño a montar en dragón, y tu me enseñas a usar un arco. Claro, siempre y cuando tu tampoco me pongas una trampa a mí.

Mérida: Tu ganas. -aflojó el arco, tomó la flecha y con esta cortó las sogas y lo soltó- Como deberíamos estar en tregua, te diré mi verdadero nombre. Yo soy Mérida, Mérida DunBroch. Princesa de este lugar.

Esto sorprendió a Hipo y pensó que si ella lo hizo él podría hacer lo mismo.

Hipo: En ese caso también te diré mi verdadero nombre. -Mérida lo miró extrañada- Soy Hipo, Hipo Horrendo Abadejo III. Heredero al trono de Berk.

Mérida: Ah... Bueno, creo que también podrías enseñarme a hacer esos fantásticos inventos que tienes ¿no?

Hipo: Si... Creo que.... -en eso Hipo se acuerda y empieza a buscar en su armadura su espada- ¡Oye! ¿Dónde está mí espada? -pregunto indignado y algo divertido.

Mérida: La escondí. -dijo divertida creyendo tener la victoria- Y jamás la vas a encontrar. -se cruzó de brazos.

Hipo observó la habitación y luego habló.

Hipo: Está en la basija ¿no? -dijo divertido.

Mérida: Creo que nos llevaremos bien.

El Fin

Holis :D

Me gustaría saber que opinan de este Ship y si quieren que haga más caps de ellos. (Ejem ZafiroMistico222)

Y claro, si quieren que ese "El fin" sea un "Continuará" este capítulo deberá llegar a 10 votos :P

Suerte en sus vidas! :D

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