Muñeco
Nota: algo tonto que se me ocurrió
¿Recuerdan aquella vez que Ragatha se apresuro por ocultar un pequeño muñeco?
¿Esa vez que Jax se convirtió en “bebe” y Moon le pidió ayuda a ella para encontrarlo? ¿No? Pues Lee los anteriores capitulos, (aunque quizás no sea nesesario) pero no importa.
Bueno, sinseramente tiene un pequeño secreto como lo habrán notado, ella sabe (siente) que es estúpido, pero aún así ignora aquello y se esfuerza por mantenerlo. Así que ella solo se apresura a ocultar el muñeco cuando escucha a Moon.
Se alivia al no obtener preguntas o sentir que fue descubierta, pero una vez que Jax vuelve a salir recuerda el muñeco y tan pronto como puede volver a aquel lugar se dispone a terminar su pequeña creación. Se sienta en un lugar apartado, en un rincón más específico, llevándose algunas cosas de costura y empieza a tararear la primera melodía que se le ocurre, sonriendo a medida que termina el muñeco y rellena lo que nesesita.
Se frustra un poco al ver que la sonrisa no se ve como quería, pero se siente satisfecha al saber que aunque no sea perfecto está echo con cariño, incluso si no se lo va a regalar.
Tiene una tranquila sonrisa, su ojo entreserrado con calma mientras pasa la aguja por los bordes, uniendolos con tranquilidad y satisfacción, siempre le a gustado la costura, es algo que descubrió mientras estaba ahí y está segura que antes, mientras aún estaba en el mundo real, se dedicaba a la costura.
Solo se detiene al oír un cascabeleo sercano, su virtual corazón latiendo a gran velocidad al reconocerlo, se apresura a ocultar las cosas, intentando de meterlas entre otras cajas pero termina lastimandose con una tijera, provocando que gimiera de dolor y fuera rápida en lamerse la herida, incluso si ni siquiera sangraba era por puro reflejo.
–hey ¿Estás bien?– se sobresalto al oírla, voltenadose de golpe antes de pensarlo mejor y quedando cara a cara con Moon, quien la mira con una ceja levantada y apoyada en un estante.
–y-yo... Si, estoy bien, solo es un pequeño corte, no tienes de que preocupart-...–
–no me refiera a eso– y con esas palabras Ragatha callo. La sonrisa nerviosa desapareció y se tomó la mano lastimada con una mueca.
Aún no entendía del todo como es que Moon lo hacía, y estaba segura que lo aprendió de Sun después de todo el tipo que pasan juntas, y es que con una simple mirada a logrado que muchos de ellos se deseahogaran o diga lo que sienten, y no solo era ella, Sun no se quedaba atrás.
Intentó desviar la mirada, pero no podía evitar volverla al no oír nada de ella, y otra vez caía en aquella mirada penetrante.
–solo... Es algo estúpido– lo dice antes de arrepentirse, una de sus manos agarrando la caja donde están escondidas las cosas.
–no lo es si te hace sentir algo– se endereza con los brazos cruzados, adelantando solo un par de pasos.
–yo...– desvia la mirada, sin poder evitarlo. Es estúpido, lo sabe.
–Ragatha... No te quiero precionar, así que si quieres decir algo... Yo y Sun estamos para escucharte– la mencionada la mira, su único ojo buscando algo en los ojos ajenos, y aparece encontrarlo.
–tengo un secreto... Que ya no será tan secreto– sonríe lijeramente ante sus propias palabras, vergüenza creciendo en su interior –y siento que es estúpido... Pero por cada integrante de aquí... Hago un muñeco– decide entonses sacarlo, revelando lo pequeño pero adorable que era.
Moon abrió los ojos al tope, su mirada recorriendolo de arriba a bajo y de abajo a arriba. Era ella, perfectamente ella, con su gorro a medio terminar y una pequeña sonrisa apenas visible, los brazos cruzados como naturalmente tenia.
–wow, es... Muy lindo– sonríe apenas, ignorando como las mejillas ajenas se colorean –¿Puedo?– acercó su mano, la muñeca depositando el pequeño en la extremidad. Lo inspecciona más de serca, notando que era detallado y el hilo utilizado para cocerlo era suave y negro. –¿Este era tu secreto?–
–es estúpido, te lo dije– desvía la vista.
–no lo es, algunas veces nos avergonzamos de nuestros propios dotes y abilidades, es raro y algo que no comprendo y no creo poder comprender. Pero así susede, solo hay que aprender a apreciarlos y aprovecharlos, ni hablar de lucirlo, por algo los tenemos– le devuelve el muñeco y ella lo agarra en automático, en su mente aquellas palabras hacían eco.
Quizo golpearse al darse cuenta que era verdad, lo había ocultado por tanto tiempo solo por vergüenza cuando era increíble en la costura, no podía avergonsarse de tal cosa.
–gracias– sonrió, cálida y feliz –pero no era solo por mi habilidad... Yo tengo uno que otro muñeco de personas que ya no están y... Los muñecos me ayudan a recordarlos y no olvidarlos, son como recuerdos de mis amigos, de que alguan vez existieron personas tan maravillosas que pude considerarlas como familia– nota como Moon sonrie con cariño.
Se quedan unos segundos en cilencio, uno que no es incómodo para ninguna.
–diabetes– dice de pronto, una carcajada saliendo de la muñeca sin poder evitarlo – ¿Ya has echo el de Sun?–
–si, lo tengo en mi cuarto– dice entre risas.
–apuesto que estará encantada de verlo– y esa frace le hace un “Klic” en la cabeza de la muñeca.
–¿C-como? ¿Se lo dirás?– está un poco nerviosa, no puede ocultarlo, más que nada está nerviosa por la reacción de sus amigos.
–solo será a Sun, no te preocupes, ¿si ella fuera una bocona crees que se lo diría?– anarco una ceja, el alivio invadiendo a la muñeca.
–okey, solo... Ten cuidado con Jax– porque tiene la sensación de que ese conejo se burlara todo lo que pueda.
–tranquila, por cierto, ya casi es hora de comer, te estaba buscando por eso– se voltea, caminando un poco antes de continuar –¿Vienes?–
–dame un segundo, terminare esto primero– Moon asinete y se va, entonses Ragatha se apresura a terminarlo, sonriendo al ver que aún tenía el cascabel y se lo cosio, satisfecha al cien por ciento al terminar.
Tararea una melodía mientras llega a la gran mesa donde todos ya están comiendo, nota que hay un espacio entre Sun y Moon y sabe que significa, pero no le importa y sonríe, sentandose sin ningún problema y comenzando a comer, sin prestar real atención a su alrededor.
Mira de reojo a Sun, notando que está más callada de lo normal y juega con la comida, su mirada perdida.
–¿Pasa algo Sun?– La mencionada deja de masticar y Moon la mira con la ceja levantada, riendo al ver cómo Sun la observa por el rabillo del ojo y sonríe sin poder evitarlo.
–¿Crees que me puedas dar clases de costura?– murmura serca de su oído, el ojo de la muñeca abriendose de par en par.
–¿Ya se lo dijiste?– mira a la luna con sorpresa. Está encojiendose de hombros con una inosente sonrisa. –bien, cuando quieras– decide decir, sabiendo que aunque no quisiera ni siquiera intentaria negarse.
–genial– Sun sonríe enormemente, tomando un poco de jugo.
Ragatha ríe lijeramente, sintiendose mejor incluso aunque no notara que estaba mal.
¿Quien diría que con una pequeña charla tanto se arregla y se cambia?
Solo hay que hablar con las personas correctas.
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