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Eternamente

Tenía que haberme dado cuenta, tenía que dejar de ser como era... Quizás de esa manera estuvieras en mis sueños al despertar y no eternamente en los tuyos.

Yo era un demonio, un dragón, una bestia, el peligro, la maldad absoluta... O como me quisieran llamar.
Matar personas eso para mí era pan comido, y es que los humanos eran tan insignificantes tan estúpidos a mi vista.

¿Que era eso de formar una familia para después morir? No lo entendía. Sus vidas eran tan cortas y sus comportamientos eran tan extraños.

De todas formas yo siempre me encontraba en un bosque oscuro alejado de ellos, no entraban a mi territorio pues los pocos que lo hacían no salían con vida.

Y así era mi vida, larga vida... Pero todo se fue por la borda por culpa de ella... Esa terca, tonta, curiosa y...

Hermosa princesa.

Mi princesa.

-Princesa no corra -una plebeya de cabellos rosados intentaba alcanzar a una traviesa chica de cabellos azules.

-Meredy-chan, Juvia le ha dicho que la llame por su nombre -hizo un tierno puchero, mientras agarraba su vestido para poder correr con más facilidad.

La pelirosa la alcanzó tomándola del brazo con fuerza cuando se dio cuenta por la dirección en la que iba. El bosque infierno.

-Princesa Juvia, por ahí no -comento preocupada y seria.

-¿Por qué? ¿Por qué todos le tienen miedo a ese lugar? -curiosa miro el bosque, sí, a simple vista se veía oscuro aterrador... Pero ella aprendió a que no todas las portadas son lo que parece.

La primera página de un libro no siempre muestra la historia completa, se necesita más para aprender de él.

-Se dice que dentro de él habita la maldad absoluta... Nadie sabe cómo es realmente pero es aterrador... Tanto que los que entran en ese bosque nunca salen -Meredy se acomodo su traje de Maid mirando a Juvia con seriedad -Eres la princesa del reino Aqua, todos te necesitan.

-Para eso está el hermano de Juvia... Jellal-san se encarga bien del reino -suspiro mirando el bosque tenía intriga.

-Escuchame... Eres la única que porta la magia de agua así que aunque el príncipe Jellal sea el líder en el combate usted es la heredera legítima y tu pueblo te necesita así que... -la tomo de los hombros -promete que no irás al bosque.

Juvia se mordió el labio y cruzó los dedos sin que la chica se diera cuenta. Por lo que solo asintió.

La sirvienta real suspiro algo aliviada y guió a Juvia de vuelta al castillo.
Pero había algo en ese bosque que la llamaba... Algo que escucho mientras Meredy hablaba.

Un suave susurro en su oído guiado por el viento... Eternamente.

Al anochecer, Juvia volvió a escuchar ese susurro, tenía curiosidad así que salió a escondidas de su habitación sin ser detectada por los guardias, a decir verdad siempre fue buena en ser sigilosa y silenciosa.

Agarrando su vestido llegó hasta el bosque, estaba cubierto de ramas filosas y con muchas espinas. Por lo tanto cruzó con cuidado a pesar de que las ramas rasgaran su azulado vestido. Ella se sentía poseída por aquel susurro que no dejaba de repetir la misma palabra una y otra vez.

Ya se encontraba lo suficiente lejos del castillo, se detuvo un poco asustada al escuchar un sonido en una de las ramas.

-Hola... ¿Quién está aquí? -preguntó entre asustada y curiosa.

El mismo sonido se volvió a escuchar esta vez vio una sombra, era extraña, alguien se ocultaba de ella.

-P-Puedes salir... Juvia no te hará daño. Juvia lo promete.

-Dudo que tú puedas hacer algo humana -la misteriosa figura se mantuvo en su lugar -Soy Natsu el demonio del bosque ¿Qué haces en mi bosque? Será mejor que te vayas o te mataré. Acaso no has escuchado las advertencias de un monstruo o qué.

-Juvia no lo sabe, alguien la llamaba o eso cree... -nerviosa, suspiro y luego se mantuvo decidida -Aunque diga eso... Juvia quiere verlo demonio Natsu, ella siente que usted no es tan malo o la habría matado desde el inicio.

-Eres extraña.

-Juvia lo sabe.

Aquel día no se por qué no perdí el control y acabe contigo ni el bosque lo hizo, fue extraño cuando te vi resplandecer bajo la poca luz de la luna fue la primera vez que ví una criatura tan hermosa.

Salí de mi escondite, tenía miedo... Si miedo a que te asustaras y te fueras pero no sucedió. Recuerdo esa mirada que me diste, no estabas asustada, no estabas sorprendida... Estabas ¿Feliz? Es raro.

-Eres...

Te mire esperando cualquier reacción de odio pero te acercaste a mí tomando mis mejillas con aquel brillo en tus ojos.

-Perfecto -sonreiste, eso me sorprendió -eres lo más hermoso que Juvia haya visto.

-En serio eres extraña, Juvia -Tome tu mano era muy suave eso me agrado.

-Juvia lo sabe -repetiste contenta.

Reaccione de aquel hermoso momento, me aleje de ti al instante antes que fuera demasiado tarde alcé mis grandes alas. Gritaste que no me fuera solo pude decirte que te alejaras de mí y volví a ocultarme en otra parte.

Intentaste alcanzarme pero no pudiste, preguntándote como volver al castillo y fue extraño pero el bosque te guió hacia él era la primera vez que algo así ocurría con ese bosque que se alimentaba de humanos.

"Cuando conozcas lo hermosa que es la luna, el cielo y el mar el bosque se dejará de alimentar"

No entendía esa frase... Hasta que tú apareciste princesa.

Desde ese momento volvías una y otra vez al bosque a escondidas, no te ibas hasta encontrarme y hablar conmigo.

Con tus excusas de traerme comida.

De querer saber lo que me gusta.

De querer saber mi historia.

La historia de una bestia como yo... Un demonio.

Eras tan extraña.

-Juvia es una princesa.

-Lo supuse desde que te conocí... Aún así por qué sigues viniendo. -Me encontraba sentado cerca de uno de esos árboles tú siempre mantenías tu distancia.

-Juvia tiene curiosidad, Juvia cree que usted no es alguien malo -sonreiste -Juvia le gusta.

-Yo... ¿Te gustó? -te mire con confusión -¿Qué es eso? ¿Acaso me quieres comer o algo así?

-¡No! E-Es eso es... -sonrojada te acercaste colocandote frente a mí -e-es cuando tú corazón late muy rápido.

-¿Cómo cuando los humanos tienen miedo de mí? ¿Estás asustada? -seguia sin entenderte, tu negaste.

-¡No no no! Es cuando... ¡Cuando quieres hacer esto con alguien! -te acercaste y pegaste tus labios a los míos.

Fue extraño.

Mucho...

Pero, se sentía bien... Era cálido.

-¿Qué fue eso Juvia? -pregunte, tomando tu brazo confundido.

-F-Fue un beso... -explicaste avergonzada -eso haces cuando te gusta alguien.

-No entiendo el beso -te acerque a mi rostro -pero quiero entenderlo solo contigo.

Volví a besarte una y otra vez.
Te besé tantas veces ese día que casi quedabas sin aire. Por tu culpa quería más que eso, no entendía lo que estaba sintiendo pero te deseaba. Te deseaba mucho Juvia.

-N-Natsu... -susurraste agistada en el suelo por mis besos ya salvajes. No me quería despegar de ti y tu cuerpo por lo que me encontraba encima tuyo para que no te fueras a avergonzada por lo sucedido.

Y ese fue uno de mis errores.
Haberte hecho mía.

Pasado unos días, me tomaste de las manos emocionada querías enseñarme el mar, no pude negarme a tu mirada aunque eso implicará salir del bosque del cual no debía. Te lleve volando al sitio que me indicaste y me mostraste tu hermosa magia de agua bajo luz de la luna y el cielo nocturno.

Juvia... Eras realmente una diosa.

Fue un bello regalo.

Pero a causa de eso muchos se dieron cuenta de "La princesa y el demonio" y no lo tomaron bien. Tu hermano comando a mucho de los soldados para ir tras mi cabeza y así proteger a la futura reina.

-Juvia tiene que ir -alterada gritabas intentando sacarte de Meredy.

-¡Juvia prometiste que no lo harías!

-Juvia lo siente, pero... -tus lágrimas sinceras conmovieron a la chica -Juvia de verdad lo ama.

Ella suspiro, sabía que la felicidad de su amiga era más importante así que te ayudo a escapar del castillo.

Ojalá nunca lo hubiera hecho, hubiera sido mejor que muriera.

Yo me encontraba acorralado, lanzando llamas de fuego a los soldados una y otra vez, no quería perder, no deseaba no volver a verte.

Me convertí en un dragón gigante empezando a masacrar y quemar soldados a mi paso nadie se daba por vencido. Me lanzaban flechas, bolas de hierro, e intentaban cortarme con las espadas pero yo no me detenía.

Pero tú me detuviste con tu linda voz.

-Natsu-sama... -agitada por correr me llamaste suplicando que me detuviera.

Eso hice, me transforme de nuevo en tan solo ese demonio con cuernos y me sonreiste corriste para abrazarme pero tu hermano, Jellal fue más rápido y con una cadena me atrapó del cuello otros soldados usaron las cadenas y atraparon mis alas, piernas y brazos.

-¡Paren! -Gritaste entre lágrimas.

No lo entendía pero no quería ver ese mar doloroso salir de tus ojos azules.

Así que lo decidí.

Me sacrificaría para que estuvieras a salvo.

-Juvia... -Me quedé de rodillas mirándote con sinceridad.

Por primera vez sonreí y me viste hacerlo. Por primera vez te sorprendiste de mí, y por alguna razón eso me hizo sentir... Feliz.

-El cielo, el mar, la luna... -di mi mejor y primera sonrisa para que se quedara grabada en tu mente -todo me parece hermoso. Te lo agradezco mi princesa. Ya no siento odio hacia nada.

-¡NATSU-SAMAAA! -gritaste entre lágrimas.

Me preparé para que me cortaran la cabeza. Tu atacaste con tu magia de agua a los que te atraparon y corriste hacia a mí colocandote en medio. Grite para que no lo hicieras.

Me asusté tanto en ese momento, cuando la espada se acercó a ti. Y una lágrima se escapó de mi rostro.
Fue increíble, el bosque te protegió lanzando la espada lejos de ti, y Jellal asustado por lo que estuvo a punto de hacer cayó de rodillas.

-Qué está pasando... -pregunte aún atado.

-Muy bien Natsu lo has comprendido. -una figura se hizo presente ante nosotros. Yo la conocía, era la hada que me había maldecido con ese bosque por odiar sin comprender.

-Esa voz... -te escuché susurrar -es la que me llamo.

Juvia... Yo era una criatura que odiaba a los humanos... Solo por ser humanos, así que por eso los asesinaba no tenía ninguna otra razón.

-Te lo dije, demonio Natsu -me miró fijamente -cuando conozcas lo hermosa que es la luna, el mar, el cielo, el bosque se dejará de alimentar. El no se alimentaba de los humanos sino de tu odio hacia ellos y acababa cosumiendolos por esa razón.

El hada hizo un movimiento y me desató, así como desarmo a muchos de los soldados que quedaban vivos.

-Eres libre de tu maldición -cerro los ojos un momento. Juvia feliz de esa noticia se acercó a mí, me abrazo y yo correspondí a esa calidez.

Creí que era un final feliz.

-Sin embargo... -Abrio los ojos molesta al ver la sangre derramada por la batalla y las personas heridas.

Una flecha de luz fue lanzada, y traspasó el corazón de Juvia que cayó al instante mientras la sostenía en mis brazos.

-¡¿QUÉ DEMONIOS LE HICISTE?! -me enojé por lo sucedido. Jellal preocupado y enojado miro al hada.

-Todos ustedes ignoraron mi advertencia. Me tomé el tiempo de decirles a cada uno que algo malo sucedería si iniciaban una guerra innecesaria -el hada realizó una especie de portal, para poder desaparecer, mirándonos con decepción -escuchen y recuerden mis palabras con atención humanos verdaderos, demonios y cada uno de los seres que se ocultan a su alrededor fingiendo ser humanos.

Muchos se sorprendieron por aquello último... El hada sin sentimiento alguno las palabras de la maldición recito.

"Demuestren una prueba verdadera y la pesadilla acabará, de lo contrario eternamente la princesa dormirá."

Una maldición había terminado pero otra había comenzado.
Así fue como el hada luego desapareció.

-J-Juvia no... -susurre con dolor sosteniendote, no era justo... Para ti no era justo, un corazón tan puro como el tuyo no lo merecía.

-Natsu-sama... -sonreiste con un tierno sonrojo. Tomaste mi mejilla sin dejar de mirarme.

¡No no, no cierres los ojos!

-Eres perfecto... -tus párpados cada vez se encontrabas más débiles producto del sueño -Juvia... Te ama.

-Y yo... -no termine de hablar cerraste los ojos y tu suave tacto desapareció de mi mejilla.

Habías caído en ese hechizo eterno.

-Almenos hubieras escuchado lo que quería decirte, tonta humana...-te abrace con dolor. Nadie hizo nada solo lloraron por lo ocurrido.

Ya han pasado 20 años desde aquello. Tú sigues protegida por un cristal, seguías intacta sin envejecer debe ser por la maldición, muchos ya han muerto realizando pruebas de todos los tipos para despertarte pero no funcionó otros aún siguen sin rendirse a pesar del tiempo que ha pasado.

Me convertí en el rey de tu castillo gracias a tu hermano. Prometí proteger toda tu gente, a tu amado pueblo, hasta que despertarás.

Me acerco a observarte como todos los días con ese hermoso rostro que me recuerda el cielo y la luna. Pero aún así... Necesito tus ojos azules para ver el hermoso mar.
Abro el cristal que protege tu cuerpo para acariciar tu mejilla, mientras el dolor me consume al no entender cómo romper la madición.

Si tan solo te hubiera alejado desde el inicio estarías a salvo... Si no hubiera querido más de ti, si no hubiera deseado... Tu amor.

¿Cuál es esa maldita prueba eterna que tengo que hacer para que despiertes Juvia?

-De verdad... -susurro cerca de ti y beso tu frente una vez más -eres extraña.
.
.
.

Aún así... Quiero verte mi princesa.
-Natsu.

~~~~🌸~~~~~~🌸~~~~~🌸~~~~~~~🌸

Saludos Minna.

Han pasado 84 años... Okno. Aunque no se estén leyendo. ^^"
He tenido muchas complicaciones sobretodo por la universidad almenos ahora tengo algo de vacaciones. Y WOOOW Wattpad tuvo unos cambios los cuales no se que hacer.

Incluso me elimino una obra así que me preocupa eso de las reglas no se que sea lo que agrego ahora. Así que me va a tocar guarda todas las obras en word o alguna otra parte por si las elimina.

Tengan lindas navidades.

🌸🌸🌸

Espero les haya gustado.
Nos vemos en el próximo cap.
Sayonara Minna💙

Pd: Wattpad ;-; Me quita lo que publicó.

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