enredado en un escándalo
Este one shot está dedicado a viickyHD, una persona que conocí gracias a wattpad, que ahora la considero una de mis mejores amigas, viickyHD espero que te guste❤️❤️❤️, zorra criollito se reporta, feliz cumple atrasado ❤️
La portada me la hizo AndreaNightmaresAndreaNightmares repito, está niña, hace un trabajo precioso, me encantó como la hizo, muy agradecida❤️❤️❤️❤️
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(Para el one shot. Necesito que pongan into You de Ariana grande en una parte específica, allí le señalo dónde, esto hará de la trama aún mejor, espero que les guste) ❤️
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AU: Enredado en un escándalo [one shot: MitsuBoru]
Un joven albino de 23 años. Se alistaba para empezar su día de trabajo, siendo su rutina. Un baño de agua fría y un desayuno controlado en calorías, no sin antes vestirse primero, ya solo le quedaba lo último de su mañana, lo cual era ser puntual, dándole parcialmente un tiempo libre para ocuparse de lo que quisiera en tanto los demás llegaban.
Cualquiera pensaría que es algo de oficina o algo por el estilo, lo cierto era que dicho albino cuyo atractivo que resaltaba además de su piel muy blanca; eran su ojos dorados y la habilidad como te atrapaban. Siendo su oficio profesional nada más y nada menos que la de un actor y no uno cualquiera, si no el más rentado en los últimos 4 años. Llevando su carrera al máximo éxito en pantalla grande.
A tan joven edad, dado su potencial y esfuerzo. Obtuvo el interés de muchos directores, además de su versatilidad a la hora de interpretar personajes, fue lo que le abrió grandes colaboraciones, su apodo entre los famoso era “serpiente cambiante". Ya que parecía que otra persona estuviese en su piel a la hora de actuar. Esa era la idea, ¿No?.
A Mitsuki no le molestaba realmente ese apodo, ya que no era mal intencionados, personalmente aún le resultaba increíble como otros famosos le tomaron un gran respeto y admiración, alegando que aún se sentía como alguien no tan importante.
Justo ahora, el papel que estaba interpretando era el de una película de terror psicológico y sinceramente, tenía que dar todo de si. Para hacerlo sentir real, tanto así que llegaba a desesperar a los directores y demás actores, quienes solo pedían un receso para descansar de algo que se les hacía tan real.
Al terminar de grabar, muchos se felicitaron por el arduo trabajo y seriedad, ya que como una costumbre en ese tipo de películas, dejaban las risas al final para no romper la burbuja de suspenso, dando por terminado las grabaciones de ese día, pero para el albino. El trabajo no terminaba allí, aún con medio día por delante; su agenda era un gran tormento.
— hoy te luciste, sr asesino —. Dictó una animada voz femenina, la cual pertenecía a una joven llamada Chouchou, una compañera de trabajo del albino, esta se limpiaba la sangre falsa en la cual había sido bañada momentos atrás, en lo que soltaba ese halago.
—tu también, tus gritos parecían de pánico real —. Contestó con un tono suave el ojidorado, un carácter totalmente diferente al que estaba interpretando hace unos momentos.
— eso te lo debo a ti, de verdad tuve miedo, realmente eres asombroso —. Culminó la chica para después despedirse, ya que también era una mujer muy ocupada.
— si tú lo dices... —. Dijo en un suspiro el joven quien tras tronar su cuello, su teléfono comenzó a sonar sin detenerse, esa era la señal de poca paz de todo los días, justo ahora quien lo llamaba era su representante. Solo para recordarle que no podía perder el tiempo. — ya se que tengo que estar allá en 30 min, pero para complacerte será en 15, Suigetsu —. Dijo al contestar, solo para escuchar al otro lado un “esta bien", para después acabar con la llamada.
—hoy será un día largo — fue lo último que dijo antes de emprender a sus siguientes labores.
*
Eran las 4:30 pm y un chico rubio de ojos azules, cuyo rostro era adornado con dos peculiares marcas en cada mejilla, trabajaba de lado a lado. Atendiendo a sus clientes en un café al que nunca dejaban de ir personas, siendo este de buena reputación, el chico se disponía de hacer bebidas y también atender mesas, ya que las propinas eran lo que le ayudaban realmente, aparte de su pequeño sueldo.
Boruto uzumaki un joven de 21 años. Se disponía a trabajar diariamente sin descanso en ese lugar; que quedaba dentro de una plaza comercial, cada día después de su universidad y hacer uno que otro trabajo extra para llenarse el bolsillo, nunca faltaba a su empleo de medio turno para poder tener un poco más. El rubio tenía temple, eso era lo que sus compañeros decian, nunca se quejaba y siempre hacia todo al pie de la letra e incluso por anticipado, así como recibía ayuda y también ayudaba a los demás empleados.
El uzumaki, por mucho que se sientiese cansado, nunca paraba y todo ello se debía a que su madre necesitaba ayuda, ella estaba enferma y su único apoyo era el mismo, junto a su joven hermana que hacía por su madre lo que está no podía.
Amargamente, su padre había fallecido años antes y lo que este había dejado tras ello, lo habían utilizado para completar su educación. Mientras su madre trabajaba, pero esto no duró mucho, ya que con el tiempo. Está fue desarrollando deterioro y poco a poco se volvió menos competente y el trabajo que le generaba buenos ingresos, tuvo que dejarla ir por su enfermedad, algo que le vino mal a la familia.
Por mucho que sintieron ello, Boruto no se dejó derrumbar y secretamente a espaldas de su madre, a la edad de los 16 años; es que había comenzado a trabajar y hasta ahora a los 21 años, se ha vuelto indispensable para su familia, quienes ya a estas alturas estaban al tanto de todo lo que hacía.
— Boruto, necesitó que prepares y lleves tus malteadas especiales a la mesa 7, es una orden personal —. Dictó una azabache quien atendía la caja y enseguida empacaba unos roles de canela.
— enseguida sarada —. Contestó el rubio. Concentrandode ahora en lo suyo con rapidez que, siendo terminado. Se los llevo a unas chicas quienes agradecieron alegremente, ya el ojiazul las conocía y siempre que iban pedían lo mismo, eso no era malo, puesto que dejaban buena propina de antemano. La cual se la daban personalmente.
— ahora necesito 2 cafés; 1 frío y el otro expreso sin azúcar para la mesa 2 —. Siguió la chica, la cual era buena amiga del rubio, a lo que este solo dió una respuesta afirmativa
Tras volver a lo mismo, al acercase a la mesa 2 con las bebidas, intencionalmente le habían puesto el pie haciéndolo tropezar, por suerte no había derramado nada a pesar de haber caído al suelo y tras sacudir su uniforme, oyó que se estaban disculpando con el y al observar quien era, un adulto le tomaba por las costillas para ayudarlo a levantarse.
— no se preocupe, yo puedo sol... —. Intentó decir el uzumaki, pero se quedó mudo al sentir que las manos del hombre se iban más abajo. Tocandolo con descaro, entrando en pánico; cómo reacción, Boruto soltó la bandeja derramando ahora las cosas y le encajó un codazo al sujeto en la cara — quitame las manos de encima pervertido —. Gritó el joven, quien se apartaba rojo del enojo y la vergüenza, quedando el lugar en completo silencio
— solo te estaba ayudando —. Dijo el hombre quien se limpiaba la sangre de la nariz.
— sr llamaré a la policía, será mejor que se retire, yo si ví lo que hizo —. Terció una señora de tercera edad, esta estaba con sus nietos comiendo helado.
Sin más remedio, Boruto y los demás en el local vieron como aquel tipo se retiraba, mientras que poco a poco el ruido se hacía notable de nuevo, amablemente algunos clientes ayudaron al rubio y estos le preguntaron si estaba bien, en especial la señora quien estaba indignada, pero el joven solo expresó estar bien y que no debían preocuparse, pero realmente por dentro se sentía horrible.
— ¿seguro que estás bien? —. Preguntó ahora la azabache, dejando un momento su trabajo para saber de su amigo.
— estoy bien, sigamos trabajando —.
Llegada las 8:00 pm, era la hora de cerrar el café y tras ello, el momento de la paga, a pesar de ese inconveniente. El día había sido muy productivo para el joven rubio, el cual hizo todo bien como siempre, aún así. El colera por lo de ese sujeto, aún le hacía temblar de enojo.
— uzumaki, el jefe quiere hablar contigo —. Llamó una joven de cabello morado, quien se asomaba desde la puerta de la cocina. Esto hizo que Boruto se espabilara, sintiéndose extrañado, puesto que al haber terminado de recoger y asear. Fue directo a ver qué necesitaba su jefe.
Un poco nervioso, tocó la puerta de la oficina que quedaba al fondo de la cocina y un “pase". Se escuchó al otro lado y el ojiazul, la abrió para cerrarla tras de si.
— tome asiento por favor —. Explicó un hombre mayor a quien ya se le notaba muy marcada la edad, era un señor bueno y buen jefe, pero también era estricto y siempre quería todo en orden, dejando en sospecha que lo que había sucedido hoy, tenía que ver con ese llamado.
— lo que sucedió hoy señor... —.
—golpeo a un cliente, tengo entendido —. Interrumpió tajante aquel hombre.
—si, pero fue porque intento sobrepasarse o más bien lo hizo... —. Soltó avergonzado el joven por permitir que algo así sucediera.
— no supo manejarlo bien por lo visto —. Alegó su jefe desconcertando al uzumaki, tanto que le parecía un mal chiste.
— si alguien se le acerca por detrás e intenta agarrarle sus partes, cómo manejaría “bien" ese asunto señor —. Espeto Boruto haciendo notar su molestia.
— era un cliente importante, al parecer muy conocido, podría poner en riesgo la reputación del negocio —.
— ¿me está diciendo que la reputación del negocio vale más, que el hecho de que estén manoseando a sus empleados. Ya que esos clientes se pueden dar ese lujo por tener mucho dinero? —. Ahora más que enojo. El uzumaki se sentía asqueado y decepcionado.
— lo que estoy diciendo es que estás despedido, uzumaki — soltó ahora su ex jefe — no tengo nada en tu contra, siempre fuiste buen empleado, pero no puedo permitirme pasar por alto esto —. Siguió el hombre dando a entender que la culpa la tenía el ojiazul, quien solo hizo una mueca y se levantó para encarar a su ex jefe.
— me iré si es lo que quiere, pero antes necesito mi paga del día de hoy y firmar mi liquidación —. Que tras dicho eso, el hombre mayor suspiro y comenzó a sacar cuentas, sin duda sabía que el chico que tenía en frente era de carácter fuerte y no se iría con un simple “vete", al menos no era problemático.
Después de tener todo claro, junto a las cuentas. Boruto firmó el papel y el dinero se le fue entregado. Este no era mucho, pero al menos le serviría hasta conseguir otro empleo, aún no creía que lo despidieran cuando no era su culpa.
Para finalizar su despido, paso al baño y se cambió de ropa para entregar el uniforme, que al salir. Se lo dió a su amiga quien parecía igual de molesta.
— ¿en serio te despidió? —. La indignación en la chica era verídica y solo logró animar un poco al ojiazul.
— bueno, tampoco es tan malo, ya veré qué hago. Gracias por trabajar conmigo sarada, estaremos en contacto —. Culminó el joven para retirarse a su hogar.
— ay Boruto... —. Soltó la azabache preocupada, estaba segura de que su amigo estaba enojado pero, para este era más fácil ignóralo, solo esperaba que todo saliera bien.
*
Hace horas que el albino había completado parte de su trabajo y por puro capricho. Se había ido o más bien escapado a la plaza comercial, teniendo cómo consecuencia que empezarán a llamarlo por teléfono, siendo obvio, que eso no lo tenía permitido.
— ¿Que no puedo tener tiempo solo? —. Dijo el mayor apagando su teléfono, para seguir en lo suyo. Este había mirado la hora antes de apagarlo y notó que eran las 8:45 pm, aún no era tan tarde, teniendo en cuenta que llevaba media hora de haberse escapado; así que podía tener algo de tiempo para si mismo siendo discreto, claro estaba.
Solo que no contaba ver a su guarda espaladas desde lejos acercarse a el, lo habían encontrado, así que ahora tenía que quitárselo de encima, pero eso sería difícil, aquel pelirrojo era muy insistente y la poca ventaja que tenía el albino en ese instante. Era que no había muchas personas rondando y era difícil esconderse, tras dar muchas vueltas sin poder evitarlo, mientras caminaba. Notó que un chico venía caminando con prisa mientras texteaba en su celular, quien inevitablemente chocó con el albino, el cual se encontraba en el mismo estado.
— ¡Hey! — exclamó él rubio a quien se le cayó el celular y miraba al chico que lo hizo tropezar.
— lo siento —. Dijo el mayor quien vio como Juugo su guarda espaldas venía a toda prisa — ven conmigo — continuó mitsuki, el cual sin saber el porqué; halo al rubio de su chaqueta y se lo llevó con el.
— ¡espera mi teléfono! — exclamó él uzumaki llegando a otro pasillo junto al ojidorado, en dónde estaban los baños y sin pensarlo dos veces, el mayor entró junto al extraño joven.
Boruto sin saber que pasaba, intentó replicar, pero al escuchar unas pisadas fuera del baño de hombres, de un momento a otro, lo habían recargado contra el lavadero y aquel hombre lo estaba besando “¿que demonios?". Pensó el ojiazul en tanto escuchaba como la puerta se abría y se cerraba de inmediato, al parecer Juugo no pudo procesar ver dos chicos besándose; tanto así que olvidó que buscaba a alguien. Este solo cerró la puerta y se fue, Mitsuki había tenido una buena idea.
El albino al separarse, fue empujado por el rubio, este se tapaba la boca y se hallaba rojo, al parecer hoy era el día de ponerles las manos encima.
— hoy le rompí la nariz a un pervertido, no tengo problema en hacerlo dos veces —. Señalo enojado el menor, sin quitarle la vista al joven adulto que tenía en frente.
— siento haberte hecho eso, no encontré otra forma auyentar al sujeto que abrió la puerta hace un momento —. Respondió el ojidorado dándose cuenta de lo que había provocado.
— ¿besas a personas desconocidas para auyentar? —.
— solo a las que me parecen lindas —. Mal uso de palabras, el chico de cabello rubio que tenía en frente, pareció molestarse más — espera, solo estoy bromeando. Si te hace sentir mejor podrías romperme la nariz como acabas de decir —.
— ¿Que?, No. Olvida eso, ya tuve muchos problemas hoy, el punto es ¿De quien huias y porque me metiste en ello? — cuestionó el menor cruzando los brazos, bajando un poco su molestia, al parecer no era mal tipo a quien tenía en frente, quien extrañamente sentía que lo había visto antes, aún así no podía bajar la guardia.
— resulta que me escape y lograron encontrarme —. Explicó el mayor dando una sonrisa nerviosa. — al que espantamos fue a mi guarda espaldas —.
— ya veo, así que me usaste como distracción, aún así siento que te e visto antes, ¿quien eres? —. Tras esa otra pregunta, el peliazul dudo un poco en presentarse o no, pero creía que se lo debía por ese mal rato.
— soy mitsuki —. Dijo quitándose la gorra que le tapaba parte de su azulado cabello y Boruto al detallarlo mejor recordó dónde lo había visto, en una película que su amiga le obligó a ver y allí salía el mismo chico que tenía enfrente.
— ¿El actor?, ¿El que trabajo en aquella película llamada desaparecido? —. El uzumaki un poco extrañado, no sabía mucho de ese actor, puesto que no era de ver películas, pero si lo reconocia por haberlo visto esa única vez, ahora resultaba que lo tenía en frente.
— si, soy el —. Secundo el mayor colocándose otra vez la gorra — de verdad siento lo de hace un rato... ¿Cómo te llamas? —.
— Boruto uzumaki —. Soltó el menor aún a la defensiva, ahora no podía seguir perdiendo el tiempo en algo tan ridículo como lo que le acababa de pasar, tras mirar su reloj. Observó que ya era muy tarde y el último autobús había pasado hace 15 minutos — no puede ser, perdí el trasporte, esto es tu culpa —. Siguió el joven, que ahora en vez de molesto parecía irritado y solo se digno a retirarse.
— espera, ¿no te irás solo a esta hora? —. Preguntó el mayor. Contemplando aquellos ojos color zafiro mirarlo con cansancio.
— no me queda de otra, lo único que quiero hacer es irme a casa y descansar —.
— puedo llevarte si quieres, no tengo problema —.
— que seas famoso no quiere decir que pueda confiar en ti, ¿Que tal si me haces algo? —. Aquello hizo que el albino entrara en razón de lo que decía, no tenía bases para ofrecerse después de invadir el espacio del joven y besarlo, estaba claro el porque desconfiaba.
— en serio, déjame disculparme por ello. Puedes confiar en que no te haré nada, jamás atacaría a alguien de la forma que piensas, no quice dar esa impresión —. Mitsuki parecía arrepentido y Boruto al escuchar como el mayor se disculpaba apropiadamente, se sonrojo y desvió la mirada, pensando bien cuál sería una buena decisión y estaba claro que el caminar solo no era la mejor de ellas
— estaba bien, pero mi casa no queda nada cerca —. Respondió tajante el rubio saliendo del baño seguido del peliceleste — espera, déjame ver si no hay alguien cerca, no quiero que me tomes por sorpresa de nuevo —. Boruto siendo precavido, observó que ya nadie estuviese buscando al albino, complacido al notar que la plaza estaba casi vacía. Se encaminaron por dónde antes había tropezado, era obvio que el rubio no se quedaría sin su celular, eso sí es que seguía allí.
Para su suerte, el aparato seguía en el suelo y solo tenia un pequeño golpe, nada de que preocuparse, bueno no con su celular, en cambio con mitsuki. Aún le parecía absurda la situación, definitivamente era una noche de locos.
Llegados al estácionamiento, ambos chicos llegaron al auto del actor y boruto fue el primero en adentrarse y colocar su celular en GPS, dando así la ubicación de su casa, recargando después su cabeza en la ventana, estaba agotado.
— no pareces haber tenido un buen día —. Obvio mitsuki, encendiendo el motor de su auto; tras haber cerrado la puerta, observando la dirección en el monitor, el chico tenía razón era algo lejos.
— te mentiría si te dijese que fue maravilloso, quedarte sin trabajo no es una noticia gratificante, no cuando realmente lo necesitas... —.
— ¿Tiene algo que ver con eso que dijiste de que le rompiste la nariz a un pervertido? —. Interrogó el mayor mientras manejaba.
— si, al parecer no supe “manejar bien" el que me manosearan en público — dictó entre comillas el uzumaki, colorandose un poco al recordar lo de hace unas horas.
— debió ser horrible, entiendo el porqué me ofreciste un golpe —.
— ¿Quieres olvidar eso?, Ya entendí que no lo hiciste con malas intenciones —. Esta vez mitsuki logró ver una pequeña sonrisa en Boruto, una talvez nerviosa o avergonzada, además de que parecía ser un chico reservado, le resultó alguien agradable y con caracter, ahora se sentía mal por haberlo asustado de esa forma.
— está bien, lo haré si olvidas lo que sucedió en el baño —.
— no puedo, un actor me robó mi primer beso —. Alegó burlesco el ojiazul mientras le guiñaba el ojo, que más que ser una broma. Era una total verdad.
— entonces no lo olvides —. Mitsuki había sonreído ante ello, ahora sentía que el uzumaki ya no estaba a la defensiva y se había relajado.
— quien lo diría, me despiden del trabajo y un actor me besa en un baño, esto no me lo esperaba —.
— ¿tan importante es? —.
— hubiese preferido quedarme con el empleo, pero tuve culpa al hacer algo a respecto, lo cual pareció incorrecto —. Soltó amargamente el menor, mirando hacia el albino, conectando miradas por un instante.
— espero que ese golpe haya dolido —. Tras ese comentario por parte de mitsuki. Ambos se sonrieron y el resto del camino se mantuvo en silencio, siendo entendible ya que el rubio mencionó estar cansado.
Tras un largo rato en viaje, el albino había entrado en un vecindario común con casas pequeñas, allí el chico señalo con exactitud su casa, dónde fue aparcado el auto.
— gracias, mitsuki. Fue un placer —. Se despidió el rubio dispuesto al salir del vehículo.
— espera, intercambiemos número, no me gustaría perder contacto —.
— claro, a mí tampoco —. Dicho eso, los dos se dieron sus números y se despidieron, otra cosa que no se empezaba el uzumaki, quien tras su largo supiro. Entró a su casa sin hacer ruido, cerrando con llave después, su hermana a esa hora estaba dormida y su madre estaba en el hospital en reposo, mañana como era costumbre ambos saldrían a primera hora a verla.
Dejando sus pertenencias en la sala común, este estiró su cuerpo y fue directo a su habitacion, agotado se sacó la ropa y se fue al baño a darse una ducha de agua caliente. Tomando todo el tiempo que quiso, siendo que al terminar. Se colocó su ropa de dormir y se lanzó a la cama descargandose por completo.
Justo cuando iba a entrar en sueño profundo, su teléfono vibró con insistencia, lo estaban llamando.
— diga... — se expresó el menor casi en un balbuceó.
— suenas a que estabas dormido, lo siento. Es mitsuki —. Se oyó decir al otro lado de la línea.
— estaba a punto, no te preocupes —. Siguió el rubio quien bostezó con fuerza.
— está bien, te habré despertado pero se que valdrá la pena —.
— ¿Eh?, ¿A qué te refieres? —.
— estaba pensando que mi casa siempre se la pasa sola por mi trabajo, así que se me ocurrió contratar a alguien para que la cuidase —. Soltó el mayor esperando que el uzumaki captará la indirecta.
— eso suena bien —. Respondió el joven, sentado ahora con las piernas cruzadas sobre la cama, haciendo reír al mayor; ya que Boruto no cayó en cuenta de lo que decía.
— Boruto, lo que trato de decir es que si quieres el trabajo —.
En ese instante el ojiazul al oír aquello, dió un pequeño salto. Colocándole seriedad al asunto.
— ¿En serio? —. Cuestióno el menor pensando muy bien en lo que le decían.
— si, lo único que tienes que hacer en tratar la casa como si fuese tuya, que todo esté en orden hasta que yo llegué —. Explicó el ojidorado, dándole esperanzas al chico que conoció hace un rato.
— con gusto acepto el trabajo pero, ¿Por que yo, si apenas y me conoces? —.
— se que no eres mal chico, ven mañana a las 7:00 AM, aquí explicare mejor lo que debes hacer. Te enviaré la dirección al rato, ahora sigue durmiendo —. Ordenó el mayor con optimismo.
— como digas, jefe —. Dijo Boruto tumbandose de nuevo en su cama — gracias... —. Culminó escuchando como cortaban la llamada, en tanto una sonrisa se dibujaba en su rostro.
*
Siendo un cuarto para las 7:00, mitsuki se encontraba hablando con él rubio. Sobre los términos de su nuevo empleo, quien había pedido a su abogada formularlo. Boruto había sido más que puntual a la hora de llegar, dado, que había postergado la visita de su madre para esta entrevista, dando la excusa a su hermana que lo solicitaban en la universidad, siendo está una gran mentira, gracias a ello, la puntualidad había dado una gran impresión al albino.
— como decía, tu trabajo será cuidar la casa como si fuese tuya, puedes limpiar si así lo deseas, pero no es muy necesario, la cocina y toda la casa está a tu disponibilidad, así que puedes tener uso de ello sin problema, no te sientas como un invasor, puedes cocinar y descansar si quieres. Está casa es tan grande que te aburras rápido —. Explicó el mayor, anonadado al chico frente a el, quien creía que esas pautas eran muy extrañas.
— limpiare todos los días y si puedo cocinar sin problema como dices, entonces lo haré para que tengas algo preparado al llegar —. Contestó con firmeza el joven quien leía el contrato frente a el.
— eso lo decides tú, yo solo te estoy contratando para cuidar la casa, eres libre de decidir que hacer en este tiempo —.
— bien, con respecto a los horarios, 4 días a la semana tengo clases en la universidad, depende de lo que tenga en esos días salgo temprano, esperó que no sea problemático —. Boruto ya en ese punto sentía nervios de que eso le quitará la oportunidad de trabajo, pero debía mantenerse calmado, junto ahora el ojidorado lo veía asombrado y eso le daba mala espina.
— siempre y cuando estés aquí después de ello, todo estará bien. Me alegra saber que estés estudiando —. Respondió Mitsuki en tanto le pasaba al uzumaki el bolígrafo para firmar, el cual tomó y siguió leyendo el contrato — hablando ahora de la paga, ¿que tal unos 16.208 yenes por día?, Si te parece poco podríamos arreglarlo —. Continuó el albino sonriendo amistosamente.
Boruto sin poder creerlo, dejó la firma a medio escribir y enseguida empezó a sacar cuentas. — espera, eso es mucho más que el sueldo mínimo, es el doble. Serian 486.240 yenes al mes, ¿Estás seguro?, es demasiado... —. El tono preocupado del menor, le demostró a mitsuki lo honesto que el chico era y no dudo en dejar claro que no había problema.
— lo necesitas, ¿Verdad?. No sé para qué realmente, pero se ve que te ayudará mucho —. Contestó con calma el mayor, apreciando cómo los ojos azulados se llenaban de lágrimas y como el rubio se las limpiaba — ¿estás bien? —. Indagó el peliceleste un poco preocupado, temía haberlo ofendido.
— Lo estoy... lamento esto. Es que me da felicidad saber que ahora puedo ayudar a mi madre —. Confesó el uzumaki quien tomó de nuevo el bolígrafo y terminó de firmar — gracias... —.
— ¿tu madre...? —. Mitsuki, quien ahora tomaba la hoja. Sentía curiosidad por lo recién dicho, le llamaba la atención el hecho de que el rubio estuviese tan desesperado.
— si..., Ella está enferma y hospitalizada, con lo que me pagaban en mi antigüo trabajo. Al menos podia brindarle algo de ayuda, el que me despidieran ayer. Me asustó en serio y esto parece un milagro, haré mi mayor esfuerzo, gracias por la oportunidad señor —.
— no hace falta tantas formalidades, tienes carácter y veo que todo lo que propones lo logras, que tengas buen trabajo, Boruto —. Acudió a decir el mayor, para finalizar la conversación y contrato, despidiéndose del uzumaki para ir a trabajar — nos vemos más tarde, por cierto. Yo personalmente te llevaré a tu casa, ya que siempre llego tarde. No sería bueno que te vayas solo, bueno adiós —. Finalizó, saliendo de la casa. Dejando solo a su nuevo empleado de una vez por todas.
Aquel comunicado solo hizo sonreír al ojiazul, quien motivado. Lo primero que haría sería inspeccionar la casa para darle una buena limpiada, para ello tendría todo el día; ese día no asistiría a clases, así que se encargaría de empezar de una vez.
El recorrido fue algo largo y por lo general, habían habitaciones desocupadas, pero algo empolvadas y con olor a encierro, a cada habitación que entraba. Abría las ventanas de par en par; para airarlas, en lo que era el sitio de lavado. Consiguió un uniforme de limpieza y productos de buena calidad, en su medio día limpio y sacudió cogines y cobertores, incluyendo las colchas y las estanterías; para consiguiente asear el piso tanto el de arriba como el abajo, dejando los baños de último que, en tanto hacia todo ello. Lavó y cambio las sábanas de todos los muebles y camas. Incluyendo lo endredones y también la ropa sucia de su jefe, que al seleccionarla. No pudo evitar avergonzarse al tomar la ropa interior.
Ya para ese punto eran las 11:46 AM y su trabajo estaba casi a más de la mitad finalizado, ahora cocinaría y después limpiaria la cocina, no tardó mucho y asombrado con la despensa. Hizo algo sano pero delicioso, contando allí al albino, pensando que no estaría mal que cenará algo casero, aunque no sabía si comía afuera; de todas formas le preparia algo siempre.
Luego de almorzar y descansar un pequeño rato. Se dispuso a continuar su labor limpiando y ordenando la cocina, dejándola pulcra totalmente, solo para culminar su limpieza a las 4:30 pm, dónde busco una toalla limpia y se dió un buen baño en una de las tantas habitaciones, volviéndose a vestir con la ropa que llevaba al llegar a la casa.
A pesar de haber hecho tanto. No sé sentía agotado o exhausto, aún así se dirigió a la sala y se recostó en el sillón. El cual tenía uno de los cobertores recién lavados y se envolvió en el debido al frío que tenía. El joven adulto había visto 2 películas, que eran protagonizadas nada más y nada menos que por su nuevo jefe, razón de ello. Sentía curiosidad a pesar que no le llamaba la atención lo que eran series y películas. Prácticamente no sé acostumbro a ello; siendo que nunca le vió productividad, además de que no tenía tiempo. Ahora resultaba que si podía hacer una excepción y quería saber más del trabajo del albino, pareciendole este muy bueno.
— no lo niego, se siente como si viera a alguien distinto en esta pantalla, es genial... —. Pensó Boruto en voz alta, quien sorprendido por lo que había dicho, sintió un calor en sus mejillas por el bochorno, solo agradecía que en ese momento no estaba el recién alabado, no hubiese podido soportar el que lo escuchará.
Despejando su mente. Optó por ver otra película y en el transcurso de esta, se quedó dormido sin poder evitarlo, lo merecía y por mucho que lucho por no cerrar los ojos. El sueño lo dejó tendido, teniendo un sueño con el ojidorado, puesto que lo último que guardo en su memoria era las escenas de sus películas.
*
eran las 9:30 pm y Mitsuki llegó a su casa tal y como dijo, tarde. Este al entrar pudo sentir de inmediato el olor a limpio y como su casa se veía aseada, ya lo estaba de por sí, pero de alguna manera el rubio lo hizo parecer diferente, su casa tenía otro ambiente y eso le hacía entender que Boruto se había sobre exigido.
Al no hallarlo a simple vista, lo llamó pero no obtuvo respuesta, tomando la decisión de buscarlo, lo encontró gracias a la tv encendida, resultaba que el peliceleste observó al chico dormido profundamente, imaginando lo cansado que estaba.
— Boruto, despierta. Tengo que llevarte a tu casa —. Dijo el mayor sacudiendo el hombro del uzumaki, cuya acción fue el medio abrir los ojos y observar adormilado a quien lo llamaba.
— realmente eres genial... — logró balbucear Boruto, extrañando al ojidorado, teniendo que morder su labio inferior para no reírse, aquello le había causado gracia.
— ¿Que? —. Preguntó el albino, momento en el que el adormilado; pestañeo varias veces despertándose. Tieniendo que incorporarse de golpe, asimilando que estaba en un lugar ajeno. — buenas noches —. Siguió el actor recordándole al ojiazul dónde se encontraba.
— lo siento, me quedé dormido —. Explicó apenado el joven, acomodando el lugar donde estaba.
— sabes que no hay problema en ello, puedes descansar y si te quedaste dormido, por cómo dejaste la casa imagino que no fue una limpieza superficial —.
— no digas eso, vine a ganarme el dinero justamente y sentir que no hice nada por ello, sería como si me estuviese aprovechando y es lo menos que quiero, así terminé muerto de cansancio. Se que la recompensa al final del día será buena —. Aclaró el jóven levantándose del sillón, doblando después el cobertor que estaba usando. — mañana haré algo con el patio trasero y el externo. Para completar el aseo general de casa, ahora por favor me llevaría a casa —. Siguió dando una pequeña reverencia hacia el albino.
— de acuerdo... Vamos entonces. —. Soltó sorprendido el mayor con tal respuesta y acción del chico, era un hombre con temple y muy estricto, aún le sorprendía que lo hubiesen despedido de su trabajo por no dejarse tocar, estaba demostrando lo que valía como persona, provocando que sonriera inconscientemente al pensar en ello.
*
Llegando a la pequeña urbanización donde vivia Boruto, este al estar frente a su casa. Mitsuki encendió la luz del auto, entregando por consiguiente. El pago del día al rubio, quien ante la duda; no quiso tomarlo.
— ¿Que sucede?, Recuerda que esto es lo que acordamos, te lo ganaste justamente —. Admitió el albino extrañado por la actitud del chico a su lado.
— si... Es que aún no lo proceso—. Dictó Boruto, apenado mientras tomaba el dinero
— hazlo mientras descansas, estoy complacido por tu espíritu. Yo también creo que eres genial —. Confesó el ojidorado, haciendo referencia a lo que dijo el menor hace rato mientras recién despertaba, con ello. El rubio se sonrojo y alarmó al mismo tiempo, haciendo que entrara en un pequeño ataque de pánico, lo cual lo llevo al salir del auto para no verse ridículo.
— la comida está en la mesa tapada con papel envolvente, solo tienes que calentarla, adiós y hasta mañana, gracias —. Culminó el rubio cerrando la puerta del auto, rodeandolo, llegando a la puerta de su casa, en dónde sin mirar atrás. Entró desapareciendo de la vista del actor.
— ¿Me habré pasado?...Supongo que no está acostumbrado a ese tipo de cosas, en fin, de vuelta a casa —. Con el motor otra vez encendido, el albino dió marcha nuevamente a su hogar. En tanto el uzumaki yacia recostado en la puerta de entrada con el sonrojo aún presente.
— ¿Que demonios fue eso? —. Dijo alterado, dejándose caer al piso sentándose, en tanto miraba el dinero que tenía en su mano y sin poder evitarlo, sintió un alivio enorme en su interior — que chico tan extraño... —. Finalizó dispuesto a irse a descansar para empezar su mañana o más bien tarde, ya que tendría clases a primera hora.
*
Al comienzo del nuevo día, Boruto por petición del el mismo. Recibió las llaves de la casa del peliceleste. Dónde fue a llevarselas personalmente sin ninguna queja, al verse se saludaron superficialmente y lo único que dejó al rubio pensando toda la mañana. Era lo que el mayor le había dicho; “tu comida es deliciosa, espero tener el gusto hoy de nuevo". Pensó el joven quien se coloraba ante ello y para colmo. La cara con la que lo dijo, era lo que más lo distraía, no entendía la amabilidad de aquel actor, que además de solo ser su empleado, jamás tuvo un trato tan bueno.
Además de ello. Aunque no estaba en el acuerdo. El uzumaki mantenía la confidencialidad respecto a su nuevo empleo, no quería tener problemas y mucho menos con alguien que tiene tanto reconocimiento y poder; que llegando a ello, djarse llevar por la gentileza de aquel chico. No le generaba confianza suficiente, no todavía, aún era un desconocido y equivocarse con el actor, podía hacerlo perder la gran oportunidad que le ofrecieron, sabiendo que el ojidorado no pretendía tener malas intenciones.
Así como ese día, Hubieron muchos, volviéndose semanas. En las que cada día interactuaba más con el albino, en sus conversaciones matutinas. Así como en las de la noche cuando el mayor llegaba a su casa, semanas en las que Boruto vivió una caída en la salud de su madre y como se recuperaba, momento en el que por primera vez. Se sintió inútil y tuvo el apoyo de su jefe, siendo este el responsable en cubrir los gastos por adelantado, momento en que aún no entendía como podía haber alguien tan desinteresado con respecto a un extraño ajeno; o usando las palabras correctas. Alguien con tal empatía para asistirlo de tal manera.
Aún recordaba lo que sucedió, Mitsuki había llegado temprano por la tarde y mientras Boruto hacía sus quehaceres. Este recibió una llamada urgente, que al contestarla y escuchar lo que tenían para decirle, sintió un horrible peso en su persona y como empalidecia del susto, teniendo que dejar de hacer sus labores.
El peliceleste, atento al cambio drástico en el comportamiento del rubio, supo que algo andaba mal con aquella llamada que había finalizado, solo para ser notificado por el mismo uzumaki. Qué necesitaba ir al hospital urgente, facilitando como pudo la informacion, en consecuencia a ello, el albino lo llevó a dónde su madre, Boruto había maldecido, ya que no quería meterll, al llegar, le pidió que se quedará en el auto y volviera, pero este no lo escuchó.
La resolución de esa premura. Fue que la sra hyuga necesitaba una operación urgente, debido a que está se había complicado, decepcionando a Boruto, que con tan buena paga. Había logrado hacer que su madre mejorará por la atención y medicamentos, solo que como los doctores dijeron. Cualquier cosa podía sucederle y lo mejor que podían hacer era detenerlo a tiempo y ese día era el caso.
Dicha operación fue financiada por Mitsuki y tomando acción ignorando al rubio, este bajo del auto y cubrió su rostro con una mascarilla, tapando también su azulado cabello, fingiendo ser cercano al uzumaki para obtener información, al tener la atención del doctor, acordó lo de la cirugía, que en lo que está transcurría. Boruto pidió ir a hablar en privado con el peliceleste, llevandoselo a otro lugar.
— ¿Se puede saber, que haces?, De verdad que no te entiendo —. Exigió el rubio con los nervios de punta y el estrés al máximo.
— Boruto... —. Se limito a decir el albino, quitándose la mascarilla, esperando que más le diría su empleado.
— haz sido alguien tan bueno y grandioso, lo e notado en todos estos meses, tu postura nunca fue de alguien capaz de hacer algo malo, pero no logro explicarme porque eres así conmigo —. Encaró el menor cruzandose de brazos sin dejar de ver al contrario — no me mal entiendas, estoy agradecido por ello, pero... —. Dejó en el aire el uzumaki mirando esta vez hacia abajo, quebrando su actitud tan firme, siendo mitsuki el único que lograba eso en el.
— si puedo ser sincero, si se me permite. Aclaró que me preocupa tu bienestar, no como alguien que trabaja para mí, si no como un amigo, se que te sientes incómodo con la amabilidad. Lo e notado mucho aunque pienses que no lo aparentas, pero se cuando alguien finge, de ello trabajo y te aseguro que no finjo cuando estoy contigo, hasta ahora puedo decir que he hecho una buena amistad, solo que en tu caso no lo ves así, desconfías tanto por miedo, que olvidas que hay quienes si buscan acercarse a ti y eso me incluye —. Confesó Mitsuki acercándose al ojiazul. El cuál al ya tener una distancia considerablemente cerca, Boruto lo puso una mano en su pecho para detenerlo, no de mala manera, solo que no podía concentrarse de esa forma.
— nunca conocí a alguien tan desinteresado y bueno, tanto así que me parece irreal el tenerla al frente y el que quiera acercase a mi, me confunde mucho —. Contestó el menor mirándolo nuevamente a los ojos.
— haz estado toda tu adolescencia y parte de la adultez concentrado en algo tan importante como tú familia, entiendo que no hayas hecho lugar para ti, pero ahora que se te a dado la oportunidad, ¿Por que no lo intentas?, Eso no te hace egosita —.
— lo sé, esto es algo de lo que mi madre hablaba conmigo, entendía lo que me quería decir. Pero no quería abandonarla y ahora que sentí tanto miedo por esto, ahora estoy tan agradecido de lo que hiciste y a la vez tan avergonzado —. Alegó el uzumaki mientras dejaba salir una lágrima para limpiarla con lentitud.
— parte de la amistad es el poder ayudarse y no pude evitar hacerlo al verte mal, no tienes que sentir vergüenza, admiro tu fuerza y el como eres como persona, pero eres humano y hay cosas que no podemos controlar, aunque tú no te dejas vencer por ello, no coloques todo ese peso en tus hombros, aquí tienes a alguien para apoyarte, si así lo deseas —.
Aquella distancia que mantenía el rubio, poco a poco fue disminuyendo y Mitsuki había tomado la mano del menor contra su pecho, siendo inevitable aquel sonrojo marcado en el uzumaki, ambos sin importar la cercanía. Hubo un momento en el sintieron que debían hacer algo más, en dónde se quedaron viendo cómo tontos, hasta que un llamado quebró aquel ambiente, reconociendo Boruto enseguida a su hermana menor, que apenas se había enterado de lo ocurrido y no dudo en correr al hospital.
— es mi hermana menor. Tengo que ir a explicarle lo sucedido, ya e dicho mucho esto aún así. Gracias, jef... Digo, mitsuki —.
— ve —. Acabó por decir el mayor, en lo que Boruto se soltó del agarre y fue a ver a su hermana, convirtiéndose también en el día en que el albino conoció a la pelinegro, volviéndose la única en enterarse de lo que trabajaba su hermano mayor. Que hasta lo momentos no sabía de dónde sacaba tanto dinero, ahora era confidente y al ser fan de uno de sus actores favoritos, cuidaría a su hermano de problemas.
Tras ese día, las cosas fueron más relajadas de allí en adelante, el uzumaki poco a poco fue soltándose y tratar al albino como un buen amigo, aunque aún mantenía su distancia, Boruto seguía haciendo su trabajo como siempre; acostumbrándose prácticamente a su nuevo estilo de vida, ahora las charlas entre ambos se extendían cada vez más e incluso se pasaban las horas por ello, teniendo cómo consecuencia que el rubio se quedará a dormir en la casa del ojidorado en varias ocasiones.
Boruto trataba de que eso no pasará, pero era inevitable cuando comenzaban a platicar e incluso cuando se daba cuenta que se le pasaba la hora, Mitsuki se le veía culpable pero a la vez tranquilo, tanto así; que ya el rubio sospechaba que lo hacía aproposito, pero no iba a decir nada, ya había aprendido a que si el mayor no tenía problemas con algo que le aplicará, dejaria todo en paz, desde aquella vez en el hospital, creía haber tenido una extraña cercanía con el peliceleste, solo que no quiso darle vueltas al asunto, si estaba equivocado y trataba de decir algo. Seguro que lo arruinaría todo.
Tenía tantas ganas de aclarar sus dudas y las emociones tan inquietas que le generaban estar cerca de aquel hombre, cosa que desarrollo al pasar los meses. Siendo la primera vez en aquel hospital.
Dejando de abordar sus atareados pensamientos; optó por seguir en sus deberes hasta terminarlos y así pasaron las horas. En dónde se hizo de madrugada, Boruto preocupado. Se encontraba sentando en la isla de la cocina, miraba hacia la puerta principal, preguntándose dónde estaba el actor, no es que fuera la primera vez que llegaba tarde, pero al menos cuando lo hacía. Llamaba para avisar, lo cual no fue en este caso.
— entiendo que no tenga problemas en que yo duerma aquí, pero si no estás, no tiene sentido...— soltó el rubio irritado con su celular en mano, observando por décima vez, como sus llamadas eran desviadas.
Colmado, Boruto tomó las llaves de uno de los autos dispuesto a usarlo para buscar al mayor, no obstante; cuando fue a abrir la puerta principal, que era una de la formas de llegar al garaje. Está traqueteo un poco y siendo abierta, Mitsuki estaba del otro lado encontrándose cara a cara con el ojiazul molesto.
— oye, ¿Dónde estabas?, Me tenías asustado —. Exclamó él menor retrocediendo para abrir el paso.
— una fiesta de trabajo... —. Explicó brevemente el peliceleste mientras pasaba a su casa a tropezones, teniendo que ser sujetado por Boruto.
— ¿Estabas bebiendo? —.
— solo fueron unos tragos, estoy bien —.
— lo único que está bien, es que llegarás aquí de milagro. Al haber conducido ebrio, ven. Vamos a que te recuestes —. Ordenó el joven cerrando la puerta, llevándose al albino.
— tienes razón, debería descansar... — Mitsuki, quien no podía consigo mismo. Se balanceó sobre el menor haciéndolo caer con el, en términos claros. El albino lo estaba abrazando — eres cálido... Duerme conmigo —.
Boruto se había escandalizado al oír aquello, aunque esa fue su reacción, hizo caso omiso y trato de llevar las cosas profesionalmente.
— ¿Que cosas dices?, Anda me estás aplastando tonto —. Para ese entonces el peliceleste se había separado un poco, solo que ahora acorralaba al uzumaki, lanzandole una mirada triste a quien tenía bajo suyo, siendo la causa de que Boruto se sonrojara notablemente.
— ¿eso es un no?, Se siente bien abrazarte —. Boruto quién seguía tratando de asimilar todo, no podía evitar que su corazón estuviese acelerado y que el rostro del actor se le apreciará tan cautivante, literalmente le estaba suplicando.
— si fuese con mi jefe con quién estuviese hablando ahora lo haría, pero es con un ebrio con quién lidio en estos momentos —. La testarudez del joven, encadenó una reacción divertida para el mayor, que al notar que el rubio desviaba la mirada apenado. Por lo que perecia ser por su propio comentario, usando unos de sus brazos de apoyo, le fue fácil con su otra mano tomar el rostro del chico y obligarlo a que lo mirase.
— estoy lo suficienteme ebrio como para no caminar, pero lo suficienteme conciente para decir que esto es lo que quiero —. Expresó con una inusual firmeza que provocó que a Boruto se le escapara el aliento, no tanto por el comentario; sino por el atrevimiento e imprudente cercanía, siendo sorprendido después con un beso, que tras dudar si en rechazarlo o no por su moral, fue vencido mandando al diablo todo los prejuicios que; hasta hace unos momentos lo estaban atormentando.
— ¿Quieres seguir? —. Preguntó con la respiración agitada el mayor, observando al ojiazul en la misma situación que el.
— serías un idiota si no, solo espero que en la mañana olvides lo que va a suceder —. Mencionó el uzumaki dando su consentimiento, abierto a la incertidumbre de lo que harían en ese instante.
— no pienses en eso y concéntrate en los dos —. Soltó el ojidorado con una suavidad cautivante, volviendo a unir sus labios con los del rubio, dejando de sostener su rostro, deslizó su mano libre, bajando con parsimonia, le encantaba como este se estremecia ante el tacto, que al llegar al vientre del uzumaki y tocar desvergonzadamente en esa zona. Boruto jadeo al sentirse tan sensible allí abajo y para beneficios de el albino. Este aprovecho que el joven abrió la boca haciendo del beso más profundo.
— estás duro... — susurro Mitsuki en el oído del rubio después de separarse de aquel fogoso beso, dando paso a los fuertes jadeos del rubio; el albino lo estaba estimulando y no podía resistir que se le salieran esos sonidos que consideraba tan vergonzosos.
— se siente bien... — aferrado al mayor, aterrado por el placer. Admitió que le gustaba, no solo lo que le estaban haciendo, si no el que se lo hacía también, utilizando la situación para desahogarse del miedo, de lo que fuese a aclararse en la mañana, pero tal y como le pidió el ojidorado, se concentró más en las sensaciones y en el que se las estaba provocando, encontrándose cada vez más incontrolable al sentir como la estimulación era más rápida. Al igual que sus jadeos, conviertiendose después en gemidos, que provocaban aún más al albino.
Mitsuki conciente de la fuerza con al que el menor se aferraba a el, ya sabía que no podía aguantarse, así que lo terminó de ayudar haciendo que se corriera, momento en el hizo que el joven se colocará de rodillas junto a el, siendo el rubio quien dejó de sostenerse, beso al mayor con deseo y uso una de sus manos para llegar a la entrpierna del albino agarrándola con descaro.
— también estás duro, es mi turno de hacerte sentir bien —. Señalo el uzumaki al romper la unión, dejando de sentirse culpable y avergonzado por un momento.
— aquí no, vamos a mi habitación —. Contestó Mitsuki levantándose, acción imitada por el menor, el albino con prisa se lo llevó a su pieza y al entrar en ella, volvieron a su burbuja llena de deseo — ¿Quieres seguir? —. Preguntó por segunda vez el ojidorado mientras tomaba del rostro al rubio y este parecía decidido a continuar.
— no te puedo dejar en este estado —. Aquella respuesta fue acompañada con una acción lasciva, Boruto tomando las manos que le sujetaban el rostro, una la tomó con firmeza y a la otra le beso la palma y con descaro lamió los dedos medio y anular, mientendoselos después a la boca simulando una felación, dejando estático al peliceleste, quien sólo trago grueso ante la demostración tan explícita, el uzumaki divertido por la impresión del contrario. Lo beso guiandolo hasta la cama donde lo hizo sentarse.
En ella Boruto rompió el beso, para inclinarse hasta quedar arodillado entre las piernas del albino, encontrándose un poco nervioso, tratando de ignorarlo. Intentó ser más osado, sabiendo que estaba siendo algo torpe, Boruto deslizó sus manos por las piernas del mayor hasta llegar a su vientre dónde le levantó un poco la camisa, empujándolo levemente para que se inclinara un poco hacia atrás, haciendo que mitsuki se apoyará con sus brazos para no caer de espaldas al colchón.
Por consiguiente el uzumaki, le provocó cosquillas al mayor, al sentir como le lamian el vientre, teniendo que apretar con fuerza las sábanas al sentir el roce de la boca del rubio sobre la tela, anonadado por lo que acaba de ver. Este me había bajado el cierre con los dientes, en tanto desabrocha el botón con una de sus manos.
— ¿Ya habías hecho esto antes? —. Curioso, mitsuki buscó la manera de distraer la ganas de abalanzarse contra Boruto por aquello, pero tenía que mantenerse calmado y no lo lograba con alguien que antes no parecía ser tan desbordante sexualmente.
— realmente no, solo quería impresionarte y creo que lo logré, realmente soy un virgen provocador —. Confesó diciendo la verdad en todos los sentidos, mirando a los brillantes ojos dorados del contrario— pero eso no me impide ser creativo, pero no estaría mal el que me guiaras —. Finalizó bajando la mirada hacia donde debía, dejando salir la erección del albino.
— sigue siendo creativo, te ayudaré después —. Sentenció Mitsuki, en lo que Boruto sin saber que hacer, se dejó llevar por el instinto y el consejo de su azabache amiga, “es como si comieras paleta, primero lames y luego chupas, a y si te entra toda mejor". Recordó, encontrando sentido de inmediato.
Boruto sabía que debía estimularlo, así que para idealizarse en lo que le explicó su amiga. Se acercó al miembro del mayor y comenzó a lamer desde la base hasta la punta, mentiendoselo después a la boca. Dónde comenzó a jugar con su lengua en la glande, este escuchaba los jadeos roncos de su embriagado jefe, señal para comenzar a subir y bajar lentamente con notoria torpeza, momento en el que Mitsuki lo tomo del flequillo rubio, sin aplicar mucha fuerza. Este comenzó a guiarlo un buen rato; hasta que el menor supo cómo hacerlo, llegando aún así más profundo, aunque aún le faltaba aprender, pero así como lo estaba haciendo inexpertamente. Enloquecía al mayor, al cual se le escapaba una que otra mala palabra y jadeos fuertes, sobre todo una maldición junto a un leve gruñido. En cuanto al uzumaki se le ocurrió combinar el oral con estimulación manual, aumentando el ritmo que con ello. Inevitablemente Mitsuki se vino en la boca del contrario.
— lo siento, no quice... Hacer eso —. Con la respiración agitada; el peliceleste lucía extasiado y a la vez apenado por no evitar que el rubio se ensuciará, sin pudor. Boruto se sacó el miembro del albino y subió la mirada para encontrarse con la de su jefe, quien esperaba una respuesta, pero este no dijo nada solo trago, en cuanto se estremecía un poco a consecuencia de ello.
— es amargo —. Soltó el menor con una sonrisa que adornaba su encendido rostro, Mitsuki sin saber que haría aquello, se hallaba encantado por cómo estaba comportándose el ojiazul, estaba siendo tímido, pero a la vez atrevido. No sé le notaba incómodo y eso era lo importante, pero el albino estaba seguro que no era momento para llegar tan lejos, con todo y que estaba bajo esfectos del alcohol. Aún podía controlarse.
mitsuki optando por algo más suave, sujetó de la muñeca al uzumaki. haciéndolo levantar para que se subiera a la cama, en tanto este retrocedía; quedando pegado a la cabecera de la cama con el rubio frente a el, quien estaba arrodillado de manera abierta, con cada rodilla al costado de los muslos del mayor, en ese instante. El albino posaba sus manos en la cintura del uzumaki apretándola un poco, para luego llegar a su trasero por debajo de la ropa, apretándolo con algo de fuerza, solo para después bajarle los pantalones un poco, dejando al menor sobre su regazo, usando sus piernas de apoyo, para que el chico estuviese cómodo.
Boruto había soltado un gemido, al volver a ser estimulado manualmente. Solo que la diferencia era que Mitsuki lo hacía junto al suyo, masturbándose mutuamente, el ojiazul siendo agarrado desprevenido, el albino con su mano libre. Le había levantado la camisa y con su boca comenzó a besar el pecho del joven. Dejando marcas, llegando hasta los pezones dónde los beso y lamió e incluso mordió levemente, obteniendo que Boruto tuviese que tapar su boca con una de sus manos. Por gemir con fuerza y que con la otra; se sostuviese del hombro del contrario para no flaquear, al parecer Mitsuki había dado con un punto sensible y este no lo dejaría en paz, hasta escuchar nuevamente los gemidos, doblegando al menor, dónde sin poder resistirse por mucho tiempo, acabó por soltar su voz otra vez.
— voy a hacer algo para mejorar esto, necesito que te relajes... —. Instruyo el ojidorado lamiendo dos de sus dedos pertenecientes a su mano libre, dejándolos bien lubricados — concéntrate en mi, ven y besame —. Ordenó el mayor, en tanto Boruto hacía caso. Siendo el beso suave y un muy buen distractor, en lo que el rubio sentía algo entrar por detrás poco a poco, provocando que se le salieran las lágrimas.
— duele... — soltó al separarse del beso, mientras más lágrimas se le resbalaran, teniendo que aferrarse con más fuerza a los hombros del ojidorado, quien no dejaba de estimular ni por delante ni por detrás, teniendo más cuidado con el último. Observando que los quejidos eran menos y que solo soltaba pequeños jadeos, ante ese cambio. Mitsuki introdujo el segundo dedo lentamente, causando que el rubio volviese a tapar su boca para no gimotear, entremeciendose por el movimiento en su entrada.
— es demasiado... Mitsuki —. Expresó Boruto entrecortadamente, al sentirse agobiado por lo que sentía.
— ¿Quieres que pare? — preguntó preocupado el albino, pero la respuesta que obtuvo no era la que esperaba, pensó que algo andaba mal, lo que no venía siendo el caso.
— no... No, pares. Se siente demasiado bien, duele un poco; pero me gusta, me gusta y se siente tan bien que aterra, aún así no pares —. Suplicó el ojiazul gimiendo, debido a que los movimientos eran más rápidos y solo podía pensar en lo caliente que sentía todo su cuerpo. Acompañado del calor que tenía en el vientre bajo, a razón de que algo lo hiciese estremecer con la estimulación de atrás, que junto a la de alante, si quiera lo dejaba respirar bien de tanto placer. Mitsuki le estaba dando en su punto y ya no podía aguantar más las ganas de correrse, sin más remedio que hacerlo sin poder contenerse más, seguido del mayor, quien besaba al uzumaki por última vez, sacando los dedos de su interior.
Ambos tenían una apariencia desaliñada y rebelde, sus respiraciones estaban aceleradas muy fuertemente y apenas podían decir algo, agotado. Boruto se recostó en el hombro del mayor dejando su cuerpo caer del cansancio, en lo que Mitsuki supiraba. Acariciando los rubios cabellos del menor, Dándose cuenta que el cansancio lo estaba venciendo también, quedándose dormido junto al menor.
*
Era muy temprano para lo poco que el rubio había dormido gracias a lo de anoche y por si fuera poco, lo que lo despertó fue un sueño igual subido de tono como lo que vivió, provocando que tuviese que ir al baño a desahogarse y bañarse con agua helada para calmarse, todo esto sin hacer el mínimo ruido posible, ya que momentos antes de entrar a la ducha. En la cama estaba Mitsuki dormido profundamente, que al fijarse en el. Su mundo tembló un momento por la carga de consciencia llegó repentinamente, siendo el detonante para que se encerrará allí a tratar de buscar tranquilidad.
En su estado. Logró controlarse y tratar de que su día fuese al pie de la letra como siempre, aunque se regañaba mentalemente siempre que podía, al ver cómo las imágenes de anoche llegaban a su mente, sin mas. Uso las labores para concentrarse en otra cosa, así que se dispuso a hacer el desayuno, pero una cosa tan simple como ello; se le volvió muy difícil, increíblemente sus manos le temblaban y debido a ello, maldijo por lo bajo, usando el mesón para aferrarse a el, mientras cerraba sus ojos con fuerza para tratar de quitarse la sensación del pecho, sin saber que silenciosamente alguien se acercaba.
— buenos días —. Se oyó decir en el ambiente, sorprendiendo al ojiazul que automáticamente volvió a lo suyo, sin voltear a ver al albino que recién se despertaba.
— igualmente —. Respondió tartamudeando un poco el joven uzumaki, sin dignarse a voltear a verlo, a la vez que la sensación en su pecho crecía y el corazón se le aceleraba, disimulando que no podía cordinar bien en ese estado — el desayuno estará listo dentro de poco, debería ir a alistarse para su trabajo, señor —. Logró de decir tras dar un gran suspiro, mordiendo después su labio inferior.
— no hace falta, tengo la mañana libre —. Respondió Mitsuki con una calma tan grande que aruñaba lentamente los nervios del uzumaki, era una gran contradiccion de sentimientos y eso le estaba irritado.
— ya veo... —. Soltó sin ánimos el menor mientras apretaba un utensilio de cocina, incomodado por no saber que decir, “por favor, espero que no recuerdes lo de anoche”. Aquella suplica mental, parecía no haber sido escuchada, ya que se estremecia al sentir una respiración cerca de su nuca.
— ¿Seguirás dándome la espalda? — inquirio el pelicileste, inclinandose hacia un lado para poderle ver el rostro a su empleado, pero este solo mantenía la mirada baja, aclarando las sospechas del albino, el joven estaba asustado — lo de anoche Boruto... Lo recuerdo bien, a pesar de que me pediste que lo olvidara. No pude —. Confesó el mayor, tomando del mentón al ojiazul para levantarle la mirada. Obligándolo a verlo, admirando esas orbes zafiros llenas de culpa.
— lo sé... Yo tampoco — lo había admitido, Boruto se había safado del agarre que estaba lejos de ser rudo y se volteó para encarar a su jefe, pero sin dejar estar acorralado contra el mesón de la cocina. — y por ello no puedo dejar de sentirme intranquilo... —.
— ¿Por qué?, No hicimos nada malo —. Confrontó el actor endureciendo la mirada, trataba de comprender al rubio, pero estaba otra vez en un conflicto interno, confundiendolo mucho.
— estabas ebrio y no pensabas bien, lo peor de todo es que yo estaba sobrio e hice algo indebido —. Acudió a decir el uzumaki tratando de justificar lo que de verdad paso.
— otra vez con miedo... Boruto, ¿se te olvidó algo? — Mitsuki molesto por las evasivas. Acortó más la distancia siendo un poco más intimidante, pero respetando el poco espacio que los separaba — podré haber estado muy ebrio, pero era lo que quería, al menos yo si puedo admitirlo, admito que me gustó y sin pensarlo lo haría de nuevo, ¿Sabes la razón, no? —.
— yo... —.
— se que lo sabes, solo que eres bueno disimulando o eso crees, aún así no te alejaste y estuviste todo el tiempo cerca, aceptaste abrirte conmigo y me hizo feliz verte tan cómodo y lo de esta madrugada. No fue un error, me gustas Boruto y se que yo a ti —. Afirmó Mitsuki, teniendo al rubio sin hacés para seguir evadiendolo, le habían dejado indefenso y ya no podía seguir intentando ocultar lo que pasaba entre ambos, si sabía que se había enamorado, pero sentía que no era suficiente para alguien como el y a pesar de ello, allí estaba el albino queriendolo sin prejuicios, tenía que darse por vencido, ya no podía ganar está pelea.
— eres un idiota, sabes. — dijo Boruto bajando nuevamente la mirada, teniendo la mirada del contrario clavada en su persona, sabiendo que el peliceleste escucharía hasta el final — tienes razón, en todo, pero soy tan tonto en creer que no soy lo bastante bueno para ti, tal vez solo temía el rechazó y aunque no fue el caso, ya que me mostraste lo contrario con tanta amabilidad y empatía, quería hacerme creer que solo querías ser un buen amigo, pero dios... Eras tan obvio —. Soltó en una pequeña risa, volviendo a mirar al peliceleste a los ojos, para después continuar — que creí que si lo ignoraba también; podía lograr que predieras el interés en mi, ahora vienes. Reprochando mi error ante ello y solo puedo admitir que también me gustas, demasiado y repito. Eres un idiota, pero yo también lo sería si no hago esto —. Finalizó el uzumaki tomando el rostro del albino para darle un beso.
— dios... —. Soltó mitsuki luego de ser besado. Asimilando todo lo que le acaban de decir, solamente para ser el quien besara al rubio está vez, haciendo de este mas intenso, no quería quedarse con las ganas y estaba complacido de que logró enamorar al chico que le gusto de inmediato, refiriéndose no al incidente del centro comercial. Sino cuando conversaron por primera vez y supo que el tenía algo que lo había atrapado.
— no abuses, recuerda que aún te puedo romper la nariz —. Bromeó el uzumaki al separarse, provocando que el contrario riera un poco.
— quiero que entiendas algo, se que estabas asustado y por eso no presionaba, la cuestión está. Es que nadie es suficiente para nadie, pero es distinto cuando te enamoras y más si sabes de quién lo hiciste, hay personas que ven el valor en otras y yo ví el tuyo, si me enamore. Es porque sabía que eras mucho más que suficiente, a mis ojos lo eres todo, que te quede claro —. Terminó por explicar el mayor ante aquellas presionantes dudas del uzumaki, Boruto conmovido. Abrazó con mucha fuerza a Mitsuki haciéndolo retroceder un poco por la fuerza, escuchando el sonido de una alarma, está era el horno que ya había parado.
— vamos a desayunar —. Dijo el rubio sin soltar al albino, quería aprovechar antes de volver a su rutinario día.
*
Así transcurrieron las semanas. Desde que habían confesado como se sentían, que inusualmente, se volvió la forma en la que iniciaron su noviazgo. Sin siquiera pedirlo como tal, así se referían y trataban, también habían vuelto a intimar, pero como la primera vez. Mitsuki aún veía miedo en su pareja con respecto al llegar tan lejos en el sexo, tal y como el rubio había admitido, era virgen y apenas se acostumbraba a las estimulaciones, apenado porque su pareja debía tenerle paciencia, siendo muchas veces en las que Boruto trataba de avanzar, pero el peliceleste le decía que no se forzará si no estaba listo, lo cual era muy cierto.
Eso no quitaba que las noches no fueran placenteras, le encantaba jugar con el rubio y conocer lo que lo hacía estremecer y jadear, siendo lo mismo para Boruto, siendo que ya conocía mucho de su pareja y que la mayoría del tiempo quería hacerlo, pero realmente lo estaba preparando mentalemente para cuando de verdad fuese el momento.
Aparte de ello. Boruto había hablando con su madre de lo sucedido y está parecía alegre por su hijo, además de que se había mudado a casa del actor. Explicándole que su hermana menor estaba de acuerdo, pero que eso no significaba que no la iría a visitar. Después de todo siempre se la pasaba con su tía, puesto que ella también trabajaba aparte para mantener la pequeña casa que tenían, a pesar que tampoco se la pasaba mucho allí.
Mitsuki también había conocido a la señora hyuga, quien se sorprendió al ver al joven actor, sin entender que era lo que pasaba, siendo su hijo el que explicó lo que habia sucedido en su antiguo trabajo y como conoció a su ahora pareja, contándole también lo que había pasado, cuando ella tuvo el colapso. Sin palabras Hinata sentada en su camilla, se inclinó para agradecerle al joven, pero el dijo que no hacía falta hacer eso, que no se sobre esforzara y allí comenzaron a conversar animadamente; hasta que se acabó el tiempo, teniendo que despedirse, en lo que Boruto observaba el semblante tan alegre de su madre, estaba feliz por el.
Boruto se había tenido que acostumbrar a una vida llena de atención, ya que mitsuki no quería que el joven se escondiera en su casa trabajando, sabía que el rubio se quedaba con tiempo libre y quería que lo aprovechará, Mitsuki lo llevo a muchos lugares siendo estás sus citas, bueno las primeras. Que en cuestión de tiempo, no tardó es hacerse un llamado de atención por parte de las revistas; que les habían hecho columnas especiales con respecto a la nueva relación, que era muy obvia a simple vista.
Tras todo ese escándalo. El uzumaki supo manejarlo y hacer como si fuese algo corriente, ante la mirada de su pareja, este estaba orgulloso de la actitud de su chico y lo bien que manejaba todo con respecto a cómo era su vida diariamente, con todo y eso. Boruto nunca dejo su trabajo; este tal y como todos lo días, limpiaba y hacia su deber, además de que las salidas tuvieron que tener un alto, debido a que el rubio llegó al punto en que estaba terminando su carrera, dando a entender que estaba muy estresado.
lo fotografiaban siempre. El rubio era la nueva tendencia en todos lo sentidos, al igual que la envidia de muchos y el disgusto de otros, el chico había ganado fama de ser prudente y evasivo, sabiendo como soltarse de las masas e ir a su ritmo, ya que no tenía el tiempo para ser un payaso mediático. Teniendo suficiente con el hecho de que recalcaran en las revistas que su pareja se había enamorado de un “cualquiera”. Eso en consecuencia, provocó que el albino llamara a la editorial exigiendo tener cuidado con lo que decían, que si querían se metieran con el, pero no con su novio, a no ser que quisieran tener problemas legales por difamación, amenaza que la editorial se tomó muy en serio.
Indiferente, el uzumaki le pidió que no hiciera caso y que dijesen lo que dijesen no lo definía, que solo eran personas amantes de los chismes, que no les importaba dañar a alguien con tal y de tener algo para poder comer, que así eran ese tipo de revistas, impresionado al actor por el comentario tan filoso, admitió que el chico no necesitaba que lo defendiese, él podía solo.
Así fue hasta que los medios se calmaron y ya no sentían al rubio como una presa, más bien eran ellos los que no querían problemas con alguien tan estridente. Que no dudaba en dejar en claro que no estaba para que lo acosaran, personalmente lo consideraban alguien educado, pero no muy tolerante y estaba claro que cuando estaba con el actor. Era el mismo albino quien lo mantenía alejado de la atención, lo cuidaba mucho.
Tras un poco de tiempo juntos. Se hicieron la costumbre de que el uzumaki lo acompañaría de vez en cuando al trabajo, ya que al parecer. Boruto había encontrado interesante el ver actuar a su pareja, presenciando un espectáculo visual. No creía que tenía al mismo chico de novio, el que veía ahora daba un poco de miedo, tanto que se le pusieron los pelos de punta, siendo la grabación, La misma que estaba en proceso. Meses atrás antes de que mitsuki conociera al rubio, ahora ya estaban en la etapa final de la pelicula y a pesar de que Boruto no entendía nada, estaba claro que no vería ese filme. Ya estaba muy aterrado.
— eso fue un poco perturbante —. Confesó el menor estando ya en casa con Mitsuki, este por su parte lo sintió como un halago, ya que la única opinión que consideraba real. Era la de su chico.
— yo pensé que te molestaría el que haya besado a esa chica en esa escena —. Tanteó un poco nervioso el albino, no sabía cómo este lo tomaría.
— por mucho que seas mi pareja es tu trabajo y estoy conciente de que no solo es actuado, además que se que la actriz mientras estabas cambiándote, víno a disculparse conmigo por ello, eso creo que fue lo más interesante del día, en fin. Lo que trato de decir es; podrás besar a Miles, pero yo sigo siendo el primero a quien besaste por amor, es decir soy tu único —. Respondió seguro Boruto haciendo que al albino se le encendieran un poco las mejillas.
— definitivamente eres mi único —. Admitió el mayor sonriendo alegremente, contagiando así a Boruto quién se había sonrojado
— oye mitsuki... He querido preguntarte algo, desde tiempo después de empezar a trabajar aquí, es con respecto a tus padres. Nunca te oí mencionarlos antes, lamento si tengo curiosidad en querer saberlo —.
— mis padres... —. Soltó el ojidorado pensativo apoyándose en la isla de la cocina en dónde estaba en ese instante. — bueno. Tengo un padre con el que tengo contacto más o menos 3 veces al año, realmente mi representante es su empleado y le dice todo de mi, es su forma de contacto, luego en varias ocasiones si busca que hablemos, pero de allí; este año solo nos hemos visto 1 vez —.
— entiendo... —.
— y que me dices de ti, conozco a tu madre, pero a tu padre... —. Expresó esta vez mitsuki, siendo el curioso del momento, observando que el rubio cambiaba de semblante a uno nostalgico.
— murió... Hace 5 años, estaba enfermo y no resistió más, conservo buenos recuerdos con el, pero sabes, ahora que me lo pregúntas; con todo lo que he tenido que hacer, a mi mente vino que no tuve ni siquiera tiempo de lamentarme o siquiera de sentirme triste por su partida —. Sincero, el uzumaki le resultaba terriblemente pesado, el haber caído en cuenta, entendió que solo pudo hacerse el fuerte por su familia y seguir adelante.
— Boruto... —.
— estoy bien, fui yo el que sacó el tema. Algún día tenía que hablarlo, me alegra que haya sido contigo —.
— creo que puedo entenderte, no lo considero igual pero si tiene que ver, nunca conocí a mi madre, solo recuerdo la crianza de mi padre, pero ya hace mucho tiempo que deje de preguntarme quien era o como era el tenerla, cuando me dijiste que trabajabas por tu madre, para cuidarla. No pude evitar conmoverme y querer involucrarme, por eso cuando te vi tan conmocionado por aquella llamada esa vez, no tenía dudas al querer ayudarte con todo y tú testarudez, ahora entiendo que ella y tu hermana son todo lo que te queda, solo quiero que sepas que lo haría de nuevo —. Dijo mitsuki con soltura, se le veía tan cómodo siendo sincero y todo era porque estaba con alguien que le daba ese confort.
— te equivocas... —. Admitió el ojiazul, extrañando al albino — ellas no son lo único que me queda, también te tengo a ti; tonto. —. Siguió mientras se apoyaba al otro lado del mesón, quedando frente a Mitsuki, quien se le veía una sonrisa por oír esas palabras.
— soy tu tonto —. Recalcó el mayor, quien quizo besar a su novio, pero el sonido de su celular lo interrumpió, teniendo que contestar la inoportuna llamada, la cual no fue muy larga.
— nos vemos en la noche —. Boruto ya sabía que esas llamadas eran solo por trabajo y que Mitsuki tenía que ir de inmediato.
— espero no llegar tan tarde —. Contestó el peliceleste besando rápidamente al contrario, en tanto este solo veía después como desaparecía por la puerta.
*
Mitsuki. Tras completar una gran serie de entrevista, con respecto a su trabajo y vida personal, siendo lo último evadido. Suigetsu su representante después de mucho tiempo; aparecía personalmente, eso significaba que algo tenía que aclarar en presencia.
— ¿Y bien?, ¿Hay algo de lo que quieras hablar? —. Mitsuki siendo tranquilo, eso no evitaba el que fuese muy directo y obviar las formalidades, después de todo se conocían desde hace mucho, para ellos solo sería un capricho.
— que impaciente, por eso tú guardaespaldas a tenido muchos problemas, por lo menos es alguien bueno cuidando de lejos —. Habló siguetsu dando un largo suspiro.
— siento que sea así, quiero terminar rápido para volver a casa. Me están esperando —.
— si, hablando de eso. Tu chico tiene visita, tu padre fue a verlo personalmente —. Aclaró el hombre mayor sosteniendose la nuca con despreocupación.
— me voy —. Serio, mitsuki sabía que no era nada bueno aquello, cada vez que su padre venía a intervenir. Nada de ello resultaba ileso, tarde o temprano el haría algo al respecto, ya que había dejado en claro con una de sus llamadas, el desacuerdo con la relación, Incluyendo todo el escándalo, por mucho que confiaba en él temple del rubio. Era susceptible a todo lo referente con ser alguien ajeno a su tipo de vida y su padre podía atacarlo por allí.
— siento decir que tienes otras cosas que hacer, luego podrás hablar con el chico — añadió el mayor, observando como la puerta se abría; dejando ver al pelirrojo guarda espaldas, este estaba solo y únicamente para evitar que el ojidorado se escapara.
— buscare otro representante después de esto —. Recalcó enojado el ojidorado esperando que nada malo sucediera.
— me lo imaginé, lo siento chico... —.
*
Confundido. Boruto estaba frente a alguien que no conocía, sentados ambos en la sala uno frente al otro, aquel hombre de cabellera negra. Solo se limito a presentarse al llegar y abrirse paso en el hogar de su novio.
—Mitsuki no debe tardar señor —. Indicó el menor tratando de romper ese incómodo silencio.
— supongo, pero no es a él a quien busco —. Habló Orochimaru, apreciando la incredulidad del joven.
— si puedo ayudarlo, hágame saber a quién solicita —. Continuó el rubio sin obtener respuesta, exasperado tras un largo rato, respiró profundo y se levantó del sofá, parecía que se estaba burlando y no tenía tiempo para ello. — siento no poder ser de ayuda, pero tengo cosas que terminar, si me permite —. Habló con firmeza ante lo que parecía un juego en el que no podía seguir.
— así que trabajas para mí hijo, ya veo... —. Llegó a decir el azabache con cierto aire despectivo.
— si, me encargo de esta casa —. Contestó Boruto cambiando el tono por uno más a la defensiva, sosteniendo ahora una mirada que chocaba a kilómetros.
— así que te pagan por vivir aquí, ¿no suena eso muy aprovechado? —. Indicó con cizaña aquel hombre, quien ya estaba marcando una alerta en el joven.
— no, estoy conciente de lo que hago y no soy esa clase de persona —. Se defendió el uzumaki. Con un uso de palabras que no mostraban irrespeto, pero si dando a entender que atacaba territorio desconfiado.
— tengo entendido que son pareja, eso sí me sorprendió —.
— lo somos —.
— suena como algún tipo de pago por cuerpo, a lo mejor solo seas un pasa tiempo —. Bromeó el mayor con una sonrisa cínica en su rostro, que llegado a ese punto. Boruto estaba completamente serio y no se mostraba enojado u otra cosa por el estilo.
— váyase —. Pidió el menor, sabiendo que ya fue lo suficientemente ofendido para continuar con alguien con esa maldad.
— bueno, eres el encargado de este lugar. Tendré que hacerlo, pero solo vine a dejarte en claro que lo tuyo con mi hijo no puede seguir, a la larga serás un problema para el, tanto por tu posición, como por todo el escándalo en el que los haz metido —. Culminó el adulto mayor pasandole por un lado al rubio, el cual no dejo de verlo desafiante, para después irse, ya habia dicho todo lo que quería.
boruto quien espero que aquel señor se fuera. Soltó el aire que tenía retenido y se llevó la mano al pecho, tratando de controlar su pulso acelerado, estaba enojado y por mucho que esas palabras aportaran nada real en su vida, habían hecho una herida que solo alimentaban las dudas que lo atormentaban constantemente.
*
Sin poder escapar de sus ocupaciones, Mitsuki trabajaba sin poder dejar de pensar. En que sería de aquella visita de su padre, lo peor es que ya tenía una idea de lo que era y se dejaba en evidencia ante su irritabilidad, no lo demostraba en expresiones; pero al hablar se le notaba hostil y se confirmó cuando vio a su padre llegar a las instalaciones de grabación.
— ¿Que le dijiste? —. Se apresuró a decir el actor sin la mínima señal de respeto hacia su porgenitor, quien solo optó por estar callado, mientras una sonrisa neutral adornaba su rostro. — responde —. Siguió el ojidorado dando a entender que no estaba para juegos.
— nada del otro mundo, solo unas verdades —. Se defendió el adulto apreciando que su hijo no estaba contento.
— si algo llega a pasar por tu culpa... —.
— descuida, todo dependerá de cómo se lo tome, por lo que ví tiene carácter fuerte —. Interrumpió Orochimaru, en tanto la incredulidad del peliceleste surgia.
— ¿A qué te refieres? —. Intrigado por los rodeos de su padre, el hombre mayor miraba su reloj en lo que encendia las noticias, noticias que no eran agradables.
“ empezando con el segmento de hoy, una información de una fuente confiable. Notificó lo que tanto se nos a dificultado saber en cuention; sobre cierta "relación". Aquel rubio codiciado por andar ligando con el famoso actor Mitsuki, lo que tiene de valor es lo que tiene a su lado. ¿Porque?, Pues verán solo es un chico de servicio, ¿No creen que es romántico?, Consiguió amor en el trabajo o más bien una buena fuente de ingresos, no me sorprenderia que las sesiones nocturnas sean una buena bonificación ”. Se escuchó decir en la televisión a una señorita de índole sarcástica y grosera. Teniendo de coro, las risas maliciosas de los presentes, llegando a la mente de mitsuki. Las palabras del uzumaki con respecto a los trabajadores de ese mundo.
— Boruto... —. Soltó el ojidorado en cuanto sin terminar su trabajado se fue de allí, luego lidiaria con su padre y su atrevimiento.
*
Tan solo habían pasado dos horas desde aquella visita y por menos, Boruto no pudo dejar de pensar, para colmo. La llamada de su hermana menor, avisándole de que viera las noticias lo dejo desconcertado, sin saber que lo que estaba por escuchar, lo descolocaria por completo.
En efecto. Sintió que el pecho se le arrugaba y se sentía caliente, su sangre estaba hirviendo del enojo y sus mejillas estaban coloradas por la vergüenza, e irremediablemente las lágrimas se le salieron al sentirse humillado, siendo la gota que derramó el vaso, la fuerza que tanto presumía, simplemente se le fue y ya no quería nada que ver con adsolutamente nadie.
Así que simplemente se fue, sin avisar y sin decir nada al respecto, siendo tarde para Mitsuki. El cual llegó preguntando por su pareja. Sin obtener respuesta, gritó su nombre y los busco por cada parte de la casa, pero este no estaba; provocando que el actor maldijera por haber permitido que algo así pasará.
Busco su celular y se le ocurrió marcar al número pero tampoco atendía. El usuario no estaba disponible, el rubio se había dado por no existente, aún así eso no detendría al mayor para salir a buscarlo.
En ese plan, pasaron semanas en las que terminaba su trabajo y en sus tiempos libres preguntaba por su novio, no obstante la televisora no iba a quedar impune y el albino emitió una demanda, tanto a ellos como a su propio padre por ser el responsable de la difamación, proceso legal que estaba fallando a su favor, además de que era el total centro de atención; pero solo con respecto al trabajo. Ya que se dió a entender que opinar sobre lo sucedido y querer indagar en ello, era señal para entrar en la demanda, según orden que dió el juez.
Mitsuki en su búsqueda, fue varias veces a casa de este y su hermana era la que lo atendía, está cada vez le decía que no sabía dónde estaba, pero si le daba a entender que estaba bien, que aveces la llamaba para que no se preocupara, algo desalentador para el albino, quien también busco en la universidad, pero dijeron que no se había presentado en mucho tiempo. Lamentando que un estudiante tan bueno no estuviese asistiendo y más en el tiempo en que estan por terminar la carrera.
Desesperanzador. Lo último que le quedaba era ir a ver a la sr hyuga, que con gusto acepto ver al mayor, siendo la primera en hablar.
— hola mitsuki, siento decirte que mi hijo no a venido por aquí, mi hija me contó que lo has estado buscando, pero me pasa lo mismo que contigo. Himawari es la que me hace saber que el está bien —. Habló serena la señora hyuga, mientras se incorporaba en la cama con ayuda del albino, mientras Hinata apreciaba la delicada cara del joven preocupada.
— eso es desalentador... — se sincero el actor. En tanto por orden de la señora tomaba asiento.
— que complicado es estar enamorado, se nota que lo quieres mucho, lamento que mi hijo no sea tan fácil —.
— claro que lo quiero, no lo lamente. Una de las cosas que admiró es su fuerza y eso se convirtió en cariño —.
— si tiene temple, pero estoy feliz que hayas perforado capa por capa, hasta llegar a el. Boruto al fin pudo tener algo de normalidad en su vida, pero aun así mantenía su firmeza —. Continuó la pelinegro.
— pude llegar a el, pero no pude protegerlo, lo que sucedió debilitó esa fuerza, no lo cuide —. Se lamentaba el joven enojandose un poco.
— Boruto es humano y por mucho esfuerzo que hagas en ser algo, siempre habrá eso que te derrumbé, es lo que paso con el. Tolerante si, pero nunca resistiría tanto y no es la primera vez que escapa, esta es la segunda vez que se quiebra y en ello busca la soledad para tener calma —.
— ¿Segunda vez? —. Repitió el albino extrañado.
— la primera vez, fue cuando su padre falleció, mi esposo... —. Hinata tras dar una pausa respiró profundo y una pequeña risa se le salió —. Lo siento, recordar lo que pasó, ahora me parece un poco gracioso, lo que me hizo vivir Boruto en ese entonces fue una locura, habíamos peleado un poco y todo fue porque no logré comprenderlo en ese entonces —.
— me suena familiar —. Dictó mitsuki sonriendo.
— estaba triste y no lo demostraba, su actitud cambio a una muy protectora con nosotras, lo que sucedió no fue de inmediato, pasaron meses, pero el detonante de ello. Fue el perder a su padre y mi más grave error. El ocultarle mi enfermedad, esas dos cosas lo hicieron huir y más el saber que solo tenía poco dinero para internarme, discutimos fuertemente y cuando me fui a trabajar. Al regresar ya no estaba, fue la preocupación más grande de mi vida —. La pelinegro demostraba que eso aún le sentía y con esto solo le avivaban los recuerdos.
—señora... —.
— pero está bien ahora mi preocupación, es que la persona que tanto lo quiere lo este buscando y no consiga respuesta, pero en fin; como te decía. Cuando menos lo espere después de buscarlo. Llegó a la casa tras 3 días fuera y con algo de dinero, mi hijo había conseguido un empleo y en esos días se quedó en casa de su amiga en secreto, todo un conflicto, se había disculpado conmigo y sabía el porque, no solo por lo que hizo; si no por asumir la responsabilidad sobre mi y su familia, ya que por mucho que estuviese en contra. El haría lo que fuese por cuidarnos —.
— es un chico testarudo, pero la mejor persona que e conocido, si no fuese por mi padre... —. mitsuki apenado por todo lo que su progenitor afirmó sobre el rubio, Hinata solo le tomó la mano y le dedicó una sonrisa, asombrando al actor.
— no te preocupes por ello, si no tienen su apoyo. El mío si, sigue cuidando de mi hijo, lo estás haciendo de maravila nuero —. Comentó la ojiblanco con picardía, en lo que mitsuki se sonrojaba un poco, rompiendo en risas.
— muchas gracias señora Hinata —. Dijo el albino levantándose y haciendo una pequeña reverencia, demostrando respeto.
— por favor, ya puedes decirme suegra —. Explicó la señora riendo un poco, en tanto mitsuki suspiraba y sonreía con el sonrojo más pronunciado.
— entonces, adiós suegra y gracias... De verdad necesitaba esto. Tenga buenas tardes —. Culminó el peliceleste saliendo de la habitación, ahora más animado en seguir con su búsqueda.
*
Boruto se debatia en la habitacion alquilada de un pequeño departamento, hacia tiempo que no salía de allí; desde que se fue, afortunadamente. Tenía el dinero suficiente como para abastecer sus necesidades, eso sí, sin dejar de trabajar en sus estudios aparte, lamentando no poder tener la asesoría adecuada, pero se las estaba arreglando solo.
Aquel debate, es que ya tenía que salir de allí para dar a entender que estaba bien, planificando ir a visitar a su madre, lo necesitaba y también tenía que darle la cara por la preocupación, enterándose nada más por su hermanita, quien ya estaba enojada con el y lo confrontó. Haciéndolo entrar en razón.
Una vez cerrada su laptop. Se cambió de ropa y se cubrió la cara, tomando el primer autobus en la parada, encaminandose hacia el hospital; para hacer una visita esporádica.
Llegando a el. Entró como si nada y para poder presentarse, tuvo que quitarse la capucha junto a la gorra, teniendo que descubrir su cara. En dónde las enfermeras del lugar, las cuales el rubio conocía bien, se alegraban de verlo, pero también varias lo regañaron por su ausencia, cosa que no pudo seguir, puesto que muchos al reconocer al joven; comenzaron a murmurar.
— silenció, este es un hospital, si van a hablar que sea a afuera. Dejen el escándalo —. Salió en defensa una joven de pelo rubio llamada Tsunade la cual era parte del equipo de doctores en cuidados intensivos, siendo la que atendía a la madre de este.
— gracias... —. Dijo el uzumaki obteniendo una sonrisa por parte de la doctora.
— aquí nadie puede ser capaz de juzgarte, haz hecho lo posible por tu madre, trabajando tan duro para su salud y bienestar, que a todos lo que le gusta hablar de ti deberían estar avergonzados, en cambio nosotras estamos orgullosas de ti, nos alegra volver a verte —. Dictó esta vez una doctora llamada shizune en voz alta, acallando completamente a los curiosos, dándole el permiso de una vez por todas para que el joven fuese a ver a su progenitora.
Caminando por los pasillos. Cada vez el nudo en su pecho se hacía más fuerte, quería ver a su madre estaba claro, ¿pero con que cara?. Alejando el temor, entró en silencio, hallándo a su madre descansando, estaba dormida tranquilamente estando semi sentada.
El rubio para no despertarla. Levantó la silla y la acercó a la camilla, sentándose lo más cerca que pudo, para consiguiente recostarse en el regazo de su madre, algo que no hacía desde hace mucho.
Allí sintió que se relajaba un poco, soltando un largo suspiro. En tanto le acariciaban los rubios cabellos, acto que hizo sobresaltar al joven, pero no se quitó de dónde estaba.
— crei que nunca vendrías a verme —. Se escuchó decir una suave voz en aquella habitación.
— ¿Cómo sabes que era yo —. Respondió el uzumaki con la voz un poco quebrada, oculto en sus brazos.
— reconozco este gesto, jamás olvidaría a mi hijo haciendo esto —. Confesó la señora haciendo que a Boruto se le salieran las lágrimas.
— lo siento... —. Boruto tratando de contener sus lágrimas, sabía que no podía más.
— te han herido, mucho. Fueron crueles contigo sin conocerte, así que suéltalo todo, pero... No es a mi a quien le debes una disculpa —. Siguió la mujer escuchando como su hijo. Al fin decidía descargarse, algo que nunca había visto en el, dándole su tiempo para que se calmara.
— Mitsuki... —.
— el. Sin importar lo que digan, lo único que le importaba era estar contigo, te tomo cariño y te enseño a dejar tu coraza, pero temías abrirte lo suficiente, albergando tus dudas; aún así el te diera esa seguridad y amor, aquellas palabras crueles te hicieron fallar y eso que resisitite muy bien, pero tranquilo es normal en nosotros, solo que cuando algo así pasa. Es difícil conseguir a quien quiera estar allí luchando para que no te vayas, siendo la realidad que allí; hay suficiente amor para continuar y tú mi querido hijo, hallaste a esa persona sin buscarla, te cambio para bien, sigues siendo el mismo pero diferente, ha sacado lo mejor de ti poco a poco, lo mejor que ni tu mismo conocías y ahora... ¿Dejaras ir todo ello? —. Las palabras de su madre eran muy directas y solo cargaban más su conciencia, ella tenía razon en todo.
— yo... —.
— Boruto, ¿El te hace feliz? —. Preguntó la señora, aún sabiendo cuál sería la respuesta, vio a su hijo guardar un poco de silencio, respirando profundo.
— si..., Si me hace feliz —. Expresó el ojiazul con toda sinceridad.
— me alivia saber eso, pero... Lo que me molesta es ¿Por qué piensas que no mereces ser feliz? —. Cuestionó por segunda vez la fémina, momento en el que su hijo la miraba asombrado.
— no me lo he permitido... —. Boruto con ello aclarado. Se acordó de todos lo momentos que tuvo con el albino y lo bien que lo pasaba. Olvidando que vivía para el trabajo, le estaba enseñando a vivir, demostrándole lo que era amistad y sobre todo cariño, ahora también se preguntaba ¿Por qué no se permitía ser feliz?, Si le han dado razones para ello. Le habían dado amor. — soy un idiota... Lo extraño —. Continuó el joven sonriendo con nostalgia, derramando más lágrimas.
— lo amas —. Afirmó su madre, sin poder evitar llorar, al ver lo mucho que había crecido su hijo.
— lo amo, mamá — confirmó el joven, mientras se limpiaba las lágrimas con el antebrazo mientras reía un poco, contagiando a su madre.
— el vino aquí hace dos días... Está muy preocupado por ti, Himawari también me dijo que ya perdió la cuenta de las veces que te fue a buscar en la casa, pero se que lo verás cuando te sientas listo —.
— tengo que arreglar esto... Ya he causado muchos problemas —.
— sea lo que sea, estoy segura de que ya estás perdonado, ahora se que ya estás dispuesto a verlo, no pierdas más tiempo conmigo hijo —. Señalo la pelinegro bromeando.
— mamá, no digas esas cosas —. Apenado el joven recuperó su ánimo un poco.
— lo siento hijo, pero temo decir que te estoy hechando —. Culminó la mujer riendose.
— gracias mamá, adiós—. El uzumaki obteniendo el perdón de su madre. La abrazó, siendo está la que ejerció mucha fuerza, dónde Boruto después, se despidió dándole un beso en la mejilla, dejando a hinata feliz, de que su hijo ya no la necesitaba, admirando como este se iba, a ella solo le quedaba rezar para que todo saliera bien.
*
Hacía rato que Mitsuki se había agotado en buscar al rubio por ese día, ya hasta sentía un temor muy grande, por su bienestar, ya que lo único que sabía de él, era que le decía su hermana por llamada como se encontraba y eso no lo convencía mucho, incluyendo a su familia.
Sabiendo que mañana sería otro día. Llegó a casa y lo único que quería era descansar y pedirle al cielo que le ayudará a encontrar a su rubio, lo exrañaba mucho, sumido en sus pensamientos, abrió la puerta y la cerró inmediatamente con seguro, sin percatarse de que la tv estaba encendida, pasando de largo para irse a su habitación
— hey... —. Se oyó en toda la sala, paralizando al albino quien solo abrió los ojos exageradamente por el susto, soltando un pequeño suspiro, que al observar hacia donde se hizo la voz. La reconoció al instante, se fijó que Boruto estaba sentado en el extremo del sofá viéndolo, dónde nada más se notaba aquellos ojos azules brillar, por la luz que emitía la pantalla.
— Boruto... — llamó el albino, sintiendo su corazón latir con fuerza, esto casi hizo que sonriera, pero debía reprimirla para endurecer su rostro, cosa que no paso por alto por el rubio, quien apretó sus labios con fuerza, sabía que con todo. El albino debía estar muy molesto.
—Mitsuki, yo... —. intentó decir el menor, observamdo como el ojidorado se acercaba. Teniendo que volver a concentrarse en lo que quería explicar — no sé si lo que diga hará que me perdones, fui un idiota por dejarme llevar por las dudas, por las malas entendí que mi felicidad nadie puede cuestionarla y mi estupidez me hizo olvidar lo bien que me sentía al estar contigo, yo... —.
— suficiente —. Dicto Mitsuki, desconcertando al uzumaki. en tanto era tomado desprevenido.
— ¿Eh?, Pronunció Boruto ante su confusión, en tanto el albino se había inclinado frente al joven, tomándolo de la nuca para consiguiente plantarle un beso, no podía aguantar más tiempo y mucho menos el ojiazul. Concediendo así la unión, cerrando sus ojos, mientras se dejaban llevar, en dónde de un momento a otro. Boruto estaba recostado sobre el mueble con el mayor encima.
— es suficiente... No hace falta que digas más nada, estás aquí, era lo único que necesitaba, no sabes cuan preocupado estaba, fuiste un tonto y uno muy grande, pero no sabes lo agradecido que estoy de que estés aquí —.
— lo siento...—. dijo el uzumaki admirando la expresión del albino, la cual era de alivio, muy distinta a la de hace un momento, sin resistirlo. Boruto fue quien beso esta vez al mayor atrayendolo — te amo —. Soltó este tras una pequeña pausa en el beso, Mitsuki quien tras oír eso, volvió a unir sus labios con los de rubio, sintiendose perdidamente en el cielo.
— también te amo —. Confesó el actor, apreciando la sonrisa del menor y el notorio sonrojo que lo acompañaba.
— dijiste que no dijeras más nada, pero quiero disculparme adecuadamente —. Confesó el rubio, haciendo referencia al estar juntos por primera vez.
— Boruto... Sabes que no quiero que te sientas forzado, deberíamos... —. Intentó decir Mitsuki pero se quedó mudo ya que el rubio, le había tomado la mano y con picardía se la puso en sobre su entrepierna.
— está bien... Te necesito —. Susurró Boruto, quien sin evitarlo se había encendido con los besos que había recibido.
* Poner into You de Ariana grande *
Afilando los sentidos Mitsuki, cedió ante impulso y tentación. Hace mucho que se había estado conteniendo y aquella vista era espectacular, su novio lo miraba con deseo y aquellos ojos azules brillaban de excitación, podía sentir como lo ahogaban en ese mar azul, lo tenía a sus pies.
Para el albino algo en su pecho le ardía, era su corazón acelerado. Tomando decisión de una vez por todas, acarició lentamente al rubio, subiendole la camisa hasta quitársela, en tanto el roce solo le provocaba cosquillas, sacándole uno que otro jadeo y suspiro al uzumaki, debido a que besos húmedos eran repartido en su cuello, dejando algunas marcas, bajando hasta su pecho. Dónde gimió al sentir como Mitsuki le mordia un pezón, haciendo recordar a Boruto que todas sus debilidades ya eran conocidas por el mayor.
Mitsuki sabía lo ansioso que estaba el rubio, pero no quería que todo fuese tan rápido. Quería jugar con el y complacerlo completamente, primero ante todo. Consentirlo con toqueteos y caricias, que sabiendo dónde tocar. Podía sentir la desesperación del ojiazul, este respiraba pesadamente y el rubor en sus mejillas era notorio, llegando el color hasta su pecho, una imagen espectacular para el ojidorado, se veía tan provocador que le abrió la piernas y lo halo apegandolo a si mismo.
Boruto dispuesto a tomar iniciativa, buscó al albino y lo besó, con más intensidad y deseo, mitsuki quien le seguía gustoso. Levantó al uzumaki quedado completamente cerca el uno de del otro, en tanto el menor lo abrazaba, a la vez que sentía como le agarraban las piernas con fuerza, ahogando un gemido entre los labios ajenos, provocado por el roce en su entrepierna.
Dejando el beso, los jadeos mutuos salían con insistencia. Mitsuki se movía generando fricción entre ambas partes íntimas, siendo tortuoso para el rubio, sintiéndose muy bien, a la vez que deseaba más, abrazando con más fuerza al peliceleste, ya que no podía aguantar mucho, menos el mayor, corriendose ambos por la estimulación
— Mitsuki... Esto se siente como un castigo, por favor... —. Expresó el uzumaki, mirando a los ojos a su pareja, encontrándose con una mirada desafiante, hallándose completamente excitado por ello, era la primera vez que lo veía asi, admirando después como sonreía, disfrutando del momento.
— porque en parte lo es, pero fue un buen calentamiento —. Respondió el albino ante lo que dijo el menor, respirando rápidamente por la agitación.
— que malo..., Pero es justo —. Soltó el ojiazul, observando como su novio se quitaba la camisa y se bajaba del sofá para quitarse el pantalón, notando la erección a través de la ropa interior, haciendo tragar grueso a Boruto. Consciente de la resistencia que tenía su novio.
— ¿Podrás soportarlo? —. Preguntó el mayor subiendose al mueble, arrodillandose frente a el, notando que el rubio se había puesto un poco nervioso y estaba muy colorado. Y apretaba sus labios; suspirando profundamente en lo que el albino le tomaba el rostro, brindandole seguridad. mitsuki solo le daba su tiempo.
— si —. Respondió con seguridad, besando al albino dulcemente, siendo esas palabras suficiente para lo tumbaran en el asiento, teniendo a mitsuki encima nuevamente, Boruto se estremeció cuando sintió como la mano del mayor, ascendía por su abdomen haciendole cosquillas, perdiéndose después en los besos que le estaban dando en el cuello, soltando jadeos y uno que otro leve gemido debido a las caricias.
Mitsuki, le había quitado resto de la ropa dejándolo completamente desnudo, pidiéndole al menor que lubricada dos de sus dedos, el cual lo hizo de manera provocativa, desafiando al albino con la mirada. Este metiendo el primer dedo con cuidado, notó como Boruto hacia una mueca; mientras soltaba un quejido. Había pasado tiempo y era normal que se hubiera desacostumbrado, suavemente mitsuki metía y sacaba haciendo un poco de presión. A medida que podía hacer el movimiento con más libertad, apreciando que ya no eran quejidos los que salian del rubio si no gemidos y suspiros de placer, señal para meter el segundo dedo, haciéndolo un poco más rápido. Observando como el uzumaki arqueaba su espalda y se estremecía.
— conozco muy bien dónde te gusta —. Dictó el albino dando en el punto que enloquecía a Boruto.
— mitsuki, espera... —. Pidió en vano el uzumaki, mirando a los ojos a su pareja, quien poseía una expresión llena de satisfaccion, dándose cuenta que no tenía fuerza para aguantar más, causando que no pudiera contener su voz, corriendose en el acto.
— ni siquiera te toque adelante —. El mayor sonriendo con complicidad. Había sacado sus dedos, en tanto con su mano libre se bajaba la ropa interior.
— tonto... —. Replicó el menor tratando de regular su respiración, siendo una tarea difícil, en cuanto le tomaron la cintura, mentalizandose lo que estaba por venir.
— ¿Estás listo? —. Interrogó el ojidorado posicionándose, siendo la respuesta del uzumaki un asentimiento — relájate —. Continuó Mitsuki, comenzando a masturbar al chico para distraerlo, a medida que entraba en el, siendo algo nuevo para Boruto. No sabía cómo lidiar con ello, este había cubierto sus ojos con su antebrazo para no dar a notar que las lágrimas se le resbalaban, agarrando un cojín con fuerza con su otra mano, apretando sus dientes inconcientemente, sin duda le estaba doliendo.
Mitsuki aún no había entrado por completo, sabía que su rubio estaba sintiendo dolor, pero eso no sería por mucho, suavemente. El albino comenzó a moverse sintiéndose agobiado por lo estrechó que estaba Boruto, teniendo que ejercer un poco de fuerza obteniendo un sonoro quejido por parte del contrario.
El uzumaki quien jadeaba pesadamente, tratar de no llorar se le había dificultado, buscando controlarse, en lo que se concentraba en soltar más su cuerpo, que poco a poco fue relajando, sintió como el dolor cambiaba a solo una pequeña incomodidad, para consiguiente encontrarlo como una sensación nueva, una que le estaba gustando, intercambiando los quejidos por gemidos leves, comenzando a mover las caderas al compás del movimiento.
— Boruto, iré más profundo —. Señaló el peliceleste llamando la atención del rubio, este se había puesto sobre el menor besándolo, entrado en el chico por completo de una estocada, Boruto teniendo que aferrarse al mayor por ello, le aruño la espalda sin intención, lo que hacían se estaba sintiendo bien, llegando al punto en que el dolor y la incomodidad. Se había convertido en verdadero y absoluto placer.
Ambos sudaban y su respiración era agitada, los gemidos de Boruto y el como ambos se llamaban mutuamente, era lo único que se escuchaba en aquella gran sala, Mitsuki había aumentado el ritmo y sentía que su cuerpo ardía; siendo lo mismo para el rubio, el cual estaba perdido en el placer, Mitsuki estaba dando en su punto g, nublandole completamente los sentidos.
— mitsuki... —. Pronunció el menor gimiendo más alto, las estocadas eran fuertes y lentas, sentía que estaba perdiendo el control, hallándose ambos completamente extasiados llegando al orgasmo, dónde tratando de calmarse completamente, se miraron y rieron cómplices. Boruto se veía radiante y adorable con sus ojos azules llenos de lágrimas, en tanto mitsuki se le notaba alegre, no decían nada, el silencio los abrazaba por completo y solo un suave besó culminaba todo, demostrando lo mucho que se amaban, un beso que se sentía con la misma intensidad, cada vez que sucedía, sin dudas estaban hechos el uno para el otro.
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A la larga. Ambos lograron confrontar lo que los llevo a su separación. Boruto era más seguro y decidió hablar de su relación y de cómo está surgió, logrando que muchos se disculparan con el. Por entender mal y dejarse llevar por mentiras, que sobre la realidad.
El rubio también habló personalmente con el padre de Mitsuki y demostró lo que valía, obteniendo sin objeciones la aprobación de este, además de que el albino, había ganado el juicio contra la difamacion y a raíz de ello, la pareja había obtenido buena fama, que ahora después de 2 años de relación. Estaban felizmente comprometidos.
La madre de Boruto, aún seguía enferma, pero su mejoría fue muy grande, agradecida de que su hijo logró ser feliz. Lo único que quería era verlo así, el tiempo que le quedaba viva, al menos ya no estaría solo, podía estar más tranquila ahora, su hijo era amado y tenía a quien amar, era todo lo que ella necesitaba saber, al igual que Himawari. Ella se alegraba por el ojiazul y al igual que su madre, estaba agradecida por qué su hermano encontró a alguien especial y lo mejor de todo, esa persona le enseño a vivir, ambas chicas no podían estar más orgullosas, ahora solo esperaban con ansias la boda, después de todo la ojiazul era la madrina.
Fin.
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Culminando el one shot, admito que me gustó hacerlo. Pronto se vendrán más cosas así. Además de que también actualizaré mi historia principal, después de mucho tiempo. Poco a poco me está rindiendo el tiempo para escribir, los amo, miravi-san fuera❤️💗❣️✨
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