psicofonia
One-shot Psicofonia
"Ha transcurrido ya más de cincuenta años desde que se grabó la primera psicofonia (sonidos grabados en casas abandonas) aquí una historia relacionada, es una voz de un hombre venida de lejos que decía:" (¡¡Serenaaaa te amoo!!).
En aquella casa abandonada había una antigua historia de separación, amor, muerte, empieza hace años atrás cuando ese lugar estaba lleno de vida, alegria, pero una terrible enfermedad fue matando a cada miembro de todos de los que conformaban a la familia Chiba, hasta que quedó el último hijo un joven muy guapo, carismático, sumamente atractico, algo misteriosos, quisas algo algo solitario, de tez moreno, alto con unos ojos azules que de podrían confundir con el profundo mar, llamado Darien, él fue enterrando uno a uno a cada miembro de su familia, tristemente él al sentirse solo se empezo a llenar de desperacion y de una profunda tristeza, sin ánimos de estar así, en un momento de desesperacion cojio una pistola y optó por el camino fácil se quito la vida, pero por haber cometido un suicidio, y siendo considerado como un pecado, las personas de esa comunidad no permitieron que cuerpo fuera sepultado en el campos Santo, su alma fue condenada a vagar en esa casa, sería su la maldición que haría imposible poder abandonar su hogar, fue rechazado de los cielos, y se quedo encadenado, como una cruel condena.
Los años fueron pasando, en la época actual, Darién seguía vagando, sin encontrar algún consuelo para su alma, pero al sentirse solo, la soledad se volvió odio hacia todas las personas que llegaran a entrar a su casa, movía las cosas, las desaparecía, se presentaba mostrando imágenes demoníacas, lo que hacia que todos lo que entraran salían despavoridos, así fue durante muchos años. Diariamente el se lamentaba dando gritos de dolor, tocaba un piano, los vecinos podían escuchar la música, y lograban ver una sombra que deambulaba por toda la casa.
-¡no debi haberme matado! ese fue mi peor error, ahora tengo que estar atado a esta maldita casa, esta soledad me esta acabando.
El pobre espíritu se lamentaba, ya no quería asustar, lo que quería es comunicarse con los que llegaban aquella casa, pero no sabía cómo hacerlo, mientras más lo intentaba salía contraproducente.
Lejos de esa casa, en un pueblo un poco retirado, estaba una casa demasiado estricta que seguía las normas de la sociedad, estrictamente de la iglesia, estaba una pareja lamentándose.
- ¡Kenji!, ¡kenji!, estas seguro de lo que harás con Serena, (apenada).
-es la única solución que encuentro Ikuko, los psicólogos lo que piden que este fuera de la casa en un lugar tranquilo, estar en la naturaleza, no hace ningún efecto las medicinas, ya intento suicidarse varias veces, ya las cortadas son cada vez más constante ( molesto), los sacerdotes dicen que si continua la van a descomulgar, ya que esta atentando contra su vida.
-entiendo Kenji, eso lo entiendo, pero ir a esa casa, aun no está lista para habitar, ahí muchos rumores que suceden cosas muy extrañas.
- enserio Ikuko, son solo superticiones, personas que no tiene oficio que les gusta estar inventando historias fantasiosas, todos sabemos que eso no existe, nuestra hija lo necesita, que si esto no funciona la internaremos en el centro psiquiátrico.
- no, no, no, nuestra hija no está loca, solo que nos pide a gritos atención, eso tu no entiendes, (llorando).
- ¡basta Ikuko!, es mi última palabra, debemos pensar en el bienestar de nuestra única hija, esto de tiene que hacer estés o no estés de acuerdo. ( saliendo de ahi).
Ikuko se quedó sola en aquel cuarto, se puso a llorar, toda la conversión había sido escuchada por su hija una joven rubia, muy hermkda, de una tez blanca, mejillas rosas, una labios cuota carmín, de unos ojos azules como el cielo aunque hermosos pero lo cual reflejaban una profunda tristeza, ella se fue a su cuarto, a llorar y hablar con ella misma a través del espejo.
-Serena, Serena porque eres así, solo preocupas a tus papás, debes cambiar.
-callate, te he dicho que debes hacer lo que te digo, como puedo cambiar, si lo que hago no les gusta, ellos quieren cambiarme no me entienden, no quiero ser como ellos, se muy bien que nos internaran por no pensar como todos los demás, ya que no nos quieren aquí, por la manera de pensar.
- entonces si lo sabes, porque lo haces, se una buena hija, obedece, se sumisa.
-no, no, no, ¡callate Serena!.
Serena seguia hablando sola, al estarse peinando, recliminandose, siendo escuchado por su padre.
- ahí hija mía, todo lo que hacemos es por tu bien, aunque ahorita no lo entiendas lo que hacemos, y creas que te odiamos, pero ten presente te amamos, a fin de mes estaremos en la otra casa, podemos cuidarte y no permitiré que te sientas sola y abandonada.
Los días fueron pasando, Serena presentaba más fuertes la crisis de depresión lo que hacia que sus padres se desesperaran y adelantarán la llegada aquella casa, lo cual se había atrasado la remodelación, la mayoria de los hombres que llegaban ya lo querían regresar, aunque se les ofreciera pagales aún más dinero, la casa ya estaba lista para habitar, Darién veía la casa le crecía la melancolía al recordar que así es como anteriormente se encontraba su casa toda llena de vida, colores, pero por las noches seguía tocando aquel piano que se encontraba arrumbado en aquel ático, nadie se atrevía a sacarlo y si lo intentaban sucedía algo muy extraño empezaba a pesar cada vez más hasta que llegaba a pesar demaciado, haciendo que nadie pudiera sacarlo, así que desistieron de hacerlo y decidiendo dejarlo ahí, Darién veía todo desde el balcón del cuarto, meditando lo que iba a escuchaba.
- dentro de poco vendrá una familia, espero poder comunicarme o que se queden aquí, me siento muy solo, quisiera hablar con alguién.
Al fin había llegado el gran día, estaba iniciando el invierno, se sentía el aire frío, se encontraba callendo algo de nieve, Serena veía el paisaje a través de la ventana, levantaba la vista aún cubierta su cabeza con la capucha de su sudadera, iba escuchando su música, ajena a lo que sus padres hablaban, ya estaban llegando a la casa, los vecinos salieron a ver quien había llegado, Kenji saco las maletas, Ikuko al salir del carro se estiró, ya que el viaje había sido largo, Serena salió del carro, se quito los audífonos y la capucha de la cabeza, empezó a admirar la casa, al llegar aquel balcón creyó ver a alguién, parpadeo y no había nada, se dijo a si misma.
-¿que fue eso?, Me pareció ver a alguien, ¡estas loca Serena!, en este lugar no ocurrirá nada.
Los padres de Serena vieron que ella se quedó ahí parada frente a la casa, solo veían que balbuseaba, decidieron hablarle para sacarla de aquel trance.
- ¿hija te gusta la casa?.
-Ah, si me gusta, es una casa como todas las demás, porque me trajeron aquí.
- mira princesa te trajimos aquí para que estemos los tres juntos, como un familia, como debió haber sido desde principio.
-ahora quieren presentarse como los padres amorosos, después de abandonarme y nunca tener tiempo para mi, ahora precisamente ahora, pero haber si esto funciona, quiero ese cuarto.
Serena a punto hacia la dirección donde estaba el balcón, donde minutos antes había visto a alguien, Ikuko no le gusto la idea ya que aún tenían temor que Serena cometiera un locura y quisiera atentar contra su vida.
-¡estas segura hija!.
-Si mamá, ese cuarto es el que quiero, (señalando nuevamente hacia esa dirección).
Kenji e Ikuko intercambiaron miradas, tendrían que tener vigilada a Serena, entraron a la casa, Serena se volvió a colocar la capucha y los audífonos, Darién desde la ventana del cuarto observo todo, vio que aquella joven lo había visto.
-es una familia la que vino, ella me vio, intentaré acercarme, ví que en sus ojos refleja una profunda tristeza.
Ikuko acompaño a Serena al cuarto que ella le había gustado, Serena entró algo le llamó la atención un aroma, Serena quería estar sola.
-estas segura hija, de quedarte aquí, no niego esta muy bonito, la vista esta hermosa, pero tengo dudas.
- estoy segura mamá, quiero estar aquí, el resto del tiempo que estemos jugando a la familia feliz, me podrías dejar sola por favor quiero dormir.
- no nos vas a perdonar nunca Serena por no atenderte, por no estar contigo, que pusimos el trabajo antes que a ti, no te falto nada, siempre te dimos de todo, nunca te hizo falta nada.
- perdonarlos, hace tiempo que lo hice, no me hizo falta nada cierto, pero me hizo falta su amor, palabras de aliento, consejos, palabras dulces, que me arroparan, siempre sola, así estaba, así que no te extrañe si para mi son dos extraños que dicen ser mis papás, por favor vete.
Ikuko con lágrimas en los ojos salió de cuarto dejando a Serena en la cama con sus audífonos, y su libreta de dibujos, dando la espalda a la puerta, ella salió encontrándose a Kenji subiendo las escaleras, al verla llorando se acercó.
- Ikuko, Ikuko ¿que te paso?, ¿porqye lloras?, dime mujer.
-no tengo nada, mejor vamos a la cocina iré a ver que hago para la comida, Serena necesita alimentarse.
- por favor mujer dime ¿qye es lo que te pasa?, estas preocupada por Serena, yo también lo estoy, me arrepiento de tenerla abandonada, de no prestarle atención, por eso estamos aquí para remediar ese daño que causamos haremos lo posible para protegerla.
- estas seguro que podremos solucionar todo con ella, siento que perdí a mi hija y la que esta haya arriba es una extraña.
Ellos seguian hablando, mientras en el cuarto de Serena ella estaba profundamente dormida, Darien apareció en el cuarto, se fue acercando a ella, le movio un cabello para poder admirar su rostro, la vio ahí con el cabello todo regado en la almohada, se veía tan angelical le roso la mano por su mejilla, lo que hizo que Serena se moviera, él lo que menos queria era asustarla, desde que la vio le había gustado.
-que hermosa eres Serena, solo puedo admirarte, ya que no me puedes amar, me gustaste mucho, te vendré a ver cuando duermas.
Darien volvió a tocar la mejilla de Serena, al ver que era se había despertado, desapareció.
- ¿que fue eso?, estoy segura que alguien me tocó mi cara, y ese aroma dulce, lo sentí desde que entre, no creo que hayan sido mis padres, si que esta extraño, mejor me levantaré, me pondré a dibujar, me gusta el balcón.
Serena se levantó al balcón, aun se sentía inquieta, podría sentir como que alguien la observaba, pero no había nadie ahí, Darién solo la observaba de lejos no se atrevía a acercarce tenía miedo que ella tuviera miedo y se fuera.
Esa noche había aún más frío que de costumbre, Darién estuvo viendo a la familia, intentaba llamar la atención de Serena, al cambiar sus cosas de lugar pero ella no tomaba atención, al término de cenar se fue a su cuarto, sus padres ya esteban dormidos, ya muy tarde, quizás ya pasaba la madrugada, Serena se empezó a inquietar, bajo a tomar agua le llamó la atención un sonido de música, y puso escuchar un susurro, al sentir que le movieron el cabello.
-(¡¡no te vayas!!).
- ¿que fue eso?, y esa música, será que estoy loca, no no, es mi imaginación, nada más, es porque tienes sueño, piensa Serena, mejor ve a dormir.
Serena se fue a su cuarto, intento dormir, aun podía sentir ese aroma dulce, se quedó dormida, Darién se acercó nuevamente a ella le quito unos mechones de cabello, le tocaba la mejilla y se acercó al oído de Serena y le susurro.
-no quiero que te vayas, no me tengas miedo.
En su profundo sueño, y en su subconsciente Serena respondió.
-¿quien eres?, no me iré, no te tengo miedo.
Darién solo sonrió y desapareció, los días fueron pasando él no se atrevía en presentarse frente a Serena, aún así le seguia hablando cuando ella estaba profundamente dormida porque sabía que ella al otro dia no lo recordaría, Serena mientras tanto se fue uniendo un poco más con sus padres aunque algo renuente, les platicaba lo que en ocasiones escuchaba en la casa, las voces, la música, el olor, los padres como no creían en eso, solo la miraban preocupados tenían el temor que estuviera perdiendo la razón.
- enserio porque no me creen, yo se lo que he escuchado, que ilusa en creer que ustedes me iban a creer.
- pero hija si te creemos, verdad Kenji.
- si hija te creemos, mejor ve a tu cuarto.
- no les creo nada, no estoy loca, tengo claro lo que he sentido y lo que he escuchado.
Serena se levantó muy molesta de la mesa, se fue a su cuarto, al sentarse a su tocador y tomo su cepillo, se empezó a peinar, al levantar su vista vio el reflejo una imagen de hombre estirando la mano y moviendo su boca, como intentando decir algo, Serena al verlo aquel reflejo volteo a ver, pero no había nadie.
-¿ que fue eso?, ¿quien eres?, en serio estoy loca, será que mis papás tendrán razón, no, no, se que no es mi imaginación lo que ví.
Serena se levantó rápido se fue al balcón ahí fue cuando lo vio de frente, Darién no sabia como reaccionar, al tenerla frente a él, le sorprendió que no tuvo miedo, y en cambio observo que ella le sonrió y le habló.
- ¡hola!,( sonrisa) con que tu eres el del reflejo y me susurra aquí en la casa.
Darién se quedó mudó al ver la sonreír, solo extendió su mano y Serena no perdia detalle de sus fracciones, tomó valor y se presentó.
- me llamó Serena y tú, tengo que conocer quien viene me habla en la noche, y toca esa música tan bonita, verdad que eres tú.
Darien aún sorprendido por la familiaridad como ella le hablaba la cuestionó.
- acaso no me tienes miedo Serena.
- tendría porque temerte, se ve que eres bueno, no me has dicho tu nombre.
- perdón me llamó Darién, ven quieres bailar.
- si, pero no hay música.
- eso tiene solución.
La puerta del cuarto se cerró, se encendió la grabadora sola, las luces del cuarto fueron desendiendo dejando un ambiente romántico, se empezó a sonar una música clásica, Darién se acercó a Serena la empezó a envolver, ella sentia que cuerpo flotaba en el aire, sentía el cuerpo de Darién junto a ella, eso le gustaba, el le susurro al oído.
-nunca me dejes Serena.
- no lo haré Darién, tu me haces sentir tranquila, eso mismo te pido a ti nunca me dejes.
- no lo haré, aquí estaré contigo.
Así continuaron flotando en el aire, el sonido de la puerta como que alguien quisiera abrir hizo que Darién desapareciera, pero antes de irse.
- Serena, nos volveremos a ver, hoy en la noches, vendré a verte.
- Auch, eso duele, aquí te esperare, adiós Darién.
Darién desapareció pero antes roso su mano en la mejilla de Serena, moviendole el cabello, aun ella seguia sentada en el piso, ella se quedó con una gran sonriza, al sentir el rose. Los padres de Serena entraron al cuarto, pero antes la grabadora se apagó, las luces volvieron a su normalidad.
- hija, hija, ¿que te paso?, ¿porque estas aquí?, estabas bailando.
- si mamá, eso hacia.
- pero hija sabes que no debes encerrarse, mantén la puerta abierta para nosotros.
- esta bien mamá, al estar bailando me caí, estoy feliz, no se preocupen lo haré papá mantendre la puerta abierta, deben confiar en mi, no haré ninguna locura, más que nunca quiero vivir.
- eso me alegro hija, ya vez Kenji y tu pensando otra cosa.
- es que me preocupó por ti hija, vamos Ikuko.
- si vamos, te dejamos hija recuerda que te queremos.
- yo también los quiero.
Kenji e Ikuko solo de quedaron viendo por el cambio de actitud de su hija, estaba muy extraña, decidieron salir, Serena ya no tenía la mirada triste, estaba con una gran sonriza.
Los días fueron pasando, todas las noches Darien visitaba a Serena el sentimiento de los dos fue creciendo, ambos ya estaban enamorados, no se querían separar, él se le presentaba a toda hora, ella lo distinguía por el aroma que emitía.
En las terapias el psicólogo cuestionaba a los padres de Serena sobre el cambio de actitud, ellos no entendían porque se portaba así, el doctor Seiya en la terapia le dijo a Serena.
- Serena, te veo distinta, ¿que ha pasado?.
- estoy distinta porque estoy enamorada.
- de veras Serena, te quiero confesar algo.
- dígame doctor.
- dime Seiya, yo también estoy enamorado, al igual que tu.
- que alegría doctor, perdón Seiya, puedo saber ¿quien es?.
- claro, eres tú, tu me interesas, igual que tu estoy enamorado.
- pero doctor yo no lo quiero, quiero a Darien.
- ¿quien es Darien?, es una persona hecha por tu imaginación, alguien que no existe, estas equivocada tu me quieres a mi.
- el equivocado es usted, Darien si existe, esta en mi casa y me ama igual que yo a él.
Serena se salió del consultorio muy molesta, sus padres la vieron, Ikuko la al canso, Kenji entró con Seiya lo encontró muy molesto, decidió por sentirse humillado que Serena pagaría por despresiarlo.
- doctor ¿que fue lo que sucedió?.
- don Kenji, su hija esta muy mal, tiene un gran trastorno, esta obsesionada con un personaje ficticio, es recomendable internarla en el psiquiátrico para recibir tratamiento.
- esta seguro doctor, la gente visto muy tranquila.
- esa es la face en la que esta, pero pronto puede cometer una locura.
- haré lo que sea conveniente para mi hija.
- mañana iremos a traer a Serena para trasladarla, gracias por la confianza.
Kenji salió después de firmar la autorización, fue alcanzar a Ikuko y a Serena quien estaban en el carro esperándolo, Serena no dijo nada de lo sucedido con el doctor, lo que deseaba era llegar a ver a su fantasmita. El viaje fue algi incómodo había una gran tensión, Ikuko intento sacar información pero Kenji no decía nada, al llegar a la casa, Serena más que feliz al haber regresado, se bajo y subió a su cuarto, empezó a llamar a Darien. Mientras sus papás hablaban de lo que sucederia el dia de mañana, sin saber el destino que les avecinaba, Serena se fue al balcón ahí fue cuando apareció.
- Darien, Darien, Darien, ya vine, ven por favor.
- Hola Serena, ¿como te fue?, ¡te extrañe!.
- yo también te extrañe mucho.
Darien se acercó a Serena uniendo sus cuerpos, el pudo entrar al cuerpo de Serena, empezó a bailar, la música y las luces hicieron lo de siempre, el piano se escuchaba a lo lejos, después del baile, Darien se salió del cuerpo de Serena.
- me gusta cuando haces eso, me siento tan unida a ti, ¡quiero estar contigo para siempre, hasta la eternidad!.
- estas segura princesa.
- si mi príncipe, te amo.
Lo que ellos no sabian que afuera del cuarto estaba Ikuko escuchando a Serena hablando sola, solo se tapo la boca y con lágrimas en los ojos le dijo a Kenji.
La noche paso tranquila, Darien como siempre velando el sueño de Serena, al otro día muy temprano llegó una ambulancia con algunos enfermeros acompañados por Seiya, entraron al cuarto de Serena, quien estaba peinandose, al ver a Seiya cambio su rostro.
- ¿que haces aquí doctor?.
- venimos por ti mi querida Serena, te llevaremos a curar tu locura de ese hombre que no existe.
Al término de hablar entraron dos enfermeros, quienes agarraron a Serena poniéndole la camisa de fuerza, la fueron sacando a rastras, ella gritaba, los padres de Serena solo lloraban, Darien veía no podía hacer nada, la casa lo ataba.
- no estoy loca, Darien, Darien ayudame, papás porque no me creen, tu lo haces porque te desprecie, te odio, te odio, Darien, Darien.
- hija es por tu bien, estas mal el doctor sabe lo que hace.
-ya ve don Kenji su hija esta mal, ahora me acusa a mi, mejor irnos.
Los enfermeros metieron a serena a la ambulancia, los padres de Serena vieron que partió, lo iban a seguir en su carro, cuando voltearon a ver la casa pudieron ver una sombra en el balcón quien grito, era Darien quien furioso por ver que se llevaron a su amada, con su grito hizo que todos los cristales estallaran. Ellos asustados por lo sucedido, fueron tras de la ambulancia fueron a ver a una médium. Porque los dias fueron pasando y las cosas se pusieron muy feas, las paredes parecían marcadas, las cosas se movían solas estrellándose, la médium se puso entranse comunicándose con Darien, quien él poseyó para que ellos pusieran saber que el quería, mientras Serena estaba buscando como escapar de aquel encierro, ya lo había conseguido, saliendo entre medio de la ropa sucia, ya una vez fuera se fue a su casa, mientras en la casa Kenji e Ikuko cuestionaban a la médium.
- pregúntele ¿que es lo que quiere?.
La médium en trance, ya con el espíritu de Darien, les dijo.
- ¡quiero a Serena!, ¡traiganme a Serena!.
- ¿porque la quieres?.
- porque ambos estamos enamorados, me detendré cuando Serena este aquí.
Serena llegó gritando llamando a Darien, todos lo escucharon, él se salió del cuerpo de médium se fue al cuarto, ella entró, vio con odio a sus padres por lo que había hecho se fue corriendo al cuarto, ya una vez ahí, empezó a llamar a su amado.
- Darien, Darien, ya volví, te amo.
- yo también te amo, Serena.
Los padres de Serena se fueron al cuarto, ahí la encontraron junto con el fantasma, ella los vio y les dijo.
-espero y me perdonen, yo lo quiero, ya los perdone, pero he decidido estar con el hombre que amo.
Serena después de decir eso, se aventó del balcón, quedando muerta al instante, los padres de Serena gritaban, bajaron corriendo Ikuko con su hija en brazos, lloraba que no se la quitaran. Ella ya estaba muerta, su cuerpo fue cremado y llevado a la cripta familiar. La soledad que tenían en el corazón los padres de Serena era inmenso, se sentían devastados, ya que no pudieron hacer nada por su hija, la casa fue nuevamente abandonada. Los días pasaron pero cuentan los vecinos que se sigue escuchando un piano tocar, y se puede ver dos siluetas como q te estuvieran bailando, y a lo lejos unas voces que susurran.
¡Serena te amo!.
¡Darien te amo!
***el amor si es verdadero puede superar muchas adversidades hasta incluso la muerte. ***
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro