Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

One shot- 26 (Los Caídos)

Atsuko Kagari Pov

Cuando cumplí mis cinco años, me separaron de mis padres...unos hombres vestidos de blanco me hicieron una prueba que salió positiva y sin tener decisión o voto para hablar me llevaron con ellos. Una parte que desconocía de la tierra había sido atacada hace pocos años.... Y en donde me dejaron consistía en un cuarto con una cama que poseía sábanas blancas y almohadas, alado se encontraba una mesita pequeña que tenía una lampara de luz color rojo, la gaveta con mi ropa estaba puesto en la esquina y por último un baño propio. Recuerdo que al pasar los días me entregaron una Tablet que tuve unos escasos minutos, a través de la pantalla observe la destrucción de las ciudades y escuche el clamar de auxilio de muchas personas, pero estaba confundida en ese momento, preguntándome...

¿Quién lo estaba atacando? ¿Porque me enseñan esto?

Permanecí encerrada por meses en esa habitación, mi única compañía era una persona encargada de entregarme la comida con agua o a veces jugo, sin embargo, esa mujer no me dirigía la palabra y evitaba mis preguntas. Me sentía como una prisionera, trataba de recordar que hice mal para merecer algo así y siendo solamente una niña de cinco años, llore todas las noches en silencio añorando ver a mis padres otra vez, pero eso nunca paso, no a esa edad. Lo único diferente que recibía eran fotografías de las ciudades, almacenes y viviendas destruidas que me pasaban por un cajón de la puerta. Estas decían: Él es el enemigo. Y aun así...no lograba entender el motivo de mi estadía en ese lugar. Si ellos son los malos....

¿Porque estoy aquí?

Los días fueron pasando y mis emociones se comenzaron a descontrolar, no soportaba estar sola en esa habitación y el estilo de ropa que me ofrecieron la misma noche que, comencé a permanecer en ese cuarto vació, era...blanco, todo era de ese color y estilo, lo único diferente en esa habitación que ambientaba ese sitio, era la lampara que combinaba con mis ojos. Cada día fue lo mismo, sin poder ver la luz del sol o la luna, cuando me daba sueño me daba a entender que había anochecido. Miles de pensamientos cruzaron por mi mente en ese momento y en poco tiempo llegue a mi propia conclusión.

Mis padres me abandonaron.

Cada día lo sentía más largo que los anteriores y me comenzaba a aburrir mucho. Intente hablarle a la persona que atendía mis necesidades alimenticias, pero me ignoro completamente. Fuera de mi habitación escuchaba pasos provocando que en mi mente abundaran más preguntas y dudas.... Me molestaba no poder salir y no recibir respuestas de nadie cuando trate de llamarlas dentro de mi cuarto, varias noches patee la esquina de la cama para calmar mi frustración e irritación, ahogue mis gritos y sollozos en mi almohada para nuevamente quedarme dormida desconsolada y triste.

Quiero volver a casa.

Un día antes de acostarme a dormir, salí del baño con una toalla en mi cabeza y escuche un papel ser rasgado cerca de mi puerta, seguidamente observe como se deslizo debajo. Levante una ceja extrañada, me acerqué con cuidado y recogí la hoja del suelo, cuando la sostuve en mis manos leí unas palabras escritas con una buena letra.

Hola :)

Mire la puerta confundida tratando de imaginarme quien sería esa persona, voltee el papel encontrando la parte de atrás en blanco. Sentí una pequeña pizca de felicidad al recibir algo más que no fuera comida, agua, ropa o fotografías.

— ¿Hola? ¿Quién eres? —pregunte un poco tímida.

Escuche el sonido de un lápiz escribiendo en papel, espere pacientemente su respuesta y nuevamente otra hoja fue deslizada.

Soy igual que tú, un Refugiado.

— ¿Qué es eso? ¿Sabes porque estoy aquí?

Lo siento, se me olvido que aún no estas informada correctamente del tema, pero pronto lo estarás. ;)

—Quiero irme a casa—dije triste.

Todos los niños que llegan piden lo mismo, pero, no entiendo porque desean volver, ¿Por qué quieres eso?

—Extraño a mi mama—tomo asiento a un costado de la puerta apoyando mi espalda en la pared.

¿Qué es una mama?

Siendo apenas una niña de cinco años entre en cuenta de que la persona que, se encontraba comunicándose conmigo en ese momento, no tenía o nunca tuvo una familia, me dio un poco de lastima y aun no sabía si era una mujer o un hombre, no obstante, la letra asimilaba a la de una chica.

— ¿Cuándo podre irme? —juego con los papeles entregados.

Todos los niños que llegan a este lugar no regresan jamás.

Observe impactada la puerta, mis ojos se humedecieron y seguidamente arrugue las hojas que sostenía. Luego, agache la cabeza desilusionada limpiando las lágrimas derramadas.

Eres la primera chica que encierran de esta manera. Eso significa que eres especial e importante :)

—¿Co-como te llamas?

DCO.

—Frunzo el ceño—ese no es un nombre.

Si lo es c:

—No lo es— reclame.

Si lo es :c

Tú te llamas, KYC.

—Ese no es mi nombre, soy Atsuko, Atsuko Kagari.

:0

Está prohibido decir tu verdadero nombre y de dónde vienes, si alguien se entera, podrías recibir un castigo y luego borrarían ese pedazo de mi memoria.

— ¿Por qué harían eso?, No tiene nada de malo.

Después de esa pregunta no hubo respuesta. Espere otra hoja, pero nada ocurrió al pasar los minutos. Suspire decepcionada, me levante del suelo para dirigirme a mi cama que estaba a unos tres pasos, para luego, acostarme con los papeles en mis manos. Hablar con alguien, aunque me escribiera esas cosas, me hizo sentir un poco bien....

Tenía meses que no lo hacía y poner en práctica mi lectura me gusto, aprendí a hacerlo a mis cuatro años y mis padres estaban muy felices por mi gran logro que, me regalaron un tren de juguete acompañado de unos libros. En navidad la pasábamos con mis tíos, abuelos, primos, toda la familia, pero, creo que esos tiempos se acabaron, no creo poder pasar con ellos la próxima navidad.

Al día siguiente, me trajeron la comida como de costumbre, tome mi baño en la mañana y después en la noche, unas nuevas fotografías fueron pasadas en el pequeño cajón que contiene la puerta. Las examiné y me sorprendí cuando por fin tuve una imagen clara del enemigo. Alas y vestimenta negra, llevan una chaqueta de cuero larga hasta los tobillos con botones dorados y cuello cerrado, pantalones largos; un poco ajustados. Zapatos del mismo color, su rostro es ocultado por una capucha y carga...unas caderas enrolladas en sus muñecas.

¿Qué clase de personas son estas?

Dos toques en la puerta llamaron mi atención y seguidamente un papel rasgado paso bajo la puerta. Desorientada, agarre la hoja y deje las fotos aun lado.

Hola de nuevo :)

Es ella o el, no lo sé.

— ¿Dónde te fuiste ayer?

Tuve que regresar a mi habitación.

Te traje algo.

El cajón de la puerta se abrió y luego cerro con cuidado de no provocar ruido, extendí mi mano derecha temerosa agarrando el objecto sin verlo, era blanco...esponjoso y suave. Lo extraje de la caja y analice el pequeño conejo de peluche color crema con un moño en su oreja izquierda, una sonrisa mínima apareció en mis labios y acaricie con mi mano sus orejas.

Para que no te sientas sola c:

Llámalo como quieras, pero luego dime que nombre le pusiste.

—Gracias...—susurre.

He escuchado que pronto saldrás, esas son buenas noticias, podre conocerte.

— ¿Por qué no hablas?

Me pueden descubrir, nadie tiene permitido estar en estos pasillos.

—Me gustaría escuchar tu voz.

Lo harás después, lo prometo :)

— ¿Como es posible que estés conmigo ahora?

Tengo mis entradas secretas (conductos).

—Me siento junto a la puerta— ¿Te gusta jugar?

Muy poco, pero los otros niños lo hacen seguido.

—Levanto una ceja— ¿Cuantos años tienes?

Seis.

— ¿Eso no es clasificado?

Nuestra edad, no.

— ¿Sabes por qué estoy aquí?

Si, tus padres debieron ofrecerte a la dueña de este lugar, tal vez creyeron que tu sangre sería compatible para aguantar a un Domiuns en tu cuerpo.

—Mis padres jamás me entregarían a estas personas—dije con cierta molestia.

Por algo estas aquí, ¿No es así?

Cierto...había llegado a mi conclusión anteriormente, no cabía duda que con lo escrito recientemente, era verdad.

—Exhalo resignada—tienes razón...—digo desanimada— ¿Que son los Domiuns?

Silencio...y cero respuestas, asegurándome que no esta y se fue sin despedirse, otra vez. Observé el peluche en mis manos y lo atraje hacia mi pecho abrazándolo dulcemente. Tener un amigo en estas situaciones, me ayudo con mis enojos y tristeza, aprecie ese regalo que me entrego con todo mi corazón, en serio...necesitaba compañía.

—Te llamare...Bugs.

.

.

.

Algunas noches ella aparecía, en otras no y cuando lo hacía, preguntaba sobre el establecimiento en donde me encontraba, no todas las contestaba y casi siempre me dejaba en las dudas. Un día, abrieron la puerta, tomándome por sorpresa y con miedo, mire a una señora de unos veinte y dos años, caballera ondulada de color rosado, vestimenta blanca, lentes oscuros, botas negras y cargaba una tableta en su mano derecha. Ella, me ordeno salir en un tono serio mientras miraba su aparato en mano, obedecí asustada, apretando el peluche contra mi pecho y comenzando a dar pasos lentos hasta quedar fuera de mi habitación.

Observe mi entorno, notando varias puertas a mi lado y cámaras de seguridad, el pasillo no tenía otra presencia aparte de ella. Luego, me examino de arriba abajo con una expresión neutral y en mi caso me quede quieta mirando un poco inquieta e incómoda sus acciones. La señora doblo sus rodillas para estar a mi altura y después de unos segundos más contemplándome, hablo.

— ¿Quién te lo dio? —señala el peluche.

—U-un amigo—digo nerviosa.

—Quita sus lentes— ¿Como se llama?

—D...

No me sentía segura a su lado, dudaba en decirlo o no, pero al tener su mirada tan posesiva hacer contacto con mis ojos, no me quedo otra opción.

—DCO.

—Levanta las cejas extrañada y exhala molesta—Atsuko Kagari, nos encargamos de traerte a este lugar—se pone de pies y comienza a caminar—. Sígueme—vuelve a ponerse los lentes negros.

—Obedezco caminando a su ritmo— ¿Quién e-

—Mi nombre es Croix Meridius—mira su tableta—directora y dueña de esta organización—desliza su dedo en la pantalla.

— ¿Que estoy haciendo a-

—Desde que llegaste a este sitio te convertiste en un Refugiado más para acabar con el mal que está causando una destrucción masiva en la tierra y en unos años posiblemente la exterminación total de todo ser viviente—detiene sus pasos y mira la puerta—. Esas fotografías que te fueron entregadas son una clara referencia de que son y la destrucción que están conllevando. Para suerte en tu país natal, no han atacado, pero lo harán y debemos impedir que acaben en otras partes del mundo—acerca su mano.

La puerta frente a nosotras abrió hacia arriba, dejándome ver un salón de treinta estudiantes y solamente veinte se encontraban sentados.

—Todas tus preguntas serán respondida en el momento que entres—extiende su mano enseñando el aula—. Mucha suerte—dice, para después retirarse.

Tenía un poco de miedo y seguía desorientada. Trague pesado oprimiendo el peluche contra mi pecho, ojee a las personas que estaban mirándome con cierto interés, entre confundida e inquieta y al tomar uno de los asientos apartados, todas las niñas y niños presentes siguieron con lo suyo, sin embargo, una chica en especifica se acercó y extendió su mano en forma de saludo.

— ¡Hola! Soy Amanda, Amanda O'neill.

—Hago una mueca indecisa y desvió la mirada—soy...

En ese instante vacile en decir mi nombre real y súbitamente uno inventado apareció en mi cabeza.

—Akko—dije, volviendo a verla.

— ¿Akko? —pregunto confundida bajando la mano.

—Si—hago una pausa pequeña—, es mi nombre.

—Sonríe ampliamente— ¡Mucho gusto, Akko!

—Le devuelvo la sonrisa levemente—gracias...

—No tengas miedo—niega con sus manos—, no te haré daño—agarra asiento en la silla de al frente separando sus piernas, luego, recostó sus brazos mirándome fijamente—. Llegue hace un mes a este lugar, es extraño como te encierran y enseñan fotografías de cosas que no has visto en persona—observa de reojo a los demás.

Fue poco tiempo... ¿Por qué a mí me mantuvieron por más meses? Estuve contándolos, ya que no tenía otra cosa mejor que hacer. Esta chica era amigable en cierta parte, su cabello corto despeinado de color anaranjado y rojo claro por debajo daban una apariencia de niña rebelde. Sus cejas eran gruesas del mismo tono rojo y ojos de color verde claro, su sonrisa me parecía amigable.

— ¿Cuantos años tienes?

—Seis—respondí un poco mas segura.

—Igual a mi—se señal con su dedo pulgar derecho.

Asentí ligeramente no queriendo seguir la conversación porque por una extraña razón, aun me sentía incomoda y no estaba acostumbrada hablar muy seguido por estar encerrada un año, exactamente. Durar mucho tiempo aislada de las demás personas y luego rodeada de muchas, fue un giro inesperado y agobiante. Los puestos vacíos del aula se llenaron y después de unos minutos en completo silencio una pantalla grande encendió, seguidamente alguien entro por una puerta que igualmente como la otra, abrió hacia arriba. Era una mujer de cabellos largos color rojo hasta su cintura, su vestimenta consistía en una camisa y falda larga blanca, zapatos con plataformas un poco altas, poseía unos lentes transparentes que dejaban ver sus esferas rojas, en su mano derecha cargaba una tableta y por último su imagen era más joven que la anterior mujer.

—Hola—acomoda sus lentes con una sonrisa de par en par—, mi nombre es Chariot Du Nord y seré su guía por este día.

Ella paso lista como si fuera una escuela normal y la gran mayoría contesto cuando su nombre fue llamado, pero en mi caso, solamente levante la mano; evitando decir una palabra. Después que pasara horas en ese salón sentada y escuchando las palabras de la mujer y mirando los vídeos que estaban presentando, me quede sorprendida por las explicaciones dadas y cosas mostradas, tomándome un tiempo para asimilar y acoplar toda esa información en mi cabeza.

Los ángeles que están atacando la tierra, se llaman ''Caídos'' o así los nombraron, ellos vinieron a la tierra a cumplir su único propósito y nosotros que somos llamados ''Refugiados'' debemos proteger a los humanos sobrevivientes utilizando las mismas fuerzas que los ''Caídos'' poseen. Explico que tendríamos entrenamiento todos los años y que comenzaríamos después de ese día, incluyendo que nos preparan para salir al mundo exterior con un Domiuns; ángeles parecido que serán otorgados a las personas que, pasen todas las pruebas y ejercicios.

Estos Domiuns otorgaban las habilidades y fuerzas necesaria para acabar con el líder los Caídos y sus súbditos. La mujer cuyo nombre es ''Chariot'' nos dirigió a varias salas, mostrando la de recreo, agricultura, arquitectura, horticultura y una habitación especial para aprendizajes variados; escribir, leer, etcétera. Las reglas no eran malas, podíamos hacer amigos y convivir entre nosotros, nuestros cuartos serian cambiados, quitando la decisión de compartirlos, para conservar el espacio y privacidad. Lo que me sorprendió al comienzo, fue el hecho de que todos dijeron sus nombres y DCO (la persona con la cual hable con anterioridad) menciono que estaba prohibido.

Cuando acabo la sección fuimos guiadas con gentileza al comedor que, tenía varias mesas separas con asientos de cinco cada una y afuera podía apreciar un parque encerrado en una cúpula grande, la maestra hablo sobre que ese lugar estaba programado para cambiar el ambiente en las temporadas de invierno o verano; ósea que habría nieve y hojas secas para darle un toque más vivo y hacernos olvidar que estabamos encerrados bajo tierra.

Luego de almorzar y reposar, Chariot, comenzó a enseñarnos las áreas de entrenamiento que, a partir de ese día, cada uno tendría la suya con su nombre alado de la puerta. En uno de esos cuartos cubiertos por un vidrio transparente, estaban unos niños con lentes agarrando espadas, armas, guantes, etcétera. Las otras aulas se encontraban vacías, pero, una pequeña luz llamo mi atención contemplando a través del vidrio una chica de cabello rubio ondulado con un color peculiar y extraño, a mi vista parecía teñido. Esta, apuñalaba con fuerza dos filosas espadas y frente a ella estaban unos hologramas. Sus cortes eran precisos y exactos, los movimientos que hacía para esquivar a su ''enemigo'' me impresionaron.

—Atsuko Kagari—llamo la maestra al notar que me separe del grupo.

El recorrido llevo una hora, nos mostraron muchas cosas y aprendimos a como movernos en ese laboratorio subterráneo. Luego hablo una vez más, aclarando que todos los pertenecientes ese lugar, son Refugiados que han sido escogidos para salvar al mundo de una devastación mayor; el mismo discurso anterior. Después, comento algo nuevo.... Muchos países estaban siendo controlados por los Caídos y en donde me encontraba era uno especial, porque arriba de mi cabeza a una distancia muy lejos, estaba el líder de ellos observando desde el cielo todo lo que tuviera movimiento en la superficie.

Con mi peluche aun en mano, lo abrace mientras admiraba a las personas con batas blancas crear unos artefactos extrañados que, luego de unos minutos mostraron en pantalla, dejando a la mayoría anonadadas. Las armas hechas eran una clara representación de la que íbamos a obtener cuando pasemos los entrenamientos y seguidamente en una operación obtendríamos nuestros Domiuns.

— ¡Ya quiero entrenar! —exclamo Amanda alegre.

—No te hagas ilusiones, puede parecer acogedor todo este sitio, pero nos trataran como unos perros falderos para acabar muriendo afuera—dijo una niña de cabellos morado.

—No mires las cosas de esa manera, será por el bien de la humanidad—dice una niña tímida con lentes.

—Cruza sus brazos—y las personas que vivan y no harán nada, ¿Apreciaron nuestras intenciones cuando estemos bajo tierra?

—Estamos ahora mism-

—Sabes que no me refiero a eso—interrumpe.

Los nombres de esas dos niñas son: Lotte y Sucy. Unas buenas amistades que hice con el tiempo y a medida que iba pasando mi grupo de amigas creció, llegando a hacer un total de siete integrantes. Todos los días tomaba clases de escritura y veíamos vídeos importantes para combatir a los Caídos, los entrenamientos comenzaron después de esas enseñanzas y las armas que observe en el primer día, eran solo prototipos de las reales. Comenzaba a entender todo lo que desconocía en un comienzo y poco a poco deje de sentirme sola.

Tenía mi propio salón para mi prueba de combate, el arma que poseía era un arco de luz que conjuraba diciendo su nombre, los lentes hacían un uso efectivo. Amanda, me hablo sobre las cosas que aprendió y maravillo en su primer día de entrenamiento. Sucy, incluyo que no estaba interesada en querer ''salvar'' el mundo demostrando su desinterés por la existencia humana. Lotte, hablo de la comida; sumamente deliciosa. La nueva integrante, Hannah, no dio ningún dato nuevo, pero su amiga, Barbara, dialogo acerca de una chica sobresaliente a las demás por el gran desempeño y esfuerzo en sus actividades, dijeron que muy poco tiene la oportunidad de verla en la hora del almuerzo o en los pasillos; siempre ocupada.

Días después rememore a la chica que visito mi habitación en las noches y les pregunte a las personas que conocía sobre su paradero, pero ninguna supo de ella, Sucy menciono que ese nombre no existe. Luego, relate mi pequeña historia acerca de esa niña y comprendieron mi deseo en encontrarla, en ese momento caminamos juntas por los pasillos que dirigen a la oficina de la directora, muchas miradas de los adultos que se encontraban en el corredor con su libreta en mano y gafas de protección transparente, nos miraron con extrañes, pero no detuvieron nuestro andar.

Cuando llegamos divisamos a una persona más dentro de la oficina de la directora y para mi sorpresa era la misma chica que había visto hace unos cincos días entrenando. Esperé pacientemente a que terminaran de hablar mientras sujetaba el conejo de peluche contra mi pecho, cerré mis ojos anhelando poder encontrar a esa persona que me trasmitía seguridad a través de sus palabras escritas. Al abrir mis parpados la niña que una vez estuvo dentro se encontraba frente a mí, mirándome con confusión y llevando una de sus manos a la barbilla. Me tense asustada por la inesperada aparición y sentí una cálida temperatura subir a mis mejillas ante la cercanía de su rostro, cuando intente decir unas palabras están no salieron, quedándose atascadas en mi garganta.

— ¿Eres Atsuko Kagari? —pregunto contemplando las facciones de mi rostro.

Asentí nerviosa, causando que sonriera complacida, no me percate de que en su mejilla izquierda había una cortada y en el puente de su nariz una pequeña curita, hasta unos segundos después que reaccione al ver como levanto la mirada encontrándose con mis amigas detrás mío, ella amablemente las saludo a todas y nuevamente dirigió sus ojos a los míos.

—Es un placer, me tengo que retirar—da la vuelta—, espero verte pronto—alza su mano derecha caminando a la salida.

La seguí con la mirada hasta que desapareció detrás de esa puerta. En ese momento no estaba consiente de mis pensamientos y acciones, mi mente parecía estar en una nube muy alta y en lo único que podía pensar era en el color de sus ojos que, me atraparon inconscientemente, su voz era cálida y suave y por una extraña razón, me encanto haberla escuchado. Tenía curiosidad en saber más acerca de esa chica y cuando la iba a seguir un carraspeo de garganta me saco de mi burbuja y detuvo mi propósito. La directora frente a mí me miro con una expresión seria, luego, dirigió su mirada a mis amigas colocando las manos en su cintura.

— ¿Se les ofrece algo?

—Akko, quiero saber si hay alguien con el nombre DCO—dijo Lotte.

—Exhala molesta llevando una mano hacia su frente— ¿Vieron esa chica que salió hace unos minutos de aquí? —señala con su dedo índice izquierdo.

— ¿La rubia? —pregunto Amanda mirando la puerta.

—Asiente—se acaba de meter en un problema con unos niños—mira su tableta—. Su nombre real es Diana, Diana Cavendish, ella puede llegar a hacer un poco juguetona con las personas nuevas.

Diana...

.

.

.

Los días seguían pasando con una rutina muy aburrida. Los sábados eran los únicos que podíamos realizar algo diferente, ya que terminaron una sala especialmente para ver películas. En mi mente pensaba en esa niña de cabellos rubios que hablo conmigo solo una vez, ya que después de ese día no volvió aparecer, ansiando aun saber de ella y conocerla un poco mejor. Menciono vernos algún día y luego pronto.... Estaba confundida y frustrada.

Siempre llevaba conmigo el conejo de peluche que me regalo, me hacía sentir cómoda y protegida, pero, cuando era la hora de entrenar tenía que entregarlo a uno de los guardias que cuidaban la entrada. Poco a poco aprendía a usar mejor el arco y moverme con más agilidad, a veces salía herida de mi sala por los constantes tropiezos, sin embargo, eso dejo de suceder luego que agarre el ritmo.

Una tarde después de mi entrenamiento, me topé con la chica que tanto deseaba ver desde que comenzamos hablar en las noches por papeles, habían pasado cuatro semanas y al fin logré hacer un contacto mínimo con ella. La niña cuyo nombre es ''Diana'' levanto su mano en forma de saludo, nerviosa imite su acción y repentinamente escuche alguien llamarme, obligándome a alejarme e ir con esa persona.

Cuando era hora de dormir, acomode mi cama y almohada, mire mi lampara de color rojo alumbrando la habitación, el aire acondicionado se mantenía a un nivel confortable. Unos toques en la puerta me hicieron mirarla extrañada y en pocos segundos sin dudar atendí a la persona que estaría afuera, encontrándome con ella, la persona que causaba reacciones extrañas en mí, esta entro rápidamente a mi cuarto y cerró la puerta.

—Shhhhh...—acerca su dedo índice a mis labios.

La mire desconcertada por su comportamiento, pero al escuchar unos pasos apresurados pasar frente a mi puerta, entre en cuenta que, estaba escapando de alguien. Cuando estos se fueron, ella alejo su dedo y sonrió agradecida.

— ¡Felicidades! ¡Estas afuera! —extiende sus brazos.

Me espante y tense en mi lugar apretando mis puños, En ese momento no sabía que decirle o como reaccionar ante su inesperada visita; tantos días añorando poder hablar con ella y ahora que la tenía al frente, mi mente dejo de funcionar.

—No te hare daño—asegura mirando alrededor—, bonita habitación—coloca sus manos en la cintura.

— ¿T-tu en realidad eres DCO? —pregunte tímida.

—Voltea a verme sonriente—sí, te dije que algún día nos veríamos y luego pronto, lamento demorar.

—Entonces...t-te llamas, Di-diana, Diana Cavendish—sonrió feliz al ser ella.

—Frunce el ceño y baja la cabeza—me delato—murmuro con molestia.

—Rio más segura—eres bonita.

En esa noche descubrí algunas cosas de ella, lamentablemente no podía quedarse mucho tiempo en mi cuarto, pero, prometió hablarme después en el comedor.

.

Nos fuimos conociendo al pasar los días, meses, años.... Ella hizo una buena amistad con mis amigas y juntas compartíamos mesas. Diana, era la única persona que permaneció en este lugar desde que nació, me conto su historia detrás y las palabras dichas de la directora quien, la consideraba como su hija, sin embargo, ella sabía que no lo era y cada vez que trataba de preguntar sobre su verdadera madre, Croix, le decía que cuando fuera mayor le contaría todo respecto a ese tema.

Diana, era la mayor del grupo junto con otros chicos y chicas, sus habitaciones se encontraban alejadas, dividiéndolas en azul, rojo, verde y amarillo. Yo pertenecía al equipo rojo, los primero eran el azul, bajo de mi seguía el verde y por ultimo los amarillos. Lo que significaba que, los primeros en salir al exterior serían los azules; mayor rango y edad. Una vez que estuvieran afuera cumplirían con su orden y si llegaban a fallar, seriamos enviados después de culminar con nuestros entrenamientos.

Recuerdo que, a la edad de ocho años, comenzamos hacer todos los deberes juntas y ese tiempo libre que ofrecían lo compartíamos para hablar o jugar un juego de mesa. La mayoría de los sábados, reservábamos un puesto a la otra para ver la película que sería mostrada en pantalla. Las cintas mostradas eran de diferentes géneros; acción, romance, terror, comedia, etcétera. Las de romance eran las favoritas de mi amiga Lotte y Barbara. Amanda le encantaba las de acción y terror, para ella era gracioso ver a los protas asustarse. Hannah, amaba la comedia combinada con romance y Sucy solo estaba ahí porque recibía comida extra, ninguna película era de su agrado.

Una de las cintas mostradas en esa jornada, se trataba de una persona que hablaba con los animales y en una expedición perdió a su esposa, encerrándose en el lugar que le fue dado por una reina. Luego, una niña va personalmente para decirle que la gobernante está enferma y necesita ayuda urgente. Una historia muy hermosa y entretenida. A mitad de la película, mi mano izquierda fue tomada, captando mi atención y volteando a ver a la persona responsable. Ella no me miro y apretó más el agarre nerviosa.... Una temperatura cálida invadió mis mejillas y acogió mi corazón, volví mi mirada al frente mirando la película y seguidamente entrelacé nuestros dedos, sintiendo los latidos de mi palpitante corazón golpear con más fuerza mi pecho. El roce de su mano creo un cosquilleo agradable en mis dedos, volviéndome adicta a esa sensación.

Ese nuevo sentir que descubrí, no me dejo tranquila al pasar unas cuantas semanas, cada vez quería estar más cerca de ella y pasar todo el tiempo posible a su lado. Diana, no parecía molestarse con mi cercanía, ya que sus visitas en las noches se hicieron más frecuentes, haciéndonos preguntas sobre la otra, conociendo con más profundidad nuestro pasado y en ese tiempo que compartimos juntas, aprendimos a comunicarnos entre señas cuando fuera necesario usarlas frente a nuestras amigas.

Cuando cumplí mis doce años, comenzamos a meternos en varios problemas por robar comida en la madrugada o al medio día, fuimos a parar como cinco veces a la oficina de la directora, llevándonos a castigos que incluían pasar más tiempo juntas, pero haciendo un deber de limpieza obligatorio. También, mis sonrojos comenzaron hacer más usuales con cada abrazo, agarrada de mano, rose en mi hombro, totalmente todo el afecto que viniera de ella provocaba ese rubor en mis mejillas e incluyendo que, mi corazón latía aceleradamente, ¡No podía controlarlo! Ella comenzó a provocar cosas en mí que...no tenían el control en absoluto.

Una vez en la habitación estábamos jugando con unas cartas. Diana, siempre se las ingeniaba para escapar de su cuarto y estar en el mío unas dos horas o solamente una. Hasta ese momento, nadie la había descubierto. El juego consistía en ir alineando los números en orden hasta completar cada palo. A esa edad no estaba segura de mis sentimientos, los confundía continuamente con amistad, sin embargo, eso no impedía mi necesidad de querer estar cerca.

—Gane—dijo orgullosa dejando su ramo de cartas en la cama.

—Sonrió agarrando un cuaderno—van doscientos de ciento noventa—lo apunto.

—Cruza sus brazos—no podrás alcanzarme.

—Levanto la mirada arqueando una de mis cejas—eso lo veremos.

—Sonríe ligeramente— ¿Porque te dicen Akko? —recoge las cartas.

—Digamos que cierta chica me dijo que decir nuestros verdaderos nombres estaba prohibido y cuando preguntaron por el mío, tuve que inventármelo.

—Ríe nerviosa—t-te queda bien.

Diana...siempre fue una buena persona conmigo. Su personalidad e inteligencia para mí, eran...hermosas y sorprendentes, a veces me preguntaba ¿Como aprendía tan rápido?, En muchas ocasiones a escondidas admire su entrenamiento; más difícil que el mío. Pero, ella lo hacia todo a la perfección o.... Desde mi punto de vista era así.

—Gracias, me acostumbre a ese apodo.

— ¿Quieres jugar otra ronda? —desordena la baraja.

—Acerco el cuaderno a mi pecho—quiero...estar en tus brazos.

—Me mira asombrada— ¿Qu-que?

—La miro dudosa— ¿Puedo?

—Traga fuertemente y gira la cabeza rascando su mejilla de manera nerviosa—s-si, no hay ningún problema.

Sonreí complacida con mis mejillas ligeramente ruborizadas, deje mi libreta aun lado y gatee acercándome lentamente, al mirarla, ella me observo sonrojada levantando sus dos cejas, esperando mi siguiente acción. Separé sus piernas y me senté entre ellas, agarre mi sabana y me arrope recostando mi cabeza en su hombro, seguidamente, tome uno de sus brazos reclamándolo como mío, cerré mis ojos disfrutando la cercanía. En esa posición podía escuchar y sentir los latidos de su corazón golpeando fuertemente su pecho. Sinceramente en esa ocasión no sabía con exactitud lo que hacía, solamente me deje llevar por ese sentimiento de protección, calidez y comodidad que me transmitía cada vez que permanecía cerca de ella.

— ¿Po-porque deseas esto?

— ¿Te molesta?

—N-no...—cruza sus piernas—, se siente bien—acaricia con sus dedos mi brazo—, muy bien...

.

.

Las actividades en ese subterráneo dejaron de ser aburridas como antes, Diana, me enseñó a divertirme en cada instalación y en los entrenamientos, pero jamás fue a verme en una de mis preparaciones, tenía prohibido el paso en esos pasillos. Mis amigas estudiaban conmigo cuando eran las horas de clases, jugábamos juntas juegos de mesa Random y cuando era la hora de dormir, nos despedíamos amablemente, pero ninguna de ellas estaba enterada que Diana me visitaría una hora después y yo...la estaría esperando.

Teniendo mis quince años, acepte mis sentimientos por Diana e intentaba que no fueran tan obvios, sin embargo, seguía sin tener control de mis impulsos al querer estar apegada a su cuerpo, pero otro deseo nuevo provocaba un sonrojo mucho mayor en mis mejillas e incluyendo los nervios que aparecían con tan solo pensarlo. ¿Estaba mal imaginar un beso como el de las películas? La unión de nuestros labios moviéndose al compás y sentir ese cosquilleo en mi estómago, pero más fuerte.

Los detalles y las cosas que ella hacía por mí, las amabas y a esa edad aun no comprendía sus propósitos, estaba algo ciega en ese punto; las visitas en las noches duraban más tiempo que antes, llegaba con algunas flores que ella misma sembraba en una de sus actividades y me regalo una pulsea de perlas sujetada por un hilo rojo. Recuerdo haberle preguntando en donde la había conseguido y respondió que era un secreto, no obstante, me supuse en ese instante que, Diana, conseguía acceso a diferentes cosas del subterráneo, al ser ''hija'' de la directora poseía ciertos beneficios que otros no obtenían.

Una vez...mis padres vinieron a verme después de tantos años.... Me sentí tan mal en ese momento que mis lagrimas abundaron en mis ojos sin aviso y de todo el resentimiento acumulado más el enojo que conserve por haberme entregado a esas personas, no los abrace y solo...los observe con mis ojos llorosos. Recuerdo sus rostros de felicidad al verme grande y sana e ignoraron mi mal sentir, hasta que me despedí y agradecí por su visita inesperada para luego, volver a la sala de entrenamiento en donde desahogaría mi furia, no me importaba saltarme la hora de almuerzo, quería desquitarme con algo. Sin embargo, cuando me encontraba a mitad de traspasar la flecha al holograma presente, una mano desconocida se posó arriba de la mía y lentamente me hizo bajarlas.

Me quite los lentes confundida respirando aceleradamente por mi boca, trague un poco de mi saliva por la resequedad de mi garganta y voltee a ver al responsable de mi interrupción, teniendo mi flequillo desordenado y un poco empapado de sudor. Mis ojos se abrieron en grande ante la persona que estaba frente a mí, con una sonrisa serena y mirada llena de compasión. Nunca antes ella había estado en uno de mis ejercicios y que estuviera en ese momento, me sorprendió e instintivamente mi corazón enamorado reacciono latiendo con fuerza.

—Gira su cabeza observando la pantalla que daba vida al holograma—tu arma es grandiosa—dijo con tranquilidad poniendo las manos detrás de su espalda.

—No tanto como la tuya—sonrió pasando mi cabello hacia atrás y ajustando las gafas en mi cabeza— ¿Qué haces aquí?

—Alguien me dijo que entraste por tu cuenta a esta habitación, habiendo pasado el tiempo de entrenamientos y siendo la hora de almorzar—me mira.

— ¿Eso es malo?

—No...—lleva una mano a la barbilla—pero es la primera vez que haces eso y comprendo la razón.

Ella hizo señas con sus ojos de que volteara a ver la ventana transparente y en ese lugar estaban mis padres, la directora y mi maestra, mirándonos con curiosidad y preocupación.

— ¿Te llamaron para que acudieras a mí? —pregunte con cierta molestia.

—Croix ha estado al tanto de nuestra amistad y le pareció conveniente avisarme por la reacción que tuviste al verlos, otra vez.

—Bufo—lamento hacerte venir aquí, estoy bien—aclare bajando mis lentes.

—Agarra mi mano deteniéndome—no me molesta—me observa fijamente.

En una parte estaba molesta con mis padres y la directora, pero al estar viendo sus ojos tanto tiempo me quede hipnotizada y mi semblante enojado desapareció. No me percate cuando las personas que estaban de espectadoras se retiraron dejándonos solas y a oscuras, teniendo solamente una luz azul parpadeando dentro de la habitación. Pude notar después de unos segundos que parecieron eternos como mi respiración estaba lenta y pesada, nuestras miradas permanecieron en contacto por otros largo minutos que, me dieron la oportunidad de admirar sus orbes azules brillar en la oscuridad y de cómo su rostro comenzó a acercarse al mío, mi corazón palpito con más fuerza, mis piernas las sentía débil y el sonrojo en mis mejillas aumento. Observe sus labios aproximarse a los míos, luego mire sus ojos y cuando su aliento combinó con el mío abrí un poco mi boca tímida, llegando rozarlos ligeramente. Ella, capturo mi labio inferior con suavidad, separándolos y volviéndolos a unir, creando un sonido mínimo en el cuarto que permanecía aun a oscuras, siendo solamente alumbradas por esa pequeña luz parpadeante de color azul mientras el frio se mantenía en la habitación, cerré mis ojos disfrutando de la humedad de sus labios y movimientos sutiles.

Al tomar mayor seguridad, baje mis manos lentamente posándolas en su hombro, ella tomo mi cintura y atrajo mi cuerpo con cuidado. Después de unos... ¿Minutos? No lo sé, había perdido la noción de todo a mi entorno. Separamos nuestros labios y permanecimos en silencio contemplando nuestras esferas de color diferente.... Sus ojos azules me miraban con dulzura y cariño, recuerdo...haber sonreído mordiéndome el labio inferior y escondiendo mi rostro en su cuello, sus manos acariciaron mi espalda y seguidamente un beso pequeño fue depositado en mi cabeza. Mi corazón saltaba de felicidad y no sabía cómo manejarlo, en ese momento anhelaba volver a besarla.

—Me gustas—dijo rompiendo el silencio en la habitación.

—Aprieto sus hombros conteniendo la alegría de haber escuchado esas hermosas palabras—

—No dejare que nada te pase—susurro—, lo prometo.

—Me separo sonriente—puedo cuidarme sola.

—Coloca la palma de su mano izquierda en mi mejilla derecha sonriendo ligeramente—es mejor tener compañía al momento de luchar.

—Rio levemente cerrando mis ojos y acercando más mi mejilla hacia su mano—tienes razón...

Me encanto sentir su tacto.

.

.

Después de nuestro primer beso ocurrieron muchos más, pero a escondidas, no queríamos que las demás tuvieran conocimiento de nuestra relación en proceso, además, la directoria nos tenía el ojo encima y lo que menos queríamos era terminar con lo que apenas habíamos comenzado. Cuando Diana asistía a sus actividades de agricultura la acompañaba, aprendiendo sobre las plantas y descubriendo de donde provenían cada una; aparte de venir de la tierra, claro.

Siempre la considere una hermosa mujer en todo su resplandor, poseía una belleza natural muy... ¿Gloriosa? No sabría como decirlo, pero era deslumbrante ante mis ojos. El desarrollo de su físico podía compararse con algunas otras chicas de su edad, pero ella tenía un cuerpo confortable. Aun conservando mi edad de quince años nunca tuve intenciones lascivas con ella, esos pensamientos comenzaron a mis diecisiete años cuando estábamos en mi habitación, como de costumbre. No obstante, antes de eso, ella había pasado por una operación de corazón para tener su Domiuns y permaneció dos meses en un cuarto aparte.

Sabía que era tiempo para que saliera a la superficie, Diana me pasaba por un año y obviamente saldría primero, luego, tendría que esperar un año para yo poder hacerlo y de tan solo pensarlo en las noches, me molestaba e inquietaba, no quería que combatiera sola deseaba acompañarla, sin embargo, las reglas eran muy claras y ella iría con los otros. Estando Diana en un cuarto aislado, le insistí varias veces a la directora que me diera permiso para verla, pero siempre lo negó diciendo que las personas que obtuvieron sus Domiuns, no podrían rondar más por esos pasillos y serian apartadas hasta su hora de salida, en donde observaremos su batalla en una habitación especial. La directora había colocado anteriormente caramas en las ciudades que han sido invadidas.

Habían pasado tres meses desde la última vez que estuvo conmigo y la extrañaba mucho. Todas las noches rememoraba sus besos, abrazos y caricias, estaba profundamente enamorada de esa rubia que, en muchas ocasiones no podía descansar pensando en su bienestar. La soledad en mi cuarto era muy grande, me acostumbre a recibir su compañía continua todas las noches y ahora que no estaba, se sentía tan vacía y fría, e imploraba volver a verla antes de su salida. En los dos años que compartí tiempo a su lado como pareja y mejor amiga, me adapte a muchas cosas que me encantaron y llenaron mis días de felicidad, los celos nunca fueron un problema grande, confiábamos plenamente en la otra y cuando una de las dos se ponía celosa, reaccionábamos y calmábamos esas molestias, nunca discutimos y la única ''pelea'' (Si puedo llamarla así) fue porque le pego a un Refugiado barón por intentar besarme en el comedor y al yo no permitirlo el chico quería hacerlo a la fuerza. Obviamente Diana reacciono antes que lo hiciera y le mencione después que no tenía por qué golpearlo, ya que, gracias a esa pequeña pelea los llevaron a detención.

En una madrugada, dos toques en mi puerta me despertaron y con pesadez me levante restregando mis ojos mientras bostezaba, estando aturdida por el sueño que nunca pensé en la posibilidad de que fuera ella quien se encontraba detrás de la puerta con una pequeña cajilla entre sus manos. Mi corazón latió de felicidad, e inmediatamente la abrace sin importarme que aun la puerta estuviera abierta, ella me empujo con cuidado entrando a la habitación, para después encerrarnos.

—Se nota lo mucho que me extrañaste—guarda la caja en su bolsillo.

—Demasiado...—susurre aun con mis brazos enrollados en su cuello.

—Acaricia mi espalda—yo también...—corresponde el abrazo con la misma intensidad—te extrañe.

Quedamos en esa posición unos minutos más amando estar juntas otra vez después de tres meses, en el momento de separarnos uní nuestros labios encantada de poder sentir nuevamente ese hermoso cosquilleo que me provocaban, los amaba tanto que no me resistí en morder el inferior y jalar un poco de él, tomándola por sorpresa.

—Desliza dos dedos en sus labios impresionada—e-en realidad me extrañaste—ríe nerviosa.

—Por supuesto que lo hice, ¿Que pensaste? —tomo sus mejillas.

—Sonríe—que Bugs me había robado el puesto—pone sus manos en mi cintura.

—Le doy un beso esquimal—eso jamás...—me separo un poco—, él fue mi compañía mientras no estuviste—sonrió— ¿Como te sientes?

—Después de pasar dos meses en una camilla y un mes más recuperando a base de entrenamientos mis agilidades, estoy mejor—junta nuestras frentes—ahora que estoy contigo—cierra sus ojos—, te extrañe mucho—concluyo en murmuro.

La observe enternecida por su acción, acaricie sus mejillas con las yemas de mis dedos pulgares delicadamente, para luego nuevamente acercar nuestros labios y fundirlos en un tierno, dulce y anhelado beso que, poco a poco fue cambiando a uno apasionada juntando nuestras lenguas en el proceso y soltando leves suspiros de amor. Sus manos apretaron mi cintura aproximándome a su cuerpo, cerrando ese espacio que nos distanciaba, solté sus mejillas bajando lentamente hasta sus hombros, arrugué su camisa y la atraje hacia mi cuando empezamos a separarnos para recuperar el aire perdido. Nuestras respiraciones combinadas mientras manteníamos nuestros labios aun en cercanía, me dieron un sentimiento de deseo...profundo, quería...tenerla más cerca.

—Diana...—susurro.

—Akko...—introduce su mano debajo de mi camisa— ¿No te disgusta?

—Niego con mi cabeza levemente—jamás lo haría.

—Mira mis ojos—me encantaría...—desliza sus dos dedos pulgares en mi abdomen delicadamente.

—A mí también...—respondí en un suspiro cargado de aspiración topándome con su mirada deseosa.

—Exhala encantada—Akko...—hace una pausa pequeña—tengo poco tiempo, las instalaciones en donde me encuentro tienen una mayor seguridad, deben estar buscándome—cambia su semblante a uno de tristeza—. Lo siento.

—Sonrió y deposito un beso pequeño en la comisura de su labio—está bien—aparto un mechón de su cabello—, podríamos intentarlo en otro momento—acaricio su mejilla con mi dedo pulgar—. Sabes...me encantaría tener una familia contigo.

—Ríe posando su mano encima de la mía—piensas muy alto.

—Miro sus ojos directamente—cuando se trata de ti, siempre lo hago.

—Se sonroja mirándome con ternura—

—Te amo, Diana—uno nuestras frentes—. No me dejes nunca.

—Saca la cajilla del bolsillo con su mano libre—no lo hare. Tengo algo para ti.

Me separe y observe como lentamente me paso la caja pequeña, confundida la abrí encontrándome con dos anillos de plata que tenían nuestras iniciales en colores; azul y rojo. La mire asombrada y después agarre uno de ellos, examinándolo.

— ¿Donde los conseguiste?

—Los hice—aclaro—. Hay herramientas adecuadas en uno de esos cuartos, me guie con las instrucciones de un libro—explico tomando la argolla que tiene mi inicial—. Me quedare con este, así...cuando estemos a distancia, podremos recordarnos.

—Me ruborizo—eso es muy lindo.

Coloque mi anillo en mi dedo anular derecho observándolo encantada, ella imito mi acción y entrelazamos nuestros dedos. Adore con todo mi corazón ese momento tan...tierno y romántico, volver a verla por unos minutos era lo único que necesitaba, pero aun la preocupación de que saliera me angustiaba en cierta parte. En mi mente pensaba, ¿Ganaría? ¿No moriría? ¿Estaría bien? Muchas preguntas sin respuesta, sin embargo, fueron respondida después.

.

.

.

Un mes más había pasado y los del equipo azul salieron al exterior, todas las personas que habitaban en ese lugar estábamos viendo su subida a través de una pantalla. Ella cargaba un traje blanco manga larga con una armadura amarillenta hecha por la tecnología de la directora, siempre mencionaba que debería resistir a los ataques de los Caídos. Sus pantalones hacían juego con su camisa de botones que estaba un poco oculta por la protección.

—Tres metros y estarán en tierra—avisa Croix a través de un micrófono.

—Entendido—respondió Diana mirando el techo del ascensor.

Ella y sus compañeros se mantenían firme sin demostrar miedo a lo que sucediera una vez que estuviera arriba, pero en mi caso, miraba inquieta la situación con mi peluche apegado a mi pecho. Cuando llegaron al exterior, completamente todo estaba desolado y destruido, algunos edificios lograban mantenerse aun, sin embargo, desde lejos podíamos notar como estos eran capaz de derrumbarse.

—Procederemos a registrar los edifici-

Una explosión cerca llamo la atención y algunas niñas espectadoras gritaron del susto.

— ¿Quién osa pisar mis tierras? —exclamo con desagrado uno de los Caídos.

Su apariencia era igual al de las fotografías que me fueron entregadas anteriormente, su rostro estaba oculto por una capucha y sostenía una gran lanza morada que emanaba un aura quebrantada y parecía ser hecha del mejor metal encontrado, su voz era gruesa y expresaba poder en cada palabra. La piel se me erizo de tan solo verlo, tan impotente y fuerte. El Caído, miro con desprecio a las veinte personas que lo observaban con sus pies aun en la tierra.

—Humanos indignos, ¿Aun con vida? —pregunto haciendo un eco en el cielo y moviendo sus alas para mantenerse a flote en el aire.

— ¡No perteneces a este mundo! ¡Has causo un daño grande! ¡Y nosotros acabaremos con ustedes! —grito un chico de cabello castaño ondulado y ojos celestes demostrando furiosa y rencor hacia su enemigo.

—No pueden juzgar mis acciones—los señala con la punta de su lanza— ¡Pues yo soy la justicia!

Nuevos Caídos bajaron de las nubes con sus vestimentas de color negro, Diana, saco sus alas blancas y pronuncio el nombre de su arma, sus compañeros hicieron lo mismo y juntos comenzaron a combatir a más de treinta Caídos. Desde nuestra perspectiva eran muy fuertes, el primero en caer fue una joven que, con el impacto sufrido desmorono un edificio desgastado; segundo, fue un Caído al ser atravesado por una Katana cuyo filo no se comparaba a ninguna otra, haciéndola única; tercero, uno de los nuestros murió en el aire por desconcentrarse un segundo, una mano sujeto fuertemente su cuello y lo quebró con facilidad. Admire el gesto frustración de Diana que admiraba a sus compañeros caer, comenzó a volar un poco más arriba, extendió sus alas sosteniendo firmemente sus dos espaldas, dándole un toque...magnifico y glorioso.

La lanza del primer Caído que hablo fue expulsando esferas que causaban explosiones al colisionar con algo o alguien. Luego, la arrojo directamente hacia uno más de los nuestro y cuando este atravesó su abdomen, el Caído llamo su nombre y la lanza volvió a su mano.

— ¡Que la piedad los ampare! —clamo.

Repentinamente las cámaras dejaron de funcionar y el salón quedo en silencio y a oscuras, la directora tocaba su tablet desesperadamente tratando de resolver el problema, pero después de unas horas llenas de angustia y precaución, la conexión fue restablecida mostrándonos la ciudad en donde estaban, como si nada hubiera pasado.

—Diana, ¿Puedes escucharme? —pregunto la directora a través de un objecto comunicador.

No hubo respuesta.

—Zac, Jefferson, Lucia, ¿Pueden oírme? —pregunto nuevamente.

—A-qui Z-ac.

El audio se escuchaba algo distorsionado.

— ¿Dónde están los demás?

—Per-dimos a muchos, que-damos, dos.

— ¿Y Diana?

—Ah su-bido y no la he-mos visto bajar. Fre-dic y yo e-stamos escondidos en un ti-enda.

—Manténganse ahí, enviare refuerzos y los traeremos devuelta, me contaran los detalles.

—Di-rectora, e-llos son muy fuertes, las heridas no ci-erran con nu-estras curaciones.

¿No sanan? Se suponía que con el arma una de las chicas que posee a un Domiuns sanador deben curarse. Pisadas grandes, pesadas y contundentes comenzaron a escucharse e incluyendo el arrastrar de unas cadenas, la cámara que los mostraba reflejaba sus lesiones, el hombre llamado Fredic tenía una cortada profunda en su brazo y al igual que el otro se encontraban cubiertos de polvo.

—Ustedes, se creyeron tan capaz y sagaz...—murmuro alargando las setas y acercándose cada vez más a su ubicación.

Los dos jovenes atemorizados guardaron silencio para no ser descubiertos.

—Pronto, no quedaran ninguno...

El Caído levanto y estiro su brazo derecho con fuerza, dañando con sus cadenas amarradas en sus muñecas las mesas de madera de ese lugar.

—Tienes que salir de ahí—mando la directora preocupada y empezando a teclear rápidamente en su Tablet.

—Destruiremos el mundo y hasta la última resistencia—avanza lentamente.

—Salgan de ahí ¡Ahora! —grito desesperada.

—La fe en la humanidad se perdió hace mucho tiempo—alza sus brazos—. ¡Mueran! —grito gravemente.

Un nuevo estruendo retumbo en el salón, las cámaras y audio dejaron de funcionar nuevamente, todos quedamos impactados y cuando el video apareció otra vez, un charco de sangre se mostró y seguidamente unas piernas empezaron a caminar despaciosamente hacia la salida, arrastrando sus cadenas manchadas del líquido rojo. Me quede espantada admirando y escuchando todo lo sucedido, no podía creer que ha Diana le había pasado algo igual, me negaba. Inesperadamente empecé a hiperventilar, los murmuros en la habitación empezaron a escucharse cada vez más alto, comencé a sentir que me faltaba aire y sin importarme que mi amiga Amanda estuviera a mi lado, salí de ese lugar corriendo y llegando a uno de los jardines grande hechos dentro de una cúpula.

Inhale y exhale varias veces tratando de calmarme, me senté debajo de un árbol apoyando mi espalda en el tronco, observe mis manos temblorosas dejando el peluche aun costado, pero al recordar lo visto rápidamente lo tome y apegue a mi pecho, cerré mis ojos con fuerza empezando a balancearme un poco en un intento de calmarme y negar su muerte. Sin embargo, después de esa tragedia la directora aseguro que todos los que subieron estaban muertos, mi corazón no pudo soportar la noticia e inconscientemente hice oídos sordos a las siguientes palabras dichas por ella, mi mente estaba en otro lado y cuando volví a mi habitación, llore como nunca antes, caí de rodillas al frio suelo y lo golpee repetitivamente maldiciendo en voz baja lo ocurrido.

.

.

.

Al pasar el tiempo los entrenamientos se volvieron más estrictos, las armas tuvieron nuevas mejoras; las armaduras fueron cambiadas por unas más compatibles; y, por último, la resistencia y fuerza incrementaron en los Domiuns que obtuvimos cinco meses después. Cuando fue mi turno, estuve dos meses en una camilla y un mes más en recuperación, se sentía extraño poseer un ángel casi idéntico a ellos en mi corazón. Antes de abandonar el subterráneo me hicieron algunas pruebas de vuelo, aguante y fortaleza, también, la directora creo en cajilla de hierro rectangular con recursos suficientes para una semana o dos, esta abría aprisionando un botón.

Croix estaba segura de que ahora con las cosas mejoradas podríamos vencerlos, ya que, gracias al encuentro anterior, aprecio varios detalles y encontró debilidades en parte, enseñándonos a cómo llegar a lastimarlos con más rapidez y profundidad. Había pasado un año desde que veinte de nosotros murieron en la superficie y aun después de perderla, conservaba las cosas que me regalo; anillo, pulsera y el peluche. Prometiendo una vez que estuviera arriba, vengarla.

. . .

Ahora, es mi turno de salir a la superficie y enfrentarlos. Tengo dieciocho años, me separaron de mis padres a los cinco y permanecí encerrada en un lugar que al paso del tiempo lo consideré como mi hogar. Tuve una pareja de la que nadie estaba enterada y mis amigas nunca entendieron ese sentimiento de dolor por esa perdida, ellas ponen siempre como excusa que también perdieron a otras personas y que no tenía porque que entristecerse tanto. ¡Se trataba del amor de mi vida! ¡La primera persona que conocí en este lugar y me hizo compañía! ¡Había planeado un sin fin de cosas a su lado! ¡Y la perdí! ¡Duele mucho! ¡Y la entraño demasiado!

— ¿Estas lista? —pregunto Amanda colocando una mano en mi hombro.

—Limpio una mínima lagrima que resbalo por mi mejilla izquierda—lo estoy—suspiro levemente.

Me enamoré a mis ocho años de edad, comencé una relación con esa persona a mis quince y acabo a mis dieciocho. Sinceramente, pensé en las posibilidades de que eso nunca acabara y pudiéramos vivir tranquilamente, juntas.

—Akko... ¿Aun estas afect-

—Recuerden el plan—interrumpo quitando su mano.

Me encuentro en el ascensor que conduce al exterior, mire el techo manteniendo mis brazos sueltos a los costados, porto una armadura amarillenta que oculta mi traje blanco, mire el rostro inquieto de las demás y note como mi amiga Lotte se cambia de lentilla. Los numero que aparen en una pequeña pantalla, avisan los pocos metros que faltan para llegar al exterior.

— ¿Crees que lo logremos? —dijo Hannah nerviosa.

—Hemos tenido entrenamientos estrictos durante estos meses—aclaro Barbara.

—Para mandarnos afuera y morir—completo Sucy levantando sus hombros en muestra de desinterés.

—Bueno chicas—hablo Amanda—, fue un placer conocerlas.

— ¿Va-vamos a morir? —pregunto Lotte temerosa.

—Nadie morirá, no lo permitiremos—las miro de reojo.

Ellas asintieron inseguras y volví mi vista al techo, deseando estar arriba y acabar con el Caído que asesino a mi más preciada compañera de toda la vida. Mi comportamiento cambio después de ese día, no sonrió mucho, muy poco hablo y me mantengo distante, la directora fue la primera en percatarse de mi comportamiento y me pidió personalmente un tiempo a solas antes de subir al ascensor.

Flashback

Observábamos el ''cielo'' juntas, permaneciendo unos minutos en un silencio incómodo. Luego, ella me miro sosteniendo su tableta en mano mientras mantenía una postura firme, sus lentes oscuros que ocultaban sus ojos.

—Era como mi hija, debí prepararla mejor—dijo con nostalgia.

—No respondo—

—Me alegra que haya pasado momentos hermosos a tu lado—sonríe ligeramente—. Si ella creyó pasar por mis sistemas de seguridad, estaba equivocada.

—Volteo a verla con desinterés— ¿Nos estuvo observando?

—Todo este tiempo—aclaro en un tono bajo dirigiendo su mirada al cielo.

—Abrazo mi cuerpo sintiéndome un poco molesta ante la situación—

—Su amor, trajo consigo felicidad mutua, nunca antes...la vi sonreír ta-tanto—hace una pausa mínima conteniendo las lágrimas—. Cada vez que venía a mi oficina, me hablaba animada y me contaba sobre su día—ríe dejando de contenerse—. Gracias.... Akko, por hacerla feliz—dice mirándome con tristeza y felicidad.

Fin del Flashback

Trague pesado suprimiendo las ganas de llorar, agarre mis manos apretándola con fuerza, recordando como sus lágrimas de dolor eran derramadas y su rostro demostraba tristeza e impotencia al no haber hecho algo respecto a lo ocurrido. El pitido del ascensor me hizo reaccionar al instante, sacándome de mi pequeña burbuja mental y sintiendo como lentamente empezó a detenerse.

—Aquí vamos—dijo nerviosa Amanda.

— ¿Me escuchas?

—Acerco mi mano a mi oreja tocando un pequeño botón con mi dedo índice derecho—claramente—respondí.

—Bien, vaya con precaución, estaré atenta si detecto alguno cerca.

—Entendido.

Estando en tierra las puertas se abrieron dejando escapar un humo blanco. Empezamos a caminar lentamente mientras miramos con detenimiento nuestro entorno, pronunciamos el nombre de nuestras armas manteniéndonos alerta ante cualquier peligro cercano, pero extremadamente después de unas cinco horas explorando algunos lugares destruidos, no sucedió nada. Los edificios siguen estando igual que la última vez que los contemple en esa pantalla donde ocurrió todo.... Sacudí mi cabeza y me concentré manteniendo mi flecha en alto. No hay nadie y no atacaron de inmediato como esa vez.

—Aprieto el botón del comunicador en mi oreja—despejado—dije bajando mi arco un poco.

—Descansen—mando.

Asentí ligeramente y miré a mis amigas, ellas voltearon a verme e hice una seña con mi mano derecha para después entrar en una tienda abandonada con Grafitis en las paredes cubiertos por plantas que salen de las esquinas, en el suelo se encuentran tirados bloques, maderas y papeles. La humedad del lugar, daba un toque refrescante en el ambiente.

Proseguí a sacar de mi cinturón la capsula rectangular pequeña que contiene unas veinte esferas de diferente color, agarre el verde y la examine antes de ponerla en el piso, esta reacciono al instante cambiando de aspecto y mostrando una pequeña mochila que contiene agua, sándwiches, yogurt, cuchara para el yogurt y galletas.

—Me siento en un pedazo de techo caído tomando uno de mis tres emparedados y la botella de agua—

—Estamos seguras, por ahora—dice Sucy sentándose a mi lado y agarrando un sándwich.

—No te los ofrecí—digo un poco molesta.

—Gracias—dijo sin interés quitándole el papel transparente.

H—Si no aparecen hoy, ¿Deberíamos subir y buscarlos? o ¿Esperar a que bajen? —pasa su dedo índice en las húmedas paredes.

B—Esa es una buena pregunta—me mira— ¿Puedo? —señala el ultimo emparedado.

—Asiento en afirmación mordiendo mi aperitivo—

B—Gracias—agarra el sándwich.

—Ingiero—esperemos las órdenes y actuaremos.

L—Esta bien—dijo en un tono suave—, podemos pasar la noche aquí, no está mal—contempla los alrededores.

A— ¿Dormiremos en el suelo? —pregunto confundida.

S— ¿Tenemos otra opción? Porque si lo hay, me encantaría escucharla.

H—Sucy tiene razón, pero—coloca una mano en su mentón mirando las tablas en el piso— ¿Podemos hacer camas?

B—Las clases de arquitectura nunca fueron de mi agrado—rasca su mejilla nerviosa.

Gire mi cabeza examinando un par de sogas sujetas a las paredes y repentinamente una idea vino a mi mente. Podre hacer una hamaca comprobando la resistencia que obtengan con mi cuerpo—suspiro—. Sinceramente, creí que aparecerían de inmediato como ocurrió esa ves, pero no lo hicieron y eso me hace sospechar, posiblemente estén mirándonos y esperando a que bajemos la guardia.

Termine de comer y sacudí mis manos, bebi un poco de agua y me levante arreglando mi vestimenta, luego me acerque a la pared y seguidamente comencé a extraer con fuerza las cuerdas, sentí las miradas de confusión de mis amigas, pero las ignore y proseguí con mi trabajo tranquilamente.

Antes que el día oscureciera acabe de crear mi hamaca y la colgué en los extremos resistentes. Las demás hicieron otras cosas para dormir cómodamente, miré satisfecha mi labor y volví al lugar de antes agarrando mi botella de agua y limpiar mis manos con lo poco que quedaba. Sobrevivimos el primer día y mañana será otro.

.

.

.

—Akko, ¡Despierta!

Un ruido...de pasos pesado. Dos...tres...cuatro.... ¡Espera un momento!

—Abro mis ojos espantada—

— ¡Tienen uno cerca! —advirtió.

Me senté en mi hamaca tambaleando un poco, observe a mis amigas dormir plácidamente encima de unos cartones, baje mi pie derecho tocando el suelo con cuidado de no provocar ruido, seguidamente hice lo mismo con el otro y una de vez parada completamente, me acerque a las demás, comenzando a despertarlas una por una y tapando sus bocas por si intentaban hablar.

Ellas se levantaron segundos después. Susurre el nombre de mi arma apuntando mi arco en todas las direcciones, los pasos se detuvieron y caminamos lentamente registrando el sitio con cuidado. Rayos...me tiemblan un poco las manos. Observe a mi alrededor encontrándome con todo despejado, pero al momento de bajar mi arco, unas cadenas con pues destruyeron la pared. Agache mi cabeza rápidamente y me posiciones para atacar.

— ¡Maldición! —grito Amanda.

Solté mi flecha disparándola en su curso, esta se incrusto en el hombro del Caído, pero, no pareció hacerle daño, él nos miró sin inmutarse y agarro la flecha, sacándola de su cuerpo y lanzándola al suelo.

—Sus imprudencias serán pagadas—exclamo en un tono lleno de poder.

Su brazo impulso y estiro, lanzando las cadenas como látigos que esquive con dificultad, provocando que estas impactaran contra otro muro que comenzó a desmoronarse.

—Dichoso el que se atreva a desafiarme, ¡Digno! el que derrame mi sangre...

Nuevamente movió sus dos brazos, pero con más fuerzas destruyendo con las cadenas en sus manos por completo el lugar, mis amigas salieron antes que fueran destruido sacando y extendiendo sus alas e hice lo mismo escapando y manteniéndome en el aire con mis alas de pluma blancas como la nieve.

— ¿Vino solo? —pregunto Lotte.

—No lo creo—respondí con mi arco en mano—, prepárense—llevo dos de mis dedos al comunicador—. Directora, procederemos a atacar.

Destruyanlo.

—Acabaremos con el—acerque mi mano al mango de mi arco creando una nueva flecha.

Moví mi cabeza dándole la señal a mis amigas. Entrecerré mis ojos y disparé la flecha clavándola en su rodilla. El Caído la extrajo nuevamente sin conmoverse y expandió sus alas negras, soltando algunas plumas en el aire cuando empezó a volar, para rápidamente acercarse agresivamente hacia nosotras.

—Akko, tienes que darle en el costado izquierdo, ahí su vital.

Cierto.... Amanda fue la primera en lanzarse evitando su ataque y golpeando fuertemente su lateral siniestro con sus guantes de plata puro que poseen unos filosos y fuertes picos en los nudillos que, emanan un fuego verde cubriéndolos por completo. El Caído reacciono retrocediendo y sujetando la parte afectada de su cuerpo, pero se recompuso en un pasar de segundo volviendo a posicionarse, no obstante, quedo mirándonos mientras perdura en el aire, su arma desapareció en humo y bajo sus brazos.

— ¿Que está haciendo? —susurro Lotte confundida.

—No lo sé...—contesta Barbara en el mismo tono.

—Muéstranos a tu líder—dije sin dejar de apuntarlo.

—Levanta su mano derecha cubierta por unos guantes de cuero—que la eterna luz los condene.

Lo miramos extrañadas su comportamiento y observamos a nuestros alrededores por si uno más aparece, pero cuando comenzó a cerrar su mano una energía oscura de color morado desprendió y Hannah reacciono quejándose de dolor sosteniendo su pecho con fuerza. ¿Qué está pasando? ¿Como puede hacernos daños moviendo sus manos?, Lotte sostuvo a Hannah y lance mi flecha recta a su costado.

— ¡Ah! —grito agarrando la flecha y tratando de quitarla.

Admiramos desde lejos como su cuerpo empezó a desvanecerse y convertirse en polvo. Exclamaciones de desconsuelo escuchamos y finalmente se deshizo en el aire evaporándose. La vestimenta con la cual cubría su cuerpo descendió lentamente hasta tocar el suelo. Suspire aliviada y baje mi arco.

—Akko, tenemos un problema—dijo Lotte.

Voltea a verla desapareciendo mi arma, percatándome del cuerpo inconsciente de Hannah.

— ¿Qu-que hacemos? —pregunto Barbara nerviosa.

—Busquemos un refugio y trataremos su herida—digo empezando a buscar un sitio seguro.

—No esta lastimada—aclara Sucy—, parece una especie de... ¿Magia? —hace una mueca de disgusto—creo que está muerta.

—Frunzo el ceño—intentaremos despertarla.

Amanda cargar a Hannah y juntas volamos hacia un viejo edificio de cinco pisos, entramos a la última planta por un hueco hecho en el techo. Estando dentro registramos los lugares entretanto Lotte se encargó de reanimar Hannah usando su arma que, sinceramente es de mucha utilidad, ya que su cetro cura cualquier herida provocada por los Caídos o algunas que otras raspadas. Acabamos de descubrir algo nuevo de ellos y no es para nada bueno.

—No funciona, no despierta—dice Lotte preocupada.

—Directora, tenemos un problema—avise.

—Lo veo, a través de las lentillas de Lotte—teclea—. Ella no está lesionada y no hay nada en su interior, es extraño, estoy buscando una solución, mantente alerta me desconectare por unos minutos.

Afirmé e hice aparecer mi arma. Me siento un poco aterrada y confundida, ese Caído solamente era uno y, aun así, pudo lastimarnos sin tocarnos, ¿Qué clase de magia poseen? ¿Acaso todos pueden hacerlo? Esa información la desconocemos y Croix no dio ningún dato parecido.

—Esperemos a la directora—me acerco.

¿Sera esto lo que ocurrió con Diana? Por lo que tengo entendido no hallaron su cuerpo en ninguna parte, pero tampoco la vieron bajar del cielo, eso significa que... ¿Puede estar arriba? Lo averiguare, cuando sea tiempo de subir. Suspire y mire el cuerpo desmayado de Hannah, Lotte aun intenta despertarla, ella no es una persona que se rinda fácilmente y cuando encuentre una mínima esperanza para un problema, lo hare sin dudar. Me arrodille sosteniendo la mano de mi amiga inconsciente.

—Te mejoraras—susurre.

Un estruendo de rocas desmoronándose alerto nuestras defensas, alguien ha entrado al edificio derrumbando el techo y cayendo de pies con sus rodillas dobladas sin las alas, rápidamente me levante y apunte con mi arco al Caído. Es otro.... Sabía que no estaría solo. El me miro recomponiendo su postura y no hizo nada, quedándose quieto en su sitio, su rostro está oculto, igualando a los demás, pero al momento que dio un paso, hable.

—No te atrevas a moverte—advertí.

Nuevamente permaneció quieto y lentamente sus manos subieron hasta su capucha, quitándola y dejando a la vista su rostro. Mi corazón se detuvo en ese instante, sin poder creer lo que ven mis ojos.

— ¿Di-diana? —pronuncie e inconscientemente baje mi arco.

No puede ser.... ¿En realidad es ella? ¿Es Diana?, Mis manos comenzaron a temblar quedando como una estatua pegado al piso, ella extendió su mano derecha en curso a Hannah, su mano fue envuelta por una magia morada y de repente, Hannah respondió comenzando a toser y expulsando un líquido negro, mire a mi amiga Lotte exhalando aliviada, pero ¿Como ella pudo sanarla? ¿Su Dominiun le permite curar?

— ¡Estas viva! —grito Amanda sonriente.

Ella nos miró con un semblante serio, bajo su mano y seguidamente oculto nuevamente su rostro con la capucha quitada con anterioridad. Mire extrañada sus acciones y cuando intente acercarme su acción me detuvo, Diana enseño sus alas dejándome asombrada e impactada, mis pies no se movieron y en mi mente desee que lo visto, no fuera verdad. Alas negras.... Ella... ¿Es uno de ellos? ¿Como es posible? .... ¿Qué paso?

—Eras uno de los nuestros ¿Co-como? —pregunto Barbara impresionada.

Sus ojos se posaron en los míos con tristeza y una lagrima casi visible cayo de su ojo derecho, para luego dar dos pasos atrás.

—Tengan cuidado.

Sus alas se expandieron, para después salir volando de un aleteo por el agujero abierto en el techo. Tape mi boca por el polvo levantado y observe como giro bruscamente en el cielo, desapareciendo. Bajé la mirada segundos después y caí de rodillas con mis manos inquietas, tratando de mantener mi respiración acelerada. En serio era ella.... No puedo creerlo...

—Es un caído—murmuro Barbara.

—Hay que matarla—dijo Sucy mirando el hueco en la pared.

—Necesitamos informárselo a la directora—siguió Lotte.

No...

—No haremos eso—digo decidida.

No la delatare y no le hare daño, necesito hablar con ella.

—Akko, ella no es Diana, si esta con ellos debe-

—No nos atacó—interrumpí enojada— ¡Curo a Hannah! ¡La salvo!

—Es cierto...—susurro Hannah—no quiero aceptarlo, pero no podemos atacarla.

La buscare.

—Me quito el comunicador—Lotte quedas a cargo—me acerco y coloco el aparato en sus manos.

—Levanta una ceja— ¿Iras a-

—Si, díganle a la directora que me encuentro haciendo rondas y volveré dentro de dos días.

—Akko, no vayas sola, puedes morir—advierte Amanda.

—Sonrió levemente—gracias por preocuparte, pero no pasara.

— ¿Como estas segura? —pregunto Sucy.

—Saco mis alas—puedo protegerme sola—dije para después abandonar el lugar.

No debió ir lejos.

.

.

.

Ha pasado un día y me encuentro un poco herida, por el camino me tope con un Caído que no dudo en atacarme al verme, estoy dentro de otra tienda abandonada sentando en el sucio suelo mientras vendo mi brazo izquierdo lastimado, hice desaparecer mis alas para no ser encontrada con facilidad. Esta escena me recuerda a esa trasmisión hace un año, donde dos chicos murieron, pero no moriré, no hasta encontrarla. Está empezando a oscurecer y debo prepararme, sin embargo, el Caído que me ataco recientemente sigue buscándome, admito que es más fuerte que el anterior, sin embargo, este no ha usado magia, lo que significa que solo algunos pueden hacerlo.

Escuche pisadas fuertes acercarse, use mi boca para ajustar el vendaje y levantarme antes que su arma en forma de una bola con pues me alcanzara, comencé a correr fuera de la tienda y extendí mis alas empezando a aletear y mantenerme en el aire. Saque mi arco y le apunte desde lejos. Cada vez que he intentado darle en el costado me esquiva con facilidad, es rápido, pero puedo alcanzarlo si me concentro lo suficiente.

—Algunos hablan...—arrastra su arma en el suelo—. Otros lloran...—expande sus alas—. Pero por mi mano, serán silenciados...—dijo volviendo a acercarse peligrosamente.

Me moví esquivando su ataque y soltando mi flecha dándole en el costado izquierdo. ¡Si! ¡Por fin atine! ¡Después de cinco intentos!

—Escupe sangre situando su mano en la zona afectada—tus actos nunca serán perdonados...

—No me arrepentiré de haberte matado.

Al momento de querer tirar otra de mis flechas, súbitamente desapareció, parpadee un par de veces aturdida por lo que acaba de ocurrir e inesperadamente una sombra apareció atrás de mi espalda, cuando me voltee el Caído que lastime recientemente levanto su arma decido a acabar con mi vida sin darme tiempo para reaccionar.

— ¡Muere escoria! —exclamo con furia.

— ¡Et venerunt ad me! —grito alguien atravesándolo en el costado.

Reconozco esa voz.... La punta de dos espadas lo atravesaron en su vital, causando una muerte inmediata. Me aparte del Caído que empezó a humear en un color morado y mire a mi salvadora, ella saco su arma e igualmente retrocedió. Que alivio...pensé que iba a morir, tengo muchas preguntas y en tan solo dos días descubrí cosas nuevas de los Caídos. Seguí observando a mi defensora que se encuentra frente a mí y lentamente me acerqué quedando a unos centímetros cerca, su rostro está oculto y sus alas descubiertas. Estire mi mano hacia su capucha quitándola despaciosamente, observando con detenimiento su rostro serio y preocupado que, posee unas pequeñas cicatrices de cortadas en su mejilla, mentón, nariz y frente. Deslice mis dedos por esos lugares examinándolo detalladamente, ella no opuso resistencia y cerro sus parpados disfrutando de mi tacto. Lagrimas comenzaron a desbordar en mis ojos y una sonrisa de felicidad se dibujó en mis labios.

—Diana...—susurre para después abrazarla con fuerza.

Ella correspondió con la misma intensidad moviendo sus alas al compás de las mías. Mordí mis labios conteniendo el llanto, arrugué su vestimenta y escondí mi rostro en el espacio vacío de su cuello.

—Cr-creí que e-estabas muerta—dije con mi voz temblorosa.

Sus brazos me aprisionaron, dándome leves caricias en mi espalda.

—Sígueme—murmuro cerca de mi oreja.

.

.

Estuvimos volando treinta minutos arriba de unos árboles. En varias ocasiones la admire en el recorrido, su cabello bailando con la brisa, sus brazos en los costados, expresión seria, todo de ella es perfecta y mi corazón esta tan feliz, aliviado y complacido de haberla encontrado, tenía mucho tiempo que no sonreía sin esforzarme.

Diana me miro de reojo dedicándome una sonrisa serena, para después detenerse y descender. Al tocar el suelo, examino el entorno y abrió una pequeña compuerta en... ¿La tierra? ¿Estuvo todo este tiempo debajo? ¿Como la encontraría si estaba oculta de esta manera? Eso me hubiera tardado muchos años. Ella me invito a pasar e hice desaparecer mis alas y entre bajando por unos escalones de maderas que rechinaron con cada paso, todo está oscuro y no puedo divisar nada, estoy tanteando con mis piernas y manos para caer, hasta que un fuego morado dio luz.

—Ten cuidado—dijo avanzando.

Me agarre de su camisa observando la tierra cubierta por ladrillos hechos a mano, cuando llegamos a la planta baja, admire mi alrededor sorprendida. Su piso es de madera, posee un colchón en buen estado puesto en el suelo, hay una estantería con plantas en sus masetas bien cuidadas, en el centro tiene una fogata con hoyas y troncos como asientos, incluye también un pequeño librero. Es...un hermoso ¿Refugio?

— ¿Te has mantenid-

—Si—enciende las antorchas apagadas.

—Juego con mis dedos—entonces... ¿Me contaras? —quito mi armadura dejándola aun lado de la entrada.

—Me mira de reojo y apaga su mano en llamas— ¿Quieres saber?

¿Qué clase de pregunta es esa?

—Exhalo un poco molesta—obvio, desapareciste un año, la directora pensó que moriste.

—Me lo supuse—avanza al librero—, Akko no puedo salir muy recurrente y que lo hiciera hoy es porque sabía que vendrías a buscarme—suspira—. Las investigaciones de la directora Croix están incompletas, ella no conoce todo sobre los Caídos como pensó.

—Lo note, en una pelea.

—Bien—acomoda unos libros—, he estado apuntando los que hacen todo este tiempo—mira el suelo—. Esta húmedo—pasa su dedo índice izquierdo sobre la tierra descubierta—, lloverá.

Eso ha sido un cambio de tema repentino. Me acerque ojeando un poco los libros, pose mi mano derecha en su hombro llamando su atención y en el momento que volteo capture sus labios, tomándola desprevenida. Cerré mis ojos profundizando el beso, ella me correspondió segundos después que comencé a mover mis labios, deslice mis manos por su abdomen llegando hasta su cuello y enrolle mis manos lentamente, para luego ser... ¿Detenida?

—Se separa y sujeta mis brazos bajándolos—A-akko, n-no deberíamos.

—Entrecierro mis ojos mirándola desconcertada— ¿Por qué no? —susurre cerca de sus labios, para nuevamente unirlos.

Sostuve sus hombros e hice que caminara hacia atrás, chocando su espalda con el muro de ladrillos, coloque mis manos en sus mejillas volviendo el beso más intenso. Extrañe mucho hacer esto con ella, tenerla conmigo es un sueño y uno muy bueno, me encanta.

—Hmmm—vuelve a apartarme—Akko...n-no podemos—dice un poco molesta con sus mejillas ruborizadas.

— ¿Qu-qué significa eso, Diana? —pregunte con miedo.

—Hace una mueca insegura—n-no lo sé...—agacha la cabeza—soy un-

—No me importa que seas—situó dos de mis dedos en su barbilla, obligándola a verme—, te quiero a ti—agarro una de sus manos y la coloco en mi pecho—. Déjame demostrártelo.

—Exhala sorprendida—A-akko...—parpadea dos veces y frunce el ceño—deberías volver.

—Por favor—aprieto su mano—. Te extrañe cada día que desapareciste de mi vida, no me separare de ti, otra vez.

—No puedo volver—aleja su mano y se voltea dándome la vista de su espalda.

—Junto mis dedos— ¿A-aún me amas?

—Cruza sus brazos—no hagas esto más difícil, Akko. Tienes un deber—me mira encima de su hombro—, cúmplelo.

—Aprieto mi mandíbula y aparto la mirada— ¿Qu-que paso? En esa misión.

Lagrimas salieron de mis ojos por sus dolorosas palabras, descendí mi cabeza y esperé pacientemente su respuesta.

—El líder de los Caídos me hizo esto, posee un poder inaguantable, es imposible acercarse unos metros, pero—se gira y acerca—, con una buena flecha podrás vencerlo. Tienes que apuntar y tirar de ella, su vital está en el pecho. No como los otros que se encuentra a su costado izquierdo.

Y mi corazón duele, esta lastimado y no creo poder tener la concentración perfecta para atinarle, la persona que amo me rechaza y me manda que me aleje, no puedo tomar eso bien y aceptar lo que pide, no soy capaz...no lo lograre. Comencé a sollozar en silencio, abrace mi cuerpo y me voltee limpiando las lágrimas que no cesan y salen sin control. Esto duele mucho.

—Akko...

—Suspiro profundamente—gr-gracias p-por la información...l-lo hablare con la di-directora.

Necesito calmarme, pensar positivo.... Al menos está viva y ojalá pudiera acompañarme, pero, no logro controlar mi llanto, es irritante y molesto. Yo...solo deseaba...tener una vida normal a su lado. Abrí mis ojos sorprendida al sentir unos brazos abrazándome por la espalda, me quedé quieta en mi sitio.

—De-detente...por favor—imploro con tristeza.

N-no puedo.... Me di la vuelta y la abrace escondiendo mi rostro en su cuello, empezando a llorar sin contenerme mojando su hombro, arrugue su camisa y la aprete contra mí.

—N-no me de-dejes...—dije con dificultad.

—A-akko...—me abraza con más fuerza—po-por favor, ti-tienes que entenderlo.

—T-tu corazón, si-sigue siendo i-igual...—posiciono la palma de mi mano izquierda en su pecho—. Te amo.... Lu-lucha co-conmigo.

Tragué pesado con mis parpados aun cerrados, escuchando perfectamente el latir de su corazón y súbitamente comencé a sentir unas pocas lagrimas caer en mi cabeza. Está llorando.... Me aparte colocando mis manos en su mejilla, la observe sorprendida dejándome de importar mi dolor sentimental, pero entrando en cuenta que ella no quiere alejarme y lo siente como un deber por lo que es actualmente. Limpie sus lágrimas con mis dedos pulgares y me fije en sus ojos que reflejan un brillo peculiar y único. Junté nuestras frentes y cerré mis parpados, acariciando su suave piel con las yemas de mis dedos. Esto me comprueba que su corazón aun me ama, no quiere dejarme y trata de mantenerse fuerte ante la situación, pero conmigo presente, no podrá.

Roce con timidez nuestros labios creando un agradable cosquilleo, deje de derramar lágrimas...poniendo mi total concentración en nuestra cercanía y respiración combinadas. Abrió su boca un poco e imite su acción, su aliento cálido choco contra el mío provocando que un escalofrió agradable recorriera mi columna. Dudosa, capture su labio inferior succionándolo un poco, seguidamente hice lo mismo con el superior, humedeciendo nuestras bocas, ella comenzó a reaccionar, sus manos subieron despacio pasando por mis glúteos y llegando a mi espalda, suspire entre medio del beso ante el tacto en esa zona, con mis manos aun sus mejillas miren sus ojos con anhelo, contemplándolos unos minutos que no duraron mucho.

Al mismo tiempo juntamos nuestros labios en un intenso y deseado beso, arrugue mi frente aprisionando sus labios e incline un poco mi espalda hacia delante. Cuando su lengua entro y empezó a jugar con la mía en un vaivén delicioso, mi mente dejo de funcionar accediendo a cualquier acción que ocurriera después. Al empezar a soltar pequeños suspiros y quejidos ahogados en mi garganta, pude sentir como una chispa encendió dentro de ella, sus manos bajaron despaciosamente hasta mis glúteos, para luego, apretarlos con fuerza y cargarme en peso sin deshacer el beso, envolví mis piernas en su cintura y hundí mis dedos en su sedoso y suave cabello empezando a desordenarlos.

Mi cuerpo se siente muy caliente y mi respiración esta agitada, sin embargo, deseo tenerla más cerca de mí, anhelo...que sus manos me toquen más. Mi espalda fue depositada en el cómodo colchón y las llamas que alumbran el lugar se apagaron, dejando todo a oscuras y sintiendo un viento frio entrar por un sitio que desconozco. Nos separamos para recuperar el aliento perdido, mis labios hormiguearon y aun en la oscuridad pude ver con claridad su rostro, estando ella arriba mío con una mirada llena de aspiración, nuevamente acerco sus labios rozándolos un poco y relamiéndolos.

—Puedo detenerme ahora, si lo deseas—susurro cerca de mis labios.

—No lo hagas...—dije en el mismo tono bajo apartando con mi mano derecha unos mechones de su rostro y teniendo la otra en su hombro.

Exhalo...complacida por mi respuesta y seguidamente sus labios se acercaron a mi cuello besándolo apasionadamente, cerré mis parpados disfrutando de la nueva sensación creada, mordí mis labios conteniendo los gemidos que imploran en ser exclamados. Coloque mis manos en su espalda enterrando un poco mis uñas, su lengua húmeda se deslizo en el costado de mi garganta dándole un efecto positivo en mi cuerpo, deje de morder mi labio y lentamente quite los botones su camisa, ella entendió el dato, separándose y quitándola rápidamente, para después arrojarla. Tome sus hombros y cambie de posición sentándome en su regazo, desabotone mi camisa manga larga sin quitar mi mirada de sus ojos, su mano izquierda acaricio mi abdomen desnudo y cuando la quite completamente, incline mi espalda hacia delante agarrando sus mejillas con sutileza y uniendo con pasión nuestros labios.

Quedando las dos sin camisa, empecé a mover mis caderas mientras que con mis manos profundicé el beso, introduje mi lengua para comenzar un juego placentero con la suya. Sus manos agarraron mis glúteos dándole fuertes apretones y ayudando a moverme con más entusiasmo, causando que gemidos escaparan de mis labios y suspiros satisfactorios salieron de los suyos, mi entrepierna cada vez se siente más mojada y creo que mi ropa interior debe estar empapada, nunca antes había sentido tanta excitación y deseo.

—Deshace el beso—A-akko...—jadeo mirándome con ansias.

Sostuvo mi cintura cambiando nuevamente de posicionamiento y aprovechando antes de acostarme despojar mi brasier, seguidamente quito con delicadeza mis pantalones y pasando sus labios por mis muslos para depositar varios besos en el recorrido, tape mi boca cuando sentí su respiración cerca de mi entrepierna y arrugué las sabanas al pasar su lengua arriba de mi única prenda. Despaciosamente fue quitándola y mi rostro no pudo sonrojarse más de la vergüenza, me oculte con mis brazos sintiendo como mi ropa interior es retirada por completo. Mis brazos fueron apartados sutilmente y unos labios comenzaron a besarme con pasión, sentí el frio golpear mi piel desnuda, pero una manta me dio calidez.

Abrí mis ojos cuando nos separamos para respirar mejor, observé como introdujo dos de sus dedos a su boca mójalos con su saliva, estos se situaron en mi garganta y viajaron lentamente pasando por el centro de mis senos hasta llegar a mi entrepierna, comenzando a tocar con la punta de sus yemas mi punto débil. Diana sonrió al ver los gestos que relucieron en mi rostro y escuchar los gemidos que abandonaron mi boca cuando empezó a masajearlo en círculos con más rapidez. Enrolle mis brazos en su cuello y sus labios depositaron un beso en mi barbilla, mejilla y frente, para después descender a uno de mi seno, en donde, paso su lengua, chupando y mordiendo levemente. Arquee mi espalda clavando mis uñas en sus hombros cuando un escalofrió viajo por mi columna, sus movimientos abajo paparon y sus dos dedos mojados acariciaron la entrada de mi intimidad, para luego, entrar uno, seguido segundos después entro el otro.

—Muerdo mi labio fuertemente— ¡Hmm!

Se siente bien, pero duele un poco. Sus dedos iniciaron un movimiento lento, acostumbrándose a mi interior y cuando deje de sentir dolor se movieron con más agresividad, entregándome un placer que volvió locos mis sentidos. Empecé a gemir en voz alta diciendo su nombre, mis manos abandonaron sus hombros y agarraron con fuerza las sabanas, mi espalda se curvo y sus labios soltaron mi pezón dejando un hilo de saliva. No demore en alcanzar mi culminación por la fricción dada en mi punto anteriormente y el ahora placer entregado dentro de mi interior. Solté un grito tapando mi rostro con mis manos, respiré agitadamente por mi boca seca de tanto gemir y jadear.

—Se acerca y besa mi mejilla—quiero más de ti...—susurro sacando sus dedos.

Abrí mis ojos débilmente, observando con confusión como empezó a bajar depositando besos en mi abdomen que se encaminaron a mi entre pierna y al sentir la punta de su lengua hacer movimientos circulares en mi clítoris mi cuerpo se estremeció, mi respiración volvió a acelerarse, mi mente se nublo y nuevamente empecé a gemir, sintiendo mi vientre contraerse de una manera...deliciosa que, acabo en pocos minutos y expulsando por segunda vez mi orgasmo que fue ingerido de inmediato por la persona que mantiene aún su boca en mi intimidad.

Situé una mano en mi cabeza tratando de regular mi respiración, sentí a Diana acomodarse a mi lado y arropar mi cuerpo, sin tener las fuerzas necesarias para decir una palabra me quedé dormida.

.

.

.

Arrugue mi nariz molesta por la pequeña luz, gruñí enojada y extendí mi brazo deseando sentir el cuerpo de Diana a mi lado, pero al no tantear nada me queje y con mis parpados aun cerrados, agarre la sabana y me senté en el colchón tapando mi cuerpo desnudo mientras bostece y restregué uno de mis ojos con mi mano libre.

—Buenas tardes—dijo una voz cerca de mí.

—Bue...nas tardes...—balbucee.

Tardes... ¿¡Tardes!? ¿¡Qué hora es!?

—Abro mis ojos espantada— ¿Que h-

—Besa mi frente—no te preocupes, nadie puede encontrarnos—me acerca una taza hecha de madera que contiene té.

—La agarro con mis dos manos dejando caer la sabana inconscientemente—gracias...

—Sonríe—la lluvia no ha cesado, pero al menos no es una tormenta—se sienta en el borde del colchón con su taza entre sus manos.

—Sonrió levemente—es acogedor.

—En compañía, lo es—aclara bebiendo un poco—. Estaba al tanto de los días que faltaban para que por fin...salieras a la superficie—agacha la cabeza.

— ¿Como te atrapo? —doy un sorbo.

—Mi arma puede ser usada a distancia, pero es muy difícil de manejar en esa forma y cuando acabe con cinco de sus aliados frente a sus ojos, personalmente me confronto—suspira—. Nunca creí posible que pudiera convertirme en uno más de sus súbditos—acaricia con sus dedos pulgares los costados de la taza, mirándola con nostalgia—. No debes acercarte mucho, tuvo piedad conmigo por mis habilidades a la hora que combatir y supongo que pensó que, seria valiosa para encararlos a ustedes—hace una pausa pequeña—, estuve varios días inconscientes, recuerdo cómo me dejo caer después de ser vencida y al despertarme rodeada de árboles comencé a recodar todo.

No borro su memoria, eso es bueno.

—Voltea a verme con una sonrisa ligera—este sitio lo construí por mi cuenta, encontré los materiales necesarios en unas tiendas abandonadas y sorprendentemente las sabanas, colchones, almohadas y algunas que otras cosas estaban intactas en las bodegas. Puse a prueba mi aprendizaje y sobreviví a base de alimentos suaves, en las mañanas desayuno té, pero puedo prepararte algo si deseas.

—Rio mirando el líquido verde claro en mi taza—beber té por las mañanas es ayuno, no desayuno—aclare—, sobre lo otro podríamos comer algo mejor, ¿Dónde está mi ropa? En mi cinturón hay un objecto rectangular, dentro encontraras unas pequeñas bolitas de colores.

—Mientras descansabas aproveche la lluvia para lavarla y secarla junto al fuego—se levanta—, ¿Que son esas esferas?

—Inventos nuevos de la directora—soplo mi té y bebo.

Diana dejo su taza cerca de una mesa y agarro mi cinturón que está cerca a la entrada, examino confundida la caja rectangular y se acercó a mi aun mirando el objecto en su mano derecha, me la entrego no muy convencida de tomar la iniciativa de abrirla. Deje mi taza en el suelo y la tome con cuidado, dejándola en mis piernas, seguidamente la abrí y extraje una bolita de color azul, la mire unos segundos y arroje al suelo, cambiando de forma a una pequeña mochila con alimentos dentro.

—Desearía ingerir alimentos después de bañarme.

—Hay agua en un balde que llene para ti, esta fría.

Que buen dato, me congelare, pero aun sigo desnuda y deje mis pechos descubiertos...rayos...que vergüenza. Sin embargo, me dará pena caminar hasta... ¿El baño? desvestida.

—No quiero que me veas desnuda.

—Me mira con una sonrisa burlona en sus labios—ya lo he hecho, ayer y hoy.

—Me ruborizo levantando una ceja en reproche—

—Ríe apoyando las manos en sus rodillas e impulsarse para ponerse de pies—te traeré una toalla.

—Sonrió victoriosa—

.

.

.

Llegar a donde se encuentran mis amigas ha sido una tarea difícil por las múltiples apariciones de muchos Caídos, ellas estuvieron esperándome en el mismo edificio, mencionando que la directora le dio la orden de quedarse quietas y no actuar. Al estar juntas me devolvieron el comunicador y hable con Croix sobre el asunto, me explico lo que debo hacer con mi equipo e incluyo las debilidades del líder.

—Entendido—miro a mis amigas—, subiremos.

—Asienten—

—Sonrió—tenemos una nueva compañera.

A— ¿La encontraste? —pregunta asombrada.

—Si, nos ayudara, mientras más seamos, mejor.

H—Es extraño...tener como aliado un Caído.

—No importa lo que sea—aclare.

S—Si importa, pero no discutiremos eso, tenemos cosas más importantes ahora.

L—Tienes razón, ¿Dónde está?

—Afuera, escuchando las palabras de una reunión formada por más de treinta.

B— ¿Esperamos a que venga y....nos cuente lo que dijeron?

—Si, debemos estar prepad-

— ¿Akko? —llamo haciendo un pequeño eco en el edificio.

—Por aquí.

Diana entro a la habitación desmoronada observándonos a todas, bajo su capucha empapada por la lluvia revelando su rostro e hizo desaparecer su arma, luego suspiro llevando una de sus manos al puente de su nariz.

—El líder no bajará y solo uno podrá subir, son demasiados—explico.

H—Abriremos paso para que Akko ascienda, la directora menciono que es la única con un arma muy distante para herirlo gravemente.

A—Es un buen plan, confiamos en ti—golpea mi hombro ligeramente.

—Suspiro nerviosa—gr-gracias.

No debo fallar y será complicarlo no hacerlo, es un líder más fuerte que los Demas por eso se ganó ese puesto.

—Lo harás bien—coloca una de sus manos en mi cabeza despeinando un poco mi cabeza.

—Sonrió complacida—

Estoy lista.

.

Narradora Pov

Hacerse presente frente a una cantidad que supera cinco veces más su número, no era su propósito, pero al ser encontradas en ese viejo edificio no tuvieron otra opción que abandonarlo antes de comenzar una pelea en un lugar cerrado, sin embargo, Diana escapo para que no la descubrieran. Manteniéndose ahora las seis en el suelo contemplando la gran suma de Caídos frente a ellas, prepararon sus armas. Lotte saco su vara dispuesta a curar, potenciar y proteger a su equipo. Amanda, empuño sus nudillos con una mirada retadora en su rostro. Hannah, deslizo dos de sus cuchillas creando un sonido satisfactorio para sus oídos. Barbara, agarro con sus manos un hacha de tamaño confortable para su estatura que, brilla de un hermoso color amarillo y, por último, Sucy, ajusto su cinturón que contiene unas botellas cilíndricas con sustancias toxicas, mostro su arma que consiste en una Oz que, desprende el mismo brillo amarillento.

—Humanos... Se atrevieron a aparecer en nuestras tierras—las apunta con la punta de su espada emanando un aura morada—, ese poder que poseen, será su prisión.

—Este mundo con ustedes es una prisión—exclamo Akko con su arco en mano.

Del cielo cayo una persona de pies situándose frente a los Caídos y dándole la espalda a sus compañeras, estos al ver de quien se trata apretaron con fuerza sus armas. La lluvia aun cae y una tormenta se aproxima.

—Hermano, ¿Te revelas ante nosotros? —pregunto uno de los veinte.

—Es lo que debí hacer hace mucho tiempo—murmuro con rabia preservando su rostro oculto.

De su mano izquierda apareció una electricidad morada que seguidamente impacto contra el suelo, causando que la tierra comenzara a levantarse en estremecimiento. Cinco de los Caídos actuaron abalanzándose contra ella y antes que pudieran tocarla con sus manos moviéndolas ágilmente los paralizo en el aire a una distancia cerca, creo una esfera morada con sus dos manos para después abrir sus brazos bruscamente y lanzarlos con potencia hacia los almacenes cercanos que se desmoronaron al instante.

—Wow...eso fue increíble—dijo Amanda sorprendida.

—Concuerdo contigo—siguió Hannah.

— ¡Que el orgullo los mate! —grito Diana— ¡Y que la muerte se apiade de ustedes! —levanta su brazo derecho— ¡Et venerunt ad me!

Su arma desprendió en una hermosa luz azul que brillo con intensidad, sujeto su espada separándola en dos, estas tronaron en sus manos mientras giro sus muñecas hacia atrás empuñándolas con fuerza. Su postura se mantiene firme, sacando un poco su pecho dando a demostrar su fortaleza, poder y soberbia.

— ¿Quién es el? —pregunto Croix admirando con las demás personas en ese subterráneo lo sucedido.

—Ella, directora—corrigió Akko.

— ¿Ella? ¿Es buena? ¿Como es posible? —dijo confundida.

—Larga historia—concluyo, tirando del hilo de su arco.

Sus alas se extendieron e impulsaron hacia arriba, dijo unas palabras cuando soltó una de sus fechas en dirección a los enemigos, esta se multiplico en el aire atravesando el cuerpo de dos de los Caídos. La pelea comenzó a hacerse más complicada a medida que vinieron bajando más, Diana miro a Akko haciéndole una señal con su cabeza para que subiera, dándole a entender que la cubriría en el trayecto.

Las dos comenzaron ascender estando espalda contra la otra, sus alas se movieron al mismo ritmo mientras flechas y ataques dirigieron en curso a los Caídos que intentaron acercarse. Con la tormenta presente la dificultad de volar se complicó, pero al estar a punto de sobrepasar las nubes, un Caído alcanzo a Akko, sin embargo, Diana interpuso su camino obligándola a bajar con violencia.

— ¡Sigue subiendo! —grito antes de desaparecer de su vista.

Akko obedeció rebasando las nubes, encontrándose con una persona sentada en un trono que multiplicaba su tamaño, campanas comenzaron a sonar y una voz como de opera sonó en el cielo ambientando el momento, el líder con su mano derecha apoyada en el brazo de su silla y la otra acostada en el otro extremo, observo con detenimiento al ángel frente a sus ojos. Las manos de Akko temblaron por unos instantes, pero apretaron con fuerza su arco tratando de calmarse y no revelar su miedo.

El líder de los Caídos poseyendo una armadura impenetrable y llevando consigo el mismo capuz de sus subordinados que esconde su rostro, extendió su mano izquierda mandando a unos diez Caídos hacia ella. Akko frunció el ceño y rápidamente ataco antes que se acercaran, sus flechas causaron heridas graves en cinco de ellos, restando el número de sus contrincantes al pasar los minutos. Esquivo los ataques de sus armas con audaz y agilidad, soltando múltiples flechas en dirección a sus costados, algunos que otros evitaron que estas se clavaran en sus cuerpos y a cambio de sus fallas, Akko, recibió cortes en sus hombros, piernas, brazos y mejilla.

—Cuando el mundo este a mis pies, me encargare de prosperar uno nuevo—declaro en su tono grave mirando desde su trono la batalla—, los muertos sirvieron de esclavos y tu servirás de cadáver—enseña sus alas poniendo de pies y expulsando un humo negro en sus mangas—. La muerte...los consume a todos.

La niebla esparcida en sus manos tomo forma de una espada con rostros en su hoja que movieron su boca clamando gritos de ayuda. Akko lo miro acercarse y retrocedió fuertemente de un aleteo antes que llegara a rosarla. Los Caídos que la atacaron con anterioridad dieron espacio para que su líder concluyera con el combate, este miro su espada gozando de las almas atrapadas, para luego pasar sus dedos por el filo.

—Acabare con tu sufrimiento, humano.

La lucha empezó.... y a medida que pasaron los minutos en el cielo, Akko descendió con lesiones profundas y el líder no dudo en seguirla pasando las nubes y enseñándose ante todos los presentes.

—No puede ser...—susurro Hannah impresionada.

— ¡No se desconcentren! —grito Amanda estampando su puño contra el suelo, creando una onda expansiva que alejo a tres de sus rivales.

— ¿¡L-lo están viendo!? —pregunto Akko sujetando su brazo herido y cayendo con rapidez.

—L-lo veo...cl-claramente—respondió anonadada la directora.

Diana miro al líder con rabia y furia, sin vacilar se apartó rápidamente de sus cercanos enemigos y abalanzo contra el enemigo principal, este al verla de reojo extendió su mano izquierda deteniéndola bruscamente en el aire y arrojándola contra el suelo sin piedad, levantando polvo cuando colisiono. El líder no obtuvo ningún daño de parte de Akko en todo el trascurso de su lucha, pero, admiro la fuerza y potencial de su oponente, dejándole en claro que no debe subestimar el vigor que posee.

La tormenta cada vez comenzó a volverse peor, truenos retumbaron con fuerza en los oídos de todos. El líder que aún se mantiene en el aire levanto su mano derecha, creando una esfera negra con morado que poco a poco creció. Akko y las demás miraron desde el suelo aterrada su poder sin saber que hacer, pero repentinamente a una velocidad increíble de una persona salida de los escombros que la rodeaba, se posiciono a un lado del líder permaneciendo a una distancia lejos. Este la volteo a ver y nuevamente extendió su mano libre para devolverla a la tierra, pero al no causar el efecto deseado, confundido y extrañado miro con atención a la persona de la cual convirtió en su aliado bajando su mano despaciosamente.

—Este mundo está condenado, no puedes hacer nada para cambiarlo—dijo manteniendo aun su mano arriba, haciendo crecer más y más esa esfera de aura dañina—. En este día, cumpliré con la profecía.

Mientras las demás observaban, Amanda llamo a Akko, explicándole que prepara su mejor flecha.

—Obedecerás mis ordenes o fracasaras, ¡Desata tu fuerza contra los impuros que se atrevieron a desafiarme y juntos convertiremos este mundo en uno mejor!

—Tu peor error—murmuro quitando la capucha de su cabeza—, ¡Fue dejarme vivir!

Sus brazos se abrieron y los rayos de la furiosa tormenta impactaron en sus manos, alumbrando las venas de su cuerpo y alas que la mantienen en el aire, Lotte entendió enseguida lo que trata de hacer y con su vara aumento la fuerza de Diana, esta apretó sus dientes y miro con ira al líder, Akko comenzó ascender nuevamente y apunto su flecha en el pecho. Los Caídos aun en pie volvieron a la lucha, Amanda, Hannah, Barbara y Sucy los detuvieron como pudieron, evitando que volaran y detuvieran las acciones de las presentes.

Los ojos de Diana se tornaron de un intenso color azul y cuando la acumulación de su energía llego al límite lo lanzo contra el líder que empezó a recibir choques eléctricos. El cuerpo del enemigo comenzó a contraerse de dolor y la esfera creada no redujo su tamaño, aun con las pocas fuerzas conservo y concentro su poder.

Lucha conmigo.

Akko, soltó un suspiro leve entrecerrando sus ojos y con sus manos agarrando el arco apunto su flecha directo al pecho del líder. Este mirando con rencor a Diana, se olvidó de la otra persona a su lado.

¡Noctu Orfei Aude Fraetor! —exclamo con todas sus fuerzas.

La flecha que fue disparada e incrustada en la vital del Líder desprendió estrellas verdes a su alrededor. Sangre...saliente de su boca dieron la positiva señal del daño deseado, Diana no detuvo su acción, electrocutando cada vez más su cuerpo, sabía que eso no lo mataría de inmediato y debía morir rápido antes que soltara esa acumulación de poder.

—E-esto aun no acaba...—ríe con sarcasmo—. Yo...re-renacere...—hace una pausa quejándose—y cuando eso su-suceda, te-terminare con lo e-empezado.

Una luz brillo dentro de su cuerpo comenzó a quemarlo internamente, su vestimenta comenzó a arder y gritos de tormentos fueron escuchados con claridad, los pocos Caídos sobrevivientes rieron con burla y volaron subiendo al cielo, desapareciendo entre las nubes. Cuando el polvo de los huesos del líder se dispersó en el aire, un grito llamo la atención de todas.

— ¡Lo logramos! —clamo Amanda.

H—Ríe agotada poniendo sus manos en la cintura—eso parece, O'neill.

L—Volverá y estaremos lista, para vencerlo, otra vez—dijo con orgullo teniendo algunas quemaduras y heridas en su piel.

B—Aún queda un Caído—dice refiriéndose a Diana.

Ella bajo sus brazos empezando a tambalearse en el aire, Akko la miro y voló hacia ella con sus últimas fuerzas, la atrapo antes que cayera, pero solo causo que las dos lo hicieran, no obstante, las alas de Akko la protegieron al impactar contra el suelo, aprisionando con sus brazos el cuerpo inconsciente de su amada. Tosió varias veces separándose un poco mientras recostó a Diana en el césped, el sol salió a relucir después de unos minutos que le tomo recomponerse, observo el cielo azul con detenimiento soltando un suspiro de alivio, cerro sus ojos sintiendo el dolor de sus músculos, pero cuando escucho un quejido provenir de su pareja, los volvió abrir volteándola a ver enseguida.

—Diana—agarra su mano— ¿Estas bien?

—Abre sus parpados con pesadez mostrando el malestar de su cuerpo en sus facciones—e-estoy bi-bien.

—Levanta una de sus cejas— ¿Ahora si podemos pensar en una familia?

—Ríe cerrando sus ojos—eres incorregible—aprieta su mano soltando un quejido de dolor—, no me hagas reír me duelen los huesos.

—Sonríe ligeramente— ¿Eso es sí?

—La mira de reojo—tal vez...pero, prefiero imaginar justo ahora estar en mi cama descansando y tomándome unas vacaciones que perduren muchos años.

—Se acerca con cuidado apoyando su codo derecho en la hierba— ¿Empezar nuestras nuevas vidas juntas? —sitúa su mano izquierda en la mejilla de la contraria, acariciándola sutilmente.

—Gira su cabeza—me encantaría.

Akko sonrió enternecida y aproximo sus labios plantándole un suave beso lleno de amor que no duro mucho por la aparición de sus amigas.

— ¿Se están besando? —pregunto Hannah sorprendida.

—Rasca su barbilla—ahora entiendo porque chillabas tanto, Akko—dijo Amanda.

Akko rio ocultando su rostro en el pecho de su pareja, Diana sonrió adolorida acariciando su espalda. Por primera vez en años, la paz llego por fin.

.

.

.

Tres años después...

La sociedad comenzó a ser reconstruida, algunos edificios siguen en proceso de construcción, al igual que las viviendas. A pesar de haber perdido la mitad de la población, no se rindieron y trabajaron fuertemente restaurando todo el daño causado. Las personas del equipo azul que murieron a mano de los Caídos fueron honradas en un cementerio especialmente para esos guerreros que dieron su vida a cambio de otras.

Dentro de una cabaña rodeada de árboles que, posee cerca un hermoso lago con cascadas y animales, se encuentra una mujer de veintiún años cargando un tazo de frutas recién lavadas en sus manos, esta camino fuera de ese lugar encontrándose con otra mujer de veinte dos años sentada en una silla mecedora con un periódico entre sus manos y unos lentes puestos.

— ¿Deseas desayunar? —ofreció la castaña tomando asiento en sus piernas.

—Baja la hoja—pensé que ya lo había hecho—sonríe, dejando el periódico en la mesa cercana a su posición.

—Se ruboriza—comida de verdad, Diana—agarra una fresa.

—Mira el bol—frutas, ¿Eso es comida para ti?

—Aleja el tazón—no te daré nada.

—Ríe envolviendo con sus brazos la cintura de su pareja—bromeo.

—Sonríe— ¿Como te sientes? Aun estas en proceso de recuperar tu Dominiun.

—Croix está apunto de encontrar una solución, por ahora está trabajando en como acabar para siempre con el líder de los Caídos—suspira—, dijo que volvería.

—Lo sé, al menos los generales están preparándose para una posible devastación.

—Recuesta su espalda—lo detendremos antes que quiten más vidas.

—Muerde la punta de la fresa—lo haremos, no cabe duda de eso—mastica.

—Aprieta su mandíbula—Akko.... Sobre lo que dijiste hace unos años atrás, ¿Aun deseas ese sueño?

—Arquea una ceja—dije muchas cosas antes, se mas especifica.

—Se sonroja un poco— ¿Tener una familia?, Claro después de vencerlo y estemos totalmente seguras.

—Oh...—la mira sorprendida apartando el bol de sus piernas, colocando en la mesa—. Podríamos intentarlo—rasca su mejilla nerviosa y sonríe teniendo un rubor notorio en sus mejillas—, no me molestaría.

—Bueno...—desvía la mirada—. La directora me dio un regalo parecido a lo que deseas.

— ¿Creo un invento para...hacer bebes? ¿Como? —pregunto confundida.

—La ciencia siempre ha sido su especialidad—explica mirándola nerviosa.

—Eso es sorprendente—termina de comer su fresa e ingiere—, come—le acerca un pedazo de manzana picada a sus labios—y luego hablaremos con más detalles ese tema.

—Observa la fruta— ¿Y si quiero otra cosa? —levanta una ceja.

—Se levanta—ya comiste eso y necesito descansar.

—Cruza sus brazos—no es justo, a mí me parece que le das más amor a ese conejo que a mí.

—Eso no es cierto, además no puedes ponerte celosa de Bugs, es un animal—aclaro.

—Me gustaba más en peluche—agarra el trozo de manzana aun sostenido cerca de su boca con sus dientes.

—Ríe y acariciando su mejilla—en la noche, amor.

Diana sonrió complacida mirando los ojos de su pareja una vez más antes que entrara a la cabaña y desapareciera de su vista. Suspiro llenándose de tranquilidad y armonía, escuchando el cantar de los pájaros en esa refrescante mañana. Es cierto que ellos volverían y que posiblemente esos Caídos que escaparon siguieran velando la tierra, pero ella y sus compañeras estarían listas para derrotarlos, no permitirán que más personas mueran a manos de sus enemigos y esta vez.... Estarán bien preparadas para contraatacar sin temor.

— ¡Diana! ¡No regañes a Bugs por lo que les hizo a los cables de tu consola!

—Se levanta exaltada— ¿¡Que le hizo a mi bebe!?

Seguramente, tendrían primero una larga y tranquila vida por delante.

-----------------------------

💙Los Caídos

Fin.

UFFFFFFF Me demore mucho, F por mi fiebre que me impidió levantarme de mi cama (Ya nunca probare los inventos de bebida de mi padre, tremendo dolor de estómago).

🎗Ideas eliminadas🎗

1- Amanda iba a morir :v, pero la deje ahí porque su arma me gusto.

2- La parte Lemon sucedería en la habitación de, Akko, estando el subterráneo, pero me pareció más profundo que demostrada su amor teniendo en cuenta que Diana fue cambiada a un Caído.

3- Croix tendría un Flashback en donde mostraría como construyó todo su gran laboratorio después de la invasión de los Caídos.

4- Habría una parte en donde Diana se reencontraba con Croix, dándose un fuerte abrazo.

5- Akko, combinaría su arma con la de Diana, para acabar con el líder de los Caídos, pero, quise mejor dejarlo en un resucitar para él, porque lo puse muy fuerte v: y estaría para mí, muy (no mames, ya se murió, tan rápido y fácil), así que, no quería que muriera completamente.

⛈Datos⛈

1- Para el atuendo de los Caídos, hice una combinación de las vestimentas de los vampiros, el de Auriel, la heroína de Heroes of the Storm y unas cositas más que agregue a mi estilo.

2- Algunas escenas y frases fueron inspiradas en las animaciones del videojuego Diablo III y IV.

3- Busqué imágenes en Google para tener una mayor visualización de una ciudad desolada y destruida, encontré varias representaciones que me ayudaron a narrar mejor el ambiente y que pudieran imaginar mejor ese habitad.

4- La personalidad de Croix iba a profundizarla un poco más, quería que manifestara su fuerza y odio contra los Caídos, pero a medida que escribía la historia, decidí mejor dejarla, así como leyeron.

5- Esta historia en realidad la soñé, obviamente no todo lo que sucedió en mi sueño salió aquí, tuve que acoplarlo estilo Diakko, porque en mi cabeza ocurrieron cosas muy diferentes, pero la idea principal de esta historia salió de ese repentino sueño que, a medida que lo pensaba y escribía fui agregándole más cosas.

6- Las palabras ''Noctu Orfei Aude Fraetor'' son las primeras que dijo, Akko, en el anime para despertar las sietes palabras de Arcturus.

7- Como en el dato anterior, hubo otras comparaciones con el anime. El conejo de peluche ''Bugs'' es una representación de cuando Akko, le salió mal un hechizo. El otro, serían los equipos divididos en: Azul, verde, rojo y amarillo. (El ultimo lo invente) 

8- Pensé en dos posibles finales. El segundo es el que leyeron, pero el primero, imagine en hacer que, el líder de los Caídos o uno de sus aliados, le arrancara las alas a Diana y esta cayera siendo atrapada por Akko después de vencer al líder. Luego, Akko la llevaría al subterráneo en busca de ayuda para sanar a Diana, ya que el Dominiun viene de su corazón y al ser arrancado de esa manera, podría causarle la muerte en pocos minutos de sufrimiento. Entonces, Akko pasaría la seguridad de la directora cargando a Diana, cuando llegarían, Croix no lo aceptaría, hasta ver el rostro de quien era y ahí, sale otra idea del reencuentro entre Croix y Diana.

9- Aquí un gif de la cinemática mencionada anteriormente. En mi mente los imaginaba de esta manera, pero sin tanta armadura encima, ya que me parecía exagerado v:, por eso hice lo del primer dato. Las alas son diferentes (Mayormente parecidas a los de una ángel) Si hacemos una comparación casi perfecta a la idea de mi mente (de las alas), sería como el segundo gif. 

10- Las armas de los personajes fueron inventadas y otras pues ya existían (lanzas y espadas), también las dibuje para tener una mayor visualización a la hora de narrarla con detalles, pero esos bocetos (feos) no lo enseñare, se ven mejor en mi cabeza v:

11- La película que narra Akko en su pasado al comienzo es: Dolittle.

-----------------

Aquí hare una pequeña sección de preguntas a una nominación que me hicieron hace unas tres semanas, ekisd.

Estas son las preguntas. Las escribiré para que no tengan que subir y bajar continuamente.

1- ¿Comida Favorita?

R: Sopa de carne con arroz y una soda bien fría de fresa o fresca. También la pizza de pepperoni con queso extra.

2- ¿Animal Favorito?

R: Lobo. (Y como no puedo tener uno, tengo perros, lo mismo, pero más barato)

3- ¿Mayor vergüenza en tu vida?

R: Abro hilo, okno xd. En la escuela, cuando jugaba a escapar con una amiga, estaba lloviendo y bueno estaba corriendo por la cera mojada, me resbale y empape mi uniforme. (Tuve que aguantarme hasta la salida bajo el aire acondicionado de mi salón :c que frio más tremendo me mame)

4- ¿Orientación sexual?

R: Lesbiana.

5- ¿Mejor amiga en Wattpad?

R: En Wattpad.... Seria gatiblackPr.

6- ¿Como conociste Wattpad?

R: Investigando hace muchos años atrás una plataforma (Wattpad) para escribir mis historias y leer Fanfics u otras historias.

7- ¿Shipp Favorito?

R: Diakko, Elsanna, Lapidot, Nicomaki.

8- ¿Crush?

R: Famosos, no tengo Crush con alguien ¿No famoso? xD, pues serian... Ruby Rose, Elizabeth Kane (Alice en la serie Batwoman), Scarlett johansson (Blackwidow) y Melissa Marie Benoist (La chica que le da vida al papel de Supergirl) me encantan las rubias jushjush. 

9- Decir quién te nomino.

R: EMDINMAN91

10- Paso xd

---------------

Siguiente One Shot (Comprometidas)

Esta no necesita una sinopsis porque está más claro que el agua, pero, esta historia será a mi manera (obviamente), y contendrá G!P

Bueno queridos lectores, terminamos con este One shot uwu. Como siempre, espero que les haya gustado esta historia y no los haya ¿Asustado? Con la personalidad de los Caídos. Muchas gracias por sus comentarios, votos y paciencia que me tienen al esperar cada uno de estos One shot. Los quiero y nos leemos, bye bye.

Ahora un meme




xd

Nice uwu


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro