Adivinen a quién se le perdió la hoja donde tenía los pedido -se apunta- sí, otra vez -.-

Recuerdo vagamente algunos pedidos pero no recuerdo quién los hizo, así que voy a hacer los que recuerdo y luego veo que hago (y seguiré buscando la pinshe hoja)

Bueno no los aburro más y las dejo leer~

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La tercera guerra mundial acabo por unir al mundo y a muy regañadientes Alfred e Ivan tuvieron que hacer las pases, aunque claro que la guerra dejó sus consecuencias, el Estadounidense, tras los ataques de bombas nucleares y bioquímicas quedó completamente ciego, Al contrario de Ivan que no sufrió mayores problemas. La famosa y odiada ONU decidió que el ruso ayudaría a Alfred hasta que se adapte o mejore.

Por ello el mayor se hallaba alimentando al otro, si, dándole de comer la comida en la boca como a un niño de un año. Todo parecía muy calmado, aunque después de cinco años cualquiera se acostumbra.

Al terminar Rusia se levantó y recogió la loza sucia, miró al otro el cual simplemente tenía la mirada azulina vacia posada en la nada.

Al ruso le dolía verlo así, pero tenía miedo a decir algo que dañase aún más al americano, muchas veces habían discutido por culpa del Euroasiático (o al menos Ivan lo sentía así).

— ¿Ivan? —lo llamó el rubio con voz temblorosa.

— Da?

— Podrías... abrazarme.

El ruso se quedó estático y sorprendido en su lugar, Alfred nunca le había pedido aquello, Alfred nunca le había pedido nada que no fuera que lo dejara. Tembloroso se acercó y lo rodeo con sus brazos, el menor oculto su rostro en el pecho del contrario y logró soltar las lágrimas reprimidas por años.