Dedicado a uni-punz20, espero que te guste ^^

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La lluvia caía sobre su cabeza, estando sentado en la vereda a disposición del clima, con el riesgo de contraer un resfriado, pero no se quería mover de allí, no, se quedaría esta que su cuerpo se congelara al punto de una hipotermia.

Y es que su mente estaba en otro lado, estaba en la sonrisa de aquel castaño que le había robado todos sus sentidos, aquel de ojos miel que siempre abrazaba en contra de su voluntad, aquel italiano que siempre le hablaba con halagos que le hacian sonrojarse.

Sentía el cuerpo frío, como si se estuviera volviendo de hielo, pero su mente estaba comodamente calida pensando en el menor.

El menor, que divertido sonaba eso, si pareciera que él mismo tenia con mucha suerte dieciocho años y era más bajo en estatura.

De repente se escucharón truenos, penso en ir a su hogar pero desistio al oir sonar su celular, la saco de su bolsillo y contesto sin ver quien era el que osaba en llamarlo un día como ese.

  -  konichiwa... -susurró esperando respuesta, pero esta nunca se escucho- ¿hay alguien? -preguntó, pero nadie contestó.

Cortó la llamada y vio quien era el de la llamada sospechosa, justo cuando leyo el nombre el agua dejo caer sobre él y escuchó como caía sobre algo que le cubria.

  -  Ciao~ Kiku~ -escucho detras de él, se giro encontrando la alegre mirada de...

  -  Feliciano...

  -  ve~ ¿que hacias aquí mojandote y enfriandote? -le preguntó el italiano con un tono de preocupación.

  -  esperaba a alguien -contestó el japones, levantandose junto al otro.

  -  ¿y aún no llega? -volvio a interrogar.

  -  ya llego -respondió.

  -  ¿y... ese alguien... como es?

  -  un chico de otro país, bastante alegre y amable, es más alto que yo, y tiene una fina voz, ademas es menor.

  -  ve~ ¿demoró mucho en llegar?

  -  hai, demasiado.

Hubo un silencio, Feliciano miro directamente a los ojos cafes del japones, y deposito un fugaz beso en los labios del mayor.

  -  lo siento -susurró el italiano.

Feliciano lo volvio a besar, esta vez mas profundo provocando un sonrojo en Kiku, al cabo de unos segundo se separarón por la falta de aire, se miraron, comenzando a reir.

  -  Ashiteru... -susurró Feliciano sonriendo.

  -  Ti amo... -contestó Kiku escondiendo el rostro.

No vale la pena relatar que después de esto sucedio, con simplemente decir que todo queda a tu imaginación.