LEVIN X MICHAEL
Narrador
Un nuevo chico había llegado a Suecia, pues hizo un intercambio estudiantil desde España para poder llegar a este país, además de que le darían la oportunidad para hacer entrenamiento con el equipo de Suecia, abriendo así sus oportunidades en el fútbol.
— Bueno, todo listo — Dijo dejando sus maletas en orden — bueno Michael, hoy empieza el gran día — Se decía a si mismo — bueno, mmm ahora debo ir a comprar comida.
Michael salió a caminar buscando alguna tienda, pero no veía ninguna. Mientras caminaba le preguntaba a algunas personas, pero las indicaciones de esas personas lo hacían perderse y algunos no le entendían bien ya que su inglés no era tan bueno.
Caminó hasta llegar a una plazita, pero a sus alrededores no veía tiendas.
—asu a este paso me perderé — decía mientras se sentaba.
— Hey, te veo perdido desde hace un buen rato — Dijo un chico rubio acercándose a él
— Ehh si disculpa, conoces alguna tienda o mercado para comprar comestibles?
— Si claro, han estado haciendo obras como te has dado cuenta, los mercados se han trasladado para el otro lado, pero te acompaño, así te muestro el lugar — Dijo el joven
— Bueno, creo que esta bien — dudando
— No tengas miedo, no te secuestraré ni venderé tus órganos — Dijo en tono burlon — Me llamó Stefan Levin.
— Vaya, esta bien, me llamo Michael, vengo de España, un gusto
— un gusto, que bueno tener un extranjero, vamos te enseño el mercado
Ambos caminaron hacia llegar a un mercado, Michael empezó a comprar sus cosas
— tan poco? — preguntó Levin
— Bueno, no soy muy bueno cocinando así que cocinare para 3 días
— Wow y sabe bien la comida?
— Si, lo he hecho varias veces
Ambos caminaron juntos, viendo diversos tipos de puestos.
Entran a una tienda llena de artículos hechos a mano. Michael admira los diseños mientras Stefan conversa con la vendedora.
— Dice que esta figura de un troll es muy popular entre los turistas. Es un amuleto de la suerte. — le traduce lo que la vendedora dice
— ¡Es genial! Me lo llevo. — Michael paga y salen de la tienda. Continúan caminando por las calles.
Para Michael era muy interesante y más por que tenía la seguridad de que no se iba a perder. Ya se hacía tarde y era hora de volver a casa.
Levin y Michael no vivían tan lejos, era como 20 minutos caminando
— Veo que tenemos muchas cosas en común, en especial el fútbol — dijo Levin
— Asi es, pensé queno tendría amigos acá, pero tú eres mi priemr amigo en Suecia — Dijo alegremente Michael
— Me alegro que te hayas perdido , así te he podido conocer.
Los días pasaban, ambos entrenaban, se la pasaban juntos, todas las tardes salían a ver las calles y caminar.
— Ese de ahí es el palacio —dijo Levin, con una sonrisa cálida mientras señalaba el majestuoso edificio a lo lejos
Michael asintió, intentando concentrarse en las palabras de Levin, aunque su mente estaba demasiado ocupada observándolo.
—¿Te gusta? —preguntó Levin, deteniéndose para mirar a Michael.
Michael tardó unos segundos en darse cuenta de que Levin le hablaba. Se apresuró a responder.
—¿Eh? Oh, sí, claro. Es hermoso... la ciudad, quiero decir.
Ya tenían meses conciendose, aunque eran pocos, para Michael eran suficiente para darse cuenta que estaba enamorado de su amigo, de Levin, pero decirlo era algo arriesgado, pues el miedo de perder esa amistadd y además por que él no sabía si le correspondería, Levin jamás habló sobre que haya tenido alguna novia y parece ser bien hetero.
Caminaron hasta lelgar a un mirador, era donde Levin iba en su infancia , desde ahi se podia ver la ciudad y el atardecer, era algo majestuoso.
Se quedaron allí un rato más, en silencio, con Levin absorto en la vista y Michael observándolo de reojo.
— Tal vez algún día me atreva a decírselo... pero no hoy. — Pensaba Michael.
En una de esas fueron a una ciudad media abandonada que existia por ahí.
— En serio no vive nadie aqui — Dijo Michael observando todas las casas vacias y sucias de aquella calle
— Asi es, por eso son abandonadas, nadie vive, dicen que hay fantasmas , pero yo no suelo creer en eso
— y por que
— Nunca he visto uno, por eso no creo
— Bueno tiene lógica
—¿Te das cuenta de lo silencioso que es aquí? —preguntó Levin
Michael asintió, aunque apenas escuchó las palabras. Sus pensamientos estaban atrapados en el momento, en Levin.
—Levin... —comenzó Michael, su voz apenas un murmullo.
Levin se detuvo y giró hacia él
—¿Qué pasa?
Michael respiró hondo, tratando de calmar el latido frenético de su corazón. Sentía que el aire se hacía más pesado a su alrededor, pero también sabía que no podía dejar pasar ese momento.
—Tengo que decirte algo. No sé cómo empezar, pero... siento que si no lo hago ahora, nunca lo haré.
Levin lo miró con curiosidad, dando un pequeño paso más cerca.
—¿Estás bien? Suenas... nervioso.
Michael soltó una risa breve, un poco temblorosa.
—Es que lo estoy. Pero no es malo, solo... complicado. — Tomó aire y estaba decidido para hablar — Desde que llegué aquí, todo ha sido increíble. La ciudad, los lugares, las historias que me has contado, Levin, estoy enamorado , pero no solo de esta hermosa ciudad, si no de ti también, me gustas , no puedo evitar verte , eres alguien increíble, elegante, educado, eres perfecto para mi.
El silencio que siguió fue abrumador para Michael, aunque duró solo un instante. Levin parpadeó, como si procesara las palabras.
—Michael... —dijo suavemente, con una mezcla de sorpresa y alegría — No sabes cuánto tiempo he esperado para escuchar eso.
El sueco se acercó a él y puso sus dos manos en los hombros del contrario
—Yo también siento lo mismo por ti —continuó Levin— Lo sentí desde el principio, pero no sabía si tú...
Levin se caercó para besarlo, lo cual fue correspondido por Michael haciendo esto un sueño para ambos, se apegaron más , el español colocó sus brazos rodeando el cuello de Levin, mientras que este sostenía su cintura.
Cuando se separaron, Levin lo miró con los ojos brillantes.
—¿Eso significa que ahora somos novios?
Michael rió, sintiendo una ligereza en su pecho que no había sentido en mucho tiempo.
—Sí. Definitivamente sí.
Ambos se volvieron a dar un beso, Michael se sentía muy afortunado y feliz, aunque fue riesgoso lo que hizo, pero valió totalmente la pena. Ambos se separaron y se tomaron de las manos caminando por las calles, sin importar todo lo demás, ellos eran felices.
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