Resolución Entre Ambas Partes
- Antes de leer, informo que a partir de la línea de Yotsuba, quisiera que lo leyeran con esta música:
https://youtu.be/4Q9DWZLaY2U
- Dime esto, Uesugi-kun. ¿Qué es lo que sientes ahora? ¿Por qué sigues culpándote por sentirse insuficiente para ella? ¿Por qué sigues aquí?
- Itsuki.
- Son preguntas simples, ¿verdad? Eres un genio demente. Hasta tú puedes averiguar el verdadero significado de lo que es realmente amar.
- Yo...
- Sí.
- Siento que la he fallado. No solo ahora, sino también en el pasado. No pude estar ahí cuando más lo necesitó. Como resultado, terminó distanciándose de ustedes y optando por una personalidad bastante amigable que llegaba a hartarme.
- ¿Solo eso?
- No.
- Entonces...
- Hay mucho por lo que hablar. Yo... lo que quiero... Quiero estar con ella. No puedo permitirme ese mismo error. Quiero hablar con ella... como realmente debió haber sido desde aquel día.
- ¿Ahora lo entiendes, Uesugi-kun? ¿Entiendes la razón de tu dolor? Dímelo.
- Todavía no lo sé del todo. Pero hay algo de lo que estoy seguro.
- ¿Qué es?
- Quiero reunirme con ella. Sólo eso. No soy alguien que pide demasiado para lograr sus convicciones. Aunque debería hacerlo un poco, ¿no crees?
- Sí. Sin embargo, creo que eres perfecto tal y como eres ahora, Uesugi-kun. Debes entender que por esa misma razón es que todas terminaron enamoradas de ti y solo de ti.
- ¿Tú también?
- Hmm. Se podría decir que en cierta parte. Pero creo que es más admiración que amor en sí.
- A veces dices cosas bien acertadas, Itsuki.
- ¡Ja! ¿Creías que podría enamorarme de ti? Ni pensarlo. No puedo imaginarme a mí misma estando enamorada de un cerebrito malhumorado. Simplemente no puedo.
- Itsuki.
- Dime.
- Gracias, en verdad.
- ¿Ya estás listo para volver a intentarlo? Lo más seguro es que, si ella sigue negándose, tendrás que seguir esforzándote mucho para poder alcanzarla. ¿Estarías dispuesto a esperarla?
- No lo sabré a menos que lo intente una vez. Si noto que ella realmente no quiere verme o estar conmigo, lo entenderé.
- Para ser el tipo de persona que eres, es muy difícil asimilar que esas palabras salieron de alguien como tú.
- Puedo tomar eso como un halago, ¿verdad?
- Si gustas.
- Bien. Entonces – ofreciendo su mano –, supongo que esto se puede llamar un adiós temporal.
- Sí. Ahora mismo, si todo ha sucedido como uno esperaría del rechazo de la persona que amas, de seguro es que tendrás el camino libre. Si algo ocurriese, yo me haré cargo en su momento. Puedes contar conmigo para ese trabajo – aceptando la despedida –.
- Eres realmente alguien increíble, Itsuki.
- Oye... soy lo que soy ahora gracias a ti. Así que mejor ve apresurándote. No querrás que ella se aleje demasiado.
- Sí... - sonriendo – Aun no se ha acabado – dijo último antes de retirarse –.
- Buena suerte... Fuutarou-kun.
Recobrando la fuerza de voluntad, Fuutarou, saliendo de una de las tantas habitaciones, se dirigía en búsqueda de aquella chica problemática llamada Yotsuba. Aún si se la encontrase y mantuviera su decisión anterior, él lo aceptaría y seguiría avanzando. Y bajo la protección de Itsuki, de seguridad, su confianza era irreconocible, especialmente tratándose de una oportunidad única.
Corriendo hasta rodear toda el área de la preparatoria, Fuutarou no se rendiría hasta encontrarla y decirle una vez más lo que sentía por ella. Y, a pesar de su limitada condición física, la determinación de tan solo querer tomar su mano una vez más, era suficiente para aguantar el calvario que estaba sintiendo. El dolor por sentir lo inalcanzable se estaba esfumando bajo una delgada brisa de esperanza y magia que reflejaba en sus ojos.
- "¿Qué es esto? No me siento preocupada. Tampoco siento tristeza. Debe ser porque aplique lo mismo que dije... Ya debo haberme esforzado lo suficiente. Ya lo dejé ir. Eso es lo correcto." En verdad, espero que tengas buena suerte tratando con ella, Uesugi-kun.
Volviendo al lado de Nino, teniendo a su hermana acorralada bajo la presión de la verdad, era que Yotsuba no dejaba de balbucear o decir excusas para no aceptar lo que podía ganar. Su felicidad había llegado a un punto sin retorno, en donde su relevancia no importaba, más bien, prevalecía la de sus hermanas por encima de ella. Sin embargo, con esa intercepción, Yotsuba no podía pensar con absoluta claridad. Poniéndose en duda de lo que hizo si era realmente lo correcto o no, aquel vórtice de desorden en su interior era una pequeña pizca de lo que era ser ella misma. No por nada podía llegar y aceptar esos sentimientos retenidos por más de cinco años, no.
- Yo...
- Vamos, no puede costarte tanto admitirlo – derramando lágrimas –. Son el uno para el otro, Yotsuba. ¿Por qué no lo puedes comprender?
Viendo como aquellas lágrimas se desbordaban por la mejilla clara de su hermana, era precisamente por esa angustia, esa culpa imaginaria que le hacía imposible aceptar lo que puede ser. Aun si hubiera hecho el mismo esfuerzo que las demás, no sería lo correcto. Tener entre brazos al hombre que siempre amó, teniendo en un lado toda la tristeza de derrota de sus hermanas, era una resolución que no quería aceptar cuanto quisiera. La simple idea de verlas sufrir para poder permitirse ser feliz era egoísta desde su punto de vista. Pero la ley de la vida era así. No importaba cuanto tratase de escapar de la verdad, siempre, no importa cuánto demorase en cumplirse, su destino vendría a por ella, todo para reclamar lo que una vez le fue entregado y guardado. El corazón indeciso era un precio a pagar por todos los años de frustración y corrupción.
- ¡Las cosas pueden ser diferentes! ¡Sólo deja de reprimirte! ¡¡Yotsuba!!
- Yo... ¿tengo permitido recibir este regalo?
- Ah – notando después de suplicas un rayo de esperanza –. ¡Claro que puedes! Siempre pudiste. Yotsuba, déjamelo a mí.
- Fueron muchos años... - llorando sin desdén –.
- Lo sé.
- ... Pero si acepto, todas ustedes serán infelices. Yo quiero que todas sean felices con Uesugi-san.
- Lamentablemente, no se puede.
- Quiero que todas encuentren felicidad.
- Sí. Lo sabemos.
- Quiero que vivan alegres. Quiero rían. Quiero que expresen su amor.
- Sí.
- Yo... yo... - con un nudo en la garganta – Quiero ser feliz con Uesugi-san.
- Entonces, Yotsuba, dime... ¿Lo amas? ¿Abandonarías todo para estar con él?
- Nino... yo...
- Tranquila.
- Sí. Quiero vivir con Uesugi-san.
- Eso está más que bien. Sé feliz. En nombre detu hermana mayor, yo, Nakano Nino, te libero de esa prisión en la que hasestado todo este tiempo.
Buenos días/tardes/noche. Aquí tienen la segunda parte del anterior One-shot. Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice al escribirlo.
La verdad es que esto me pareció bastante complejo, y no lo digo por los diálogos, lo digo por el sentimiento que intenté transmitir en estas palabras. Espero de corazón haber llegado allí.
Tan solo falta la última parte de esta mini-historia y llegará a su final. Espero cumplir con sus espectativas.
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