No fue mucho el tiempo que estuviste allí, conmigo. Pero, incluso con el breve tiempo que compartimos uno al lado del otro, lo volvería a repetir.

Siendo nuestro último festival como estudiantes de tercer año de preparatoria, tú, a pesar de la presión que te imponían en la realización y organización de cada evento, realmente te esforzabas por cumplir con sus expectativas...

Siempre hubo palabras que alguna vez quise dedicarte, que quería que escucharas de mí. Sin embargo, conforme pasaban los días, las semanas, los meses, aquellas palabras que guardaba especialmente para ti, simplemente perdían su valor cada vez que oía como otra persona, sin titubear, te las decía.

Aquellos sentimientos que experimenté hace tanto tiempo por primera vez, aún siguen latentes. Incluso si no fuera el momento oportuno para confesártelo, con tal de poder ver tu reacción hacia la chica que siempre tuviste enfrente de ti y que ahora confesaba su amor más profundo y sincero, me 'pregunto, ¿Cómo reaccionarías? Era algo por lo que ya no tendría que esperar.

Increíblemente, casi dos años pasaron desde nuestro primer encuentro. Mientras más te veía, más lograba apreciar tus verdaderas fortalezas. Y cuando llegó aquel día en que nos contaste tus motivaciones, el impulso por el cual te esforzabas el doble que los demás, no pude hacer nada más que agachar mi cabeza. Incluso en la actualidad, aun cuando debí de avanzar y olvidar aquella chica que conociste hace seis años, la pregunta de cómo sería esa persona si nunca te hubiera abandonado y siguiera a tu lado, tú... ¿nos habrías tomado en cuenta, o simplemente abandonado?

Tantas noches que pasé sin dormir por la envidia y tristeza de saber que ya tenías a alguien especial, y que además esperabas por ella, ¿Cómo se suponía que debía de afrontar eso?

Pero... aun cuando mis ánimos por siquiera conseguir una pizca de esperanza en esta batalla de amor se incrementaban, inesperadamente había aparecido ante ti. El ambiente que podía presenciar en el festival en medio de la noche, como lo era tradicionalmente, con la experiencia de vivir el mismo festival en todo su esplendor por la minuciosa preparación y dedicación que pusiste en cada uno de los detalles, sin dejarme corresponderte un saludo, simplemente me invitaste a dar un paseo por cada una de las instalaciones.

Ese día, mientras caminábamos tranquilamente por los alrededores, tú... me dijiste algo, ¿verdad? Aun cuando era algo importante de recordar, por más que traté de encontrar la respuesta aquel día mientras veía tu expresión, con la decepción siguiente que luego pude notar en tus ojos, sabía que había cometido un error. Sin embargo, a pesar de haber fallado en algo tan simple, tú, seguiste aconsejándome hasta el final.

Fue en ese entonces que, espontáneamente, las palabras salieron con naturalidad.

Recordando, realmente no tenía idea de lo que era exactamente el amor en sí, sin embargo, con cada lección que nos dabas, con cada enseñanza que lograbas que aprendiéramos, en ese instante cuando te vi directamente a los ojos y pude ver cuan iluminado estaban por nosotras, no pude evitar sentirme complementada. Y, aunque no fuese la gran cosa, aquel día había decidido ser perseverante gracias a ti.

Entonces... simplemente ocurrió.

Mientras que todos estaban observando con gran determinación y tristeza por el porvenir de una nueva etapa, las palabras de declaración salieron de mi boca.

- Fue bueno haber podido compartir estos momentos a tu lado, Fuutarou – dije con una sonrisa –.

- Miku...

- Lamento no haberte podido entender cuando me hablaste. Y entiendo que no puedas encontrar otro momento oportuno para contármelo, pero ahora... justo ahora, quiero que tan sólo me mires a mí. Ahora y después de este día, Fuutarou, quiero que tengamos todo el tiempo del mundo, solo nosotros dos. 

No pude darme cuenta inmediatamente, pero... cuando recuerdo aquella ocasión, tan sólo pareciese haber sucedido hace unos pocos días. Y mientras mis palabras salían, extrañamente, la expresión neutral de Fuutarou... había cambiado un poco. Aunque fuese sólo un instante, Fuutarou tenía una leve sonrisa.