Parte 2
Los sonidos de golpes húmedos llaman la atención desde una alejada parte de un gran edificio, más específicamente una escuela secundaria. El apartado lugar brilla poco en el edificio vacío y oscuro, y aun tan silencioso los sonidos no estarían a disposición de cualquiera, a menos que estuviese muy cerca.
Aun en los pasillos todo es oscuridad, pero en los casilleros junto a las duchas la luz llega al lugar por un pequeño espacio de una puerta mal cerrada y débiles murmullos de una voz femenina se escuchan de vez en cuando, siendo lo más sobresaliente para los oídos la caída de agua.
Cuanto más cerca se está, se distingue algo. El vapor inunda todo, pero las paredes blancas con sus azulejos parecen seguir igual y entre la música del agua cayendo se diferencia más esa voz. Estando tan cerca que nadie lo notaria todo cambia para el espectador, la voz es implacable con sus gemidos y unos roncos suspiros se diferencian entre ese apartado musical que dejan los alaridos de una peli castaña con los ojos cerrados, mientras apoya su cabeza en el hombro de su amante y sus manos rascan desde el centro hasta los costados, la espalda del que la sostiene.
La cabeza de la chica se acerca al del chico, sus labios se mueven mientras su cabeza asiente con rapidez. De pronto el peliblanco deja de moverse mientras empuja sus caderas en un último movimiento, el grito de la chica no se hace esperar; sus parpados que estaban sellados todo este tiempo se arrugan en un gesto y su boca se calla mordiendo su labio.
Sus cuerpos reaccionan en sincronía, mientras las caderas del chico siguen empujando; como si trataran de ir más allá, en un afán de ayudar sus pies se ponen de puntas. Pero es imposible, solo acorta el espacio entre la espalda de su mujer y los azulejos.
El encuentro entre su piel y la pared suelta un ruido húmedo, hecha su cabeza para atrás mientras todo su cuerpo se tensa. Sus piernas que atrapaban al peliblanco y atrapadas a su vez por los brazos de este; se estiran hasta totalmente.
Sus cuerpos no aguantan, toda la energía se les va, ahora el sonido del agua de la regadera hace combinación con ahogados jadeos que llegan solo hasta los oídos de cada amante.
El albino va soltando una pierna, sus caderas antes quietas se mecen. Aprovecha para besar el cuello de su pareja cuando esta ladea la cabeza, su mano libre se pasea por la estrecha cintura de la hermosa mujer hasta llegar a sus senos, los rodea… moldea sus manos para estos y también los aprieta un poco. Sus dedos llegan hasta sus pezones cafés, pellizcándolo y haciéndola gritar.
Su boca baja desde su cuello, deja besos en este, en su clavícula y su mano se aparta para dejar paso a sus labios. Pero quiere más, necesita más, su mano se apresura a tirar de su top que se sujetaba solo alrededor del cuerpo de la peli castaña. Sus manos tiran una vez, y otra más, pero sigue sujetándose de los otros costados de la adolecente, no tarda en ir hasta su espalda y tirar también, luego la rodea hasta llegar al lado izquierdo y vuelve a tirar, por fin el top se suelta y queda al nivel de la cintura. Su brazo que contorneaba su cintura la presiona con fuerza contra él, su boca aprovecha el festín de aquel pecho desnudo, los succiona, los lame, deja pequeños besos o incluso los muerde un poco y el premio a su crapulencia son los jadeos que llegan a su oído. Detiene su deleite únicamente para ver su trabajo, su mueca vacía se vuelve una sonrisa al verlas mejillas rojas en su pareja y esos corta respiración en ella, su ojos se posan sobre aquellos senos redondos frente a él, no son grandes pero no le importa, no los necesita, son redondos perfectos de tamaño mediano y con escasas pecas que los decoran por encima. Es casi un fetiche para el albino quien disfruta más al verlos con pequeñas gotas que resbalan dándole una imagen de melones jugosos. Sus labios rodean aquel pezón y lo succionan con fuerza, el albino disfrutaba de una gran fantasía.
Se apresura a bajar la otra pierna y agarrado de su cintura la voltea y somete contra la pared. Agarra su hombría y la frota con la intimidad de la pecosa y con su falo aprovecha para abrir un poco los labios de su acompañante: es húmedo y cálido. La peli castaña se mueve contra él, pero los dedos en su piel la detienen. El la ve, el cuerpo de ella prácticamente lo está rogando, aun así, solo se limita a rozar ambas partes, se queda quieto un momento y acerca su boca a la oreja de ella, parece susurrarle algo que no se logra escuchar, por otro lado, la respuesta fue un grito muy parecido a una súplica, la sonrisa en él lo decía todo, lamio un poco el lóbulo y se retiró. No solo lo pide con sus ruegos, su cola se menea de un lado a otro rozando la vara del albino, este le agarra fuerte, sus dedos bajan y estrujan los modelados muslos frente a él.
En un movimiento rápido entra, la chica bota su cabeza para atrás mientras suelta un gran alarido. El albino vuelve a salir por completo y entra en un movimiento de nuevo, lo hace una y otra vez, el cuerpo de su compañera se sacude cada que lo hace y el sonido de sus caderas azotando el trasero de su mujer eran callados con los gritos que esta soltaba. Los movimientos se vuelven menos lentos mientras agarra las dos coletas de su compañera para traerla más a él, no se molesta en lastimarla los gritos que ella suelta solo hacen que se apresure, su otra mano le da una fuerte palmada haciendo que su mano se grave en la piel de la pecosa. Ayudado de su agarre hace que ella se acerque para besarla, silenciando sus gemidos.
La suelta, ahora con sus dos manos la agarra de su cadera: sus brazos se quedan quietos y cada arremetida la hace con más potencia. Aunque no deja que las posaderas de la joven se muevan, toda la potencia se transmite agitando el cuerpo de su acompañante. Echa su cabeza para atrás mientras se concentra en lo cálido que siente cada vez que entra, las paredes que rodean a su amigo incrementan su presión con cada estocada, los gemidos lo excitan más y sabe que no aguantara por mucho tiempo.
La peli castaña alza las manos para apoyarse un poco en la pared, aun así cada entrada del albino la menea un poco haciendo rozar los azulejos con sus pezones. Su cuerpo se llena de éxtasis al sentir que algo se aproxima, su cuerpo reacciona y se pone de puntas elevando su trasero.
El albino se dejó ir por completo mientras aún seguía con sus arremetidas, solo se detuvo hasta que escucho ese chillido tan delicioso de su pareja. Con su último esfuerzo entro cuanto pudo y la alzo unos pocos milímetros sobre el suelo, dejo salir un gran suspiro cuando termino de correrse. Salió de ella y esta se desplomo, aun con ciertos espasmos. El viscoso liquido se derramaba de su feminidad, siendo esparcida por el agua que les caía a los amantes en su momento que debería ser íntimo, pero al momento de voltear y aun de rodillas la peli castaña vio que no era así.
—Ven… .—le hablo. Su dedo también hizo la invitación.
El albino que veía a Lynn luego volteo y abrió los ojos por completo.
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Es corto y esta 2/3 pero ya es algo, no?
Espero les guste. Y adivinen quien estuvo observando todo?
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