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Nuestro pecado

Contenido: Sexo

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Narra Damon  Salvatore

Esta bien tener todos estos pensamientos tan vulgares, estos pensamientos donde me imagino a la hermana de mi novia Elena, pensar en ella en cómo bésala cómo hacerla gemir y llorar de placer, imaginarme sus besos y sus caricias, esas manos tan delicadas tomando mi enorme polla para después llevárselo a su boca, no puedo evitar llevar mi mano a mi entrepierna y desabrocharme el cinturón donde rápidamente sacó mi polla, y me empiezo a mesturbar imaginándome a ella montada en mi.

—Oh, T/N— gimo tirando mi cabeza hacia atrás y moviendo mi mano con rapidez, se que esto está mal pero no pudo evitarlo.

En unos movimientos más me corro gimiedo y gruñendo el nombre de mi cuñada, me vuelvo a poner los pantalones y salgo de mi habitación, y voy a la habitación de T/N.

—Hola Damon!—dice una vez que me dio permiso de entrar a su habitación, ella esta vestida con una remera que le llega hasta los muslos se ve tan hermosa y sexy—Que te trae por aquí?—me dice con una sonrisa para nada inocente.

—Quiero hacer algo que tu y yo queremos—dije acercándome a ella, iba a decir algo que la calle con un beso llegó de lujuria y pasión, la acuesto en la cama donde tomó sus manos y las pongo en sima de su cabeza.

—Da-damon—gime al besar su cuello ella enrosca sus piernas en mi cintura y une nuestras intimidades haciendo que suelte un gruñido.

Con una le arranco la remera dándome cuenta que solo tiene sus bragas, rápidamente llevo mi boca a unos de sus pesones y los empiezo a chupar me siento orgulloso al escuchar sus suspiros y gemidos, me separo de ella para poder sacarme mi pantalón y bóxer dejando al descubierto mi enorme polla.

—Eso no me va entrar—dijo mirando mi pene con asombro y un poco de miedo, suelto una pequeña carcajada y ella me mira mal.

—Claro que va a entrar princesa— dije lo último en español, ella me mira a los ojos para abrir las piernas, me pongo en medio de ellas y con cuidado entro en en ella.

—Oh Demon!!—dijo entro jadeos tirado su cabeza hacia atrás, una vez que entró todo en ella espero un rato para que pueda acostumbrarse al tamaño de mi pene, unos minutos después ella empieza a mover sus caderas indicándome que me mueva, cosa que hago.

—Me encantas T/N—dije entre gruñidos y gemidos, ella me besa mientras que la penetro más rápido y duro, sus gemidos son música para mis oídos.

Siento como estoy por correrme y parece que T/N también ya que me pide que lo haga más rápido, la penetro más fuerte para después de unos minutos corrernos los dos, gritando y gimiendo el nombre del otro, salgo de ella para acostarme a su lado y rodearla con mi brazo su cintura y pegarla  a mi pecho.

—Este es nuestro pecado, linda—dije susurrándole al oído ella solo asintió para quedarse dormida en mis brazos, no me arrepiento de nada.