Tokito Twins
Una revancha
Tomillo siguió golpeando en saco de boxeo mientras el sudor aperlaba su cuerpo, sus ojos feroces color dorado miraban aquel saco de boxeo deforme por sus golpes y gruñó molesta, mirándolo casi asesinamente, nuevamente rompía otro saco, tendría que arreglarlo nuevamente.
—Tomillo, el torneo es en dos horas más, recuerda que tenemos que tenemos que tomar el bus una hora antes —habló un castaño acercándose a la chica, mirándola desde la puerta.
—Bien —habló la mujer gruñendo levemente y golpeó el saco de box una ultima vez para tomar una toalla a su costad y ponérsela en el cuello mientras tomaba agua como desesperada.
—Te dije que dejaras de entrenar —el castaño rodo sus ojos con fastidio, pero con una sonrisa.
—Si, si y también comiste chocolate anoche —habló sarcásticamente la mujer y el hombre soltó una risita.
—Comí antes de anoche —rio levemente.
—Pero no anoche —apuntó la mujer.
—Touché —rio el hombre—. Ya, vete a bañar que apestas a sudor.
—Me amas, yo lo sé —rio le mujer levemente.
—Me sorprende como eres "amable" una vez nos conoces, realmente asustas las primeras veces —rio el hombre.
—Quieres que te parta tu madre —habló fríamente la mujer.
—A eso me refiero —señaló esta vez el hombre—. Ya, vete a bañar de una vez, fea cochina.
—Fea cochina tu abuela, puerco —habló la mujer y señaló a las mujeres detrás de él, rápidamente el castaño salió corriendo avergonzado.
Dos horas pasaron y la mujer miraba neutramente el lugar, ahí sería su "campo de batalla" en donde los de primaria se enfrentarían a los de secundaria, Tomillo entrecerró sus ojos levemente cuando recordó que escuchó como ese año se habían unido un par de gemelos, supuestamente eran unos genios, pero apenas escuchar el apellido "Tokito" bufó, uno de los once apellidos de los magos más ricos.
Como mujer lobo, Tomillo tenía una personalidad feroz, pero leal hasta el hueso y su lado animal le daba ciertas ventajas muy beneficiosas en deportes rudos como los que ella hacía, su cuerpo estaba levemente tonificado y tenía un abdomen marcado al igual que sus brazos y piernas, podía correr grandes distancias a gran velocidad sin cansarse y derribar incluso árboles con su fuerza propia, sus mandíbulas eras extremadamente fuerte y podía desgarrar cualquier tipo de carne si así lo desase y su olfato era extremadamente agudo al igual que su audición.
Aunque Tomillo tuviera todas estas ventajas, nunca descuidaba su entrenamiento y entrenaba como desquiciada, siendo la que más fuerza tenía del equipo y motivándolos con su extenuante y arduo entrenamiento infernal, obviamente si veía que alguien se le acercaba en ritmo, orgullosa como mujer loba, ella multiplicaba la dificultad de su entrenamiento por tres y a chingar al que intentara superarla.
—Está muerta, nadie puede enfrentar a los gemelos —habló un estudiante y la mujer sacudió su nariz con desagrado.
—Mejor dicho, su equipo, están acabados, hasta aquí llegaron sus orgullos e integridad —la mujer afieró sus ojos, podrían meterse con ella, pero con sus amigos no.
—Los destrozaré —habló la mujer interrumpiendo la conversación de los de primaria tensándolos, su voz había sido extremadamente fría y sus ojos detallaban salvajismo—. ¿Acaso los humitos se le subieron a la cabeza? Recuerden que solo son un par de mocosos, fetos pubertos —bufó sarcásticamente la mujer y terminó con una sonrisa sádica.
El partido empezó en unos minutos, su equipo iba perdiendo y la mujer estaba como la fuera que era recriminándole al entrenador porque no la sacaba al campo, al final dos de sus compañeros terminaron lesionados y el entrenador frunció su ceño.
—Escúchame Tomillo, no te saqué antes porque eres una salvaje, quizás les rompas unos huesos y tu temperamento es malo, pero ahora estamos en crisis. No los mates —habló el hombre seriamente y con los dedos en el puente de la nariz.
—No los mataré —habló con una sonrisa la mujer—. Solo los torturaré —habló la chica fríamente.
—¡Tomi...! —ni terminó de hablar cuando la mujer había salido al campo.
Cuando la mujer entró en escena, su equipo rápidamente recobró el espiritó y aullaron todos juntos, la mujer levantó unos de sus brazos, los cuales estaban vendados desde los nudillos hasta los codos y miró sombríamente a los de primaria, algunos retrocedieron por instinto.
La mujer había sido feroz, una audacia de zorro y una brutalidad como lobo hambriento, las estrategias del chico zorro cambiante los ayudaron y rápidamente empezaron a aplastar al otro equipo, los gemelos Tokito estaban frustrándose más y más, mirando como la mujer daba ordenes como genera y los restantes recataban como soldados en guerra, los de segundaria emitían un aura animal fuerte, como si se estuvieran enfrentando a una quimera, un monstruo o un gran dragón negro.
Al final, los de primaria terminaron perdiendo aplastantemente y los gemelos terminaron con moretones en los brazos junto con dos chichones cuando sus cabezas chocaron contra la del otro, la mujer había hecho que todo pareciera un accidente, haciendo que el arbitro ni siquiera pusiera una sensación o algo.
Avergonzados y llenos de rabia, como si fueran niños pequeños fueron donde la mujer para pedir una revancha, pero la mujer los miró como en todo el partido, frívolamente escupió palabras sarcásticas y se negó a verlos mientras se iba con la cabeza en alto y su equipo la seguía.
Tomillo miró con fastidio por decimo quinta vez como los gemelos aparecían nuevamente frente a ella retándola a un nuevo enfrentamiento, la mujer intentó no poner sus ojos blancos mientras escuchaba algunos coqueteos de los azabaches, algunos muy desubicados y al final sonrió sarcásticamente, les sacudió las cabezas, dio un pequeño coqueteo y los dos gemelos de cara guisa terminaron sonrojándose hasta las orejas, volviéndose un ovillo en una esquina del pasillo, tomillo se fue junto con sus amigos ignorando a ambos hombres que le coquetean constantemente.
Los Tokito inicialmente empezaron con provocaciones como bromas o algunos insultos, pero al ver que no surtían efecto alguno en la chica la cual seguía con su estoica cara indiferente, como si fuera un madero de diez mil años, los gemelos se rindieron hasta que cayeron en cuenta cuando vieron a la mujer sonrojarse por un coqueteo obsceno y el hombre que lo pronunció terminó con la cara estampada contra la pared, desde entonces decidieron hacer provocaciones coquetas que al final si sacaban distintas reacciones en la mujer, obviamente a veces recibían golpes, pero no lo que originalmente quería; su revancha.
Al final, les cayó la cuenta y sus coqueteos se invirtieron, al final terminaron enamorados de la misma mujer la cual casi quería estrangularlos por idiotas.
—¿Qué sucede, les comió la legua el ratón? ¿O el gato los devoró? —rio perversamente la mujer sobresaltando a ambos hermanos que la miraron con un leve sonrojo, luego cambiaron sus caras a las de siempre.
—¿Acaso quieres ser el ratón al cual devoremos? —atacó de inmediato Yuichiro.
—¿O quieres ser el gato para sabrosearnos? —preguntó Muichiro.
—Quiero ser el perro rabioso para matarlos —sonrió sádicamente la mujer y aplastó las cabezas de ambos gemelos.
—Ugh siempre aprovechándote de tu altura —bufó Muichiro.
—Cuando seamos más altos te humillaremos —bufó Yuichiro.
—Claro, claro, los enanos humillarme como lo hicieron en el partido de hace meses —bufó la mujer divertida, entonces pasó sus brazos por los cuellos de los chicos y los pego a ella, ambos se sonrojaron levemente por sentir el busto de la mujer contra sus rostros— ¿Qué cuentan? ¿Alguna belleza que los haya seducido y yo se las pueda robar? —preguntó la mujer— ¿O algún princeso al cual pueda someter?
—Sigue intentando, perra —hablo Yuichiro.
—No soy una perra, soy una loba y esto te mata —habló la mujer con egocentrismo.
—Si hay una —contestó Muichiro y Yuichiro se sobresaltó, mirándolo asesinamente.
—¿Cómo es? —preguntó con su sonrisa canina.
—Es alta, es guapa, altanera, orgullosa, fría y sarcástica —continuó el menor posando una de sus manos en la cintura baja de la chica.
—Uh, parece que me caerá bien, quizás sea mi alma gemela —se burló la chica.
—Es fiera con todos, pero en realidad tiene un humor agrio pero divertido sin entiendes la oscuridad de sus palabras, es divertida —confesó Yuichiro mirando como su gemelo hacía el primer paso, él no se quedaría atrás también puso su mano en la cintura baja de la mujer.
—Vaya, vaya, se me hace que nos amaremos muy bien —rio la mujer— ¿Quién es esa chica?
—Agáchate un poco —habló Yuichiro y la mujer asintió—. Ella es...
—Tú —murmuraron ambos a la vez y bajaron levemente su mano haciendo saltar a la mujer la cual se sintió abromada cuando ambos menores le tocaron el trasero.
—¡Mocosos sin vergüenza! ¡No toquen a sus mayores como si nada! —gritó avergonzada la mujer mirándolos de frente mientras se tapaba el trasero con las manos.
—Vamos Tomillo, danos una oportunidad —habló Muichiro acercándose a paso lento.
—No somos feos ni malos, podemos complacerte en lo que quieras —siguió Yuichiro.
—¡M-mocosos irresponsables! ¡S-son menores y son dos! ¡M-me niego! —habló la mujer retrocediendo.
—El poliamor fue aceptado hace diez años —habló Yuichiro.
—Aparte solo eres dos años mayor que nosotros —habló Muichiro, la mujer seguía retrocediendo mientras miraba a ambos gemelos acercársele.
—¡No! —chilló la mujer, al final no pudo retroceder más y terminó cayendo en un lago, los tres estaban en el patio— ¡Imbéciles! ¡Miren que por culpa de sus idioteces ahora estoy empapada!
—... —ambos hermanos se miraron entre si y luego se acercaron a la mujer la cual maldecía diez mil veces, al final la chica fue sorprendentemente besada por un par de labios y otro par le besaba el cuello mientras que la mano de Yuichiro sostenía una de las suyas y la otra era sostenida por Muichiro.
Ambos gemelos sonrieron dándose cuenta de que la mujer no se negaba a sus besos ni caricias, entonces Yuichiro dejó de besar su cuello para concentrarse en sus labios, Muichiro abandono los labios para besar la parte del cuello que su gemelo no había besado y dejar pequeñas marcas.
—¡Eso si que no! —gritó la mujer separándose de ambos cuando los gemelos iban a bajar mucho más allá de lo permitido, inconscientemente se le salieron las ojeas y cola de lobo, ambos hermanos sonrieron levemente y acariciaron sus extremidades, haciendo que la mujer terminara en el suelo con el trasero levantado buscando más roce en su colita y apoyara su cabeza en las palmas del gemelo mayor que acariciaba sus orejas peludas.
—Buena chica —Yuichiro palmeó su cabeza tres veces y la mujer dejó su estado sumiso y se dio cuenta de la situación.
—¡No soy un puto perro! —gritó la mujer mostrando sus colmillos, utilizó unos de los hechizos de viento para secar su ropa y luego utilizó un hechizo de teletransportación y se fue a su habitación en donde los gemelos no podían entrar por un sello mágico que impedía a los hombres utilizar magia en ese sector o siquiera entrar a su cuarto.
Al final se volvieron una extraña pareja de tres.
Lastimosamente, los gemelos no pudieron superar esos 1,85 cm de altura ni su entrenamiento bestial.
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