Yūzā era un manojo de nervios mientras estrujaba el pañuelo rosa pastel en sus manos, llevaba una falda negra con corazoncitos con unas calcetas negras cubriendo hasta un poco más arriba de la rodilla, llevaba puesta una camisa blanca con botones amarillos y redondos, sus botines cortos tenían un taco haciendo relucir la belleza de sus largas piernas y una chaqueta rosa pastel con pequeñas corbatas negras que la decoraban

La chica estaba nerviosa hasta la médula, tenía un fuerte sonrojo en sus mejillas mientras miraba el suelo, al principio había actuado como loca cuando su amiga le dijo que le había preparado una cita a ciegas con un chico que obviamente no conocía, rápidamente le gritó, se negó e incluso golpeó suavemente a su amiga por tan maquiavélico plan de emparejarla con alguien, mientras daba rotundos no, su mejor amiga insistió tanto y ni siquiera la dejó dormir hasta que por fin aceptó

— Oh, vamos amiga, estás preciosa —habló la chica divertida—. Si no fuera porque me gustan los chicos, seguro que te daba toda la noche y no consejos

— Imbécil —soltó Yūzā negando suavemente, solo quería que terminara rápido para ir a su casa y volver a ver anime y realizar sus tareas

— Tranquila fiera, si con las chicas eres el alfa, con los chicos la omega —rio divertida la muchacha

— Si no quieres que te cierre la boca a puñetazos, será mejor que te calles y me digas donde aparecerá ese chico junto con sus descripciones —gruñó Yūzā asesinando a su amiga con la mirada, podría ser ruda con ellas, pero todo si circulo de amigas sabía que solo era un pequeño flan, super extra dulce que si se trataba de protegerlas se volvía en un mar de golpes, aparte de que era la más alta con sus uno setenta y seis

— Bien, bien, usted manda, Yūzā-sama —se burló la chica—. Veamos, es alto, mide uno ochenta tiene una cicatriz recorriendo su rostro y tiene los bordes de la cabeza rapados

— ¿No me emparejaste con un hombre malvado verdad? —preguntó la chica sabiendo perfectamente el mal gusto de su amiga la cual siempre terminaba con un novio Toxico al cual ella tenía que pegarle una patada directa en la raja para que se dejara de molestar a su amiga

— Bah, esos me los dejo para mí —habló la chica moviendo su mano de un lado a otro—. El chico que vas a conocer es un amor, solo que pone caras raras si te le acercas mucho

— ¿Qué? —preguntó la chica

— Ah, ya lo vi. ¡Hasta la próxima! —gritó su amiga y sacó su skate para poder subirse en este e irse lo más rápido posible, no quería que Yūzā la matara de un puñetazo

— E-eh... ¿T-tú eres Mei Yūzā? —habló un chico alto a su lado, era tan solo cuatro centímetros más alto que ella

— S-si —asintió sonrojada la chica y estrechó su mano con el chico— ¿Cuál e-es tu nombre? Mi amiga n-no me lo dijo —Yūzā estaba temblando de nervios, ¡Jamás había tocado a un chico que no fuera para patearlo! Su familia era exclusivamente de mujeres a excepción de su hermano mayor el cual dijo "nos vimos" y se fue para nunca volver desde hace tres años

— ¡Genya! S-Shinazugawa Genya —habló suavemente el chico sobresaltándose la primera vez

Ambos estuvieron en un silencio tenso y nervioso hasta que la chica rio levemente mientras un perro pasaba por entre sus piernas, ella lo acarició tiernamente y el chico soltó una pequeña risa enternecido por la imagen, aunque estaba sonrojado hasta las orejas

Lentamente ambos empezaron a caminar sin rumbo y con el paso de los minutos comenzaron a hablar hasta que pasadas unas horas en donde comieron algunas golosinas de por medio, se dieron cuenta de lo iguales que eran, paulatinamente el ambiente tenso se volvió tan suave como la caricia de una madre cariñosa a su pequeño recién nacido, ambos se miraron con sonrisas en sus ojos y rieron levemente mientras veían el atardecer sentados en un lago mientras los patos se comían el cono de helado que se les había caído

Ambos intercambiaron números y al llegar a sus casas empezaron a mensajearse, las horas se volvieron días y los días meses, sin darse cuenta cuatro meses habían pasado desde que se conocieron y no se habían vuelto a ver desde la primera vez, dando como resultado una larga amistad por línea que ellos supieron cómo mantener con vida

— ¡Quítate animal! —gritó Yūzā molesta mientras pateaba a uno de los ex que tenía su amiga el cual estaba intentando volver desesperadamente con su mejor amiga

— ¡Deja de joder! —gritó Genya a Inosuke haciendo que este inclinara su cabeza hacia abajo ya que constantemente le estaba pidiendo pelear

— Idiotas —hablaron a la vez y fueron a comprar un pan de melón, sin darse cuenta que estaban el uno al lado del otro hasta que le dieron su pedido

— ¿G-Genya-kun? —preguntó sonrojándose hasta las orejas Yūzā

— ¿Y-Yūzā-chan? —preguntó sonrojado como manzana, Genya

— Apuesto cinco a que son tal para cual —habló la mejor amiga de Yūzā mirando como ambos chicos empezaban a tartamudear sonrojados apretando la bolsita del pan de melón

— Diez a que se hacen pareja —habló Zenitsu mirando como esos dos tomates apenas hablaban entre sonrojos y humos

— C-chicos, no deberíamos apostar con eso —habló nerviosamente Tanjiro

— ¡Veinte a que se han estado hablando por celular y ahora no tienen cara para verse! —gritó Inosuke mostrando su dinero

— Ah, qué más da —suspiró rindiéndose Tanjiro—. Veinticinco a que en menos de cuatro meses se vuelven pareja y que se vengarán de ti —habló Tanjiro mirando a la chica que provocó que esos tomates se conocieran

— ¿De mí? —habló ofendida— Me ofendes muchísimo Tomanjiro, me ofendes muchísimo

Los cuatros realizaron esa apuesta sin ver como ambos nerviosos hasta la médula, se tomaron de la mano y se cubrieron el rostro mientras se iban a otro lugar. Genya estaba temblorosos por tener a una chica a su lado y Yūzā en una crisis existencial por sostener suavemente la mano del chico, ambos eran un lío de sonrojos

— Hey, Sanemi, ¿Ese no es tu hermano? —preguntó Uzui mirando al azabache tomado de la mano de la chica

— ¿Mm? —preguntó frunciendo el ceño y luego mostró una expresión de sorpresa, una sonrisa surcó en sus labios— Ja, conque era ella con quién hablaba todas las noches y gritaba

— ¿Qué? —preguntó Uzui desconcertado

— Metete en tus asuntos —gruñó Sanemi

— A que son parejas

— Serán pareja —aclaró el albino y se metió a la sale de profesores

Rápidamente pasaron tres semanas y era imposible ver a Genya sin Yūzā o a Yūzā sin Genya, en donde estaba uno, el otra también lo estaba, ya varios rumores de que eran pareja se habían esparcido, pero al ver como los chicos lo negaban -aunque murmuraban que le gustaría serlo- se volvió la pareja más deseada, pero frustrante de la secundaría, no importaba cuanto intentaran emparejarlos ningún plan funcionaba

Genya se había enamorado de todas las facetas de la chica, la ruda mujer que pateaba traseros de los "enemigos" de su mejor amiga y de la tierna chica que se desmoronaba como gelatina en sus brazos, ella era tan tierna e inteligente y hermosa y... y... con solo pensarlo Genya podría estar todo un día diciendo cosas de la chica

Por otro lado, Yūzā estaba igual o peor que el chico, no paraba de pensar en él y su estómago se revolvía una y otra vez al recordar la tímida sonrisa del azabache, él era tan tierno, de vez en cuando le llevaba un bento y él se lo comía con gran emoción, pareciendo un pequeño niño con su comida favorita, otras veces miraba ese lado agresivo, salvaje e impulsivo que tenía de tratar con otros hombres y le encantaba ver como su cara cambiaba de una feroz a un aura rosita si estaba con ella, si se pusiera a pensar sobre el chico no pararía hasta que él estuviera ahí para volverla al mundo

Cuando se volvieron novios, el salón de cada uno casi estalla en llantos de felicidad al ver que sus obtusos compañeros por fin se habían declarado, Yūzā sintió sus piernas temblar cuando sus compañeros de clase la arrastraron al curso de Genya

Genya intentaba soltarse del agarre de sus compañeros y amigos, todo su salón había celebrado cuando Zenitsu gritó que él -Genya- ya era el novio oficial de Yūzā, entonces todos se amontonaron a él cuando la clase terminó y lo forzaron a caminar hasta el aula de la chica

Ambos cursos se miraron con suspicacia y empujaron a los dos chicos como cordero de sacrificio al otro, haciendo que por inercia ellos se abrazaran quedando en una posición romántica, rápidamente los chicos sacaron sus celulares para tomar fotos

— Joder, son el uno para el otro —lloró la mejor amiga de Yūzā

— Y que lo digas, mira esas altas manzanas —habló con gracia otra de las amigas de la chica mirando como ambos intentaban esconder sus rostros en el cuerpo del contrario

— ¡El beso! —gritó Zenitsu— ¡El beso! —siguió y los demás se le unieron, la pareja tembló de nervios intentando soportar la presión de su público y al final se dieron un pequeño piquito

— ¡Eso no es un beso! —gritó la mejor amiga

— ¡Es cierto! —gritó Zenitsu con canas verdes, sus amigos eran o demasiado tímidos o muy estúpidos

La mejor amiga tacleó a la chica la cual terminó por casi caer si no fuera porque Genya la tenía entre sus brazos y la abrazó contra su cuerpo, inclinándose un poco, entonces aprovechando la oportunidad la mejor amiga de Yūzā tomó entre sus dedos el cabello de Genya y bajó su cabeza hasta que los labios de la pareja estuvieran unidos fuertemente, sin poder separarse

Yūzā y Genya estaban sonrojadísimos, intentaron separarse, pero la chica no daba tregua y al final solo les quedó cerrar sus ojos y entregarse al beso

Lentamente la fémina rodeó con sus brazos el cuello del chico mientras él con ambas manos rodeaba su cintura dándole un abrazo y profundizó el beso aún más, ambos muriéndose de los nervios, pero besando suavemente al contrario sin darse cuenta que estaban siendo fotografiados por sus compañeros

— Joder, combinan tan bien que desde cualquier ángulo que le saques foto se ven jodidamente bien —habló la mejor amiga de Yūzā entre lágrimas

Lo que no sabía esta amiga, es que ambos planearon una cita para ella y la obligaron a ir, obviamente Genya sacrificando a Zenitsu el cual era el que planeó su cita con la chica y Yūzā sacrificando a su mejor amiga

Parece que Tanjiro es muy bueno en las apuestas ya que recibió todo el dinero