Shinazugawa Genya
Genya sonrió tontamente mientras pensaba en la chica que le gustaba, no sabía cómo una chica como ella había entrado en lo más profundo de su mente, solo una pequeña ayuda de parte de ella y él quedó completamente cautivado por la chica la cual suavemente le sonrió mientras le tendía un pañuelo para que limpiase su labio ensangrentado
El azabache suspiró distraídamente mientras recordaba que esa vez tomó la mano de la chica la cual lo arrastró hasta su hogar y le ocultó de la pandilla que le estaba siguiendo, para él fue como si un ángel caído del cielo hubiera llegado justo para salvarle, no solo le ayudó, sino, que también le cuidó y trató sus heridas al igual que le preparó comida, cabe destacar que la chica rio suavemente cuando vio como él intentaba mantener la compostura y no volver a pedir otro plato, pero ella vio a través de él y le sirvió más comida
Desde ese día no habían vuelto a tener otra interacción, pero él había quedado profundamente enganchado por ella, desde la distancia la observaba con las mejillas sonrojadas y con la mano en el pecho, mirando como ella sonreía junto con sus amigas las cuales se reían en conjunto a la vez que hablaban de un tema que él no lograba a escuchar
Desde pequeño, el azabache había sido tímido con las mujeres, por lo que ahora tenía un pequeño -gran- problema al hablar con el sexo opuesto, incluso sus amigas más conocidas no eran la excepción para que él intentara escapar entre tartamudeos y grandes bocanadas de aire mientras trataba de concentrarse, realmente no era fácil hablar con las mujeres de su clase
Sus amigos se le acercaron y él no prestó atención mientras su cabeza estaba en la bella chica que le había ayudado aquel desastroso día. Tanjiro fue el primero en darse cuenta de que algo le estaba pasando al azabache, apenas sintió eres aroma singular que traía el azabache se sorprendió y sonrió alegremente, el segundo fue Zenitsu el cual escuchó el sonido desbocado del corazón del azabache, al principio iba a preguntarle si se sentía mal, pero al ver aquellos suaves ojos y esa sonrisa de idiota enamorado entendió inmediatamente la situación, mientras que Inosuke... Inosuke simplemente miró todo preguntándose porque el más alto tenía cara de idiota
— ¿Quién es la afortunada? —preguntó Zenitsu en un tono pícaro
— Mei Yūzā —suspiró en trance, entonces se alteró al procesar la pregunta y su respuesta— ¡N-no! —chilló avergonzado parándose de inmediato
— Oh, no la conocemos, ¿Quién es? —preguntó Tanjiro con una sonrisa suave
— ¡Eso, eso! ¡¿Quién es esa?! —preguntó Inosuke siguiendo la corriente
— ¡Nadie! —el azabache intentó salir corriendo de la situación tan vergonzosa, normalmente daría un golpe para que le dejasen en paz, pero su cabeza estaba tan llena de esa chica que todo le ponía nervioso
El trio se miró cómplice y empezaron a emboscar al azabache el cual se rehusó a habar de la chica, apenas estuvo un poco en sí mismo les dio un zape a cada uno y salió corriendo de sus amigos, luego se escondió en la parte trasera de la segundaria, justo donde las amigas de su amada y ella iban a hablar en los recreos, sabía que sus amigos no lo seguirían allí debido a que no sabían que él se escondía allí en sus momentos críticos o cuando quería ver a su enamorada
Genya suspiró aliviado, pero se tensó al escuchar risas femeninas, inmediatamente su piel se puso de gallina y salió corriendo al escuchar la voz de Yūzā, no podría verla a la cara por lo idiotamente enamorado que estaba de ella. Un pequeño sonido de desilusión escapó de sus labios y fue a su salón escondiéndose de sus amigos y tomó uno de sus cuadernos junto con una goma y un lápiz grafito
Sentado a la distancia de la chica amada, él empezó a escribir notas en su cuaderno, sí, ella le había distraído tanto, cautivado de tal manera que necesitaba expresarse de una manera, y esa era escribirle cartas que jamás le entregaría, la amaba, la amaba demasiado profundo como para aceptar ser rechazado nuevamente, porque sí, Genya ya había sentido esa cálida sensación en el pecho unas cuantas veces antes, pero siempre le rechazaban de la peor manera
Por su aspecto, la cicatriz en su rostro, su mirada afilada, los rumores que corrían por la preparatoria, su lenguaje brusco o incluso debido a que peleaba de vez en cuando, todo debido a que o se metían con él, sus amigos o alguien que sea más débil que los agresores, no era un héroe ni mucho menos, solo que no soportaba lo absurdamente estúpidos que eran esos bastardos sin vergüenzas para acosar a alguien más bajo que ellos o por ser diferentes
Una sonrisa tonta nuevamente se formó en su rostro y el timbre sonó, el ultimo punto en su libreta y se levantó sacudiendo la tierra de sus pantalones y caminó serenamente a su aula, su libro de notas era sin duda algo muy preciado para él
Genya dejó su libro en su bolso y luego se fue a los camerinos para cambiarse a la ropa de deporte, agradecía que esa fuese su última hora y pudiera irse a casa después de hacer algo de ejercicio, le era reconfortante estirar sus músculos para luego relajarlos en una ducha, hacer las pocas tareas que entendía y luego irse a dormir, Sanemi era demasiado claro que si no le veía al menos una vez haciendo tarea le iba agolpear con la regla en las manos junto con quitarle los videojuegos
La clase terminó con un Genya satisfecho y luego se fue a cambiar nuevamente a los camerinos, no tenía la confianza suficiente para darse una ducha enfrente de sus compañeros, prefería hacerlo en casa. tomando su bolso se fue a su hogar en donde hizo sus tareas tranquilamente y antes de dormir quiso escribirle algo a la chica que tanto le gustaba
— ¿Mi cuaderno? —Genya se extrañó, empezó a buscar entre sus cuadernos y luego entre su bolso— ¿Dónde mierda dejé mi cuaderno? —preguntó preocupado y exaltado, buscó alrededor de una hora, totalmente angustiado y apunto de una crisis nerviosa, tenía miedo de que alguien haya tomado su cuaderno y haya leído todas las cartas no entregadas, seguramente pensaría que era un acosador o algo por el estilo y su vida tranquila y plena se iría a la mierda
Un mensaje llegó a su celular y él miró que era Tanjiro, suspiró afligido y tomo el celular para responder hasta que se quedó en blanco al ver lo que le había escrito el Borgoño
— Ese hijo de puta me las pagará mañana —gruñó Genya, el mensaje de Tanjiro fue claro, Inosuke le había cogido el cuaderno cuando se cambiaba de ropa
Mientras Tanjiro sentía una leve sensación de calma en su corazón, no podía evitar sentirse culpable por haber leído el contenido del cuaderno, Inosuke no solo había "sustraído" el cuaderno, sino que también les había mandado imágenes de lo que contenía dichoso cuaderno, Genya si supiera eso sin duda los mataría, pero era inevitable no suspirar ante tan bellos párrafos, incluso alguien como Tanjiro que estaba enamorado de Kanao no podría evitar suspirar como enamorado ante las palabras expresadas con tanto corazón en cada hoja
Tanjiro sabía que su amigo era tímido, en especial con las mujeres, pero no sabía que era tan tímido como para no enviar las treinta cartas escritas a puño, todas bellamente expresadas y decoradas suavemente, como si esperase el día en entregarlas todas para enamorar a la chica
El rubio al leer esas cartas rompió a llorar y rápidamente empezó a buscar entre sus contactos si alguien conocía a una chica llamada Mei Yūzā, necesitaba hacerse cercano a ella para que Genya tuviese al menos una oportunidad de siquiera saludarla o entregarle una de sus cartas
Al día siguiente, Inosuke terminó con un ojo morado y una mejilla hinchada. Tanjiro estaba preocupado y levemente nervioso, pero entendía claramente los sentimientos de Genya, si él le escribiese cosas tan lindas a Kanao y alguien le quitara el libro, sin duda también o golpearía, en especial porque ni siquiera ella los había leído antes
Inosuke y Tanjiro quedaron extrañados porque Zenitsu desaparecía en cada receso, aunque lo dejaron pasar pensando en que eran cosas de él, pero no soportaron más hasta que ya habían pasado dos semanas y el rubio ni les dirigía la palabra en los recesos, entonces le acorralaron y obligaron a confesar, derrotado Zenitsu confesó su plan y ambos amigos quedaron en shock, pero al final decidieron unirse
Las amigas de Yūzā rápidamente se dieron cuenta de las intensiones de los chicos al acercarse a su amiga, no eran malos chicos realmente, solo que eran demasiado obvios y su amia demasiado densa, con cara de obviedad a la semana siguiente que se le unieran los otros dos al rubio, los acorralaron y les obligaron a confesar, al final ellos tuvieron que llevarlas para conocer a Genya el cual entre tartamudeos y voz baja como un pequeño hilo les saludó, se presentó y se fue corriendo, obviamente el azabache las había reconocido de inmediato
— ¿Qué le sucede? ¿Le caímos tan mal? —preguntó ofendida
— No es eso, simplemente les tiene pánico a las mujeres, tomo años que él pudiera decir tres frases seguidas con chicas presentes o sobre chicas —aclaró el de pendientes
— Ah... —inconscientemente pensaron en su amiga, ella era un poco gordita y eso le generaba demasiadas inseguridades
El plan era sencillo, solo convencer a Yūzā que Genya era un buen chico y que fueran amigos, lo que no sabían es que Yūzā claramente sabía que Genya era un buen chica ya que más de una vez la salvó a ella y otras amigas de otras preparatorias, a una vez cuando ella tenía diez años un grupo de idiotas quería robarles el almuerzo a sus amigas y a ella o cuando la molestaron por su sobrepeso, cuando él sin darse cuenta caminó a su lado y los perseguidores que le habían estado siguiendo tomaron rumbo distinto, Genya había hecho mucho por ella, él era su héroe
Cuando sus amigos los juntaron apenas digieren pio y en un abrir y cerrar de ojos, los dos grupos habían desaparecido dejándolos completamente solos, sentados en una banca al lado del otro, ambos eran un manojo de nervios e intentaban no salir corriendo y cubrir sus rostros rojos
Yūzā, temblorosa intentó calmar el ambiente tenso y habló suavemente llamando la atención del chico el cual saltó en su propio asiento y luego entre tartamudeos contestó, ambos empezaron con un pequeño cuestionario hasta que llegaron a un tema en común y empezaron a hablar durante todo ese tiempo, olvidándose completamente de sus nerviosismos
— Por un momento creí que no iba a funcionar —suspiró la amiga
— Ni que lo digas, me daban ganas de salir del escondite para irles a gritar para que ya se besaran —negó suavemente Zenitsu
— ¿Por qué no lo hiciste? ¡Hubiera sido gracioso! —gritó la imperativa del grupo
— ¡Es cierto! —gritó Inosuke y se iba a levantar para hacer lo dicho
— No lo hagas Inosuke-kun —habló suavemente Tanjiro intentando retener a su amigo
— No le des ideas, idiota —habló la voz de la razón del grupo femenino
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