Sabito Angst
Sabito sonrió cuando el sol desintegró a Muzan por fin... después de tantas pruebas, de tantos sacrificios, de tantos sueños rotos y de decisiones complicadas... ¡Al fin derrotaron al demonio causante de tantos males!
Estaba cansado, su cuerpo dolía mucho y tenía heridas que aún sangraban, pero eso no importaba, ¡Él solo quería ir con su novia y darle un gran beso! Por fin podrían vivir en un mundo tranquilo sin la constante preocupación que los demonios sigan esparciéndose tan fuertes como antes, teniendo la certeza de que ahora sí podrán eliminar a los demonios restantes. Sabito solo quería ver a su novia y decirle lo que se prometieron hasta tantos años, que se casarían una vez Muzan fuera derrotado, que tendrían hijos una vez que sea seguro para ellos el vivir
A duras penas el de cabellos melocotón se levantó, solo necesitaba ver la bella sonrisa de su amada para poder seguir estando de pie y ver hacia el futuro, ahora que todo se había terminado estaba pensando en cómo se llamarían sus hijos, ¿De qué color tendrían el cabello, los ojos? ¿Qué personalidad dominaría en sus pequeños diablillos? Solo imaginarse a su bella mujer cargando a un pequeño o pequeña endulzaba su corazón
Sabito recordó como la conoció, era la selección final y si no fuera por ella no estaría vivo. Yūzā le había pegado una patada en el abdomen la cual lo había hecho chocar contra un árbol y escupir algo de sangre, pero todo eso lo hizo para salvarlo de una muerte a una de las tantos manos del demonio de ojos dorados
Yūzā no había tenido piedad, si bien su aliento no estaba tan entrenado como para derrotar al demonio sola, estaba lo suficientemente bien entrenada para hacer que Sabito pudiera descansar un poco y luego se uniera a la batalla, ella había aparecido como una erupción para derribar el problema que le cotaría la vida, casualmente su aliento era demasiado caliente y corroía las plantas quemándolas a su lado, ella utilizó el aliento de lava al cual quemó hasta las cenizas los brazos del demonio y creó una costra dura en cada corte para hacer que el demonio demorase en regenerarse
Ambos en un momento dado se sincronizaron, sintiendo esa conexión como si hubiesen estado años juntos y aquel demonio fuese un enemigo en común, ambos lograron combinarse a la perfección hasta que cortaron la cabeza del demonio, apenas conectar sus ojos sus manos cosquillearon y la chica se fue sin darle su nombre, solo con una épica frase de "Si el destino nos quiere juntos, nos volveremos a ver... y cuando eso suceda, mi nombre te daré."
La mujer ya se había ido cuando logró llevar a Giyu a la finca médica para que sanasen la profunda herida en su cabeza, no se vieron en meses y en ese momento Sabito aún no podía olvidarla, a veces se preguntaba si en algún momento la vería y al final decidió darle tiempo al tiempo hasta que trascurrieron dos años
Cuando la volvió a ver, ella era fuerte, demasiado fuerte y su aura había cambiado a una más feroz que la de antes, era como una un volcán apunto de hacer erupción y amenazar la vida de incluso el ser más peligroso, pero nuevamente cruzaron miradas y ella le sonrió suavemente, como si hubiera confiado en que se volverían a ver
Yūzā Mei
Dijo su nombre y se presentó formalmente, desde ese día empezaron a convivir más y más entre las misiones en las que coincidían y si se encontraban en los caminos para las distintas misiones que les asignaban, realmente fue impresionante que ambos se volvieran inseparables hasta el punto en que no podías verlos sin el otro, incluso Giyu se sentía levemente incomodo con ambos juntos, pero le hacía feliz ver como si amigo se portaba torpemente y tartamudeaba tonterías de lo nervioso que estaba, tenía que darle algunos consejos a pesar de que él tampoco sabía mucho del tema, fue realmente divertido ver las payasadas que hacía Sabito para intentar conquistar a la chica la cual simplemente bufaba divertida y le daba unas palmadas en la cabeza como si fuera un pequeño cachorrito
Literalmente, Sabito era de ese tipo de personas que hacía cualquier cosa para que su crush lo tocase por 0,06 segundos
Inevitablemente ambos cayeron profundamente enamorados y ni siquiera hicieron faltas palabras para que se besaran y caminaran de las manos juntos, si ambos ya sabían los sentimientos del otro, ¿Por qué preguntarle si quería ser su pareja? Ambos estaban de acuerdo que no necesitaban palabras si lograban comprenderse con pequeños gestos, promesas pequeñas que se cumplían, retos, risas, bromas y demás, eso eran los días de ambos juntos
Y sí, cada vez que había celos cada uno tenía que sostener al otro para que no fuera a golpear a la persona que intentaba coquetearle a su pareja, a vece ambos tenían que taparse la boca para no ser víboras venenosas con lenguas afiladas
Sabito empezó a preguntar a todos los que veían por su novia, solo tenía una sonrisa plena y cariñosa en su rostro recordando todas esas sonrisas
Y sobre todo la promesa de amor bajo la luna
Sobre que se iban a casar
Que iban a ser padres, incluso si uno de los dos no podía, adoptarían
Que cuidarían a sus hijos mucho y les brindarían demasiado amor para que el niño fuera asfixiado entre besos y abrazos de sus padres que eran como dos mamás osas cuando se trataba de pequeños, Makomo y Giyu sufrían constantemente de los dos sobreprotectora amigos que tenían
Recordó cuando les contó a los dos azabaches sobre cómo reaccionó Yūzā al momento de pedirle que cuando todo eso terminara, se casaran
Ambos pidieron ser los padrinos
Cuando le escribió a su maestro si en un futuro podría ser el padre de honor él aceptó, ya que quería conocer a la salvadora de su discípulo y la mujer que traía loco a ese chico de ojos grises
Y entonces su mundo se derrumbó
— ¿Y-Yūzā?
— ¡Yūzā-sama no nos abandone! —lloró una de las Kakushi que había ido salvada varias veces por la pilar la cual tenía los ojos abiertos y apagados, sin ver absolutamente nada
— Al paso que va... e-ella no sobrevivirá —lloró un Kakushi masculino intentando para distintas hemorragias en vano
— ¡Yūzā! —gritó Sabito y corrió hacia ella llorando— ¡Oe! ¡Oe! ¡Despierta Yūzā! ¡No es momento para dormir! ¡Despierta! —gritó fuertemente Sabito llamando la atención de los pilares que seguían medianamente vivos— ¡Maldición Yūzā! ¡Respóndeme! ¡Ni te atrevas a dejarme! ¡No lo hagas! —gritó entre lágrimas Sabito sosteniendo una de las manos flojas de la chica— ¡Prometiste que nos casaríamos cuando todo terminara! ¡Prometiste que tendríamos hijos! ¡Tú lo prometiste! —Sabito tembló cuando sintió un pequeño apretón débil en su mano y como este desapareció completamente— ¿Yūzā? Vamos cariño, despierta, aún no es momento de dormir —murmuró Sabito moviendo levemente a la chica la cual ya no vivía
— ... —la chica estaba muerta, su corazón se había detenido, el corte en que tenía en el cuello obstruyó su respiración, su pierna derecha estaba a punto de ser amputada y tenía un gran agujero en su estómago mientras que de la parte derecha de su frente corría sangre y en sus labios había rastros de que vomitó aquel líquido carmesí
— Yūzā... debemos volver a casa —murmuró suavemente Sabito tomando la mano de la chica y la abrazó contra su pecho, la pared en la que estaba apoyada estaba llena de sangre, como si el cuerpo de la mujer hubiese explotado, aunque siguiera en -relativamente- una pieza—. Yūzā... vamos Kibome nos espera —murmuró con lágrimas en sus ojos, recordando a su pequeño cachorro— y también Negau —el pequeño gato blanco que solo se acurrucaba a los pies de la chica—. Vamos Yūzā... tenemos que formar una familia... una nuestra —murmuró sintiendo su corazón doler entre trágica agonía—... Acordamos que nuestro primer hijo se llamaría Yoake, amanecer... lo elegimos porque sería nuestro amanecer libre de demonios... vamos Yūzā —balbuceó Sabito y los demás pilares que observaban la escena le miraron con lástima
— Sabito... —murmuró Giyu detrás de él y le abrazó por la espalda, llorando levemente—. Tienes que dejarla... de-jarla i-ir
— Yūzā... —murmuró Sabito in escuchar a su amigo— Vamos Yūzā... sé que puedes... hazlo por mí, ¿Sí?
Giyu intentó hacer entrar en razón a su amigo, pero era imposible, Sabito simplemente no reaccionaba ante nada y seguía llamando a Yūzā una y otra vez, intentando acercarse al cuerpo de su amada para abrazarla y llorar sobre ella, llamándola una y otra vez, rogando porque vuelva a la vida
No es fácil dejar partir a quien fue tu pareja por más de cinco años
Dejar ir a quien te salvó
Quien te dio esperanza
El funeral se llevó a cabo junto con honrar a todos los caídos, pero Sabito no reaccionaba ante nada. Sus ojos no tenían vida y su sonrisa brillosa había desaparecido como si nunca hubiera existido en primer lugar. Para Giyu y Makomo eso era doloroso... terriblemente doloroso... ver como su amigo se auto destruía así mismo sin poder olvidarla
Pero a Giyu le afectaba más... porque él también estuvo así cuando murió su hermana y Sabito pudo ayudarlo a salir adelante, sin embargo, ahora que él lo necesita, Sabito no hacía cao a razones y Giyu no le podía aconsejar en nada
Los pilares habían sobrevivido por milagro, aún si en su momento dijeron que no querían desperdiciar material medico los Kakushi decidieron ser egoístas y por primera vez en sus vidas desafiaron y contradijeron las ordenes de los pilares para salvarlos
Un mes había pasado, todos estaban demasiado preocupados por la salud de Sabito el cual no salía del hogar y tenía profundas ojeras, su ropa apestaba a alcohol y la finca siempre estaba en constante llamada hacia la chica fallecida. Sabito simplemente quería morir, acompañar a Yūzā y no soltar su mano jamás, quería olvidar tanto y a la vez solo recordar todo
Y Giyu se quebró, no aguantó más y tomó sus cosas, abrió la puerta de la finca de Sabito de una patada y entró para ponerle fin a todo el show del chico que ahora poseía largas y despeinadas hebras melocotón opacas, una yukata desordenada y algo raspada
El azabache tomó a su amigo y lo metió a la ducha mientras este se quejaba, evitó cada uno de los intentos de golpes del pobre chico desalmado y lo duchó, lo vistió y le limpió la casa. Giyu ordenó todo como estaba antes y miró la foto que tenía el de cabellos melocotón en sus manos mientras estaba acostado en su cama mirando fijamente a la chica que sonreía a su lado
Giyu habló fuerte y claro, le dejó en visto que él no era el único que sufría y que los demás estaban preocupados por él, que no estaba solo y que la chica nunca hubiese deseado que él terminase de esa forma tan patética como se encontraba ahora. El de ojos azules fue despiadado a la hora de hablar, el herido corazón de Sabito no paraba de sangrar mientras sus sollozos se habían más fuertes, dos semanas continuas de Giyu viniendo y ordenando al destartalado Sabito logró el avance que al menos comiera algo de comida por su cuenta
Para Tomioka no fue fácil, tuvo que estar un año entero ayudando a Sabito en sus recaídas emocionales, incluso Makomo le ayudaba y otras personas intentaban hablar igual con el de cabellos melocotón
Pero no volvió a ser el mismo
Sí, se recuperó de la muerte de Yūzā y puede vivir una vida normal como otra persona... pero era como si sus sentimientos se hubieran esfumado por completo, entrenamiento y misión era lo único que le importaba, era su único sustento que le recordaba a la chica la cual solo entrenaba y hacía misiones, solo era él el que insistía para tomarse un descanso y dejar un día libre para festivales o fiestas
Sabito nunca volvería a ser el mismo desde la muerte de su amada
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