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Bye Bye...✨️

Las personas rodeaban el féretro mientras lloraban por la pérdida reciente, la madre de aquella chica lloraba debido al dolor, pareciera que había perdido una parte de su propio corazón.

El grupo de cinco jóvenes miraba con respeto a las personas, debían aparentar por lo menos estar bien frente a la ya destrozada familia.

Ninguno mencionaba si quiera una palabra, no querían desahogarse en ese momento tan crucial.

-Hola...

La señora que los había invitado se acercó con un pequeño ramo entre sus brazos, todos la miraron esperando alguna señal de parte de la señora para poder reaccionar.

-Se que ustedes fueron amigos cercanos a mi pequeña...-. A cada uno le entrego una pequeña flor, con la esperanza de que a través de eso se pudieran despedir bien de la joven.- me encantaría que le dedicarán unas pequeñas palabras a través de esto, para que puedan continuar ustedes con su vida...

Sonrió amable, mientras les daba su tiempo para poder pasar y hacer lo que la señora esperaba.

Uno por uno pensó en lo que diría, debían de ser palabras consisas y expresando todo su sentir.

Primero fue la peliaqua, se levanto de su lugar y se acercó al hoyo donde yacía la caja, esta retenía las lagrimas en los ojos, miro el féretro, una caja de madera y pequeños destellos de tierra cubriéndolo, acercó la flor a sus labios, intentaba pronunciar sus últimos deseos, sin embargo se formó una sonrisa maliciosa, ocultada gracias a la flor, las lagrimas de felicidad se deslizaron por sus mejillas.

-Gumi, Gumi, Gumi-. Susurro para si, intentando juntar en pocas palabras todo lo que sentía.- perra traicionera y maldita, de verdad te deseo una eternidad de sufrimiento, así como me hiciste vivir a mi.

Miró la pequeña flor, recordando la primera vez que sintió un dolor indescriptible en su pecho, provocado gracias a que, por alguna extraña razón, la peliverde encontró las fotos privadas e intimas de Miku, esparciendolas por toda la escuela, lo que provoco un bulling insufrible para la peliaqua, o también aquella ocasión cuando la encontró con su novio de ese entonces, lo que hizo que se enfureciera, terminando en que todos defendieron a Gumi por ser la pequeña "victima" y Miku la villana, mala amiga que no deja que el amor avance.

Suspiro molesta, sin que nadie la viera aplastó la flor y la tiro al ataúd, sin siquiera mirar el féretro camino hasta su lugar.

Era el turno de la rubia, camino con tranquilidad mientras apretaba la flor contra su pecho, miró aquella caja, la cual le daba asco de solo saber quien estaba ahi, recordo la ocasión en la que la empujo por las escaleras, siendo segun en palabras de la peliverde una "broma inofensiva", se había roto su pierna, lo que provoco que no pudiera estar en esa obra donde Rin sería la protagonista, quedando Gumi como la nueva protagonista y llevándose los aplausos, o tambien como aquella vez que en confianza le había mencionado su gusto por Piko, siendo arrebatado brutalmente por los labios de la peliverde, o el rumor que invento acerca de que había saboteado el examen de su mejor amigo Len, lo que provoco una pelea de casi seis meses hasta que literalmete ella se puso de rodillas rogandole al rubio que le creyera, lo que Gumi vio y no la rebajo de "arrastrada", su cara no cambió en absoluto, teniendo una seriedad absoluta.

Acercó la flor a sus labios, cerró sus ojos y se concentro en su pequeño discurso de despedida.

-Yo te condenó a una eternidad de sufrimiento...que sientas como cada gusano se come a pequeñas mordidas tu cuerpo, que sientas como sufri por tu culpa...y...que tu familia sepa todo lo que hiciste, que vean que no eres la linda chica que pensaron.

Sin más tiro la flor en su ataúd, sintiendo como una pequeña parte de si se iba junto con esa flor muerta y amarga, regreso a su lugar, mirando al rubio, él cual se levantó con calma.

Al acercarse no dudo en tirar la flor, cerro los ojos y respiro hondo, intentando no soltar la carcajada que tenía guardada desde que le mencionaron su muerte, recordo la ocasión en la que lo humilló frente a todos por su gusto hacia Rin, y el ver como la rubia solo sonreía tímida ante eso, pero al ser el centro de atención todos lo molestaron e incluso humillaron, o esa ocasión que por culpa de un examen reprobado no pudo ir a visitar a su abuelo, él cual tiempo después falleció y no pudo despedirse, después enterándose que fue un "sabotaje" su examen, la peliverde le hizo creer que fue culpa de la rubia, lo que provoco una pelea horrenda donde él culpaba a su "mejor amiga", hasta que Rin le demostró con pruebas que había sido Gumi la culpable.

-Así como sufrí por mi abuelo, quiero que sufras mil veces más...desgraciada...

Camino hasta su silla, donde se relajo, respiro hondo para no reírse por lo irónico del asunto.

Era turno del pelirojo, Fukase se levantó con un poco de confianza, aspiro el olor fragante de aquella pieza muerta.

-Pequeña...pedazo de baura con patas, por fin estas donde debes...bajo ese hoyo, bueno...te deseo suerte en el infierno.- Tiro la flor sin mayor complicacion, mientras caminaba a su lugar recordo la ocasión en la que hizo que el grupo de baloncesto y las porristas lo vieran desnudo en aquel entrenamiento donde él estaba feliz por ser la primera vez que le dejarían formar parte del equipo, siendo la burla de todos ellos, haciendo que abandonará su sueño de ser parte del equipo de baloncesto, también recuerda como humillo a su hermana, y eso si jamás lo perdonaría.

Se sentó, indicandole a su hermana que era su turno, a ella fue a la que más le costó trabajo levantarse, los cuatro la miraron esperando transmitir que no estaba sola y ellos la apoyaban, la pelirosa se puso de pie y camino hasta donde se veía el hoyo, sintio como él nudo en su garganta se formaba, miro la flor que tenía entre sus manos, la cual tomaba con delicadeza.

-...no te perdono, aunque pudiera...no quiero, quiero que te pudras, que sufras, y si es que realmente reencarnamos...quiero que mueras de la peor manera posible en la otra vida...

Cerró los ojos, las lagrimas seguían saliendo, Chika recordo la ocasión en que casi era violada por culpa de la peliverde, fue "vendida" por broma, o eso le dijo ella, recuerda que la única ocasión que decidió salir de fiesta junto con sus amigos, ocurrió eso, entró a un cuarto con la esperanza de que su crush se le declarará, pero solo entró un desconocido él cual la obligó a besarlo y casi a desnudarse, fue hasta que la rubia logró abrir la puerta, gritando y pidiendo ayuda, que nada grave paso, tiempo después se entero que fue por culpa de la peliverde.

Tiro la flor al ataúd, regresando a su lugar mientras las lagrimas seguían saliendo debido al creciente trauma causado por aquel recuerdo, la rubia corrió para rodearla con sus brazos e intentar calmarla, no era la.unica que habia sufrido a manos.de Gumi.

La tierra fue cayendo poco a poco sobre la caja hasta quedar cubierta por completo, los cinco solo podían disfrutar del momento, por fin se librarian de aquella chica tan odiosa y malévola, cada uno asimilada a su manera.

Después de aquel momento tan sentimental, los cinco caminaron fuera del panteón, intentaban mantenerse serenos mientras disfrutaban su pequeña libertad.

Si, la manera en la que había muerto la peliverde no fue la mejor, asesinada en un asalto, nadie quisiera morir así, pero para ellos era lo mejor que les había pasado en la vida, era libertador, una despedida feliz.

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