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Ella estaba sentada mirando a la nada, quería pensar que eso no era real.

Él se sentó a su lado, sin decir nada sacó el cigarro de su boca para después dejar escapar el humo.

El silencio inundaba aquel lugar, pese a que estaban en la ciudad, no había nadie alrededor.

La rubia quitó la bolsa de hielo de su cara y suspiro, ya que no hablaba su acompañante ella lo haría.

-Resultó una porquería...¿No?-. Tomo el cigarro que le ofrecía él, dandole una calada para poder llenar sus pulmones con aquel humo.

-Era de esperarse...ambos sabíamos que algo así podría pasar-. Miro a la misma dirección que ella, aún le dolían sus heridas causadas por aquel peli mostaza.

-Si...pero esa perra estaba loca-. Cuando termino el cigarro lo lanzo lejos, esperando que se apagara por si solo, flexionó sus rodillas para poder recargar su frente en las mismas y poder descansar.

-Bueno...ambos lo estuvieron...¿Tan grave era el asunto?-. Sonrió algo burlon, el hecho de recordar como Nero se ahogaba en su bilis, lo llenaba de una extraña felicidad.

-....¿Qué hubieras hecho si hubieramos sido nosotros?-. Lo miró de reojo, aún le dolía todo el cuerpo.

Miró el cielo en busca de una respuesta, intento acomodar sus pensamientos, lo cual fue en vano, ya que aún mantenía la adrenalina gracias a la pelea.- Si te soy sincero...no lo sé...pero ya paso...no fuimos nosotros, así que ya no importa.- cerró los ojos en un intento de relajarse.

-Len...-. Tomo la mano del rubio, este la miró directamente a los ojos, inundandose de aquel azul hermoso, podría jurar que si fuera un mar infinito, se ahogaria en ellos sin problema.

-¿Qué paso?-. Sonrió para poder reconfortarla, esperaba que ella pudiera relajarse y por fin irse a casa.

-....¿No te arrepientes?...de...¿elegirme a mi?...-.

Sintió una punzada en su pecho, jamás se había puesto a pensar en eso...

¿ A R R E P E N T I R S E ?

¿De estar con ella? ¿Con su mejor amiga? ¿Con su amante? ¿Con su compañera de universidad? ¿Con su contrincante de video juegos?

¿ C O N E L A M O R D E S U V I D A ?

No...claro que no...

-Jamás...Rin...jamás lo haré...-. Se acercó poco a poco a su rostro, ella cerró los ojos esperando el siguiente movimiento, ambos juntaron sus labios en un tierno beso.

Aun no podía comprender como ella logró hacer algo que jamás nadie logró hacer, sentía su corazón latir muy rápido, sus mejillas ardían y sentía la necesidad de hundirse en ella, su mente se distraía de lo que hacía por solo el hecho de pensar en ella, quería eso...estar a solas con ella...

Si...no se justificaba, a ninguno de los dos...

El ser infieles y amantes no era nada bueno, ni para ella ni para él.

Lo sabia perfectamente...pero no había otra manera...o bueno...no una manera "linda".

Separaron sus labio y ahora habian juntado sus frentes, él comenzó a acariciar su cabello, queriendo reconfortarla y calmarla.

-¡agh!-. Un quejido salió de ella y alejo la mano de Len de una zona en especifico, él la miró con algo de nervios, ¿la había lastimado?-. Perdón...aún me duele el cabello por la culpa de Miku...jamás la había visto tan enojada...de verdad la vi demasiado mal-. El recordar como sus ojos estaban inyectados con irá, le hacía poner la piel de gallina.

-Pues...yo no diría lo mismo de Nero...siempre lo vi así...tu fuiste la tonta que jamas se dio cuenta-. Hizo que su dedo medio le pegara en la punta de la nariz, ella le dio un pequeño puño en su brazo, Len la abrazo para comenzarle a hacer cosquillas, ella río divertida.

-¡Basta, basta! ¡Len basta! ¡Me voy a hacer pipi-. El se detuvo, sonreía divertido al ver que logro distraer su mente, no se separaron del abrazo, al contrario, ella se hundió en el pecho de Len, cerró los ojos y se dejó llevar por la calma que le transmitía los latidos de su corazón.

Les sorprendía mucho como uno podía reconfortar al otro, era hermoso ese momento.

-Rin...-. En voz tenue y suave hablo.

-Dime...-. Respondió con calma.

-No hay que regresar a ese restaurante-. Sonrió divertido.

-Jamás, que verguenza-. Oculto su cara en el pecho de Len, mientras sonreía divertida.

-Bueno...vamonos, te haré unas hamburguesas riquísimas, hasta haré que te chupes los dedos.- Se levantó con algo de dificultad dado a los golpes que recibió en sus costillas, regresó su mirada y estiro su mano.

Ella lo miró, aún sentía algo raro en su pecho, no se lo creía del todo...¿Si era ella la que su corazón tanto anhelaba?.

-Anda...vamonos, nos está esperando una vida llena de sorpresas-. Ella estiro su mano, ambos entrelazaron sus dedos, con ayuda de él pudo lograr ponerse de pie, y se aferro a su brazo.

Sonrieron con entusiasmo y comenzaron a caminar.

Aun no entendían ni imaginaban lo que pasaría, pero estaban felices se estar uno al lado del otro.

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-Rin y yo estamos juntos...-. Lo solto de golpe, estaba harto de fingir cuando realmente ya no sentía nada.

-...¿Perdón?-. La peliaqua dejó su copa en la mesa, comenzó a desesperarse al pensar que no había escuchado bien.

-¿De que hablan? ¿A qué se refiere?-. Le hablo directamente a la rubia, su voz era sería y algo agresiva, ella estaba temerosa dada la reacción de su pareja.

-Y-Yo-. Su corazón se comenzó a acelerar, no encontraba las palabras, y eso que había ensayado desde hace una semana.

-Háblame directamente a mi, no seas cobarde y déjala en paz-. Se enojo al ver como la comenzaba a intimidar y no quería ver a Rin asustada.

-Tu callate, idiota, ¿De que habla este oxigenado?-. La miro de nuevo, ella ya estaba harta de su actitud.

-Lo que escuchaste...Len y yo llevamos saliendo a escondidas desde hace más de tres mese-. Su frase fue interrumpida debido a que su cabello ahora estaba siendo retenido por la peliaqua.

-¡Eres una desgraciada! ¡Hipócrita! ¡Doble cara, maldita!-. Rin tomo su cabello y retuvo la mano de Miku, sin esperar que ella le soltaría un puño en el ojo, Len intento defender a Rin, pero al verse vulnerable, Nero lanzo la mesa lejos y con su silla golpeo a Len en las costillas.

Rin tiro al piso a Miku, para poder detenerla.

La gente alrededor miraba estupefacta, no podían creer lo que sucedía.

Los cuatro se encontraban en su propia lucha, pero la peliaqua y el pelimostaza, estaban luchando con el dolor de la herida que recién estaba abierta.

Pero de verdad ambos rubios ya no aguantaban esa relación "toxica".

Por una parte; Nero, celaba a Rin a más no poder, le prohibía salir, la retenía, la excluía, y lo peor, apenas empezaban las agresiones físicas, pero ya no podía dejar que llegara a más.

Y por el otro; Miku, Celaba a Len de la manera más horrible, lo mordía o rasguñaba por ver a otras chicas, lo espiaba incluso en su propia casa, lo menospreciada y denigraba.

Si, no era bueno la infidelidad...pero se justifica...¿No?...

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