Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día 5.

Pareja: Usopp y Kaya.

Tema: Dinero.

Traición.

— ¿Y cuántos años llevan casados? — Pregunto amablemente la trabajadora de aquel lujoso lugar.

— Hoy cumplimos cuatro años — Respondió Usopp mirando a su rubia esposa con esos ojos de amor que tanto envidiaban algunas personas, algunas otras los admiraban y deseaban algo así, como era el caso de la empleada que suspiro sin discreción.

— ¡Que romántico! Justo el día de los enamorados.

— Yo diría que es tacaño — Habló por primera vez la rubia con una sonrisa bastante tensa, se notaba que no le agradaba aquel lugar pero sus facciones no eran nada fácil de leer para las demás personas que no eran su moreno esposo, para los demás parecía que solo era bastante tímida — ¿Ya está listo el trámite?

Cuando no obtuvo respuesta la joven rubia miró con duda a la señorita con largos cabellos negros que los atendía desde hace ya bastante rato y después al moreno con nariz mucho más larga a la promedio, el azabache con el que llevaba compartiendo su vida durante años fue el que se molestó en contestarle, aún manteniendo esa sonrisa de enamorado que no quitaba desde la primera vez que la vio, es decir, hace seis años.

— ¿De qué trámite hablas, pajarilla? Yo no haré ninguno, solo vengo a...

El joven con piel morena no termino de decir la frase cuando unos disparos empezaron a resonar por todo el banco, el moreno cubrió a su esposa guiándola hacia el suelo para que no la tocara ni una bala, la mujer que los atendía se escondió debajo de su escritorio como le habían enseñado en la capacitación. Todo se volvió un caos: personas tratando de huir, algunos en el suelo con la mirada perdida, otros cuantos petrificados, algunos hasta llorando y unos cuantos desafortunados muertos.

— Tranquila Kaya, no dejare que nada te pase — Aseguro cubriendo más a la chica, prácticamente estaba sobre ella para que no le pasara nada, él daría la vida por su esposa sin pensarlo ni un microsegundo.

Después de unos minutos los balazos se detuvieron, las puertas del banco fueron cerradas y poco a poco fueron juntando a quieres quedaban con vida, ahora eran rehenes. El moreno no perdía de vista a su amada esposa en ningún segundo, los separaron por hombres y mujeres y les quitaron cualquier cosa que los ayudará a comunicarse con el exterior. Los pusieron unos frente otros y uno a uno los fueron llevando para vaciar las cuentas de todos, hasta que llegaron a Usopp.

Él permanecía sentado al estilo indio mirando solamente a su esposa, había permanecido así todo el rato y se negó a cambiar de posición todo lo que le fue posible con el mismo argumento — No me moveré sin mi esposa.

Los ladrones no lograron moverlo por nada, así que cedieron y llevaron a la pareja para vaciar el premio mayor del banco pero cuando el moreno puso su contraseña se encontraron con un "$0.00" parpadeando constantemente. Todos miraron al narizón que estaba de lo más tranquilo.

— ¿Dónde está el dinero?

— No soy yo quien contestara eso — Contestó el moreno con tranquilidad, miró a su esposa con el mismo amor de siempre pero eso mismo fue lo que la hizo sudar frío.

El frío de la pistola no le causó ningún sentimiento a Usopp estaba acostumbrado a las armas desde que era un crío y no podían intimidarlo como a los demás. Su esposa alternaba la mirada entre él y la pantalla — Solo dilo, cariño — Pidió en un susurro.

— Hazle caso a tu mujer y dinos ¿dónde están tus millones por constructor loco?

— ¿Cómo? ¿No lo sabes pajarilla? — Le preguntó Usopp a Kaya con ingenuidad, ignorando a los hombres alarmados con descaro — Si estábamos en el banco para eso, te lo dije en el trayecto y te avise desde hace unos días que iba a hacer con mi fortuna.

Los ojos negros de la chica se abrieron, demostrando una mezcla de confusiones que eran ignoradas por el sudor en su piel y su cuerpo tembloroso — ¿Qué hiciste amor?

— Donamos todo nuestro dinero al orfanato de dónde vienes pajarilla. — Sonrió con cariño — Como tanto querías.

Kaya se levantó hecha una furia, haciendo que su vestido volará por unos segundos al girar. Sus mejillas, su pequeña nariz, la zona que estaba alrededor de sus ojos azules y parte de su frente estaban completamente rojos. Sus ojos oscuros lanzaban chispas y sus puños eran apretados hasta que se le marcaban las venas porque más blanca no podía estar su piel.

Sus dientes mordían su labio inferior con furia, gesto que era claro para Usopp pero para los demás no, estaba más que enfadada. Pero eso no lo hizo dejarla de ver con amor ni le borró la sonrisa dulce que era solo para ella, Usopp solo tenía ojos para Kaya.

Pero sus ojos no lo eran todo, su corazón no podía contra su cerebro y su esposa no lo quería ni un poco.

— ¿Por qué has hecho eso? — Pregunto Kaya con la voz temblorosa, intentaba controlarse y le costaba mucho más de lo que se veía a simple vista — ¿Por qué vaciaste la cuenta?

— Por la misma razón que tú te casaste conmigo pajarilla. — Le dijo con amor, su esposa abrió la boca sorprendida y su expresión cambió drásticamente, ahora estaba terriblemente pálida.

— ¿Lo sabías?

— Desde que me sonreíste aquella tarde — Sonrió con dulzura y Kaya retrocedió unos pasos aturdida.

Eso mismo le había dicho ella cuando le dijo su primer "te quiero", antes de decirle el "acepto" en el altar, antes de consumar el acto, cada momento importante en su matrimonio había sido inaugurada con esa frase, se había convertido en el "te amo" de ellos. Eso indicaba que siempre lo supo y no le importó.

Era claro que no le importaba porque tenía todo el tiempo del mundo y no tenía por qué preocuparse por trabajar, no le importaba perder unos años de viajar entre piernas de mujeres si podía jugar un rato con una, con ella, hasta que se quitara la máscara. Su increíble plan de seis años había fracasado completamente y él lo sabía, ella había sido la engañada y traicionada.

Él se levantó, les dijo algo a los demás hombres armados y finalmente salió del cuarto y de su vida de ensueño. Lo vio perfectamente antes de que cerrara la puerta, un "jaque mate pajarilla" salió de sus morenos labios en una perfecta claridad que la acabo de destruir.

En ese momento la furia la cegó, le quitó el arma al hombre enmascarado más cercano y corrió hasta él que era su esposo según la ley y la iglesia, pero ellos no eran marido y mujer de corazón. Usopp estaba en el piso de abajo y al no quitarse las molestas esposas los disparos de Kaya fueron a todos lados menos a donde tanto deseaba, una de las balas rebotó y le dio en su espalda pero no era nada comparada con la furia que sentía en ese momento por haber desperdiciado años valiosos de su vida.

No sentía dolor, la rabia la consumía por completo como nunca antes lo había hecho, había pasado meses planeando aquel robo y años llevando a cabo el plan todo para que ese hombre probaba una vez más su inteligencia al evitarlo completamente y frente a sus narices con la mejor discreción del mundo.

Kaya se sentía frustrada, furiosa y dolida. Desde hace seis años la relación de ambos se trataba de competir y sin importar que hiciera, que jugarretas aplicara, cuanto estudiara ni mucho menos cuánto lo intentara él siempre le ganaba y ella no quería que esto fuera una de esas victorias para él.

No lo permitiría.

No quería permitírselo.

— ¡Cálmate por favor! — Pidieron a sus espaldas aunque esas súplicas no le llegaban entre los disparos, cuando la pistola se quedó sin balas solo atino a bufar y a tomar otra arma a la fuerza para hacer lo mismo que con la anterior — ¡Estas arruinando todo!

— Escucha a tus compañeros pajarilla — Se hizo escuchar Usopp, la furia en los ojos de Kaya incrementaron al descubrir que era la misma sonrisa que le dedicaba todos los días y se cuestionó si realmente reflejaba amor como se hizo creer todo este tiempo — No quieres lastimar a nadie más ¿verdad?

— Púdrete — Escupió con odio.

— Yo también te amo pajarilla — Aseguro ensanchando su sonrisa — No es mal momento para decir cuánto amo tus mentiras, tus verdades, tus máscaras, tus engaños y tus planes, aunque los últimos nunca funcionan.

— ¡Mentiras! ¡Eres un jodido mentiroso! — Grito ella histérica, sintiendo su corazón latir con fuerza por aquellas palabras tan sinceras. Su cerebro se negaba a aceptar a lo que su corazón ya se aferraba para no seguir disparando — Solo sabes mentir...

— ¡Claro! ¡Por eso somos la pareja perfecta! — Gritó él con los brazos extendidos, sus ojos brillaban y su sonrisa no podía ser más grande, definitivamente estaba eufórico — ¡Por eso nos merecemos! ¡Por eso seguiremos hasta que la muerte nos separe!

Kaya negó varias veces, eso definitivamente no era cierto, era otra de sus mentiras porque ella merecía más, ella quería más y ella conseguiría más que a un mentiroso. Pero sólo conseguiría menos. La puerta del banco explotó, dándole paso a la policía y sellando el destino de ambos. Kaya no se libró de los cargos como lo hizo Usopp, tampoco pudo salir ilesa, no acompañó a sus compañeros a la cárcel, pero fue prisionera de una manera personalizada.

Aquella entrada tan abrupta había ocasionado que parte de la cara de ella se quemara y una caída desde el segundo piso del banco que le arrancó la movilidad de sus piernas. La dejaron en una habitación especial del hospital, con guardias custodiandola para que se recuperara que eran pagados por su marido.

Él era su problema, la condena de Kaya.

La iba a visitar constantemente, iba a burlarse de ella con sus cursilerías, repitiendo las mentiras que Kaya había dicho desde que se conocieron volviéndola mucho más agresiva y llenándola de más odio y frustración porque no podía hacer absolutamente nada.

Ella creía que no podía haber peor castigo que el que le daba su esposo.

Usopp se regocijaba en su exitoso plan día tras día, le confesó que había vaciado de sus cuentas y le había confiado a sus amigos más cercanos, que podía mantenerla todo el tiempo que quisiera porque estaba ganando aún más después de vender su historia a un director de cine, así que su cuenta solo iba en aumento.

Definitivamente disfrutaba tanto verla sufrir, no importaba si estaba en el hospital con guardias o en su gran casa, él disfrutaba recordarle sus fracasos constantemente, contándole como le llegaban los pagos a su cuenta, como jamás tomaría ni un peso de su dinero y lo único lujoso que podría tocar era la habitación que compartían como matrimonio.

Esas paredes se habían convertido en una jaula de Kaya, Usopp se lo decía constantemente, que era la jaula de oro de su pajarilla donde jamás podrá ser feliz, en donde moriría enchufada, invalida, fracasada, pobre y rodeada de lo que jamás pudo conseguir: su dinero.

Era un castigo psicológico que la atormentó hasta que su cuerpo dio su último aliento, muchos años después de aquel robo fallido.

El entierro también fue poético repleto de metáforas que nadie más que su esposo comprendía, Usopp le consiguió a su esposa un ataúd que parecía ser de marfil, pero era de madera pintada, la piedra que parecía ser de alta calidad era de segunda mano y las letras que imitan el color de oro no era más que una excelente mezcla de colores. Todo era una mentira, como el amor que ella le juraba para conseguir su dinero.

֍֍֍֍ Datos curiosos ֍֍֍֍

Honestamente este escrito lleva desde el Week 2018 guardado en mis borradores pero no se porque no lo publique antes, aunque creo que de esta manera también está bien.

La verdad desde que lo empecé a escribir sabía cómo iba a terminar y solo me emocionaba escribiendo como fue engañada todo el tiempo.

Tanto el segundo (El juego del elevador) como este fueron los que más modifique y los que más tiempo llevo escribiendo sin un propósito en especial, fueron cambiando muchísimas veces porque no me gustaban hasta que llegué a la versión final dos semanas antes de que iniciara el Week 2020, termine bastante satisfecha con los resultados.

—Gekko-chan-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro