Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día uno.

Pareja: Zoro y Robin.

Tema: Fama.

Otra presa más.

La música retumbaba en las paredes del gran salón, fácilmente podía considerarlo como un antro en lugar de una elegante fiesta, no era como lo habían informado así que mis vestimentas no me hacían pasar desapercibida en aquel mar de personas.

Sin caer ante la presión social que hacían los ojos de las personas que me veían, fui al baño para arreglar este error, con algo de dolor corte la parte de abajo del vestido largo que me habían dado para la misión.

Lo arregle con hilo y aguja para que no se notara tanto la improvisación y una vez que estuve segura de que estaba a la altura adecuada me miré en el reflejo del baño. Me gustaba más mi reflejo ahora que con el que había salido de mi departamento carente de cosas, definitivamente los accesorios plata me favorecían y el vestido morado me hacía sobresaltar justo lo necesario para que no preguntaran cosas innecesarias.

Quedaba perfecto.

Al girar hacía la puerta pude ver una noticia destacando entre el periódico, me hizo fruncir el ceño.

"Los revolucionarios también sufren, la pareja más peligrosa..."

¿Quién ponía periódico en el baño de mujeres de un salón elegante? Es completamente inútil.

Ignore eso completamente, como muchas seguramente lo hicieron porque lo que menos les interesaba en ese momento era ver las noticias de la ciudad. Salí del baño notando que ya me mezclaba sin problema entre la multitud, me hizo sonreír, estaba lista para cazar.

Caminaba por el gran salón buscando a mi presa cuando un moreno rodeado de mujeres llamó mi atención y no por que las mujeres a su alrededor casi se abrieran de pierna ahí mismo, me llamó la atención porque se le veía bastante aburrido en un lugar lleno de música y alcohol.

Tenía un extraño cabello verde que su piel morena hacía resaltar, definitivamente era él, el famoso boxeador y modelo profesional que pertenecía a una de las bandas más peligrosas del país: Ronoroa Zoro.

Alias, mi presa.

Acercarse fue fácil, solo tenía que caminar hacía él, lo difícil fue continuar con la misión cuando sus ojos se conectaron con los míos. Fue imposible que apartara la mirada de esos ojos oscuros, de ese brillo especial, de esa mirada profunda que parecía absorber mi alma con una simple mirada. No tenían un color especial, eran un simple color para muchos pero para mí aquellos oscuros ojos escondían tanto como la profundidad del universo.

Entre más me veía más me sentía como una adolescente de las novelas que solía leer hace años, no lo entendía, él era solo un niño con suerte ¿Por qué su mirada hacia que mi corazón se volviera loco?

Lo único que tenía claro era que no podía cumplir mi misión, mi obstáculo era mi corazón.

— Nico Robin — Escuché en mi oído izquierdo, donde tenía el audífono, pero mi atención realmente estaba en el chico con cabellera verde— ¡Cumpla su misión! ¡Desaparezca a Ronoroa Zoro!

Sabía perfectamente que debía hacerlo, que solo me faltaría esta misión para juntar el dinero y poder ser libre como tanto había añorado por años, pero verlo acercarse hacia mí, apartando a cualquiera y sin romper el contacto visual conmigo hacía que todo mi ser temblara.

Me hizo dudar que tan importante era cumplir mi sueño.

— ¡Debe desaparecer esa amenaza nacional! — Escuché la voz furiosa de mi jefe, eso fue lo que me hizo caer en cuenta de que yo también era una amenaza nacional.

¿No nos querían aquí? Nos haría desaparecer.

Ya estaba frente a mí cuando acabé de trazar mi nuevo plan y debo decir que para ser menor por algunos años era bastante alto, me ofreció su mano y la tomé sin pensar en nada más.

A la mierda todo.

Al principio nuestras almas bailaban juntas sin seguir el ritmo de la canción que sonaba en el salón de aquel lujoso hotel donde se estaba llevando una supuesta fiesta sofisticada, mientras más bailamos menos importaba todo lo demás, no había necesidad de nada y para mí las horas junto a él fueron solo minutos.

Sentir la calidez de sus brazos llegando hasta mi corazón, su sonrisa ladina hacía que un agradable hormigueo sacudiera mi estómago y que la plática entre ambos fluyera tan bien me hizo creer que realmente somos almas gemelas. No había otra explicación para sentir que lo conocía desde que nací.

Cuando nos cansamos de bailar fuimos a una de las terrazas y conversamos sin hacer tanto esfuerzo por escucharnos como en la pista de baile. Ni siquiera supe cuando corté la comunicación con "mi jefe" porque sus gritos arruinaban el momento.

Mi momento.

Le abrí mi corazón como a nadie, le platique mi sufrimiento, mi felicidad y mi esperanza por la tan anhelada libertad que deseaba desde que la injusta vida me dio la espalda. Expuse toda mi vida llena de esclavitud y mi plan de fuga, él sonrió con cariño y me abrazo llegando su calor hasta mí corazón.

— ¿Te gustaría ir a un lugar más tranquilo? — Susurro en mi oído derritiéndome, él no era una presa ¿Verdad? No podía ser una presa.

— Me encantaría — Respondí con una encantadora sonrisa para nada común en mí.

Me extendió su brazo para que lo tomara, pasamos la pista de baile y finalmente salimos al largo pasillo que, después de unos pasos, note que estaba repleto de hombres con caras conocidas. Todos vestían de traje negro, una flor amarilla adornaba cada traje y tenían pistolas apuntándonos desde todos los ángulos. Estábamos rodeados.

— ¡Nico Robin! ¡Ronoroa Zoro! — Grito alguien que conocía perfectamente, el jefe Cocodrile que mande a volar hace rato sin darme cuenta — ¡Entréguense por la paz nacional!

Estaba lista para pelear, ellos no iban a poder con dos peligros nacionales ¿Cierto? Por algo éramos considerados un completo peligro que se tenía que eliminar, los dos podíamos salir de ahí. Juntos. Era obvio el plan de atacar protegiéndonos mutuamente la espalda, habíamos hecho clic desde que chocamos las miradas y se acercó a mí, porque ya estamos muy unidos, porque él es....

Una basura.

Esa basura me empujó hacia los guardias en un intento desesperado de vivir. ¿Cómo pudo hacerlo si habíamos congeniado tan bien?

Algo en mí se rompió en ese momento, había abandonado mi misión por él, me había abierto como nunca lo hice con nadie, le había permitido ver mi alma desnuda, le conté mis debilidades, le conté mi tormento, le di mi confianza, iba a llevarlo conmigo a otro país para vivir hasta estar viejitos y el... El simplemente lo mando al carajo.

No merecía vivir.

Solo era otro niño rico, una mierda cubierta de oro como todos los demás invitados en esa asquerosa fiesta.

Me gire lo más rápido que pude hacia él mientras sacaba los cuchillos que escondía debajo del vestido y se los lance justo a la cabeza. Disfrute como nunca antes que cayera al piso alguien tan basura como él, no merecía seguir gastando oxígeno si no haría nada bueno por la humanidad ni siquiera a punto de morir.

— No se preocupen — Hable de forma tranquila levantando mis manos con calma en señal de que no atacaría, mi actitud no era nada comparado a como me sentía — Solo era otra presa más, la misión fue todo un éxito.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro