Capítulo 12: Espadas y nubes negras
Zoro y Kuina caminaban hacia la tienda de armas y la espadachina tenía una expresión complicada.
-Eso realmente me sorprendió, maldición. Ella se parece mucho a mi y también sabe usar la espada. ¡No lo entiendo! Esto no debería ser posible… a menos que…- decía ella hablando de la mujer que encontraron.
Zoro la miró con el ceño fruncido y dijo:
-¿Crees que podría ser un familiar tuyo?-
Kuina lo miró con una mirada seria y le respondió:
-Bueno, pensé que podría ser alguna hermana perdida. Pero lo de algún familiar puede ser posible.-
-Bueno, no te preocupes por eso. Pero hablando de ella, te quiero pedir algo importante.- le dijo Zoro con pura seriedad.
-¿Qué cosa?- le preguntó ella con sospecha.
-¿Puedo incluirla a nuestra familia?- le pidió él con esperanzas.
Habían llegado a la tienda y al escuchar esa petición, Kuina se detuvo en la entrada.
-¿A qué te refieres con eso?- le preguntó con tono peligroso.
Zoro trago saliva. Ella era un verdadero peligro cuando se enojaba y no podía saber cuánta suerte había tenido de salir con vida de su furia.
-Cálmate y déjame explicarte. Esa mujer se llama Tashigi y en mi vida pasada ambos tuvimos varios encuentros donde combatimos. Ella quería quitarme mis espadas, incluyendo la que posees y yo la enfrentaba para protegerlas. Con el paso del tiempo, empecé a sentir algo por ella aunque no me daba cuenta de lo que era hasta que regresé y me di cuenta de que llegué a amarla. Aun estando contigo, no pude hacer que ese sentimiento desapareciera y aun la amo. Sé que es mucho pedir y tal vez no te guste, pero quiero darle una oportunidad.- le explicó él con tono temeroso.
Kuina lo miró con ojos serios por un rato para luego meditar todo lo que escuchó con calma. La espera estaba matando a Zoro hasta que Kuina lo miró con ojos penetrantes y le dijo:
-Te entiendo. Puedo ver que no dejaras de amarla por todo lo que pasaron en esa vida y quieres aprovechar esta oportunidad. Supongo que puedo hacer lo mismo que Nami: permitir que estes con varias mujeres que yo apruebe para aumentar la familia. Te diré una cosa: sólo te permitiré tres mujeres aparte de mi para que estén contigo. Ni una más.-
Zoro la abrazo con felicidad por esas palabras y le dijo:
-Gracias. Es todo lo que necesito y ya tengo a las otras dos. Una está en una isla oscura del Grand Line y la última en una isla del Nuevo Mundo.-
Kuina le sonrió y así, ambos entraron a la tienda de armas.
-Oye, quiero una espada.- dijo Kuina al entrar.
Zoro le había dicho que aunque usara una sola espada, podía tener varias espadas para pelear con su estilo por lo que fueron a la tienda para comprar algunas. Mientras el dueño trataba de estafar a Kuina, Zoro fue al barril donde encontró a Sandai Kitetsu y cuando la tomo, una voz femenina se escuchó junto a él:
-¡Esa es Sandai Kitetsu! Esta espada es una del trío “Kitetsu” junto con la “Nidai Kitetsu” y la “Shodai Kitetsu”. Deberías llevársela.- dijo la chica de los lentes a Zoro.
Zoro la miró con una sonrisa recordando todo lo que vivió con ella y le dijo:
-Gracias por la ayuda. Soy un espadachín aventurero con el estilo de tres espadas. ¿Cómo te llamas?-
-Oh, perdón. Mi nombre es Tashigi y soy una gran amante de las espadas. Veo que posees ya tres espadas, ¿que harás con esta?- le preguntó Tashigi con curiosidad.
Zoro miró la “Sandai Kitetsu” en su cintura y luego la de su mano para sonreír.
-¡Kuina! ¡Encontre una espada ideal para ti!- dijo él mirando a su esposa.
Kuina lo miró, dándose cuenta de la presencia de Tashigi y se acercó para ver la espada.
-Hola. Soy Roronoa Kuina, la esposa de este tonto aquí a mi lado.- dijo ella mirando a Tashigi.
-Oh, mucho gusto. Mi nombre es Tashigi.- se presentó Tashigi con nerviosismo.
Kuina la miró con sospecha y preguntó:
-¿Tienes familia?-
-Bueno, soy huérfana desde que tengo memoria. La marina me acogió cuando era una bebe y no tengo recuerdos de mis padres.- respondió Tashigi con algo de tristeza.
Kuina vio esto con más sospecha ya que veía que Tashigi por lo menos era un poco menor que ella y su padre le contó que su madre había muerto poco después de su nacimiento. Miro a Tashigi con una sonrisa y le dijo:
-Bueno, a lo mejor encuentras a algún familiar en tu camino.-
Dicho esto, sacó la espada de la funda y el dueño la miró con horror ya que esa espada no era amigable.
-¡No puedes llevártela!- grito el aterrado.
-¿Por qué no?- preguntó Tashigi confundida.
-Porque es una espada maldita.- dijo Kuina con calma.
El dueño la miró sorprendido y preguntó:
-¿Lo sabías?-
-No, ella me lo dijo. Vera, nací con la extraña habilidad de poder escuchar la voz de las espadas y ella me dice que la use. Vendedor, me la llevo.- dijo Kuina con decisión.
-¿Qué? ¡No seas idiota! ¡Esas espadas “Kitetsu” llevan a sus dueños a la muerte! ¡Si mueres, parecerá que yo también te he matado!- le gritó el dueño alterado.
Kuina le sonrió y dijo:
-Bien. Te demostraré que ella me ha elegido. Verás que mi voluntad es más fuerte que su maldición.-
Lanzó la espada hacia arriba y estiró su brazo debajo de ella.
-¡No hagas estupideces! ¡Perderás tu brazo!- le gritó el dueño horrorizado.
Pero Zoro lo detuvo y todos se quedaron sin habla cuando la espada pasó el brazo de Kuina y se clavó en el suelo mientras el brazo de Kuina seguía ileso.
-Me la llevo.- dijo ella con una sonrisa.
El dueño estaba en shock por lo que pasó, igual que Tashigi, pero se recompuso y entró al interior del edificio para volver con otra espada.
-Te daré a “Yubashiri”, una espada muy buena. Ha pasado mucho tiempo desde que vi a una verdadera espadachina- ¡Espero que tu voluntad sea muy fuerte!- dijo el dueño con una sonrisa.
Zoro sólo sonrió al ver esto y salió junto a Kuina para continuar su camino, dejando a un dueño satisfecho y a una chica impactada.
Mientras tanto, con Sanji y Reiju
-¡Guauuu! ¡Las mujeres siguen siendo tan geniales en esta isla! Ojalá Luffy pudiera ver estás bellezas.- dijo Sanji mirando a las mujeres de la ciudad.
-Parece que es en serio lo de vivir aventuras con tu capitán en busca de mujeres. Pero ten cuidado, Nami te ha dicho que no puedes pasarte con eso y que ella debe aprobar las chicas que pueden estar con él.- le dijo Reiju con seriedad.
-Lo sé, lo sé y lo respetaré. Vaya, Nami-san es muy posesiva cuando se trata de Luffy y lo sobreprotege en estos temas. Es por eso que yo no tuve oportunidad con ella ya que conmigo no podría hacer eso. Soy un hombre muy libre en el amor y no podría estar confinado a que me limiten así. Luffy por otro lado, a pesar de desear la libertad absoluta, el puede acoplarse a ese sistema ya que él no es tan abierto en este tema y Nami-san puede administrar su vida amorosa. Allí se puede aplicar la frase: “el amor no puede ser tan libre o tu felicidad será la esclava " .- dijo Sanji con una sonrisa.
-¿Dónde escuchaste esa frase?- le preguntó Reiju mirándolo con burla.
-Lo invente yo. Quiere decir que a veces se necesita algo de control en el amor para alcanzar la felicidad y no ser demasiado libre o no serás feliz en el amor. Cómo ejemplo: un hombre que enamoraba a muchas mujeres en el mundo y creía en el amor totalmente libre. Al final, tuvo tantas mujeres que hubo discordia a causa de algunas de mal corazón y el hombre terminó de muy mala manera. De seguro Nami-san sabe esto y por eso mantiene control en la vida amorosa de Luffy para que no pase algo así.- explicó Sanji con seriedad.
-Vaya, tienes razón. Nami es inteligente al manejarlo de esa manera- dijo Reiju comprendiendo.
Pero entonces, Sanji vio a una mujer muy hermosa de cabello negro y sombrero de vaquero que recordó muy bien. De la nada, la mujer desapareció y él dijo:
-Y ahora mismo, Nami-san podría tener su primer trabajo en este asunto. Acabo de ver a una mujer que conocimos en nuestro futuro, la cual intentó tener a Luffy por su fuerza y poder. Ella irá a la ubicación de Luffy para tentarlo y en ese momento, Nami-san tendrá que asumir su papel cómo Reina Pirata así cómo la matriarca de la familia Monkey y manejar el asunto a favor de Luffy. Sólo espero que salga bien.-
Entonces llegaron a un mercado donde había una tienda con un enorme pez de aspecto gracioso.
-Bienvenidos.- dijo el dueño.
-Vaya. ¿Cómo se llama este gracioso pez?- preguntó Reiju señalando al enorme pez.
-Es un “Atún Elefante”. Viene de los mares del sur.- le explico Sanji mirando el pez.
-¡Es verdad! ¿Quieren que les venda un pedazo?- les preguntó el dueño con cara de negocios.
-Lo compraremos entero.- le respondió el rubio con una sonrisa.
-¡Si! ¡Tal vez pueda hacer algo delicioso para Luffy-kun!- dijo Reiju con emoción.
-Son ustedes muy generosos. ¡Muchas gracias!- dijo el rubio con una gran sonrisa.
En ese momento, Sanji vio cómo Usopp llegaba al mercado con Nojiko y le decía:
-Oh, Sanji, Reiju-san. ¿Están comprando ingredientes?-
-Si y ya hemos comprado el pez para comerlo al salir de la isla. Nojiko-san, ¿puedes llevartelo al barco con mi hermana? Debo ir con Usopp a un lugar importante.- dijo Sanji mirándolos.
-Claro, no hay problema. Vamos, Reiju-san. Llevemos el pez al barco y esperemos allí.- dijo Nojiko acercándose a Reiju.
-Muy bien.- dijo Reiju tomando al pez de la cola.
De ese modo, las dos chicas caminaron hacia el Merry dejando a Usopp y a Sanji.
-Vamos a la plataforma para ayudar a Luffy y a Nami-san con la tripualcion del payaso y la marina.- dijo Sanji con seriedad.
-Claro- dijo Usopp siguiéndolo.
Mientras tanto, con Robin y Kaya
Las dos caminaban por la ciudad cuando vieron cómo Zeus aparecía ante ellas con Nami encima, algo acalorada.
-Reina-san, ¿ocurre algo?- preguntó Robin preocupada.
-Robin, ven conmigo a la plataforma de ejecución para ayudar a Luffy con los piratas de Buggy y la marina. Kaya, tu ve con todo lo que compraron al Merry y esperamos a todos. Además, avisa que vendrá una tormenta y que deben tener cuidado.- dijo Nami con tono serio.
-Claro, voy enseguida.- dijo Kaya comenzando a correr.
Cuando se perdió de vista, Nami miró a Robin y le dijo:
-Vamos, compañera. Debemos llegar pronto a la plataforma.-
La nube comenzó a moverse y mientras la seguía, Robin preguntó preocupada:
-Reina-san, te veo en mal estado. ¿Que te sucede?-
-Es por la tormenta. Mi Akuma no mi tiene un defecto: cuando ocurren tormentas ajenas a mi poder, entró en un estado de celo similar al de los gatos y necesito del hombre que amo para calmarme. Por lo menos no es tan fuerte cómo para hacerme saltar sobre cualquier hombre ya que puedo tener el control de mis acciones, por lo que Luffy es el único que me puede calmar en esta situación. Ha sucedido otras veces desde que regresé y por lo menos pude controlarme de niña para no cometer una locura. Pero ya en una edad más madura, en una tormenta, es difícil no ver a Luffy cómo si fuera un pedazo de carne. De hecho, sospecho que nuestros hijos nacieron cuando ocurrió esa tormenta y yo lo monte cómo una loca salvaje.- explicó Nami con nervios.
-Fufufu. Parece que eres una gata en todos los sentidos, reina-san.- dijo Robin con diversión.
-Lo se, pero lo bueno es que eso le gusta a Luffy y dice que le gustan las tormentas porque cuando aparecen yo soy muy divertida con él en la cama.- dijo Nami con carita gatuna.
Robin rió divertida por esas palabras, imaginandose una noche tormentosa y los dos amantes en una unión salvaje bajo la misma.
-Robin, me adelantare para asegurarme de que esa mujer llamada Alvida no haga nada con Luffy. ¡Te veo allá!- gritó Nami avanzando más rápido con Zeus.
-Claro, nos vemos en la plataforma.- dijo Robin.
Mientras tanto, en la plataforma de ejecución
Luffy veía a una mujer hermosa de cabello negro con sombrero de vaquera y gran belleza que le decía:
-Tu fuiste el primer hombre que no ha caído por mi hermoso cuerpo. Tu presencia… me atrae mucho. ¿Quien es la mujer más hermosa del mar?-
-¡Tu!- gritaron todos en el lugar con corazones en los ojos.
-Si, lo soy. No hay hombre en el mundo que no se arrodille ante mi y me gustan los hombres fuertes. ¡Tu seras mio, Monkey D Luffy!- dijo la mujer con total decisión.
Luffy la veía con expresión seria ya que él podía decir que ella era una mujer muy hermosa además de fuerte y a él le gustaban ese tipo de mujeres ahora. Sin embargo, Nami le había dicho que no podía dejarse seducir por ninguna mujer a menos que ella la aprobará y él era muy obediente con Nami ya que sabía que lo hacía por su bien.
-¡Lo siento! ¡No puedo!- le dijo él con seriedad.
Alvida lo miró con ojos sorprendidos, pero luego se lamió los labios y dijo:
-¡Maravilloso! ¡Eres un hombre que no cae ante mi belleza! ¡Definitivamente haré que seas mio!-
Pero en ese momento, un rayo cayó cerca de ella y vio cómo una nube estaba al lado de Luffy y encima de ella, había una mujer que recordaba muy bien.
-¡Tu!- gritó Alvida con furia.
-Perdón, pero no permitiré que una mujer con el corazón oscuro cómo tú esté con Luffy. ¡Cómo la esposa principal de Mugiwara no Luffy y su futura Reina de los Piratas, debo velar por el futuro de la familia más libre del mundo!- dijo Nami con una sonrisa.
¿Qué pasará ahora?
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