Luego de su intento de secuestro y de su intoxicación, el médico de la familia recomendó una semana de reposo para Chaewon.

Cuando despertó al día siguiente, adolorida, ligeramente mareada y con la mayor sed que había experimentado en su vida, salió de su habitación en busca de algo para el dolor, en un principio se sorprendió de no haber escuchado la peculiar voz del señor Jinyoung, uno de sus escoltas personales preguntando cómo había dormido.

Pasando eso por alto continuo su camino hasta llegar a la amplia cocina de la residencia donde de nuevo no escucho los saludos habituales de sus demás escoltas, supuso que estaban en el comedor de empleados.

Sin pensarlo mucho busco un analgésico y una botella de agua del refrigerador, después de tomar el medicamento y recordando que estaria encerrada por una semana entera en su jaula de oro decidió cambiarse y dar una vuelta por su hogar, esperando encontrar ese enorme lugar como siempre lo estaba, vacío.

Salió a tomar un respiro a uno de los balcones del segundo piso, cerro los ojos por un momento disfrutando de la brisa matinal cuando un atisbo de inquietud la alertó, era una sensación curiosa, como cuando sientes que alguien te observa aún sabiendo que estás completamente solo.
Su duda se desvaneció al escuchar un particular sonido en la parte delantera de la residencia que capturó la mayoría de su atención.

Parecía el sonido de algo raspando el suelo de la entrada donde se encontraban aparcados los autos de su padre y de los escoltas, dejando que su curiosidad ganara volvió a bajar para toparse con dos cosas, la mayoría de los autos no estaban ahí y en su lugar se topo con una chica montando un skate de forma magistral, haciendo trucos aparentemente sencillos pero que sabía que requerían una destreza impresionante.

El primer pensamiento que llegó fue que habían robado los autos y que esa chica podría ser la culpable, pensó en encararla pero su cabeza aún dolia como para hacerlo así que sin más trato de acercarse sin hacer mucho ruido cuando la puerta tras ella se cerró de golpe.
De inmediato la chica levantó su skate de un solo movimiento de pie y la miro algo preocupada para de inmediato hacer una reverencia de 90° hacia ella.

- Lo lamento mucho, no era mi intención despertarte con el ruido-

Antes de que Chaewon siquiera pudiera hacer alguna pregunta la chica frente a ella, con su estilo de vestir tan peculiar y su voz lenta y con asentó peculiar se presentó.

- Mi nombre es Jurin, Asaya Jurin y tú debes ser Park Chaewon- dijo carente de formalidades, casi descarada pero no con mala intención.

Al parecer Jurin noto la sorpresa por su falta de honoríficos y de inmediato dijo -¿O prefiere que la llame señorita Park como todos tus demás escoltas?-

-No! No lo hagas, es molesto- recordó todas las veces que el tener ese apellido le causo caer en un espiral de falso respeto.
Luego de ese intercambio de palabras, la ausencia de los autos y la presencia de la tal Jurin la volvió a poner alerta.

-¿D-deberia llamar a la policía?- dijo señalando el vacio del frente de la mansión y luego a la chica frente a ella.
-Nah, tu padre y los demás escoltas se los llevaron, el señor Park dijo que se encargaría de redirigir a sus trabajadores a otros puestos mientras nosotros nos quedamos aquí -

"¿Nosotros?" Penso Chaewon

¿A que se referia con "nos quedamos aquí"?

-Acompañame, voy a presentarte a los demás- subió a su skate y se impulso por el camino de concreto que atravesaba el jardín en dirección a la residencia de empleados y Chaewon la siguió de cerca en silencio. Pero de nuevo sintió esa mirada a lo lejos, intento buscar de donde venía esa sensación que casi quemaba en su nuca pero ya habian llegado.

- Chicos, alguien viene a conocerlos-

Las recientes dudas de Chaewon estaban por resolverse.