Capítulo Único
One Night
El sonido estridente de la música era solo un susurro ahora que sus ojos hacían contacto.
Luego de estar evitándose durante más de media ahora, sus orbes ahora simplemente eran cautivados por la visión del otro. Como un elixir del que estaba prohibido tomar o tocar, pero que podías admirar; eso eran Kim Taehyung y Jeon Jungkook.
Las manos de Taehyung temblaban en anticipación, rogando por poder acariciar la piel que alcanzaba a notar de Jungkook cuando era iluminaba ocasionalmente con tonalidades azules y violetas, a tan solo unos metros de sí.
Sé veía tan endemoniadamente sexy que quería gritar.
La tensión se podía sentir a kilómetros, pues aunque ambos estaban sentados a extremos contrarios de la barra y con muchas personas atravesandose en su visión, ninguno era capaz de romper con aquella conexión tanto visual como sexual.
Por lo que cuando Jungkook tragó saliva antes de levantarse, tal vez viéndose un poco más sensual de lo que pretendía, el movimiento no pasó desapercibido por Kim Taehyung, ni mucho menos el detalle de su blusón de seda azul resbalando de su hombro tortuosamente con cada paso que daba, revelando descaradamente milímetros de piel porcelana.
Caminando así con cautela y respirando agitadamente bajo su cubrebocas, Jungkook enfocó sus grandes ojos en el anillo que se encontraba en el dedo anular de la mano izquierda del rubio. Aquella imponente pieza metal resaltando en la oscuridad.
Por ello, desde su posición no se limitó al darle una inspección de pies a cabeza al dueño del anillo, a su cabello, sus facciones varoniles definidas y su cuerpo claramente natural con algunos toques de deporte ocasional; era una escultura con ropa digna de contemplar.
Dejando sus ojos sin querer en ninguna parte específica, fue consciente del potente sonrojo que le calentó el rostro aún oculto, un poco anonadado de su mente veloz. Así que agradeciendo internamente el haber seguido el consejo de su hyung de usar una mascarilla negra, fue capaz de nuevamente dar el paso final ante la mirada ceñuda del rubio.
-No creí que vendrías-Mencionó acercándose un poco al hombre para que le escuchara por sobre su cubrebocas y la música. Taehyung quedó rígido como piedra sólo pudiendo respirar entrecortadamente y con la corbata siéndole realmente una molestia, cuando confirmó que esos ojos eran los indicados después de tanto divague.
Pero a quién quería engañar, eran inconfundibles.
Taehyung cambió su expresión, sintiendo los cojones en la garganta pero haciendo lo posible para no perder la compostura, pues quería verse sexy, atrayente, misterioso.
Y lo lograba, con esa postura medio relajada y tensa, al menos ante los ojos de Jungkook quien se moría de ganas de subirse sobre él en ese instante en medio del acalorado bar en el que se habían citado.
-Tengo todo preparado-Jungkook tuvo que reducir lo que pudo ser una conversación previa, al punto neurálgico de su encuentro, por que el otro no tenía intenciones ni de parpadear.
No era una coincidencia el que se encontraran, no, ambos sabían porque estaban allí. Eran conscientes del porque Jungkook vestía el collar de fina cadena en su cuello y Taehyung el anillo de oro.
-Yo-o- Taehyung vaciló, su mirada por fin perdiéndose en el cuello ajeno confirmando de cerca el resplandor característico del objeto. -Yo quiero cambiar de planes-Informó transformando en un parpadeo su actitud, tomando desprevenido al pelinegro, dejándole perplejo.
Jungkook resoplo frustrado, pues su hyung y él habían estado horas diseñando el plan completo, invirtiendo mucho en la locación, decoración, hasta su mismo atuendo y maquillaje.
No era justo.
-Pe-pero -Intentó reclamar el menor mientras ya era arrastrado por una mano sujetando su muñeca, direccionandolo de frente a la entrada del lugar.
Jungkook debía admitir que estaba desilusionado y emocionado en partes iguales por recibir esa emoción con la que le arrastraban, sin embargo, el recordar que su arduo trabajo nunca sería admirado por Taehyung y esa sensación de que las cosas se le salieran de control, sólo le hervían la sangre.
Pero aún así, ahí estaba flotando por el lugar mientras conocía esa faceta dominante que nunca se le había mostrado; mentiría si dijera que no le excitaba en demasía.
El camino se les complicó a ambos al quedar atrapados en el tumulto de gente en medio de la pista. Personas moviendo su cuerpo sin ningún tipo de coordinación, acompasando sus movimientos con el beat bajo y seductor propuesto por el Dj de turno.
Fue cuestión de segundos que el cuerpo de Jungkook fue estrellado contra la espalda del mayor, quien terminó restregando su pecho de forma descarada por la presión de quienes bailaban a su alrededor y por qué no, su propia iniciativa.
Taehyung dejó de respirar por quien sabe cuanta vez en la noche y permitió que su sentido más afinado se llevará el protagonismo. Cerrando los ojos con cautela, dejó que su acompañante jugará con él, disfrutando el poco momento de control que al menos el rubio tenía pensado concederle.
Unas manos traviesas se asomaron por en medio de sus brazos y cuerpo, pegándose aún más al menudo torso.
Era claro que lo estaba provocando, y Taehyung con lo condescendiente que era, simplemente se lo permitía.
Girándose, encaró al menor, buscando la mirada que ya tenía sobre él. Manteniendo los brazos de Jungkook enredados en su cuerpo, uso los propios para - si es que era posible - fundirse aún más, pasandolos por encima de los hombros del pelinegro y ajustándose de forma posesiva en la altura de su cintura.
Ejerciendo un poco de presión y sin perder el electrizante contacto visual, logró sacarle un quejido a su acompañante. Quien aun con su cubrebocas amortiguó el sonido y le cohibió tomar aire de nuevo adecuadamente.
Fue grata la sorpresa del rubio cuando Jungkook frunció el ceño al no comprender su acción, fue aún mejor la leve tensión que sintió en el cuerpo ajeno cuando acercó su boca a la oreja del menor y le dijo lo que toda la mañana, tarde y principio de la noche se moria por decir.
-Está noche voy a follarte tan bien que no olvidarás el nombre Kim Taehyung.
A Jungkook la escasez de aire le hizo flaquear de las rodillas, el olor a madera que desprendía el cuerpo pegado a él lo embriagaba de forma peligrosa, mareando un poco.
Taehyung no se privó de lo que sus instintos le incitaban y rozando la clavícula con la nariz, aspiró profundo. Ralentizando sus movimientos cuando la música cambió drásticamente a su alrededor, sintiéndose aún más confiado con la melodía como para sacar su lengua y pasarla sugestivamente por el prominente hueso, alteranando con pequeños besos húmedos.
-Ah, no puedo-La voz ronca de Taehyung inundó todo el espacio en la mente de Jungkook, mientras mantenía sus manos fuertemente apretadas aun en su cintura-Llévame a la habitación.
Los movimientos de Jungkook se pusieron en modo automático, su cuerpo se deslizaba en medio de la gente con una habilidad gatuna indescriptible, bordeando mesas y borrachos que le dedicaban más de una mirada.
Sabía que el mayor de cabellos rubios lo seguía con el mismo o un poco más de afán por llegar a su destino, así que escondiendo una sonrisa pícara disfrutó el hecho que al final él si veria todo lo que tenía preparado.
-Es-espera-Le pidió la misma voz de hace un momento, justo cuando estaba por subir el primer escalón de la parte trasera VIP, esa que daba a las habitaciones. -Esto, no-o, uh- ¿Lo que escuchó fue una duda? Jungkook quedó estático con esa insinuación -No sé si pueda -Puntualizó soltando la mano que lo había llevado hasta ese lugar, dedicándole una mirada que ahora parecía vacía y distante. Taehyung había tenido tiempo de pensar al parecer en su corto trayecto, imaginando las opciones y posibles consecuencias a sus decisiones.
Jungkook aun mirando de soslayo la actitud que de un momento a otro mostrababa Taehyung, no pudo evitar reprocharle.
Una cosa era hablarlo, insinuarlo un poco o hasta recorrer el camino a medias, pero otra muy distinta era dejarle así, tan picado como estaba.
Y lastimosamente para Taehyung - sin saberlo- sería peor dejar a Jeon Jungkook así que cualquier cuadro que su mente haya creado al pensar por cinco segundos su situación real.
Así que Jungkook con lo jodidamente encabronado que está no le permite pensarlo más y junta el valor que debió tener desde el primer dia, interceptadole por la muñeca, le arrastra aun en contra de su voluntad hasta la habitación a mano izquierda. Provocando que el rubio aprete los dientes en frustración que rápidamente sabe que perderá en pocos minutos, conteniendose a sí mismo de gritar que es un idiota, que el mismo es un idiota por haber cedido tan fácil a deseos carnales que sólo Jeon Jungkook le sabe despertar. Quien en un segundo tiene la capacidad de volverle un hombre con puras dudas y exitación y es una muy mala combinación, si se trataba de Taehyung.
Las respiraciones de ambos eran agitadas, cuando el menor en un movimiento pausado deslizó la tarjeta por la ranura y el pitido del seguro de desbloqueo sonó desde adentro, a ambos se les pusieron los vellos del cuello en punta.
Un último esfuerzo fue necesario para obligar a entrar a un muy temeroso Taehyung. ¿En donde había quedado el hombre que le había dicho esas palabras sucias? ¿En dónde estaba el que descaradamente le había hecho excitarse en medio de una multitud con tan solo unos besos?
Todo se volvía una jodida mierda por la indecisión del mayor, quien no entendía que en realidad Jungkook también estaba hambriento y desesperado por cumplir con aquello que le habían propuesto. Con lo que Taehyung le propuso.
Pero éste se encontraba en otro mundo, intentando disminuir sus ganas de salir corriendo y concentrandose en el lugar, con el que intentó de distraer el riel de sus pensamientos.
La habitación, sin duda, era una de las más lujosas del lugar, pues los pisos en parquet de la más alta calidad era sólo el principio.
Al elevar sus ojos vislumbro la exención y elegancia de lo que le rodeaba. Con una pequeña sala en su frente más próximo, amoblada con varios sillones de diferentes formas y tamaños (contando aquel que alguna vez vio por Internet como uno de los más codiciados por las parejas), un plasma que ocupaba la mitad de la pared y varios detalles que se perdían en el clímax del espacio.
Todo era lujoso, perfecto y soso en comparación al atractivo principal: Los ventanales de techo a suelo que les rodeaban.
La vista de las luces más brillantes y hermosas que Taehyung había visto en su corta y aburrida vida, no eran una broma.
Hipnotizado por el espectáculo ante sus ojos, el mayor se permitió caminar directo hacia el resplandor, como si de un mosquito que era cautivado por la luminosidad se tratase, no se detuvo sino hasta quedar casi completamente pegado al vidrio.
Un movimiento detrás suyo le alertó, pues su mente se había perdido en algún espacio no determinado, pero solo fue calmando su pulso al escuchar la suave melodía de Love on the Brain, la voz de la cantante, tan rasposa y seductora, pusieron no solo sus guardas abajo sino sus sentidos más sensibles.
No para defenderse, sino para sentir.
Su mente era un caos que zarandeaba sus ideas de forma inconexa. Él quería eso, lo podía sentir quemandole cada fibra de su ser por la anticipación de tocar a Jeon, pero el susurro de su subconsciente que intentaba recordarle que él no era "de ese tipo", que la persona quien le acompañaba no era una mujer, que no se veía, olía, incluso, sabía cómo una, le estaba aterrando demasiado.
Al punto de ser incongruente con lo que hacía, pensaba, sentía y reaccionaba. Jungkook le mareaba y ni siquiera le tenía cerca.
Su mundo se detuvo cuando unos brazos le rodearon, balanceándole lentamente al compás de la canción, mientras era besado justo en la zona de atrás de su cuello. Cosquilleandole cada centímetro hasta la parte baja del estómago.
"De nuevo ese atrevimiento", pensó Taehyung sumido en sensaciones. De verdad poniendo todo de sí para omitir esa voz que incrementaba el volumen diciendo que todo estaba mal, que era un jodido error.
Sabía que no debía, pero se sentía tan bien.
Era muy placentero e indescriptible que se le demostrara con besos y caricias, lo que tanto su corazón no quería aceptar.
-Necesito que me prometas que todo lo que ocurra aquí, se quedará entre nosotros- Pidió aun mirando el exterior, deteniendo los movimientos suaves del contrario, que cada vez más se confundía con el actuar del mayor.
Y por segunda vez en la noche, Jungkook, quiso gritarle y hasta golpearlo.
-Estoy aquí y dispuesto - respiró sonoramente- pero no podré ni siquiera mirarte si no lo prometes. -Él menor no entendía el porqué de su petición, si bien su situación era un poco complicada, no era como si estuviesen cometiendo un delito y en todo caso era él quien cometía la mayor de las infracciones.
¿Ó no?
-No entiendo- Declaró firmé dejando de divagar el pelinegro, subiendo el cubrebocas que había bajado minutos antes, sólo para girar y encarar al mayor, quien aunque le llevaba unos centímetros de estatura, no pudo evitar sentirse intimidado ante esos ojos que lo escrutaban peligrosamente
-No entiendo las condiciones, ni a ti- Frustrado le dice Jungkook adelantando un paso y haciendo retroceder al rubio, pues sus palabras salen frías, tanto que rozan el enojo que no se preocupa en ocultar, muy cansado de no saber si avanzar o detenerse, respondiendo más a la pregunta implícita que en si a lo que realmente se le cuestiona- Porqué ésto - Señaló entre ambos, dejando su mirada en el pecho del más alto antes de volverla a posar en sus ojos -Ésto es lo que quiero... lo que ambos queremos. Así que no entiendo porque dudas tanto.
Le dio un segundo, tal vez menos, para que las manos de Taehyung tomarán una decisión y fueran a parar en alguna parte de su cuerpo para confirmar algo o rechazarle. Así que cuando finalmente le sujetó, Taehyung no tuvo tiempo ni de respirar para cuando Jungkook estrelló violentamente su cuerpo contra él casi pudiendo sentir como su piel se mimetizaba con el vidrio a su espalda, electrizandole el cuerpo al contrastar la temperatura fría con la suya propia en ascenso.
Kim lo tomó por la cintura y restregó descaradamente parte de su cara en el cuello del contrario, afianzando por completo el contacto.
Pasaron minutos en donde la música y los músculos tensos les indicaban que ya tenían rato en la misma posición incómoda, dándose mimos que traspasaban lo inocente aún con la ropa puesta.
-Ten-tengo una sorpresa- Jungkook le informó, temblando, ya demasiado exitado por el sube y baja de emociones. -Arriba- Señaló la parte superior de la habitación . -Arriba hay una cama y... Uhmm-No pudo continuar, pues Taehyung había simplemente decidido morderle la clavícula y cuello de forma salvaje.
Ese fue solo el inicio, pues al parecer todo el pudor y nerviosismo se le había bajado de la cabeza al momento se inhibio a si mismo. Tantas dudas, miedos, inseguridades, los dejaría de lado; al menos por una noche.
A quien mierda le importaba si era gay, bisexual, heterosexual, él solo quería follar con su jefe.
Así que en un movimiento hábil cargo a Jungkook, haciéndole enredar las piernas en su cadera para un mayor agarre, justo antes de girarlo y apoyarlo contra el vidrio.
Escuchándolo jadear por el golpe y porque el cuerpo que lo aprisionaba realmente demandaba atención. Taehyung comenzó a moverse sumamente lento, como si recreara embestidas con varias prendas interponiéndose, llevando a ambos a un choque de respiraciones pesadas.
De nuevo el cuello expuesto fue la víctima principal. Taehyung descubrió que la piel perlada por una fina capa de sudor erótico era muchísimo más apetecible que cuando besaba sin está, así que cuando el otro le apartó con cuidado, empujandolo por el pecho, el mayor casi gruño.
-Me vas a dejar marcas permanentes- Le regaño sintiendo las piernas entumecidas, cansando se de la poca creatividad que el otro mostraba al tocarlo, pues si bien sabía que aunque fuese su primera vez juntos, no es que el otro fuera un total inexperto.
-Vamos arriba-Le pidió, para poder cambiar de escenario y tal vez, avivar de mejor forma esa chispa que sabía que el mayor posea.
Porque lo sabía, podía notarlo en sus ojos.
Siempre pudo notarlo; en la oficina, en las reuniones, en los almuerzos, en las convivencias. Taehyung nunca se reprimia de mirarle y desearle, de embelesarse con los coqueteos descarados del otro y de rogar para que un día, ambos pudiesen saciar las ganas que se tenían.
Ese día era este, por supuesto.
Por eso es que hace dos semanas exactamente, cuando Jeon Jungkook fue interceptado en los baños de empleados luego de que el de su oficina fuese extrañamente víctima de un vándalo, no se sorprendió al encarar gustoso a su captor.
Kim Taehyung era por mucho el subordinado más caliente que había tenido a cargo, un hombre con bastantes habilidades en cuestiones de manejo de clientes y un As en el cierre de tratos, pero, en el personal siendo un completo idiota.
Pues según él era un heterosexual consagrado al fruto exquisito femenino, uno al que no podía considerar a su mismo sexo como algo más que afines en gustos y corporalidad. Por lo cual, cuando Jungkook fue presentado como su nuevo jefe y pareja oficial del director de la multinacional en la que llevaba 10 años trabajando, no lo considero más que eso, el jefe y pareja de su director.
Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
Esa era la frase que le definía , pues cuando el mayor notaba con más frecuencia que sus ojos se desviaban constantemente a la oficina de vidrios transparentes colindante a la suya, un poco consciente de la constante atención que comenzaba a darle a la forma en la que su jefe hablaba o movía sus manos cuando quería enfatizar en algún punto, terminaba por frenarse a sí mismo argumentando que era fascinación en su método laboral.
Las excusas se volvieron incómodas cuando el día del cumpleaños del menor lo recordó por sí solo, más el hecho que fue el único en atinar con el regalo de un bonito collar plateado que él sabía que quería, pues secretamente le vio buscarlo y enamorarse perdidamente de un conjunto a juego de collar y anillo.
Era todo una mierda bastante curiosa, porque Jungkook nunca fue reacio a sus actitudes, se podría decir que sonreía internamente cuando se daba cuenta del acoso y del desastre que provocaba en el otro.
Y lo que significó un regalo de cumpleaños de un empleado más, ahora brillaba moderadamente mientras Jungkook lo dirigía al piso de arriba.
Observando el lugar, la transformación del ambiente sin duda había sido un acierto total, pues la mano que sostenía, ahora se cernía más fuertemente sobre la suya.
La planta de arriba era una sola habitación, con una cama king-size y unas pocas decoraciones, pero lo que la hacía lucir indebidamente atrayente eran el sinnúmero de velas aromatizantes cubiertas con cristales que permitían el paso del aroma espeso, adornando el espacio y solo dejando en medio un caminillo de pétalos de rosas negras que terminaban justo a los pies de la gran cama.
Taehyung sintió su garganta cerrarse al notar en medio del gran edredón muchos juguetes y herramientas que seguramente eran para alcanzar un nivel más alto de placer.
-Era verdad cuando decías que tenías todo preparado, ¿eh? -Dijo ahogado, mirando luego a Jungkook quien sonreía complacido bajo su tapabocas, mostrando esas liniecitas alrededor de sus ojos. Taehyung no tenía que ser un genio para imaginar su rostro completo.
-No estaba jugando. Nada conmigo es un juego Kim-Respondió quitándole importancia con un gesto, pero sonando más agresivo de lo que pretendía, sobre todo al mencionar su apellido por primera vez en la noche.
Los ojos del rubio viajaron automáticamente a las manos del menor luego de haberlo escuchado, pues el otro había comenzado a buscar los botones de su blusón aun sin apartar los suyos de Taehyung, deshaciendo cada uno lentamente, deslizando paulatinamente la tela de su piel, rozando así sus ya muy sensibles pezones.
El boqueo fue poco, pues Jungkook al estar sin la prenda arrojó fuertemente al rubio sobre la cama y se subió rápidamente sobre él.
Taehyung volvió a reaccionar cuando el bonito cabello del pelinegro, quien lo miraba desde encima, se movía melodiosamente cubriendole la mitad del rostro cuando se acomodaba horcajadas sobre él.
Ahogando un gemido complacido, Taehyung cerró los ojos cuando las habilidosas manos de Jungkook comenzaron a desplazarse por su pecho, sosteniéndose a sí mismo de las caderas del contrario para poder acomodar sus piernas en torno a los muslos de Taehyung, aprisionando su ya bastante firme erección contra su trasero.
Ambos lo sintieron de forma excepcional.
Sacando la camisa de su acompañante de su pantalón , observó con parsimonia como se perdian sus manos luego bajo la tela, tocando piel tersa y un poco trabajada, pues los músculos del vientre se mezclaban con ese majestuoso bello corporal que una vez noto en una salida laboral.
-Mmmh-Saboreo el menor cuando levanto un poco más la prenda ya haciendo visible la piel, y seria mentir si dijera que su boca no se aguó ante la vista. Bajando su cabeza y moviendo su cuerpo hacia atrás, sacó la lengua y delineo la linea pubica que, como sabía estaba pigmentada por borrascas morenas de sutil bello, mordiendo un poco y succionando al final. Enviándole espasmos placenteros por todo el cuerpo al rubio, quien en gimoteos le dedicaba pequeñas miradas sutiles a quien le besaba.
Jungkook volvió a acomodar su barbijo y a conectar miradas con Taehyung, desabotonando su camisa aun con la corbata puesta, masajeo un poquito mientras más piel canela era exhibida, hasta llegar a esas pequeñas protuberancias un poco más marrón.
Sosteniendo una con cada mano, hizo un poco de presión al tiempo, antes de comenzar a rozar con su nariz cubierta justo en medio, subiendo y bajando lentamente, acariciando sutilmente la piel.
Hubo una presión más fuerte en el lado derecho y Taehyung ya harto de guardarse los jadeos para sí mismo, permitió que este saliera sin ningún tipo de pudor , animando al otro a continuar recorriendole, con las manos, con la mirada, con el torso; con lo que él quisiera, pero que continuará.
La lejanía que jungkook provocó luego de levantarse, se sintió profundamente en aquellos lugares y zonas que ya habían sido tocados
Era su primera vez con el pelinegro, pero nunca imaginó que podría ser arrastrado de forma tan pasiva a lugares inexplorados y recónditos de su mente, tan solo por ser rozado por alguien de su mismo sexo.
Dedicandole una mirada a Jungkook, lo vio husmear en las cosas que reposaban sobre la cama. Él ya las había olvidado por completo, pero al parecer su jefe no.
La palabra se sintió rara en su mente, lanzándole corrientazos por todo el cuerpo al ser nuevamente consciente de con quién estaba no era solo "alguien casual", ni "alguien de un bar, por una noche". No, aquel que ahora jugueteaba con sus dedos los diferentes aparatos perdido en sus pensamientos, era su jefe. Aquel que no solo podía decidir sobre su vida laboral, sino al parecer interpersonal, pues en sus convicciones estaban el ser un heterosexualidad radical, al parecer caía como hace unos minutos al sollozar placenteramente ante ese torneado cuerpo que brillaba sobre el suyo.
-Jungkook-ah-Se ánimo a llamarle, percibiendo como el pelinegro solo provocaba un sonido bajo confirmandole que le escuchaba, no notando que, por primera vez desde que se conocían Taehyung le llamaba por su nombre de pila. -¿Esto está bien? - Preguntó mirandole ceñudo, exteriorizando sus dudas. Jungkook en cambio salió de su ensoñación y lo encaró ladeando la cabeza, en un gesto de que siguiera hablando, queriendo que realmente le hablará de lo que lo mantenia cambiando constantemente de opinión.
-Ésto -Comenzó, señalándolos a ambos- Lo que piensas hacer, lo que preparaste, lo que tengo ganas de hacer- Admitió lo ultimo con un poco de vergüenza - ¿Está bien?, Jungkook-ah, tú estás comprometido, tienes una relación estable y una vida envidiable. Dime si vale la pena arriesgar todo eso por y con un empleado sin valor como yo. - Taehyung bajo la mirada, ya no siendo capaz de sostenerla por más tiempo, la verdad era que para su concepto él no era extraordinario en algo más que en su trabajo, pues cuando se miraba a sí mismo frente a otros, incluyendo al mismo Jungkook, se sentía deficiente.
Jungkook era menor, tenía un cargo y sueldo mejor; una pareja que le protegía y cuidaba todo el tiempo, una maravillosa familia que le enviaba obsequios en fechas importantes y hasta algunas veces le llegaban de visita a su oficina.
Taehyung solo tenía su trabajo y un apartamento arrendado al que llegar cada noche a dormir, ni siquiera recordaba la última vez que habló con sus padres, tampoco con su hermana menor o el nombre de su pequeña sobrina.
Era un hombre solitario y un poco soso en la realidad.
Taehyung esperó una respuesta, cualquiera menos la que Jungkook le dio. Pues este al ver que realmente el mayor no se sentía seguro con respecto a nada, confirmando su baja autoestima, bajó y quito su tapabocas, revelando un corte en la comisura de sus labios, acompañado de un potente morado alrededor.
Sus ojos se aguaron al notar la estupefacción en el otro, pero aun asi le dedico una sonrisa que no llegó a iluminar su mirada.
-¿Crees que esto es tener una vida envidiable? - Le cuestionó , sonriendo más amargamente. Provocando que una pequeña gota recorriera su rostro, acunandose cerca a la herida. - El hombre que ustedes llaman "mi pareja" abusa de mi cada vez que quiere, me golpea y humilla, llamándome su "zorra" y torturandome de formas que no pueden llegar ni a imaginar, tan solo para su placer -Se detuvo, cerrando los ojos, inundando más sus mejillas - La familia que tengo... Ellos me usan a su conveniencia y me aprecian ahora que soy la puta del señor Park -Suspiró - Esos regalos, esas visitas, aquellas buenas palabras.... Todo son una farsa. -Rió de nuevo - Increíble, ¿No?.
Taehyung se le quedó mirando, poniendo atención a sus palabras pero enfocando en cómo la herida en su rostro se veía endemoniadamente dolorosa. Era sábado y aunque los colores eran vivaces, no parecía ser muy reciente. Eso significaba que el viernes y la semana anterior él había ido con el rostro completamente amoratado y nadie lo había notado, ni siquiera él.
Arrastrando su cuerpo semidesnudo y con la vista aún fija en la herida, lentamente llevó su mano hasta posarla sobre la mejilla de Jungkook, rozando sutilmente con la yema de los dedos la constelación en su rostro, enviándole pequeñas ramificaciones de dolor al pelinegro.
Jungkook abrió los ojos y se encontró de frente con la mirada lastimera y pérdida de Taehyung, su rostro comprimido en un puchero inconsciente mientras le acariciaba con cuidado.
Eso lo encabrono muchísimo. Le apartó la mano de un golpe seco y lo miró con el odio más grande contenido, sacando de su ensoñación al otro, quien tan solo reaccionó sobandose el dorso de la mano.
- No quiero tu lástima, Taehyung -Gruñó mientras se cubría el cuerpo y buscaba desesperado su ropa con la mirada. - No debí haber dicho nada -Se regaño más a sí mismo - y solamente debí haberte venido a joder tan duramente como tenía planeado hacerlo.
-¿Tu querías....? -La risa amarga del mayor encolerizo más a pelinegro - No.
La seriedad con la que Taehyung miró a Jungkook hizo que este se paralizará, concentrándose únicamente en sus movimientos.
El mayor se puso de pie frente a él y le sostuvo de las muñecas, obligándolo a soltar su blusa a medio poner. Tirándole bruscamente sobre la cama y aun con la mirada un poco perpleja del más bajo por el atrevimiento, ubicó sus manos sobre su cabeza. Dejándolo a total merced.
-Esto es una mierda- Le dijo desde arriba concentrado en sus labios-Las cosas para ambos son horribles y sólo tenemos dos opciones. Reprochar nuestras decisiones y vida o disfrutar los pequeños momentos que se pueden manejar. - Acomodando las piernas torneadas de Jungkook a los costados de las suyas y dejando sus rodillas como soporte, admiró esa posición vulnerable mientras posaba una mano para el apoyo y así comenzar a descender lentamente hacia el vibrante cuerpo bajo sí- Y yo hoy prefiero disfrutar -Susurro bajo, listo para rozar su propio pecho con el de Jeon, electrificado las zonas que habían muerto al momento de su conversación previa.
-Yo-o....uhmm, quiero decir que no, pero me la... Ah, me la pones difícil- Intentó decir Jungkook antes de cerrar fuertemente los ojos ante la repartición de besos que el rubio le estaba dando, apretando aún más los muslos cuando chupo un poco de su aureola izquierda.
Perdido en las sensaciones, Jungkook ni siquiera pudo responder adecuadamente, ni tampco notó cuando Taehyung le había pasado a sostener ambas muñecas con una sola mano y buscado en las cosas sobre la cama el par de esposas, cerrandolas luego en cada una de sus extremidades.
Perplejo, observó como finalmente aún con los brazos arriba comenzaba a deslizar sus dedos en un espiral placentero descendiendo por sus antebrazos. Una risilla se escapó de sus labios amagando intentar bajarlos por las cosquillas, pero antes de que pudiese hacerlo, Taehyung le sostuvo de nuevo fuertemente arriba antes de conectar frente a frente con su mirada.
Espantadose momentáneamente por la cercanía, pues ambos compartían el mismo aire, respirando cada uno lo que él otro exhalaba, analizandose mutuamente antes de cerrar el milimétrico espacio entre sus bocas.
Jungkook cerrando los ojos y abriendo la boca en complacencia esperó paciente a un beso que jamás llegó. Confundido volvió su mirada a Taehyung, quien le miraba con una sonrisa sarcástica.
-Creí que habías dicho que tu me joderias- Mencionó, antes de ladear la cabeza y observarlo burlonamente -Y ahora estás esperando que tome la iniciativa y te besé.
-Hazlo-Le ordenó serio- o sino, estarás despedido para el lunes.
Taehyung sonrió ladino mientras pegaba aún más sus cuerpos, finalmente haciendo lo que llevaba queriendo desde hacía meses. Los labios carnosos de Jungkook se sentían mil veces mejor que los de las muchas mujeres que había besado antes, sus manos recorriendo la escultura viviente que besaba con fervor. Kim estaba trazando un mapa mental con su cuerpo, uno que quería recordar por mucho tiempo.
Los roces comenzaron a incrementarse en necesidad, al principio parecía tener toque romántico, pintando los labios de ambos con pequeñas lamidas de saliva y lascivia volviéndose en masivas cantidades de deseo. Jungkook chupo un poco del labio inferior antes de comenzar a morder en un ritmo ensordecedor.
Con los brazos doloridos los fue descendiendo mientras el otro le amasaba el cuerpo, tomándolo desprevenido desde el cuello, con las esposas arrinconando aún más a su necesitada boca, obligándolo a ladear la cabeza para darle un mejor acceso.
Los pantalones de Jungkook fueron bajados con mucha delicadeza, tal vez menos de la que estaba acostumbrado, pero eso no le impidió gemir cuando se sintió finalmente liberado de aquella prenda que le presionaba la entrepierna. Taehyung por fin captó la diferencia entre un cuerpo femenino y uno masculino en su esplendor, con la carencia de algunos atributos y con la presencia de otros bastante envidiables.
Sin despegar la boca de quien le tenía sometido sin saberlo, alcanzó el lubricante que con la fricción y movimiento había terminado junto a su pierna. Destapandolo inexpertamente embadurno sus dedos antes de subir la mano hasta tenerla a la vista. El anillo en su dedo brillando.
Su expresión se arrugó al ver el color y la consistencia del líquido que se escurria por su largos dactilares, era extraño para él todo eso y el proceso que debía seguir un poco confuso.
Ante el abrupto detenimiento, Jungkook respiró pesadamente intentando retomar la compostura que los besos desordenados le habían tirado por la borda. Concentrándose en el, al parecer, debate mental que estaba teniendo Taehyung al cómo proceder. Así que le liberó del agarre del cuello para que el rubio pudiese incorporarse y tener más control de sus movimientos.
Casi por costumbre, se acostó de nuevo y abrió las piernas para Taehyung casi invitándole a que probará aún mientras esté tenía una expresión de incomodidad y duda.
Jungkook resopló por lo bajo al ver que no tendría respuestas rápidas, aun con lo sugerente que fuese. Así que tomo un poco del lubricante y cubrió sus propios dedos y los llevó a sus muslos.
-Así funciona esto - Le dijo antes de comenzar a con las puntas trazar un caminillo hasta su agujero. Tomando una respiración antes de profanarse a sí mismo con un solo dedo y luego con otro, pues uno solo era casi imperceptible.
El ceño de Taehyung se fruncía cada vez más, mientras se veía a sí mismo en medio de- cómo pudo notar- las bastante elásticas piernas del menor, pues él aún se sostenía con una mano su extremidad derecha abierta con el vibrante vaivén de sus dedos en su interior, siendo limitado por las esposas. Cuando sus movimientos comenzaron a tomar fuerza y el tercer dedo fue incorporado, el rubio tomó el valor de hablar luego de soltar el labio que había sometido a punta de mordidas, tal vez con un tinte ronco en su voz ante el espectáculo y anticipación de los que sus impulsos le pedían hacer.
-Para.
Posando una mano sobre la que tenía en su pierna, hizo que el menor abriera los ojos llorosos y le enfocará escasamente, antes de sumergirse en un casi gruñido por la mata rubia que se perdía entre sus piernas.
-Ahora yo- Primero fue un beso casto, casi dudoso sobre la punta del miembro semierecto de Jungkook y luego una palma caliente cubriéndolo, Taehyung estaba humectando la zona antes de respirar profundamente como había visto hacer a sus parejas antes de sin poder evitarlo perder la valentía a medio camino, resoplando justo sobre el glande. Enviandole un escalofrío a Jungkook que le helo la sangre.
Taehyung cerró con fuerza los ojos, imaginando una paleta o algo similar cuando algo duro tocó sus labios. Ignorando las respiraciones entrecortadas del contrario, regaló dudosamente unas lamidas circulares y engullo de golpe, casi ahogándose en el proceso.
Sacando el pene de Jungkook de su boca rápidamente se acomodo mejor y volvió a intentarlo, siendo más consciente de la profundidad de su garganta ahora y con los pulmones llenos de aire. Acostumbrándose a tener la boca salivando de más, dejó que Jeon tomará control de las embestidas y siguiera el ritmo ahora alocado de sus dedos.
En un impulso mayor y con su nombre siendo gritado en un desgarrador gruñido por el placer, retiró la mano del pelinegro de su cuerpo y él mismo metió sus dedos en la cavidad ya bastante dilatada, mientras seguía succionando con los labios apretados y la otra mano cubriendo lo que su boca no alcanzaba a albergar.
-Taehy- ah- Taehyung, estoy listo ¡ah! ,hazlo ya - Y complacido con aquel pedido entre jadeos se enderezo, limpiando un poco el semen que había intentado tragar de sus labios y dolorida mandíbula.
Tirando de sus pantalones con una velocidad fugaz, con su ropa interior manchada por presemen, enredada en ellos. Kim sintió sus muslos arder al tener el contacto directo de piel con piel completo, sin ninguna prenda interponiéndose entre ambos cuerpos. No aguantando mas la anticipación y enterrándose cuidadosamente en el agujero que gustoso le daba la bienvenida.
No sería un bruto y haría las cosas con cuidado, así que el movimiento letárgico duró hasta que sus testículos rozaban con los músculos de su jefe, quien aguantaba valientemente el ardor que le consumía hasta la mitad de la cadera.
Jungkook creyó estar preparado, pero la verdad era que Taehyung era demasiado grande. Mucho más que el Señor Park, considerablemente más.
Uniendo sus bocas para distraerse de las nuevas sensaciones. Mordieron, succionaron, conocieron y avivaron el calor corporal antes de que Jungkook arrastrara ambas manos enjauladas hacia el trasero de Taehyung, agarrando como podía sus nalgas y empujandolo más hacia su dirección. Siendo esa su muy descarada invitación a moverse.
Los movimientos fueron rectos, casi medidos y exploratorios, acompañado de lamidas y besos de clavícula, olfateos tras la oreja. Volviendo cada sentir mas intenso, veloz, con un ritmo más preciso, confiando en la existencia de aquellos lugares posibles a estimulación,
Cuando ya ambos cuerpos habían perdido el ritmo, rigidez y solo eran audibles chasquidos húmedos, roces lascivos y el punto dulce de Jungkook siendo casi atacado sin compasión. Jeon fue quien tuvo el hormigueo característico del orgasmo primero en su zona baja, y se empujó a sí mismo en busca de su segundo en la noche.
Mordió su labio y abrazo el ancho cuerpo de quien le estaba provocando los escalofríos, rasgandole la piel de la espalda mientras explotaba en sensaciones crudas, llevando al otro por sus jadeos a unirse en su compás de placer que le llenaria por completo.
Un poco aturdido por uno de los orgasmos más intensos de su vida, Taehyung enfocó su vista borrosa e hizo pucheros en sus labios al apreciar tal espectáculo.
Jeon Jungkook post orgasmo, con su pene aun hundido en su interior, saliva escurriendole por la comisura de la boca, esbozando una sonrisa mientras luchaba por combatir con sus adormilados ojos acuosos; era sin duda alguna, el mejor recuadro que podría enmarcar en su memoria.
Porque bien sabía que era algo de una noche.
Acomodándose de nuevo sobre el pecho de este, le beso con mesura cada uno de los párpados, pasando por las finas cejas y la ahora visible cicatriz en su mejilla, descendiendo por sobre la piel maltratada y siendo aún más cuidadoso en el corte del labio.
Salió de él en un pesado suspiro haciendoles jadear a ambos. Recostandose al lado del pelinegro, le sostuvo la mirada un segundo antes de buscar a ciegas su mano, sintiendola un poco fría por el metal de las esposas.
Recordando ello, se incorporó y buscó rápidamente la llave, para atraerla y liberar las manos de un ya casi inconsciente Jungkook.
Quien al ser quitado el peso, estiró sus brazos y bostezo perezosamente, ubicando a Taehyung a unos centímetros contemplandole. Sosteniéndolo de los hombros casi que lo obligó a acostarse de nuevo a su lado para que pudiese recostarse en su pecho, escuchando el latir presuroso de Kim Taehyung.
Taehyung dudo pero acomodo su mano en la cintura de Jungkook y comenzó a trazar círculos imaginarios, quedando dormido un poco después en medio de fluidos compartidos y con el cuerpo de su jefe recién follado en sus brazos.
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La voz de Jungkook lo sacó del sueño profundo, aun desnudo enredado en la sabana corrida. Abrió un solo ojo antes de notar todas las velas de la noche anterior apagadas y la habitación siendo completamente iluminada por el cielo despejado del amanecer, las tonalidades amarillas fundidas con el naranja, anunciando la llegada del sol en medio de torbellinos sutiles de nubes.
Perdido en la vista, añoro poder sostener la cintura de Jungkook mientras admiraba aquello, sintiendo las palmas ardiendo ante el solo pensamiento.
Aquello lo sacó de la cama, con la valentía de ni siquiera cubrir su desnudez, desfiló por el desorden de espacio y con pasos cautelosos se dirigió a la primera planta, en donde no solo las risas de Jeon llenaron la estancia, sino el olor a tabaco que provenía de uno de los sillones que Taehyung no alcanzaba a ver.
Conteniendo la respiración, aguardó un poco para poder hacer acto de presencia ante el intruso de la habitación.
-Estoy un poco sorprendido la verdad- Le escuchó decir a Jungkook, mientras en rápidos pasos alcanzaba algo que cubriera su cintura - No fue lo que esperaba - El tono que había usado no era de desaprobación, sino más bien de gracia y eso lastimó un poco el orgullo de Taehyung. - Admito que me aburri por un rato,pero hubo momento en donde soltó todo y fue fantástico.
Tanto el acompañante como Jungkook rieron de nuevo, dándole una bofetada en la cara al rubio al reconocer aquella risa.
Con la piel crispada en nervios, subió corriendo y juntó todas sus pertenencias, importandole poco el ruido que provocaba al chocar contra la cristaleria del suelo. Vistiéndose de afán y con tal vez o tal vez no, la ropa interior al revés, salió disparado hacia la entrada, omitiendo los pasos que le seguían de cerca.
Un escalofrio le recorrio la nuca y bajo su espalda al ser acorralado por el cuerpo macizo del Director Park a solo unos metros de la puerta.
-¿A donde vas, mariposita?- Le gruño cerca a la oreja desestabilizandole las rodillas. Taehyung estaba jodido, más que jodido, porque había follado con la pareja de la cabecilla de la empresa en la que trabajaba. Y lo peor es que lo había disfrutado.
-No te vayas aun- Ahora fue la voz de Jungkook desde el pasillo quien le pedía quedarse, pareciendo extrañamente burlón ante su intento de escape fortuito. ¿Es que acaso para él no significaba un próximo castigo brutal? ¿Para ambos?. Además, ¿Qué demonios había sido ese apodo?.
-Hyung, ya suéltalo, harás que se cague del susto- Le dijo ahora a Park quien no había cedido en el agarre fuerte al cuerpo de taehyung - Si es que no lo hizo ya - La risa estridente de Jungkook término de quebrantar el poco orgullo, humor y sensatez en Kim, pues el Director le acompañó con una risa un poco más ronca.
Empujando con toda la fuerza de su flácido cuerpo le permitia, encaró a ambos y escupió en dirección del pelinegro, mostrandole su total desagrado al unir los cabos en su mente. Él había sido usado como una marioneta en un juego sexual de ambos jefes, había sido solo una pieza con la cual Jungkook se había divertido.
Él le hizo dudar de si mismo y de todo a su alrededor por meses, de su identidad, de su sexualidad y todo, por nada.
Ahora atrapado en aquella lujosa habitación, notaba lo fastidiosamente fácil que fue conquistar a su jefe. Que tan ingenuo se sentía con la mirada que le dedicaba a Jungkook.
Era la peor que habían dado en su vida.
El pelinegro en cambio, impasible, limpio de su camiseta el cúmulo de saliva y terminó de dirigir sus pasos hasta estar encarando a Taehyung, mirando al director le sonrió y alzó sus pies hasta darle un beso, al parecer calmandole por la insolencia que acababa de presenciar.
-Sé que parece confuso, pero no es lo que piensas- Aclaró un poco más sereno y pareciendo sincero - Si me gustas- El rubor cubrió sus mejillas y un atónito Taehyung no pudo evitar mirar al Director a los ojos mientras, solo sopesaba las palabras de su pareja hacia su persona, justo en su cara. Sorprendiendose al notar que este también le devolvía la mirada, un poco más dura. - En realidad Taehyung, nos gustas a ambos.
La mandíbula de Taehyung de ser posible, hubiese caído hasta el suelo y más allá. Su perplejidad no cesó aun cuando el director asintió.
-Esto lo organizamos juntos, yo quería probarte primero - Animado Jungkook sostuvo sus manos - Eres un poco inexperto, pero puedo ....Podemos enseñarte. - Sus manos recorrieron el brazo del rubio, para acariciarle con lentitud el rostro, una mueca tristona apareciendo un poco después. - Lamento haberte mentido, pero sabía que no cedería tan fácil.
La garganta se le cerró y pensó con cuidado en que parte había sido engañado realmente, porque el caos ya era mucho, sin embargo, una tercera voz, con una pregunta totalmente desconcertante y qué - según él - no entraba en contexto por ninguna parte, le hizo detener cualquier pensamiento.
-¿Qué opinas? - Le pregunto el Director Park muy serio - ¿Aceptarías ser parte de una relación poliamorosa?.
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