
33: Confesión de origami
Jungkook volvió a ver su teléfono. Llevaba diez minutos observándolo, como si de esa forma pudiera agarrar valor, pero por más que pasaba el tiempo, no lo lograba.
Era difícil, muy difícil. Y para más, le daba una enorme vergüenza. Pero... Tenía que hacerlo. Era importante, después de todo se trataba de Yeobeen. Así que, aunque fuera difícil, lo tomó y marcó al número que tenía ahí esperando por una llamada.
Uno, dos, tres... La llamada fue atendida.
—¿Jungkook?
—¿Cómo estás y qué haces?
—Estoy bien. Estaba reparando un mueble y ahora estaba yendo a tomar algo de agua después de terminar. ¿Necesitas algo?
Sí. Necesitaba aclarar el malentendido que había ocasionado en el callejón, pero en vez de comenzar con palabras tranquilas o alguna pequeña introducción al tema, simplemente pudo decir un:
—Me gusta Yeobeen.
Tras la línea una risa ronca de Yoongi se hizo escuchar. Jungkook era muy peculiar. Siempre lo sorprendía con sus ocurrencias y esa no fue la excepción.
—Lo sé. Se te nota a kilómetros. Diría que incluso de un continente a otro.
—Pero en verdad no estamos saliendo. No somos novios —le aclaró.
—Eso también lo sé.
Jungkook parpadeó varias veces mientras observó su habitación como si ahí pudiera hallar una herramienta mágica que le fuera de ayuda para procesar lo que había escuchado. Aunque había querido aclarar el tema, su amigo solo lo había confundido más. ¿Y por qué se había reído? Él estaba haciendo su mayor esfuerzo siendo serio para afrontar sus propios errores, pero Yoongi no ayudaba en ello.
—¿Cómo que lo sabes? Si te pudieras explicar mejor...
—Bueno, los aprecio mucho y los conozco bien, por lo que sé que son un asco con el género opuesto y que alguno ya me habría contado que están saliendo si de verdad fuera así —se sentó por si la charla se hacía larga. Dio un sorbo a su agua para seguir hablando—. Aunque no lo crean, son unos libros abiertos. Quiero decir, cuando fui a buscar a Yeobeen a tu lugar fue más que obvio que había pasado algo entre ustedes, pero de repente desaparecieron y empezaron a tener esos pequeños encuentros hasta que de repente me los topé dándose un beso y eso no parecía como una agarrada para terminar buscando un hotel o una habitación. Ustedes realmente fueron tiernos aunque sea extraño que lo diga.
—¿Y no te molesta? —indagó— Been y tú estuvieron juntos, fueron novios en algún momento y...
—Así que te contó —hubo un pequeño silencio—. Kook, créeme que no te hubiera presentado a Yeobeen si me gustara, incluso yo mismo me pude haber ofrecido para pasar una noche con ella, pero solo la veo como una buena amiga y ella me ve de la misma forma. No me voy a hacer el desentendido porque salimos y fue bonito, solo que nuestra dinámica de amistad pudo más —No podía creer que hubiera estado hablando tanto, pero era necesario para que Jungkook viera lo claro que lo tenía. Esa cabecita necesitaba que se lo explicara con manzanas si era necesario—. Me gusta, claro, pero solo de la misma forma que me gustas tú. Un gustar de llevarnos bien y salir, pero no de andar tomados de la mano ni mucho menos besarse y tener los iris hechos unos corazoncitos cuando se ve al otro.
¿Realmente se veían así? A Jungkook se le escapó una sonrisa. Las palabras de Yoongi lo habían dejado más tranquilo, muchísimo más tranquilo. Incluso pensó en por qué se había sentido celoso de una persona tan maravillosa que solo les había deseado lo mejor.
Su amigo era un ángel. Le iba a hacer un altar por ser tan bueno. Era lo mínimo.
Por él había conocido a Yeobeen, y por él se había dado cuenta de que podía tener una oportunidad con ella. Si hasta había dicho que se habían visto tiernos, eso tenía que ser una señal más que suficiente para solo arriesgarse a confesar lo que sentía, pero por si acaso se tenía que asegurar un poco.
—¿Tú crees que le puedo gustar un poquito a Been? No me quiero ilusionar, amigo. A veces pienso que sí, pero otras veces siento que solo son ideas mías, ya sabes, de mi cabeza loca.
—Bueno, no soy ella, así que no te lo puedo asegurar al cien porciento, pero... por lo menos le debes atraer algo para que se la pase junto a ti viendo lo torpe que puedes llegar a ser. Sinceramente siento que alguien te debe gustar para dejarle pasar eso.
Jungkook se lo pensó. Definitivamente su amigo tenía razón, Yeobeen había seguido viéndose con él después de todos esos incidentes que habían pasado. Por lo menos le tenía que gustar sus ojos o algo, que tampoco era un Dios en la cama como para que la chica soportara tantas cosas solo por sus partes bajas.
—Tienes razón. Qué gusto me ha dado hablar contigo. Veía todo tan confuso, tan imposible, tan negro y sin salida... pero me has hecho ver todo mejor, como si hubiera salido el sol.
—No es nada... Pero tienen que hablar entre ustedes. Esa es la única forma de aclarar las cosas y estar completamente seguros de sus sentimientos —al final podía estar equivocado, tampoco era tan perfecto—. Dile lo que sientes y no seas tan cobarde. Intentar tener algo siempre es opción, que funcione o no es otro tema, pero es mejor arriesgar que quedarse solo pensando en qué hubiera pasado si... En una de esas se terminan casando y soy padrino de uno de sus hijos.
—No te adelantes tanto, primero debo pensar en cómo confesarme. ¿Qué le gustará a Been? ¿Tú cómo le pediste ser novios?
Yoongi miró el techo de su hogar aguantando las ganas de llevarse una mano al rostro. Al parecer el saber que Yeobeen y él habían sido novios no afectaba en nada a Jungkook si trataba el tema con esa liviandad. Parecía un niño pequeño preguntándole a su padre.
—Para tu mala suerte, fue ella quien me pidió ser novios. Llegó con una figurita de origami y me lo propuso.
—¿En serio? Qué bonito detalle. Me imagino que te pusiste muy feliz.
—Claro. Estaba muy bien hecha. No es por desmerecer regalos que pueden quedar algo... curiosos. Solo que Yeobeen es buena en esas cosas, entonces, además de un lindo regalo, también estaba muy precioso. La guardo hasta el día de hoy.
Jungkook hizo una lista mental en su cabeza: Yeobeen era buena en las manualidades y dando detalles bonitos.
¿Qué le podía dar él para estar a la altura? También era bueno en las manualidades, de seguro se le iba a ocurrir algo distinto. Un detalle lo suficiente significativo para que lo guardara en su mente en el lado de las memorias especiales. Podía haber optado por algo de origami también, pero prefirió pensar en algo que fuera lo suficiente único para que solo lo recordara a él.
Le agradecía a Yoongi la información valiosa, sin embargo, seguía siendo un ex, y claro que no le iba a dar algo que lo pudiera recordar por mucho que fuera su amigo.
—Muchas gracias por la charla. Ahora te dejo que voy a pensar en cómo decirle lo que siento.
—Bien, mucha suerte. Y, Jungkook —le llamó con voz calmada—, cuídala mucho, ¿si? Yeobeen es una muy buena chica, así que merece pasar por cosas buenas.
—Claro que la cuidaré... Ella es la persona que me gusta.
Estaba de más decir que sus mejillas se habían puesto coloradas al decir eso. Era la primera vez que lo admitía tan abiertamente con alguien y se sentía raro. Ya estaba deseando que llegara el momento de confesarse para sentir de forma aún más intensa esos sentimientos.
—Bye-bye, campeón.
—¡Espero que tú también encuentres alguien que te guste!
Y la llamada finalizó.
Yoongi se quedó sentando repasando en lo que había pasado recién, y cayó en cuenta de que le había dicho algo mal a su amigo. Yeobeen no le había dado una figurita de origami cuando le pidió que fueran novios, se la había dado para uno de sus cumpleaños cuando había olvidado la fecha por estar con la cabeza en la Luna.
Pensó en si llamarlo de vuelta, pero seguramente interrumpir su proceso creativo era una mala idea, así que solo optó por la opción de que Jungkook se quedara con esa versión de la historia. Podía ser que incluso le fuera de ayuda para esforzarse en pensar en qué hacer cuando se le confesara.
20/11/23
Cap 1 de la maratón.
Capítulo dedicado a las_stoy_vigiland00
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro