
25: Duro y contra el piso
—Ah... Cielos... Qué bien los tomas, Been. Mira mis dedos, están todos empapados por tu culpa.
Yeobeen soltó un gemido bajo cuando nuevamente los dígitos de la mano derecha de Jungkook se introdujeron en su interior mientras que su mano izquierda estaba ocupada acariciando uno de sus senos. Ella por su parte estaba ocupada masturbando su miembro que por momentos daba contra su trasero. Jungkook se había acostado a su lado, pero entre tanta excitación de a poco la había empujado hasta que una parte de su cuerpo había quedado sobre la de él.
La piel de Jungkook pareció que estaba ardiendo.
—Me voy a venir, Kook... Ah... No puedo.
—Parece que hoy estás más sensible. La vez anterior tardaste un poco más en llegar —Yeobeen comenzó a temblar mientras siguió intentando masturbar a Jungkook—. Mmm... Lo haces bien, pero puedes parar por ahora.
—N-no... Quiero que, ah... Quiero que también llegues.
—Eres tan buena.
El pecho de Jungkook vibró gracias a una suave risa. Le dio ternura ver cómo Yeobeen se seguía esforzando a pesar de que estaba temblando por su próximo orgasmo. El movimiento de su mano comenzó a ser torpe y sus piernas se comenzaron a cerrar, por lo que Jungkook dejó de acariciar su seno para bajar a mantener sus piernas los más separadas que pudo.
Yeobeen estaba haciendo lo posible por mantener su atención en el miembro de Jungkook, pero dejó de pensar con claridad en el momento en que Jungkook empezó a acariciar su clítoris con rapidez y la fuerza suficiente para que su mente se fuera hacia las nubes. Su respiración se aceleró y agarró uno de los muslos del chico en busca de algo de estabilidad, pero todo fue en vano, ya que la oleada del orgasmo pareció ser mucho más fuerte que cualquier cosa.
—Jungkook, es-espera... —ni siquiera pudo hablar con claridad. El orgasmo la invadió con la fuerza suficiente para que todo el resto de las cosas perdieran el sentido.
—Uff, estás envolviendo mis dedos muy fuerte —siguió embistiendo el centro de Yeobeen lentamente debido a la fuerza con la que sus paredes lo presionaban, pero la velocidad en las caricias de su clítoris no disminuyó—. Mierda, me estás volviendo loco con tan solo esto. Pero hay que dejarte terminar...
La cadera de Yeobeen finalmente se elevó cuando llegó al punto más alto de su clímax. Jungkook la sostuvo por su abdomen presionando ligeramente hacia abajo. Varios gemidos se escaparon desde lo más profundo de la garganta de Yeobeen, quien sintió que por un momento había dejado de estar en esa habitación. Su centro estaba totalmente empapado, tanto que probablemente parte de sus fluidos habían mojado el edredón bajo su cuerpo. A Jungkook poco la importó eso, él solo se daba por satisfecho de haber logrado que Yeobeen se hubiera corrido como nunca antes.
Esperó un par de segundos antes de retirar sus dedos de su interior, la chica estaba tan sensible que cualquier toque, por muy mínimo que fuera, la hacía tener pequeños espasmos. Cuando su interior quedó vacío, sus piernas se cerraron como en automático.
Jungkook observó con cuidado el desastre que había hecho en ella, y sin esperarlo, de repente Yeobeen se subió sobre él todavía con algunos movimientos torpes. Estuvo a punto de hablar, pero entonces sus labios se encontraron nuevamente y no hubo forma de hacerla a un lado. Sus besos eran muy buenos, lo suficiente para que por un par de minutos ninguno hablara mientras sus labios se encontraban una y otra vez.
Yeobeen estaba caliente a no más poder, y sin importar que Jungkook no tuviera puesto un condón, se comenzó a frotar dejando su humedad a lo largo del miembro de Jungkook.
—Been, no...
—Déjame, por favor. Es mi turno de hacerte sentir bien —pareció que estaba completamente hechizada. Su cuerpo se movió prácticamente en automático para seguir frotándose—. ¿Alguna vez has pensado en venirte dentro?
—Pero qué cosas dices... —la palabras de Yeobeen lo habían tomado por sorpresa, pero tenía que mantener la compostura y no perder la cabeza— Siempre hay que cuidarse... Tú con tus pastillas y yo usando condón.
—Lo sé. Es solo que... Me pregunto cómo se sentirá... —su rostro estaba perdido a la altura del cuello de Jungkook, y sus susurros iban directamente al miembro erecto— Algo me hiciste, Jungkook... Mira cómo me tienes.
Se separó del cuerpo masculino para ponerse más derecha y, sin nada de pudor, llevó su mano derecha hacia su intimidad para, con dos dedos, abrir ligeramente sus pliegues. El rostro de Jungkook se puso rojo desde sus mejillas hasta sus orejas que las sintió hervir. ¿Yeobeen realmente había hecho eso? Por un momento se planteó en si estaba delirando, pero al llevar sus manos hacia su cintura, confirmó que todo era real.
Yeobeen lo iba a matar. La imagen tan erótica que le entregó definitivamente iba a ser predilecta para cuando se hiciera una paja. Nunca antes en su vida se había sentido tan nublado por el deseo como en ese momento.
—Mierda, Been... Yo no... Ni siquiera puedo hablar. Me dejaste sin palabras —sus ojos no dejaban de pasear por la figura frente a él. Su rostro, su cuerpo, sus expresiones... Todo en ella era jodidamente atractivo ante sus ojos.
—¿Ya lo quieres meter?
—Sí, aunque me temo que siento que me voy a venir incluso antes de llegar al fondo.
—En ese caso... Vamos a ver con la puntita.
Antes de que Jungkook pudiera reaccionar, Yeobeen había tomado su miembro y lo había alineado con su entrada para empezar a bajar. Cuando la punta estuvo en su interior se levantó lentamente para repetir la acción. Estaba tan húmeda que ni siquiera tuvo que hacer mucho esfuerzo, pero el que verdaderamente estaba sufriendo era Jungkook, quien estaba luchando fuertemente contra las ganas de ingresar hasta al fondo a la vez que hacía lo posible por no correrse.
—Mgh, Been, ya está —la tomó por la cadera para detenerla cuando la vio con la intención de querer bajar más—. Probaste un poco. Espera a que me ponga condón. No nos arriesguemos... —su fuerza de voluntad estaba llegando a su límite— Deja que te ayude a pararte para ir por un condón...
Pero las cosas no salieron como Jungkook quería.
Ninguno tenía mucha experiencia y todo estaba siendo bastante nuevo, por lo que Yeobeen cedió ante su propio peso gracias a sus temblorosas piernas y Jungkook no pudo hacer mucho al respecto gracias a la posición. Así que sin querer la terminó penetrando hasta el fondo y solo fueron plenamente conscientes gracias a los gemidos que ambos soltaron cuando Jungkook la terminó por empujar al sentir que por el roce se iba a correr.
Con algo de suerte actuó tan rápido que terminó solo con su pierna manchada por su corrida, pero su corazón yendo a mil por hora gracias al susto.
—Perdón, perdón, perdón —con rapidez se le acercó para ayudarla a levantarse. Nunca había pensado que la terminaría empujando de forma tan brusca.
—No, yo soy quien lo siente. Solo estaba bromeando... No pensé que no aguantaría.
Yeobeen regresó en todos sus sentidos pensando en lo que había hecho. Y no era difícil hallar una respuesta, genuinamente había hecho una estupidez gigante. Demasiado gigante. Tan gigante dejó que Jungkook la levantará sin poner esfuerzo de su parte.
—¿Estás bien? En serio no quería empujarte, fue por reflejo.
—Está bien, en serio. En tu lugar me habría dado hasta una bofetada —se quedó de pie sintiendo la humedad entre sus piernas deslizarse lentamente—. Jungkook, creo que tengo un problema.
—No me digas. ¿Te rompí algo por el empujón? Te llevo al hospital enseguida, solo deja que me ponga ropa y...
—No es nada de eso. El problema es que... No me puedo controlar —llevó sus manos a su rostro—. Mierda, qué vergüenza. Solo lo hicimos una vez por completo y parezco una adicta. ¿Qué hago para no ser así? No sé qué me pasa...
—Hey, tranquila. Tal vez solo sean las hormonas o que te pones ansiosa por hacerlo —Puso sus manos sobre sus hombros intentando calmarla un poco— Pero está bien. Me tienes a mí y yo me mantendré atento de todos los detalles por los dos. Es lo mínimo que puedo hacer después del empujón, que por cierto, te prometo que no pasará otra vez.
Yeobeen soltó una pequeña risa y agradeció que Jungkook fuera tan amable, pero no pudo evitar seguir sintiéndose inquieta. ¿Qué le estaba pasando para actuar de esa forma?
—Sí... Gracias por ser atento.
—No es nada. Esto se trata de trabajar juntos, ¿no?
Jungkook le sonrió con dulzura y, sin poder evitarlo, sus manos fueron hasta su rostro y se acercó para darle un suave beso. Poco le importó que el chico estuviera desnudo o que ambos estuvieran hechos un desastre de sudor y fluidos. Algo simplemente le había dicho que era lo correcto, y ella no fue quien para negarse.
Por otro lado, Jungkook solo pudo pensar en lo linda que era. Y fue inevitable llevar sus manos hasta su cintura para seguirle el beso. Lo único que quería era poder tenerla entre sus brazos para asegurarse de que estuviera bien después del susto.
22/11/23
Ding, ding, ding. ¡La opción ganadora fue la A! Aunque Yeobeen no terminó en el piso precisamente gracias al macizo...
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