Extra: This could be the end of everything
—Al final, valió la pena registrarse en Japón — murmuró Kacchan, sentado junto a Izuku en el tronco caído—. Creí que este maldito sistema te había arrebatado de mi lado, pero resulta que realmente me llevó a ti.
Izuku lo abrazó con fuerza, sintiendo una alegría que jamás había experimentado antes. Sí, definitivamente la vida se sentía menos pesada; quizás eso se debía a que por fin ya no estaba solo.
—Creo que soy alguien con suerte —susurró Izuku—. Noventa y ocho por ciento. Kacchan, eso es una probabilidad de uno en un millón.
—Bueno, siempre supe que tú eras para mí, lo demás podía irse a la mierda.
Izuku rio demasiado alegre. ¿Se podía ser más feliz que eso?
—Aunque —soltó Kacchan, paralizando a su pareja.
—¿Aunque?
—Tengo un problema con mis horarios, sacar tiempo antes de seis meses para una gran boda es demasiado complicado para mí.
—Cierto que eres un hombre ocupado. Y viajar para mí también sería complicado por mi trabajo y Kota.
—El año que viene debes mudarte conmigo. Buscaré una buena institución para tu mocoso.
—¡No le digas así! Ahora también será tuyo.
Un pequeño silencio se formó mientras Katsuki parecía asimilar lo que acababa de oír.
—Bien, entonces, ¿Bakugo o Midoriya?
—¿Ah?
—¿Yo me pongo tu apellido o tú el mío? Aunque creo que a tu hijo no podemos cambiarle el apellido. ¿Cómo se supone que funciona el puto sistema de apellidos?
Izuku sonrió, el rostro serio de Kacchan le decía una cosa, había aceptado a Kota, no necesitaba saber más que eso.
—Todavía tenemos tiempo para pensarlo. No nos vamos a casar ahora mismo.
—¿Quién dijo que no? A más tardar mañana debemos estar casados. Luego podemos hacer una celebración grande. Recuerda que mi banda está en una gira, yo me quedé, junto al pelo de mierda, solo por esta cita.
—¿¡Espera qué!?
Si quisiera mentir, Izuku diría que se negó a esa idea, que realmente no quería una boda tan apresurada, ni deseaba hacer las cosas de esa forma. Sin embargo, allí se encontraba un día después, vestido de traje, frente a una joven empleada que les indicaba el lugar de su pequeña ceremonia.
—Ochaco no ha llegado y por lo que veo no va a venir, dijo algo sobre su esposo —comentó Shoto, caminando detrás de Izuku—. Shinso e Ibara ya están en la puerta.
—Papá, me aprieta la corbata.
—Midoriya, ¿vamos a cenar todos después de esto?
—La abuela dijo que le hiciera una videollamada para ver la boda. Creo que se le pasó el enojo por no decirle a tiempo para poder venir.
—¡Estamos aquí! —gritó Shinso, corriendo hacia ellos con dos mesas largas a cuestas, Ibara corría tras él con dos arreglos de flores.
—Traje las flores —dijo Momo, llegando con un ramo bonito, pero sencillo—. Es lo mejor que pude conseguir en tan poco tiempo.
—Momo-san, ¿sabes que soy hombre, cierto? —cuestionó Izuku, mientras era empujado hacia el lugar de la ceremonia.
Aquella pequeña ceremonia solo podía ser descrita de una forma, como algo espontáneo. Todo fue planificado con tan poco tiempo que simplemente resultó ser muy particular y al mismo tiempo, extrañamente memorable.
Izuku llegó frente al juez que se encargaría de casarlo con su primer amor. Momo e Ibara pusieron el par de pequeñas decoraciones de flores en las dos mesas altas que Shinso había llevado. Era poco, pero tierno, eso pensaba el nervioso novio mientras acomodaba por décima vez su corbata gris.
Shoto sacó su piano del estuche y lo acomodó a un lado. Nadie le había pedido llevarlo, pero él simplemente consideraba imperdonable que en la boda de un músico no hubiera nada de música.
Ahora, con todos en su lugar, Izuku sosteniendo un ramo con incomodidad y la emoción marcada en el rostro de su hijo y amigos, lo único que quedaba era esperar. Y no tuvo que hacerlo por mucho tiempo.
La puerta del pequeño salón fue abierta. Entró un hombre alto de cabello rojo, vestido con una camisa de manga larga, un pantalón de vestir y unas zapatillas deportivas negras.
—Kirishima —dijo Izuku, al ver cómo el hombre caminaba hasta el frente, haciéndose al lado del otro testigo, Shinso.
—Perdón la tardanza. Mi bro ya viene.
La puerta se abrió casi al mismo tiempo que Kirishima dejó de hablar, por ella apareció Katsuki, vestido con un traje blanco de tres piezas, su cabello peinado lo mejor posible, y cada una de sus perforaciones adornadas por aros y piercings de color plata.
La música empezó a sonar, la típica melodía de las bodas. No hubo tiempo para pensar en algo mejor, sin embargo, tampoco importaba, no para las dos personas que se veían fijamente mientras la distancia que los separaba se acortaba.
Un vacío completo fue la mente de Izuku mientras veía a su futuro esposo caminar hacia él. Estúpidamente, pensó que tal vez debía ser él el que hacía la entrada de la novia y no al revés, aunque eso no importó al tener de frente a un sonriente Katsuki.
—Buenas tardes —dijo el juez acomodando los papeles—. ¿Son los felices novios?
—Así es —dijo Katsuki.
—¿Los testigos?
—Aquí —respondió Shinso.
—Bien, los novios primero firmen aquí.
Katsuki sacó una bonita caja donde se encontraban dos bolígrafos con los nombres de ambos grabados. La sonrisa de Izuku creció; jamás creyó que Kacchan fuera alguien que se fijara en tales detalles, pero le encantó ese hecho.
Tomó el que tenía grabado el nombre Katsuki, firmando él, luego dio espacio a su pareja para que hiciera lo mismo. Kirishima y Shinso lo hicieron en el espacio para los testigos, solo dejando una cosa más por hacer para que todo estuviera terminado.
El sonido del sello siendo puesto sobre el papel fue como música para sus oídos.
—Damas y caballeros, el día de hoy tengo el gusto de presentarles a la nueva pareja —dijo el juez.
Izuku vio a su ahora esposo feliz, sin saber qué hacer.
—Bueno Midoriya Izuku, vas a mover tu puto trasero aquí para que te bese.
Las palabras de Katsuki sacaron una carcajada en los presentes, desde el celular de Kota, Inko refunfuñó un poco.
—Tú no cambias. Pero Midoriya Katsuki, no quiero moverme yo, así que tendrás que...
Un beso detuvo las palabras de Izuku. Un beso largo y dulce, un beso que se llevó todo el peso del tiempo.
Ahora sí, el fin.
Hola, este es el final, ya se acabó esta historia, realmente espero que les gustara. En unos días saldrá un capítulo con curiosidades de la historia.
Recuerden votar y comentar si les gusto, así ayudan a la historia. Si no saben qué decir, pueden dejar un emoji de tambor (🥁).
Si encuentran algún error no duden en decirme se los agradecería mucho.
No siendo más nos leemos en otra de mis historias, los quiero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro