7. This could be the end of everything
Sintió una mano colándose debajo de la camiseta de su pijama. Izuku se quedó estático sin saber qué hacer, no se esperó que algo así pudiera suceder en un hotel como ese.
Estuvo a punto de levantarse para mandar a volar a quien fuera que estuviera tocando su abdomen de esa forma, entonces lo sintió. Ocultó entre el leve aroma a alcohol, se podía sentir un poco de la fragancia de la colonia de Kacchan. Misma que había disfrutado esa mañana.
—Deku —susurró Katsuki en su oído, antes de depositar un beso detrás de su oreja.
—¿Estás borracho, Kacchan?
—No, realmente no tome tanto. Digamos que me dio valor.
—¿Valor para qué?
En el momento en que la última palabra salió de la boca de Izuku, su cuerpo fue girado hasta quedar boca arriba, viendo a Katsuki de frente.
—¡Maldición! Ahora de adulto eres tan putamente sexy. Yo solo podía recordar a un niño lindo, ahora...
—¿Seguro qué no estás borracho?
—Quiero verte más, pero el ambiente... ¡A la mierda!
Katsuki se levantó de la cama, dejando a Izuku confundido, mirándolo caminar hacia las cortinas de los grandes ventanales. Las abrió de par en par, permitiendo que la luz de la luna llena inundara la habitación. Luego caminó hacia la sala de estar y encendió una lámpara.
La luz era poca, apenas lo suficiente para ver las cosas dentro de la habitación y distinguir los colores. La iluminación adecuada para algo romántico, también para algo siniestro. Tontamente, Izuku pensó en ello.
—¿Me vas a asesinar? —preguntó Izuku, con tono de broma.
El silencio se apoderó del ambiente después de eso. Katsuki caminó nuevamente a la cama, quitándose la camisa, pasándola sobre su cabeza para tirarla lejos. Su bien trabajado torso quedó expuesto, dejando sorprendió a Izuku.
Como un depredador yendo por su presa, Kacchan se subió a la cama y mando a volar la manta con la que se cubría su amigo de la infancia. Izuku retrocedió un poco, pero el pantalón corto de su pijama fue capturado y bajado hasta sus tobillos de un tirón.
—¡Kacchan! ¡¿Qué estás haciendo?! —gritó retrocediendo—. Realmente estás borracho.
—¡No lo estoy Deku! ¡Tomé solo unos cuantos tragos!
La situación se volvió incómoda de repente, todo lo que pudieron hacer fue quedarse viéndose el uno al otro como un par de idiotas. Permanecieron así un tiempo hasta que Katsuki gritó frustrado.
—¡Quiero follar contigo! ¡Me gustas maldito nerd! ¡Eres lo más jodidamente sexy, dulce y talentoso que he visto! Y eres mi primer amor.
Lo último fue dicho en susurro, algo completamente diferente a los gritos chirriantes con los que habló Katsuki en un principio.
Izuku dudó, debía alejarse en ese mismo momento, no podía hacérsele eso, no podía hacerse eso a sí mismo. Sin embargo, todavía sabiendo las consecuencias, no pudo separarse, se quedó estático en su lugar mientras veía a Katsuki gatear sobre él hasta que quedaron frente a frente. Únicamente pudo repetir la misma frase de horas más temprano en un susurro, un último suspiro de su cordura y buen juicio.
—Ya me asignaron un par.
Katsuki se detuvo por un segundo, antes de continuar su camino.
Los ojos rojos del baterista se veían más oscuros de lo normal. Su piel blanca como porcelana fue bañada por la luz de la luna, y su cabello ya estaba demasiado desarreglado para ese punto. Se veía estupendo, demasiado atractivo para el bien de cualquiera.
—Kacchan, no podemos...
Un beso, terminó dejando cualquier réplica perdida entre un suspiro de satisfacción. La ropa estorbó demasiado pronto y los sonidos poco apropiados reemplazaron por completo cualquier tipo de palabra.
—No puedo creer que esté pasando esto —susurró Katsuki, quien en algún momento llegó al abdomen plano y levemente marcado de Izuku—. Tu piel es tan malditamente suave. Justo como lo imaginé.
Izuku seguía perdido en algún lugar de su mente, tanto así que no podía pensar en ninguna otra cosa que no fuera lo que estaba sucediendo en ese momento.
Los labios, posándose justo sobre su ombligo, enviaron una corriente que lo único que logró fue acelerar más su corazón.
Un jadeo fuerte y claro salió de la boca de Izuku en el momento que Katsuki llegó a aquel lugar deseoso de su cuerpo, y luego se perdió. Sintió calor, placer y dicha.
Las manos que recorrían su costado, apretaban suavemente su carne y los musculosos hombros a los que se aferraba, se movían levemente bajo la tersa piel.
—¡Kacchan!
Llegó demasiado rápido, una risa burlona fue su recompensa.
Katsuki se incorporó un poco, para mirarlo desde arriba, estirándose para tomar algo.
Izuku únicamente pudo reaccionar cuando vio el pequeño frasco ser destapado. No lo había visto antes, pero sabía que era eso.
Se bajó de la cama con demasiada velocidad, y corrió hacia la sala de estar.
—¿Deku, qué haces?
—No podemos, yo... Kacchan si lo hago... Tú y yo nunca podremos estar juntos.
Lo último fue un lamento mezclado con un sentimiento quebrado. No quería probar lo que no podía tener. Era demasiado doloroso, tener y perder, era mejor nunca haber tenido en primer lugar.
—Lo sé, pero si no hacemos esto ahora, nunca habrá otra oportunidad. ¿Me dejarías por lo menos tener el recuerdo de que fuiste mío una vez?
—Eso es demasiado cursi para ti, Kacchan.
Katsuki no dijo nada, tan solo dejó salir un respiro, como un pujido, y bajó de la cama hasta llegar a Izuku.
——Déjame tocarte de nuevo, besarte, acariciar todo de ti. Déjame guardar en mi memoria este momento, para por lo menos pensar en él cuando el cielo este gris, y odiar al que este contigo por poder tener tus besos, tu cuerpo y tu tiempo, siempre.
—Eso suena a una tortura, Kacchan.
—A mí se suena a algo dulce. Prefiero vivir con recuerdos que preguntándome por lo que pudo haber sido.
—Te hace mal ser músico.
—Y a ti te hace mal ser poco romántico.
En lo que hablaba, Kacchan logró alcanzar a Izuku, las fuertes manos abrazaron la estrecha cintura del más bajo y lo besó. No dejó oportunidad para objeciones, solo lo besó explorando todo lo que estuvo a su alcance, dejando atrás el sabor a licor caro y azúcar.
Las manos de Katsuki se volvieron traviesa, colocándolas más allá de lo decente e Izuku se dejó, ya no tenía fuerza para protestar y mucho menos cuando el placer lo golpeó.
—¿Debería doler?
—Solo, si lo hago mal.
—No lo hagas mal, Kacchan.
—Nunca.
Un jadeo se escapó de Izuku, cuando su cuerpo fue levantado y sus caderas colocadas sobre el respaldo del sofá.
Katsuki se acomodó mejor para la labor, disfrutando de cada expresión del rostro de Izuku mientras daba todo de sí para complacerlo. Sus mejillas rojas, su respiración agitada, su boca entre abierta que dejaba salir un mar de sonidos que lo hacían estremecer a él.
—Eres tal y como imaginé que serías en este momento —murmuró Katsuki, besando la mejilla de Izuku para luego bajar a su cuello.
—Kacchan, por favor, es incómodo.
—¿La cama?
Todo se detuvo por un momento mientras Katsuki se apartaba. Izuku se bajó del sofá y caminó a la cama sintiendo que sus piernas estaban débiles. Se tiró en esta quedando boca abajo y tomó una de las almohadas para abrazarla.
—¿Piensas dormir?
Izuku rio un poco antes de abrir sus piernas, dando una clara respuesta.
—¿Y si quiero ver su rostro?
—Primero así. Leí que es mejor para el que recibe.
—¿Dónde leíste eso?
—Por ahí.
Katsuki solo rio al mismo tiempo que se subía en la cama, dejando pequeños besos por toda la columna de Izuku.
—¿Seguro no estás borracho? —preguntó Izuku sonriendo, mientras movía su cabeza a un lado para permitirle a Katsuki besar su cuello.
—No lo estoy. ¿Por qué preguntas?
—No quiero que mañana despiertes y no recuerdes por qué estamos sin ropa. Luego llames a los de seguridad y yo termine...
Un fuerte gemido salió de Izuku, cuando sintió que en su cuerpo algo entraba lentamente. La sensación provocó que llevara una mano hacia el frente, aferrándose a las sabanas, impulsándose hacia allí. No era doloroso, pero la sorpresa le provocó el impulso de huir.
Una mano sujetó la suya entrelazando sus dedos. Pronto estaba completamente lleno, y más besos en sus hombros pretendían calmar el malestar.
—¿Es demasiado?
—Es extraño.
Katsuki mordió su hombro mientras empezaba a balancearse, apresando el cuerpo bajo el suyo. Los dos jadearon al unísono, suspiraron y gimieron en una melodía única.
Iban lento, no había afán, sabían que podían disfrutarlo más yendo lento. Tenían poco tiempo, solamente les quedaba extenderlo tanto como la noche les permitiera.
Cuando sintió que no tenía suficiente, Izuku giró su cuerpo hasta que logró alcanzar, con dificultad, la comisura de los labios de Katsuki.
—¿Quieres un beso, nerd?
—Sí.
—Entonces déjame ayudarte.
Katsuki lo puso sobre su costado y devoró sus labios al momento en que los tuvo a su alcance. Izuku correspondió, y levantó una de sus piernas levemente. No sabía que estaba haciendo, pero algo así había visto en mangas.
La risa de Katsuki lo avergonzó, sin embargo, esto fue por un corto instante, solo el tiempo que le llevó a este agarrar la pierna de Izuku y llevarla a su hombro.
—El nerd de mierda quiere probar posturas.
Izuku nada más respondió con un gemido, al sentir que su interior era acariciado con más intensidad.
—Solo debes decirme si quieres algo, Deku, estamos demasiado grandes para sentir vergüenza.
Los ojos verdes se posaron en los rojos, y sonrió antes de cerrarlos y dejarse llevar por las sensaciones. Era placentero, pero quería más, deseaba más. El calor de su cuerpo, el sabor de sus besos, la fuerza de sus brazos. Aunque esa posición era placentera, los separaba mucho.
—Quiero abrazarte.
La frialdad lo acogió cuando su amante se apartó de su lado. Sus ojos se abrieron para contemplar al hermoso hombre frente a él.
—¿A qué hora te pusiste un condón? —dijo Izuku, aunque esa no era la verdadera oración que quería salir de su boca.
—¿Por qué mejor no me dices con palabras lo que tus ojos me comunican?
Izuku se mordió un labio mientras se acostaba sobre su espalda. Sus ojos rodaron divertidos, una sonrisa y un suave "ja" se le escaparon. ¿Por qué se sentía tan joven en ese momento? ¿Cómo la situación era tanto excitante como divertida?
Descubrió que le gustaba hablar con Katsuki, incluso en la cama.
—Eres un engreído, Kacchan —soltó al final, usando uno de sus pies para empujar el pecho del otro—. Mis ojos no te dicen nada, te imaginas cosas.
Katsuki lo atrapó, empezando a besarlo desde la planta del pie, pasando por sus piernas, muslos, caderas, para, por último, darle una pequeña lamida al vértice de su excitación.
La mirada entrecerrada de Izuku no se apartó del baterista en ningún momento. Ni siquiera cuando el rubio nuevamente lo cubrió con su cuerpo, o cuando este lo volvió a llenar tan placenteramente.
Cumplió su cometido, abrazó a Katsuki con brazos y piernas, saboreando la sensación de la piel de este sobre la suya. Lo dejó marcar el ritmo y él únicamente se dedicó a besar todo lo que alcazaba.
Uno, dos, tres gemidos y muchos más se derramaban de su boca mientras su cuerpo se sentía arder.
Poco después, ambos alcanzaron el éxtasis, apretando con fuerza al otro entre sus brazos, como si quisieran atarse juntos en ese mismo momento.
—Kacchan es precioso —dijo Izuku, entre jadeos—. Eso era lo que realmente quería decir.
—Entonces, ¿dejarás a este precioso Kacchan hacértelo una vez más?
—Claro que sí.
Hay momentos en los que una persona desea arrepentirse de sus acciones, pero no puede. Tal vez debería hacerlo, sin embargo, todo lo que había pasado se sentía como si valiera completamente la pena ese sufrimiento que sentía en ese momento.
Con una decisión tomada, que era lo mejor para todos, y un reencuentro concluido que se sentía completamente inconcluso y destrozado por el destino, o quizás la fortuna, se cerró un largo capítulo en la vida de Izuku.
Si lo pensaba detenidamente, era justamente eso lo que él quería, entonces, ¿qué derecho tenía de quejarse?
Izuku supo lo que se sentía caer desde lo más alto por primera vez en su vida, cuando esa noche en el auto frente a las puertas del aeropuerto, tuvo que apartarse de los brazos de Katsuki, para siempre.
Hola, perdon la demora, he tenido problemas familiares, ya está todo más tranquilo por eso aprovecho para publicar.
El séptimo capítulo y esto se suponía que era de solo 6 luego eran 7 y ya van a ser 8. Siempre me pasa esto, terminó con más de lo que pensé en un principio.
Si nada extraordinario pasa, el próximo miércoles será el último capítulo, para que lo disfruten.
Por cierto, ¿que tal la el 🌶️?
Gracias por leer hasta aquí, por leer y comentar, en serio eso me ayuda mucho.
Por eso si quieren ayudar a que la historia llegue a más personas por favor voten y comenten, si no saben que decir pueden dejar un emoji de ají o chile, no se que es eso (🌶️).
Si encuentran algún error no duden en decirme se lo agradecería mucho.
No siendo más nos leemos en el próximo capítulo o en otra de mis historias.
Los quiero.
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