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thirty-two;❃

Un mes después

- ¡Yoongi, te toca a ti! - grité a mitad de la noche.

- Literalmente acabo de llegar, no me jodas. - bufó cerrando la puerta.

- ¿Y eso es culpa mía? Tú eres quien decide llegar hasta tarde. - retiré la cobija que me cubría.

- Si no fueras tan irritante estaría aquí temprano. - alzó más la voz.

- Tus groserías me hartan, ya ve por la niña. - me crucé de brazos.

- ¿Yo porqué? Tú la pariste. - tiró su maleta al suelo sin cuidado, provocando que Soo llorara más.

- Aquí vamos de nuevo. - me levanté con un poco de dificultad.

- Entiende, son las cuatro de la mañana, quiero dormir. - se tumbó en la cama.

- Y tú entiendeme, tengo una maldita herida en el abdomen que aún me duele. - bufé - Necesito ayuda y tú sigues igual que siempre.

- Nadie te obligó a tener un bebé en primer lugar. - se giró dándome la espalda.

Respiré profundo intentando calmarme y salí del cuarto, crucé el pasillo y llegué a la habitación de Soo. Llevaba casi media hora llorando, se despertó gracias a que Yoongi abrió y cerró bruscamente la puerta cuando llegó, por éso le dije que era su turno de dormirla.

Pero como notarán, no acabó bien.

- Preciosa... Tranquila... - la tomé en brazos apegandola a mi pecho - Todo está bien...

Seguía llorando, y con justa razón, después del ruido que hizo Yoongi sumado a nuestra discusión, era lógico que estaría muy inquieta y alerta.

Me senté en un pequeño sofá que coloqué cerca de la cuna y empecé a arrullarla, canté un poco, pero nada.

- ¿Tienes hambre nena? - pensé como última opción - Vamos por tu leche...

Me levanté con una clara molestia debido a la cicatriz de la cirugía, pero justo en ése momento se abrió la puerta lentamente.

- Calenté su biberón, toma. - lo extendió hacia mí - Venía a dormirla...

- No sé para que te molestaste, estás muy cansado como para ayudarme ¿o no? - bufé sujetando la leche.

- Sabes que no me gusta hablarte así, lo siento. - entre cerró la puerta.

- Ya qué... Siempre te perdono aún así. - Soo ya estaba bebiendo el líquido tibio, y por fin se calmó.

Yo seguía con una mueca seria, pues no era la primera vez, en lo que iba de la semana, que Yoongi me trataba de ése modo.

- Jimin no te enojes, tengo sueño es todo. - ambos estábamos sentados en el sofá.

- Sí, lo sé, pero ésa excusa pronto se gastará Yoongi. - desvié la mirada.

Soo se durmió antes de vaciar el biberón, así que lo dejé cerca de su manita al recostarla en la cuna, salimos en silencio y no cerramos la puerta por completo para poder estar pendientes.

Regresamos a nuestra recámara, yo aún molesto y Yoongi con un aura arrepentida.

- Perdóname Minnie... - suspiró - No quise decir éso.

- Ayer dijiste algo similar, no sé si creer que fue sólo impulso del momento. - confronté.

- Lo fue cariño, sabes que adoro a la niña. - se acercó más - Y te adoro a ti.

- No vas a convencerme otra vez. - le dí la espalda.

- Vamos Jiminie... Créeme... - me abrazó por detrás, apegando su cuerpo al mío.

- Yoongi... - solté un jadeo inconsciente.

- Hace mucho no te doy amor... Déjame hacerlo de nuevo, como antes. - besó suavemente mi cuello.

Sé bien que el amor no es sólo un acto íntimo por las noches, pero al parecer Yoongi y yo ya no conocemos otra manera de mostrar que aún nos tenemos afecto.
Yo lo amo sinceramente, igual que todos los años que llevamos juntos.
Y él... Olvidó lo que es una relación estable.

Era algo molesto tener intimidad con ésa pequeña punzada que me daba en el abdomen de vez en cuando, pero si dijera que no quería hacerlo estaría mintiendo.
De alguna manera me hace sentir querido nuevamente, aún cuando sé que no está bien.

*Pov narradora*

Durante ése mes que había transcurrido desde el nacimiento, las cosas entre la pareja, lejos de ir mejorando, iban decayendo cada vez más.

Yoongi no había mentido al decir que no quería un bebé, realmente no lo deseaba tener en primera instancia, pero al ver que Jimin estaba en cinta no le quedó otra alternativa más que fingir emoción.

Sin embargo, ya estaba harto de la situación. Lloriqueos a todas horas, noches enteras despierto, malos humores por parte de su esposo, más gastos por cubrir, poca privacidad, etc.
Y su hastío se notaba en su tono pesado de hablar, sus groserías constantemente pronunciadas, su horario nada coherente de llegada a casa, y su mal trato hacia Jimin.

Cabe aclarar que se comportaba como un "padre ejemplar" con Soo, pues a ella nunca se atrevía a tratarla mal.

Todo su coraje recaía en una sola persona, quien ya no tenía ánimos ni siquiera de discutir.

Jimin sólo esperaba el día en que Yoongi perdiera nuevamente el control y volviera a ponerle una mano encima, pues sus esperanzas por restaurar aquella bonita relación de haces meses ya se estaban terminando. Uno pensaría que "se rindió rápido", pero con alguien tan indiferente a su lado, un mes era más que suficiente para matar sus ilusiones.

- ¿Me amas Yoonie? - preguntó Jimin girandose para quedar frente a frente, ambos estaban cansados debido al acto antes hecho, sólo las sábanas cubrían sus pieles aperladas.

- ¿Porqué se te ocurre decir éso ahora? - rodó los ojos.

- Cuando te lo pregunto en otras situaciones no quieres responder... - lo miró triste - ¿Ya no lo haces cierto?

- Sabes lo que siento por ti. - evadió un poco.

- No, hace mucho que no lo sé. - colocó su mano sobre la mejilla del contrario en un gesto tierno - ¿Cuando se volvió tan difícil para ti responder algo simple?...

- Jimin... Lo lamento, no sé exactamente qué responder. - quitó la pequeña mano de su esposo y se dió vuelta - Buenas noches.

- Yo sí te amo, piensa en éso. - se giró quedando espalda con espalda, sintiendo como las lágrimas comenzaban a brotar.


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