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Hoy... Nacerá mi bebé. Tengo miedo, de todo lo que pueda o no pasar, y sobre todo de quien estará allí conmigo.
Tae y Kook prometieron ir, sé que lo harán. Jin dijo que no podía debido a su empleo pero que me llamaría constantemente antes de entrar al quirófano. Y... Yoongi se fue a entrenar pues hoy tiene su dichosa pelea en la noche, y después de lo que sucedió... Estoy 90% seguro de que no vendrá.
Me tuve que hacer a la idea de que mi esposo no vería a nuestra hija en el momento en que llegara al mundo, así como lo había planeado con tanta emoción hace meses.
Aún sigo sin entender en qué parte de nuestro lapso juntos cambiaron las cosas...
O quizá, realmente nunca fueron como me las hizo ver.
— Minnie, estás listo. - suspiró Tae - Ya no se nota...
Él y su pareja encargaron a Han con la mamá de Tae, y vinieron para cuidarme y estar pendientes sobre el parto. Además, me maquilló el golpe ya que aún se veía mucho el color rojo y no pensamos que sería buena idea llegar con algo así al hospital.
Menos si es que Yoongi se aparecía por ahí gracias a un milagro.
— Gracias... - suspiré.
— ¿Quieres comer algo antes de irnos? - me sonrío levemente, yo negué.
— Jiminie, no haz comido bien estos últimos días... - mencionó Jungkook.
— No me da hambre. - me encogí de hombros, suspiraron.
Tienen razón, desde el día de la pelea con mi esposo, no he tenido mucho apetito y a consecuencia de éso Soo está inquieta. Sé que no es justo para ella el que durante todo el embarazo haya estado mal de alguna manera, pero... El segundo padre que tiene no coopera con nada...
En fin, estábamos mirando televisión en el sofá, todo marchaba bien y yo aún no había tenido problemas. Pero, ya decía yo que era extraño.
Fue muy repentino el como empezaron a aparecer contracciones, primero leves y con el pasar de los minutos se iban haciendo muy fuertes e insoportables. Yo sólo me aferraba a Tae pidiéndoles que ya me llevaran al hospital.
Jungkook me cargó al ver que yo ya no podía ponerme de pie, y con ayuda de Tae me subieron al auto. Me recostaron en el asiento trasero, Tae se quedó conmigo para evitar que me cayera.
Su esposo tuvo que conducir a muy alta velocidad para llegar a tiempo al hospital, porque honestamente, nadie quería que Soo naciera en el asiento.
El dolor era tanto que incluso me desmayé a mitad del camino, y tardé algunos minutos en reaccionar.
— ¡Necesitamos ayuda! - gritó Jungkook conmigo en brazos al entrar al hospital.
— ¿Que le ocurre? - preguntó un paramédico.
— ¿Que acaso no está viendo? ¡Va a tener un bebé! - le respondió Tae.
Rápidamente trajeron una camilla, me subieron a ella e iniciaron la carrera hasta urgencias.
Escuché que ellos se pelearon con algunos médicos y enfermeras ya que, por obvias razones, no los querían dejar pasar conmigo. Aunque al final consiguieron el permiso y entraron al quirófano para acompañarme.
Sus gritos a veces ayudan.
— Jin pregunta si te sientes bien. - rodé los ojos, Jungkook estaba en una llamada con él.
— Dile que claro, me siento excelente, tanto que estoy sonriendo dentro del quirófano. - respondí irónico.
— Jin, deja de hacer preguntas tontas quieres. - contestó.
Unos segundos después colgó, y el médico responsable de mi operación me pidió la hoja donde estaban mis especificaciones.
Por suerte, Tae siempre la cargaba en su billetera por si acaso a mi se me llegaba a olvidar, así que se la entregó.
Tenía mucho miedo, pues había leído varios casos en donde la persona embarazada no resiste el parto... ¿Saben la angustia que me dió al ver la aguja entrar en mi piel? Estuve a punto de pedir que no me administraran el sedante. Prefería sentir que me abrían, a no volver a despertar.
Tae y Jungkook me sujetaron las manos en todo momento dándome su apoyo, y antes de que me inyectaran dijeron que todo saldría bien.
Decidí confiar.
Me colocaron una dosis considerable de anestesia, caí en un sueño algo profundo, aunque continué escuchando las voces a lo lejos. Por suerte, no sentía absolutamente nada de dolor.
Lo único que lograba pasar por mi mente, era el deseo de ver a mi hija, de poder salir del trance en el que estaba inducido y no quedarme allí.
— ¿No era hoy el parto de tu esposo? - me preguntó Namjoon cuando empacaba mis cosas para la pelea.
— Éso dijo, aunque no me llamó así que probablemente se atrasó. - respondí restando importancia.
— ¿Porque no lo llamas tú? - continuó.
— Sigue molesto conmigo, no responderá. - bufé.
— Y no es para menos Yoongi, pero deberías asegurarte que está bien antes de irnos. - me entregó mi celular, siempre se lo encargo para no perderlo.
— Ya, lo haré. - suspiré pesado y marqué.
No me respondió él, si no que Taehyung tomó la llamada, lo cual sinceramente me pareció raro.
— ¿Tae? ¿Que haces con el celular de Jimin? - cuestioné.
— Él no está en condiciones de responder ahora, ya deberías saberlo. - suspiró - Te dijo que hoy era el nacimiento Yoongi.
— ¿Donde está? - aún no captaba nada.
— Estamos en el quirófano idiota, él está inconsciente por el momento. - estaba susurrando, y de fondo podía escucharse el ruido común de una sala así.
— Dios... - Namjoon me miraba confundido.
— ¿Porque no estás aquí? ¿En verdad preferiste irte a una pelea Yoongi?
— Él no me querría ahí. - defendí.
— Eres un imbécil... Jimin quería verte aquí, apoyándolo. - dicho éso colgó.
— ¿Y bien? - bajé la mirada.
— Está en el hospital... Al parecer ya va a nacer Soo. - contesté preocupado.
— ¿Y que demonios haces ahí parado? ¡Ve con él! - gritó - Cancelaré el evento.
— ¡No hagas éso! Sólo... Postergalo. - suspiré.
Salí del lugar y conducí rápidamente al hospital en donde creí que estaría, pues recordaba que Jimin mencionó ése lugar en alguna conversación.
Entré corriendo y una enfermera me detuvo en el corredor.
— Oiga, no puede entrar así nada más. - me miró mal - ¿Que necesita señor?
— Vengo a ver a mi esposo, está en urgencias. - contesté lo primero que me vino a la mente, ya que ni siquiera sabía en donde se encontraban los dichosos quirófanos.
— ¿Nombre del paciente?
— Park Jimin. - buscó en sus documentos y me dió una hoja firmada por Taehyung y Jungkook.
— Los tres están en el quirófano 4, con ésa hoja lo dejarán pasar. - explicó.
Agradecí y corrí por los pasillos, debo admitir que tardé mucho en encontrar la sala que me indicó. En la puerta estaba un camillero, le entregué el documento y me dijo que para entrar debía ponerme cubrebocas y bata.
Lo hice lo más rápido que pude y por fin me dió acceso.
Jimin estaba en la camilla, con una mascarilla de oxígeno y con las piernas elevadas ligeramente. A juzgar por los movimientos de los médicos, supuse que estaban guardando materiales. Tae y Kook estaban a cada lado suyo, y en cuanto me vieron entrar me hicieron señas para que me acercara.
— Pensé que no vendrías. - me miraban serios.
— Tenía qué. - contesté - ¿Aún no nace?
— Ya nació, la recibí yo a falta de tu presencia. - bufó Tae - Mira detrás de ti.
Me giré preocupado porque creí que algo malo había sucedido, sin embargo, lo único que ví fue que en una pequeña tina estaba ella... Mi bebé.
Un médico la estaba limpiando, era obvio el porqué, y segundos después la cubrió con una cobija amarilla.
— Usted debe ser el padre. - asentí - Felicidades, es una pequeña muy sana.
Me la entregó con sumo cuidado, yo tenía miedo de siquiera tocarla, se veía tan frágil que pensé que la podría romper.
La cargué sin poder creer lo que estaba viendo, estaba aquí, y era preciosa...
— Hola Soo... - hablé con la voz temblorosa.
Me informaron que la operación había salido bien, que Jimin no tenía complicaciones y que seguramente no tardaría en despertar.
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