Cayó la noche y pasó lo que estuvimos temiendo todo el día. Mi papá llamó, y créanme que sonaba muy cabreado.

Al parecer los padres de Yoongi llamaron a los míos contándoles sobre la boda que habían permitido realizar, por supuesto no estuvieron de acuerdo, así que además de gritarme por el embarazo me gritó por haber aceptado el casamiento sin su consentimiento.

- ¡No te vas a casar y punto! - estaba en altavoz por petición de Yoongi.

- Mira papá, a final de cuentas no te estoy preguntando. - al parecer el teléfono me da valor, gracias al cielo que no puedes golpear a alguien digitalmente... De ser eso posible ya tendría un ojo morado o mínimo una mejilla hinchada.

- Jimin, tú tienes diecinueve malditos años, y ése imbécil apenas llegó a los veintiuno. - sonaba que estaba tensando mucho la mandíbula, me dió miedo.

- Ya sé que edad tenemos, paren de recordarme lo mismo. - contesté con un tono harto tratando de ocultar mi temor - Y no lo llames imbécil.

- Sólo un IMBÉCIL embaraza a su novio sin pensar en las consecuencias. - resaltó el insulto.

- Señor, con todo respeto, la decisión de la boda ya está tomada. - intervino Yoongi - Mis padres ayudarán a pagarla y yo me haré cargo del resto de gastos que el embarazo conlleva, así que le pido que no se entrometan si no apoyarán a Jimin.

Mi papá gritó algunas groserías más y Yoongi colgó la llamada luego de responderle igual de mal. Dios... No sé que cosa hice bien como para ganarme a éste chico tan valiente.

- Cuando te vea te romperá la cara sabías. - solté una pequeña risa burlona.

- Soy boxeador, creo que quien acabará con la cara rota no seré yo. - sonrió.

- No creo que los Park asistan a la boda ¿verdad? - suspiramos y nos dedicamos una leve sonrisa. Sabíamos que era mejor así, ¿para qué queremos caras largas y molestas en nuestro día especial?

Luego de ése trago amargo y de acabar con la poca relación que aún teníamos con mi familia, decidimos enfocarnos en el primer asunto por resolver.
Mi mudanza.

- Según recuerdo no tienes tantas cosas ¿cierto? - hizo un gesto pensativo.

- ¡Oye, me dijiste pobre! - reímos - Pero si tienes razón, no tengo casi nada.

- Entonces tal vez podamos trasladar las cosas en el auto. - sugirió.

Dato que no les conté y me parece importante: Yoongi tiene auto propio desde hace unos tres meses cortesía de mi suegro. Como empezó a necesitar transporte constante por su carrera de boxeador, le adelantó su derecho a conducir todo para evitar prestar tanto su coche familiar.

- Es buena idea, cabrá bien todo. - afirmé - La haremos cuando tengas tiempo.

- Para ti siempre tengo tiempo. - sonrió - Podríamos hacerla mañana mismo... Ya quiero ver tus cosas y las mías juntas.

- Pero... ¿Mañana no tenías entrenamiento? - pregunté con curiosidad, tampoco era cuestión de hacerlo irresponsable de su carrera.

- Sí, pero por un día que no vaya no pasará nada. - sacó su celular - Le avisaré a Namjoon que no me espere ver mañana por allá.

- Gracias por dedicarme un ratito. - lo abracé.

- A partir de ahora te dedicaré aún más bebé. - puso su mano sobre mi vientre plano aún, sentí su calidez y ésa fue una sensación muy bonita.

Ay mi abdomen... Ahora estaré esponjoso y seguramente acabaré comiendo mucho.
No quiero ser una esfera con pies...

//Al día siguiente//

Como Yoongi se tomó el día libre pudimos despertar sin alarmas rompiendonos los tímpanos y desayunar en santa paz.
E estado comiendo lo mejor que puedo y hasta ahora no e tenido episodios de vómitos otra vez, así que... Han sido mañanas tranquilas.

Ya a media tarde más o menos fuimos a mi departamento, y efectivamente, no eran demasiadas cosas por trasladar.

Unos muebles chicos que tenía en la habitación, mis cosas que uso para la academia, una televisión pequeña y toda mi ropa.
Junto con mi novio armamos cuatro maletas con mis pertenencias, osea prendas y cosas de aseo personal, y los muebles cupieron sin problemas en la cajuela. Creo que a sido la mudanza más rapida y vacía que e visto jaja.

Pasamos el resto de la tarde y parte del la noche acomodando nuestra casa oficial. Yoongi movió y guardó algunas cosas suyas para darme espacio. La televisión que yo tenía quedó en nuestro cuarto. Mis muebles se repartieron en la casa. Y mi ropa ocupó el mismo clóset junto con la de Yoongi.

Ahora sí que parecíamos una pareja recién casada... Y bueno, realmente no falta demasiado para eso.